ELECCIONES EN HOLANDA: CORTANDO UNA ESTRELLA DE LA BANDERA DE LA UE
El The Guardian
publica un artículo sobre las elecciones en Holanda que serán dentro de dos
días. Todo puede ocurrir: el 40% de los votantes todavía están indecisos. De
momento un 13% de los encuestados han declarado que su mejor opción es Geert
Wilders y su PVV, Partido por la Libertad. Su candidatura va solamente tres puntos
por detrás de la del primer ministro saliente, Mark Rutte. Éste, por su parte,
ha advertido sobre las consecuencias que podría tener una eventual victoria de
Wilders. En realidad, algunas encuestas y, especialmente, medios de
comunicación extranjeros –entre ellos The
Guardian- dan como vencedor al PVV. El tercer candidato en discordia es de
origen marroquí y envoltura ecologista. Los medios holandeses lo califican como
el anti-Wilders. Todos los partidos se han comprometido a unificar sus
esfuerzos para bloquear el ascenso de Wilder y han declarado que se negarán a
pactar con él.
Para colmo, el primer ministro Rutte, sin duda por
conveniencias electorales ha adoptado una postura de firmeza ante Turquía a
causa de los gravísimos incidentes que se generaron a raíz de la expulsión el
pasado fin de semana de la ministra turca de la Familia que fue escoltada por
la policía a la frontera alemana después de que el gobierno le advirtiera que
no podría realizar campaña a favor de la opción de la reforma constitucional
propuesta por Erdogan. La ministra desoyó las advertencias y la decisión de no
dejar aterrizar en territorio holandés al mnistro de asuntos exteriores turco.
El ministro de exteriores turco calificó la actuación del gobierno de Rutte
como “exactamente fascismo”, mientras que el propio Erdogan calificaba de “nazi”
al gobierno de la Haya. A nadie se le escapa que la tensión entre ambos países
es la más grave que se ha producido entre un país europeo y Turquía.
Sin embargo, a pesar de que Rutte ha intentado sacar pecho y
demostrar una fuerza y una decisión que no posee, esta actitud que llega tarde
y mal, no ha erosionado a la candidatura de Wilders y lo que es peor para el
primer ministro saliente, le ha enajenado las simpatías de los islamistas
moderados y del partido ecologista. Sin olvidar que en estas elecciones
participarán 300.000 turcos con derecho a voto en Holanda y que, de momento, ya
han protestado de manera sonora en las calles y ocasionado fuertes disturbios
en la capital.
Así pues, las opciones están abiertas en Holanda (uno de los
países más democráticos de Europa y que durante décadas alardeó de tener el “modelo
integración más sólido del continente). Sin embargo, los asesinatos de Theo Van
Gogh y de Pym Fortuyne demostraron que, tras la fachada, el “modelo holandés”
era tan inconsistente como cualquier otro. El temor que manifiesta The
Guardian, no es solamente que pueda producirse una victoria del PVV que haga
inevitable pactar con él, o al menos, iniciar un período de inestabilidad
política que podría tener como consecuencia el ir decantando a favor de esta
opción a sectores que instalados hoy en el apoliticismo, sino que tal victoria
sea un mal augurio para lo que el diario llama “el siguiente paso: el
derrocamiento del orden liberal mundial”…