La
prensa del corazón esta semana tiene un nuevo tema de interés. Ya no tiene que
ver con la polémica entre Toño Sanchís y Belén Esteban sobre quién se ha
quedado con más dinero y quién ha robado a quién o quién es más villano. ¡Por
fin una noticia constructiva en la prensa del corazón! Pásmense: Belén Esteban
ha reemprendido sus estudios interrumpidos desde los 18 años. La “princesa del
pueblo” ha decidido estudiar de nuevo a sus 42 años. Lo secundario, desde
luego, es que se haya apuntado a una autoescuela. El mensaje que se transmite
es que hay que estar formad para afrontar la vida.
¿Dónde
estudia? El trabajo periodístico de investigación ha sido metódico y proceloso.
Finalmente, los sabuesos de la prensa han logrado saber que lo hace en Cuenca,
en la llamada “autoescuela de los famosos”, la Autoescuela San Cristóbal, en la
que han aprendido a conducir, entre otros, Kiko Rivera, Blanca Suárez y otros
famosillos de medio pelo que nada dirán a los que desconocen los entresijos de
la telebasura.
De momento,
según el director de la escuela, es una “alumna ejemplar”, “está muy ilusionada
y estudio mucho”. Ella, sin embargo, resaltando el esfuerzo y lo difícil que es
coordinar el freno, el embrague, el cambio y el votante todo ello al mismo
tiempo, ha declarado estar “decidida” a llevar a buen término su “proyecto
personal”. Hay que reconocer que su horario de clases es agotador para alguien
que no estudia desde los 18 años: de 8 a 15 y de 16 a 21 horas.
Como
siempre, las malas lenguas y los reticentes al éxito mediático de Belén
Esteban, han resaltado que en otra ocasión ya intentó presentarse al examen de
conducir, siendo suspendido. Algo que el director de la autoescuela ha negado
relativamente: al parecer se matriculó, pero no se presentó.
¿Por
qué comentamos esta banalidad intrascendente? No desde luego para promover la
contemplación extática de la telebasura, sino para constatar la parte positiva:
la necesidad de estudio y formación. Obviamente, la carrera de Belén Esteban en
los últimos quince años no pasa por las aulas y es el desprecio más absoluto a todo
lo que representa “meritocracia”, el insulto a los jóvenes que han empleado
años de su vida en formarse y estudiar para ser becarios antes de optar a
reponedores del Mercadona o teleoperadores, emprender el camino del exilio
económico o ganar, en el mejor de los casos, sueldos modestos en relación a su
nivel de formación. De la misma forma que el ajedrez no es un deporte –sino un
juego- sacar el carné de conducir, no es estudiar, sino aprender una habilidad
social más. El mensaje que transmite la noticia es positivo (la necesidad de
estudiar a cualquier edad), todo lo demás está en la misma onda que Belén
Esteban y la telebasura.