No me preocupa la actualidad: ni Putin va a invadir Ucrania, ni en la polémica Casado-Ayuso se dirime algo más que saber si hay inteligencia en el planeta Génova 10. Que tanta hojarasca no impidan ver los problemas reales. No nos olvidemos NUNCA que publicado en los “medios de desinformación” en primera página son, o bien noticias manipuladas, o bien son “epifenómenos” que encubren el origen de los problemas.
La polémica Ayuso-Casado como “epifenómeno”
¿Cuál es la noticia del día? La polémica Ayuso-Casado. Merece un
pequeño comentario, porque, creo que los medios se están dejando muchas cosas
en el tintero. Es importante, pero no por sí misma, sino porque del desenlace
de la crisis, señalaría la posibilidad de que -maldición- el pedrosanchismo
siguiera en el poder otra temporada. Por lo demás, la polémica demuestra lo
inane y nulo de la clase política de nuestro país.
La noticia es un “epifenómeno”, esto es, un fenómeno que se da en
la superficie. Como las ondas sísmicas que son el resultado de causas mucho más
profundas.
Veamos, en primer lugar, la responsabilidad del PSOE. A nadie se
le escapa que las informaciones que llegaron a calle Génova fueron enviadas por
agentes del gobierno de Sánchez. Debían ser la carga de profundidad para evitar
que, unas nuevas elecciones generales, supusieran el relevo en La Moncloa. Dado
que ya nadie cree en las encuestas del CIS, ni en sus resultados pret a
porter por el PSOE, y que los medios de comunicación del gobierno y
próximos a él, están sometidos a una constante erosión (al defender lo indefendible),
la única posibilidad de Sánchez para prolongar su mandato consiste en erosionar
al contrincante. A fin de cuentas, el elector, desde hace décadas no vota “a
favor de”, sino “en contra de”. Nadie suscita entusiasmos electorales, pero si
enconos y desprecio. Se trata de estimularlo para erosionar al adversario y que
vote, por simple rechazo a la propia sigla. Y eso es lo que ha hecho Moncloa.
Si en Génova existieran políticos dignos de tal nombre (no pido “estadistas”,
una figura de “alta política” de la que la democracia española ha estado huérfana
desde su fundación), al llegar las informaciones sobre los chanchulletes del
hermano de la Ayuso, simplemente, se hubiera llamado a la interesada para
pedirle, discretamente, explicaciones y, a partir de ahí, las cosas hubieran
discurrido por otros derroteros. Pero Casado no reaccionó así, sino que
prefirió que las cosas salieran a la superficie para realizar una carga brutal
contra Ayuso. ¿Por qué? En primer lugar, por la falta de talla política y
humana de los actuales dirigentes del PP, algo que, en realidad, ya estaba más
que claro. Pero el segundo motivo es el importante y el que cuenta
verdaderamente.
Polémica Ayuso-Casado: el “hipocentro” de la cuestión
Casado ha comprometido su futuro político con la “Agenda 2030”
impuesta por el Foro Económico Mundial. Y, para eso, necesita prescindir de los
“apestados”, esto es, de Vox. En cuanto a la Ayuso, su problema es más
delicado: depende Vox para gobernar.
Así pues, todo se resume en una disputa de intereses personales
que van íntimamente ligados a dos opciones: “O con Vox y contra la Agenda 2030”
o “Contra Vox y a favor de la Agenda 2030”. Esto es, con Ayuso o con Casado.
Este es el “epicentro” de la polémica, como los terremotos que tienen su origen
en causas más profundas, situadas en el “hipocentro”, allí donde se producen
las “fallas” que provocan los movimientos sísmicos.
El corazón de la polémica no es una comisión del 3% por la venta
de unas mascarillas. La cuestión de fondo es si un partido como Vox, sospechoso
de crecer enarbolando temas que van en dirección contraria a las propuestas de
la “Agenda 2030”, puede insertarse en el gobierno de una nación de tamaño medio
de la UE, con todo lo que ello implicaría: combinaciones de este tipo serían
posibles en Francia y se abrirían también en Alemania.
