El gobierno de François Hollande,
en su alarde de irresponsabilidad e irrealismo político considerada que el
terrorismo es malo “venga de donde venga”. El único problema es que, en este
momento, el terrorismo solamente viene del fundamentalismo islámico. De ahí que
resulte incomprensible que un 20% del presupuesto para la lucha antiterrorista,
se dedique a la lucha… “contra la extrema-derecha”.
No ha habido acciones terroristas
de extrema-derecha en Francia desde los tiempos de la OAS en los años 60. Está
claro que las actividades de Front National se han realizado y se realizan en
el marco estrictamente legal y que no existe absolutamente ninguna formación –salvo
el islamismo radical- que proponga poner bombas, asesinar a rivales políticos o
ideológicos. Sin embargo, esa realidad que está al alcance de todo aquel que
tenga ojos y vea, entendimiento y entienda, es algo que se le escapa a las
autoridades del ministerio del interior francés.
Ochenta millones de euros del
presupuesto de interior se dedicarán ¡a combatir a la extrema-derecha! Eso es
lo que ha declarado el jefe de la Dirección General de Seguridad Interior quien
sostuvo que “el auge de los radicalismo es un problema grave”… ¿”los
radicalismos”? ¿Qué radicalismos? Solamente existe un radicalismo y no hay
francés que no lo sepa identificar. El jefe de antiterrorismo francés lo explicó
ante la Asamblea Nacional.
Hay que añadir algo mucho más
inquietante: la cantidad de fondos sustraídos a la lucha contra el
fundamentalismo islámico y orientado contra la “ultra-derecha”, podría aumentar
“si los movimientos ultra siguen radicalizándose y multiplicando sus ataques
contra la población inmigrante”.
El primer ministro francés,
Manuel Valls, dio las cifras presupuestarias para luchar contra el “terrorismo
venga de donde venga”: 425 millones de euros en los próximos tres años. Asía
pues, estamos hablando de 80 millones de euros destinados a luchar contra una
presencia fantasmal.
La medida es considerada como
irresponsable por todo aquel que lee los titulares de prensa cotidianos: en el último
año, las víctimas del terrorismo islámico en Europa han ascendido a casi 300.
Se trata de un terrorismo que cuenta con la adhesión, la solidaridad y el
encubrimiento de una parte de la población islámica. Sin embargo, el único
crimen cometido por un individuo aislado y de facultades visiblemente
perturbadas, como el noruego Anders Breivik, indica que ni existen redes
terroristas de extrema-derecha, ni siquiera sectores que estén decididos a
vulnerar la legalidad vigente en defensa de sus ideas.
Lamentablemente, en el futuro
veremos nuevos atentados islamistas en Francia. Seremos los primeros en recordar
la irresponsabilidad, rayana en lo criminal de las autoridades antiterroristas
francesas al entregarse a lo políticamente correcto cuando existen vidas en
juego y un terrorismo muy real situado… en la parte del radicalismo islámico y
en ninguna otra.