d. Narcosis social.– El
repliegue a lo personal y el individualismo exaltado impiden que el sujeto
piense en nada más que en él mismo y solamente reacciones cuando siente muy
cerca algún riesgo. Por lo demás, el sujeto vive inmerso en una narcosis social
absoluta cuyos rasgos son:
– La irrupción del movimiento del
15–M evidenció la inexistencia de una crítica orgánica al sistema y los
residuos de la crítica marxista derrotada, banalizada y superficial. El hecho
de que en las escuelas se haya borrado toda huella de capacidad crítica implica
por lo mismo que también ha desaparecido la posibilidad de realizar un
diagnóstico acertado y operativo del sistema y de establecer sus fallas y sus
puntos débiles.
– La destrucción sistemática de
la sociedad civil operada a partir del felipismo, con el repliegue a lo
personal al que condujo los nuevos hábitos sociales y las nuevas tecnologías,
ha favorecido todavía más el reforzamiento del individualismo y la desconexión
entre cada individuo y su entorno. De hecho, el rasgo del actual momento
histórico consiste en que el hombre está “cortado” de su entorno natural,
aislado en su misma célula familiar, en ruptura con la sociedad, con otros
hombre, con el otro sexo, con la misma historia, con su país, con su pueblo. El
individuo es hoy un ser roto, pero su supervivencia y su bienestar implican
necesariamente la existencia de vínculos orgánicos con todo lo que le rodea,
incluso consigo mismo.