Sólo Sánchez parece no reconocer que su hora ha pasado y que él
mismo ha terminado siendo un zombi político, sin vida, sin más futuro que el
carcelario y sin más lugar en la historia que en el basurero. El último “comité
federal” del PSOE ha demostrado sobradamente cómo están las cosas: los pocos
disidentes ya están dispuestos a morir matando, las mujeres del PSOE parece que
solo gritan en las manifas de orgullo gay y en las del “día de la mujer”. Pero
todo tiene un límite y el nombramiento de Francisco Salazar para la Ejecutiva,
el habitual babosillo de izquierdas permanentemente avasallador con las
mujeres, ha hecho que alguna ofendida pusiera el grito en el cielo y revelase
episodios de su pasado reciente a un “tabloide de izquierdas”. También en este
caso, “todos los sabían” y, claro está “todos y todas callaban”, no fuera que
el “puto amo del PSOE” les castigara si contradecían su santa voluntad. El que
tenía que ser el “comité federal” para remontar la pérdida de prestigio y peso
social del sanchismo, ha terminado siendo su “comité” mas desastroso. Mientras,
el PP daba muestras de fortalecimiento y unidad en su congreso. Y todo eso,
cuando periodistas, tertulianos, lectores y la clase política tienen la
seguridad de que la “era de los escándalos” no terminará con Cerdán en la
cárcel…
EFECTIVAMENTE, GRACIAS AL PSOE, A ESPAÑA NO LA VA A CONOCER NI LA
MADRE QUE LA PARIO
Se conoce el origen de la frase: es de Alfonso Guerra. A fuerza
de ir degradándose el sanchismo, aquel PSOE de los años 80 y del primer
gobierno socialista, casi está rozando la santidad. Era obvio que, en
comparación con el zapaterismo, tras la larga agonía del sanchismo (que se
inició el día 1 de su llegada a la Moncloa), Felipe González gana por goleada… a
condición de olvidarnos que la iniciativa de los GAL no fue más que una
maniobra de algunos altos cargos para saquear los fondos reservados del
ministerio del interior con la excusa de pagar a mercenarios para acabar con
una docena de etarras y no tener en cuenta el primer gran escándalo de
financiación de los partidos políticos que fue el caso Filesa, Malesa y Time
Export o el Caso Roldán, o la gestión de Mariano Rubio al frente del Banco de
España con el caso Ibercorp, por no hablar de Borrell cuando estaba al frente
de la hacienda pública en Cataluña y se vio implicado en un caso de corrupción destapado
a finales de los 90, que en 1999 forzó su dimisión como candidato socialista a
la presidencia del Gobierno. No hay “inocentes” en el PSOE, como no los hubo en
Gomorra.
Lo cierto es que el PSOE ha cambiado mucho en 40 años. La “O” de
Obrero, en 1983 ya no le cuadraba entonces y hoy es posible que los últimos
obreros que quedan en España, voten antes a Vox que a la sigla que lleva su
nombre. De hecho, los cálculos realizados por el zapaterismo, casi obligaban
a que el viejo PSOE pasara a llamarse PI, Partido de los Inmigrantes. Y que, desde
el zapaterismo, cuando la izquierda certificó la muerte de la “clase obrera”,
simplemente, busco un electorado de sustitución. Y en eso están.
Obviamente, la izquierda se equivoca: no solamente permanecen
indiferentes a los traumatismos que la llegada de ilegales está causando en
toda Europa Occidental (y por eso mismo no tienen perdón, porque abrieron las
puertas a la inmigración cuando en Francia, Reino Unido, Alemania, Holanda, Bélgica,
ya se tenía una idea muy clara de los problemas insolubles que suponía), sino
que, en su absoluta ignorancia de la personalidad del inmigrantes ilegal, creen
que siempre va a tener con ellos a ese “electorado de sustitución” que precisa
para seguir teniendo cierta presencia social y política. Permanecen de
espaldas al hecho de que, tal como recomienda el Corán, los ilegales serán
“sumisos” mientras no tengan la seguridad de que el número les dará la
victoria: a ellos, no al PSOE. Y eso está a la vuelta de la esquina: hacia
2050, la diferencial demográfica ya habrá operado a su favor del islam en
Europa Occidental; y para un musulmán, un “dimmi” (individuo no musulmán
que vive bajo protección estatal en un territorio gobernado por musulmanes, a
cambio de ciertos compromisos y el pago de un impuesto específico) del PP es lo
mismo que uno del PSOE, uno e Vox estará para ellos al mismo nivel que otro de
Junts, de Podemos o de lo que haya sustituido a Sumar.
