viernes, 24 de junio de 2016

BREXIT: LO HAN LOGRADO. DESENGAÑAROS NO HABRA HISPANEXIT?


Con un nivel de participación aceptable (el 72%) el 52% de los votantes han dicho NO a la permanencia del Reino Unido en la UE, contra el 48% que pretendían que permaneciera el actual estatus. Ha terminado la presencia de este país en la UE que se inició en 1973. Pero esta ruptura matrimonial no ha sido el resultado (como lo interpretan los grandes medios de comunicación) de la desigualdad entre ricos y pobres o de la “gran crisis financiera”: ha sido solamente el resultado de la alarma de una sociedad ante su pérdida de identidad a causa de la inmigración masiva. Vale la pena realizar algunas reflexiones sobre las implicaciones de este resultado.

En política interior.- el gobierno Cameron queda en posición dificilísima. Había propuesto el voto favorable a la UE y el resultado le ha supuesto una verdadera moción de censura popular. Por otra parte, el peso de la campaña electoral ha recaído especialmente sobre el UKIP de Nigel Farage (cuyo rostro sonriente ha reproducido toda la prensa mundial). Parece innegable que el resultado de las pasadas elecciones generales ya no se corresponde con la correlación de fuerzas que se da en la calle. La debilidad del gobierno Cameron y de la oposición laborista son demasiado evidentes. La actitud más lógica de esta situación ha sido la propuesta por Nigel Farage quien, tras anunciar la victoria del Brexit –“Lo hemos conseguido”- pedía la dimisión del gobierno Cameron y la convocatoria de nuevas elecciones.


Los márgenes de la victoria.- En Sunderland, ciudad de 177.000 habitantes, situada en el Nor-este del país, el margen alcanzo el 22% a favor de la salida y otro tanto ocurrió en esas comarcas deprimidas. Sin embargo, Escocia y el área de de Londres han votado a favor del Sí. Pero los suburbios y las zonas agrícolas se han decantado claramente el No a la UE. Dicho de otra manera: ha votado en contra de la UE, las clases más desfavorecidas, trabajadores y agricultores precarizados, clases medias empobrecidas, mientras que ha votado a favor: inmigración, liberales, laboristas y beneficiarios de la globalización.

El futuro de la UE.- El último referéndum que ganó la UE fue… el convocado por Zapatero para refrendas la Constitución Europea. No fue, desde luego una “gran victoria” porque en el resto de países en donde se realizó la consulta, las cosas fueron mal y la Comisión Europea hubo de retirar el texto constitucional. El resultado indica que España es “diferente” a Europa: 76,74% a favor del si y 17,24% en contra. Mientras que en Francia fue rechazado por el 54% de los votos, en Irlanda por el 53%, en Luxemburgo por el 56,52% y así sucesivamente. La “pedagogía” de nuestra clase política fue extraordinariamente simplista y durante la campaña se supo que, en realidad, ningún partido político español había estudiado el texto constitucional, ni sabía realmente lo que estaba proponiendo. Desde hace, pues, más de diez años, ningún referéndum ha “acelerado” la construcción europea, sino que más bien a sugerido la necesidad de 1) mayor eficacia de la instituciones europeas, 2) más responsabilidad y método en los pasos dados para construir Europa y 3) más atención a los problemas de las poblaciones europeas y menos retórica grandilocuente. El Si al Brexit hará imprescindible la reforma de la UE e, incluso en las actuales circunstancias, no resulta aventurado decir que los errores en la construcción de Europa han sido tales que este proyecto podría disolverse como un azucarillo en caso de que se convocaran referendos parecidos al inglés en toda Europa. De momento en Francia y Holanda, el Front National y el PPV holandés de Geert Wilders han pedido referendos similares en sus países. Si la UE quiere seguir adelante deberá, a partir, de ahora, rectificar su trayectoria de manera muy significativa.

Los terrenos a rectificar.- Hay que ser claros y no ocultar el fondo de la cuestión: el proceso de pérdida de identidad es rechazado por la opinión pública europea… salvo en países cuyos gobiernos en los últimos 30 años han sido incapaces de asumir la defensa de su propia identidad nacional (como es el caso de España). Más de un 50% de la población europea rechaza a las claras los mitos multiculturalistas, el cambio de paisaje en sus ciudades que se ha producido con la llegada de decenas de millones de gentes de otras latitudes traídos aquí solamente para “ganar competitividad” (es decir, contribuir a las reducciones salariales) sin atender a las repercusiones culturales e incluso religiosas, o a su incapacidad para asimilarse a la cultura europea. Estas bolsas de inmigración, subsidiadas, continuas fuente de problemas, cada vez más exigentes y, para colmo, en algunos países, transformadas en fotos de yihadismo y de delincuencia, simplemente, son aborrecidas por la sociedad europea. Las autoridades se han equivocado: a día de hoy la “integración” es un pozo sin fondo que no avanza, mientras que el descontento popular si está avanzando. ¿La muestra? El aumento del voto de las opciones mal llamadas “populistas”. El Brexit es un hito contra la pérdida de identidad de Europa, pero es en el territorio continental en donde se van a dar las batallas decisivas en los próximos años. Lo que demuestra el Brexit es que las manipulaciones electorales (Austria), las continuas criminalizaciones contra los partidos identitaros en toda Europa, la modificación de las “reglas del juego” electorales para cerrar el paso a los partidos identitarios y los operaciones “false flag” (asesinato de Jo Cox) para modificar los resultados electorales, o los lamentos continuos del progresismo etnocida europeo ya no bastan para detener la protesta contra la inmigración masiva, la pérdida de identidad y lo que emana de todo esto.

