Infokrisis.- Este artículo forma parte de la serie que realizamos para incluir en un proyecto que hasta ahora hemos ido desarrollando pero nunca hemos tenido ocasion de coronar, sobre el "esoterismo nazi". El artículo está consagrado a la figura de Von Liebenfels a pesar de que también trata sobre Guido von List y la revista Ostara. Liebenfels, sobre todo, fue el alucinado ideólogo y fundador de la Orden del Nuevo Temple, uno de los grupos ariosóficos de los que hemos hablado en un artículo anterior.
* * *
Los escritos de un hombre extraño y enigmático, Guido von List de quien hablaremos más adelante fueron leídos ávidamente por alguien más joven que él, que los asumiría íntegramente, yendo todavía más lejos en la formulación de la gnosis racista teosófica. Se trataba de Jörg Lanz von Liebenfels. Había nacido el 1 de mayo de 1872 y conoció las teorías teosóficas poco después de publicarse; a los diecinueve años tomó el hábito cisterciense, de ahí que en sus escritos demostrase un conocimiento profundo de la Biblia y los Evangelios y estuviera familiarizado y atraído por los movimientos sectarios del cristianismo gnósticos, dualistas, templarios, rosacrucianos, etc. . Lanz introdujo, con posterioridad a su abandono del Císter, un elemento nuevo en la gnosis racista: la veta cristiana, según la cual Cristo Frauja, en nombre germánico antiguo era un iniciado ario que se opuso a las fuerzas oscuras repesentadas por la sinagoga. A estos y a otros muchos movimientos sociales Lanz les otorgaba un grado de biológico existencial inferior al humano: mientras los arios eran los descendientes de los dioses, los pueblos "inferiores" eran los descendientes de los monos; con esta pirueta Lanz incorporaba de un solo golpe la temática evolucionista a sus delirios místico teosóficos, de un lado, y de otro introducía la antropología y la zoología como ciencias de apoyo a su welstanchaaung. El producto de todo esto sería la "teozoología" y su biblia un libro de título ampuloso y enigmático: "La teozoología o los Simios de Sodoma y el Electrón de los Dioses", nombre que ya de por sí constituye todo un programa.
El 27 de abril de 1899 abandona el monasterio de Heiligenkreuz, apenas ha resistido tres años la austeridad del monacato y el dogma católico, años que ha aprovechado para algo más que para piadosas plegarias: ha formado sus opiniones doctrinarias al menos en lo esencial en la biblioteca del monasterio. No queda claro en qué momento se ha hecho racista, pero lo cierto es que proclama que el Císter ha traicionado su doctrina originaria: una doctrina en la que Lanz advierte elementos simbólicos que encubren una componente racista. Para el prior del monasterio el motivo del abandono es sensiblemente diferente: Lanz no ha soportado el voto de castidad. Y efectivamente, la teorización de Lanz evidencia la existencia de una obsesión enfermiza por la sexualidad.
En torno a 1903 empieza a escribir en publicaciones völkisch y darwinistas. Parece que hacia 1905 ya había completado lo esencial de su formación intelectual. Publica un artículo en uno de estos boletines völkisch titulado "Antropozoon bíblico" en el que defiende como tesis central la existencia de prácticas esotéricas relacionadas con el sexo que se encuentran presentes en los pueblos de origen ario: serán las orgías en Grecia y Roma, serán los misterios sexuales del tantrismo y la presencia de esculturas y relieves de inspiración sexual en las antiguas culturas indo arias del medio oriente, lo que le dará la pista de tales ritos. Pero, al mismo tiempo, el hecho de que en algunas representaciones iconográficas se incluyan figuras animales le confirmará en una intuición: la "caída" del estado edénico primordial se habrá producido por que los "hijos de los dioses" se unirán con las "hijas de los hombres", ¿de qué hombres puede tratarse?: de especies animalescas, se responde, poco evolucionadas. Estos "hijos de los dioses" serán los arios, y a esta raza la llamará Teozoa. Del producto de este mestizaje nacerán cultos satánicos y demoníacos, especies inferiores en estatura pigmeos y en capacidades éticas y morales, se tratará de una especia con características animales y, solo accesoriamente humanas: los Antropozoa. Y se tratará de una especie biológicamente condicionada hacia la práctica desenfrenada de la sexualidad, en la medida en que através de la misma se podía corromper a los "hijos de los Dioses". El Antiguo Testamento es una guía para el pueblo ario atención, no para el pueblo elegido hebreo sobre como evitar la tentación de los animalescos seres inferiores.
