martes, 24 de noviembre de 2020

Albiñana y su Partido Nacionalista Español (7 de 7) - Albiñana y Falange Española


No existió una actitud única entre los fundadores del nacional-sindicalismo ante la figura del doctor Albiñana y de su PNE. Onésimo Redondo, se identificó a menudo con sus postulados, Ledesma le manifestó su hostilidad absoluta y José Antonio Primo de Rivera alternó con él cumplidos, indiferencia y hostilidad. Por su parte, Albiñana se sintió próximo a cierta Falange y alejado de otra. A medida que fue pasando el tiempo y cuando se convenció de que el nuevo partido era la competencia que tenía que afrontar y que no había espacio político para ambas formaciones, fue cambiando el tono del discurso y aumentando la hostilidad y la distancia en relación a Falange.

Ledesma y José Antonio habían tenido un contacto directo con albiñanistas en el marco de la publicación El Fascio, lanzada por Delgado Barreto (1). Barreto, como se sabe, era la mano derecha de Albiñana en el PNE y el director de La Nación (2). Ledesma, explica que las JONS se mantuvieron completamente al margen de la aparición de El Fascio (3) (lo que no coincide con lo amplio del espacio dedicado en la revista a las JONS y que, presumiblemente, fue elaborado por el propio Ledesma en forma de entrevista). Reconoce, algo más adelante que en el Consejo de Redacción que se formó, los jonsistas fueron requeridos y añade que “participaron de mala gana”. En este Consejo participaban Giménez Caballero, Primo de Rivera, Juan Aparicio, Sánchez Mazas y el propio Ledesma. La presencia de los albiñanistas estaba garantizada por la presencia del propio Delgado Barreto.

Ledesma opinaba que tras Delgado Barreto se encontraba José Antonio Primo (a causa de las relaciones del periodista con el padre de éste). Ledesma dedica a Delgado Barreto algunas frases que oscilan entre el desprecio (“Era un hombre que tenía, posiblemente, del fascismo algunas ideas muy elementales y hasta incluso falsas”) y la admiración (“sabía hacer una revista fascista para el tendero de la esquina. Para el hombre de la calle. Lo que, desde luego, es un valor”). La prevención de “los jonsistas” derivaba, explica Ledesma, del miedo a que la revista se convirtiera en una “madriguera reaccionaria”. A partir de esta experiencia, la divergencia entre albiñanistas y jonsistas se vuelve cada vez más patente. Albiñana, como veremos, se aproxima a Falange, pero cuando ésta integra a los jonsistas, el líder del PNE percibe que ha perdido la partida, rompe la política de acercamiento y mano tendida hacia Falange y empieza a denunciar a esta formación como si se tratara de un “grupo de izquierdas”. No todos opinaron lo mismo y, desde el discurso del Teatro de la Comedia en el que se constituyó Falange Española, el nuevo partido fue recibiendo un goteo de militantes procedentes del albiñanismo. De todas formas, la relación entre Albiñana y José Antonio, si bien epistolar, proseguirá hasta la detención de éste, como se sabe a partir de la lectura del texto taquigráfico del juicio oral que tuvo lugar en Alicante contra él.

Escribía Ledesma en su primera revista política: “Hay que cortar de raíz el pistolerismo a sueldo y el albiñanismo inmundo. La hora española requiere, más que nunca, sinceridad y coraje” (4) y en el primer número de la revista JONS, escribió: “Hay cosas que pueden permitirse a un Albiñana en nombre de la facilidad, pero nunca a los que están convencidos de que aportan a España un esfuerzo serio, una juventud inteligente, una ilusión generosa y un talento” (5). Esta idea de considerar al albiñanismo como sempiterno enemigo la repetirá con frecuencia. En ¿Fascismo en España? definirá la actividad de Albiñana y del PNE como “gesticulación reaccionaria al servicio de la aristocracia terrateniente y de los sectores más regresivos del país” (6).