¿Cómo queda la economía mundial?.- El dinero es cobarde y huye de los problemas. La hecatombe que anunciaban los “eurofilos” ingleses para decantar el voto a favor de la permanencia de su país a la UE, no tendrá repercusiones a corto plazo. Y esto por dos motivos: 1) la economía del Reino Unido es, como la de cualquier otro país occidental, cada vez menos productiva y cada vez más especulativa; por eso las repercusiones serán nulas: existe un nexo común entre la economía financiera anglosajona de un lado y otro del Atlántico al que no le afecta en absoluto este resultado. 2) El Reino Unido ha tenido desde 1973 un pie en la UE y otro en los EEUU. Nunca ha sido socio a parte completa de la UE. Siempre ha mantenido políticas económicas aislacionistas, la primera de todas negarse a entrar en la zona Euro. Por otra parte, el 42% de las exportaciones inglesas se orientan a Europa y esta tendencia no cambiará. Lo que sí pierde la UE es un importante contribuyente para sus programas de ayuda a zonas deprimidas y fondos estructurales para socorro de nuevos socios. A partir de ahora: o toda esa masa dineraria disminuye o al resto de europeos nos tocará pagar más.

¿Cómo queda la UE?.- A nadie se le escapa en estos momentos, que la defección del Reino Unido ha sido la primera baja en el club europeo, pero que no será la última. El eslabón más débil ahora son los países nórdicos: Suecia y Dinamarca, luego hará falta ver cómo quedan las elecciones francesas de 2017 y finalmente lo que ocurre en Grecia (que puede romper con la UE por decisión propia o por vía de expulsión). Si tenemos en cuenta que la UE nación como “club franco-alemán” para evitar nuevas guerras en el continente y garantizar a ambo países una amplia hegemonía en la Europa Continental, el hecho de que las protestas en Francia contra la UE sean masivas corre el riesgo de desplomar por completo el edificio creado a partir del Tratado de Roma de 1957 y que, mientras fue un acuerdo económico, resultó beneficioso para todas las partes (además de alejar el fantasma de guerra civil europea), pero que a partir del Tratado de Maastrich se convirtió en un camino errático y deslavazado al trasladarse del terreno económico al político con las consiguientes mermas de soberanía e imposición de políticas “comunes” que siempre iban en dirección a hacer de Europa una pieza más en un mundo globalizado… cuando en ese marco económico mundial Europa tenía todo que perder.

¿Afectará este resultado a España?.- En cierto sentido sí. A partir de ahora ya no les va a ser tan fácil a nuestros jóvenes convertirse en inmigrantes económicos en el Reino Unido. La pérdida de peso político de España en las últimas décadas, la atomización de la sociedad española, la falta de capacidad para renovar a su clase política e incluso para que la política pueda ser considerada como algo más que una actividad para lucrarse, han hecho que lo que ocurra en España cada vez dependa meno de la voluntad de la población española –de la que es lícito dudar si tiene tal voluntad- sino que haya que fiarlo a lo que ocurra en Europa. Ya hemos visto como el referéndum sobre la constitución europea de hace 12 años dio un resultado en España completamente diferente al del resto de países europeos. Aquí se vio algo peor: una clase política que llamaba al voto ignorando ni a qué se votaba, ni lo que se votaba, ni para que se votaba… y, aún así, voto ¡el 42% del electorado! Es triste, pero el futuro de España no va a depender en absoluto de quien salga elegido el próximo domingo, sino de lo que se dedica en otros países europeos. Ni para bien ni para mal, somos ya dueños de nuestro propio destino: políticos de bajo perfil para una sociedad despersonalizada que ni siquiera es capaz de luchar por sus propios intereses. Vale la pena que nos vayamos convenciendo de que nuestro país es ahora mismo así.

Balance final.- El 23 de junio de 2016, el Reino Unido ha hecho algo por España: demostrar que más de un cuarto de siglo de decisiones catastróficas por parte de la Unión Europea, son reversibles mediante una simple votación. Demostrar a otros países europeos que el “Exit”, la salida, es posible. No hay “Hispanexit”, desde luego, pero, los resultados de la consulta británica han demostrado la necesidad de reformar la UE, especialmente en tres aspectos: 1) No más pérdida de soberanía política hipotecada a un “gobierno europeo” que nadie ha elegido, 2) No más políticas monetarias desequilibradas en beneficio del gran capital y de la globalización, y 3) No más pérdida de identidad europea, ni más inmigración masiva, ni más estupideces multiculturales… Si, además, los ingleses tuvieran a bien devolver Gibraltar y las Malvinas, hasta podríamos reconciliarnos con ellos…

© Ernesto Milà – info|krisis – ernesto.mila.rodri@gmail.comhttp://info-krisis.blogspot.com – Prohibida la reproducción de este texto sin indicar origen.