martes, 14 de junio de 2016

AYER HUBO DEBATE EN TELEVISION (lo que no sé es si todos vieron el mismo)


Ayer proveché para ver unas películas recientes que no había visto aún (Espías desde el cielo y unos cuantos episodios de la serie inglesa River). Por supuesto, no vi el debate de los cabezas de lista de los partidos mayoritarios. ¿Para qué? Era previsible todo lo que iban a decir, como era previsible también que cada medio de comunicación interpretara los resultados según sus preferencias y dependencias.

ABC titula “Ganó Rajoy” y añade “Sánchez, Iglesias y Rivera regalan el debate a Rajoy”. No hubiéramos esperado otra cosa de un medio de la derecha más que tener a la derecha por victoriosa. El País, cada vez en peor situación económica, se muestra ecléctico: “La corrupción, los recortes y el empleo centran un debate sin ganador” e incluye una votación que elucide la opinión de los lectores con el título de “¿Quién crees que ha ganado?” pero no pueden evitar el que les quede un poco de sabor de sus orígenes e incluyen otro análisis con el título “Cómo Mariano Rajoy salió vivo”. Ambos diarios coinciden en situar a Rajoy en el centro del debate pero nunca por sí mismo, sino por mérito o demérito de los otros tres. En cuanto a la votación del país carece de valor si tenemos en cuenta que solamente Podemos está utilizando sistemáticamente trolls en la campaña electoral.


La Vanguardia de Barcelona (hasta ahora el boletín interno de CiU y hoy un diario a la búsqueda de lectores perdidos) parece como si el debate no fuera con ellos. A fin de cuentas en el debate no había ningún candidato catalán y el rotativo que fue republicano durante la República, franquista con el franquismo y autonomista durante el pujolato, se limita a no señalar ningún ganador (por improbable que sea que Homs, el candidato de CDC pueda obtener buenos resultados), sustituyendo esa posibilidad por un “Los candidatos mantienen sus posturas sobre Cataluña”, evitando decir que ninguna es soberanista. El otro diario catalán, El Periódico se destaca por titular la información sobre el debate como “Adversarios contra natura” añadiendo que “Sánchez se encara con Iglesias en una dura pugna en el ala izquierda y Rivera sugiere a Rajoy que dé un paso atrás si quiere el apoyo de Ciudadanos”, en lo que quizás supone la visión más objetiva de las que se han dado, que incluye también cierta indefinición. Han optado estos de Z por que no haya ni vencedores ni vencidos. Encuentro en tablas.
Para La Razón, en cambio, no hay tablas, sino tablones para apuntalar a Rajoy: “Rajoy gana el todos contra uno”. ¿Podría esperarse otra cosa? Por los mismos derroteros circula El Mundo, arrastrando problemas económicos que comprometerán su supervivencia en los próximos meses: “Rajoy resiste mientras Sánchez desaprovecha su gran oportunidad”. Realmente, si en algo coinciden todos es en que el más apagado, gris y mediocre de los debatientes fue Pedro Sánchez, seguramente el candidato que tiene más amortizado su valor político y que, después del 26-J pasará a ser el último mono del PSOE y, de paso, el que reciba todos los palos.

En cuanto a los digitales, la cosa está todavía más dispersa: El Confidencial, acota el evento con este titular: “El debate entierra a Sánchez y deja el 26-J en un duelo PP-Podemos”. ¿Y Rivera? Lo dice en recuadro minúsculo: “Rivera satisfecho”. De hecho, si Rivera quiere ser considerado como “vencedor”, no tiene nada más que leer Libertad Digital: “Rivera sí planta cara a Podeos y gana el debate con claridad”. En realidad el digital neo-liberal del ex neo-maoísta Jiménez Losantos lo que dice es una neo-verdad en neo-lengua orwelliana: confunde deseos con realidades. Está clara la opción de Losantos (Rivera) y señala al “enemigo” (Podemos). Periodista Digital, según su tradición cainita reparte estopa a todos con el titular: “Rajoy y Rivera le bajan los humos a Iglesias ante un Sánchez lamentable”, que hay que leer así: los candidatos del centro-derecha no tienen más mérito que el atacar a los candidatos del centro-izquierda”. Opta, pues, este medio, por aproximarse al sentir mayoritario de la población: no ver en ningún candidato méritos suficientes para votarle por sí mismo, sino darle su voto como acto de protesta contra otro. 

En cuanto a El Español, no hablan de ganador, pero si anotan los rasgos que más les llaman la atención: “Rivera saca de quicio a Rajoy con la corrupción y a Iglesias con Venezuela”. No es, desde luego, un titular muy atractivo: largo, confuso y que indica que Pedro J tiene que trabajar mucho este proyecto si quiere que llame la atención. Claro que, luego, conscientes de que hay que precisar más… lo hacen menos: “Rajoy sale vivo del debate pero llega muerto a los pactos”. En cualquier caso, leyendo el editorial se percibe que el director se decanta por Rivera (“Rivera disloca la pinza”). OKdiario tiene un titular que, a estas alturas, ya nos resulta poco original: “Rajoy sale vivo pese a que Rivera le dejó tocado a él y hundido a Iglesias con la corrupción” y en otro titular: “Rajoy da una lección económica a Rivera, Sánchez e Iglesias, que parecían sus alumnos”. Lejos quedan aquellos tiempos en los que El Plural se decantaba sin ambages ni medias tintas hacia la izquierda lo más rosada posible: “El debate, agrio, anuncias más divorcios que bodas para el 26-J”. No es, desde luego, un gran titular, pero al menos evita decir quién ganó.

A la vista de todos estos titulares, podemos establecer varias conclusiones: la primera de todas, preguntarnos si realmente, los comentaristas de todos estos medios vieron el mismo debate, o incluso si lo vieron. Luego, cabe pensar si estos medios defienden la objetividad informativo o a quien los paga o de quien creen que se podrán beneficiar más. En tercer lugar, reconocer que estos debates sirven para poco: perder dos horas viendo estos fuegos fatuos del régimen nacido en 1978 (porque fuegos fatuos son aquellas emanaciones que desprender los cadáveres en descomposición y el régimen hoy es eso y no otra cosa) es casi tan duro como para los cinéfilos ver dos horas de Batman contra Supermán y salir concluyendo que la película es mala-malísima.


Finalmente, lo que empieza a preocupar es que algunos medios ya empiezan a preparar a la opinión pública: los resultados de las elecciones no serán concluyentes, los candidatos siguen enrocados en las mismas posiciones en las que campan desde la noche del 20-D e, incluso, empieza a cobrar forma la posibilidad de un tercer encuentro, otra vez en diciembre… Díganme si no tengo razón cuando hablo del cadáver en descomposición del régimen.