La relación entre Onésimo Redondo y Albiñana fue muy buena. Aquel lo visitó durante su destierro en las Hurdes. Las posiciones entre ambos eran parecidas y su formación católica idéntica. Asumían también su ubicación dentro de la extrema-derecha, mientras que Ledesma y Primo eran más bien partidarios de presentarse como una alternativa a las derechas y a las izquierdas. Redondo reconoció que su semanario, el Libertad, era de extrema-derecha (7).

Ledesma ironizará agriamente sobre el antisemitismo de Albiñana: en el número 1 de La Conquista del Estado aparece una viñeta, en la que figura una camisa con la cruz gamada, y debajo la Canción de los Judíos Españoles: "¡Ay! ¡Mira que te lo disí! Simplicio Albiñana, que no te metieras en camisa de once varas!". Por no hablar del comentario realizado en el número 3 de La Conquista… en el que aflora con toda su fuerza el joven Ledesma ateo y nietzscheano: “Los albiñanas estrenaron su precioso himno el Viernes Santo (8). Una beata solterona los tomó por las hijas de María, y se fue con ellos haciéndoles coro. Todavía no ha regresado” (9). También hubo en las actitudes de Ledesma cierto matonismo: “Algunos ateneístas, discípulos del cabileño doctor Albiñana, babean por ahí su propósito de asaltar nuestras oficinas. ¡No asustarse, camaradas!, ¡buena puntería!” (10)

Desde el punto de vista numérico, en esa fase de maduración del “fascismo español” la correlación de fuerzas era favorable a Albiñana. Aunque se ignoran los efectivos que llegó a tener su partido, cabe suponer que, a tenor de las actividades realizadas debió disponer de varios miles de afiliados, de los que entre 300 y 500 pertenecían a los Legionarios de España. Ledesma, en el mejor momento de la JONS, apenas dispuso de 200-300 militantes. Algunos de ellos procedían del PNE.

Un albiñanista que Ledesma logró atraer fue José María Poblador, el barcelonés líder de la Peña Deportiva Hispánica; otro Manuel Yllera, albiñanista santaderino que llegará al Consejo Nacional de Falange y propondrá a Manuel Hedilla como jefe provincial cántabro. En general, los militantes albiñanistas pasados al jonsismo dieron un buen resultado y, contrariamente a lo que era de esperar, no solamente no hicieron gala de reaccionarismo alguno, sino que pasaron a representar el ala revolucionaria.

En realidad, la coexistencia entre las JONS y el PNE generó un goteo del segundo hacia el primero, acaso porque Ledesma parecía responder mejor a las características globales del fascismo, mientras que Albiñana se afirmaba cada vez más como un conservador de extrema-derecha. Pero cuando apareció en la escena Falange Española, el crecimiento de las JONS se estancó y los albiñanistas que iban llegando se integraban directamente en el partido de Primo de Rivera. Al fusionarse las JONS con Falange, Albiñana percibió que la proximidad de Primo de Rivera a Ledesma, lo alejaba de él. En esos días, Primo de Rivera fue entrevistado para el semanario La Luz y la periodista le preguntó por el doctor Albiñana:

“- Y Albiñana ¿Qué le parece?

- No me lo pregunte a mí. Pregunte eso a un especialista; es una cosa de manicomio. Yo no soy de derechas, como la gente cree, en absoluto. Tanto es así, que puesto a escoger entre la obra reaccionaria y la revolucionaria actuales en España, prefiero, sin ningún asomo de dudas, a los sindicalistas” (11). Sin embargo, unos días después, José Antonio matiza lo que había publicado La Luz (12) (cuyo origen era una entrevista con una periodista de L’Opinió) y utiliza el diario dirigido por Delgado Barreto. Decía la nota: “lo que más me interesa rectificar, porque, de ser cierto, envolvería una crueldad de mal gusto, es que haya publicado la opinión que se me atribuye del doctor Albiñana, persona para quien guardo, en medio de toda discrepancia ideológica, una afectuosa consideración personal”.

