¿EL JUICIO A CDC TUMBARÁ EL PROCESO SOBERANISTA?
De momento, tanto Félix Millet como Jordi Montull parecen
estar dispuestos a contestar todas las preguntas que les formule la fiscalía.
Veremos si son los únicos, o los 19 acusados de malversación de caudales
públicos, tráfico de influencias, falsedad documental blanqueo de capitales y
fraude al fisco, actúan de la misa manera y optan por minimizar condenas a
cambio de ampliar confesiones. Estamos ante el proceso a CDC, cuando CDC ya no
existe y la sigla enguarrada por miles de corruptelas ha dado paso a la
virginal PDeCat. Solo en el Palau de la Muscia se defraudaron y desviaron 22
millones de euros. Realmente poco, ni siquiera la punta del iceberg, sino un
caso sintomático del clima de saqueo que ha vivido Cataluña en los últimos 40
años. A la vista de su provecta edad, ni Millet ni Montull entrarán en la
cárcel y si lo hacen será de manera anecdótica, en régimen de cinco estrellas y
con una promoción de grado instantánea (prisiones está transferido a la administración
autonómica cuyo presidente forma parte del PDeCat…). Ahora bien, deben
abandonar toda esperanza quienes piensen que este proceso que va a recordar a
los catalanes lo que todos los catalanes ya sabían –a saber, que la corrupción
estaba instalada en el corazón de la Generalitat desde los tiempos del primer
puolismo- contribuirá a desarmar el proceso independentista, se equivocan. De
hecho, en Cataluña, el proceso apenas interesa y pasará casi desapercibido para
los medios de comunicación de la Generalitat o subvencionados por la
institución. El proceso que inició Mas en 2010 tenía como objetivo presionar al
gobierno para evitar que Pujol y su gang se sentaran en el banquillo de los
acusados. De momento, la primera tanda –los Montullo y Millet y sus adláteres-
ya están allí ubicados. Los miembros del clan Pujol les seguirán en apenas unos
años (y si no al tiempo). Nada nuevo bajo el sol de Cataluña. Ni devolverán el
dinero, ni cumplirán penas de prisión. Ni siquiera servirán para demostrar que
el proceso independentista ha sido capitaneado por piratas del Mississippi o
por sus grumetes aventajados (de ERC y de la CUP). El independentismo circula
por otra realidad socio-política: es muestra de la crisis que afecta al Estado
Español, una crisis identidad y de convicción en sí mismo. También es un efecto
de la crisis económica desatada en 2007 y del que los independentistas han
dicho que se debe “a España” (respuestas simples a problemas complejos siempre
seducen a los más bobos). No creemos que el proceso independentista se vea
afectado por este juicio que apenas es un recordatorio de lo que fueron los
tiempos de CiU y del pujolato. Tampoco creemos que cambie nada esencial porque
en un papel se diga que estos tipejos son culpables. Ni siquiera cambiará la
forma de adjudicar obra pública de la Generalitat (ni del Estad). Cómo máximo
hará más prudentes y reservados a quienes cometan esos delitos. Y, sobre todo,
lo que no creemos es que el proceso independentista puede ir bien en ningún
caso: no morirá de éxito, sino de aburrimiento. Cataluña lleva quince años
mareando la perdiz de un “nou estatut” que nunca tuvo demanda social y de un “procés
independentista” que solo interesó a los independentistas y aburrió a todos los
demás. Lo peor no es que Cataluña seguirá unida a España, sino que lo hará por
inercia y aburrimiento. Incluso los nacionalistas españoles no advierten que
una nación es un proyecto y un destino, incapaces de definir uno y otro,
ignoran que se han quedado sin nación. Y en cuanto a los independentistas, de
tanto aludir a la “construcción nacional”, no es raro que sus líderes hayan
hecho el negocio inmobiliario un modus vivendi.
SUDAFRICA QUIERE EXPROPIAR A LOS PROPIETARIOS BLANCOS
Ayer comentábamos la masacre de granjeros bancos en
Sudáfrica. Hoy sabemos que no se trata de la casualidad o del aumento de la
delincuencia, sino de una estrategia utilizada ya en Zimbabue (Rodhesia) que
mereció el silencio y la complicidad internacional. Un buen día, el presidente
Robert Mugabe simplemente confiscó las fincas a los colonos blancos alegando
que los distribuiría entre la población… y lo hizo, especialmente, tierras
baldías, porque el gurpo de amigos del presidente se llevaron las parcelas
realmente productivas. Dado que los receptores de estas tierras tenían ambición
pero no preparación para explotar una propiedad agrícola, este sector, hasta
ese momento, puntal de la economía rodhesiana, simplemente se derrumbó y con él
la economía basada en la exportación agrícola. Hay que recordar que Mugabe es
simplemente un político sin escrúpulos, un verdadero salvaje con cuenta
corriente en Suiza y poder en su país. Entonces nadie protestó porque tomar
partido por la minoría blanca rodesiana podría ser considerado como racista.
