lunes, 30 de noviembre de 2020

NOTAS PARA ENTENDER EL SIGLO (1) - La nueva fisonomía de la sociedad en el primer tercio del siglo XXI

He tomado prestado el título de este artículo de una obra de Pierre Drieu La Rochelle, Notes pour comprendre le siègle, recientemente reeditados por la editorial Ars Magna. La lectura de esta obra es de las que más me han conmovido, no solamente porque el contenido hace honor a su título, sino porque he podido comprobar el abismo que separa el siglo XX del siglo XXI. Esto me impulsó, en lo más profundo del aislamiento provocado por el Covid-19, a reflexionar sobre la época en la que me ha tocado vivir. Permítaseme iniciar con un recuerdo familiar.

Mi padre había nacido en 1896, era un aficionado a la aviación y él mismo había sido piloto. Aprendió a volar en el Aeródromo de Canudas (en los terrenos de lo que es hoy el Aeropuerto del Prat) y su maestro fue Julien Mamet, el introductor de la aviación en España. Mi padre había visto la aviación desde sus primeros y balbuceantes pasos, pero cuando cumplió 73 años pudo ser la llegada del hombre a la Luna. En apenas una vida -su vida-, la aviación pasó de ser un juguete a conquistar el espacio exterior. Pues bien, el ordenador que apoyó el viaje del Apolo XI a nuestro satélite era un IBM 360/75 ¡con menos capacidad de procesamientos que cualquiera de nuestro móviles 4G actuales! Esto da una idea sobre la aceleración de la historia.

De esta constatación nace la pregunta que me suelo formular y que me interesa hoy más que cualquier otra cosa en el mundo: ¿Qué nos espera en el futuro? Estas notas son hijas de esta pregunta.

NOTA PREVIA:

Algunos de estos elementos los ha tratado recientemente en un artículo en el que integro el asunto de la inmigración con los nuevos cambios social. Recomiendo su lectura para completas estas “Notas para comprender el siglo”: Ante la oleada migratoria sobre Canarias: UNA NUEVA FASE DE L INMIGRACIÓN MASIVA EN 2020. Así mismo este tema está tratado de manera orgánica en los números 68 y 69 de la Revista de Historia del Fascismo, dedicadas al Fascismo del Siglo XXI (ver en EMInves o bien en Amazon -RHF-68 y RHF-69)


> La sociedad del futuro: De las sociedades homogéneas a las sociedades mosaico

A diferencia del siglo XX en el que las sociedades occidentales eran homogéneas, en la actualidad tienden a convertirse en un mosaico étnico y cultural, cada una de cuyas partes tiene comportamientos y reacciones heterogéneas. Son sociedades que se han mostrado imposibles de homogeneizar, y en las que resulta imposible llegar a consensos, incluso en temas importantes.

La existencia de este mosaico multicultural no es una casualidad, sino que responde a la necesidad de los Estados modernos de romper cualquier tipo de oposición unificada. Se trata de que las explosiones de cólera que pueda existir tengan un alcance limitado y nunca afecten a la totalidad de la población, sino a franjas y grupos sociales muy concretos, que nunca serán mayoritarios ni podrán aspirar a tener por sí mismos una mayoría social y que se verán pronto aisladas y sometidas con facilidad a provocaciones y a represión.

Esto es lo que explica, mejor que cualquier otro argumento, el que sean precisamente los medios económicos y financieros ligados a la globalización, los más interesados en favorecer los procesos migratorios y el establecimiento de comunidades extranjeras inintegrables en Europa: así se logra fracturar la sociedad europea en pequeños mosaicos étnicos y arrinconar de manera creciente (por la simple diferencial demográfica y por la mayor tasa de natalidad de los núcleos inmigrantes, así como por sus flujos de crecimiento continuos) al grupo étnico europeo, históricamente, el más consciente, el mejor preparado y el más propenso a liderar protestas, reformas y cambios.

> Los jóvenes como clase revolucionaria e innovadora. La juventud ausente.

Por otra parte, se tiende a neutralizar a los elementos más jóvenes –y, por tanto, más imprevisibles– mediante distintas técnicas: la banalización de las drogas y su extensión cada vez mayor, su legalización incluso, con la excusa de que “no se puede luchar contra las drogas” (lo que no se puede es luchar contra las grandes acumulaciones de capital surgidas al calor del tráfico de drogas).

Poner la droga al alcance de todos, renunciar a la represión contra las drogas y a penalizar el consumo, tiene como resultado la aparición de unas nuevas generaciones que ni estarán en condiciones de trabajar, ni estudiar, pero tampoco de preocuparse por su futuro, ni por sus problemas existenciales: les bastará percibir un “salario social” para que tengan cubiertas sus necesidades (todas las drogas hoy, calculando la inflación y las devaluaciones, son entre un 30 y un 75% más baratas que hace 30 años… no es raro que estén al alcance de todos, incluso de aquellos que solamente percibirán el “salario social” y que, a falta de otros estímulos, se agruparán en “comunas” (especialmente cuando falten sus padres) y garantizarán así subsistencia, alimentación (fast–food), conexión a internet para llenar su tiempo de ocio con videojuegos, permaneciendo continuamente en una situación se semi–sopor subvencionado que asegurará su extrañeidad a cualquier movimiento revolucionario que pueda aparecer.

Políticamente, cada grupo social –y la juventud, entre ellos– apoyará solamente a quien “entienda” sus problemas: es decir, a quienes prometan mantener subsidios y subvenciones que serán pagados por todos aquellos que dispongan de una nómina y que no tengan la potencia suficiente como para recurrir a la ingeniería financiera para eludir impuestos. En otras palabras: los restos de las clases medias tenderán a ser cada vez más explotados fiscalmente.

> El elemento dominante: El miedo como factor generalizado en el siglo XXI

La otra técnica con la que se pretende mantener quietas a las poblaciones es el miedo o, si se prefiere, la sensación de inseguridad que generará en aquellos sectores sociales más lúcidos, inquietud y miedo ante el futuro y, por tanto, rechazo a adoptar posiciones que pudieran ser consideradas como hostiles a la corrección política y a la estabilidad de los sistemas políticos que hace tiempo han dejado de funcionar y que solamente alimentan a castas parasitarias decididas a vivir bajo el paraguas protector del Estado y de los fondos públicos.

Quienes hoy tienen trabajo, no saben cuánto tiempo podrán mantenerlo. A la velocidad con la que se mueve la flecha de la historia en la actualidad, un joven de 30 años, profesional formado en las mejores universidades y brillante en sus aptitudes, ignora el tiempo en el que podrá seguir afrontando los pagos de una hipoteca, el coste de una familia y de la educación de los hijos, o de su propia salud. Vive atenazado por el miedo ante el futuro.

El hecho de que buena parte de estos jóvenes hayan firmado hipotecas garantiza que harán todo lo posible para mantener su estatus, aceptarán pagar los impuestos con los que se grave su trabajo, optarán por no destacarse en reivindicaciones y abandonarán cualquier tipo de veleidad de revuelta para mejorar su situación por medio de lo que hasta ahora se ha considerado “acción revolucionaria”, una de cuyas expresiones fueron los fascismos del siglo XX.

