domingo, 17 de marzo de 2024

CRONICAS DESDE MI RETRETE: EL DÍA EN QUE TODO EMPEZÓ A IRSE AL TRASTE

A la hora de examinar la crisis de civilización actual (porque estamos en una fase crepuscular de civilización y, si esto no se reconoce, es recomendable consultar a un psiquiatra o a un optometrista) es preciso remontarse a la “causa primera”. Para ello, la lectura de Julius Evola y de su Hombres y Ruinas (en 10 días estará lista una traducción “decente” de esta obra, por cierto) y a la frase de José Antonio Primo de Rivera: “Acuérdese su señoría, de lo de Caín y Abel, aquello si que fue terrible”. Nuestra intención es más modesta: después de constatar que las enfermedades mentales y la mala educación constituyen los rasgos más habituales de la sociedad española actual, nos hemos preguntado cuál fue su origen. Respuesta: el primer gobierno felipista. Amén. Ahora vamos a desarrollar esta idea.

EL FRANQUISMO NI FUE NINGUNA GANGA
(PERO TAMPOCO FUE EL CAOS ACTUAL)

No es que con el franquismo todo fuera una balsa de aceite. La sociedad tardofranquista ya había sido contagiada por el virus del consumismo, la adaptación del “sueño americano” a la España desarrollista y la bastardización cultural de nuestro pueblo con modas llegadas de allende fronteras: desde la “nueva izquierda”, hasta el LSD y desde la Coca-Cola hasta la Ley General de Educación, pasando por las crisis económicas cíclicas propias del capitalismo y los pelotazos inmobiliarios. ¿Corrupción? Había, pero poca. Un gobernador civil recibía un reloj de oro enviado por un empresario astuto, un constructor le regalaba un 600 a un concejal para que firmara una recalificación. No era algo sistemático, porque la moral católica que Franco profesaba incluía el séptimo mandamiento de “no robarás”. Y, además, los aspirantes a corruptos -que los había- tenían miedo de aquel anciano que guiaba el país desde El Pardo.

Se sabe lo que ocurrió después. Contaré una historia personal. Me encontraba en Bolivia, en la oficina de prensa de la Presidencia. Era finales de septiembre de 1982. El télex escupió un largo comunicado: eran las candidaturas que se presentaban a las elecciones generales de España que tendrían lugar el 28 de octubre. Lo leí con sorpresa: mi primera impresión es que alguien se había vuelto loco. Llegué a contar siete candidaturas de extrema-derecha… No tuve la menor duda de que el PSOE se haría con el poder, sin poner excesiva carne en el asador.

LA DESPENALIZACIÓN DE LA DROGA:
ORIGEN DE MUCHOS PROBLEMAS POSTERIORES

Pero el PSOE se quiso asegurar la mayoría absoluta: en aquellos años, entre 1975 y 1982, el país había empezado a sufrir los primeros estragos de “las drogas”. Antes, sí es cierto, llegaban a la península algunos “caramelos de kify”, la “gauche divine” se alimentaba de LSD y raros eran los que sabían lo que era la cocaína y solamente algunos talegueros natos conocían la heroína. Pero entre 1972 y 1982 el porro empezaba a generalizarse. Se calculaba que, en aquel momento, existían tres millones de habituales de la marihuana y de la resina de haschís. El comité electoral del PSOE decidió que esa era un caladero de votos sólido que había que cultivar. Y fue así como lanzaron su propuesta estrella: “despenalización del consumo de drogas”. Tres millones de colgadetes aportaron su parcela de soberanía a la sigla PSOE.

No puede extrañar que cinco años después, el país ya estuviera inmerso en la epidemia de heroína que terminó cuando el SIDA y el deterioro físico que conlleva este consumo llegó a la casi total eliminación de aquella generación de toxicómanos. Se castigaba el tráfico, pero no el consumo. Y el consumo de todas las drogas se disparó. A fin de cuentas, se nos decía y se nos sigue diciendo, la “maría” es inocua… por mucho que los especialistas y la medicina sepa desde hace décadas que los cannabinoides abren la puerta de la esquizofrenia.

En estos momentos hay entre 600.000 y 1.000.000 de casos diagnosticados de esquizofrenia en nuestro país. Hay cierta opacidad en las cifras. No coinciden las dadas por la Asociación Española de Psiquiatría y las del gobierno, pero lo que es indudable es que se trata de una enfermedad que avanza paralelamente al consumo de drogas y que, por cierto, ha aumentado espectacularmente desde 2017.

Pero la esquizofrenia es solamente uno de los aspectos del problema que se generó a partir de la despenalización de las drogas. Aumentaron las adicciones… y con ellas, los individuos que no podían ni trabajar, ni estudiar, convirtiéndose en socialmente inservibles para cualquier actividad socio-económica. En este, como en cualquier otro campo, la permisividad se paga cara: en inmigración, sin ir más lejos, se ignora el número real de ahogados en el cruce del estrecho y se boicotea cifra real de víctimas y daños (incluida la violencia doméstica y los asesinatos de mujeres o el número de violaciones) generadas por delincuentes llegados con la inmigración masiva y descontrolada).

La permisividad en materia de drogas, unida a otros fenómenos que aparecieron a partir de los años 90 (el acceso libre a la pornografía en cualquier edad a través de internet, los videojuegos, las redes sociales, los ritmos extáticos, etc), consiguieron que aumentara el número de ni-nis (entre 500.000 y 1.500.000 en este momento en España) cuya única posibilidad de subsistencia en el momento en el que fallezcan sus padres es el “salario social” (para pagar la pizza diaria, la conexión a internet y el móvil y para poco mas). Basta mirar a nuestro entorno para ver que la sociedad está en una crisis que coincidió con la despenalización del consumo de drogas.

LA DESTRUCCION DE LA “EDUCACIÓN”
COMO NORMA CÍVICA DE COMPORTAMIENTO

Pero en aquellos primeros años de gobierno socialista apareció otra tendencia igualmente deletérea. Alfonso Guerra definió en aquellos años en los que era vicepresidente del gobierno sistemáticamente como “fascista” cualquier comportamiento social que entrañara transmisión de educación, de urbanismo y de comportamiento cívico. Era un rescoldo del antifranquismo socialista: en efecto, hasta mediados de los años 50, existía una asignatura en los primeros años de enseñanza que se llamaba “Urbanidad”.  Se trataba de transmitir normas de comportamiento social. Sin olvidar que tales normas se inculcaban también en el ejército (incluso se enseñaba a andar con estilo…) durante el servicio militar y a las mujeres durante los meses de “servicio social”. El resultado era que aquella sociedad, incluso en sus estratos más humildes sabía lo que era la educación y las normas de convivencia. Hasta mediados de los años 70, la imagen del “negro zumbón” con un radiocasete al hombro (que habían puesto de moda los marinos de los EEUU que llegaban a puertos españoles) era considerado como la mayor muestra de horterismo, mala educación y comportamiento zafio…

Las reformas socialistas en educación, hicieron que la escuela dejara de “educar” y transmitir valores “cívicos”, e incluso que estos se dejaran de aplicar en las aulas. Se trataba de que los alumnos “aprendieran a aprender” y que, en sus primeros años “aprendieran jugando”, sin esfuerzo, casi sin darse cuenta. El aprendizaje memorístico quedó proscrito. La tabla de multiplicar ya no se “cantaba”, la calculadora había penetrado en las aulas. Los niños que “aprendía jugando”, terminaron “aprendiendo a jugar”, nada más. Ni esfuerzo, ni sacrificio, ni estudio, ni dedicación, ni siquiera premio a los buenos estudiantes… Los niños empezaron a crecer entre paños calientes: de ser los reyes de la casa, pasaron a ser los tiranos de la casa. Se hace lo que el pequeño tirano quiere… en absoluto lo que le conviene para su futuro.

El zapaterismo prohibió -so pena de prisión- a los padres dar un sopapo a los hijos. Quien esto escribe, recibió más de uno de sus padres y les está muy agradecido. No me ha ido mal. Se confundía violencia sádica con cachete educativo. En los colegios, el profesor ya no era la “autoridad” en la clase. Y a los padres, por lo demás, se les había quitado autoridad también en el hogar. El resultado fue el aumento asindótico de ni-nis, la necesidad de rebajar el listón en la educación pública y privada para que el mayor número de alumnos pudiera seguir su curso, el absurdo estúpido de que un alumno pudiera pasar de curso con todas las asignaturas suspendidas… problemas que ahora alcanzan también a la universidad: es necesario rebajar el listón para que el centro universitario no gane fama de “duro” y vea reducidas sus matriculaciones. El resultado ha sido que España está eternamente a la cola del programa PISA: en otras palabras, tenemos a los alumnos más negados de toda Europa; peor aún, tenemos al sistema educativo más deficiente del continente

El definir como “fascista” cualquier forma de autoridad hizo que los padres considerasen normal el que sus hijos se comportaran como histéricos en cualquier lugar. Educar, en el fondo, no es muy diferente a adiestrar a un animal. Al menos en los primeros años. Que nadie se sorprenda: cuando se doma a un potro hay que doblegar por todos los medios su tendencia natural a la agitación. Cuando se consigue, la educación de un caballo ha llegado a buen puerto. Si, desde muy joven, ese potro se habitúa a que nadie le imponga normas, que alguien tire de las bridas, al crecer servirá para muy poco. Evidentemente, la educación de un niño no termina poniéndole bridas; pero si empieza frenándolo, poniéndole límites a su agitación: y ni el sistema educativo en España ni los padres en el hogar, ponen y límites a la agitación infantil. Puedo dar constancia de que los niños españoles son los más agitados de todo el mundo.