Luego, cuando la economía de aquel país se hundió, las ONGs convirtieron el
lugar en teatro de operaciones (esto es, de negocio) y todos tan contentos…
menos los granjeros blancos expropiados y en muchos casos, asesinados. Este
proceso se va a volver a repetir en Sudáfrica. Y se hará según los mismos
parámetros y ante el silencio cómplice y estúpido de las cancillerías europeas.
Los medios blancos sudafricanos han considerado la propuesta Zuma como “declaración
de guerra racial”. Sabemos lo que seguirá: expolio, reparto a los amigos,
masacre de granjeros, hambre en el país. Otra Rodhesia con diamantes y
vuvuzelas. Y todo esto ante el silencio europeo, no sea que la nueva situación
en Sudáfrica arroje al lodo mitos como el de Nelson Mandela y señora o aquel
otro de que en la Sudáfrica posterior al apartheid, blancos y negros viven
mejor: en realidad, solo los amigos de Zuma viven mejor, el resto, blancos
(amenazados con el expolio y frecuentemente asesinados) y negros (carcomidos
por el SIDA) viven mucho peor. Reconocerlo forma parte de la incorrección
política.
AHORA LES TOCA A LOS MOSSOS D’ESQUADRA
La Vaguardia publica un artículo hoy en el que se alude a
los “trabajadores públicos” ante el referéndum independentista, objeto de un
informe de la Asamblea Nacional de Catalunya. El informe alude a lo que
deberían estar obligados los trabajadores de la Generalitat para hacer que el referéndum
independentista sea “efectivo”. Los Mossos d’Esquadra están situados en el
centro de las medidas propuestas. Según el artículo 11 de la Ley de Policía de
Cataluña los Mossos d’Esquadra están obligados a cumplir y hacer cumplir la
Constitución, pero sobre todo el Estatut y la “legislación vigente” y hacerlo
con “neutralidad política e imparcialidad”. Las cosas están claras, pues:
siendo la Constitución de más rango que la Ley de Autonomía de Cataluña, los
Mossos d’Esquadra ya saben a lo que están obligados. Esto no gusta a la ANC que
propone una modificación unilateral de la ley que los regula y que suponga la
desaparición de la supeditación a la Constitución y al Estado. Incluso los “cerebros”
independentistas han redactado la modificación: “Todo el proceso para el
referéndum no se someterá en ningún caso a autoridad o instrucciones españolas”.
A esto le llaman “Ley de Transitoriedad” que debería regir en Cataluña en este
tiempo intermedio entre la vinculación de la Generalitat al Estado Español y su
transformación en Estado independiente. No es raro que para esta martingala
establezcan que “ningún funcionario público `puede ser acusado de desobediencia
si recibe una instrucción clara y precisa de una instancia superior como el
Govern o el Parlament”. Obviamente, todo esto es una pérdida absoluta de tiempo
y demuestra el nivel de inanición jurídica que preside el “proceso
independentista”. No solamente se da como “seguro” que en un referéndum la
opción independentista triunfaría, sino que las modificaciones legislativas previas
podrían realizarse sin que fueran recurridas por el Estado… como si éste ya no
pintara nada en Cataluña y la mera voluntad unilateral de crear un Estado
independiente fuera suficiente para poder modificar las leyes al propio antojo.
Y uno se pregunta qué en dónde han cursado estudios los “juristas” que se
mueven en el entorno independentista…
YIHADISMO Y DROGAS, SANTA ALIANZA
El primer grupo terrorista organizado de la historia, los “Assassins”
el siglo XII, cometían sus atentados más terribles bajo el efecto del “haschisch”
y diestramente manipulados por “el Viejo de la Montaña”. La droga como medio de
manipulación mental siempre ha sido un recurso al alcance de cualquiera que
desee debilitar una sociedad o simplemente tener a su disposición mano de obra
barata para cometer atentados. Todo esto viene a cuenta de que la policía
griega descubrió ayer un laboratorio de la “droga de los yihadistas” en un
barrio de Atenas. Además de 635.000 pastillas, les fueron ocupadas armas. Los
beneficios obtenidos iban a parar a las organizaciones yihadistas que operan en
Oriente Medio. La droga producida es un fármaco que antes se vendía libremente
en Europa el “captagón”, utilizado en otro tiempo por estudiantes para
mantenerse despierto y soportar el esfuerzo. El fármaco entró dentro del
catálogo de drogas por su contenido en anfetaminas y por los efectos
secundarios que producía: insensibilidad al dolor, neutralización de los
sentimientos, bloqueo de cualquier impulso emotivo. En los años 70 la droga fue
utilizada en los medios ciclistas hasta que el laboratorio que la fabricaba con
licencia cambió la fórmula e introdujo cafeína como estimulante. En la
actualidad, esta fórmula también ha sido prohibida, pero ya como droga se sigue
fabricando en la península arábiga en donde cada año se fabrican en torno a 15
toneladas. Sin olvidar, por supuesto, que Afganistán es el mayor productor
mundial de heroína, aunque aquí cabe preguntarse si los culpables son los
talibanes, la intervención norteamericana o ambos al alimón.