lunes, 30 de septiembre de 2019

Crónicas desde mi retrate (16) LA ABRACADABRANTE HISTORIA DE LOS CDR DETENIDOS AÚN NO HA TERMINADO



Ayer se publicó que los CDR detenidos la semana pasada habían hecho llegar sus planes a Torra Quim, el cual estaría al tanto del proyecto de ocupación del parlament. El interesado ni siquiera lo negó: simplemente explicó ante acólitos y parroquia que no podía disculparse de nada, porque no había nada de lo que disculparse. Que es como decir que, en el fondo, cuando a unos tipos se les ocupa termita, planos de cuarteles y proyectos elaborados, no hay constancia de que fueran “terroristas” porque no habían atentado contra nadie. Es Torra. Nada grave. Puigdemont le tiene reservada una habitación en Waterloo. Porque las informaciones que hoy difunde El Confidencial y El Mundo, apuntan a ambos, al actual presidente y al expresident. Si el primero estaría enterado de lo que se preparaba, el segundo habría tenido la misma información llegada a través de su hermana, Anna.

En 1992, Puigdemont era un tipo sin oficio ni beneficio. Anna Puigdemont, harta sin duda de servir “borratxos d’Amer”, “capricis d’Amer” y “caganers de xocolata” en la pastelería familiar, era compañera de Josep Queraltó, candidato de “Catalunya Lliure” (rama política de Terra Lliure) y ella misma compartía los objetivos independentistas. En las elecciones autonómicas de ese año, Queraltó se presentó como candidato obteniendo 5.241 votos (la Agrupación Ruiz Mateos alcanzó los 13.067…) sobre un total de 2.655.051 votantes. Tres meses después, la policía desarticulaba lo que quedaba de TLl (vinculada al sector rival de Catalunya Lliure, el Moviment de Defensa de la Terra). Entonces, como ahora, los indepes y las fuentes de la gencat aludieron a “montaje policial”, pero el hecho de que tras la desarticulación no volviera a producirse ningún atentado de Terra Lliure, así como las sentencias emitidas, son muestra de que quedó desarticulado el núcleo terrorista.

Torra ayer negaba estar al corriente de los planes de los detenidos y pocas horas después, fuentes de la familia negaban también que Anna Puigdemont pudiera asistir a la reunión con los individuos del CDR. Estaba con su padre recién operado. Pero, los investigadores, sostiene que se dio una vuelta por Barcelona y que en ese momento se produjo el contacto. Lo cierto, de momento, es que Anna Puigdemont ha demostrado a través de redes sociales, su identidad de criterios con los CDR, los ha jaleado y no niega que esa es su línea.

¿De qué se habló en esa reunión? La SER lo explica: “establecer un canal de seguridad entre Quin Torra y Carles Puigdemont para forzar la independencia de Cataluña” y tomar el parlamento durante cinco días para realizar la “declaración unilateral de independencia”. En la reunión con Anna Puigdemont, el llamado “Equip de Resposta Tactica” entregaría documentación con los planes a realizar como protesta por el referéndum frustrado y por el exilio de Puigdemont. Por que este encuentro tuvo lugar el 15 de septiembre de 2018.

Las fechas son importantes porque demuestran que el grupo terrorista estaba en formación desde hace más de un año. Es la misma historia de EPOCA, de Prats de Molló, del Complot del Garraf: mucho entrenamiento para aplazar el momento decisivo de pasar a la acción, muchas excusas, adrenalina en los entrenamientos, pero retrasando al máximo el momento decisivo de colocar un explosivo o empuñar un arma que no sea de air-soft.

El mismo dato de la fecha del encuentro con Anna Puigdemont es importante porque indica que, ya en ese momento, el “grupo terrorista en ciernes” ya estaba seguido por la Guardia Civil. El informe sobre la reunión es exhaustivo: se conoce el día, la hora, el lugar, y el que el grupo se cuidó de evitar llamar la atención. La reunión tuvo lugar en el interior de un vehículo y un grupo se encargó de contra-vigilancia (con el éxito que cabía esperar…).

Así pues, como mínimo, la Guardia Civil, seguía al grupo desde hace más de un año. El hecho de que se hayan filtrado también fragmentos de conversaciones entre los detenidos, indica que no se ahorraron medios en la investigación y que ésta ha resultado concienzuda. La inclusión de los textos de las conversaciones en el sumario, confirman que las escuchas se realizaron con mandamiento judicial. Así pues, lo que los detenidos han confesado, va a misa. Si hubo baile de policía bueno, policía malo o si alguno de los detenidos al ver el marrón en el que se habían metido, tiró de la manta, eso es algo sobre lo que ellos mismos tendrán tiempo de discutir en prisión.

El grupo  estaba compuesto por radicales de la CUP, cincuentones o en puertas de serlo, la mayoría sin oficio ni beneficio, en paro, algunos con familia e hijos. Eran de los que tenían algo que ganar con la independencia de Cataluña y, seguramente para eso quisieron contactar con Puigdemont, al igual que lo hicieron con Torra: debieron venderles la ficción de que tenían una “organización armada seria” (utilizando el eufemismo de Equip de Resposta Táctica) dispuesto a llegar a donde hiciera falta. Lo normal, hubiera sido que, en el curso de esas reuniones, alguien con dos dedos de frente, les hubiera advertido: “os van a dar más palos a una estera. Apuntaros a los cursos del INEM”.

Pero, en el fondo, el aislamiento creciente del vecino de Waterloo y el hecho de que Torra solamente esté apoyado por la CUP, indujeron a ambos a ver en este grupúsculo a unos kamikazes perfectos: irresponsables, con una mano delante y otra detrás, utilizables para cometer algún acto ilegal y/o terrorista y que luego se conformarían con estar al frente de un negociado en cualquier consellería ya convertido en ministerio de ese país independiente que se llamaría “República Catalana”.

Una vez más, los pringaos de turno, han pagado los platos rotos. Poco a poco, se irán dando cuenta de que las muestras independentistas de solidaridad no sirven de gran cosa ante la maquinaria judicial que, simplemente, los va a dar "la del pulpo", simplemente por algo tan elemental como que nadie fabrica termita para almacenarla en el garaje, ni para utilizarla en la festa major...

Los datos que, poco a poco van apareciendo, nos confirman en nuestra primera impresión. 

Se ha juntado el “hambre” (unos activistas independentistas que vieron la posibilidad de “ser alguien” y resolver la inseguridad económica en la que se debatían, poniendo toda la carne en el asador al servicio de Puigdemont y de Torra) y las “ganas de comer (un par de buenas piezas, “molt honorables presidents de la gencat”, cada vez más mermados en apoyos, cada vez más aislados, cada vez más desesperados, cada vez perseguidos por una mayor sensación de fracaso y cada vez con el olor a presidio más cerca que quieren seguir viviendo del cuento “institucional”). Eso es todo. 

Y en cuanto a Anna Puigdemont, lo único que se le puede decir es aquello de “Pastelera a tus pasteles”.

