viernes, 17 de junio de 2016

EL ASESINATO DE JO COX, DIPUTADA INMIGRACIONISTA


El asesinato de la diputada Helen Joanne “Jo” Cox, al grito de “Inglaterra primero” ha exteriorizado lo que está detrás del Brexit, el referéndum sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea. En realidad, este país nunca ha terminado de estar dentro de la UE, ni tampoco fuera. De hecho, no está en la zona euro y siempre, desde el período de Margaret Tatcher ha cuestionado la mayoría de decisiones de la UE ¿Por qué? Porque, históricamente, el Reino Unido pertenece a otra realidad geopolítica: el mundo anglosajón, el eje EEUU-Reino Unido que se reconstruyó unas décadas después de la guerra de la independencia norteamericana, se estrechó durante el período que precedió a la guerra civil y se hizo patente con el apoyo prestado por los EEUU al Reino Unido en las dos guerras mundiales. Y, naturalmente, con las más innobles operaciones económico-financieras durante las Guerras del Opio que sellaron la amistad entre las “familias de los barones del dinero” d uno y otro lado del Océano.

Poco importa quién haya matado a la diputada laborista Jo Cox. Es posible que se trate de un exaltado, harto de las intemperancias etnocidas y “solidarias” de la diputada (fundadora de la asociación Amigos de Siria y la principal activista a favor de la llegada de “refugiados” al Reino Unido. Es posible también que se trate de un asesinato programado para pesar como una losa sobre el resultado del referéndum del día 23, el Brexit. En efecto, el crimen se produce el mismo día en el que se hacen públicos los contundentes sondeos que dan un 7% de ventaja a los partidarios de la salida del Reino Unido de la UE. En cuestiones de terrorismo, con demasiada frecuencia, nada es lo que parece.

La asesinada había estudiado en la London Economic School, la universidad fabiana por donde pasan las élites mundialistas que luego van a alimentar las redes de la globalización. Se especializó en ayuda a los refugiados e inmigración en la ONG Oxfam y Oxfa Internacional, entre 2001 y 2009. Era asesora del Fondo por la Libertad, organización de lucha contra la esclavitud. Militante feminista, su primer discurso en la Cámara de los Comunes el 3 de junio de 2015 fue para “celebrar la diversidad étnica”. Pero en el conflicto sirio fue donde encontró más argumentos para aumentar el flujo migratorio hacia su país, especialmente a partir de octubre de 2015. Se abstuvo en la votación parlamentaria para aprobar la intervención del ejército británico en la lucha contra el Estado Islámico. Tal es el perfil político de la que fue llamada “estrella ascendente del Partido Laborista”.

En cuanto al asesino, el grito de “Gran Bretaña primero” induce a echar el crimen a la espalda de los partidos a favor del Brexit. De momento, todos los partidos que han adoptado esta posición han condenado el asesinato. El crimen llega en un momento en el que se evidencia que lo que verdaderamente se está discutiendo en el Reino Unido no es si su permanencia en la Unión Europea beneficia o no a la economía (el 60% de las exportaciones británicas van a parar a la UE y nada induce a pensar que esto vaya a cambiar), sino que los partidarios del Brexit argumentan que la legislación europea hace incontenible la riada de inmigrantes hacia el Reino Unido y la identidad británica se ha desfigurado completamente con los años de estancia en la UE.

El debate sobre el Brexit es, solamente, un debate sobre la inmigración, enmascarado. El hecho de que haya resultado asesinada –por un “loco solitario” o por una operación de “false flag”- la diputada laborista más identificada con la causa de los refugiados sirios y con los lobbys inmigracionistas no es casual: es el reflejo de que lo que está detrás del referéndum solamente es la actitud a favor o en contra de la inmigración. Nada más.


El Reino Unido es el primer país europeo en el que el número de musulmanes ya es similar al número de fieles de la Iglesia Anglicana de Inglaterra. Recientemente, ha sido elegido alcalde de Londres, Sadiq Kahn, de origen pakistaní. Gane quien gane –y hasta ayer antes del asesinato de Jo Cox la victoria en las encuestas correspondía a los partidarios del Brexit- aproximadamente la mitad de ciudadanos del Reino Unido es consciente de que se está produciendo una invasión migratoria y ha decidido expresar esta opinión oponiéndose a la Unión Europea, la institución que más ha hecho para que Europa pierda su identidad y que menos ha hecho por lo que su propio nombre indica: “unir a los europeos”. Aunque siempre queda la esperanza de que los una en su contra…