¿Es bueno no poder ningún freno a los niños? Los hechos demuestran que, si el trastorno de déficit de atención o el síndrome de hiperactividad se han disparado en nuestros tiempos, se debe a estas premisas educativas. Hoy empiezan a darse cuenta de ello, maestros troquelados en las Escuelas Normales que transmiten sistemas educativos que han fracasado en todo el mundo. Pero la solución no es pedir bajas psiquiátricas: la solución es reformar el sistema educativa justo en la dirección opuesta en la que se ha ido deformando a partir de mediados de los años 70. Incluso estoy convencido de que si a Alfonso Guerra, hoy, se le preguntara qué sistema educativo es mejor, si aquel que él mismo tildaba de “fascista” en los años 80 o el actual generado por las distintas reformas socialistas de la enseñanza, contestaría que el primero.

LA PERMISIVIDAD SE PAGA (Y SE PAGA CARO)

Lamentablemente, la historia ya no puede dar marcha atrás. El mal está hecho: la permisividad se paga con el caos, la debilidad mata, la falta de normas cívicas, genera brutalización de la sociedad, primitivismo y aculturización. Y hay que llamar a las cosas por su nombre.

Lo que empezó despenalizando el consumo de drogas y achacando de “fascista” cualquier comportamiento cívico, ha terminado haciendo inviable esta sociedad: son dos generaciones las que han pasado desde entonces. Basta ver cómo queda un cine después de una sesión para sentir náuseas por suelos cubiertos de basura generada en apenas dos horas. Basta ir a un gimnasio para ver que un lugar en el que debería existir concentración y autodisciplina, se ha convertido en un lugar de hiperexcitación, gritos, ruido de pesas al caer, música estridente (es frecuente que junto a una clase de yoga -que precisa silencio y relación- se dé una clase de spinning -que no es tal sino hay gritos estúpidos y música atronadora). Pasear por la calle y ver en balcones minúsculos a perros de tamaño medio ladrando en soledad, a pesar de que la “ley de bienestar animal” recientemente aprobada sancione esta situación (y es que, de la misma forma que la abundancia de moneda empobrece a la moneda y genera inflación, la inflación de leyes haya imposible su cumplimiento y, por tanto, degrada el concepto mismo de ley). Se sanciona a quien habla por teléfono en el vehículo, pero se pasa por algo a quien lleva bafles atronadores, a pesar de que tenga la cabeza como un bombo y ni siquiera se pueda pensar. Se viaja en un transporte público, se sienta uno en un bar y tiene que estar escuchando las miserias de la conversación que el idiota de al lado comunica sin el más mínimo pudor, ni el menor rastro de intimidad, conversaciones que siempre resultan planas, estúpidas e innecesarias, sino groseras, ¡cuantas desgracias ha generado la tarifa plana del móvil!

Todo esto son algunos ejemplos de las consecuencias de la mala educación generada con la consideración de que “educación” equivale a “fascismo”, “autoritarismo” y “dictadura”. Podríamos seguir. Pero, si se nos ha leído hasta aquí, se entenderá porqué consideramos a la sigla “PSOE” como la “sigla maldita” de la política española. En 1982 tenía la posibilidad de haber negociado una buena integración en Europa, de haberse puesto límites a la participación de España en la OTAN, de haber abordado una reforma constructiva de la sociedad, de haber aplicado leyes que aumentaran la cohesión de la sociedad española, se podía, incluso, haber despenalizado el consumo de drogas, aumentando la presión contra el narcotráfico… Pero el PSOE prefería estatizar RUMASA para luego venderla a los amigotes, lograr el consenso de los centros de poder internacionales de Occidente, y crear una y cinco reformas educativas cada una de las cuales hundió a la enseñanza un poco más que la anterior. Y, además, robar.






jueves, 14 de marzo de 2024

CÓMO LOS INDIOS SEMINOLAS HAN LOGRADO DESESTABILIZAR (MÁS AÚN) AL PEDROSANCHISMO

¿Quién iba a decir que los 5.000 indios seminolas supervivientes con su concesión de casinos iban a provocar un efecto mariposa que puede terminar con el pedrosanchismo, incluso con las siglas PSOE?  Pues así es: sin duda, a los seminolas les importa muy poco el destino de Sánchez. Pero su “gran casino europeo” ha generado la convocatoria de elecciones anticipadas en la región catalana y puesto en suspenso los presupuestos generales del Estado. Sánchez ya no puede realizar más concesiones que los independentistas, de Junts y de ERC, le exigiría en pleno período electoral catalán…

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Con la reciente sombra de la marginalización del PSOE en Galicia, con la amnistía recién aprobada (y su desgaste consiguiente) y con el estallido nuclear de la “koldosfera” (también conocida como “Caso PSOE”), sin conocer los resultados inciertos de las próximas elecciones vascas, y con el previsible giro generalizado a la derecha en las próximas elecciones europeas, ahora, justo en el peor momento para el gobierno socialista-independentista, aparece un nuevo problema que trastoca absolutamente todos los planes del pedrosanchismo: el anticipo de las elecciones catalanas para el mes de mayo. Justo cuando el pedrosanchismo intentaba contratacar lanzando oleadas improvisadas achacando corruptelas contra Díaz Ayuso, ese mismo día, ERC decreta el fin de la legislatura catalana y la convocatoria de elecciones anticipadas en esa región. Y Sánchez, nuevamente se queda con sus planes bloqueados: su futuro quedará atado a los resultados en la región catalana. Vale la pena pasar revista a todo esto. Vamos a seguir viviendo un 2024 de infarto.

LOS RIESGOS DE UTILIZAR EL VENTILADOR

El PSOE ha elegido la peor vía -pero seguramente la única que podía adoptar- para defenderse de la erosión que está suponiendo la irrupción de la “koldosfera” en el debate político: echar basura en el ventilador y utilizar la táctica infantil del “y tu más”. El gran problema es que la “koldosfera” está en los tribunales y toda la duda en este momento es cuántos ministros en activo afectará y si la “omertá” mafiosa podrá mantenerse a medida que avancen los plazos judiciales. Y, en cuanto a los ataques a Ayuso o a Almeida, distan mucho todavía de haber entrado en la deriva judicial y se trata solamente de ataques improvisados para tratar de equilibrar los niveles de corrupción.

El PSOE ha utilizado la vía más peligrosa: la de demostrar que, en democracia, ellos no son los únicos corruptos y que el PP es igualmente corrupto… (algo que, por cierto, no vamos a ser nosotros quienes neguemos). Pero actualizar corrupciones del pasado para neutralizar corrupciones del presente es peligroso y corre el riesgo de que muchos ciudadanos se convenzan de algo de lo que nosotros somos conscientes desde hace cuatro décadas: que el régimen de 1978 es el régimen de la corrupción, de la misma forma que el régimen de la restauración fue el régimen del caciquismo

La línea de defensa que ha adoptado el PSOE -malintencionada, infantil, propia del robagallinas que le dice a la Guardia Civil, “¿por qué me has detenido a mí y no a ese que también roba gallinas?”- redunda en detrimento de la totalidad del sistema político español y demuestra, una vez más y por si aun fuera necesario, está carcomido a partes iguales por la corrupción. Pero, ahora, lo cierto es que, el que ha sido pillado de marrón, el único, es el PSOE. Y nuestro psicopresidente opta por salvarse, hundiendo un poco más al régimen del 78.

NO HAY RIVALIDAD POLÍTICA: HAY ODIO

La historia se repite. Y de forma alarmante. En 1934, socialistas e independentistas intentaron un golpe de Estado con la única excusa de que habían entrado ministros de la CEDA en el gobierno Lerroux (radical, antiindependentista). Esa entrada era lógica, si tenemos en cuenta que en las elecciones de noviembre de 1933, el partido vencedor había sido… la CEDA. Aquel golpe solamente cuajó en Asturias, apagándose en pocas horas en Cataluña y terminando con su cabeza visible, Companys y sus socios, en la cárcel. Esa frustración por la derrota de la insurrección generó dos sensaciones entre la población: resentimientos por parte de los derrotados y convicción en la derecha de que la izquierda solamente aceptaría una república en la que ellos gobernaran a sus anchas eternamente… Entre el 6 de octubre de 1934 y las elecciones de febrero de 1936, lo que hasta ese momento habían sido “rivalidades políticas” se transformó en un odio creciente, inconmensurable, insuperable, entre derechas e izquierdas. Y, cuando venció la izquierda en febrero de 1934, esos odios estallaron. Una de las primeras medidas del nuevo gobierno “frentepopulista” fue decretar la amnistía para Companys y sus compañeros en primavera. En verano estallaba la guerra civil.