> Un nuevo modelo de sociedad como producto del neoliberalismo: De la sociedad de los tres tercios a la pirámide de tres escalones

A tenor de los movimientos de población y de las nuevas tendencias en la distribución de la renta puede preverse que el concepto de “sociedad de los tres tercios” debe ser modificado. De las varias interpretaciones que se podían dar a esta teoría, quizás la más oportuna sería aquella que sostenía que las sociedades de finales del siglo XX y de los primeros años del siglo XXI estuvieron divididas en “tres tercios”: un tercio que vive con un alto nivel de vida, está al día con Hacienda, cotiza a la seguridad social, gozan de contratos indefinidos, tienen nómina y acceso a los escaparates del consumo. Un segundo tercio estaría compuesto por grupos más desfavorecidos que viven, como suele decirse, “a salto de mata”, sin trabajo fijo, con contratos precarios, mileuristas y frecuentemente tienen interrupciones en su vida laboral cubiertos por el seguro de desempleo, alternado con trabajo negro no declarado. Un último tercio estaría formado por aquellos que viven en la frontera de la indigencia y su día a día depende subsidios y subvenciones.

Pues bien, este esquema, ya no es válido. Las crisis económicas de finales del milenio anterior, la del año 2009–2012 y la que se inició a causa de la irrupción del Covid–19, han acabado con ella.

Hoy estamos viviendo otro modelo de “sociedad de los tres tercios”. Tiene forma piramidal: en la cúspide se sitúa una minoría cada vez más pequeña que vive con toda la seguridad que da una posición económico–social envidiable. Generalmente, se trata de técnicos y empresarios que han hecho sus fortunas al calor de la globalización y han sabido explotarla en beneficio propio, o bien de altos funcionarios del Estado y de la clase política que se mueve en las esferas del poder. En la parte más elevada de la cúspide se encuentran las dinastías económicas, los "señores del dinero", de la banca y de los grandes consorcios empresariales, 

En la base de la pirámide social, se encuentran los distintos sectores que viven gracias a los subsidios y que, de día en día, se va ampliando gracias a dos factores opuestos: la llegada de un número cada vez mayor de inmigrantes improductivos en su mayoría, y del empobrecimiento de los restos de la antigua clase media que, por muchos motivos, han perdido su trabajo y no han estado en condiciones de reciclarse en el mercado laboral.

Entre ambos grupos, se encuentran todos aquellos que todavía viven de una nómina (funcionarios, profesiones liberales, empleados con contratos fijos, jubilados con las prestaciones más altas) y que son, precisamente, los que, gracias a sus impuestos y a una fiscalidad cada vez más injusta, deben alimentar a una parte de la cúspide de la pirámide (a todos aquellos altos funcionarios del Estado, a la clase política que gestiona los distintos niveles de la administración), pero también a la base de la pirámide.

Reconocer la realidad creciente de este esquema piramidal es fundamental para prever la evolución de la sociedad en las próximas décadas y entender por qué los dirigentes políticos se obstinan por impedir y bloquear cualquier tipo de reforma de la administración o de la fiscalidad.

La base de la pirámide nunca más será fuente de agitación: está neutralizada por el régimen de subvenciones, pero también por la industria del entertainment y por el acceso cada vez más fácil a las drogas y al ocio barato.

La extensión de la marihuana tiene importancia en dos frentes que se pondrán de manifiesto a lo largo de la década 2020–2030: por una parte, el uso continuado de la marihuana abre la espita a enfermedades mentales (incluso a crisis de psicosis cannábica) e imposibilita para tener acceso a cursos de capacitación laboral y al desempeño de trabajos, incluso de mínima responsabilidad (todos los departamentos de personal en todo el mundo saben que contratar a un fumador de cánnabis constituye un riesgo de lentitud en el desarrollo de las tareas –“se cuelgan”, es la expresión característica–, absentismo laboral y cambios bruscos de humor en cuanto se les lleva la contraria y se exige de ellos unos resultados que impliquen esfuerzo). Estos grupos, como máximo, pueden desempeñar por su cuenta trabajo negro y unir a las cantidades recibidas en concepto de “salario social” y subsidios, pequeñas cantidades procedentes del menudeo de drogas o bien de “chapuzas” ocasionales.

Esta población no tiene nada que ver con el antiguo proletariado –que en el siglo XX se situaba en la base de la pirámide social–. A diferencia del proletariado, estos grupos sociales son completamente improductivos, se dedican a cultivar su ocio, no piensan absolutamente nada en el futuro, su día a día está hecha por fast–food, video-juegos y ocio, móviles y redes sociales, consumo de todo tipo de drogas y en el peor de los casos, ejercicio de formas de delincuencia (menudeo de droga, pequeños robos y hurtos, etc). La vivienda no será un problema para ellos mientras los Estados se nieguen a castigar penalmente la ocupación de viviendas, o bien, mientras sigan viviendo los padres con viviendas en propiedad.

 

domingo, 29 de noviembre de 2020

DURERO: TRES GRABADOS DE ALQUIMIA (Dalí y Durero)




En 1965 Dalí decía a Amanda Lear con quien empezaba a relacionarse: "¿Conoces "La Melancolía"? Pues bien, eres tú". aludía a la figura angélica que aparecía en el famoso grabado de Dürer y que siempre tuvo muy presente desde su juventud.

Contemporáneo de El Bosco, Dürer pertenecía a una familia procedente de Hungría que, antes de transformar su nombre en el que le dio la fama, se apellidaba Ajlos, derivado de Ajlo que significaba "puerta". Alberto Ajlos, padre del pintor, se estableció en Nuremberg y germanizó su nombre: Dürer.

Esto explica sólo alguna de las particularidades de su escudo familiar. En 1523 el pintor realizó una composición heráldica con su escudo en la que, efectivamente, puede verse la puerta que evoca su apellido. Otras características del mismo escudo nos permiten intuir que Dürer estaba familiarizado con el simbolismo tradicional. Efectivamente, a la puerta en cuestión se accede mediante tres peldaños y la prueba de que no se trate de una puerta terrestre nos la da el hecho de estar situada sobre nubes. Pero si ese es el escudo, el acompañamiento es todavía más sorprendente: sobre él un yelmo y sobre el yelmo unas alas y entre estas, la figura de un personaje de raza negra. El escudo de Dürer no es solamente el emblema de un linaje familiar, es, sobre todo, el jeroglífico de la obra filosofal.

El escudo de armas de Durero: la puerta sobre los cielos 

Dürer jugaría, en muchas ocasiones, con el simbolismo de la puerta. Solía firmar sus cuadros con una gran "A", inicial de Albrecht, que correspondía a la puerta, en cuyo interior colocaba la "D". La puerta es un símbolo universal, equivalente el puente, evoca tránsito, paso de una a otra realidad, iniciación, principio de algo y fin de su anterior; en el mundo clásico, el dios de las puertas era Jano quien, por lo demás, era también el dios de la iniciación. Dios bifronte se conmemoraba su fiesta en el inicio del año, cuyo primer mes le estaba consagrado. En este caso la puerta no es terrestre: situada sobre una nube, indica una posibilidad de realización espiritual, operada en tres fases, los tres peldaños que llegan hasta ella. Franquear el umbral supone, elevarse hasta los tres grados de la perfección, supone el trabajar sobre los tres elementos constitutivos del Ser: cuerpo, alma y espíritu, representados precisamente por la figura de raza negra, el yelmo y las alas de águila. Estas últimas evocan el alma y su naturaleza solar, pues, no en vano, el águila al ser la única ave que puede mirar al sol de frente, indica que en sí posee algo de la naturaleza del Sol; y este elemento ígneo es asimilado en el hombre a su alma tan eterna e inmortal como dormida o latente. El yelmo, en tanto que cubre la cabeza del guerrero, va íntimamente relacionada a lo mental, allí donde se producen todos los procesos del pensamiento que caracterizan al espíritu, el cual hay que dominar y forzar a que transmute su naturaleza. Finalmente, la figura de raza negra, alude al cuerpo físico, al plomo opaco, terrestre, verdadero templo dentro del cual se opera la doma del espíritu y la consiguiente liberación del alma.