¿Y qué puede hacer la derecha ante el fenómeno? Respuesta dura:
adoptar la política de Trump (que en pocas semanas ha conseguido el consenso de
toda la sociedad norteamericana -incluidos inmigrantes legales- reduciendo el
fenómeno de la inmigración ilegal en un 80% y no parará hasta minimizarla al
0%). La brutalidad de un fenómeno brutal como es la inmigración ilegal y
masiva, solo se detiene brutalmente. Quien no lo
entienda, ya está muerto.
DE LA INMIGRACIÓN ILEGAL AL PIB
Y es que una sociedad estable étnica, cultural y religiosamente,
es una exigencia mucho más saludable que una sociedad en la que el PIB aumenta
cada vez más, uno de los dogmas de la economía moderna. En efecto, como ya
hemos dicho en muchas ocasiones, el PIB mide el volumen de intercambio de
dinero: cuando más crece esa sociedad, más crece el PIB: un inmigrante ilegal
precisa comer (y paga IVA), precisa telefonía y redes (y paga IVA), incluso los
hay que precisan vivienda… Claro está que pueden pagar todo eso (y el IVA
anexo) gracias a los subsidios que el Estado les proporciona: y es eso lo que
registra el PIB. Más inmigración, más PIB. España es la economía
número 15 por volumen de PIB. Su deuda pública en 2024 fue de
1.620.569 millones de euros1.754.072 millones de dólares, con una deuda del
101,8% del PIB está entre los países con más deuda respecto al PÎB del mundo.
El zapaterismo y el sanchismo, por supuesto, eluden hablar del
“PIB per cápita” que mide el aumento del nivel de vida y de riqueza… Es muy
simple: PIB dividido por el número de habitantes de una nación. Esto da el índice “igualitario” de si los individuos son más
“ricos” o más “pobres”. Y en España, el PIB per cápita, a pesar de crecer
bastante menos que el PIB también lo hace. Pero ¡atención! Hemos dicho que
el PIB per cápita da una medida “igualitaria”: y la España del PSOE-PII es
cualquier cosa, menos igualitaria. Existen diferencias regionales y, sobre
todo, diferencias por grupos sociales. Y lo sabemos gracias a otro índice: el
de la pobreza.
La tasa AROPE (At Risk of Poverty and Exclusion)
es el indicador que mide el porcentaje de personas en riesgo de pobreza y
exclusión social. En España, esta tasa se situó en el 26,5% en 2023, lo
que representa un aumento de medio punto porcentual respecto al año anterior,
según datos del Instituto Nacional de Estadística. Además del riesgo de pobreza
y exclusión, un 9% de la población española experimenta carencia material y
social severa, lo que implica dificultades para cubrir necesidades básicas
como alimentación, vivienda o acceso a servicios.
Los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida del año 2023,
la población en riesgo de pobreza relativa (tasa de riesgo de pobreza),
calculada con los ingresos percibidos por los hogares en 2022, es mayor en
mujeres (20,8%) que en hombres (19,5%). La brecha económica entre el norte y
el sur de España es una realidad palpable en las condiciones de vida de sus
ciudadanos. En concreto, Andalucía tiene la mayor tasa de pobreza del país
(30,5%), tres veces mayor que la del País Vasco (10,2%) y mayor que la de
cualquier país de la Unión Europea. En términos absolutos, esta cifra se traduce en más de 12 millones de
personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social en España, según la
Unión Sindical Obrera. Desde
2023, estos índices se han disparado y ya no pueden ser utilizados por el
sanchismo para justificar su “política social” (en realidad, entre 2018 y 2022,
se habían producido muy ligeras mejoras en este índice).
En 2023, España adelantó a Grecia y se convirtió en el tercer país
de Europa con más población en riesgo de pobreza,
con solamente Rumanía y Bulgaria por delante, siendo el único país del euro en
este trío… Andalucía está incuestionablemente a la cabeza de Europa en tasas de
pobreza: ¿por qué? Por tener uno de los PIB más bajos de Europa, a lo que se
añade la segunda concentración de inmigración ilegal y masiva de todo el Estado
(después de Cataluña).
Esto pone el dedo en la llaga: la situación de
pobreza y exclusión social no es homogénea en todo el territorio español. Comunidades
como Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Murcia presentan tasas de
pobreza más elevadas que otras como País Vasco, Islas Baleares o Comunidad
Foral de Navarra. En Cataluña, alrededor
del 24.4% de la población se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, según la tasa AROPE. Esto significa que aproximadamente una
de cada cuatro personas en Cataluña enfrenta dificultades económicas o se
encuentra en riesgo de caer en la pobreza. La tasa AROPE incluye tres
componentes: la tasa de riesgo de pobreza, la población con baja intensidad en
el trabajo y la población en situación de privación material y social
severa. ¿Por qué la región, hasta ahora “más rica” del Estado es la que
tiene una de las mayores tasas de pobreza? Respuesta: por la inmigración masiva
y subsidiada.
Y esto nos lleva a otro tema que parece muy distanciado de éste: la corrupción política.