¿Alguna conclusión? Solo una

El “procés” empezó en el nacionalismo “moderado” con Artur Mas. Éste, pronto, fue arrastrado a las posiciones más decididamente independentistas de ERC. Y lo que, en principio se afirmaba como “derecho a decidir” y el “soberanismo”, pasó a ser, simplemente “independentismo”. Pero la independencia era imposible por muchos motivos (legales, sí, pero también porque el proyecto carecía de fuerza social suficiente para afirmarse). Recalentados por la frustración de un referéndum que no fue recocido legalmente, se produjo el marasmo en el sector independentista, incapaz de elaborar una estrategia alternativa. Mientras, PDCat y ERC, entregaron el poder a Torra, conscientes de que haciéndolo, ponían la gencat en manos de un radical al que, de hecho, solamente, apoyaba la CUP, la ANC y el Omnium: así se quemaría de manera irremisible y se quemarían también los partidarios de esa república que solamente existe para los idiotas. 

Lo que empezó en 2012 entre las ambiciones del “nacionalismo moderado”, ha terminado entre las manos de unos “independentistas radicales”, antes de desaparecer por el sumidero de la historia.

domingo, 29 de septiembre de 2019

Crónicas desde mi retreta (15) SÁNCHEZ|TORRA, ESE CIRCO INNOBLE E INTERMINABLE


Pedro Sánchez es un producto del PSOE versión 3.1. Un tipo sin principios. Hay que recordar que el PSOE 1.0. era el de Pablo Iglesias (el de verdad y no el chepas), el PSOE 2.0. era el socialdemócrata estrenado en la transición y formado con paletadas de marcos y al calor de la socialdemocracia alemana y el PSOE 3.0. era el inaugurado por José Luis Rodríguez Zapatero, que, en realidad, carecía de programa y de ideólogos y había entregado esta tarea a la UNESCO y a los elaboradores de la corrección política. Y luego está el PSOE vr. 3.1., el de Pedro Sánchez, que es como el de Zapatero, pero sin que le interese nada más que el ejercicio del poder. Porque, Pedro Sánchez es lo que se llama un “oportunista sin principios”. Y esto es, casi siempre malo.


El “oportunista” es un tipo que reacciona según las circunstancias: todo sea para ganar un voto. Total, a él le da igual ser un veleta: si el viento sopla a favor de un acuerdo negociado con el independentismo, se negocia, y en paz. Pero si ese acuerdo puede erosionar la intención de voto socialista en el resto de España y perjudicar a los barones (gracias a los que Sánchez sigue en el machito), pues se le clava el descabello a los indepes y aquí no ha pasado nada. Hay que reconocer que el “oportunismo sin principios” juega en contra del independentismo catalán. El PSOE tiene mucho más que perder si la veleta sigue sus vientos, a lo que ganaría si se configura como el gran azote de indepes.

De hecho, la política de Sánchez no ha variado en nada la que Rajoy aplicó durante toda su gestión al problema independentista: “Cúmplase la ley” y “palo al que la vulnera”. Luego ya se verá. Ahora estamos en período pre-electoral y lo que se tercia es entrar a matar. Pero, claro, luego, cuando pasen las elecciones, siempre puede ser posible echar un capote a los presos independentistas que se irán acumulando en los próximos dos años en las cárceles.

Para Torra, todo es más complicado: en primer lugar, porque es presidente de un ente autonómico creado para operar una descentralización administrativa. Y cree que es el presidente de un “nuevo Estado” en ciernes. La diferencia entre Sánchez y Torra consiste en que, el primero es un oportunista sin principios y el segundo un fanático troglodita trasnochado que no se ha enterado que en el siglo XXI la época de formación de nuevos Estados-Nación ha quedado muy atrás en la historia. Los fanáticos de todos los tiempos son incapaces de reconocer la dirección de la modernidad, cuando ésta va en dirección opuesta a sus ensoñaciones.

Y, además, Torra no se ha dado cuenta de lo esencial: es “presidente” de un gobierno autonómico, es decir, de TODOS los ciudadanos que viven en Cataluña, y no solamente de los ciudadanos independentistas. Pero esta no es una tara reciente de la Generalitat, sino que hunde sus raíces en la misma concepción “pujolista” de la autonomía, entendida como simple previo paso a la independencia. Así pues, la estupidez de Torra y de sus predecesores, sella el que buena parte de los catalanes no se reconozcan, no ya en el gobierno de la gencat, sino en la propia gencat (y utilizo las minúsculas para asumir que yo tampoco considero como propio, ni siquiera como legítimo la actual estructura autonómica, lastrada por el nacionalismo y convertida en ariete político del independentismo).

Cuando se sienta en un cargo público un individuo cegado por su fanatismo, siempre encuentra a otros que se saben aprovechar de su cortedad de miras y de su forma obtusa de encarar las situaciones. Torra ha cometido el fallo más garrafal que un político puede realizar desde el poder: identificarse con el terrorismo, salir en su defensa y descubrirse que es él quien le ha dado alas, esperanzas y sostén. A estas alturas, lo único que puede hacer TV3 es evitar que “su público” (en disminución, por cierto), advierta que Torra hizo causa común con los CDR y con los militaristas detenidos esta semana. Pero ahí están las confesiones realizadas ante la Audiencia Nacional en un clima aséptico, sin gritos, y con ambientador olor a pino y cítrico. Si Torra conociera el refranero español conocería aquel refrán de “Quien con niños se acuesta, mojado se levanta”… Pero no es el caso.


La sentencia sobre el 1-O no se demorará mucho y, lo más probable es que se emita antes de las elecciones del 10-N. Esto generará el que el independentismo ponga toda la carne en el asador, consciente de que es su última oportunidad. Y ahí es donde Sánchez, ese oportunista sin principios, se juega las elecciones: no es que la protesta a nivel popular vaya a ser exorbitante, sino que la protesta de la gencat y de Torra si lo va a ser: llanto, victimismo y rasgarse las vestiduras.

Salvo que Torra se acobarde en el último momento y compruebe que con lo que tiene (TV3, el CDR y poco más) no puede llegar a ningún sitio tangible, la sombra del 155 planea de nuevo sobre la gencat. Sánchez deberá decidir una nueva aplicación… salvo que quiera perder más escaños y convertirse su situación en desesperada (solamente el master chef del CIS da resultados optimistas para el PSOE, lo más normal es que se registre un fuerte crecimiento del PP y un estancamiento, con tendencia al retroceso de la sigla socialista. ¡Lo único que le faltaba a Sánchez es demostrar debilidad en la cuestión catalana para terminar decepcionando a las federaciones periféricas del partido!

Hay quien dice que Sánchez no se atreverá a aplicar de nuevo el 155… Se equivocan. No se atrevería si fuera un político consciente de lo que se juega a medio plazo, pero no lo es: es un tipo que reacciona según las oscilaciones de la opinión pública y al que todo le importa un higo. Si cree que golpear al independentismo le reportará votos, que nadie dude que lo hará como el que más. Y si luego, pasada la crisis, cree que mostrarse dialogante y facilitar medidas de gracia, le supondrá uno o dos puntos más en el barómetro del CIS, tampoco lo dudará.