La firma de Alberto Durero

Todo este proceso hermético está excepcionalmente detallado en los tres grabados que Salvador Dalí más admiraba de Dürer: "El caballero, la muerte y el diablo", "La melancolía" y "San Jerónimo en su celda". Elaboradas entre 1513 y 1514 entran de lleno en la tradición renacentista para la que la pintura debe ser vehículo de expresión, no solo de ideas estéticas y éticas, sino además de un esoterismo que en la época derivaba de la colusión entre la cábala cristiana, la herencia del gibelinismo y el redescubrimiento del mundo clásico. Esta influencia es patente en algunos cuadros de Dürer y muy evidente en el Parmigiano y entre los pintores de la corte de Cosme I de Medici.

De los tres grabados en cuestión que tanto sorprendieron a Dalí hay que situar en primer plano a "La Melancolía"; la melancolía a la que se refería Dürer, no tenía nada que ver con el concepto actual referido a relacionado con un espíritu triste, romántico, taciturno e impotente. La palabra derivó de los términos griegos melas y chole, negro y bilis respectivamente, el melancólico es, pues, aquel cuya personalidad está marcada por la bilis negra, en oposición a los otros tipos (flemático, colérico y sanguíneo) individualizados por la psicología renacentista. El melancólico que nos presenta Dürer es, pues, la persona que ha advertido la impotencia de lo humano, estudia y trabaja para superar esa condición, transcenderla. Todo el cuadro contiene los elementos y símbolos del Opus Nigrum, distribuidos en función de una geometría esotérica que ya estudiaremos en su momento .

"La melancolía" y su riqueza simbólica

El hombre considerado desde el punto de vista del hermetismo es "plomo opaco", pertenece al reino de Saturno cuyo nombre, constituido por la raíz "Sat" (=el que es),  ilustra perfectamente la situación del hombre que vive rodeado de tinieblas. Los atributos de Saturno están representados en la parte superior del grabado: la balanza y el reloj de arena. Junto a ellos aparecen dos símbolos verdaderamente complementarios: la escalera y el arco iris. Ambos sugieren en la simbólica tradicional tránsito: el arco iris fue utilizado frecuentemente -incluso en el cristianismo- como enlace entre dos mundos: el físico y el metafísico, entre dos órdenes de ideas, entre el devenir y el ser, es equivalente al puente que comunica dos orillas; pero este símbolo está completado por el de la escala. Siempre la escala ha sugerido, no solo tránsito, sino ascenso: la vemos en el primer grabado del "Liber Mutus", está presente en el medallón del pórtico central de Notre Dame de París, la volvemos a ver en varias obras del rosacruz alemán Michel Maier, y nos la encontramos en Dürer, finalmente, constituida por siete peldaños: en la cosmogonía medieval de la que aun se nutría Dürer, el siete estaba asociado a los siete planetas o a las siete esferas planetarias, que el iniciado había de recorrer para seguir su camino de perfección. La primera etapa, naturalmente, era aquella en la que el hombre no contaba sino con su materialidad que Dürer representa con un poliedro de aceradas aristas cuya sola imagen nos indica solidez, materialidad.

Para ascender por los peldaños del Saber es preciso triturar los elementos densos (materiales) y anular su poder: dado que lo semejante se une a lo semejante, según reza la máxima hermética, el eje de la personalidad, mientras esté constituido por la parte densa, el cuerpo físico, el conjunto se sentirá atraído por el mundo físico y material. El hermetista tritura en su mortero de ágata la materia prima, pero esta operación tiene también un equivalente interior: el triturar los rastros de materialidad que pueda contener su espíritu. Dürer representa esta operación con la imagen de una enorme rueda de molino situada entre la figura humana meditabunda y el poliedro, sobre ella está situada un pequeño ángel.

Las características de lo que hay que triturar están implícitas en el poliedro, pero Dürer la completa con un perro que descansa a los pies de la figura humana, retorcido sobre sí mismo. Este perro es el equivalente al que muerde la pierna del vagabundo pintado por El Bosco como reflejo de la primera carta del Tarot. El nerviosismo, la fiereza, la inestabilidad, lo visceral del perro, hacen que la iconografía tradicional tienda a asimilarlo al espíritu. Éste, cubre y desfigura la acción del "oro", del alma, representada aquí por la esfera, el más perfecto de los cuerpos en tanto que todos sus puntos distan lo mismo del centro y suponen la irradiación de un solo punto central. Precisamente la figura humana meditabunda sostiene entre sus manos y a sus pies los instrumentos requeridos para la transformación: con la regla y el compás mide las proporciones y dibuja las formas, con el cepillo de carpintero, la lima y el cincel, pule y desbasta, con los clavos, fija, operaciones todas que tienen su equivalente en los procesos de perfeccionamiento interior.

Queda solo un elemento por definir: el misterioso cuadrado mágico. La elaboración de dicho cuadrado implica un grado de concentración interior y de meditación notable, actitud interior imprescindible para la ejecución de los trabajos herméticos. El grabado de Dürer, está trazado sobre la base de las rectas y diagonales que constituyen el cuadrado mágico. Se sume como se sume, de cuatro en cuatro, siempre dará como resultado el número 34.

El cuadrado mágico de Durero en "La Melancolía": siempre 34

La "obra al negro" ha sido superada, el estado de muerte y postración, dejado atrás, el meditabundo se ha puesto en pie, a la conquista del "mundo intermedio" representado por los seres infernales; vencidos estos, nada pueden contra él y ya nada impide el acceso a la montaña en cuya cumbre el castillo representa tiene el mismo sentido que la "roca en el océano", la "isla de Avalon", la "ciudad Santa", el "Shambala de los iniciados", etc. el lugar, situado en un alta montaña, lejos del mundo de lo contingente, donde ni el espacio ni el tiempo alteran la quietud y la estabilidad olímpica de los que allí moran.

"El Caballero, la muerte y el diablo"

Pero aun hace falta una tercera etapa que no es sino la profundización en la situación alcanzada. Y Dürer nos la representa a través de "San Jerónimo en su celda", tercer grabado de la serie. Es la celda de un monasterio cuyas paredes están ornadas con distintos símbolos utilizados por el peregrino a lo largo del camino. Del techo pende una calabaza, acaso la compostelana, indicativo de una búsqueda y de una peregrinación interior concluida. Ante Jerónimo se encuentra un león, reposado y tranquilo, el animal áureo y solar que no ataca a quien es de su propia naturaleza. Está vigilante a los pies del Santo que luce sobre su cabeza el resplandor del "cuerpo de gloria", inalterable e imperecedero. Su espíritu, el perro, vencido, duerme y ya nada le impide, profundizar en el estudio de la naturaleza que verá con los ojos del iluminado y de la "inteligencia del corazón" (la intuición intelectual de la que hablaban los escolásticos). Por lo demás el nombre mismo de Jerónimo indica su carácter de perfección: derivado de "hieros" (Hiero-nymus), significa "sagrado".