La segunda república se había hecho tan inviable como actualmente lo es el régimen nacido en 1978. Hay diferencias, por supuesto (los problemas hoy son muchos más graves para España que en los años 30, aunque, afortunadamente, la intensidad de la beligerancia de las partes sea mucho menor), pero los paralelismos son inquietantes. Incluso en el hecho de que la figura de Companys no resiste un análisis histórico objetivo, cuyos errores son comparables a los de Puigdemont, uno de los personajes de menor talla que hayan dado las tierras catalanas.

Este clima creciente de odio está siendo abonado por personajes como Pedro Sánchez. Un personaje que muestra una ausencia completa de empatía (con los problemas de la sociedad), consideración de su ego por encima de cualquier otro interés, un egocentrismo elevado a la enésima potencia, una increíble capacidad para mentir, una ausencia de emociones auténticas (salvo el odio y la necesidad de revancha), y, finalmente, la ausencia absoluta de remordimientos… Estos rasgos, en medicina, son los que adornan los historiales de los psicópatas diagnosticados.

Para completar el cuadro clínico de Sánchez, hay que recordar que el palacio de la Moncloa y los ministerios están instalados en Madrid… región en la que el PSOE es el tercer partido y el dominio de la derecha liberal y de la derecha nacional, resulta asfixiante para él. Sánchez no puede salir a la calle en Madrid, sin encontrar ciudadanos airados. La misma sede central del PSOE en Ferraz lleva 130 sitiada y soportando gritos del género de “Ahí está la cueva de Alí Baba” y similares. Sánchez es madrileño: pero tiene a Madrid de espaldas. Y la región está gobernada por una mujer. Sánchez odia a Ayuso. Un odio que va más allá de lo político y que explica la elección de la estrategia pedrosanchista para neutralizar el efecto negativo de la “koldosfera”.

Una vez más, su psicología particular, sus vísceras revueltas, han pesado como una losa en la elección estratégica de Sánchez. Pero vale la pena no olvidar los paralelismos entre la Segunda República y esta crisis del régimen del 78: estos jueguecitos de indultos, odios inducidos, amnistías, corruptelas, se sabe como empiezan, pero nunca como pueden terminar.

HARD ROCK, CLAVE PARA EL ADELANTO ELECTORAL 

¿Por qué se han adelantado las elecciones catalanas que hubieran correspondido convocar a principios de 2025? Hard-Rock, propiedad -oficialmente- de la tribu seminola de los EEUU, aspira a abrir un casino en la zona de Vilaseca-Salou en Tarragona (donde En Comú -dato importante- carece de representación municipal en toda la comarca). En las elecciones regionales de 2021, PSC y ERC obtuvieron cada uno 33 diputados y JxCat, 32. Inicialmente se produjo un pacto entre las formaciones independentistas que les permitió gobernar con una precaria mayoría (para gobernar cómodamente hubiera precisado 67 diputados y solo contaban con 65), debiendo negociar con otros partidos para sacar adelante presupuestos y leyes. Esta política se torció tras la ruptura entre ERC y JxCat. Los primeros siguieron gobernando con apenas 33 diputados. Esto hizo que el papel de los 8 diputados de En Comú, creciera y ERC dependiera, en buena medida, de esta formación para aprobar presupuestos. Hasta llegar a 2024 y a Hard Rock y al veto planteado por En Comú.

Aragonés y sus asesores han valorado la situación: Puigdemont (a quien se odia, literalmente, en ERC, no en vano se despidió de sus dirigentes “hasta mañana” sabiendo que horas después iba a poner pies en polvorosa hacia Waterloo), tiene aprobada “su” ley de amnistía, pero no está claro que pueda regresar inmediatamente (la ley tiene que pasar por el Senado -dos meses- y ser aplicada por el Tribunal Supremo). Por otra parte, si Puigdemont sigue liderando solo el “tercer partido” (tras ERC y el PSC), corre el riesgo de verse afectado por medidas judiciales que no ha previsto, mientras que ,conservando el acta como diputado europeo, se siente más blindado. Así que Junts está sin candidato oficial y, por otra parte, su electorado natural puede verse mermado por la extrema-derecha independentista de Silvia Orriols y por los ultraindependentistas de la Asamblea Nacional de Catalunya, que beben directamente en sus caladeros electorales. En cuanto al PSC, parece indudable que, cuando más tiempo vaya pasando y se vayan sucediendo los distintos trámites judiciales, se irá debilitando. Hoy, el PSC es más débil que hace un mes. CUP no remonta, ni probablemente remontará atascado en disputas sobre el feminismo, la inmigración, el patriarcado y demás. El PP se encuentra en pleno ascenso y, cuanto más tiempo pase, más votos y diputados puede recoger. Solamente En Comú sigue como siempre, en donde siempre, ajeno a las desgracias a Sumar y de Podemos. En estas circunstancias, Aragonés ha juzgado que el caso de Hard Rock, le facilita el “casus belli” para disolver el parlamento y convocar elecciones anticipadas.

Aragonés tiene la presunción de que, ahora, conseguirá que Junts quede empequeñecido, el PSC muy debilitado, ERC crezca y todo ello se dé antes de que las elecciones europeas supongan un tirón continental para la derecha (que, indudablemente, repercutiría también en Cataluña). Por eso y por nada más se han anticipado las elecciones catalanas, a despecho de lo que pueda ocurrir en el resto de España.

LOS EFECTOS COLATERALES DEL ANTICIPO

A partir de la convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña resulta evidente que cualquier pacto que pudiera tener ERC con el pedrosanchismo, quedaba en suspenso y que, incluso, los siete votos de Junts en el parlamento del Estado deberían renegociarse en clave electoral. Cada partido exigiría situar el listón más y más alto, a efectos de poder presentarlo como éxitos para el electorado independentista. Y el problema es que Sánchez ya no puede ceder más.

De hecho, el desgaste que le ha generado la amnistía y la “koldosfera”, ni siquiera ha podido ser trasmutado por la cocina del CIS, reconociendo los sondeos de este instituto público que el PP ha adelantado al PSOE en intención de voto. Lo único que ha logrado a cambio de la amnistía ha sido permanecer unos meses más en el poder. Sánchez ya no puede soportar el desgaste que le acarrearía nuevas concesiones -monetarias especialmente- al pozo sin fondo en el que se ha convertido la gencat desde sus orígenes y que se manifestaría en las exigencias de ERC y de Junts para dar su apoyo a los presupuestos generales del Estado. Hasta el verano, Pedro Sánchez no sabrá con quien tendrá que volver a negociar en Cataluña, ni cómo quedará el panorama político catalán.

El gran problema de Sánchez es que su “buena estrella” se ha agotado, su “baraka” ha desaparecido. Solo quedan sus resortes psicológicos y sus vísceras. Está entre la espada y la pared: ya nada depende de él, lo hecho hasta ahora y empieza a entrever que, el que venga detrás levantará las alfombras y encontrará miserias suficientes como para que el PSOE siga el camino que ya han emprendido otros partidos europeos: desaparición o marginalización.








martes, 12 de marzo de 2024

TITULARES DEL DÍA (VI): APARTE DE MANGANTES Y TRASTORNADOS ¿QUÉ QUEDA DEL “GRUPO DE PUEBLA”


APARTE DE CHORIZOS Y TRASTORNADOS
¿QUÉ QUEDA DEL “GRUPO DE PUEBLA”

Grupo de Puebla, llámese así al grupo de partidos y organizaciones de izquierda y de extrema-izquierda Iberoamericanos que junto con los de la península Ibérica, formaron una especie de alternativa “regional” a la Internacional Socialista, caída en el desprestigio y algunos de cuyas secciones nacionales han desaparecido o están a punto de desaparecer en Europa. Desde 2019 han celebrado once reuniones internacionales. Al principio, en 2019, era la fuerza hegemónica en este grupo de países. Poco a poco han ido perdiendo influencia. Actualmente están en el poder en Bolivia, Brasil, Chile, Colombia y España… en todos estos países con plomo en las alas. El último país en liberarse del Grupo de Puebla ha sido Portugal. Felicitamos al electorado portugués, recordando que los representantes españoles en Puebla son: Zapatero, Sánchez, Yolanda Díaz, Irene Montero, Baltasar Garzón… Y, en Portugal, por cierto, el representante era Antonio Costa, líder del Partido Socialista Portugués que el pasado domingo perdió ¡mas de la mitad de sus diputados y de sus votos y quedó en tercer lugar por detrás del partido de la derecha y de Chega, el equivalente a Vox en el país hermano!


