Se suele admitir que Ciudadanos fue,
inicialmente, una creación de La Caixa, para cortar generar en Cataluña una
fuerza anti-nacionalista, lerrouxista, que pusiera fin a las ambigüedades del
PP en la materia y a la traición constante del PSC, ambos proclives a aliarse
con CiU. Así nación ciudadanos que consiguió arraigar, especialmente, en el
cinturón industrial de Barcelona, recogiendo los votos de los decepcionados del
PSC y del PP en materia soberanista. De hecho, durante sus primeros seis años
de vida, Ciudadanos fue una formación exclusivamente catalana y su definición
no iba más allá del anti-nacionalismo. El ascenso de Ciudadanos, en zonas
obreras, cortó la progresión de Plataforma per Cataluña en esas mismas zonas.
PxC era el partido que, por su discurso anti-inmigracionista, mejor hubiera
arraigado en las zonas del cinturón industrial, de no haber sido porque, en
aquella époa, algunos miembros de su dirección (que hoy figuran en grupos
independentistas) hubieran sostenido posturas ambiguas en materia de
vertebración del Estado.
En el resto del Estado, UPyD
ocupaba el mismo espacio político: un neo-centrismo cuya referencia única era
el anti-nacionalismo y su exigencia común el que el Estado dejara de estar sometido
al chantaje soberanista. En 2011 ambos grupos mantuvieron relaciones cuando la
suerte parecía escorarse todavía hacia UPyD. Rosa Díez, la voluble ex miembro
del PSOE y candidata frustrada a la secretaría general socialista, se negó a
renunciar a lo que terminó siendo su “chiringuito personal” y selló el destino
de su partido. Fue entonces cuando, animados por La Caixa, un sector de la
banca decidió apostar por Rivera: a fin de cuentas, salvo en el tema nacionalista,
no tenía muchas ideas políticas y sería fácilmente “orientable”, como, de
hecho, así ha sido.
Ahora, Rivera ha sido presentado
por Juan Luis Cebrián, como invitado a la próxima reunión del Club Bildelberg.
La noticia se ha sabido el mismo día en que la ex Reina Sofía se ha dado de
baja del Club. Su última asistencia, después de unos años se ausencia, fue en
2014 en la reunión celebrada en el Hotel Marriot de Copenhague. Ya entonces,
anunció a los miembros del Club la primicia de que sería la última vez que
asistiría como “reina de España”, cuando la opinión pública todavía no conocía
la abdicación de Juan Carlos.
Sin embargo, la presencia de
Rivera en Bildelberg ha suscitado un primer problema. Recomendado por Cebrián,
la reunión de este año –que tendrá lugar en Dresde, la ciudad mártir, víctima
de los criminales bombardeos de la aviación norteamericana- coinciden con el
desarrollo de la campaña electoral, por lo que, lo más probable es que no
asista. Una de las prácticas más discutidas de las reuniones de este Club es
que, una vez iniciada la reunión, los asistentes no pueden salir del hotel en
el que se celebra, lo que implicaría colocar a Rivera fuera de juego de la
campaña de su partido durante varios días. Sin embargo, Rivera, a partir de la invitación
puede considerarse ya miembro del Club, hecho significativo sobre la
integración de Ciudadanos como un nuevo puntal del régimen político
español y de los intereses del “nuevo
orden mundial” en nuestro país.