Estamos en el tiempo en que los estadistas son un recuerdo. El oficio de político está al alcance de cualquiera, basta que tenga una alta capacidad para mentir para aparecer en los medios como el “líder carismático”. Desde los orígenes de la democracia española, el programa o la doctrina, son para todos los partidos, cargas y compromisos que no están dispuestos a asumir. Lo que ocurre es que con Sánchez se ha llegado al límite extremo. Torra, por su parte, está en el extremo opuesto: el dogmatismo y la incapacidad para reconocer la realidad, la rigidez decimonónica en las propuestas y los mensajes a una Cataluña que no existe desde el final de la Primera Revolución Industrial.

Sánchez y Torra, menudo par se han juntado, cada uno en su especialidad, parecen situarse en los niveles más inferiores del liderazo: y, créanme, ninguno de los dos, haga lo que haga, conseguirá solucionar nada. El uno porque es una veleta del CIS y el otro porque su solución es la única que está dispuesta a admitir.

¿Para cuándo finiquitamos este circo?

sábado, 28 de septiembre de 2019

Crónicas desde mi retrete (14) “VON GERMINAL” Y EL “COMMANDER TORRA”


Es innegable que existe una escalada de tensión en Cataluña ante la próxima sentencia del Supremo sobre el primer juicio por el 1-O (al que seguirán, como mínimo, otros tres). Es también innegable que esta tensión viene favorecida por la proximidad a las elecciones del 10-N y por un “gobierno en funciones” que ni quiere, ni puede, ni sabe bien que medidas adoptar. Sin olvidar que se acercan fechas de movilización “unionista” (12-O). Todo esto constituye la “parte negativa” que tiende a aumentar la crispación. La positiva es que, salvo ínfimas minorías, nadie quiere que en Cataluña ocurra algo irreparable. Pero, de seguir así un par de semanas más, todo induce a pensar que el “gobierno en funciones” tendrá que aplicar medidas drásticas o arriesgarse a haber demostrado una debilidad que le puede costar cara electoralmente. El personaje más irrelevante de todos, el presidente de la gencat, Quim Torra, es, sin duda, el que va echando leña al fuego.

LA REALIDAD SOBRE LAS DETENCIONES DE MIEMBROS DEL CDR

Cada hora que pasa se va conociendo algún detalle más sobre los detenidos del CDR. Ahora resulta que uno de ellos, ante la Audiencia Nacional, es decir en un clima relajado y con aire acondicionado, sin gritos, ni policía bueno-policía malo, reconoció que Torra “tenía conocimiento del plan”. Incluso el grupo formaba parte de una organización llamada “ERT” (Equip de Resposta Táctica) que “pretendía instaurar la república” por cualquier vía (y de hecho, la única que les queda es la “violenta”). Algún “cerebro” recalentado por 15 años de “nou estatut” y de “procés”, con sobredosis de TV3, y de air-soft, había elaborado un plan consistente en ocupar una semana el parlament, atentar contra infraestructuras ferroviarias, eléctricas y de comunicaciones, y atacado cuarteles de la Guardia Civil. Además, se les ocupó cierta cantidad de termita ya elaborada (mezcla exclusivamente incendiaria). Todo esto debía generarse entre el 1-O, aniversario del “no-referendum”, hasta la publicación de la sentencia… Es fácil pensar que a uno de los detenidos le recordaron la suma de años de cárcel que se podía sumar y decidió reconocer todo lo que ya estaba grabado en conversaciones telefónicas y ocupado en los registros.

Así pues, existía un embrión de organización terrorista… algo que los medios de comunicaciones subsidiados por la gencat, hacen piruetas por no reconocer. En el colmo de la tontería periodística TV· habló de que los detenidos “preparaban acción mediática con un artefacto en el Parlament”… ¿con un espantapájaros, con un porrón? Porque decir “artefacto” es algo indefinido. “Artefacto explosivo” parece más oportuno. O, incluso, “artefacto incendiario”. TV3, luego, ha hablado de “acción mediática” en el parlament, con la misma intención de quitar dramatismo al asunto que había demostrado dos días antes difundiendo el bulo de que la Audiencia Nacional había retirado la acusación de “tenencia de explosivos” o la versión de que solamente se les había incautado petardos para utilizar en la “festa major” del pueblo…

TORRA EL SEMBRADOR DE VIENTOS

¿Puede ser cierto que Torra estuviera al corriente del plan? Si tenemos en cuenta que ERC no le apoya, que el PDCat es una ficción política volátil, solamente queda la CUP-CDR, la ANC y el Omnium como sus apoyos reales, incontestables. El fracaso del último 11-S, la pérdida creciente de fervor popular hacia el independentismo registrada en las encuestas, los fracasos de movilización de los CDR habidos desde el propio 1-O e, incluso, la caída de audiencia de TV· en el verano (fue la única de las 14 televisiones regionales que cayó en audiencia este verano), así como el aislamiento internacional del “procés” por mucho que el de Waterloo no tenga otra cosa que hacer, todo ello son síntomas inequívocos de que, en los próximos dos meses, se remata el “procés”, como sea, incluida la “vía eslovena” (60 muertos y varios cientos de heridos, vía que Torra siempre ha elogiado) o bien, incluso los más fanáticos, deberán reconocer su fracaso. Es muy posible que Torra quiera “internacionalizar” el conflicto, induciendo a otros a que realicen una “acción mediática”.

Torra, no hay que olvidarlo, él mismo y sin ayuda de nadie es el que está tensando la situación día tras día. El que debería ser “presidente de todos los catalanes”, lo es solamente de la minoría independentista. Y juega al bonito juego de la pancarta: “hoy me ordenan retirar una, la retiro mañana y dos horas después coloco otra”Hay que conocer la mentalidad mezquina de la burguesía independentista para saber que esa iba a ser la reacción: el pequeño gesto, el detallito que indica simbólicamente una revuelta contra las “órdenes de Madrid” (de hecho son órdenes de la Junta Electoral Central), el pequeño revanchismo infantil, el alfiler que se clava evitando que sea un aguijonazo susceptible de generar una reacción… no solamente está ocurriendo en el balcón de Torra sino en muchos edificios públicos en Cataluña.
Y yo me pregunto: ¿no es la ocasión para que algún “gobierno en funciones” o algún “gobierno que funcione” decrete la prohibición de colocar pancartas y símbolos en edificios públicos y en sus inmediaciones? Pero, lo que es lógico y lo que debería haberse hecho desde hace 40 años, no hay nadie capaz de asumirlo: unos por que también quieren colocar sus pancartas y otros porque su mentalidad es “pancartista” y panfletaria. Pero, los edificios públicos deberían servir para resolver los problemas de los ciudadanos, no para mostrar opciones de parte (desde el “Welcome refugies”, hasta el arco iris o cualquier otro trapo) que, además, afean edificios y muestran la fealdad moral y la mezquindad de los que los ocupan.
¡"CREYENTES EN EL PROCÉS"! LA VERDAD ESTÁ EN LA HISTORIA

Los “creyentes” del “procés” que quedan en activo no son más que espectadores de TV3 con el cerebro alterado por sus informativos y que han perdido toda conciencia de la realidad de Cataluña, cenutrios de grupos radicales que creen que experiencias que tuvieron éxito (las independencias de las Repúblicas yugoslavas en los 80, las revoluciones naranjas en el milenio) pueden trasladarse a Cataluña (ignorando que si tuvieron éxito no fue por sí mismas sino por el apoyo que contaron de determinados países, grupos económicos y mediáticos, nada de lo cual está presente en Cataluña) y unos cuantos trogloditas que se niegan a reconocer que el tiempo de los micronacionalismos ha quedado muy atrás en la historia.