 

LA MUJER DEL CESAR ADEMÁS DE SER HONESTA, DEBE PARECERLO. 
EN ESPAÑA, LA ESPOSA DEL PSICOPRESI NI ES HONESTA NI LO PARECE

De las esposas de los expresidentes del gobierno español podían decirse pocas cosas: la de Rajoy pasó completamente desapercibida. La de Felipe González parecía salir muy de tanto en tanto en manifestaciones feministas como exigía el guion. Ana Botella, esposa de Aznar tuvo una carrera política limitada al ayuntamiento de Madrid. Y en cuanto a la de ZP se sabe que fue la madre de dos hijas góticas que ahora andan haciendo negocios en EEUU. O algo así. Pero Begoña Gómez es completamente diferente: no solo por las actividades de su padre y sus saunas gays, sino porque ha decido tomar parte activa en el saqueo de la nación gobernada por su psicomarido. Desvíos de dinero a la República Dominicana, cuando un chivatazo desveló que la UCO estaba investigando a Koldo y antes, no se olvide, la mediación que ejerció en el “rescate” de Air Europa (140 millones de dinero público que fueron a salvar a una empresa que permitía viajar gratis a Koldo y a su banda). Y todo esto sin contar con las maledicencias sobre que Mohamed VI conozca algo sobre sus negocios en Marruecos que todavía no ha trascendido a la opinión pública española. Ni el psicopresi es el César, ni su costilla es honesta ni lo parece.



IRLANDA MARCA EL CAMINO:
SI HABLAMOS DE FAMILIA, HABLAMOS DE PADRE, MADRE E HIJOS,
ESTO ES, DE HOMBRE, DE MUJER Y DE DESCENDENCIA COMÚN

Si esto no es un giro hacia posiciones razonables, se le parece mucho. El referéndum irlandés que pretendía cambiar la constitución y, concretamente, el concepto de familia incluido en ella, además de eliminar el considerado como “lenguaje sexista”. La primera propuesta que aspiraba a introducir conceptos “nuevos” como “familia monoparental”, o considerar la familia como unión de dos personas del mismo sexo, ha sido rechazada por un 67,7% del electorado. Mientras que la propuesta que aspiraba a eliminar “referencia sexistas” ha registrado un 73,9% de votos negativos. No se ha tratado, pues, de un resultado “ajustado”, sino más bien de un batacazo sufrido por el gobierno dirigido por el Fianna Fail y apoyado por los ecologistas.

¿NO SERÍA HORA DE QUE EL EJÉRCITO DEJARA DE SER
EL RYDER DE UNA BANDA DE IMPRESENTABLES?

Estábamos habituados a que, las unidades militares españolas sean embarcadas en las “misiones” más excéntricas e inútiles para la seguridad territorial española. Hubiéramos deseado apreciar y vitorear a tropas que hubieran derrotado al narcotráfico en el Estrecho, que hubieran hecho retroceder a los puertos de salida a la invasión persistente de pateras. Estábamos habituados a que la UME acudiera constantemente allí donde los servicios autonómicos de defensa civil no pueden contener los incendios forestales. Pero lo que ya no creíamos que veríamos jamás es a aviones militares españoles movilizados por el gobierno para traer las mascarillas de Koldo… suponemos que para abaratar costos. De verdad: ¿no va siendo hora de que algún galón pique a la puerta de la ministra Robles (que creo es un de las pocas personas del gobierno que era alguien antes de ser ministra y que vale bastante más que sus compañeros de gobierno) y le explique para qué sirve el ejército, recordándole que no es el Ryder al servicio de una banda de mangantes?



DELATORES LINGÜÍSTICOS:
SÍ, LA CONVIVENCIA MEJORA CON LA AMNISTÍA…
(COMO TODOS PODÍAMOS INTUIR)

El relato oficial del PSOE sobre la amnistía es, lo sabéis, el siguiente: “era necesaria para la reconciliación”. “Reconciliarse” supone que la normalidad y la convivencia volverán a reinar en Cataluña y que, quien la ha roto, tendrá propósito de la enmienda y no volverá a repetir la payasada que ya hizo, quemando fondos públicos, creando “comisiones de desconexión” antes de conocer el resultado del referéndum, generando alarma social, tolerando y financiando durante meses a terroristas urbanos y haciendo la convivencia imposible en Cataluña. También sabéis que para que no haya conflicto, las dos partes deben estar de acuerdo y ceder: ceder en sus posiciones y por largo plazo. El gobierno del psicopresi ha cedido: amnistía total, para nadie con carné nacionalista que haya sido empitonado por algún proceso judicial… ¿En que ha cedido el independentismo? En nada. Ceder, lo que se dice ceder, solamente ha cedido siete votos para que un gobierno de mangantes siga en el poder. Eso es todo. En cuanto a la convivencia, noticias como esta hablan del “arrepentimiento”: más delatores lingüísticos a sueldo para espiar en los patios de las escuelas… Los indepes dicen: “¿De qué deberíamos arrepentirnos?” De muchas cosas: entre otras cosas de haber hecho el payaso, de seguir haciéndolo, de aspirar a tener una CIA de patio de cole y, lo peor de lo peor, haber arrancado la amnistía al gobierno más infecto de la historia de Occidente.



YA ESTAMOS EN LA COLA DE EUROPA TAMBIÉN EN ECONOMÍA

Era del dominio público que estábamos desde hace décadas a la cola de Europa en materia educativa. Seguimos allí y, cada nuevo plan de educación (todos los planes de educación de la democracia son socialistas y nada más que socialistas) confirma nuestro retraso en materia educativa. Los socialistas se reían del “España va bien” de Aznar. Fue bien, hasta que la burbuja inmobiliaria estalló… pero, a partir de ese momento, todo fue de mal en peor. Cuando reventó la “burbuja inmobiliaria” ZP se obstinaba en decir que estábamos “en la Champions”. A partir de su mandato, la deuda pública fue aumentando más y más. Para pagarla y para pagar la pesada burocracia de los distintos niveles de administración, la presión fiscal fue en aumento. El resultado es que hoy ocupamos la cola de la UE también en materia económica. Ocupamos el puesto 27 en la Europa de los 27… Esperar un poco y Sánchez demostrará como es posible caer aún más bajo.










lunes, 11 de marzo de 2024

UNA HIPÓTESIS ALTERNATIVA INÉDITA SOBRE LOS ATENTADOS DEL 11-M

INTRODUCCIÓN

La construcción de una versión alternativa a la “oficial” y a los silencios de PP y PSOE

Como amante de las series, me resulta imposible olvidar aquella histórica protagonizada por Jeremy Bret, Las aventuras de Sherlock Holmes. Fue una incitación a leer la obra original de Conan Doyle, publicada en aquellos mismos años por RBA. En el relato titulado La aventura de la diadema de berilo, el protagonista, Holmes, pronunciaba su famosa frase: “Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca debe ser la verdad”. Y esta es la frase que queremos aprovechar para justificar estas líneas y que no se vea en nosotros una voluntad conspiranoica, tan de moda como desprestigiada.

Pedimos a los lectores que, sin prejuicios, atiendan nuestros razonamientos encadenados. Son el producto de alguien que lleva 21 años dando vueltas sobre el atentado que costó la vida a 192 personas. Cuando escribí 11-M los perros del infierno, publicado y distribuido apenas tres meses después de los atentados, era consciente de que, mientras estuviera José Luis Rodríguez Zapatero en el poder, nada podría aclararse: él fue el gran beneficiario -involuntariamente- del crimen. Luego, cuando fue apeado del poder a causa de los errores encadenados desde el primer día en que se sentó en La Moncloa, no entendí, por qué durante el gobierno de Mariano Rajoy, no se reabría el caso y se trataba de llegar al fondo de la cuestión. Solamente existía una explicación lógica. Y voy a tratar de exponerla.

Ni soy juez, ni policía, ni siquiera detective privado… pero sé lo suficiente de la vida, de las operaciones de inteligencia y del terrorismo como para poder armar una tesis lo suficientemente sólida como para ser defendida especialmente si descartamos lo imposible. Y lo más triste del caso, es que, al final, en el fondo del vaso, queda solamente una verdad banal, casi una broma, si no fuera porque costó la vida a 192 personal y supuso un inesperado cambio de ciclo político.

A las familias de los muertos, solidaridad, nuestro dolor y nuestro deseo de que, antes o después, se haga justicia para que no vuelva a repetirse un crimen así.

A la administración zapateriana que llegó al poder solo y nada más que gracias a las bombas del 11-M, vergüenza y execración universal por haber engañado, escamoteado y ocultado por todos los medios lo que sucedió en aquellos momentos.

Y otro tanto a la administración de Rajoy que, cuando tuvo el poder, olvidó el asunto y se negó a levantar las alfombras. Valdría la pena preguntarse el porqué. Aquí abordaremos también estos silencios.

