Por lo que parece, el PP celebró su congreso y dicen que
tienen un nuevo candidato. Reconozco que
la noticia ni me ha interesado, ni siquiera la he leído en profundidad. Así
que, lo que podría quejarme en primer lugar es de que el Partido Popular ni
siquiera se ha esforzado en tener un congreso que suscitara interés por parte
del público que ya nos hemos desinteresado completamente por la política y que
vivimos de espaldas a la realidad política de nuestro país… convencidos de que no vale la pena perder el tiempo y de que
nada cambiará porque este país es el que es y no hay más cera que la que arde.
De lo que me voy a quejar es que, a la vista de los resultados, los congresistas no parecen haberse dado
cuenta de que el sujeto ese que han elegido, aporta menos a la política
española que una película de Esteso y Pajares a la historia de los Oscars.
Me explico: cuando, buscando
alguna serie con la que encanar la sobremesa, me encuentro con el rostro
sonriente del ganador del congreso, lo que veo es una fotocopia de Pedro
Sánchez. Nada más. Creo recordar que el mismo sujeto ya fue acusado hace
unos meses de falsificar historial y que la acusación se reveló falsa. El
problema es que, la falsedad no fue registrada por los medios que lo acusaban,
sino por sus defensores. Así que medio país sigue pensando que el tal Casado
falsificó un máster o algo así… aunque no lo hizo. Así pues en las próximas
elecciones vamos a tener como candidatos a tres tipos que tienen solamente tres
puntos en común:
- pocas ideas políticas: uno de centro-derecha, otro de
centro-izquierda y otro de centro-centro. Casado, Sánchez, Rivera.
- los tres tienen edades similares. Casado 37, Sánchez 46 y
Rivera 38.
- los tres responden al mismo look.
Claro que entre ellos
hay diferencias. O al menos, como el valor al soldado, se le suponen. De Rivera
se sabe que no es independentista. De Casado que no es socialista y de Sánchez
que sustituyó a Rajoy. Es todo. Ninguno de ellos parece tener una gran
experiencia en la empresa privada. Los tres vieron que esto de la política
ofrecía saludables condiciones de trabajo y salario aceptable, a condición de
tener pocas ideas, edades intermedias y look agradable. No creemos que las
cosas difieran mucho de votar a unos o a otros cuando toquen el pito para ir a
votar.
¿Mi opinión personal? Que el PP ha perdido una ocasión extraordinaria en este congreso. Podía
haber elegido a Soraya que, a fin de cuentas es mujer y hubiera sido un puntazo
contra el PSOE el que fuera la derecha quien llevara a una candidata femenina a
la Moncloa. Es más, puestos a marcar puntazos, incluso podían haber
nombrado candidato a un gay reconocido o, lo que hubiera sido todavía más
despiporrante, a un transexual recién operado. ¿Por qué no? Si hay gays en el
PP e incluso un colectivo de este partido con esa tendencia, ¿por qué no se
presenta a uno como candidato aunque solamente fuera para descolocar a la
izquierda? A fin de cuentas que no me
digan que les queda algo por conservar a los conservadores. Y, desde luego,
si el transex hubiera dado la primera
rueda de prensa fumando un porro, mejor que mejor, todos los colgados se
hubieran echado en brazos de la candidatura azul celeste.
¿Exageración? ¿incongruencias? Vamos a ver: ¿qué ha hecho el PP de Rajoy para explicar
que el abuso del porro puede ser un gran problema social y que un colgado
difícilmente pasará de los niveles salariales más bajos? Nada. No olvidemos
que, en los EEUU, los cultivadores de cannabis –en EEUU se está produciendo la
migración de los agricultores del cultivo de cereales al de cannabis- ha sido
estimulado por el propio Donald Trumb en la campaña electoral y en su año y
pico de gobierno, así que los conservadores del mundo van por ese camino. Y en
cuento al transexualismo y a las opiniones del PP en la materia, si bien es
cierto que el tal Casado ha lanzado una filípica contra las “ideologías de
género”, lo cierto es que en sus siete
años de gobierno, Mariano Rajoy, por lo que fuera, ni hizo nada a favor de la
familia, de la paternidad, ni siquiera amplió la asistencia psiquiátrica con
cargo a la seguridad para los que querían castrarse o fabricarse un pene con
colgajos de aquí y de allí, simplemente les facilitó la entrada en el quirófano.
Lo peor de los
conservadores es que ya ni siquiera saben qué conservar. Lo peor de los progres
en su fuga hacia adelante es que no tienen muy claro donde llegarán, si a
prohibir las relaciones heterosexuales o exigir presencia notarial para el
consentimiento y, en cuanto a Rivera, lo mejor que puede hacer es opinar solo
el independentismo, porque fuera del tema genera escalofríos. ¿Y luego me dirán
que no es para quejarse?