San Jerónimo en su celda

En otros cuadros Dürer intenta transmitirnos símbolos herméticos. En un extraño autorretrato titulado "Doctor, es ahí donde me duele", su dedo indica una costilla que nos permite retornar al mito del andrógino que ya hemos aludido en las notas sobre El Bosco: la ruptura interior que supone la escisión entre un espíritu femenino y un alma masculina, entre un principio pasivo y otro activo, es vivido por Dürer como un dolor, una carencia interior cuyo único remedio es la "unión de los contrarios", la paz entre el espíritu y el alma representados por el perro y el león situados a los pies de San Jerónimo.

"Doctor, es ahí dónde me duele"

El 6 de abril de 1528 falleció el más grande de los artistas alemanes. De él se conservan la mayoría de sus obras y su casa de Nuremberg, si bien reconstruida tras la Segunda Guerra Mundial en la que resultó dañada por los criminales bombardeos aliados. Los últimos siete años de su vida estuvieron dedicados al estudio y la meditación.

Dalí dedicó a Dürer uno de sus primeros artículos en la revista escolar "Studium", muestra de que ya desde muy joven le llamó la atención. En su artículo menciona explícitamente los tres grabados alquímicos a los que nos hemos referido de los que dice que "son de una profundidad de pensamiento tan grande que muy pocos artistas han llegado a tan alto nivel". Como sabemos, por la influencia del psicoanálisis, Dalí se preocupó de investigar y desarrollar sus tendencias y motivos de preocupación infantiles. Es de suponer que el interés que ya de muy joven manifestó por Dürer fue racionalizado en su madurez; de hecho, en la producción de Dürer hemos destacado voluntariamente tres elementos que serán casi una constante en Dalí: la construcción geométrica los cuadros partiendo de unas figuras básicas, construcción similar a la que es fácilmente perceptible en "La Melancolía", el tema del andrógino derivado de "Doctor es ahí donde me duele" y, finalmente, la filosofía hermética inherente a los grabados de Dürer que, con el paso de los años, le pondrán en la pista de alquimistas como Fulcanelli.

Salvador Dalí, "Homenaje a Durero"

viernes, 27 de noviembre de 2020

Ante la oleada migratoria sobre Canarias: UNA NUEVA FASE DE LA INMIGRACIÓN MASIVA EN 2020

La crisis migratoria que está llegando a Canarias y que preocupa solamente a Sánchez y a su socio de moño y pendiente por la erosión de votos que pudiera suponer en las islas, es radicalmente diferente a las oleadas que han llegado anteriormente.  Para entenderlo, vale la pena volver a plantear las cuestiones básicas de este fenómeno cambiante: ¿por qué la inmigración? ¿por qué tanta? ¿por qué ahora?

Es importante destacar que el fenómeno de la inmigración no se ha desarrollado en Europa de manera homogénea en los últimos cincuenta años, ha atravesado por distintas etapas, tiene interpretaciones diferentes y sigue siendo extremadamente diverso. Es uno de los fenómenos que acompañan a la globalización (junto al neoliberalismo, la neo-delincuencia, la ingeniería social, etc.) y que se cruza con los cambios sociales y tecnológicos que están ocurriendo en estos albores de la Cuarta Revolución Industrial. Por tanto, las líneas que siguen tienen como intención aportar todos los elementos y puntos de vista sobre la cuestión, para actualizar el análisis sobre la inmigración al día y no perder de vista lo que supone aquí y ahora.

1. Las interpretaciones favorables al fenómeno migratorio

a. Interpretación humanista:

SOSTIENE QUE:

“Hay inmigración porque es humano que toda persona trate de mejorar su vida y vaya allí en donde existen más posibilidades de trabajo en mejores condiciones. Esto, además, contribuye a elevar la riqueza de los países al aumentar su masa laboral, especialmente en un momento en el que la natalidad en Occidente ha descendido a mínimos. Por tanto, la inmigración es un fenómeno positivo y aceptable”.

LA CRÍTICA:

En cualquier especie se cumple la ley del “mínimo esfuerzo”. Las masas acuden allí en donde les resulta más fácil vivir… lo cual redunda en detrimento de esas zonas dado que la mayoría de inmigrantes no encuentran trabajos y que, aun teniéndolos, sus ingresos no son suficientes para sobrevivir y deben acogerse a la caridad pública convirtiéndose en una aspiradora de recursos del Estado.

En cuanto a tratar de solucionar la caída de natalidad mediante la importación de mano “halógenos”, resulta un pobre argumento: una simple campaña de natalidad que implicara beneficios fiscales, realizada en España hace 25 años cuando Aznar abrió las puertas a la inmigración hubiera bastado para contar hoy con ciudadanos autóctonos suficientes como que la tasa de natalidad de la población española de origen europeo no hubiera caído a mínimos

LOS IMPULSORES:

Es el punto de vista estúpido y propio de los partidos de derecha y de centro, así como de los medios de comunicación que se reconocen en el liberalismo. Nunca podremos olvidar, absolutamente nunca, que durante el gobierno de José María Aznar entraron 3.000.000 de inmigrantes que fue justo lo que entró durante el zapaterismo, el mismo que entró durante el gobierno de Rajoy y lo que ha entrado en apenas dos años de sanchismo. Y siempre los argumentos asumidos por los partidos de derechas e izquierdas han sido exactamente los mismos para negarse a tomar iniciativa alguna para contener el problema.

b. Interpretación progresista:

SOSTIENE QUE:

“No pueden ponerse puertas al campo. Ningún ser humano es ilegal y por tanto debe existir libre tránsito de personas -como lo existe de capitales- entre las naciones para que cada ser humano viva allí dónde decida y cómo decida”.

LA CRÍTICA:

El punto de apoyo de esta corriente es la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, en el que, deliberadamente, se ignora el primer derecho de todo individuo a vivir, trabajar y prosperar en la tierra que le ha visto nacer. Al desconocerlo, en una forma atenuada y camuflada de “internacionalismo”, se abría la puerta para que cada cual se estableciera allí donde quisiera que, obviamente, iba a ser en la inmensa mayoría de los casos, en donde existieran condiciones más favorables. Con ello se inducía a que un ciudadano nacido en el país X “desertara” buscando el camino más simple y directo para su prosperidad personal, en lugar de tratar de levantar, construir y mejorar la tierra que le ha visto nacer.

LOS IMPULSORES:

Los sectores progresistas y universalistas vinculados a un sector de la UNESCO y a las fundaciones, asociaciones y programas financiados por ella, son hoy los principales difusores de esta interpretación que ha encontrado eco en algunas ONGs occidentales que buscan una justificación para su propia existencia. Así mismo, esta idea es defendida por grupo de “new agers” y “transhumanistas” que se auto-consideran como “las vanguardias del progresismo”.

c. Interpretación oportunista de la izquierda:

SOSTIENE QUE:

“Dado que la clase obrera occidental -que supuso el voto esencial a los partidos de izquierda en el siglo XX- va disminuyendo, ha perdido su conciencia de clase y su importancia, es preciso encontrar un nuevo nicho de votos o bien, crearlo importando y subsidiando población que, agradecida, se convertirán en clientela electoral”.