Lanz evidencia dos carencias: una de carácter psicológica, probablemente fruto de sus años conventuales; una sexualidad mal asumida o asumida junto a un complejo de culpabilidad que la hace nociva; producto de dicho complejo de culpabilidad es la fijación de Lanz contra aquellos que han cometido el mayor pecado, un pecado mucho más grave que sus deseos sexuales execrados por la Iglesia, un pecado, en definitiva, contra la raza; se trata de las razas inferiores, animalescas, de entre las que los judíos destacan de forma señera.
La otra carencia es doctrinal: en los escritos teosofistas la sexualidad ocupa un discreto lugar secundario. Parece como si la Blavatsky apenas concediera mucho interés a aquello que otros han calificado como la "fuerza más grande de la naturaleza". Así pues para la Blavatsky y por extensión los teosofistas en cuya concepción del mundo había mucho de moralismo victoriano, la sexualidad era algo que, en principio podía desviar de la verdadera espiritualidad: la suya. No es raro que Lanz ignorara todo lo relativo a una "metafísica del sexo" y a la posibilidad de una práctica espiritual centrada en el dominio, control y reorientación de la energía sexual.
Tal metafísica tiene su plasmación no solo en el tantrismo (yoga sexual), sino, en toda la tradición alquímica y rosacruz que frecuentemente utiliza el símbolo sexual para indicar la unión entre un principio masculino, activo e ígneo y un principio femenino, pasivo y acuoso: se trata de la imagen del Rebis, de la "cópula regia", etc. Y si hemos de remontarnos a la antigüedad, la orgía misma y las bacanales eran cultos telúricos y dionisíacos propios de los pueblos mediterráneos y asiático mediterráneos. Lanz, por el contrario, no elude la problemática sexual, ni tampoco la coloca en segundo plano de su sistema: por el contrario, le da una máxima trascendencia y la sitúa como infraestructura de la lucha racial: Teozoa contra Antropozoa, hijos de los hombres (seres animalescos degenerados, razas inferiores) contra hijos de los dioses (arios).
Lanz escribe sus libros en momentos en los que la ciencia vive plena efervescencia: la física nuclear está en sus primeros balbuceos y la radiactividad ha sido perfectamente establecida y medida; el envío de ondas, la codificación y decodificación de las señales hertzianas hace posible el envío de la palabra y de la imagen. Y todo esto le parece a Lanz precursor en esto de cierta tendencia actual de la física nuclear y cantase a converger con la metafísica que da la razón a las tesis teosóficas que consideran la sustancia divina como una forma de "energía" o un estado de "vibración de la materia". Cuando los "seres superiores" (los "superiores desconocidos" del ocultismo inglés de fines del XIX, los "mahatmas" del teosofismo) transmitían a los elegidos ese particular estado de vibración de la materia, transmitían con él facultades parapsíquicas: clarividencia, telepatía, etc. A esto Lanz le llamaba "electrón de los dioses".
En 1905 aparece el número 1 de Ostara. Ostara es el nombre de la pascua germánica, su nombre procede de una antigua divinidad estacional indo germánica. Durante dos décadas y en dos series (la primera de 1905 a 1917 estará compuesta por 89 números y la segunda de 1922 a 1927 llegará al número 101) Ostara será el portavoz de las tesis teosófico völkisch. El mismo Hitler conocerá la publicación y según parece la leerá asiduamente. Los números de Ostara eran monográficos y generalmente estaban compuestos por los textos de un solo autor. Entre los números de la primera serie se encuentra una veintena dedicada ¡exclusivamente! al sexo y una decena a temas teosofistas.
Lanz se había rodeado de un grupo de teósofos, entre ellos los miembros de la Sociedad List y el propio Guido List, así como del teosofista Harald Grävell van Jostenoode. Este último evidenciará en el monográfico número 2 de la revista la inspiración teosófica: en efecto, esté número se dedicará a exponer las tesis de H. P. Blavatsky sobre las "razas matrices". Esta teoría fue reconducida por Lanz hacia su particular visión sexo racista: para Lanz la separación entre Teozoa y Antropozoa se habría producido al debutar en la "escena cosmogónica" la raza Atlante, la "cuarta raza matriz".