En su obra Confinado en las Hurdes uno de los capítulos tiene por título La Falange, el libro está escrito antes de la fundación del partido. Existía, pues, una sintonía entre albiñanistas y primoriveristas incluso a nivel semántico. Y no sólo semántico. El sustrato sociológico del albiñanismo era, en gran parte, el mismo del grupo inicial Falange Española (13).

Unos meses antes de la fundación de Falange Española, en los oscuros despachos de la Dirección General de Seguridad se tenía muy claro cuál era en esos momentos el esquema del “fascismo español” y cómo evolucionaría la cosa en los años siguientes. El esquema que se planteaba la DGS llama la atención por lo preclaro que era. El cuadro de grupos y su evolución prevista era el siguiente (14):

  • Acción Española. Grupo intelectual animado por Ramiro de Maeztu.
  • J.O.N.S., universitarios opuestos a la FUE, que pronto se unirán a Falange Española
  • Partido Nacionalista Español. Fundado por Albiñana, católico y monárquico.
  • Frente Español. Jóvenes intelectuales, seguidores de Ortega y Gasset, que "se harían fascistas si vieran más porvenir".
  • Residuos de la Dictadura. Esperan que el fascismo inclinará la situación a su favor. Algunos confían en que Calvo Sotelo será el "Mussolini español".
  • Fascistas independientes de izquierda. Casi todos los ateneístas republicanos que se han ido integrando en el radical socialismo.
  • Nacional sindicalistas. Los dirigentes y militantes de los antiguos Sindicatos Libres.
  • Falange Española. Se prevé que el grupo de José Antonio Primo de Rivera absorberá a todos los grupos o facciones de ideología fascista. Tiene más de 100.000 adheridos y mantiene relaciones con organizaciones oficiales del "mussolinismo, hitlerismo y salazarismo".
  • Otros. Como el diario Informaciones, de Juan March, Sánchez Mazas, Giménez Caballero, González Ruano y Eugenio D'Ors. Pendientes de definirse abiertamente.

El informe omite prever la evolución del albiñanismo y si bien sobrevalora evidentemente la importancia y las dimensiones de grupo de José Antonio, prevé que éste absorberá a todos los demás incluido al PNE. Cuando se produjo el acto del Teatro de la Comedia, Albiñana envió una carta abierta a José Antonio que fue reproducida en La Nación el 31 de octubre. Albiñana se expresaba en estos términos: “le envío a usted la entusiasta adhesión del nacionalismo español y la mía personal".

En el momento en que se fundó Falange, era difícil que Albiñana pudiera dar un mitin público. Sus reuniones eran prohibidas por la policía, así que el partido se fue desperdigando y cada núcleo albiñanista actuó por su cuenta. Grupos como la Liga Patriótica Española (15), el grupo Fascismo Español, e incluso la Pena Deportiva Ibérica, fueron animados por albiñanistas. Los “Centros Nacionalistas” existentes en algunas provincias habían terminado abriéndose a todo tipo de activistas que frecuentaban el submundo de la extrema-derecha española. En zonas en donde el carlismo era débil (Castilla la Vieja) sus escasos militantes frecuentaban los centros albiñanistas. Falange Española, cada vez que algún medio de comunicación los vinculaba con alguna de las iniciativas albiñanistas, un puntual comunicado negaba toda relación.

El 24 de abril de 1934, seis meses después de la fundación de Falange, el grupo Fascismo Español convocó un mitin en el mismo escenario. Quince días antes, cuando se anunció la constitución del nuevo grupo y la convocatoria del mitin, Falange Española emitió un comunicado en el que se leía: “Ha surgido una nueva entidad denominada Fascismo Español, que quiere especular también con el ambiente del momento. Falange Española de las JONS quiere hacer constar que tampoco tiene nada que ver con ese movimiento ni con los actos de propaganda que organiza” (16). El fundador del grupo era José Martín Villapecín (17), periodista especializado en temas taurinos. De hecho, la fundación del Fascismo Español debía ser una etapa de tránsito intermedia hasta llegar a la fusión entre ambos grupos. Las dinámicas de la época hicieron que este plan no pudiera concretarse, el grupo Fascismo Español se desdibujó casi inmediatamente después de su fundación, justo cuando la fusión entre FE y JONS daba la razón al informe de la Dirección General de Seguridad que auguraba la fusión de todos los grupos fascistas en la formación de Primo de Rivera. A partir de entonces las incorporaciones de albiñanistas a Falange Española se hicieron por goteo y se prolongaran hasta el estallido de la guerra civil.