LA CRÍTICA:

Si bien es cierto que los partidos de izquierda son partidarios de políticas de puertas abiertas a la inmigración (y cuanto más a la izquierda, más abiertas), no es menos cierto que el fenómeno migratorio en su etapa actual lo inició José María Aznar en 1996 y que los partidos de derecha siempre han mantenido las puertas “entreabiertas” a la inmigración. Por otra parte, la izquierda se equivoca pensando que toda la población inmigrante va a entregarle su voto. De hecho: una parte importante es completamente apolítica y desinteresada por cualquier cosa que pueda ocurrir en el país receptor; otros votan incluso a opciones de derecha, conscientes de que el fenómeno migratorio no podrá mantenerse hasta el infinito y que, si eso ocurriera, peligrarían las subvenciones que reciben. Por otra parte, también es cierto, que cuanta más inmigración llegue, más razones hay para el ascenso de partidos populistas.

LOS IMPULSORES:

Desde principios de los años 70, algunos grupos trotskistas -Rouge en Francia, concretamente- ya advirtieron que la inmigración podía convertirse en sustitutivo de una clase obrera aburguesada y de unos estudiantes para los que la revolución terminaba cuando empezaban los exámenes de junio y las vacaciones veraniegas. Luego, en los 80, esta posición se fue extendiendo a los partidos comunistas y más tarde a los socialistas. Al producirse el hundimiento económico de 2008-2011, cuando se percibió claramente que la socialdemocracia, en momentos cumbre se ponía del lado del capital y de la banca, fue cuando aumentó el voto a los partidos populistas y la Internacional Socialista confirmó las experiencias españolas con Zapatero y griegas con Tsirisa. En cualquier caso, este pro-inmigracionismo ya estaba presente en el socialismo utópico del siglo XIX con Fourier, Saint-Simon, Enfantin y Cosntantin Pecqueur.

d. Interpretación “newager”:

SOSTIENE QUE:

“En el siglo XXI entramos en una nueva era que se caracterizará por considerar a la Humanidad como un Todo: una sola cultura mundial, un solo Estado mundial, una sola religión mundial, una sola raza mundial a la que habrá que llegar mediante el mestizaje y la cultura de fusión. Todo esto será favorecido por los trasvases masivos de población que extenderán los pueblos sanos por todo el planeta”.

LA CRÍTICA:

Se trata de una interpretación delirante. No solamente no se ha demostrado, sino que el examen de la realidad demuestra todo lo contrario, que las mezclas étnicas generan situaciones inestables y que existe una resistencia natural de las razas a mezclarse entre sí. Sin olvidar que, hasta ahora, los productos culturales resultantes de “fusiones” de estilos han sido inferiores a los productos originarios. La doctrina de que los “pueblos sanos” (los buenos salvajes), al extenderse por todo el

LOS IMPULSORES:

Es compartida por determinadas ONGs, por grupos ocultistas, por todos los círculos “New Age” y, en el fondo, está también presente en otro sector de la UNESCO.

e. Interpretación economicista:

SOSTIENE QUE:

“Europa ha perdido competitividad en el mercado mundial: sus salarios son muy altos y redundan en una disminución de sus exportaciones y en un encarecimiento de lo fabricado en Europa. Para ganar competitividad es necesario reducir el valor de la fuerza de trabajo y lograr que las cifras macroeconómicas mejoren introduciendo nuevos consumidores y productores en forma de inmigración”.

LA CRÍTICA:

Se trata de una interpretación desesperada que se superpone a la defensa de la globalización. Un fenómeno como una economía mundial sin barreras ni aranceles, solamente es viable en un momento en el que existieran en todo el planeta las mismas condiciones de producción, similares niveles salariales, similar fiscalidad, similar proximidad a las fuentes de materias primas, similares niveles de productividad, similares formas de gobierno… pero cuando todo esto no existe, es evidente que las plantan de producción se orientarán hacia las zonas con menos derechos sociales, salarios más bajos, gobiernos más fuertes y población más sumisa. En cuanto a la importancia de las cifras macroeconómicas, se trata solamente de una ficción matemática con la que las instituciones financieras internacionales (Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional) y las agencias de calificación, trabajan para establecer sus convencionalismos que les permiten imponer condiciones para obtener préstamos y créditos.

LOS IMPULSORES:

Todos los economistas y teóricos del neoliberalismo comparten o han compartido esta posición, desde Hayek hasta, Friedman, Arnold Harberger, la llamada Sociedad Mont Pélerin, Johan Norberg y su obra En Defensa del Capitalismo Global, y, por extensión, todos los partidarios de la llamada “ortodoxia económica” que tienen en España, en estos momentos, al ministro  de “Inclusión, Seguridad Social y Migraciones” José Luis Escrivá como representante

2. Las interpretaciones contrarias al fenómeno migratorio

a. Interpretación conspiranoica:

SOSTIENE QUE:

“La inmigración es una conspiración de las potencias del dinero y de la subversión política, generado desde centros ocultos y que responde a un plan de acción mundial para generar conflictos y confusión especialmente en el antiguo Primer Mundo importando poblaciones que llegan con una fuerte carga de resentimientos y agravios”.

LA CRÍTICA:

Es cierto que desde principios del siglo XX se ha producido una colusión de intereses entre determinadas dinastías financieras y el progresismo y que la UNESCO es otro de los principales impulsores de inmigración masiva, pero no puede afirmarse de modo alguno que la inmigración sea una conspiración que tenga solamente ese origen. De hecho, la ausencia de documentación fehaciente tiende a descalificar esta interpretación y a transformarla en “conspiranoica”.

LOS IMPULSORES:

Tiene distintos orígenes, desde la “alt-right” norteamericana, hasta el fallecido Gerd Honsik y su “Plan Kalergi”, pero la fuente más lejana y originaria parece ser la publicación del American Nazi Party White Power a finales de los años 60 cuando todavía era dirigido por Lincoln Rockwell.

b. Interpretación antigloblizadora:

SOSTIENE QUE:

“La inmigración masiva es una consecuencia derivada directamente de la libre circulación de capitales, a la que ha seguido la libre circulación de personas. La inmigración es un fenómeno promovido por grandes financieros, como George Soros, para debilitar a los países occidentales”.

LA CRÍTICA:

En efecto, la inmigración ha servido para esto y algunos de sus mayores impulsores pertenecen a la élite económica, de la misma forma que el feminismo de los 60 también fue impulsado por esos medios para favorecer la incorporación de la mujer al mercado laboral… con el consiguiente descenso del valor de la fuerza de trabajo. Pero ni la inmigración ni el feminismo pueden explicarse unidimensionalmente por el impulso dado por la oligarquía económica: en él concurren otros muchos elementos.

LOS IMPULSORES:

En los últimos años del siglo XX y en la primera década del XXI, aparecieron en formaciones de derechas y de extrema-derecha intentos de analizar la marcha de las sociedades occidentales siguiendo los pasos de la crítica de izquierdas, pero evitando llegar a las conclusiones de los “altermundialistas”. Aquí también cabría situar a las distintas tendencias de la “nouvelle droite” francesa, (Benoist, Faye, Vial)

c. Interpretación antimundialista:

SOSTIENE QUE:

“La presunta igualdad de las culturas es una tapadera para ocultar una ofensiva generalizada contra los valores europeos. Las ideologías de “fusión” o el multiculturalismo tienden a mezclar productos culturales de muy diferentes calidades, generando una caída del nivel cultural medio, especialmente en Europa”.

