Las encuestas que se siguen
publicando en la prensa francesa para la elección presidencial de 2017 son,
todas, sin excepción, favorables para el Front National. Esta organización
recibe entre el 26 y el 29% de los votos, dependiendo, obviamente de las “cocinas
electorales” y esto en un país en el que todavía el voto al Front National es
criminalizado y mantiene una importante cuota de “voto oculto”.
Estas encuestas –la última de las
cuales ha sido realizada por BVA para Orange y la prensa regional, da unas
cifras extraordinariamente optimistas para las expectativas de voto del Front
National. Nadie duda en este momento que Marine Le Pen pasará a la segunda
vuelta. La duda es ¿contra quién? Ante la avalancha que se le viene encima, el
Partido Socialista difícilmente podrá volver a presentar a François Hollande
con posibilidades de llegar en segundo lugar. En cuanto al candidato de la
derecha, en el momento actual solamente un Sarkozy, tan psicópata y corrupto
como en su último manato, tiene posibilidades de obtener algún resultado
apreciable pero siempre por detrás del Front National.
Lo que en esta última encuesta ha
preocupado, sobre todo, a los encuestadores es: ¿Qué le llama la atención al
elector del programa del Front National? Respuesta: nada, salvo la postura ante
la inmigración. En estos días, el Brexit demuestra que la polémica sobre la
salida o no del Reino Unido de la UE es una falsa polémica; el debate ni es
económico, ni político, sino simplemente una cuestión de matiz: o se están con
la UE y con su política de inmigración o se está contra la inmigración masiva y
la desfiguración de la identidad británica y, en consecuencia se vota por el
Brexit. En Alemania y Austria ocurre otro tanto. Y en Bélgica las cuestiones
relativas a la vertebración nacional han pasado a segundo plano ante tres temas
que polarizan a la opinión pública: o por el multicultralismo, con todo lo que
implica, o contra la aglomeración descontrolada de yihadistas a pocos metros
del Atomium…
Lo que está engordando a los
grupos identitarios y euroescépticos no son grandes teorías políticas, sino
simplemente, la perfección muy exacta de que las cosas han llegado demasiado
lejos, y el resultado de las erróneas políticas de los regímenes nacidos en 1945
son una tríada siniestra: inmigración - islamización – yihadismo.
En la encuesta mencionada, el 92%
de los electores explicitaron que votarían el Front National por la claridad en
su postura ante la inmigración, el 90% ve en el FN el “voto más seguro contra
la inmigración”, el 88% la opción más clara la amenaza yihadista.
Apenas faltan once meses para las
elecciones presidenciales de 2017. La encuesta demuestra lo acertado del
criterio de basar la campaña electoral en tres temas: 1) Contra la invasión
extranjera, 2) Contra el “Gran Reemplazo” de la población europea por población
extranjera y 3) Contra el yihadismo. ¿Y el resto? El resto, guste o no guste,
es secundario: si culmina la tendencia a la islamización de Europa y se marcha
inexorablemente hacia la sustitución de la población europea por no-europeos…
simplemente, NO HAY FUTURO.