La Universidad de Barcelona ha enviado a la Fiscalía tres denuncias de alumnos y profesores con el llamado CREA (Community Of Research on Excelence for All) en http://crea.ub.edu/index/?lang=es ) al que acusan de funcionar “como una secta”, “manipulación psicológica y prácticas sectarias en el interior del grupo, para controlar la vida privada de sus miembros”. Las quejas no son de ahora. Lo que ahora ha llegado es la denuncia, pero desde el año 2004, ya se tenían quejas sobre el funcionamiento de este grupo que la universidad de Barcelona trasladó entonces a la fiscalía, obligando a CREA a rectificar algunas de sus prácticas. El grupo, en un comunicado, atribuye al carácter de sus investigaciones sobre la “violencia de género” el que sea objeto de “ataques y difamaciones constantes y sistemáticas”.
Lo rasgos de la secta son tres: 1) progresismo, 2) feminismo y 3) anti-racismo. Quienes se acercaban al grupo, primeramente se sentían “fascinados” por estos encomiables objetivos. Luego se veían arropados por sus miembros quienes compartían con ellos tertulias, libros, pisos. Poco a poco, el “simpatizante”, cada vez se veía más integrado en el grupo e iba rompiendo sus vínculos familiares y con sus círculos de amistades habituales. Sin advertirlo, había sido ganado por una secta. ¿Quién puede esperar ser captado por una secta en la Universidad de Barcelona?
La directora de CRE, Marta Soler afirma que todo esto son “calumnias” y “campañas de desprestigio”, motivadas por “denunciar públicamente la violencia de género en las universidades” y “una forma de torpedear la lucha feminista”. El CREA es un centro de investigación que desarrolla proyectos de investigación tanto para el Plan Nacional I+D+I como para el programa marco de la UE desde principios de los 90. Publica numerosos artículos en revistas científicas especializadas como el Cambridge Journal of Education y también coordina más de 65 proyectos, algunos de ellos —como los del programa SOLIDUS—financiados directamente por la Comisión Europea. Sus miembros son profesores, mayoritariamente de universidades catalanas, pero también españolas (Loyola y Valladolid) y extranjeras. Participan activamente en movimientos feministas con los que han organizado las jornadas #RadicalmentFeministes.
Pero las denuncias abundan en la dirección de que, racismo, feminismo y progresismo, solamente son excusas para penetrar en la vida íntima de quienes se acercan a ellos. Como toda secta disponen de “libros de cabecera”: El amor en la sociedad del riesgo de Jesús Gómez y La Amistad Deseada en la que “se ahonda en la amistad de Jesús Gómez y Ramón Flecha, máximos inspiradores del CREA”. La denuncias abundan en la dirección de que los dirigentes del grupo aprovechan en beneficio propio las debilidades de los miembros: "Entre los miembros de CREA se estila un tipo de relación abierta –siempre dentro de miembros del CREA– pero a quien siempre acaba beneficiando es a los mismos", relata una miembro del grupo. Otra explica: "El feminismo es la excusa, pero los grupos de debate solo sirven para desnudarte de tus debilidades”. Para captar miembros aprovechan también pequeñas ambiciones y posibilidades de éxito si se asocian a su iniciativa pues, no en vano, alardean de formar parte de la “comunidad científica internacional”…
En realidad, todo parece haber sido mucho más banal: intromisión en la privacidad (los miembros del grupo determinaban si una relación era buena o mala para otros, imposibilidad de relacionarse con gentes de fuera del grupo, chantaje emocional, mecanismos de manipulación, amenazas de desprestigio profesional…
Por extraño que parezca, las sectas no son algo ajeno a la universidad de Barcelona. Hace más de 20 años, se conoció la existencia de Agora, fundada por Ángel Nogueira y un tal Osés, definida como “centro de estudios popular libre”, el primero profesor de psicología de la Universidad Central, expulsado de la universidad por realizar las mismas prácticas que 40 años después se reprochan a CREA. La secta estuvo vinculada a la Librería Anthropos y a la Fundación Anthropos.
Así mismo, una de las matrices del actual independentismo catalán es otra secta, Psicoestética (una joya su web http://psicoestetica.cat/ ) fundada por “Carlos M. Espinalt” (la “M”, corresponde a Muñoz). Si bien este grupo no tiene un carácter universitario sino que está difundido entre el gremio de peluqueros.