Estos son nuestros razonamientos:

A) Inclusión del 11-M en su contexto internacional

Siempre que se analiza el 11-M se hace alusión a España y se prescinde de las circunstancias internacionales que se daban en aquellos años. Vale la pena recordar que los atentados del 11-S facilitaron el casus belli para que el Pentágono invadiera Afganistán (con pocos argumentos avalando una invasión que se realizó bajo el impacto emotivo de 2.977 muertes en el WTC) y posteriormente la invasión de Irak (que se realizó tras una campaña sistemática de lo que hoy sabemos eran simples mentiras sobre la peligrosidad del régimen de Saddam Hussein).

Los únicos países occidentales de relevancia que habían apoyado la segunda iniciativa eran el Reino Unido de Anthony Blair y la España de José María Aznar. En ambos casos, este apoyo se había hecho de espaldas al sentir de la opinión pública. Para los EEUU, por tanto, era necesario reforzar a ambos gobiernos o, de lo contrario, corrían el riesgo de encontrarse solos en Irak.

Por otra parte, el apoyo de España era fundamental por tres motivos:

- por la importancia creciente del voto hispano en los EEUU,

- por el peso que en aquellos momentos tenía España entre las naciones iberoamericanas

- y, finalmente, porque en aquellos momentos, Aznar trataba de crear un “eje” de países de tamaño medio de la Unión Europea (coaligado con el gobierno polaco) que indujera un cambio de orientación, especialmente de Francia, que se había opuesto frontalmente a la invasión de Irak.

Bush no podía permitirse el quedar aislado de Europa especialmente si quería demostrar que la “comunidad internacional” avalaba su intervención contra Saddam Hussein (y la alianza con el Reino Unido, que, siempre había tenido un pie en la UE y otro en EEUU y que se encontraba aislada dentro de la Europa comunitaria).

1. El 11-M fue un atentado con las mismas características que los ataques del 11-S

El 11-M fue una “operación de inteligencia”, una operación de “bandera falsa”, destinada únicamente a generar un impacto emocional entre la población norteamericana, tendente a que aceptara fácilmente algo que, en condiciones normales, jamás hubiera aceptado: la intervención armada en Afganistán y los recortes a sus propias libertades públicas con el Acta Patriótica que siguió a los atentados. Para ello, se organizó una operación en la que el elemento central era el derribo de las Torres Gemelas y que se reforzó en las semanas siguientes con episodios dramáticos continuos que acentuaron la sensación de que “América (esto es, los EEUU.,.) estaba bajo ataque”: las continuas alarmas antiterroristas, la “ofensiva del ántrax”, los anuncios de nuevos intentos frustrados de atentados. Todo lo cual transmitió una sensación de pánico al ciudadano de a pie, capaz de aceptar cualquier decisión de su gobierno con tal de conservar la vida.

2. Todos los atentados con la rúbrica Al-Qaeda son atípicos y sospechosos

A pesar de todos los estudios que se realizaron en su momento sobre Al-Qaeda, de todas las informaciones que se difundieron y de todos los libros, informes y noticias que se publicaron que destilan documentos aparentemente exhaustivos que se expresan con frases de seguridad incuestionable, lo cierto es que, tanto el nacimiento de Al-Qaeda, como su final, como la personalidad de Bin-Laden, y, por supuesto, sus actividades, todas, absolutamente todas, están envueltas en el misterio, en las brumas y en las sombras más misteriosas.

Todos los atentados que firmó “la franquicia” Al Qaeda tienen un sello característico: lejos de combatir a los que parecían ser sus enemigos, siempre se obstinó por realizar atentados que reforzaran y justificaran el papel internacional de los EEUU en el mundo. Los atentados firmados por Al-Qaeda, fueron completamente diferentes en su forma, en su intencionalidad, en sus resultados y en su ejecución, a las formas de terrorismo islámico que nacerían en la década siguiente y que, ciertamente, imitaban los procedimientos del ISIL (o Estado Islámico). Mientras que en estos si era posible encontrar a fanáticos islamistas en los que era posible reconstruir su proceso de radicalización y estaba muy clara su voluntad de golpear a las sociedades occidentales y lo motivos por los que lo hacían, en el caso de Al-Qaeda todo ha quedado entre brumas, por mucho que se hayan redactado cientos de informes de inteligencia que, lejos de responder a las cuestiones esenciales y aclarar los misterios de la organización, se centran en aspectos muy secundarios, eludiendo las cuestiones centrales y se centren en algunos casos de militancia individual que se han vinculado a forma de islamismo radical.

3. La “era Bush” fue la era del “terrorismo de Al-Qaeda

Si nos fijamos en la cronología de los hechos, Al-Qaeda nace prácticamente en la época de gobierno de George W. Bush. Vale la pena recordar que, en los primeros meses de su mandato, todavía pesaba sobre su cabeza la sospecha de fraude electoral en el Estado de Florida y que, Al Gore, su rival, se negó durante un mes a aceptar su derrota. Fue solamente a partir de los ataques del 11-S cuando pasó a ser considerado como verdadero presidente de los EEUU. Antes de su toma de posesión, el nombre había aparecido en algunos atentados aislados cometidos en Oriente Medio contra intereses norteamericanos. Pero lo sorprendente no es solo eso, sino que, Al Qaeda deja de actuar justo cuando termina el segundo mandato de Bush. Queda, por supuesto, el “recuerdo” de Al-Qaeda y de Bin Laden… pero, éste último se “canceló” durante el período Obama, de una forma tan extraña como extraña había sido toda la acción de Al-Qaeda. Obama llega a la Casa Blanca en enero de 2008. Dos años después, los SEALS realizan una acción de comando en Paquistán y dicen haber matado a Bin Laden, cuyo cadáver nadie vio y en el curso de una operación de la que no se conocen los vídeos grabados habitualmente en este tipo de misiones. Solamente se difundió la foto de un rostro deformado y con una bala en un ojo que se presentó como el “verdadero Bin Laden”. Y, en cuando al cadáver, se arrojó a un lugar marino desconocido… La extinción de la “era Bush”, con el misterioso terrorismo, hacía necesario un cierre de la “era Al-Qaeda” con un borrón y cuenta nueva: la muerte de su fundador, inspirador y patrón…

4. Los rasgos del 11-M similares a los del 11-S son seis

El 11-M se planificó como “operación de bandera falsa” en la misma línea que el 11-S. Son cinco los elementos que nos inducen a ver en ambas operaciones una misma inteligencia rectora:

a) Los presentados como culpables en los dos atentados o no tenían un historial previo como radicales islámicos, o éste historial era tan improvisado y caricaturesco que no podía ser tomado en serio

b) En ambos casos se pretendía obtener efectos políticos que no hubiera podido conseguirse de otra manera.

c) Tanto en el 11-M como en el 11-S son perceptibles las formas de actuación de “servicios especiales”, están presentes innumerables confidentes y colaboradores policiales.

d) La muerte de los presentados como culpables en la propia acción terrorista o en suicidios era garantía de que ahí terminarían las investigaciones.

e) Las “versiones oficiales” de ambos crímenes dejan tanto agujeros negros sin explicar que no pueden ser consideradas como válidas. Sin embargo, negarlas, implica ser “conspiranoico”. No se ofrece espacio para el debate: la “verdad oficial” es una, incuestionable e inamovible.

f) Las víctimas en ambos casos eran gentes sencillas: las Torres Gemelas en las horas en las que fueron atacadas solamente tenían mayoritariamente a empleados de limpieza trabajando en su interior; en los trenes de Madrid eran trabajadores que acudían a sus quehaceres. Lo normal en un atentado terrorista es que trate de golpear a élites con responsabilidades políticas o económicas: por ejemplo, en las Torres Gemelas a la hora punta de trabajo cuando estarían presentes directivos y CEOs de las empresas allí domiciliadas; en el caso de los atentados de Madrid, en Trenes de Alta Velocidad (que ya existían en la época) o, incluso en la sala de espera del Puente Aéreo Barcelona-Madrid, no en trenes de cercanías repletos de trabajadores y, probablemente, trasportando también a musulmanes…

Estos atentados pueden compararse a los que tuvieron lugar en otras grandes capitales europeas y que muestran los mismos rasgos problemáticos a los que se unen lo que podemos definir como “grandes misterios”.

5. Cómo se organiza un macroatentado de “bandera falsa”

Este tipo de atentados, propios de la franquicia Al-Qaeda, encierran cierta complejidad, pero pueden intuirse algunos puntos incuestionables:

- Estos atentados se producen cuando se da una “coincidencia de intereses” políticos y económicos. Los “autores intelectuales” tienen por cierto que la comisión de estos atentados favorecerá a sus intereses político y económicos. Es este grupo de intereses el que marca los objetivos de la operación.

- La planificación de estos atentados queda en manos de grupos profesionales especializados, individuos procedentes de agencias públicas y privadas de seguridad e inteligencia, gentes, en cualquier caso, bien relacionados con otros miembros en activo de servicios de seguridad nacionales o extranjeros. Constituyen la “dirección estratégica” de la operación.