El 4 de diciembre de 1934 (poco más de un año después de la fundación y nueve meses después de la incorporación de las JONS) Albiñana opinaba que Falange se había convertido, por influencia de los jonsistas, en un partido “de izquierdas” (18). Sin embargo, las relaciones entre José Antonio y Albiñana no se deterioraron. Al ser apresado en marzo de 1936, José Antonio mantuvo una breve correspondencia con Albiñana. Durante el proceso de José Antonio en Alicante, el nombre de Albiñana salió a relucir varias veces (19).

En 1933, Burgos era la única provincia española en la que el PNE tenía una implantación relativamente sólida. No es raro que varios destacados miembros de su organización pasaran a Falange Española.  El acto fundacional falangista del Teatro de la Comedia debería haberse celebrado inicialmente en Burgos con el apoyo de los albiñanistas locales (20), lo que indicaría que en esos momentos las relaciones entre Albiñana y Primo de Rivera eran excelentes.

En la propia organización burgalesa del PNE sus dos máximos representantes, Florentino Martínez Mata, jefe del albiñanismo en la capital provincial y Alejandro Rodríguez de Valcárcel (21) (que luego sería presidente del Consejo de Regencia en los dos días siguientes a la muerte de Franco y de las Cortes Españolas de 1969 a 1975), terminaron afiliándose a Falange. Otros destacados albiñanistas castellanos, como el zamorano Ricardo Nieto Serrano, pasaron al falangismo. El factor de ruptura de Nieto con el PNE fue la cuestión religiosa: mientras que para la Falange este problema ocupaba un lugar secundario, el PNE era una organización confesional. Una vez iniciado el conflicto civil, Nieto Serrano fue uno de los falangistas partidarios del Decreto de Unificación entre la Falange y el Carlismo que dio origen al partido único FET-JONS (22). En Extremadura, el primer jefe provincial de Falange en Badajoz, Eduardo Ezquer, había pasado de ser el jefe de la Unión Patriótica en Don Benito y contar con la amistad del dictador Primo de Rivera (de hecho, fue el dictador quien le presentó a su hijo que sería fundador de Falange en los últimos meses en los que todavía ostentaba las riendas del Estado). Luego pasaría a coquetear con los monárquicos alfonsinos y sería dirigente de Acción Ciudadana y como tal se entrevistó con Alfonso XIII al que tuvo el valor de comunicarle que la monarquía estaba en crisis. Individuo de valor personal y fortaleza muy superior a la media se encaró solo con los asistentes a un mitin socialista en la Plaza de Toros siendo recogido por el chófer del general Mola. Fugaz militante del PNE, Albiñana le encargó la formación de los Legionarios, pero Ezquer rechazó la oferta y se integró en Falange.

Narciso Perales y su esposa, Justina Rodríguez de Viguri, cuya trayectoria política abarca desde prácticamente la fundación de Falange hasta la aparición del seudo-hedillismo en los años 70 (23), fueron también militantes albiñanistas (24). Capítulo aparte merece la figura de Alfredo Jiménez Millas, participante en la “sanjurjada” del 10 de agosto de 1932, detenido por este hecho y condenado permaneciendo en prisión durante un año. Realizará una segunda estancia en prisión en Ocaña todavía como militante albiñanista. Fue uno de los fundadores de Falange y jefe de la Centuria Móvil de Madrid (25).