Entre estos últimos trogloditas están los últimos detenidos. Hoy se ha publicado que uno de los encerrados en Soto del Real, Germinal Tomás Abueso”, era conocido como el “Comandante Von Germinal”, fanático del air-soft y que llegó a casarse vestido de uniforme militar y rodeado de “armas” de ese deporte. Lejos de ser una excepción, este aspecto “militarista” es una constante en el independentismo catalán: lo vimos con Macià y su loca aventura de Prats de Molló o con Bandera Negra y su intento de atentar contra Alfonso XIII, lo vimos en los escamots de Estat Catalá durante la República, luego en grupos como el FAC, EPOCA o Terra Lliure, y a nivel oficial con personajes como Miquel Sellarés en los primeros pasos de la Generalitat. Siempre ha existido en el nacionalismo catalán, esa veta militarista y “armada”… que siempre, inevitablemente, ha concluido en fracasos sonoros (Prats de Molló, Complot del Garraf), metidas de pata (6 de octubre del 34, la mayor parte de atentados de TLl) y, en suma, en demostraciones de impotencia (FAC) o en crímenes siniestros (Viola y Bultó).

Hace falta recordar que en el Medievo existieron los almogávares, que en Cataluña -incluso en la OJE regional- tenían mucho predicamento. Se suele olvidar que, efectivamente, había algún pirenaico procedente de los condados catalanes, como también había aragoneses, occitanos, gascones… dirigidos por un templario alemán. 

Cuando antes adviertan estos “militaristas” que esa vía nunca ha dado resultado en Cataluña, mejor. El problema es que, sino han advertido que el “procés” ha muerto, a pesar de tener el cadáver ante la vista, ¿cómo van a reflexionar sobre la historia de Cataluña y sobre la trayectoria histórica del propio independentismo? Lo peor es que, en el cerebro de los últimos mohicanos del independentismo late la idea de que la “lucha armada” puede culminar el “procés”. Delirio infantil. Delirio suicida. Delirio propio de proyectos fracasados en fase de descomposición.



viernes, 27 de septiembre de 2019

Crónicas desde mi retrete (13) MAS PAIS, OTRA ANÉCDOTA EN LA IZQUIERDA ESPAÑOLA


Si estos artículos aluden a algo tan escatológico como el retrete, en lugar de a lugares más amables (el diván o la hamaca), es porque, aluden o a política-basura o son notas de una sociedad del espectáculo convertida en estercolero. Hubo un tiempo en el que la fundación de un nuevo partido se recogía con interés y esperanza: era posible que dieran esa representatividad a los que nos consideramos huérfanos de opciones políticos. Hoy, tenemos la seguridad de que, diga lo que diga, es completamente irrelevante y la misma fundación del partido responde a una lógica inconfesable. Todo esto viene a cuento de “Mas País”, el partido encabezado por una de las vedetes originarias de Podemos, Errejón.

El personaje se las da de “transversal”. Es cuestionable que lo sea. Como máximo, para él, el transversalismo es un simple look electoral para atraer a algunos incautos. Errejón, su historia pasada así lo confirma, es un “marxista libertario” que pasó, sin solución de continuidad, de los boy-scouts a la las Juventudes Anarquistas. Eso no le impidió sumarse al “movimiento de los indignados” y ser jefe de campaña de Podemos en 2014. Acertó con aquel vídeo en el que se eludía el carácter marxista de la formación y que casi hubiera podido suscribir Marina Le Pen… Era todo un fraude: Podemos no pasaba de ser la típica formación de izquierda, dirigida por los que se habían quedado en el banquillo de Izquierda Unida, durante años y querían tomar, no el cielo por asalto, sino las poltronas. Errejón, junto con Iglesias, Bascansa y Monedero, protagonizaron los primeros pasos de Podemos. Pero el tiempo lo mata todo, incluidas las amistades y las fidelidades incondicionales y en enero de 2019, al anunciar que se iba a presentar con Mas Madrid, fue irradiado de Podemos.


Este es el personaje. Vayamos ahora a los que le siguen, porque eso nos dará la clave de la operación.

Mas País no es más que el intento de federar a grupos de izquierda regionales (En Marea, Chunta, Compromis) con algunas formaciones de izquierda ecologista y alternativa (eso que se suele llamar “sandía”, verde por fuera, roja por dentro). ¿Novedades? Salvo esta, ninguna. El partido no aspira a nada más que realizar un ajuste de cuentas en el interior de la izquierda radical. No es que Errejón quiera segarle el césped al chalet de Pablo Iglesias, es que quiere uno igual. Así que lo que está en juego es quien se queda en exclusiva con el espacio de Podemos (me resisto a utilizar el nombre de “Unidas Podemos” que, en sí mismo, ya es un chiste).

¿A qué obedece la operación? Parece bastante claro que, en los últimos meses, Sánchez consiguió ir cortando la coleta a Pablo Iglesias y que se ha demostrado que Podemos carece de los rasgos mínimos de seriedad, look y solvencia, para poder sentar a alguno de los suyos en el Consejo de Ministros. Uno puede ocultar la chepa con la coleta y aparecer en la Sexta, pero, para asumir un ministerio, hace falta algo más. Y Podemos no es de fiar para nadie, dejando aparte de que siempre ha sido un mosaico de grupúsculos y tendencias en donde el más colocado y el más excéntrico, llevaba la voz cantante. Así pues, Mas Pais obedece a dos lógicas demasiado evidentes para poderes negar:
- Intentar apoyar con una coalición más presentable a un gobierno socialista y

- Generar una enésima división en la izquierda radical que la debilita y la pone en la cuneta.
En ambos casos, el PSOE sale reforzado. Así que el votante de la izquierda radical tiene dos opciones: o votar directamente al PSOE o hacerlo a Mas País que mediará para entregarlo a Sánchez. La tercera opción sería la marginalidad en la que queda encarrilado Podemos que difícilmente soportará la puya clavara por Errejón y su propio derrumbe electoral.

Algunos partidillos regionales, al no estar claro cómo va a reaccionar el electorado, optan por seguir una vía autónoma. Tal es el caso de Cataluña en Común, el partido de Nada Colau que veremos lo que logra mantener después de configurarse como la nulidad más absoluta de la política catalana.

En cualquier caso, Errejón insistirá en el “trasversalismo” para robar votos a Podemos y apoyar luego al PSOE. Eso es todo. En cuanto al cacareado “trasversalismo” será exclusivamente entre la izquierda radical y sus cantonalismos regionales

Poco, en realidad, nada.

La maniobra no es más que otra muestra de la crisis de la izquierda que permitirá que la socialdemocracia se recupere, a pesar de que carece de programa, doctrina e incluso motivación, salvo cuatro tópicos poco lustrosos (ideología de género, igualdad, multiculturalidad y… para de contar).

