martes, 25 de noviembre de 2025

QUE LA AGONÍA DEL SANCHISMO NO SE TRANSFORME EN LA AGONÍA DE ESPAÑA (1)

[donde dice "Battino Craxi" debe decir "Bettino Craxi]

Así como los gobiernos de la derecha (Calvo Sotelo, Aznar, Rajoy) han acabado con una “muerte súbita”, los del PSOE (González, Zapatero, Sánchez) se recordarán como largas agonías que, como han empezado entre 2 y 3 años antes de su abandono de la Moncloa: han sido para la sociedad agonías interminables. La de Sánchez promete ser la más prolongada y dolorosa para toda la sociedad española, seguramente porque es el presidente del gobierno que más números tiene para pasar directamente de la Moncloa a prisión (o fugarse hacia un exilio dorado). Y, no solo eso: pocos gobiernos han registrado un número tan considerable de ineptos en sus filas hasta el punto de que cuesta encontrar un ministro que haya hecho algo más que una mangutada.


LA PRIMERA DENTELLADA JUDICIAL Y
LA REACCION HISTÉRICA DEL SANCHISMO

La crónica del sanchismo, no es sólo una serie de errores encadenados desde el día 1 de su ascenso al gobierno. Es y será recordado, sobre todo y únicamente, por acaparar cada día desde hace dos años y medio la crónica de la corrupción. No hay día en el que no salga a la superficie un dato nuevo. Pero, a partir de ahora, vamos a alternar la aparición de nuevos datos con la celebración de los distintos juicios abiertos.

De momento, el fiscal general sanchista, Álvaro García Ortiz, ha sido condenado a dos años de inhabilitación. Sentencia suave donde las haya y, seguramente, en consideración a su cargo. De haber sido un funcionario raso de hacienda: no olvidemos que el delito de “revelación de secretos” por el que ha sido jugado se cantiga con una pena básica es de prisión de 1 a 4 años y multa de 12 a 24 meses. Si además se difunde, revela o cede a terceros los datos descubiertos o las imágenes captadas, la pena será de prisión de 2 a 5 años.

Las excusas y explicaciones que había dado el fiscal eran tan absolutamente absurdas, lo que, unido a la destrucción deliberada de pruebas, permitía pensar que sería condenado, como mínimo a dos años de prisión, además de los 24 meses de inhabilitación. Pero, la solidaridad corporativa ha pesado entre los miembros del supremo, que, sabiéndolo culpable, han querido condenarlo a una pena simbólica y completamente inútil: era evidente que Sánchez lo sustituiría por otro de la misma cuerda y hoy se ha sabido que la “elegida” es Teresa Peramato, la mano derecha del fiscal condenado.

Había una solución todavía más directa que consistía en indultar al corrupto y, como la condena ya había desaparecido, dejarlo en el mismo cargo. Si Sánchez no se ha atrevido a hacerlo es por el revuelo social que hubiera causado y por la palpable demostración de su absoluto desprecio a la justicia.

Pero lo más sorprendente en este caso no la actitud de Sánchez -del que ya sabemos que su principio, en su gobierno, nadie dimite porque “sólo dimiten los culpables”- sino la de sus socios de gobierno, particularmente de las dos cadavéricas formaciones de la izquierda: Podemos y Sumar. Ambas han salido como un toro que acaba de recibir una perdigonada en los testículos a defender a aquel al que se lo deben todo y sin el cual no serían nada: Pedro Sánchez. En el caso de la extrema-izquierda está más que claro que, acabado el sanchismo, también ellos entonarán el morituri. La mayoría, incluso, cuando agoten su subsidio de paro como diputados, funcionarios, concejales, asesores y demás legión de barrigas agradecidas, incluso, deberán trabajar para ganarse la vida: algo que les genera vértigo, horror y frustración ante el futuro.

LOS VIAJES DEL FALCON

Sánchez en los últimos meses está prodigando viajes por todo el mundo. Los motores del Falcon deben estar más calientes que la cuchara de un yonqui. En 2025, Pedro Sánchez ha viajado a Asia “para impulsar ventas” (China y Vietnam), Sudamérica (Paraguay, Chile y Uruguay), India, Azerbaiyán, Ecuador y Brasil. En este mes de noviembre de 2025 se ha desplazado -¿cómo no?- a Johannesburgo para participar en la cumbre del G20, tras haber realizado una “turné” por África, repartiendo el dinero del contribuyente español para iniciativas que, lejos de solucionar el problema de la inmigración, lo agravan: Senegal, Gambia y Mauritania.