NOTAS A PIE DE PÁGINA

(1) Antes de la campaña electoral de 1936, Delgado Barreto auspició la creación de una “candidatura contrarrevolucionaria” y se manifestó contra la forma en la que falangistas, dirigentes de la CEDA y del Bloque Nacional estaban llevando las negociaciones. Advirtió que la desunión acarrearía una amplia victoria de la izquierda y culpó a Gil Robles de este resultado. En sus dos últimos meses (febrero-marzo) al frente de La Nación cambió el tono del discurso y no eludió realizar llamamiento a una acción enérgica de las Fuerzas Armadas. Finalmente, la redacción y los talleres del diario fueron asaltados e incendiados por la extrema-izquierda en marzo de 1936, entrañando el fin de la publicación. Delgado Barreto fue detenido en su domicilio el 20 de julio, internado en la Cárcel Modelo hasta que se recibió una “orden de traslado”, desapareciendo a continuación. Se ignora en qué circunstancias fue asesinado. Delgado Barreto, director de El Fascio había iniciado su carrera como periodista fundando un Ateneo Literario y dirigiendo la revista Gente Nueva y La Opinión en las islas Canarias su lugar de nacimiento. En 1901 se instaló en Madrid, siendo redactor jefe de El Globo y de La Correspondencia de España. Fue adquiriendo una fama consolidada de periodista satírico, fundando varias revistas de ese estilo (El Mentidero, Gracia y Justicia y Bromas y Veras en la que ya se percibían claramente su posición favorable al fascismo). En los últimos 11 años de su vida dirigiría el diario La Nación que pasó de ser un órgano oficioso de la dictadura a ser el diario de la Unión Patriótica y, finalmente,  el portavoz de Renovación Española.

(2) La Nación, diario de extrema-derecha aparecido durante la dictadura de Primo de Rivera hasta febrero de 1934 cuando su redacción y talleres fueron asaltados e incendiados el 13 de marzo de 1936 por activistas de izquierda como represalia al atentado contra Jiménez de Asúa. Su lema era “Justicia, Paz y Trabajo”. Durante la mayor parte de su existencia fue dirigido por Manuel Delgado Barreto. Contó con las grandes plumas de la derecha de la época como colaboradores habituales. Sostuvo a la dictadura de Primo de Rivera y se configuró como órgano monárquico durante la República pero estuvo enfrentado a la CEDA y apoyó sin reservas a Calvo Sotelo y a su Bloque Nacional así como a Renovación Española, después de apoyar brevemente la constitución de Falange Española. Al tratarse de un diario madrileño, cuando estalló la guerra civil buena parte de sus redactores y su propio director fueron fusilados o desaparecieron.  

(3) Ramiro Ledesma, ¿Fascismo en España?, Editorial Ariel, Barcelona 1967, págs. 78 y sigs, parágrafo: La aparición de El Fascio.

(4) La Conquista del Estado, nº 10 (16 de mayo, 1931), entrefilet.

(5) Citado por Southworth, op. cit., versión digital en http://www.ruedoiberico.org/libros/textos.php?id=214

(6) ¿Fascismo…?, op. cit., pág. 52.

(7) "Se fundó Libertad con quinientas pesetas de capital. La opinión, sin embargo, se fue aclarando rápidamente, percatada de que era un semanario valiente, español sobre todas las cosas, y aunque de extrema derecha, amigo declarado de los obreros y de ningún modo carca o cavernícola" (Libertad, Año II, Número 53, 13 de junio de 1932 “Un pequeño balance”).

(8) El himno al que se refiere el hiriente artículo jonsista fue compuesto por el propio Albiñana en 1930, llevaba como título España inmortal y su letra repetía los lemas y las consignas propias del PNE. Obviamente el comentario de Ledesma tenía algo de cierto; en efecto, el himno estaba influido en gran medida por la religión: “Españoles, la Patria bendita/nuestro esfuerzo reclama: ¡A luchar! / Frente a toda conjura maldita / defendamos la fe y el Hogar. / En los labios el bélico acento, / en las almas torrentes de luz; / ¡Surja el pueblo con súbito aliento / defendiendo la Patria y la Cruz! / Despreciemos la injuria extranjera / que nos lanza una secta procaz, / defendamos con nuestra Bandera / rojo y gualda, el Trabajo y la Paz. / Nuestra Historia la lucha no extraña, / de sus glorias marchemos en pos, / sobre todas las cosas, ¡España! / ¡Sobre España inmortal, sólo Dios!”