- Finalmente, se cuenta con grupos de mercenarios de probada eficiencia capaces de cometer los atentados de “bandera falsa”. Así mismo, el señalamiento de “falsos culpables”, el sembrado de pistas falsas, se realiza a través de colaboradores extraídos de distintos ámbitos profesionales vinculados a la seguridad o a la inteligencia. Todo este conglomerado está presente en los aspectos “tácticos” del atentado: cada uno, conoce solamente la parte que va a ejecutar, no tiene acceso al plan de conjunto, e ignora el objetivo real de la operación y para qué servirá la acción concreta que se le ha encomendado. Todos los que participan son conscientes de que serán fuertemente recompensados no sólo con dinero, sino con promociones y destinos suculentos. Saben, así mismo, que cualquier desliz, todo incumplimiento de lo pactado, cualquier fuga de información, supone para ellos el fin. Es así como se garantiza el secreto y la imposibilidad de elucidar la maraña completamente opaca de intereses, complicidades, pistas falsas y manipulaciones.

B) Sobre los grandes misterios del 11-M

Quien diga que la sentencia contra los acusados de haber preparado el 11-M resuelve todos los misterios del caso, se engaña o quiere engañar. Los policías que participaron en la primera fase de la investigación, eran conscientes de que apenas existían pruebas para considerar a los detenidos como culpables del crimen. A fin de cuentas, los “ejecutores materiales” habían muerto en la casa de Leganés y el único superviviente, Jamal Zougan, negó su participación, siendo reconocido solamente por dos testigos de origen extranjero a los que se dio inmediatamente el permiso de residencia. La sensación que da en estos momentos lo que se sabe del 11-M es de alta improbabilidad.

Ninguno de los ejecutores materiales tenía la más mínima talla para planificar una acción terrorista, ni servían para nada más que para vender pequeñas posturas de resina de haschisch en discotecas de barrio. Solamente uno de ellos, “el Chino”, era conocido como fundamentalista islámico y, sin duda, él y su mujer eran los fundamentalistas más conocidos de Madrid, meras caricaturas del fanático y de su esposa cubierta de pies a cabeza con velo negro… Absolutamente ninguno de los detenidos tenía la más mínima capacidad para planificar o desear un atentado con fines políticos y/o religiosos. La triste realidad, es que todos los implicados eran pequeños delincuentes sobre los que hay que preguntarse por qué diablos no habían sido expulsados de España desde hacía tiempo. Todos ellos absolutamente limitados en cultura, formación, inteligencia y experiencia en el mundo del integrismo, de la clandestinidad y del terrorismo, incluso incapaces de defenderse con argumentos sólidos en el momento de la detención: gentes que tenían muchos pequeños delitos que ocultar y ningún medio suficiente para asegurar una defensa sólida. A partir de este gran misterio, que es, a fin de cuentas, el central, gravitan otros “pequeños misterios” que tienden a aumentar las dudas sobre la verosimilitud del conjunto. He aquí unos pocos, de entre los más significativos:

1. Un atentado muy diferente a otros atentados islamistas en España.- Tanto el primer atentado islamista que se produjo en España (el que causó 18 muertos en el restaurante El Descanso en la carretera Madrid-Barcelona el 12 de abril de 1985 y que sigue impune), como el que tuvo lugar en las Ramblas de Barcelona el 17 de agosto de 2017 (completamente aclarado) no tienen ningún punto en común con los atentados del 11-M. Lo normal es que una organización terrorista nazca con un proyecto concreto, inicie una escalada de atentados que culminen con alguna acción espectacular, protagonizada por individuos altamente politizados y fanatizados o, simplemente, llegados del extranjero. Pero en el caso del 11-M, un grupo de pequeños delincuentes, de repente, se convierten en una peligrosa organización terrorista, de la noche a la mañana, capaz de actuar a espaldas de los servicios de seguridad (a pesar de contar entre sus miembros a varios confidentes), idear, planificar y ejecutar el atentado más grande que haya tenido lugar jamás en España. No es de recibo y no puede cerrarse una investigación con un presupuesto tan absolutamente endeble.

2. Un atentado sin “autor intelectual”.- Creemos saber quiénes fueron los autores materiales de los atentados, simplemente porque se suicidaron en el piso de Leganés. Aun en el supuesto de que hubieran sido ellos, la investigación no debería de haberse dado por concluida, a la vista de que ninguno de ellos tenía el rodaje necesario para articular una operación tan compleja como la colocación de bombas simultáneamente en cuatro trenes con toda la logística que ello implica. De la misma forma que Lenin estableció que “no hay revolución sin doctrina revolucionaria”, puede decirse otro tanto del terrorismo: “no hay atentado posible sin una voluntad y un cerebro planificador y organizador”. Incluso dando por supuesto que todos los autores materiales del crimen murieron en Leganés y que Jamal Zougan fue el único superviviente, hay que aceptar que ninguno de ellos tenía inteligencia, preparación, experiencia y capacidad para hacer algo más que vender tarjetas clonadas de móviles o menudeo de haschís (con permiso de la policía a cambio de delaciones).

3. Un juicio que no aclaró gran cosa.- El juicio confirmó lo que los medios ya habían dado por bueno en los años anteriores. No aportó nueva luz en ningún aspecto. La excusa perfecta era que los presuntos autores materiales no podían responder a ninguna cuestión porque estaban muertos. La sentencia, lejos de satisfacer, dejó clara las debilidades de la investigación, lo ambiguo de las pruebas y excesivas dudas sobre la actuación de determinados policías o por la ineficacia de los servicios de seguridad del Estado, muy eficientes a la hora de detectar “células durmientes” que jamás habían actuado, y absolutamente negligentes a la hora de prever un atentado entre cuyos responsables oficiales se encontraban varios informadores de la policía y de la Guardia Civil. Lo normal, después de la sentencia, hubiera sido que la investigación prosiguiese, a la vista de que el caso no podía darse por cerrado, ni por los “agujeros negros” que reconocía la sentencia, ni por la importancia del crimen en sí mismo. Lo peor, además, es que veinte años después, iba a prescribir cualquier responsabilidad en el crimen, cuando, en realidad, las responsabilidades por actos de terrorismo con víctimas, jamás deberían prescribir.

4. La destrucción sistemática de pruebas.- Probablemente el aspecto más evidente de “conspiración” haya sido, desde el minuto uno del crimen, la destrucción sistemática de pruebas de forma injustificable. Especialmente de pruebas fundamentales: por ejemplo, una de las mochilas que no estalló y que podía haber servido para comprobar el mecanismo de ignición, fue detonada poco después de haberse encontrado. Así mismo, mientras que en otros sucesos que tuvieron como protagonistas a vagones de tren, estos se han conservado durante años y hasta la celebración del juicio, en el caso de los vagones de trenes en los que habían estallado las bombas, se procedió a su destrucción poco después de los atentados: parece muy evidente que quienes dieron la orden de destrucción de pruebas y de ignición de la mochila con explosivos, tenían en mente impedir que análisis posteriores y serenos desmintieran las tesis elaboradas en un primer momento: que los mecanismos de ignición estaban accionados por teléfonos móviles (sin duda el sistema más inseguro y complejo para un atentado de estas características, pero que permitía relacionar al propietario del locutorio de Madrid, Jamal Zougan, directamente con los atentados y al locutorio mismo con Al Qaeda a través de Abu Dahdah considerado como “representante” de esta organización en España). Y en cuando a la destrucción de los vagones solamente puede interpretarse como un intento de impedir que un análisis posterior demostrase que el explosivo utilizado no era el mismo que el robado en la mina de Asturias, en cuyo caso, todo el edificio construido se hubiera venido abajo.

C. Una hipótesis sobre lo que ocurrió

A falta de una explicación basada en una voluntad de aclarar todos los misterios y llegar al fondo de la cuestión (investigación que debía estar avalada por las autoridades del ministerio del interior y del ministerio de justicia, tanto en el período de gobierno de Zapatero, como en el de Rajoy), el ciudadano media debe de fiarse de su propia lógica y elaborar una hipótesis que, en cualquier caso, será mucho más próxima a la verdad que la “versión oficial”, a todas luces construida como “hipótesis tranquilizadora” que permitiera dar, judicialmente el caso por resuelto. Lo que sigue es nuestra hipótesis personal, conscientes de que no podemos demostrarla, pero también consciente de que está elaborada teniendo en cuenta los factores de política exterior e interior, así como de los personajes que ocupaban en la época puestos clave en la administración del Estado.