Los partidos nacidos de la anterior crisis económica (Ciudadanos y Podemos) están hoy agonizando y nadie duda de que perderán posiciones el 10-N. En cuanto a Vox, los únicos que hasta ahora podrían asumir un transversalismo capaz de ganar votos a la izquierda, siguen presos de su ADN de origen, el PP y, a medida que pasan los meses, se demuestra que va siendo muy difícil que se conviertan en un partido que logre “arrasar” a la derecha y a la izquierda del electorado.

Si uno mira dentro de Podemos o de Mas País, lo que ve no son partidos, sino amalgamas de círculos locales, más parecidas a un cajón de sastre que a una formación o a una federación unitaria digna de tal nombre. Son estructuras inestables y volátiles cogidas con alfileres. El virus que hace 40 años era propio del trotskismo (“un trostskysta un partido; dos, una escisión”) ha sido la única herencia de la IV Internacional a la izquierda. En tanto que materialistas, parecen imitar a esos minerales que cristalizan en cubos y que a cada golpe de martillo de fracturan en cubos cada vez menores.

Errejón (desde sus años como jefe de campaña de Podemos), se ha dado cuenta de que las elecciones no se ganan con programas, sino que se ganan, por los errores de los otros (en este caso de Pablo Iglesias con la desastrosa imagen de “Unidas Podemos”) y por estrategias (esto es, por oportunismo sin principios). ¿Y el programa? ¿A quién coño le interesan programas que no se pueden implementar o que, tras su aparente belleza termina siendo -Varoufakis, Die Linke, Melenchon- siempre neoliberalismo mas más los tópicos a los que aludíamos antes: ideología de género, igualdad, multiculturalidad…

La abstención puede ser histórica el próximo 10-N. Pero, yo de vosotros, si os animáis a votar a alguna opción, os sugeriría que exigierais que os explique cada partido a qué opción va a apoyar si no tiene la mayoría absoluta, con quién va a pactar y en qué condiciones. De lo contrario, absteneros, porque, una vez más, unos y otros van a jugar con vuestro voto. ¿No estáis hartos de tanta política-basura?




jueves, 26 de septiembre de 2019

Crónicas desde mi retrete (12) LA TRISTEZA DEL PROGRE


Varias noticias ocurridas en el mismo día me plantean la pregunta de ¿por qué los progres se ríen tan poco? O lo que es peor ¿por qué se ríen cuando tocaría llorar y, sin embargo, desconocen lo que es la alegría de vivir? Y es que el “progre” es un completo desubicado cuya personalidad es llevada y traída por el viento de la corrección político y, por tanto, debe estar atento a lo que hace o deja de hacer, porque lo que generaba risas ayer, mañana puede sufrir el interdicto y, sin embargo, tendrá que reír cuando lo normal sería abochornarse o, simplemente, mirar al suelo avergonzado. Los ejemplos son muchos, variados y suceden de continuo.

GRETA, LA NIÑA QUE NO DEBERÍA ESTAR AHÍ

Fijaron, sin ir más lejos, en Greta Thunberg, niña enferma convertida en espectáculo mediático. Triste, a ratos patética. De infancia obsesivo-compulsiva que dice que se la han robado. Habitualmente, debería echar la culpa a papá y mamá, actores ambos, que deberían haberle enseñado a no sobreactuar. El “progre” ha convertido lo que es la felicidad propia del a infancia en algo condenable: “¿Cómo va a estar feliz Greta si el planeta muere?”. Claro, es dramático. Y, por eso, en lugar de preocuparse de aquello que está al alcance de su mano (ayudar a sus padres, aprender, formarse y combatir sus minusvalías psíquicas) Greta prefiere pontificar sobre lo que ignora y sobre un terreno en el que solamente la ciencia tiene la última palabra: ¡a ver si vamos a creer que reciclando basura o reutilizando bolsas de plástico vamos a salvar el planeta! Pero Greta, esa obsesiva “activista del planeta”, vive rodeada de plásticos, come comida basura (las fotos que se han publicado sobre ella indican estas inconsecuencias) y la única diferencia con cualquier otro adolescente es que, a ella, sus padres -actores mediocres- la han vendido al peso a iniciativas mediático-progres, sacrificando su infancia, a cambio de un futuro seguro subsidiado por ONGs. Papá y mamá y el apoyo mediático progre han convertido en “salvadora del planeta” a una pobre niña con una larga lista de discapacidades mentales. En lugar de eso, deberían haberle enseñado a reír.

Esta campaña mediática para “salvar al planeta” incluye un nuevo elemento. Ser vegano. Si eres carnívoro estás por el genocidio. Fijo. Eres un asesino de seres vivos. El grupo de amigotes que brindaban con tintorro en torno a un estofado de buey o a unas costillas de cabrito, es, desde ahora, sospechoso. Sus risas ofenden la vida de los animales sacrificados. Pero, eso sí, no les toquen a los moros y a su “fiesta del cordero” porque degollar pertenece a su tradición ancestral. Lo vegano aplatana y hoy hacen falta seres aplatanados que no respondan a las crisis ni a esa marcha decidida y firme hacia el precipicio. Yo tuve mi experiencia -breve- vegetariana y todo el personal que acudía a ese tipo de restaurantes pertenecía al mismo modelo: circunspectos, blancuzcos, aspecto enfermizo, como si les faltara vitalidad. ¿Reír? Los he visto, aliñar una ensañada con la gravedad con la que se arrojan una paletada de tierra sobre un cadáver.


VEGANOS, SALVADORES DE POLLOS Y GILIPOLLOS

En realidad, si hubieran consultado a un nutricionista no vegetariano, les había explicado que acumulaban déficits vitamínicos. No me extraña que tengan la misma seriedad que Adán el día del padre. Sin olvidar que, a la vista de cómo se producen alimentos, especialmente vegetales (regados con verdaderos caldos de abonos químicos, vermicidas, fungicidas, herbicidas e insecticidas), comer compulsivamente vegetales supone atizarse sobredosis de venenos químicos. La “prudencia alimentaria” recomienda comer productos variados para evitar precisamente el absorber determinados agentes químicos.

Existe un caso extremo del que se ha hablado mucho en los últimos tiempos: esos progres veganos que consideran que su gran misión en la vida es asaltar gallineros y denunciar las condiciones de vida de los cerdos o de las vacas. Se nota que lo ignoran todo sobre los animales. Cuando se les oye decir seriamente que quieren evitar las violaciones de las gallinas o que nadie toque las tetas a las vacas sin su permiso, uno no puede por menos que pensar que nuestra civilización está pero que muy mal. Son progres, son así.

Lo mismo puede decirse de un gobierno que en dos años ha conseguido, como única realización, una sentencia favorable al traslado de un cadáver fallecido hace casi medio siglo. Como para estar orgulloso. Se frotan las manos y ríen: “Lo hemos logrado”… Para alguien normal, remover un cadáver de su tumba sería algo terrible, una odiosa profanación. Para los progres es su gran logro. Deberían de imitar a los independentistas catalanes y retorcer la historia como han hecho ellos: a fin de cuentas, si han tomado el 11 de septiembre de 1714 como el día en que se cercenaron las libertades de Cataluña en una guerra que fue de “sucesión a la corona de España” y no de “secesión de España”, bien podría establecerse una nueva Ley de Memoria Histórica en la que resulte prohibido afirmar que los franquistas ganaran en la guerra civil. “La verdad es la mentira y la mentira la verdad”, escribió Orwell como lema de su “Ministerio de la Verdad” en 1984.