(9) La Conquista del Estado, Nº 3 (29 de marzo, 1938), artículo Águilas y angulas.

(10) La Conquista del Estado, Nº 9 (9 de mayo, 1931).

(11) La Luz (25 de abril, 1934), texto incluido en Últimos Hallazgos de Cartas y Escritos de José Antonio Primo de Rivera, Recopilación de Agustín del Río Cisneros y Enrique Pavón Pereira.-Ediciones del Movimiento, 1962, citado en http:// memoriazul.lacoctelera.net/post/2010/07/21/albi-ana-y-falange-y-iii

(12) La Nación, de fecha de 27 de abril de 1934, Cfr. http://memoriazul.lacoctelera.net/post/2010/07/19/albi-ana-y-falange-ii

(13) http://memoriazul.lacoctelera.net/post/2010/07/19/albi-ana-y-falange-ii

(14) http://www.manuelricoavello.org/elecciones_1933_11.html

(15) A principios de los años 30 algunos grupos surgidos del albiñanismo utilizaban todavía la sigla “Liga Patriótica Española” cuyo origen era muy anterior. En efecto, el grupo originario fue fundado en Barcelona en octubre de 1919 por Ramón Sales Amenós, uno de los fundadores del Sindicato Libre que en Cataluña alcanzó los 81.000 afiliados. La Liga fue la respuesta al llamamiento autonomista de noviembre de 1918 seguido de una oleada de violencia autonomista. La Liga de instaló en la calle Pelayo, sobre el teatro Petit Pelayo, próximo a Las Ramblas zona de la que expulsó a los activistas separatistas. Parece que estaba formada por oficiales del ejército, policías, hinchas del R.C.D. Español, que Ucelay da Cal define como “la reducida clientela del fascismo español en Barcelona hasta 1936”. La Liga tuvo un manifiesto fundaciones titulado significativa “¡Viva España!” y adoptó como himno la llamada canción La hija de Malasaña, un cuplé que en aquellos momentos hacía furor en la Ciudad Condal: “Lucho como una leona | al grito de Viva España | y es que por mis venas corre | la sangre de Malasaña”. La huelga general de 1919 eclipsó al nacionalismo catalanista y, por consiguiente, también a su respuesta activista, la Liga Patriótica. Sales murió fusilado o descuartizado por vehículos al que ataron sus extremidades. (Datos extraídos de http://xaviercasals.wordpress.com/2012/06/26/el-primer-fascismo-espanol-los-hijos-de-malasana-y-la-liga-patriotica-espanola/). En los años 30, la sigla fue recuperada por un miembro del partido albiñanista, José Martín Villapecín, que utilizaba también de manera aleatoria la sigla “Fascismo Español” (que coincidía con las iniciales de Falange Española).

(16) http://www.rumbos.net/ocja/jaoc2095.html

(17) José Martín Villapecín terminará ingresando en Falange Española después del ascenso al poder del Frente Popular. Apresado en el momento de producirse la sublevación militar conocerá a José Antonio Primo de Rivera en prisión y escribirá después de la guerra una biografía sobre el personaje. Su mujer, Dora Maqueda se convertirá en una de las dirigentes de la Sección Femenina de la que fue Secretaria Nacional y en la postguerra sin duda la colaboradora más próxima de Pilar Primo de Rivera, tras haber sido una de las siete fundadoras de la organización en 1934.

(18) Albiñana responde a una entrevista publicada en el periódico El Castellano (4 de diciembre de 1934) que Falange Española es un “partido político de izquierdas, que como todos ellos, actúa en menoscabo del espíritu tradicional español”. Es evidente que, en esos momentos, había reorientado su partido hacia una convergencia con el carlismo y con el Renovación Española.

