Introducción
Las
tesis que se defienden en este trabajo son bien simples y pueden resumirse así:
1) No existieron sólo dos formas de fascismo, sino que a las dos originarias (los fascismos de inspiración italiana y los fascismos de obediencia alemana), se añadió una tercera a la que hemos llamado los “fascismos ibéricos”, cuya cuna estuvo en España y Portugal e irradió a parte de los países iberoamericanos; estos fascismos tienen características y personalidad propia, perfectamente diferenciada.
2) Los fascismos ibéricos arraigaron en aquellos países en los que existía un sustrato previo aportado por los seguidores de Charles Maurras y por la línea expresada por la revista y el movimiento que fundó, Action Française.
3) Este “tercer fascismo” pudo asentarse, especialmente, en países de mayoría católica y en los que -salvo Bélgica y Francia- no sufrieron los destrozos causados por la Primera Guerra Mundial. Permanecieron al margen de la Segunda Guerra Mundial o se implicaron en el último momento, afectándoles muy poco el conflicto (Brasil, Argentina, México).
4) El “fascismo ibérico” fue sustancialmente diferente al fascismo alemán (en su indiferentismo religioso, en sus formas de racismo que inspiró a los fascismos centro-europeos y nórdicos) y al fascismo italiano (que situó al partido por encima del Estado y que influyó en los fascismos de la Europa balcánica y en parte de los países de Europa Central), poniendo el énfasis especialmente en el nacionalismo, en el catolicismo y en el anticomunismo, difiriendo de la derecha clásica en sus propuestas de un Estado fuerte, dirigido por un líder carismático y coincidiendo con ésta en el corporativismo católico.
5) Esta forma de fascismo, en los países desde los que irradió —España y Portugal— fue impulsado por antiguos monárquicos (que no habían dejado de serlo, pero consideraban que las circunstancias no estaban maduras para una restauración). Estos doctrinarios y jefes políticos tenían más fe en la capacidad de movilización de masas aportada por los fascismos que en el entusiasmo que podían generar los movimientos monárquicos existentes a principios de los años 30. Atenuaron sus fervores monárquicos y los solaparon con efusiones fascistas, esto generó el que pudieran trasladarse con facilidad a países iberoamericanos en los que no existían movimientos monárquicos.
6) Esta especificidad de los “fascismos ibéricos” fue lo que les permitió sobrevivir a la derrota de 1945 en forma de gobiernos autoritarios en España y Portugal hasta mediados de los años 70 y en distintos movimientos que sobrevivieron a la debacle de los fascismos italiano y alemán.
Tales
son las tesis que trataremos de demostrar en las páginas que siguen.
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Lo
primero que cabría demostrar es que este “tercer fascismo” fue, efectivamente,
una forma de fascismo y establecer con claridad los límites entre movimientos
fascistas nacionales pertenecientes a esta corriente y gobiernos autoritarios. Deberemos,
para ello, introducirnos en las distintas interpretaciones de los fascismos que
se han generado desde su aparición y, estaremos obligados a presentar los
rasgos propios presentes en todos los fascismos. Esto constituirá la primera
parte de nuestro estudio.
La
siguiente consistirá en exponer aquellos elementos del pensamiento maurrasiano
que están más próximos y preceden a los fascismos y aquellos otros en los que
difieren fascismos y pensamiento del líder de Action Française. En cualquier
caso, quedará claro que allí donde el pensamiento de Maurras pudo llegar fuera
de Francia, coincidió con el espacio en el que los “fascismos ibéricos”
arraigaron. E, incluso, es posible demostrar hasta qué punto, los elementos
irradiadores de ese “tercer fascismo”, previamente, habían sido maurrasianos de
estricta observancia.
Llegados
a este punto, estaremos en condiciones de definir los rasgos del “tercer
fascismo” y establecer su personalidad propia en relación a los otros dos.
Veremos, sorprendentemente, como el “fascismo ibérico” es una variedad
perfectamente homogénea y coincidente en sus principios y en sus orientaciones
básicas en los países en los que arraigó, incluso en sus relaciones políticas,
tanto en el tiempo histórico de los fascismos (1919-1945, esto es, desde la
fundación del primer “fascio de combate” en junio de 1919, hasta la caída de
Berlín en mayo de 1945) como en el de los neo-fascismos (que podemos extender
desde mayo de 1945, hasta principios de los años 80).
Pero,
dado que la recepción de la obra de Maurras no fue homogénea en todo el
continente iberoamericano, ni siquiera en los procesos de maduración que se
produjeron antes y después de la Segunda Guerra Mundial, pasaremos también
revista a dos bloques de movimientos que se dieron en distintos países del
hemisferio sur: aquellos en los que el “tercer fascismo” no pudo arraigar y
aquellos otros en los que se asentaron movimientos que tenía mucho más que ver
con el neo-fascismo que con el “tercer fascismo”. Esto nos servirá para
demostrar, de forma negativa, nuestra tesis sobre la relación Maurras-“tercer
fascismo”.
