La muerte de todo ser humano es
triste y suele aprovecharse para loar sus cualidades, reales o inexistentes. Es
el caso del boxeador negro norteamericano CasSius Klay, más conocido a partir
de su conversión a los “musulmanes negros” como “Mohamed Alí”. Los medios de
comunicación han optado por silenciar que el “islam” al que perteneció era una
secta que tiene poco que ver con la doctrina de Mahoma y con cualquier
interpretaciones sunnita o chiíta. Se trata simplemente de una locura sectaria
“islamizada”.
Aquejado de parkingson y en los
últimos tiempos de Alzheimer, el venerable y decrépito, inofensivo anciano que
falleció el 3 de junio pasado, tenía poco que ver con el insolente, orgulloso,
violento y sectario, boxeador que fue en su juventud. Eran los primeros años
60: el presidente Kennedy había apostado por los “derechos civiles” de los
ciudadanos de color y sus partidarios entre la comunidad negra de los EEUU no
eran siempre moderados ni pacifistas seguidores de Martin Luther King. El Black
Panther y la ideología del “black power” estaban naciendo, pero había un
movimiento que tenía ya unas décadas de existencia: la Nación del Islam y que
fue al que se incorporó Clay en 1964.
¿Qué es la “Nación del Islam”?
Simplemente un grupo ocultista y sectario que había hecho del racismo
anti-blanco una religión. Para su fundador, Elijah Muhamed, Ala es… negro. Y lo
que es MOHAMmUtodavía más grotesco: el diablo, como podía suponerse, es blanco.
Desde Adán y Eva, los blancos han intentado ocultar esta “verdad”. Jesucristo, también,
sería negro y fue por ello por lo que los romanos –blancos- lo crucificaron. La
creencia en temas ocultistas (la reencarnación, el “gran año” compuesto por
25.000 años naturales, incluso la ufología y la creencia en vida
extraterrestre) forman parte de esta seudo-religión y propia de guetos
aculturizados, no ha impedido que en la actualidad sea compartida por 2.000.000
de negros norteamericanos y, se cree, que es la secta que muestra más empuje
entre la población negra de aquel país. Su credo es racista; sus métodos,
violentos (el mismo Malcolm X fue asesinado por miembros del grupo), son poco
comparados con la violenta carga racista de su ideología. El líder actual de la
secta es Louis Abul Farrakhan.
Después de pasar cuarenta años en
la secta, cuando sus facultades mentales y físicas ya estaban extremadamente
disminuidas, Cassius Klay, ya Mohamed Alí, abandonó la “Nación del Islam” y se
pasó al islamismo ortodoxo de tendencia chiíta.
Lamentar ahora la muerte de un
gran deportista, es humano. Ahora bien, olvidar que su único teatro de éxitos
fue el ring, es olvidar lo que se convirtió en esencial en las dos terceras
partes siguientes de su vida: una ideología racista, violenta y sectaria.