Oficialmente todos estos desplazamientos para reforzar la colaboración y fortalecer las relaciones. El “tratar temas de interés mutuo” es un eufemismo para evitar hablar de migraciones. Los tres países africanos son “exportadores” de inmigración. Sánchez ha ofrecido préstamos a fondo perdido para estimular la industrialización y evitar la fuga de mano de obra. Dinero tirado al estercolero. La inmigración del África Subsahariana ha ido aumentando a lo largo de los cuatro últimos años. Si ese era el motivo de estos viajes, no sólo han sido completamente inútiles, sino, además, contraproducentes y muy costosos, para un país que se acerca a los dos BILLONES de deuda y al pago de 50.000 millones en intereses cada año.

Se ha dicho también que esta inaudita proliferación viajes a países absolutamente insolventes son el síntoma inequívoco del miedo de Sánchez a permanecer mucho tiempo en España. Y es, rigurosamente cierto, que raras veces abandona el fortín de La Moncloa y que cada vez se siente más sitiado por la opinión pública. No es inmune -nadie puede serlo- a oír el “Sánchez hijo de puta” cada vez que deja atrás el control de La Moncloa. Una cosa es que conscientemente le dé igual, otra muy distintas que su subconsciente no le vaya royendo por rentro y que ese desgaste se le note, como a ningún otro presidente, en un deterioro físico inevitable que solamente se puede compensar con medicamentos cada vez más fuertes. ¿Cómo estaría usted si fuera consciente de que ya no hay salidas políticas y que es una cuestión de tiempo que él y su entorno sean condenados por tribunales?

No, estos viajes tienen un único motivo y son el signo inequívoco de que, a pesar de las declaraciones, a despecho de Tezanos, el final del sanchismo se acerca inexorablemente y, tanto el presidente como su comitiva, dan por hecho que deberán desalojar La Moncloa y se están asegurando una jubilación acorde con sus ambiciones. Porque en todas estás firmas de “acuerdos bilaterales”, en todos estos “envíos de ayuda al desarrollo”, lo primero que se negocia son las comisiones que recibirán las partes y dónde se depositarán.

SÁNCHEZ PREPARANDO EL EXIIO

No albergamos la menor duda de que Sánchez optará por la salida “Craxi” (el exilio en un país sin tratado de extradición). Así pues, para Sánchez se trata de buscar un “país seguro”. Se ha hablado de la República Dominicana. Hay que excluirla: existe un tratado de extradición, firmado en 1981 y ratificado en 1984 y que ha sido invocado en varias ocasiones. Descartado.

China, Emiratos Árabes Unidos, Cuba, Irán, Vietnam, Corea del Norte y Arabia Saudí, son países sin tratado de extradición, excluyendo a países de Oceanía sin tratados como Fiji, Islas Salomón, Papúa-Nueva Guinea, Samoa y Vanuatu, demasiado lejanos, pequeños y con pocos alicientes. La ausencia de un tratado no significa que la extradición sea imposible, sino que no existe un procedimiento formal acordado. Zapatero ha “trabajado” Venezuela: pero, nunca se sabe cómo puede acabar la situación allí. Parece previsible que, antes o después, el régimen de Maduro concluya y la oposición se tome su revancha. Zapatero y Sánchez serían los primeros objetivos y difícilmente alguien saldría en su defensa. Excluidos también. ¿Marruecos? ¿Túnez? Tienen tratad de extradición con España, pero ya sabemos lo que valen los tratados en países en los que, a fin de cuentas, todo depende del tiranuelo de turno. Ambos países tienen buenas zonas turísticas, están cerca de España, sus gobiernos son los suficientemente autoritarios como para que sus tribunales supremos nieguen una extradición. Y, por lo demás, la UE, optaría por no presionarles. Marruecos tiene a su favor el que Sánchez ha hecho por este país y por el islam mucho más de lo que ha hecho por su propio país. Y, en cuanto a Túnez, existe el precedente de Craxi que murió en 2000 en aquel país, después de que se emitiera contra él una orden de arresto internacional en 1995: la extradición no fue posible debido a que los delitos de corrupción no estaban cubiertos por el tratado de extradición con Túnez… Luego hay precedentes.