La
mayor dificultad a la hora de abordar la última parte de este estudio es,
precisamente, que todos aspiran a ser “hijo de la victoria”, pero nadie
razonable pretende ser “heredero de la derrota”. Con esto queremos decir que,
muchos de los maurrasianos que, hasta mediados de la Segunda Guerra Mundial
aceptaban el doble título de “fascistas” y “maurrasianos”, se fueron
desvinculando a velocidad de vértigo de tales denominaciones, en especial a
partir de Stalingrado. Se pudo, así, asistir a giros copernicanos, incluso a
ocultación de datos que demostrasen adhesión y sintonía con los regímenes
vencidos. Gobiernos que, de haber conquistado los soldados del Reich la ciudad
que llevaba el nombre del dictador soviético, se habrían adherido
entusiásticamente a la causa de los fascismos, pararon en seco y buscaron
alternativas y encubrimientos a la primera parte de su recorrido político.
Las
“democracias cristianas” y los “cristianos sociales”, en general, fueron el
hogar de refugio para estos “arrepentidos”. Sin embargo, en el contexto de este
trabajo, lo que cuenta fueron las ideas que defendieron estos movimientos y los
líderes políticos que citaremos durante los años en los que los avances del
fascismo, hicieron “sentirse fascistas” a exponentes de la derecha autoritaria.
Introducción
I. ¿Qué fueron los fascismos? Centrando términos
¿Qué es y qué no es el fascismo?
Interpretaciones “académicas” a un fenómeno internacional
1. Interpretaciones liberales
2. Interpretaciones inatendibles
3. La Escuela de Frankfurt
4. Interpretaciones marxistas
5. Las interpretaciones del tradicionalismo conservador
II. Charles Maurras y el “nacionalismo integral”
El “empirismo organizador”
El “nacionalismo integral”
La monarquía en Maurras
Diez rasgos para entender el “nacionalismo integral”
Maurras y su movimiento: Action Française5
III. Los tres fascismos. Tabla Comparativa
IV. Maurras fuera de Francia
La recepción de la obra de Maurras en España
1. Las Juventudes Mauristas
2. Los canales de penetración
La recepción de la obra de Maurras en Portugal
Maurras en Argentina
Maurras en México
Maurras en Brasil
V. De Maurras a los fascismos
Los problemas de Action Française
1. El Círculo Proudhon
2. Georges Valois, los primeros años
3. Cuando Valois encontró a Sorel y Sorel se cruzó con Maurras
4. La Librairie Nationale y Le Nouveau Siécle
5. La fundación de Le Faisceau.
6. Dificultades insuperables
7. Valois después de Le Faisceau
8. Lamour: del Faisceau al Partido Fascista Revolucionario
Peldaños franceses del “fascismo ibérico”
1. La madurez del fascismo francés
2. De Action Française a Je suis Partout: Robert Brasillach
3. El caso belga: del maurrasismo cristiano al Rex fascista
VI. La fascistización de los maurrasianos peninsulares
Del Integralismo al MNS en Portugal
España: Del “alfonsinismo” a Falange, pasando por Maurras
VII. Falange Exterior en el nacimiento de los fascismos americanos
Von Faupel y el Instituto Iberoamericano de Berlín
Del Instituto Iberoamericano a las Falanges Exteriores
VIII. Los países en los que cristalizó el “Tercer Fascismo”
Argentina: gran centro de difusión del maurrasismo en Iberoamérica
1. Las vicisitudes de Falange en Argentina
2. La influencia española en el nacionalismo argentino
3. La Alianza Libertadora Nacionalista: tercer fascismo en Argentina
4. El movimiento nacionalista Tacuara o el neo-fascismo argentino
5. “Tercer Fascismo” y peronismo
México: del maurrasismo a la Unión Sinárquica Nacional
1. Los rasgos de la UNS
2. ¿Fascistas? ¿Fascistizados? ¿o Tercer Fascismo?
3. El origen de la UNS
4. La Falange (franquista) en México
Brasil: Del maurrasismo a la Acción Integralista Brasileña
1.Falange Española en Brasil
2. Plinio Salgado y los demás líderes de la AIB
VIII. Ecuador, Venezuela, Bolivia y Chile:
“tercer fascismo” en el tiempo del neofascismo. Anomalías
Venezuela: COPEI falangista
Ecuador: la Acción Revolucionaria Nacionalista Ecuatoriana
Bolivia y Chile: dos fascismos diferentes
IX. Los países hispanos en los que no arraigó el “tercer fascismo”
El atípico caso peruano
1. La generación del 900
2. El “oncenio” de Leguía
3. El “sanchezcerrismo”
4. La deriva fascista de la Unión Revolucionaria
5. La última fase en la vida política de Flores Medina
6. La persistencia de la memoria
7. Las delegaciones de los fascismos europeos en Perú
El imposible fascismo colombiano
1. Los Leopardos y el conservadurismo
2. La situación política colombiana en los años 30-40
3. ¿Fascismo en Colombia?
4. La huella del franquismo en Colombia
5. Colombia y el Tercer Reich
El caso uruguayo: la semilla que nunca cristalizó
1. Torres García y el maurrasismo estético
2. El clima político en Uruguay en los años 1920-1930 hasta la dictadura
3. Pequeños grupos y las revistas fascistas o fascistizantes
4. Las iniciativas de los países fascistas en Uruguay
5. Falange y el franquismo en Uruguay
6. Una pequeña galaxia fascista que nunca germinó
Conclusión
Fascismo ibérico: el Tercer Fascismo una realidad histórica
El ocaso del “Tercer Fascismo”
Dimensiones: 15 x 23 cm
Páginas: 424
Impreso en papel de 80 grs.
Portada en cuatricomía
Precio de venta al público: 33,28 € (también en e-book a 7,82 €)
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