El programa del PSOE y, no digamos, el de Podemos, está plagado de reivindicaciones dramáticas que encubren ese mal estado espiritual interior propio del progre, alejado de la alegría y de la vida. Se sabe que, en los hospitales, desde hace mucho, los médicos practican eutanasia a determinados pacientes aquejados de cáncer terminal y con permiso de pacientes o familiares. No es un plato de gusto, desde luego, para los que hemos pasado por esos trances. Pero el PSOE quiere legislar incluso el dolor como ha legislado los piropos.


LA TRISTEZA SEXUAL DEL PROGRE

Hete aquí otra prueba de que el progre no sabe reír. El piropo. Insultante… especialmente para el que no lo recibe. “¿Crees en el amor a primera vista o tengo que pasar otra vez delante de ti?”, “camina por la sombra, no te vayas a derretir, bombón”, “¿Desde cuándo las estrellas bajaron a la tierra?”, “quien fuera gato para pasar siete vidas contigo”… ¿Algo de todo esto puede considerarse ofensivo, discriminatorio o sexista?

Y, es curioso, porque en el sexo es en donde la izquierda progre pone más el énfasis. El progre convierte el placer y la sexualidad en angustia y conflicto. Si por los progres fuera, la heterosexualidad estaría en entredicho y habría que rellenar un cuestionario para garantizar la corrección política del cada coito. Se desconfía del amor y se acepta el sexo sin ninguna restricción… sin embargo, en ningún momento de la historia como en este, esta receta ha generado un número tan elevado de disfunciones sexuales, parafilias, inhibidos y frustrados sexuales que hacen las delicias de la industria psiquiátrica.

Para el progre de estricta observancia, incluso la belleza es sospechosa. Es una exaltación sexista y machista. Mejor ser fea y descuidada, para evitar que te valoren por tu físico y no por tus cualidades (para eso ya está la política de cuotas que algunos proponen que se imponga en todos los puestos de trabajo). El “mens sana in corpore sano”, es sexismo puro. La belleza, dicen los progres, puede encubrir bajeza moral. Y es más importante la altura ética (es decir, el progresismo) antes que la belleza siempre engañosa. El ideal femenino progresista es un cuerpo con sobrepeso, descuidado, con más pelo que una orgía de wookies, aspecto iracundo y, eso sí, liberada de cualquier servidumbre sexual…

En una vieja canción de montaña se decía: “Sólo palabras limpias, sólo verdades recias…”. Todo eso causa rechazo en el progre que preferiría cantar: “Sólo onomatopeyas, sólo corrección política”. Y así hemos llegado a donde estamos.

El valor de la risa es curativo. En los 90 hice un reportaje sobre “terapias de la risa”. Pero la risa parece prohibida en la casa del progre: ni chistes gays, ni de gangosos, ni de tartamudos, ni que contengan arquetipos sociales. Si por los animalistas fuera, se prohibirían incluso los chistes de peces (“Que le dice un pez a otro… Nada”). Hay que ir con mucho cuidado, de lo que uno se ríe. La sociedad progre libertaria es la más tiránica y restrictiva que se ha conocido desde el ocaso de los dinosaurios. Durante unos años de mi vida, me relacioné con anarquistas: creedme, no hay nada más autoritario que un anarquista, perpetuamente preocupado de ser víctima de las pulsiones autoritarias reflejas y que impone ese criterio a los que están cerca suyo.


-PAPÁ, PAPÁ, YO NO SE REIR. -PUES HAZTE TERRORISTA, IDIOTA...

Si se hubiera realizado un estudio taxonómico sobre el terrorismo político, hubiera resultado, sin duda, que la cara de todos ellos era el reflejo de su alma. No he visto rostros de personas más amargadas y con mayor intensidad de amargura y hundimiento interior, que el de algunos terroristas vascos, cuya opción era simplemente una forma de huir de su triste cotidianeidad y canalizar sus pulsiones de matarifes. Josu Ternera, sin ir más lejos, era el arquetipo del hombre que se olvidó de reír. Y no digamos algunos de los rostros más habituales del independentismo catalán de nuestros días.

Los indepes, progres entre los progres, son seguramente el fenómeno político que más carcajadas ha generado en los últimos tiempos. Su exigencia de “democracia” y “libertad” cuando ellos mismos quieren imponer a más de la mitad del electorado, la voluntad de menos de la mitad del electorado, su negativa a reconocer que el “procés” ha concluido hace tiempo y nunca tuvo la más mínima posibilidad de prosperar, su defensa de la “identidad catalana” en unos momentos en los que ellos mismos la han desfigurado impulsando el proceso de islamización de Cataluña y esa interpretación de la historia de la que el Instituto de Nova Historia de Catalunya es la quintaesencia, acumulan más carcajadas que las que pueda generar la colección completa de clips de Leo Harlem, Ernesto Sevilla o Faemino y Cansado…

Entiendo perfectamente que los progres sean los principales defensores del “cigarrillo de la risa”. Usted y yo, seguramente, encontramos cada día miles de motivos para estallar en carcajadas (sólo con ver los informativos). Pero cuando se ha convertido la vida en un drama y se han asumido prejuicios y actitudes excéntricas, hace falta un estímulo para reír. De ahí que los progres desde hace 50 años hayan reivindicado el porro como tabla de salvación. Reír a cambio de un número en el sorteo de la esquizofrenia. Buena opción.

SEMBRAR TRISTEZA, EL GRAN LOGRO DEL PROGRESISMO

Los que somos padres, sabemos la satisfacción que produce en la pareja, la gestación y el nacimiento de un hijo. Educarlo siempre es un reto. Hoy, una de las pocas tareas heroicas que se pueden asumir es la de ser padres. Y digo "padres": es decir, padre y madre. Pero esta fuente de satisfacción es rechazada por el progre, en beneficio de aquella mucho más triste y dramática que es la lucha por el aborto. Quizás este caso sea el más claro en el que el progre opta por la tristeza y lo negativo, antes que por la felicidad y la dicha de ser padres. Por eso, cuando alguien pone ante cualquier otro valor, la discusión sobre el aborto, sospecho de él y de las coordenadas mentales en las que se sitúa: es un progre, es decir, un tipo tristón.

El progre vive y proclama todo lo que ha sido considerado durante 3.000 años de historia de Europa como superfluo, estúpido o, simplemente, aberrante. El progre vive de todo lo que ha sido desechado. No es raro: en tiempo de telebasura, de comida-basura, de cultura-basura, de política-basura, de información-basura, los valores que comparte deben ser, necesariamente, basura. Se alimentan hoy de lo que nadie ha querido consumir ayer. Que les aproveche.