EL PSOE RESISTE ELECTORALMENTE

La prueba de que España no es país apto para la democracia es que el votante, lo hace por inercia o influido por cualquier otro motivo que no tiene nada que ver con la política o con la gestión de un gobierno: lo que menos se valora es el resultado de las políticas aplicadas… que es, a fin de cuentas, lo único que se debería tener en consideración. La democracia nunca ha funcionado bien porque un sistema en el que 49 premios nobel queden en minoría ante 51 ni-nis, es un sistema FUNDAMENTALMENTE injusto.

En la actualidad existen “dos Españas”: la que paga impuestos y la que cobra subsidios. La que paga impuestos no vota socialista, pero la que cobra susidios aspira a que ningún cambio político se los quite. Por eso, el PSOE va descendiendo en las encuestas, pero no se está hundiendo como sería de prever si el elector tuviera un espíritu crítico mínimamente desarrollado.

Obviamente, las encuestas del CIS son fantasiosas y dependientes de la “cocina”. Se trata de “crear tendencias” falseando datos. Y para eso le pagan a Tezanos. Pero, las encuestas más objetivas realizadas por las empresas de sondeos mejor valoradas, presentan un panorama muy diferente:

Target Point, por ejemplo, en el sondeo más reciente publicado ayer 24 de noviembre, sitúa al PSOE con el 28% de la intención de voto y una horquilla entre 114-116 de los 121 que tiene actualmente. y el 28,1% del voto. Cae, pero no cae mucho: por debajo de los 90 diputados, el PSOE consideraría el resultado una tragedia terminal. Por su parte, el PP repetiría como ganador si se celebrasen elecciones, pero bajaría la intención de voto, al 29,2% y, por tanto, en número de escaños, pasando de los 137 que tiene actualmente a una horquilla de 123-125, perdiendo así unos 12 asientos en el Congreso. Así pues, Feijóo tampoco logra una victoria espectacular, sino más bien discreta. El único triunfador real sería Vox que desde septiembre se ha apropiado de casi medio millón de votos del PSOE y ha duplicado la posibilidad de obtener escaños: de 33 a 67-69, con casi un 20% de votos. 

La encuesta de Sigma Dos va por derroteros similares: 33,6% para el PP (144 diputados), PSOE 24,7% (110 escaños), Vox, tercera fuerza con 55 diputados y un 27,4%. Sumar y Podemos en repliegue con un 7,4% y un 4,2% y 2 y 11 diputados respectivamente. En cuanto a las formaciones independentistas, todas pierden porcentajes en relación a la presente legislatura.

Con todo, el test se va a dar en Extremadura donde TODAS las encuestas SALVO la del CIS, auguran una victoria del PP, pero con unos resultados muy similares a 2023, si bien algunas encuestas (Demoscopia, Amalgama Métrica, Target Point) sitúan a los socialistas con pérdidas de hasta cinco puntos… También en esta región, Vox mejoraría notablemente su puntuación ganando un mínimo de 2 y un máximo de 7 puntos según las encuestas. Y, por supuesto, la izquierda radical quedaría a mínimos perdiendo entre 2 y 6 puntos. Ni siquiera Tezanos se atreve a prever una victoria socialista en Extremadura.

Las cifras demuestran que:

1) El PP volvería a ganar las elecciones.

2) El PP no obtendría mayoría absoluta.

3) El PP debería buscar socio de coalición.

Las elecciones de Extremadura son importantes porque el gobierno local, encabezado por María Guardiola, ha gobernado con un programa muy similar al socialista (incluso ha rescatado a socialistas y los ha incorporado a su gobierno). Está claro que el incremento de los votos para el PP no se debe a su “buena gestión” en el gobierno, sino a los escándalos judiciales en los que se ha visto implicado el PSOE en esa región, unido a la absoluta desfachatez de presentar a un procesado por corrupción, Miguel Ángel Gallardo, como cabeza de lista