Las teorías de Lanz tienen una doble importancia para nuestro estudio: en primer lugar Lanz es otro de los canales de entrada de las ideas teosóficas en el movimiento völkisch. Su importancia es similar a la de Guido von List, aunque sea altamente tributario de los planteamientos de éste que, incluso, los extremiza. En segundo lugar, la importancia de List radica en la creación de la revista "Ostara" que, como se ha visto, a lo largo de más de dos décadas facilitará el material teórico a una constelación de ligas místico völkisch de las cuales la Orden del Nuevo Temple y la Orden de los Germanos serán las más significativas.
En cuanto a Ostara parece que contribuyó, si bien es cierto que en una medida no establecida, a la formación de los criterios racistas de Adolf Hitler. Sobre este particular ha existido hasta hace poco contradicción entre los historiadores: para unos se trata de un mito, no consta que Hitler fuera lector de Ostara. Dados algunos temas de la revista, estos historiadores afirmaban que el atribuir a Hitler interés por Ostara era un arma más de la guerra psicológica destinada a ridiculizar al führer el cual se habría interesado por una revista de contenidos, así mismo, ridículos. Pero existen testimonios en contra: en un libro publicado en Alemania en 1958, Wilfried Daim ("Der Mann, der Hitler die Ideen gab") estudioso de los movimientos sectarios alemanes y sus relaciones con los partidos políticos durante el período de las entreguerras, da cuenta de una entrevista con Lanz en 1951, anciano de más de setenta años. Lanz, a sabiendas de que este testimonio solo le podía causar perjuicios, le refirió que en el curso de 1909 recibió la visita de un joven que dijo llamarse Adolf Hitler interesado por comprar los números atrasados de la revista Ostara. Lanz se los regaló al percibir el estado de miseria del joven. Pues bien, el domicilio que Hitler dejó a Lanz, fue cotejado por Daim coincidiendo con la sórdida pensión en la que el futuro fuhrer residió en ese año en Viena. Un compañero de la misma pensión refirió, igualmente, en un artículo posterior, que Hitler guardaba en su miserable cuartucho un montón de revistas Ostara.
El vínculo entre Hitler Lanz parece, con todo muy débil, pero hay que tener presente que una vez convertido en canciller del Reich y el NSDAP en partido único, existió una deliberada y sistemática campaña de destrucción de pistas: en el fondo las iniciativas llevadas por Lanz von Libenfels se habían concretado en movimientos y publicaciones en buena medida risibles; es evidente que se intentó borrar pistas de las relaciones del fuhrer con estos movimientos. Los mismos textos de von Sebotendorf fueron prohibidos literalmente en la Alemania nacional socialista y el resto de teóricos de esta primera hora, lejos de lograr un impulso a sus ideas con la subida del nuevo régimen, o siquiera un mínimo reconocimiento oficial a título de "precursores" se vieron frecuentemente obstaculizados, reducidos al silencio ellos y disueltas sus organizaciones. Capítulo aparte es el hecho de que algunas de sus tesis y varios de sus colaboradores fueron integrados en una institución ciertamente diferenciada del conjunto del régimen: las SS.
(c) Ernesto Milà - infokrisis - htttp://infokrisis.blogia.com - infokrisis@yahoo.es - Prohibida la reproduccion de este texto sin indicar origen
El 27 de abril de 1899 abandona el monasterio de Heiligenkreuz, apenas ha resistido tres años la austeridad del monacato y el dogma católico, años que ha aprovechado para algo más que para piadosas plegarias: ha formado sus opiniones doctrinarias al menos en lo esencial en la biblioteca del monasterio. No queda claro en qué momento se ha hecho racista, pero lo cierto es que proclama que el Císter ha traicionado su doctrina originaria: una doctrina en la que Lanz advierte elementos simbólicos que encubren una componente racista. Para el prior del monasterio el motivo del abandono es sensiblemente diferente: Lanz no ha soportado el voto de castidad. Y efectivamente, la teorización de Lanz evidencia la existencia de una obsesión enfermiza por la sexualidad.