(19) “En el texto taquigrafiado del proceso puede leerse: ‘mantuvo múltiple correspondencia con conocidos dirigentes de la política española derechista, comunicación escrita que no tuvo impedimento ni censura, en la Cárcel de esta Ciudad, hasta el 16 de agosto próximo pasado, permitiéndole relacionarse libremente, por correspondencia, con Generales tan tachados de enemigos de la República como Martínez Anido y Sanjurjo y políticos como Albiñana, Serrano Suñer y otros, siendo de notoriedad las dos cartas firmadas por el General Sanjurjo’”. José María Mancisidor, Frente a frente, José Antonio Primo de Rivera frente al Tribunal Popular. Texto taquigráfico del juicio oral de Alicante, Almena Editorial, Madrid 1975, pág. 37. Preguntado luego por el fiscal sobre esta correspondencia se produjo el siguiente diálogo:

- Fiscal: ¿Estando en la Cárcel de Madrid detenido, lo mismo que en esta de esta Capital, no ha recibido usted muchas cartas sin censurar todas ellas?

- José Antonio: Sin censurar, que yo sepa...

- Fiscal: ¿Reconoce que son del General Martínez Anido, del Doctor Albiñana, de Serrano Suñer?

- José Antonio: Y de Miguel Maura, Doctor Marañón, y otros amigos más. El contenido de esas cartas está ahí y a ellas me remito y si quiere un pequeño comentario a ellas, lo haré.

Y José Antonio pasó a realizar el “pequeño comentario” en el cual aprovechaba para lanzar alguna puya sobre Albiñana, acaso porque sabía que el tribunal popular odiaba la figura del doctor nacionalista. Explica José Antonio que se encontró en poder de miembros de la Unión Militar Española una lista de personalidades que deberían integrar un futuro gobierno. Dice Primo de Rivera: “En ese Gobierno (…) figuran personajes de primer orden, de segundo, tercero, cuarto y hasta quinto orden: el doctor Albiñana, del que tengo una carta toda llena de ampulosidades, y a la que contesto: "Gracias", Rosa Urraca Pastor... Personas, que sin pecar de soberbia, considero que tienen una representación política o intelectual algo inferior”(Ibidem., pág. 261).

(20) http://memoriazul.lacoctelera.net/post/2010/07/19/albi-ana-y-falange-ii, añade incluso la fecha en la que debería de haberse organizado ese mitin: el 3 de octubre de 1933, 26 días antes que el mitin fundacional de La Comedia.

(21) Cfr. Luis Palacios Bañuelos, La Segunda República en Burgos, En Historia de Burgos, tomo IV, Caja de Burgos, Burgos, 2002, pág. 476.

(22) Cfr. Las fuentes orales y la historiografía del fascismo español, Sheelagh Ellwood, Centro de Estudios Contemporáneo Españoles, Universidad de Londres, reproducido en Revista Zurita nº 56. Págs. 65-79.

(23) Cfr. Revista de historia del Fascismo, artículo sobre el hedillismo publicado en los números X y XI.

(24) Esta militancia se ha justificado afirmando que el matrimonio estaba muy sensibilizado por la religión católica y que el albiñanismo asumía públicamente la defensa de la tradición católica española.

(25) Durante el franquismo ocupó distintos cargos políticos entre otros el de Vicesecretario General del Movimiento y diputado en Cortes en varias legislaturas. Fue uno de los 59 procuradores que votaron en contra de la Ley para la Reforma Política el 18 de noviembre de 1976.


Albiñana y su Partido Nacionalista Español (1 de 7)

Albiñana y su Partido Nacionalista Español (2 de 7)

Albiñana y su Partido Nacionalista Español (3 de 7)

Albiñana y su Partido Nacionalista Español (4 de 7)

Albiñana y su Partido Nacionalista Español (5 de 7)

Albiñana y su Partido Nacionalista Español (6 de 7)

Albiñana y su Partido Nacionalista Español (7 de 7)