LA CRÍTICA:

El antimundialismo apunta solamente contra la línea de flotación de las doctrinas “universalistas”, cuando en realidad, la inmigración es multidimensional y no puede ser explicada ni justificada en función de la crítica al modelo multicultural que, en el fondo, no es una causa, sino un efecto de la inmigración masiva que tiende a encarrillarla y a interpretarla en clave cultural.

LOS IMPULSORES:

Suele estar vinculada a medios católicos y de derechas que ven en la irrupción del Islam en Europa un peligro, pero eluden reconocer que el peligro no es sólo islámico. Además de los doctrinarios católicos conservadores, esta doctrina ha sido difundida por las redes sociales de “Eurabia”, iniciativa impulsada desde el Estado de Israel para aumentar la efectividad de su propaganda antiárabe en Europa y mejorar su posición en el conflicto de Oriente Medio. Samuel Huntington, autor de El choque civilizaciones, fue otro de los doctrinarios de esta corriente.

d. Interpretación populista:

SOSTIENE QUE:

“La inmigración masiva, no integrable, tiende a desfigurar la fisonomía tradicional de los Estados europeos, aumenta las discordias, la delincuencia y la violencia doméstica. Por tanto, solamente es admisible mientras acepte las reglas del juego y se asimile a la población autóctona, la cual tendrá prioridad a la hora de buscar empleo y subsidios”.

LA CRÍTICA:

No tiene en cuenta los cambios radicales que se están produciendo en los últimos diez años, ni los que se han producido en los último ochenta años con el declive de las naciones-Estado. Es una forma de nacionalismo que introduce el elemento inmigración y el antimundialismo para reclutar clientela electoral.

LOS IMPULSORES:

Los partidos “populistas” de todo el mundo que han conseguido éxitos notables en Italia, Austria, Francia, Alemania, Hungría, Polonia y EEUU con Donald Trump.

e. Interpretación identitaria:

SOSTIENE QUE:

“La inmigración es una población que llega para reemplazar a la población autóctona (el “gran reemplazo”). La civilización europea está en peligro -especialmente a causa de la alta tasa de natalidad musulmana y de la riada constante de migración procedente de ese entorno- de ser avasallada y reemplazada”.

LA CRÍTICA:

Es una interpretación que está muy próxima de la conspiracionista y se adapta perfectamente a la inmigración en Francia y en Italia, pero no en España, ni a otros países como Alemania, a los que están llegando inmensos contingentes de inmigración no procedentes del mundo árabe, e, igualmente, muy difíciles de integrar e, incluso, con tasas de natalidad similares.

LOS IMPULSORES:

El origen de la doctrina es la novela de Jean Raspail El campamento de los santos y el libro de Renaud Camus El Gran Reemplazo. Antiguos movimientos neo-fascistas reconvertidos en identitarios, escisiones de partidos populistas que piden y exigen más radicalismo en la lucha contra la inmigración y no solamente electoralismo, grupos.

3. Los centros responsables de la inmigración

a. Los centros dogmáticos: UNESCO

Contrariamente a lo que se tiene tendencia a pensar, la UNESCO no está dirigida por la asamblea de los países que la componen, sino por una élite funcionarial en el que atrincheran distintos sectores, todos ellos “progresistas” en distintos grados y magnitudes y con un notable peso por parte de grupos ocultistas de matriz teosofista (el grupo de Alice Ann Bailey, Buena Voluntad Mundial, concretamente). El documento utilizado y la excusa para estimular la inmigración es la Declaración Internacional de Derechos humanos de 1948. Los elementos de una filosofía humanista “soft” y de una visión supersticiosa, evolucionista y providencialista, los lleva a establecer un nuevo modelo seudo-religioso con dogmas intocables e indiscutibles, oponerse a los cuales es considerado como un delito contra lesa humanidad.

b. Los centros oportunistas: partidos de izquierda y de derecha

Los análisis más débiles del capitalismo realizados por supuestos doctrinarios de la izquierda que intentaban salvar al marxismo de sus desfases interpretativo en relación a la realidad, sugerían que el neoliberalismo era una maniobra para restar base social a la izquierda liquidando a la clase obrera. Esta interpretación es asumida solo por restos de partidos leninistas de extrema-izquierda. En interés de las izquierdas por el fenómeno migratorio y por estimularlo se basa en el mero oportunismo: buscar una clientela electoral cautiva que vote siempre a su favor y que reemplace los votos perdidos por la desintegración de la clase obrera. Esto implica que, cuántas más facilidades se den a los inmigrantes para entrar en Europa, asentarse en Europa, cuántas más subvenciones y subsidios reciban, más votarán a la izquierda: es el electorado de los “vientres agradecidos”. Si los partidos de derechas no se oponen frontalmente a la inmigración es porque han comprobado que ésta, en cuanto a asienta en Europa, se vuelve conservadora: ¡es la propia inmigración que ha conseguido insertarse en el mercado laboral, recibir algunas subvenciones, la principal interesada en que el fenómeno migratorio se contenga… so pena de perder su situación! Y, este grupo si vota a la derecha e, incluso, como se ha demostrado en Francia, a fuerzas “populistas”, sin olvidar que la mayoría de la población “latina” en EEUU ha votado a Donald Trump en las últimas elecciones, como también lo ha hecho una parte muy importante de la población afroamericana (el 42%).

c. Los centros económicos: el stablishment

Lo que se ha dado en llamar “stablishment” (conjunto de personas, instituciones y entidades influyentes en la sociedad o en un campo determinado, que procuran mantener y controlar el orden establecido) han advertido las condiciones favorables que la inmigración masiva puede generar para la estabilización del sistema mundial. Desde el origen del capitalismo en el siglo XVIII está claro que solamente es viable en momentos de crecimiento continuo de población. Si este se detiene, los “capitalistas” pierden fuerza y se ven obligados a aumentar los salarios, al aproximarse al pleno empleo. De ahí la necesidad de que siempre haya un remanente de paro, cuanto más alto mejor, que garantice salarios bajos. El planteamiento no es nuevo y explica el porqué los grandes grupos económicos fueron los que, desde los años 60, financiaron campañas feministas: la posibilidad de que el 50% de la población se integrara en el mercado de trabajo es lo que garantizaba que los salarios se contendrían… No es el único caso en que el liberalismo más salvaje y la izquierda reivindicativa más rabiosa, tienen idénticos intereses. Con la inmigración ha ocurrido algo parecido. Pero, además, la inmigración ha demostrado que solamente es un sustituto “relativo” de la clase obrera. En efecto, la clase obrera era “una” (o al menos solamente existía una “conciencia de clase”), mientras que la inmigración es múltiple y, tal como se demuestra observando la realidad, fiel a sus orígenes étnicos y antropológicos.