1. Un atentado similar al 11-S para reforzar al “aznarismo”

El aznarismo había salido muy tocado de la insistencia del presidente del gobierno por alinearse con Bush en la cuestión de la guerra de Irak. La invasión y, posteriormente, la convicción de que los argumentos que deberían justificarla -la cuestión de las “armas de destrucción masiva”- era una falacia, aumento la erosión que sufría el PP en aquel momento. Las mismas instancias del “Deep state” que habían propulsado el 11-S creyeron que en España se produciría el mismo fenómeno: un atentado islamista generaría reacciones y odio antiislamista. Por otra parte, la opinión pública norteamericana ya no reaccionaba ante nuevas alarmas de atentados y empezaban a aparecer medios independientes que dudaban sobre la “versión oficial” que se había dado sobre el 11-S. Se trataba pues de elaborar un nuevo atentado que aumentara en los EEUU la tensión bélica antiislamista para seguir justificando la presencia de tropas americanas -cada vez más hostigadas- en Afganistán e Irak. Y si ese atentado podía contribuir a aumentar el clima antiislamista en España, así se ayudaba a aquel gran aliado que era José María Aznar. Tal debió ser el planteamiento de base.

2. Un ministro del interior inepto e incapaz

En aquel momento, el ministerio del interior estaba en manos de uno de los hombres de confianza de Aznar, Ángel Acebes, sin ninguna experiencia en el cargo, sin apenas relaciones ni con la jerarquía policial, ni con el CNI. Había sido nombrado ministro dos años antes y su principal objetivo era acabar orgánicamente con ETA (organización que, para entonces, estaba completamente infiltrada y con colaboracionistas en la misma cúpula: lo que permite explicar las continuas detenciones de comandos de base (antes de que empezaran a actuar) y de miembros de la cúpula (todos desde 2003, salvo Josu Ternera…) que se producían en la banda y que hacían que, en aquel momento, ETA estuviera prácticamente desmantelada. En el momento en el que se produjeron las explosiones, un atentado terrorista solamente podía venir de los rescoldos de ETA o del terrorismo islámico (del que se habían desarticulado varias células, la mayoría con informes procedente de los EEUU).

Así pues, a falta de una reivindicación precisa, los atentados del 11-M, inmediatamente después de conocerse, solamente podían obedecer a dos interpretaciones:

- o era ETA (lo que daba la razón al gobierno de Aznar que había priorizado acabar con el terrorismo independentista)

- o bien eran medios islamistas (lo que daba la razón a la oposición y a los que se habían opuesto a la guerra, al indicar que la toma de posición de Aznar ante el conflicto de Irak, atraería terrorismo islámico en España).

Ante esta disyuntiva, Acebes, en su ignorancia del fenómeno terrorista, en lugar de mantener la objetividad y pedir un retraso en las elecciones, optó por cargar contra ETA más allá de toda lógica y de la aparición de las primeras (aunque vagas) pistas que apuntaban a otra parte.

3. Un poder mediático y cultural que hizo lo que el PSOE ya no podía hacer

Desde el mismo momento en que se produjeron las explosiones, la izquierda quiso considerar el atentado como obra del “terrorismo islámico”. A medida que transcurría la jornada del día 11 de marzo y, especialmente, el 12 de marzo, los especialistas ni veían clara la implicación de ETA y cada vez más se acumulaban pistas que abonaban la “vía islámica”, pero el ministro Acebes seguía enrocado en la culpabilidad de ETA. Por primera vez en la historia política moderna española, los twits y los mensajes MSN, inundaron los espacios virtuales: se acusaba al gobierno de haber generado, por su posición ante la guerra de Irak, el atentado; y, lo que era peor, se decía que se querían encubrir responsabilidades y generar un retraso electoral que se asimilaba a un “golpe de Estado”. Tertulianos, cadenas, medios y “trabajadores de la cultura”, lanzaron mensajes alarmistas. Ya no se trataba de expresar el dolor por los atentados, sino de responsabilizar al PP del crimen y sugerir que se estaba produciendo un intento velado de mantenerlo en el poder retrasando las elecciones. Fue el inicio de la consideración de dos formas de terrorismo: un “terrorismo bueno” (ETA) y un “terrorismo malo” (el islamista). Hoy todavía, esa división se sigue aplicando al medio siglo de acción de ETA.

4. Tres millones de votos que cambiaron de orientación en tres días

El resultado final fue que, en los tres días siguientes, tres millones de votos que, hasta ese momento estaban dispuestos a apoyar la candidatura de Mariano Rajoy, pasaron a apoyar la candidatura de José Luis Rodríguez Zapatero.

Hasta ese momento, todas las encuestas daban por vencedor al PP y la única duda estribaba en si tendría o no mayoría absoluta. De ahí que nadie puede dudar de que la victoria de Zapatero se debió, única y exclusivamente a las bombas del 11-M.

El período zapateriano, que empezó con sangre, se convirtió en los primeros meses en un vodevil en el que medidas excéntricas (el “diálogo de civilizaciones”), declaraciones irresponsables (el apoyo a “lo que salga del Parlament de Catalunya” en relación con el debate sobre el “nou estatut”), se unieron a la “ingeniería social” (prioridad a las energías renovables, ley de violencia doméstica, nueva ley del aborto, ley sobre adopciones gays, etc.), unido a medidas simplemente estúpidas (“regularización masiva” de inmigración, con tres millones de nuevos inmigrantes llegados en el primer año de zapaterismo), para terminar en medidas completamente desacertadas de lucha contra la crisis económica desatada en 2008 (Planes E y E2010 que iniciarían la carrera desenfrenada hacia el aumento continuo de la deuda del Estado que se terminó disparando durante el gobierno de Sánchez). De no haberse producido los atentados, la victoria de Rajoy estaba cantada y solamente hubiera tenido que negociar -como había hecho antes Aznar- en el peor de los casos, con nacionalistas moderados para garantizar el gobierno de la nación.

5. La “versión oficial” y los relatos paralelos “por si acaso”

En una operación de “bandera falsa” es necesario planificar previamente el relato que se va dar sobre el atentado. Puede ocurrir que ese relato “caiga”; por lo que fuere, a causa de una investigación por profesionales honestos, a causa del análisis objetivo de las pruebas, a causa de una comisión parlamentaria de investigación digna de tal nombre, el “relato oficial” puede quedar desmentido; también puede ocurrir que, por circunstancias políticas, convenga cambiar el relato para adaptarlo mejor a las circunstancias políticas que pueden mutar en cualquier momento. Eso explica algunos detalles poco conocidos. Sostenemos que los instigadores del 11-M prepararon dos relatos “de reserva” para el caso de que el primero no pudiera mantenerse:

- El relato del 11-M = crimen de ETA.- ETA, contrariamente a lo que sostenían sus partidarios, sí había cometido masacres indiscriminadas en Madrid (la primera de todas, el atentado de la Calle del Correo en 1974) o en Barcelona (el atentado de Hipercor). Por tanto, bien podía haber cometido, en  la locura de sus últimos coletazos, una nueva masacre indiscriminada. Ese relato podía cobrar cuerpo con dos elementos: la convivencia entre presos islamistas y etarras en las cárceles españolas (desde 2001 la policía y la Audiencia Nacional, manejando informaciones siempre llegadas de EEUU, habían desarticulado varías células islamistas, reales, puestas o en embrión, pero que nunca había logrado atentar), había dado lugar a una convivencia peligrosa. Por otra parte, la llamada “caravana de la muerte” que había conducido a una furgoneta llena de explosivos de ETA hasta Madrid, se realizó paralelamente a la conducción de explosivos realizada por los terroristas considerados responsables del 11-M e, incluso, una de las pistas llevaba al mismísimo callejón en el que vivía Trashorras, el pequeño traficante asturiano que consiguió los explosivos. A partir de todo esto era posible dar forma a un relato en el que ETA aparecía como autora del crimen, con o sin presencia islamista. Esto era todavía más posible si tenemos en cuenta que, como hemos dicho, ETA estaba, en esos momentos postreros de su historia, contra las cuerdas e infiltrada por colaboradores policiales desde su propia cúpula.

- El relato de 11-M = crimen de la extrema-derecha.- una serie de pequeños detalles que han pasado casi desapercibidos y que nosotros mismos hemos denunciado, sugieren la posibilidad de otro relato que atribuiría a la extrema-derecha la culpabilidad en el crimen. Este relato partía de la Renault Kangoo y de Alcalá de Henares. En efecto, en el interior de la Kangoo, de todas las imprentas que existían en la época en Madrid, la policía encontró la tarjeta de una imprenta perteneciente a un miembro de la dirección de Democracia Nacional, un pequeño partido de extrema-derecha. Nadie explicó de dónde había aparecido esa tarjeta y, en sí mismo, el detalle no sería significativa si todo terminara aquí: sin embargo, la única delegación importante de DN se encontraba en Alcalá de Henares, con un local, relativamente próximo a la estación en la que se encontró la Renault Kangoo. A ese local, pocos días antes de los atentados, había aparecido un personaje que decía ser “sirio”, proponiendo a los miembros de este partido cometer “atentados antisionistas”. Obviamente, el sujeto en cuestión fue puesto inmediatamente en la calle, pero la oferta es significativa. A esto se une el que, entre los miembros de la dirección de DN en aquel momento, se encontraba un personaje al que la policía había intentado implicar anteriormente en atentados supuestamente vinculados a la “internacional negra” (acusaciones que se demostraron falsas) y que, había estado en contacto con medios iraníes e irakíes a principios de los años 80 durante su militancia en el Frente de la Juventud…

Si, por algún motivo, caía en el descrédito la primera “versión oficial”, siempre estaban a disposición otras dos versiones a las que echar mano: la alianza ETA-islamistas, en primer lugar; y, si esta también caía, quedaba la hipótesis antifascista, la de una alianza entre la extrema-derecha y los medios islamistas. La mera existencia de estas dos “pistas”, refuerza todavía más la hipótesis de una operación de “bandera falsa”.