Pero la presumible victoria de Guardiola en Extremadura es lo que puede precipitar el que un individuo sin ideas propias, como Feijóo, opte por reiterar su mano tendida a los socialistas “liberados de Pedro Sánchez”, tras las próximas elecciones generales. Y lo hará si cree que con ello satisface a Merz y a Von der Leyen… (ver artículo: Los problemas estratégicos de los partidos euroescépticos en España 1

PREVISIONES BASTANTE DEPRIMENTES A CORTO PLAZO

1) Sánchez tratará de resistir el máximo posible y agotar la legislatura, pero todo induce a pensar que los próximos reveses judiciales, el deteriores creciente del país en todos los terrenos y el reavivamiento de las protestar en la calle, así como la situación que se abrirá en el PSOE tras las elecciones extremeñas, la falta de apoyos parlamentarios y la apertura de nuevos frentes judiciales, harán muy difícil se permanencia en el poder más allá de otoño de 2026.

2) No está claro quién sucederá a Sánchez, ni siquiera quien se hará cargo de la secretaría general. Sea como fuere, hay que reconocer que el PSOE desde el fin del felipismo, se ha ido vaciando de afiliados capacitados: ya no quedan especialistas en nada dentro de sus filas, como máximo “balasrasas” sin oficio ni beneficio y abogadillos de pocos pleitos, “comunicadores” y “trabajadores de la cultura” en busca de subsidios, entre una masa de ambiciosos con ganas de ganarse la vida sin excesivo esfuerzo y a costa del Estado. El PSOE debería mirarse en el espejo de lo que hoy son Sumar y Podemos: dos partidos de izquierda, esqueléticos y desahuciados. Así pues, sea quien sea el próximo secretario general del PSOE, no dudará en pactar con Feijóo a poco que éste le tienda la mano.

3) La excusa de Feijóo para un pacto de este tipo será “centrar el país”, “reconstruir el centro” en tanto que, según su teoría, es el único espacio “desde el que se puede gobernar España y elaborar consensos”, de cara a “acometer la grave situación en la que se encuentra España. No dudamos de que, los nuevos huéspedes de Ferraz, no harán nada por defender ni el sanchismo ni el zapaterismo, sino que serán los primeros en darse por “perjudicados” por la gestión de los anteriores secretarios generales, si ello les permite mantener una cuota de poder.

4) La situación del país es tan desastrosa que ninguno de los problemas puede planteados (inmigración, delincuencia, vertebración, okupas, economía, vivienda, sanidad, hacienda, deuda, política internacional), puede afrontarse decididamente sin un GOBIERNO FUERTE y el capitaneado por Feijóo, desde luego, no lo va a ser.

5) Por una parte, es bueno que el “tercer partido”, Vox, quede inicialmente marginado en la próxima legislatura: esto hace prever que, en la siguiente, crecerá. Una coalición “centrista” es siempre una coalición débil en la que el sentir de la calle se ha visto traicionado por la coalición de PP y PSOE. Es, además una coalición que, en nombre del “realismo” evitará adoptar decisiones enérgicas que corten de raíz los problemas y no sean más que parches técnicos.

6) Pero, por otra parte, parece claro que cuanto más tiempo se prolongue la “política del avestruz”, más enquistados estarán los problemas. Y más decisión será necesario para resolverlos. Lo hemos dicho y repetido: la hora de Vox todavía no ha sonado y solamente sonará cuando se haya producido el “sorpasso” y no sea el PP quien dicte las condiciones. Feijóo no ha advertido que en España ya se han probado las “soluciones” de izquierda y que sólo puede hacerse gala de “centrismo” cuando las cosa marchas moderadamente bien, no cuando el país se está deslizando por una pendiente hacia el abismo: entonces hacen falta soluciones radicales adoptadas con decisión y energía.

No creemos que haga falta añadir muchas más explicaciones a la situación agónica del sanchismo, que no es más que una reedición de los momentos terminales de los anteriores gobiernos socialistas. De lo que se trata es de que si un partido tiene que morir, que  expire cuanto antes y deje el paso libre a cualquier otro proyecto político. El PSOE es, probablemente, de todos los partidos existentes en este país, el que peor recuerdo ha dejado de su paso por la historia, desde el primer tercio del siglo XX. Así que no estamos ante nada nuevo. De lo que se trata, simplemente, es de que la agonía de este atajo de oportunistas sin escrúpulos, no supongo (como está suponiendo), la agonía de todo un país.