4. La sociedad del siglo XXI y sus riesgos en 2050

a. Una sociedad que en nada se parecerá a la del siglo XX, ni siquiera a la del año 2000

Entre el 2020 y el 2050 la sociedad mundial experimentará cambios que la harán irreconocible en relación a la sociedad que vimos en el año 2000. Estos cambios serán, sobre todo, tecnológicos e impulsarán cambios sociales. Hoy solamente podemos prever las consecuencias de la Cuarta Revolución Industrial que verá el desarrollo de la Inteligencia Artificial, la ingeniería genética, las terapias genéticas, las medicinas hechas “bajo demanda” y a medida de cada paciente, la nanotecnología, la criogenia, la robótica, los ordenadores cuánticos, las nuevas tecnologías de la comunicación, la conectividad directa entre el cerebro humano y el ordenador, viajes tripulados a otros planetas del sistema solar, etc, etc, etc.

b. Una sociedad en la que aumentarán las tensiones

Cada revolución industrial ha generado cambios en el modo de vida, pero, sorprendentemente, no en las formas de gobierno: hoy se está gobernando en la Cuarta Revolución Industrial con conceptos, dogmas y sistemas ideados en los albores de la Primera Revolución Industrial hace casi 300 años. En esto radican todos los desfases que se han ido produciendo especialmente desde mediados del siglo XIX: el sistema de producción ha cambiado el modo de vida e incluso la forma del liberalismo, pero sus principios aplicados a la política se han estancado. Ni que decir tiene que las novedades tecnológicas que veremos en los próximos treinta años aumentarán todo tipo de tensiones y contradicciones, especialmente por que en algunos terrenos -en el de la salud, por ejemplo- las nuevas tecnologías ya no serán dispensables gratuitamente a través de la Seguridad Social, sino que aumentará la esperanza de vida de una elite económica, mientras que disminuirá la de la gran masa social.

c. Una nueva pirámide social

En los años 80-90, los países del Primer Mundo, caminaron hacia lo que se llamó “la sociedad de los tres tercios” que no era nada más que la forma tardía que tuvo la sociedad en los momentos terminales de la Segunda Revolución Industrial y en los albores de la Tercera. Cada uno de estos “tercios” era cuantitativamente similar al resto: el primer tercio era el de individuos que vivían “bien”, con trabajos estables, niveles salariales altos, se podían permitir acceso al consumo y carecían de grandes problemas existenciales. El segundo tercio estaba compuesto por trabajadores no cualificados, empleos inestables que debían acogerse durante temporadas al seguro de paro y al trabajo negro. El último tercio de la pirámide lo componían grupos marginales con pocas posibilidades de conseguir algún empleo y que, permanentemente, vivían de la caridad pública. Pues bien, este esquema ha desaparecido en los últimos 30 años y se ha transformado en otro con estructura piramidal y otros tres escalones acompañados de “zonas grises” intermedias.

En esta nueva ordenación social surgida al final de la Tercera Revolución Industrial y que se mantendrá a lo largo de la Cuarta, lo que tenemos es:

1.- Una pequeña cúpula de privilegiados a los que podemos considerar los “beneficiarios de la globalización y de la revolución tecnológica”: las dinastías económicas que acumulan poder, desde el Renacimiento, incluso, y habitualmente desde principios del siglo XVIII (el “dinero viejo”) y el dinero surgido de grandes acumulaciones generadas por la economía especulativa y por los extraordinarios beneficios derivados de las nuevas tecnologías (el “dinero nuevo”).

2.- En un peldaño inferior encontramos con todos aquellos que viven de una nómina, cotizan a la seguridad social, están en orden con el fisco y mantienen distintos niveles salariales que les permiten un nivel aceptable de consumo y de endeudamiento. Aquí encontramos la antigua clase media, profesionales en ejercicio, funcionarios de distintos niveles de la administración, etc. Obviamente, este grupo es mucho mayor que la pequeña élite que se sitúa en el vértice, pero mejor que los sectores que están por debajo y que aparecen en la actualidad en una etapa de crecimiento.

3.- Lo que se ha dado en llamar, sectores situados justo en el umbral de la pobreza o por debajo. Aquí es donde figura la casi totalidad de la inmigración masiva que ha llegado en los últimos 25 años y que se da la mano con ni-nis, con grupos marginales de la sociedad, con toxicómanos y con aquellos que se ven incapaces de salir de su estado de postración, paro y falta de capacitación laboral.

Lo sorprendente de esta pirámide, cada vez con una base más amplia y una cúspide más reducida, es que es el elemento intermedio -el que posee una nómina- el que alimenta a todo el conjunto al no poder eludir las cargas fiscales. Es la primera vez en la historia moderna en la que un grupo social se ve obligado ineludiblemente a mantener al resto de la pirámide social y, al mismo tiempo, a una pirámide tan desequilibrada: con una cúspide minúscula y una base amplísima.

d. La sociedad del miedo

El ser humano del siglo XXI es un individuo atenazado permanentemente por la sombra de lo que podemos llamar el “gran miedo”: ningún grupo social, ni siquiera la élite económica, se salva de este miedo: cuando más se posee, por más que existan nuevas tecnologías de la salud, de la seguridad, más miedo se tiene a que algo pueda hacer perder lo ganado. Este miedo se trasmite transversalmente a todos los grupos sociales y aumenta en determinados momentos, en situaciones de crisis económica o de pandemias. Dado que las crisis serán cada vez más constantes (el principio de Murphy establece que “si algo puede estropearse se estropea” y su principal corolario es que “cuanto más complejo es un mecanismo, más posibilidades tiene de averiarse” … y no hay nada más complejo que una sociedad tecnológica avanzada) es “gran miedo” será el acompañante permanente del siglo XXI, presente en distintos grados y por distintos motivos en toda la pirámide social. La única forma en la que podría combatirse ese miedo es a través de filosofías tradicionales, ignoradas por la pirámide social que prefiere, en todos sus escalones, establecer coberturas a su nihilismo, en forma de estupefacientes químicos y sociales servidos por la “sociedad del espectáculo” (firmas de ocio, bussines show, consumo incontinente, y, por supuesto, drogas).

e. Preparar la defensa del sistema ante los cambios y la inestabilidad

A los estrategas del stablishment -desde Brzezinsky en los años 70 hasta el staff de Biden- no se les ha escapado que todo cambio tecnológico y económico altera la estructura social, por tanto, no eluden el habilitar medios para que el sistema político nacido puede prolongar lo más posible su vigencia a la vista de que la democracia del voto es el sistema más fácilmente manipulable jamás ideado.

Los sistemas de defensa del stablishment son:

- Reducir sus contradicciones internas, para lo cual utilizan foros de intercambio de puntos de vista y elaboración de “líneas maestras”: Club Bildelberg, CFR-Instituto de Relaciones Internacionales, Foro de Roma, Foro de Davos, Comisión Trilateral, etc, etc. Estos foros suelen reunir a los “señores del dinero”, con propietarios de consorcios de comunicación y políticos. La intención no es solamente evitar que outsiders populistas estilo Donald Trump, puedan aplicar políticas personales, sino que todo el conjunto, con las menores contradicciones posibles, siga el camino marcado por los “señores del dinero”.

- Debilitar el tejido social mediante una amplia panoplia de recursos que van desde la permisividad ante las drogas, hasta ofrecer ocio absorbente para todos mediante la industria del entertaintment, uno de los sectores más beneficiados por las redes de comunicaciones: plataformas en streaming, televisión bajo demanda, videojuegos. Todos los servicios de ocio ofrecidos por la telefonía móvil y los sistemas 4G entran dentro de la misma categoría, al igual que las redes sociales con sus censuras y sus preferencias encubiertas.