En torno a 1903 empieza a escribir en publicaciones völkisch y darwinistas. Parece que hacia 1905 ya había completado lo esencial de su formación intelectual. Publica un artículo en uno de estos boletines völkisch titulado "Antropozoon bíblico" en el que defiende como tesis central la existencia de prácticas esotéricas relacionadas con el sexo que se encuentran presentes en los pueblos de origen ario: serán las orgías en Grecia y Roma, serán los misterios sexuales del tantrismo y la presencia de esculturas y relieves de inspiración sexual en las antiguas culturas indo arias del medio oriente, lo que le dará la pista de tales ritos. Pero, al mismo tiempo, el hecho de que en algunas representaciones iconográficas se incluyan figuras animales le confirmará en una intuición: la "caída" del estado edénico primordial se habrá producido por que los "hijos de los dioses" se unirán con las "hijas de los hombres", ¿de qué hombres puede tratarse?: de especies animalescas, se responde, poco evolucionadas. Estos "hijos de los dioses" serán los arios, y a esta raza la llamará Teozoa. Del producto de este mestizaje nacerán cultos satánicos y demoníacos, especies inferiores en estatura pigmeos y en capacidades éticas y morales, se tratará de una especia con características animales y, solo accesoriamente humanas: los Antropozoa. Y se tratará de una especie biológicamente condicionada hacia la práctica desenfrenada de la sexualidad, en la medida en que através de la misma se podía corromper a los "hijos de los Dioses". El Antiguo Testamento es una guía para el pueblo ario atención, no para el pueblo elegido hebreo sobre como evitar la tentación de los animalescos seres inferiores.
Lanz evidencia dos carencias: una de carácter psicológica, probablemente fruto de sus años conventuales; una sexualidad mal asumida o asumida junto a un complejo de culpabilidad que la hace nociva; producto de dicho complejo de culpabilidad es la fijación de Lanz contra aquellos que han cometido el mayor pecado, un pecado mucho más grave que sus deseos sexuales execrados por la Iglesia, un pecado, en definitiva, contra la raza; se trata de las razas inferiores, animalescas, de entre las que los judíos destacan de forma señera.
La otra carencia es doctrinal: en los escritos teosofistas la sexualidad ocupa un discreto lugar secundario. Parece como si la Blavatsky apenas concediera mucho interés a aquello que otros han calificado como la "fuerza más grande de la naturaleza". Así pues para la Blavatsky y por extensión los teosofistas en cuya concepción del mundo había mucho de moralismo victoriano, la sexualidad era algo que, en principio podía desviar de la verdadera espiritualidad: la suya. No es raro que Lanz ignorara todo lo relativo a una "metafísica del sexo" y a la posibilidad de una práctica espiritual centrada en el dominio, control y reorientación de la energía sexual.
Tal metafísica tiene su plasmación no solo en el tantrismo (yoga sexual), sino, en toda la tradición alquímica y rosacruz que frecuentemente utiliza el símbolo sexual para indicar la unión entre un principio masculino, activo e ígneo y un principio femenino, pasivo y acuoso: se trata de la imagen del Rebis, de la "cópula regia", etc. Y si hemos de remontarnos a la antigüedad, la orgía misma y las bacanales eran cultos telúricos y dionisíacos propios de los pueblos mediterráneos y asiático mediterráneos. Lanz, por el contrario, no elude la problemática sexual, ni tampoco la coloca en segundo plano de su sistema: por el contrario, le da una máxima trascendencia y la sitúa como infraestructura de la lucha racial: Teozoa contra Antropozoa, hijos de los hombres (seres animalescos degenerados, razas inferiores) contra hijos de los dioses (arios).
Lanz escribe sus libros en momentos en los que la ciencia vive plena efervescencia: la física nuclear está en sus primeros balbuceos y la radiactividad ha sido perfectamente establecida y medida; el envío de ondas, la codificación y decodificación de las señales hertzianas hace posible el envío de la palabra y de la imagen. Y todo esto le parece a Lanz precursor en esto de cierta tendencia actual de la física nuclear y cantase a converger con la metafísica que da la razón a las tesis teosóficas que consideran la sustancia divina como una forma de "energía" o un estado de "vibración de la materia". Cuando los "seres superiores" (los "superiores desconocidos" del ocultismo inglés de fines del XIX, los "mahatmas" del teosofismo) transmitían a los elegidos ese particular estado de vibración de la materia, transmitían con él facultades parapsíquicas: clarividencia, telepatía, etc. A esto Lanz le llamaba "electrón de los dioses".