El caso de Viktor Orban no sería una excepción en un pequeño país
centroeuropeo, sino en otro de tamaño medio, situado en la periferia, pero, con
peso en el seno de la UE (Aznar ya intentó, en su momento, hacer valer ese
peso, para formar un eje con Polonia -país de dimensiones y estructura parecida
a España- frente a la locomotora franco-alemana, pero su apoyo a Bush y a la
entrada de Turquía en la UE desmerecieron este proyecto).
La pareja maldita: político y comisionista
Pues bien, el pedrosanchismo resalta que en el asunto Ayuso-Casado
existe un “caso de corrupción” (y prefiere que sea Mas Madrid el que se queme
en la polémica). Y estamos de acuerdo en que la actuación del hermano de Ayuso
es intolerable: no solamente el gobierno ha ido cobrando IVA por las
mascarillas “obligatorias” (que, en tanto que obligatorias, debería de haber
distribuido gratuitamente el propio gobierno) durante dos años, sino que,
además, “hermanos” y “cuñaos” espabilados, han ido cobrando comisiones en un
caso de lo que se presentó como “emergencia nacional”.
En España -y en todos los países- se cobra comisiones por cualquier
gestión y por cualquier movimiento económico. Pero no lo cobramos ni usted ni
yo, lo cobra la élite y los que están en torno a esa élite. Si el ayuntamiento de Villabajo, por poner un ejemplo, envía
6.000 euros a una desconocida asociación gay de Guinea-Bissau (se han dado y se
dan cientos de casos similares), cobra comisión el que firma la entrega, cobra
comisión el que la recibe y, nadie, por lo demás, investiga el destino de los
fondos. Cuando se entregan cursos de formación laboral a sindicatos o a
empresas especializadas, la firma del contrato se sustancia devolviendo a quien
a firmado la concesión del curso, un porcentaje del fondo entregado. Bajo mano,
por supuesto. Cuando se firma un crédito internacional o una “ayuda al
desarrollo”, se tarda más en negociar las comisiones de cada parte que el
propio crédito.
El hecho de que nadie se sorprenda y que esto no sea noticia
-salvo en casos determinados, quizás los menos justificados, como el asunto del
AVA en Arabia, gestionada por el “rey emérito” que, en el fondo suponía,
trabajo para una empresa española y tenía un alto valor añadido- no quiere
decir que no sea una inmoralidad y que no suponga una ofensa para quienes viven
de su trabajo.
La corrupción instalada en el corazón y en las células del sistema
político
Mientras en España no se sea capaz de distinguir los problemas
reales de los falsos problemas, el país seguirá en la vía de aumento de la
carga fiscal para los que viven del trabajo con el fin de poder pagar ese
sobrecosto en comisiones a todas las partes. Lo del hermano de Ayuso, entra
tanto en el terreno de la corrupción como el de la inmoralidad. Así pues, el segundo
elemento a destacar en la polémica Ayuso-Casado-Sánchez, es que la corrupción y
la inmoralidad están instaladas en el corazón del sistema, son el propio
sistema.
Este caso no debe hacernos olvidar que Ada Colau, en estos
momentos está siendo investigada por corrupción, o que el marido de la
directora general de la Guardia Civil está sometido a otra investigación. O que
Francina Armengol, la presidencia socialista del gobierno balear, así como el
marido de Mónica Oltra, vice de la comunidad valenciana, están siendo
investigados por denuncias sobre las menores de ambos sexos “tutelados” y prostituidos
en las dos comunidades. Sin olvidar las compras realizadas por Illa de millones
de mascarillas inservibles y compradas a un precio mayor del que se vendían en
el badulaque chino de la esquina, a las adjudicaciones a dedo del mismo
ministerio y del mismo personaje a empresas barcelonesas que compraron vacunas
contra la gripe, o cientos de contratos del Estado adjudicados a dedo y no
precisamente al azar.
El problema es que, durante el felipismo, el pueblo español se
habituó a las noticias sobre la corrupción de la clase política. Décadas y décadas
de inoperancia judicial ante la corrupción, han hecho que hoy, el cobro de
comisiones irregulares o de adjudicaciones a dedo ya no sean noticia, salvo que
sirvan para alguna operación de demolición política.