- Mantenimiento de los niveles de “gran miedo”: desde la Revolución Francesa se sabe que el miedo es muy importante porque impide pensar; aquel que experimenta el miedo o lo presiente solamente está en condiciones de pensar en cómo zafarse de él, nunca como superar definitivamente una situación que le afecta a él tanto como a millones de personas. A partir del atentado a las Torres Gemelas y de la “crisis del ántrax” se demostró las posibilidades del terrorismo como elemento de coacción de masas: cuando se producen atentados, la población tiende a colocarse bajo el paraguas protector del Estado. Esto explica el porqué del extraño fenómeno del terrorismo de Al Qaeda o porqué centros de inteligencia occidentales estimularon la creación del DAESH.

- Aplicar el viejo “divide y vencerás”. Fraccionar las sociedades hasta hacer de ellas mosaicos compuestos por piezas separadas, aisladas unas de otras que impiden la formación de grandes centros de oposición o de grupos sociales objetivamente revolucionarios que puedan alcanzar en algún momento fuera suficiente para derribar al stablishment. Uno de estos fenómenos es la inmigración masiva llegada a los países del Primer Mundo. Es el elemento verdaderamente nuevo, el único que justifica hoy, en 2020, las oleadas migratorias y la permisividad con la que se producen. La observación de la actitud de las comunidades de origen extranjero residentes en Europa y EEUU indica:

* que la mezcla étnica es extremadamente reducida y que el mestizaje apenas se produce.

* que los grupos de inmigrantes, incluso de tercera o cuarta generación, no abandonan ni su psicología ni sus rasgos antropológicos como si estos estuvieran impresos a fuego en su ADN.

* que estos grupos siguen manteniendo sus diferenciaciones nacionales de origen (los cameruneses optan por juntarse sobre todo con cameruneses, los chinos con chinos, los vietnamitas con vietnamitas, los ecuatorianos con ecuatorianos, los marroquíes con los marroquíes, etc).

* que cada uno de estos grupos étnico-nacionales es un mundo aislado de otros similares, incluso próximos, y no digamos ya con los ciudadanos de origen europeo, ante los cuales, el único sentimiento en común que muestran es cierto resentimiento por causas que el propio stablishment estimula (el recuerdo del colonialismo, una versión de la “leyenda negra” aplicada a la conquista española de América, e incluso la ficción roussoniana del inmigrante como buen salvaje, el único capaz de redimir el planeta de la tiranía del hombre blanco y de, incluso, regenerar la naturaleza y revertir el cambio climático.

5. Conclusión: preparar el tablero social para inmovilizar cualquier oposición real

Llegamos al final de este rapidísimo análisis por un tema tan amplio y variado. Hemos realizado este recorrido para comprender por qué todas las interpretaciones del fenómeno migratorio realizadas, desde puntos de vista objetivos o, simplemente, de actitudes contrarias a la inmigración y a la multiculturalidad, son incompletos. A estas alturas, no puede pretenderse que los inmigrantes que están llegando a Europa sean “refugiados” de ninguna guerra; tampoco puede pretenderse que vengan aquí estimulados por la posibilidad de encontrar empleos dignos (simplemente, porque ese concepto de “empleo digno”, cuando no existe cualificación profesional, tiende a extinguirse), y si bien, la observación de las últimas campañas para promover el fenómeno y las imágenes que hemos visto, dicen a las claras que los nuevos recién llegados, son jóvenes, en absolutos perseguidos políticos, ni pobres de solemnidad (todos llegan con su móvil 4G en activo) y que llegan atraídos por las ayudas sociales y la sopa boba, lo que no se explica es porqué el Estado Español, no solamente lo permite, sino que lo incentiva, aun a sabiendas de que la inmigración es una aspiradora de recursos públicos y, si bien algunos de sus votos van a parar a la izquierda, también generan una reacción “populista” cada vez más encorajinada.

Obviamente, Sánchez y su amigo el moños no están en condiciones de ver mucho más allá de sus narices y su horizonte termina en las próximas elecciones, a ellos no se les pueden pedir mucho más: han abierto la puerta de par en par a la inmigración y necesitan todavía más, porque sus relaciones con inmigrantes han sido escasas o nulas y tienen una visión lejana y remota de lo que es un barrio con mayoría inmigrante en cualquiera de nuestras ciudades o se creen sus propias alucinaciones sobre la “riqueza” que aporta la inmigración masiva y sobre las delicias de la “multiculturalidad”. Sánchez y el moños son tan responsables del desastre como los irresponsables les han votado. Ellos tratan de circular por un camino que otros -el stablishment- ha trazado. Se trata de entender el fenómeno de la inmigración masiva y de ser conscientes de porqué, ahora, en plena pandemia, se disparan de nuevo las entradas diarias de miles de pedigüeños que han detectado la debilidad del gobierno, su pro-inmigracionismo insensato y el botín a repartir a costa del contribuyente español.

Las distintas interpretaciones sobre la inmigración y sobre la necesidad de oponerse a ella, tienen todas un fondo de verdad: pero no debemos olvidar que:

- en 1996, Aznar abrió las puertas por unos motivos (poder hacer efectivo su modelo económico de salarios bajos, construcción y acceso fácil al crédito),

- que no fueron los mismos motivos por los que el zapaterismo las abrió de par en par (para transformar la sociedad según los dogmas de la UNESCO),

- que fueron diferentes a la apatía mostrada por Rajoy hacia cualquier fenómeno que implicaba conflictos (que prácticamente dejó que las cosas en el terreno de la inmigración masiva fluyeran como en los períodos anteriores),

- y que con Sánchez y el moños, si han vuelto a abrir las puertas de par en par, es por la necesidad que tienen de sustituir a los votos autóctonos por votos procedentes de la inmigración antes de las próximas elecciones, para conjurar el riesgo populista.

Estos cuatro nombres, ninguno de los cuales merece un lugar en otra historia que en la de los disparates políticos, se han dejado llevar, como las hojas muertas, por la corriente: pero ellos no han sido ni remotamente quienes han abierto el cauce.

Ya hemos apuntado a los responsables y, ahora, tenemos un esquema mucho más completo del fenómeno: ahora sabemos que si la inmigración prosigue acelerada es para convertir a la sociedad en un mosaico con piezas enfrentadas y aisladas unas de otras, de tal forma que sea imposible crear una oposición real.

Si el fenómeno sigue vivo y el stablishment nunca renunciará a él, es precisamente por esta razón: el proletariado unido podía poner en jaque a los intereses del capital (movimiento comunista), la clase media unida a sectores del proletariado podía exigir patriotismo y justicia social (fascismos), la juventud dotada de una amplia capacidad crítica (movimiento contestatario) podía poner en aprietos a los gestores del sistema… Pero una sociedad sobre la que planea la sombra del miedo y parcelada interiormente en grupos étnicos, nunca encontrará su unidad ni unanimidad suficiente como para que pueda articularse en su interior un movimiento de oposición digno de tal nombre y que cuestione valores, formas de organización y la misma estructura de la pirámide social que hemos descrito.

Por eso, hay inmigración masiva hoy, aquí y ahora…