Termino con una imagen espeluznante. Esa analfabeta estructural, verdadera tonta del bote, que ejerce como alcaldesa de Barcelona, ofreció en las fiestas de la Merced un espectáculo absurdo: un striptease gay para niños. Claro está que la mente de alguien que ya colocó como “asesora de prensa” a una individua cuyo único mérito había sido orinar ante la Puerta de Brandenburgo, o colocar hace unos meses un tobogán, también para niños, en forma de vagina en la Festa de la Terra, demuestra que su cerebro no da más de sí. Es la alcaldesa bajo cuyo mandato Barcelona se ha convertido en capital mundial de la delincuencia. Entiendo perfectamente que cada vez menos barceloneses rían… Sembrar la tristeza, finalmente, es el único logro, el gran logro del progresismo. Yo creo, incluso, que es su única intención.

miércoles, 25 de septiembre de 2019

Crónicas desde mi retrete (11) - CATALUÑA ¿QUIEN ES EL TERRORISTA?


La pregunta de fondo es: ¿es peligroso el “terrorismo indepe”? Respuesta rápida: no, los indepes nunca han tenido temple para eso. Lo suyo es amedrentar cuando van en “manada” e, incluso así, los nervios les pueden traicionar. No, lo peligroso son los bobos que todavía no se han enterado que el “proceso independentista” está más acabado que Nelson Mandela en una reunión del Ku-kux-klan y que están al frente del ente autonómico. A pesar de lo cual algunos alertan sobre el “peligro del terrorismo” en Cataluña…

Los medios han publicado que los detenidos estos días en Barcelona “fabricaban material incendiario desde mayo”… O que pretendían volar torres de alta tensión. Y ocupar el parlament durante una semana. O que tenían información y planos sobre cuarteles de la Guardia Civil y “edificios estatales”. Y luego que si Torra dice que son buenos chicos o que los indepes piensan que todo esto es un “montaje”. Y luego, el Omnium, la ANC y ERC han telefoneado a los TEDAX porque en sus portales han aparecido “garrafas con un líquido verdoso y la bandera de España”… Llevaban la inscripción “TNT”. ¿Vale la pena tomarse algo de todo esto en serio?

No me cabe la menor duda de que si la Guardia Civil llevaba siguiendo y escuchando conversaciones a los del CDR, algo habrá encontrado y en función de eso se habrán producido las detenciones. A estas alturas nadie precisa realizar “montajes” para acusar a los CDR de violentos. Así que me creo que algunos cerebros recalentados por casi quince años de decir y repetir que la independencia de Cataluña era posible y estaba al alcance de la mano, algunos -sin duda, los más obtusos y chalados- decidieran que con unos cócteles molotov y ocupando el parlament se daba el paso decisivo. Si el gobierno de la gencat y los medios de comunicación subsidiados, creyeron durante unos meses que la independencia era posible, ¿cómo va a extrañar que un grupo de pringaos no creyera otro tanto y quisiera pasar al santoral indepe como los que dieron el paso decisivo? Ahora bien, también me creo que los detenidos, salvo las intenciones y los materiales, no tenían ni, como se dice habitualmente, “ni media hostia”. ¿Peligrosos? Como en el resto de casos de terrorismo indepe, peligrosos, sí, para ellos mismos. Lo cual, claro está, no les exime del peso de la ley.

Me gustaría hacer una comparación con ETA. Lo peor de ETA no era que asesinara y ejerciera como sindicato vasco de matarifes al que iban a parar los psicópatas regionales, lo peor es que era nacionalista y para justificar sus crímenes se aferraba a una idea decimonónica. Por lo mismo, la CUP no es más que una serie de individuos que no pudieron en su momento acoplarse a ERC o que fueron excretados de este partido o que procedían de grupúsculos radicales estilo MDT o Catalunya Lliure o Maulets y que la presunta proximidad a la independencia les dio cierto protagonismo al ser los que ofrecían el programa más maximalista. Lo intentaron. El tiro les salió por la culata.

Tras la Operación Anubis y tras el 1-O llamaron a la “huelga general” y crearon sus “comités por la defensa de la República”. En octubre de 2017 aquella “huelga general” no pasó de ser un embotellamiento, posible sólo gracias a que se ordenó a los Mossos mirar para otro lado. Cuando al gobierno socialista se le ocurrió realizar su “consejo de ministros” en Barcelona, los CDR volvieron a la carga y organizaron “columnas de ataque”: fracaso total, poca gente, poca combatividad, escaso entusiasmo. El segundo intento de “huelga general” fue peor que el primero. Los chicos no admiten que el “proceso independentista” ha fracasado, tanto el asumido por la gencat, como el liberado “desde las bases” (esto es, desde el CDR). Pero es así.


El lema del independentismo en esta fase debería ser: “s’ha acabat el bróquil” o en correcto castellano “no hay más cera que la que arde”. El independentismo ha conseguido fracturar a la sociedad catalana en cuatro (indepes, unionistas, inmigrantes y los que no saben no contestan). Lejos de resolver alguno de los graves problemas que la sociedad catalana tiene planteados, los ha agravado dejando que se pudrieran: “cuando seamos independientes todo se resolverá por sí mismo”.

Pero lo que da la medida de su valía y de su “oportunidad” es que, cuando estamos en tiempos de la “cuarta revolución industrial”, los indepes siguen anclados en la forma Estado-Nación propia de la “primera revolución industrial” (y en modo “mini”).

A nadie le puede extrañar que en las alturas de los partidos (en ERC y en lo que queda del PDCat, si es que queda algo) empiece a cobrar forma la idea de que, no se puede ir más allá de lograr un “concierto económico”. Con eso y un indulto general ya se darían con un canto en los dientes. Por ahí andan los restos optimistas del antiguo seny catalán.

Pero lo cierto es que la inteligencia ha desertado hace tiempo del independentismo y su puesto ha sido ocupado por la visceralidad, el radicalismo y el cerebro nublado por el ideal indepe y por su historia de ficción, o agravado al porrito que tampoco favorece las buenas decisiones.

La novedad en el proceso de sectarización de independentismo catalán (“Cada vez menos inteligentes, cada vez más radicales”) es que se está produciendo ¡en la cúpula de aquella institución que debía dar autonomía a Cataluña y que ha terminado quedándose como simple expresión burocrática del independentismo!

Si la gencat es independentista, no es, desde luego, ni mi gobierno autonómico, ni me representa, ni le reconozco más “autoridad” que la coacción que pueda ejercer. Y si, para colmo, su presidente se niega a cumplir incluso las órdenes de los tribunales, eso exime, igualmente, a cualquier ciudadano de esta región a cumplir la normativa de la gencat incluso en la recogida de cacas de perro.


lunes, 23 de septiembre de 2019

Crónicas desde mi retrete (10) “PROYECTOS TERRORISTAS CON FINES SECESIONISTAS”


Francamente, no me creo que detrás de la noticia publicada por varios medios de que la Audiencia Nacional ha ordenado la detención de nueve independentistas en posesión de “precursores de explosivos”, haya nada serio, ni nada sobre lo que nadie deba preocuparse. El terrorismo independentista en España es un asunto resuelto. Tanto el vasco como el que apenas existió, el catalán. Si hay alguien que le ha pasado por la cabeza resucitarlo, merece antes un tratamiento a base de reforzantes cerebrales, que un pase por la Audiencia Nacional.

El terrorismo independentista en Cataluña siempre ha sido un “tigre con barretina”. Nada serio. ¿Hacemos un repaso?