¿Problemas reales? El generado por la delincuencia no está nada
mal…
Ya nadie se pregunta por el origen de los problemas. Simplemente,
los medios dejan que vayan fermentando durante años y un buen día, cuando ya
resulta imposible seguir ocultándolo, aparecen en grandes titulares. Y entonces,
ningún medio se preocupa cómo se ha llegado hasta ahí.
Hace una semana un chaval de origen sudamericano resultó muerto.
Apenas tenía 15 años. Una verdadera tragedia, sino fuera porque, pocas horas después,
alguien publicaba una foto del mismo chaval con un machete en la mano y actitud
de utilizarlo contra no importa quién. Y, de repente, nos damos cuenta que
aquel problema del que se habló fugazmente a principios del milenio, las “bandas
latinas” (aunque mejor llamarlas “bandas étnicas”), se había instalado en
nuestro territorio. El ayuntamiento de Barcelona decidió “negociar” con los
Latin King, los subvencionó, les dio locales, y consiguió que, al menos, su
cúpula viviera del cuento. Fracaso total, porque todo lo que no sean políticas
decididas de aplastamiento de cualquier síntoma de introducir en España usos y
costumbres propios del subdesarrollo más violento, fracasan.
Todo lo que no sea hablar al delincuente con el único lenguaje que
conoce y aplicar actitudes expeditivas en unos cuantos casos, para
ejemplificar, no da resultado. Si se hubiera detenido y expulsado a los
primeros miembros de las “bandas étnicas”, en lugar de subvencionarlos y de
practicar la política informativa del avestruz, hoy no tendríamos ese problema
extendido a todos los grupos étnicos, en todas las provincias españolas.
Los gobiernos de las dos últimas décadas prefieren que todas las
estadísticas sobre delincuencia pasen por la “cocina” antes de ser publicadas.
Incluso, hay triunfalistas que dicen que baja la delincuencia… porque hay menos
presos encarcelados. Pero esa no es la percepción que tiene el ciudadano de a pie,
incluso el lector empedernido de medios de comunicación. Hace diez días la
policía urbana de Barcelona declaró que el ¡80% de la delincuencia que opera en
la ciudad es de origen extranjero! Ya es significativo que, desde 2004-5, los
medios tengan la consigna de no mencionar el origen étnico de los delincuentes,
no sea que se excite la “xenofobia y el racismo” (encomiable razón, desde
luego, pero que evita que el ciudadano tenga una percepción directa del origen del
problema
Problemas reales en cadena frente a falsos problemas y a polémicas
superficiales
Así pues, ya tenemos dos problemas identificados: corrupción y
delincuencia. Diría más, delincuencia ligada a la inmigración masiva y deliberadamente
descontrolada. Me preocupan más esos problemas que las bombas atómicas de
Putin, que jamás ha tenido intención de usar, o que la polémica Ayuso-Casado
que solo confirma las miserias ya conocidas de nuestra clase política.
Podría extender estas líneas al problema económico insoluble, con
una deuda impagable, una pérdida constante de poder adquisitivo de los salarios
(por mucho que se eleven), al aumento de la burocracia del Estado, a la
proliferación de ni-nis, al fracaso escolar, a la cada vez mayor excentricidad
de los programas educativos, al adoctrinamiento en base a la “corrección
política”, a la inviable globalización, a la disolución de la familia en beneficio
de “nuevos modelos familiares” que ni han funcionado, ni funcionarán, a la
destrucción de cualquier forma de identidad y a la creación de identidades
sexuales ficticias, a la sobrepresencia de noticias sobre todo lo LGTBIQ+ en
medios de comunicación, a los procesos de desintegración social que se están
desarrollando, a la banalización de las drogas, a la mala calidad de los
productos culturales o a la incongruencia global de un sistema político y de
una constitución o de una vertebración del estado mediante autonomías, que
solamente favorecen a la clase política y en absoluto al ciudadano… pero, mira
por dónde, los medios los medios optan por centrarse en que ”mañana Putin se
plantará en Kiev” y en que la inteligencia no es bien presente en Génova 10.
Lo siento, los problemas son otros y, en última instancia, lo que demuestra la primera página de los medios es que los medios deberían de llamarse de “desinformación”.