En 1905 aparece el número 1 de Ostara. Ostara es el nombre de la pascua germánica, su nombre procede de una antigua divinidad estacional indo germánica. Durante dos décadas y en dos series (la primera de 1905 a 1917 estará compuesta por 89 números y la segunda de 1922 a 1927 llegará al número 101) Ostara será el portavoz de las tesis teosófico völkisch. El mismo Hitler conocerá la publicación y según parece la leerá asiduamente. Los números de Ostara eran monográficos y generalmente estaban compuestos por los textos de un solo autor. Entre los números de la primera serie se encuentra una veintena dedicada ¡exclusivamente! al sexo y una decena a temas teosofistas.
Lanz se había rodeado de un grupo de teósofos, entre ellos los miembros de la Sociedad List y el propio Guido List, así como del teosofista Harald Grävell van Jostenoode. Este último evidenciará en el monográfico número 2 de la revista la inspiración teosófica: en efecto, esté número se dedicará a exponer las tesis de H. P. Blavatsky sobre las "razas matrices". Esta teoría fue reconducida por Lanz hacia su particular visión sexo racista: para Lanz la separación entre Teozoa y Antropozoa se habría producido al debutar en la "escena cosmogónica" la raza Atlante, la "cuarta raza matriz".
Las teorías de Lanz tienen una doble importancia para nuestro estudio: en primer lugar Lanz es otro de los canales de entrada de las ideas teosóficas en el movimiento völkisch. Su importancia es similar a la de Guido von List, aunque sea altamente tributario de los planteamientos de éste que, incluso, los extremiza. En segundo lugar, la importancia de List radica en la creación de la revista "Ostara" que, como se ha visto, a lo largo de más de dos décadas facilitará el material teórico a una constelación de ligas místico völkisch de las cuales la Orden del Nuevo Temple y la Orden de los Germanos serán las más significativas.
En cuanto a Ostara parece que contribuyó, si bien es cierto que en una medida no establecida, a la formación de los criterios racistas de Adolf Hitler. Sobre este particular ha existido hasta hace poco contradicción entre los historiadores: para unos se trata de un mito, no consta que Hitler fuera lector de Ostara. Dados algunos temas de la revista, estos historiadores afirmaban que el atribuir a Hitler interés por Ostara era un arma más de la guerra psicológica destinada a ridiculizar al führer el cual se habría interesado por una revista de contenidos, así mismo, ridículos. Pero existen testimonios en contra: en un libro publicado en Alemania en 1958, Wilfried Daim ("Der Mann, der Hitler die Ideen gab") estudioso de los movimientos sectarios alemanes y sus relaciones con los partidos políticos durante el período de las entreguerras, da cuenta de una entrevista con Lanz en 1951, anciano de más de setenta años. Lanz, a sabiendas de que este testimonio solo le podía causar perjuicios, le refirió que en el curso de 1909 recibió la visita de un joven que dijo llamarse Adolf Hitler interesado por comprar los números atrasados de la revista Ostara. Lanz se los regaló al percibir el estado de miseria del joven. Pues bien, el domicilio que Hitler dejó a Lanz, fue cotejado por Daim coincidiendo con la sórdida pensión en la que el futuro fuhrer residió en ese año en Viena. Un compañero de la misma pensión refirió, igualmente, en un artículo posterior, que Hitler guardaba en su miserable cuartucho un montón de revistas Ostara.
El vínculo entre Hitler Lanz parece, con todo muy débil, pero hay que tener presente que una vez convertido en canciller del Reich y el NSDAP en partido único, existió una deliberada y sistemática campaña de destrucción de pistas: en el fondo las iniciativas llevadas por Lanz von Libenfels se habían concretado en movimientos y publicaciones en buena medida risibles; es evidente que se intentó borrar pistas de las relaciones del fuhrer con estos movimientos. Los mismos textos de von Sebotendorf fueron prohibidos literalmente en la Alemania nacional socialista y el resto de teóricos de esta primera hora, lejos de lograr un impulso a sus ideas con la subida del nuevo régimen, o siquiera un mínimo reconocimiento oficial a título de "precursores" se vieron frecuentemente obstaculizados, reducidos al silencio ellos y disueltas sus organizaciones. Capítulo aparte es el hecho de que algunas de sus tesis y varios de sus colaboradores fueron integrados en una institución ciertamente diferenciada del conjunto del régimen: las SS.
(c) Ernesto Milà - infokrisis - htttp://infokrisis.blogia.com - infokrisis@yahoo.es - Prohibida la reproduccion de este texto sin indicar origen