Es rigurosamente cierto que una parte del independentismo catalán ha sido “militarista” y dado a asumir pomposamente, “la lucha armada”. El problema es que siempre, siempre, le han faltado condiciones, capacidad y carácter. Hace casi 100 años, se inició en el llamado “Complot del Garraf” mitificado por la historiografía indepe. Se trataba de volar uno de los túneles del Garraf cuando pasara el rey Alfonso XIII en el tren. De paso, claro está, morirían sus acompañantes, el séquito, quizás maquinistas y personal ferroviario y las mascotas. Era terrorismo de la peor especie programado por quinceañeros o poco menos. Uno de los comprometidos se lo contó a su padre, el cual, con buen criterio, lo encerró en su casa. El que tenía que llevar los útiles para colocar el explosivo en el túnel, se le olvidaron. Otros perdieron el tren y llegaron tarde… En fin, que, finalmente, la policía, alertada desde hacía semanas por otro de los componentes del “escamot”, los detuvo a todos, entre ellos el que sería luego “jefe de la policía catalana”, Miguel Badía. Casi una travesura infantil.

A pesar de lo anecdótico y chusco de la peripecia, el “complot del Garraf” condicionaría los planes de Francesc Macià, entonces exiliado en Francia y que pretendía “invadir Cataluña” con 140 independentistas exiliados en Francia y una patulea de italianos dirigida por Riccioti Garibaldi, sobrino-nieto del unificador de Italia y exiliado en París. La acción, conocida en la mitología independentista como “la heroica gesta de Prats de Molló” fue del mismo jaez que el “complot del Garraf”. 


Macià, antiguo teniente-coronel retirado del ejército español, planificó la “gesta” con la precisión del ingeniero militar que era. Hacían falta 8.000.000 de pesetas y 4.000 militantes armados para “invadir” Cataluña desde Francia, por la zona de Olot. Para ello lanzó unos “bonos patrióticos” titulados “Pau Clarís” que no lograron el milagro de que los independentistas abrieran su cartera (no se vendió ni el 5% de los bonos emitidos y los compraron catalanes instalados en Cuba, por cierto). Tampoco aparecieron los 4.000 activistas. Y el día en que Macià dio la orden “de ataque”, todos los comprometidos fueron detenidos. La mayoría, italianos. Es más, Macià dio la orden cuando la policía francesa ya había realizado las primeras detenciones. Buscaba el martirio. De hecho, él mismo alegó que temía que alguien, más osado que él, protagonizara una acción como el “complot del Garraf” que tuviera éxito y le robara el protagonismo en el área independentista.

Lo mejor de la “heroica gesta de Prats de Molló” era que la policía francesa estaba al corriente desde el primer momento. Garibaldi trabajaba, además, para Mussolini. La Tercera República Francesa, dirigida por masones (lo eran el presidente Doumerger y sus ministros del interior y de justicia, habían aceptado la presencia de exiliados españoles en su territorio, dado que Primo de Rivera había pactado un acuerdo con la Italia fascista en caso de conflicto. Pero no estaban dispuestos a que un anciano aventurero agriara definitivamente las relaciones con España. Así que dejaron conspirar al pobre Macià y luego lo detuvieron. Como dijo Macià: "Perdent, guanyarem", resumiendo su ideario (que es como decir "tengo vértigo; pues subo más alto para que el tortazo sea mayor")

Durante la República fueron varias las siglas independentistas que aspiraban a seguir la “vía irlandesa” en la época: hubo muchas (Bandera Negra, la Societat d’Estudis Militars, la Organització Militar Catalana, el Grupo 1640…). Muchas siglas y ni un atentado. A pesar de que Estat Catalá y Josep Dencàs, mantuvieron contactos con el consulado italiano en Barcelona antes de la sublevación de octubre de 1934, lo cierto es que la escasa capacidad de pegada que demostraron en aquella ocasión, les enajenó el interés que podían tener en aquel momento, especialmente tras la sorpresa de que 8.000 escamots desfilaran en Montjuic en noviembre de 1932, uniformados y paramilitarizados a la moda fascista.


Las cosas empeoraron durante la guerra civil. Los independentistas pusieron toda la carne en el asador en las primeras semanas de conflicto y se fueron a conquistar Mallorca, prefiriendo dejar atrás una Cataluña arrasada por la FAI, con 9.000 asesinatos en 60 días,  y ante la debilidad de Companys que dejó hacer a unos y a otros y, de paso, aprovechó la confusión desde la primavera de 1936 para resolver algunas pendencias personales (ordenar, por ejemplo, a la FAI el asesinato de Miquel Badía por una “cuestión de faldillas”… la frase es de Tarradellas que conocía bien el asunto). En Mallorca les dieron fuerte y flojo y, para colmo, al retirarse en barco, la CNT-FAI desarmó a los “temibles escamots de Estat Catalá” en la pasarela del buque. El partido se quedó sin un miserable pistolón. Y, aun así, hablaron de asesinar a Companys en lo que se conoció como “el asunto Revertés”. El propio Revertés, descubierto, fue asesinado por orden de Companys, mientras que el principal conspirador, el presidente del parlamento de Cataluña, ponía tierra de por medio y el secretario general de lo que quedaba de Estat Catalá, se disculpaba.


Luego nada. En los 40 años de franquismo, las siglas independentistas que sostenían la posibilidad de una “lucha armada” se fueron sucediendo desde los años 60: el PSAN, el FAC… ya no se trataba de imitar el “modelo irlandés”, sino el “modelo vasco”, ETA. Todos, regularmente fracasaron, tras poner alguna bomba e intentan su peripecia terrorista.

Cuando los vientos de la democracia soplaban por estos lares, el “mito ETA” seguía vivo y un puñado de indepes optaron por ella. No servían para eso. El más bragado le pegó un tiro en la pierna a Losantos facilitando con ello su salida de Cataluña, el dejar atrás su etapa marxista y el reinventarse en Madrid como azote de la izquierda desde las ondas de la Conferencia Episcopal. Inútil recordar que “Terra Lliure” es la única organización terrorista en el mundo que ha sufrido más víctimas por “fuego amigo” que bajas causadas a sus adversarios. En efecto, las bombas tenían una extraña tendencia a explotarles entre las manos. La policía acabó con la aventurilla antes de que los supervivientes se hubieran hecho daño. Su “capitán araña”, Carles Castellanos, nunca fue molestado y, cubierto por la gencat, pudo pasar el verano del 92 en Francia y terminar finalmente en los pastos de la Asamblea Nacional de Cataluña.

Y eso es todo el balance del “terrorismo independentista”. Apenas un conjunto de anécdotas chuscas. Por eso, cuando hoy leo en mi retrete que la Audiencia Nacional ha ordenado la detención de julays con “material para fabricar explosivos”, sonrío. A ver quién les dice a estos chicos que eso terrorismo e independentismo catalán nunca han funcionado bien, salvo como caricatura. Dicen que son de Arran, o de la CUP, o del CDR que, en el fondo, es lo mismo. Creo que el porro ha hecho estragos en .cat…

Lo único que le faltaba el independentismo catalán para rematar su crisis es que aparecieran los iluminados de la “lucha armada” intentado repetir los “éxitos” del pasado.