Conclusiones

La pregunta que subyace de todo lo expuesto hasta aquí es: ¿cómo es posible que un atentado que, en nuestra hipótesis, fue concebido con el mismo diseño que el 11-S y con objeto de reforzar la posición del gobierno español de derechas, terminara convirtiéndose justamente en lo que liquidó a ese mismo gobierno de derechas?

La respuesta es relativamente simple:

- El atentado fue urdido unilateralmente por las mismas inteligencias que compusieron el escenario del 11-S y otros atentados similares firmados por la franquicia Al-Qaeda. Una operación más de “bandera falsa” cuyo objetivo no era otro que el reforzar la posición del gobierno español, especialmente en materia internacional y en concreto en la cuestión de Irak.

- A partir de este objetivo, la estrategia empleada consistió en movilizar peones propios (mercenarios procedentes de fuerzas especiales que habían cometido acciones similares) y contar con el apoyo de miembros de las fuerzas de seguridad del Estado españoles, que debían “elegir” a los chivos expiatorios: un grupo inconexos de pequeños traficantes marroquíes, el propietario de un locutorio marroquí, elegido solamente por el único hecho de que el considerado como “responsable de Al-Qaeda en España” había sido cliente suyo, y un pequeño grupo de pequeños traficantes asturianos que facilitarían explosivos. Es de destacar, como se puso de relieve en el juicio que, tanto en el grupo marroquí, como en el asturiano, los personajes más representativos eran confidentes de la policía o de la Guardia Civil y que, ninguno de los dos, había mostrado jamás, el más mínimo interés en la “yihad” o en el fundamentalismo islámico.

- El gobierno español no estaba al tanto de la operación “bandera falsa” (no podía estarlo, al tratarse de una operación “secreta”), mientras que quienes diseñaron la operación creían que las mismas causas producirían los mismos efectos y que, en España, un atentado islamista generaría una adhesión unánime al gobierno español (como había reforzado en EEUU al gobierno Bush: siempre que hay terrorismo, el Estado queda fortalecido, al situarse la población bajo su paraguas protector) y un rechazo a los sectores que, hasta ese momento, se había mostrado pacifistas y contrario a la intervención de España en Irak.

- Sin embargo, en el momento en el que se produjeron las bombas, ya sea por inexperiencia del ministro Acebes, ya sea por que algunos próximos colabores lo intoxicaron con informaciones ambiguas, o, incluso por su obstinación anti-ETA, en lugar de acusar desde el primer momento al fundamentalismo islámico, asumir el reto y sostener -como hubiera hecho cualquier político provisto de una visión global de la situación- que la participación en la guerra de Irak había sido justa, precisamente para evitar atentados como éste, inesperadamente, contra todo criterio racional, en su obsesión anti-ETA y en su desconocimiento del fenómeno terrorista, señaló a ETA como responsable, incluso cuando ya habían surgido pruebas que apuntaban a la “pista islámica”…

- Esa obstinación de Acebes fue lo que permitió que la izquierda política y mediática, reaccionara (es incluso posible que algo de lo que se estaba preparando se filtrara en determinados medios progresistas) y se organizara en apenas tres días un vuelto de la opinión pública, un aislamiento del PP y de quienes veían a ETA como responsable y el encumbramiento de quienes acusaban al aznarismo y a su política exterior de tener la última responsabilidad en el crimen y pretender un “golpe de Estado” aplazando las elecciones.

- Fue así como la operación “false flag”, realizada con criterios de la inteligencia estadounidense, se convirtió en la puntilla para el gobierno que debía haber salido reforzado del crimen.

Esta hipótesis de trabajo está avalada por una serie de elementos fácilmente constatables:

1. Liquidado el “período Bush”, Al-Qaeda dejó de existir. - Ni en EEUU, ni en España, ni en país alguno se produjeron más atentados firmados por Al-Qaeda. Uno por país y no más. Los atentados islamistas que tuvieron lugar a partir de 2015 en Europa Occidental eran de otro fuste: estaban protagonizados por inmigrantes musulmanes residentes en Europa que trataban de solidarizarse con el ISIL (Estado Islámico), uno de los “efectos secundarios” surgidos de la aventura norteamericana en Irak. Se trataba de un terrorismo, igualmente criminal y asesino, pero de una orientación muy diferentes al protagonizado por Al-Qaeda.

2. El “zapaterismo” se negó a reconocer que el crimen diera un vuelco en las urnas. - Nadie dentro del zapaterismo pretendió investigar el 11-M más allá de donde llegaban la policía y los juzgados. Para el PSOE, el 11-M se convirtió en un sinónimo de “responsabilidad de Aznar” y para el PP, los atentados fueron obra de la “perversión fundamentalista”: los 192 muertos fueron arrojados por ambos partidos, unos contra otros. Pero ninguno de los dos mostró un excesivo interés en llegar hasta el fondo de la cuestión: en el PP porque había quedado paralizado por la sorpresa y por las dudas sobre lo que había ocurrido, y en el PSOE por miedo a que la victoria de ZP no fuera nada más que el efecto de acaloramiento del electorado ante un crimen sin precedentes.

3. El extraño silencio del gobierno de Rajoy cuando tuvo el poder en sus manos.- Cabría esperar, especialmente tras la llegada de Mariano Rajoy a la presidencia del gobierno en 2011 (apenas siete años después del crimen), que el PP se hubiera propuesto esclarecer los atentados y limpiar su nombre. Pero, en aquellos momentos, España estaba al borde de la intervención por parte de la UE, en el momento más negro de la crisis económica. Rajoy consideró que volver a insistir en este tema (que judicial y policialmente estaba cerrado, a pesar de los evidentes “agujeros negros” de la “versión oficial”) era ocioso: un mero problema añadido a la situación endiabladamente difícil en la que ZP había dejado el Estado. Juzgó, así mismo, que hubiera supuesto un descrédito (y seguramente un enfrentamiento con Ángel Acebes, quien hubiera tenido que reconocer públicamente su error y aceptar sus responsabilidades, al tiempo que le hubiera obligado a señalar a los colaboradores que le indujeron a cometer su gran error). Así pues, todos juzgaron que era mejor dejar las cosas como estaban…

4. 192 muertos gritan justicia y una nación no quiere que vuelva a suceder nada igual.- Tras el atentado y en los años siguientes, se sucedieron distintas hipótesis, unas más verosímiles que otras. La sociedad española, más que nunca, quedó polarizada: a un lado, los que aceptaban la versión oficial, y al otro, quienes seguían sosteniendo que había sido ETA, en colaboración con Al-Qaeda… Nosotros hemos sostenido otra versión (la de un 11-M que no fue más que una operación de “bandera falsa” urdida por el mismo centro de poder que planificó el 11-S, pero con un resultado político contrario al esperado a causa de la ignorancia de los planificadores estratégicos sobre la política española, el carácter español e, incluso, sobre las reacciones del gobierno español), pero, ante todo y sobre todo, hoy, veinte años después no podemos dejar de recordar a los 192 muertos y a los 2.000 heridos que nunca podrán olvidar aquel día (algunos de los cuales están sufriendo secuelas de por vida), gritando que, hasta que no se aclaren todos los aspectos de aquel crimen, corremos el riesgo de que vuelva a repetirse y consiga alterar nuevamente la “voluntad popular”.

Y esto es lo que debemos retener finalmente de este intento de elaborar una hipótesis alternativa. En ciencia se dice que más vale tener una “mala teoría” a no tener teoría: una “mala teoría” permite criticarla, es siempre susceptible de rectificación y, seguramente, en cada rectificación se estará más cerca de la verdad. En España se ha dado como ”teorema final” sobre el 11-M, unánimemente aceptado, lo que no era nada más que una mala teoría. De hecho, las líneas que preceden son, para nosotros, otra teoría que reconocemos incompleta, pero nos ha parecido un deber moral formularla, por el recuerdo de 192 muertos y para que no olvidemos que la investigación se cerró en falso: tanto el PP como el PSOE, como hemos visto, tenían motivos suficientes para pasar página y olvidar cuanto antes un asunto. 

El asesinato de 192 personas jamás puede prescribir.

Ernesto Milá (11 de marzo de 2024)