El penúltimo Tintín (Tintín y los
Pícaros, si exceptuaos el inacabado Tintín y el Arte Alfa), era casi
multicultural. El general Tapioca había pasado de ser dictador a jefe
guerrillero. De ser un Melgarejo (dictador boliviano que declaró la guerra a
Inglaterra e hizo fusilar a su propia camisa) a ser un Fidel Castro, mediaban
treinta años de evolución e, incluso, de cansancio y decepciones de su autor.
Pero, de entre todas las aventuras de Tintín, una especialmente es
habitualmente criticada por los defensores de lo “políticamente correcto” y
partícipes del “pensamiento único”: Tintín en el Congo.
Se trata de una aventura en la
que son evidentes las características de la época en la que Hergé lo diseño:
colonialismo, paternalismo, eurocentrismo, están presentes en cada página del
cómic y, ya sabe, que todo esto, en la actualidad es sinónimo de “xenofobia y
racismo”. En varias ocasiones, ciudadanos africanos residentes en Europa han
denunciado a las autoridades dicho cómic por “xenofobia y racismo”. Obviamente,
las denuncias han sido rechazadas e incluso el propio Hergé, siempre atento a
los cambios de vientos políticos, modificó el cómic en algunos detalles.
Sin embargo, Tintín en el Congo
es una de las aventuras del joven periodista que más interés suscitan entre los
lectores y colecciones. Recientemente Catawki, el mayor portal de subastas
online de objetos singulares, vendió un ejemplar de este cómic por 39.000
euros. Había sido editado en 1948. No era, ni siquiera, la primera edición. El
original se había publicado entre 1930 y 1931 en la revista católica belga Le Petit Vingtiéme. La oferta recibida
por Catawiki hace de este Tintín en el Congo el cómic más caro de la historia.
Hergé, cuando afrontó las
críticas por el álbum se limitó a decir: “Con el Congo, igual que con Tintin
en el país de los soviets, ocurre que me alimentaba de los prejuicios del
medio en el que vivía... Estábamos en 1930. No sabía de ese país más que lo que
la gente contaba en aquella época: "Los negros son niños grandes, menos
mal que estamos nosotros allí", etc. Y yo dibujé a esos africanos
siguiendo aquellos criterios, dentro del más puro espíritu paternalista que era
el de la época en Bélgica”. Hay que recordar que las matanzas, las
masacres, las hambrunas, las epidemias y el caos se apoderaron del Congo, justo
después de la independencia y cuando los antiguos colonizadores fueron
expulsados, asesinados, violadas sus mujeres y robadas sus propiedades.
Cincuenta años de tragedias que siguieron a cincuenta años de colonización… Tintín
en el Congo es el recordatorio de que el caos no era necesariamente el destino
del corazón de África.