El ayuntamiento de Arenys de Munt
fue, históricamente, el primero que convocó un referéndum ciudadano por la
independencia. El ejemplo cundió y en los meses siguientes se habían convocado
otros tantos referéndums en buena parte de los municipios catalanes en 2009 y
2010. ¿El resultado? Una media del 19% de los votos (casi todos los emitidos) a
favor de la independencia. Pero Arenys de Munt tenía otro problema mucho más
grave: una comunidad islámica excepcionalmente fuerte que cada día hacía rancho
aparte y que, por sí misma, desdice la inexistencia de lo que Carod Rovira
solía llamar “el islam catalán”…
En efecto, el jueves pasado se
supo que el Ayuntamiento de Arenys de Munt ha presionado a los bancos que
tienen locales vacíos en polígonos de la localidad para que los cedan para la
construcción de la mezquita. Después de una sentencia judicial contrario al
actual emplazamiento de la mezquita de Arenys, ésta ha seguido abierta hasta
que, finalmente, los ciudadanos que presentaron la denuncia, han pedido la
ejecución de la sentencia.
En marzo de 2010, la instalación
de un oratorio musulmán en los bajos de un bloque de pisos del parrio Pi Gros
de Arenys de Munt, enervó a los vecinos que vieron como el ayuntamiento
desestimó ¡todas sus alegaciones! La respuesta ciudadana fue colocar pancartas
en todos los balcones del barrio. El alcalde (Carles Móra, independentista)
también minimizó el conflicto. El barrio había estado indignado desde que seis
meses antes y musulmán comentó a un vecino la próxima apertura de la mezquita.
Exigían el traslado del centro musulmán a un polígono industrial. Los
musulmanes se negaban a pagar un alquiler de más de 500 euros. Cuando se
insonorizó el local, los vecinos alegaron con mucha lógica que, el problema
eran –y habían sido siempre- los ruidos provocados en la calle. Los vecinos
lamentaban que el barrio "dejará de ser una zona
tranquila" con el trasiego de vehículos y la proliferación de fieles en la
mezquita "durante los rezos en varias horas del día". Los más
beligerantes insisten en que "a nadie se le ocurriría construir una
iglesia en un bloque de pisos" y se preguntan por la "poca regulación
de estos centros" y amenazan con manifestaciones de protesta.
El 19 de octubre de 2011, los
musulmanes de Arenys de Munt propusieron instalar su mezquita en un convento
abandonado. Las protestas populares fueron muchas más que los apoyos. Alguno se
preguntaba: “¿Y por qué no en la Sagrada
Familia?”.
El 3 de febrero de 2016, un juez ordenó el cierre de la mezquita de
Arenys de Munt. Un vecino había argumentado que la aglomeración que llegaba
todos los viernes y sábados desbordaba las posibilidades de aparcamiento de la
zona. El juez le dio la razón y revocó la licencia de obras. El ayuntamiento se
limitó a acatar la sentencia sin disimular su desagrado. La alcaldía estaba en
manos de un alcalde, Joan Rabasseda, de ERC interesado sólo por la
independencia y porque ninguna otra cuestión se antepusiera. Rabasseda se
preguntó: “¿Eso quiere decir que se habrían de cerrar las mezquitas porque no
hay suficientes aparcamientos para ir?”. Se quejaba de que el aislamiento
acústico de la mezquita era el correcto y para el ayuntamiento no había motivo
para la prohibición. Sin embargo, los vecinos se habían movilizado desde hacía
meses, recogiendo firmas para impedir la apertura de la mezquita. Pero
Rabasseda, erre que erre, solamente atendía la voz de quienes querían el
quimérico referéndum por la independencia, no a la mayoría de vecinos que no
querían una mezquita en su ciudad. La celebración del Ramadán del año 2010
había sido particularmente molesto para los vecinos. Insoportable. Y eran la
culminación de cinco años de quejas y denuncias. Sin embargo, el alcalde
minimizaba las protestas: “La relación con la comunidad musulmana es excelente
y fluida”
Cataluña es la comunidad autónoma
con más mezquitas en España, según datos del “Observatorio del Pluralismo
Religioso en España”: en julio de 2012 existían sólo en Cataluña, 242
mezquitas, frente a Andalucía con 180 y Madrid con 106. En total, en España
había 1.200. Cuatro años después ya son 1.500. En la provincia de Barcelona hay
175, en Gerona 50, en Lérida 32 y en Tarragona deben ser, en torno, a 40. Sólo
en la ciudad de Barcelona hay más de 30 puntos de oración musulmanes. En Santa
Coloma de Gramanet y en Terrassa, más de 10. Siguen Badalona y Martorell con
12.
No sólo la pequeña localidad de
Arenys de Munt tiene un problema, sino que toda Cataluña lo tiene: y no es,
desde luego, la independencia.