Marian Kotleba, líder del partido
euro-escéptico eslovaco Ludova Strana Nase Slovansko (Partido Popular Nuestra
Eslovaquia), inmediatamente conocerse la votación británica favorable a salir
de la UE, ha sido el primero en iniciar la recogida de firmas para obligar al
gobierno a convocar un referéndum similar. “Los ciudadanos del Reino Unido
decidieron librarse del diktat de
Bruselas. Es hora de que Eslovaquia abandone el Titánic de la izquierda europea”,
puede leerse en el manifiesto publicado por Kotleba.
La legislación eslovaca requiere
la presentación de 350.000 firmas para la celebración de un referéndum, algo
que está dentro de las posibilidades de Korleba y de su partido. La formación
tiene su rigen en 2003, cuando Kotleba función la Slovenská Postolitost (Unión
Eslovaca) que en 2007 fue castigado por el ministerio del interior con la
prohibición para presentarse a las elecciones, si bien todavía existe como
movimiento ciudadano. En 2009, Kotleba, al frente de una candidatura cívica se
presentó para el cargo de gobernador de la región de Banská Bystrica obteniendo
el 10% de los votos que se duplicaron tres años después superando el 20% en la
primera vuelta e imponiéndose en la segunda con el 55% de los votos. Esta
victoria constituyó un verdadero shock en Eslovaquia. La decidida oposición
popular a los nuevos asentamientos romanís (gitanos procedentes de Rumanía)
estuvo en el germen de la victoria de Kotleba.
Hace solo unas semanas, el
partido se presentó a las elecciones generales eslovacas obteniendo el 8% de
los votos en todo el país, cuando las encuestas apenas le atribuían un 1,5%.
Esta victoria se ha atribuido a la pérdida de votos del Movimiento Demócrata
Cristiano (centro-dercha) y del SMER (los socialdemócratas de
centro-izquierda), pero muy especialmente a la llamada “crisis de los
refugiados”.
En este momento, se calcula que el
porcentaje de euroescépticos en Eslovaquia se sitúa antes del Brexit en torno
al 25%. En este momento, si se celebraran referendos similares al británico, la
encuestas indican que obtendría resultados similares al británico en Austria y
Francia y, quizás, en la República Checa. Hay que tener en cuenta que un mes
antes del Brexit, las encuestas sostenían que solamente el 48% votaría a favor
de la salida de su país de la UE. El estudio más completo y reciente sobre
euro-escepticismo, publicado por el Pew Reseach Center, indica que esta
corriente asciende en toda Europa: 71% en Grecia, 61% en Francia... 48% en el
Reino Unido.
En cuanto a España, la misma
encuesta revela que un 49% de la población se sitúa en el área euro-escéptica,
mientras un 47% aprueba la gestión de la UE. España es, sin duda, el más
contradictorio de todos los países de la UE: es el cuarto en tener más
ciudadanos a favor de la UE… pero también el país en el que más crece el
euro-escepticismo.