Infokrisis.- Empezamos la presentación de los documentos realizados para el foro de reflexión en 1999. Después de unos años de alejamiento de la política activa (e incluso, hasta cierto punto completamente desinteresado por ella), la irrupción de Internet me facilitó el vincularme de nuevo al "ambiente". Los documentos del foro de reflexión eran, en realidad, una meditación interior sobre lo qué podía hacerse y cómo hacerlo. El primero es simplemente, una introducción a los que van a seguir.
1. INTRODUCCIÓN
Las enseñanzas obtenidas de las pasadas experiencias, deben constituir, junto con los objetivos fijados para el futuro, el eje del presente trabajo que se propone a un grupo de cuadros y personalidades de los partidos nacional-populares e identitarios.
1.1. LOS ULTIMOS AÑOS
Los intentos de establecer una política efectiva por parte de los partidos identitarios y nacional-populares se han saldado con éxitos muy limitados e insuficientes (convergencia de JJEE, un sector de CEDADE y VNR en DN), más a menudo, con fracasos notorios (ruptura del Frente Español) o alianzas inmaduras y de problemática deriva (Alianza por la Unidad Nacional). En ocasiones estos fracasos han resultado, no por esperados, menos ridículos.
1.1.1. A finales del 2003 las cosas han ido demasiado lejos. Organizaciones literalmente desmanteladas que sólo unos meses antes se permitían adoptar posturas excluyentes, vibrantes y grandilocuentes llamamientos a frentes que bruscamente desaparecían en la nada y sin explicaciones, organizaciones en repliegue que consideraban un grandioso éxito adicionar residuos expelidos por otras organizaciones, candidaturas presentadas sin fe y sin esperanzas de obtener algún avance sustancial, dirigentes políticos sin base, webs sin lectores, foros de discusión sin discusiones, grupos de anómalos proclamando actividades improbables de secciones inexistentes y otorgando diplomas de honestidad a quienes entregaron fotos, nombres y vídeos a Kalegorría... en todo eso se ha convertido esta área política que demuestra la justeza de quienes hace años proclamamos la necesidad de autonomía histórica.
1.1.2. Este escrito, dirigido a "notables" del área identitaria y nacional-popular, tiene como intención abrir un debate necesario, pero jamás abordado de manera conjunta, un debate que responda a estas cuestiones:
1) ¿Es posible fundir a los militantes y dirigentes más válidos del área identitaria y nacional-popular en una sola organización?
2) ¿Es posible que ésta organización sea capaz de aportar una mínima iniciativa estratégica y dotarse de un mínimo de medios necesarios para realizar una tarea política relevante?
3) ¿Cuáles deben ser las líneas sobre las que discurra esta organización entre el 2004 y el 2012?
4) ¿Es posible plantear todas estas cuestiones de manera independiente a las actividades de cada organización?
1.2. MAS ACÁ DE LA AUTONOMIA HISTORICA
1. INTRODUCCIÓN
Las enseñanzas obtenidas de las pasadas experiencias, deben constituir, junto con los objetivos fijados para el futuro, el eje del presente trabajo que se propone a un grupo de cuadros y personalidades de los partidos nacional-populares e identitarios.
1.1. LOS ULTIMOS AÑOS
Los intentos de establecer una política efectiva por parte de los partidos identitarios y nacional-populares se han saldado con éxitos muy limitados e insuficientes (convergencia de JJEE, un sector de CEDADE y VNR en DN), más a menudo, con fracasos notorios (ruptura del Frente Español) o alianzas inmaduras y de problemática deriva (Alianza por la Unidad Nacional). En ocasiones estos fracasos han resultado, no por esperados, menos ridículos.
1.1.1. A finales del 2003 las cosas han ido demasiado lejos. Organizaciones literalmente desmanteladas que sólo unos meses antes se permitían adoptar posturas excluyentes, vibrantes y grandilocuentes llamamientos a frentes que bruscamente desaparecían en la nada y sin explicaciones, organizaciones en repliegue que consideraban un grandioso éxito adicionar residuos expelidos por otras organizaciones, candidaturas presentadas sin fe y sin esperanzas de obtener algún avance sustancial, dirigentes políticos sin base, webs sin lectores, foros de discusión sin discusiones, grupos de anómalos proclamando actividades improbables de secciones inexistentes y otorgando diplomas de honestidad a quienes entregaron fotos, nombres y vídeos a Kalegorría... en todo eso se ha convertido esta área política que demuestra la justeza de quienes hace años proclamamos la necesidad de autonomía histórica.
1.1.2. Este escrito, dirigido a "notables" del área identitaria y nacional-popular, tiene como intención abrir un debate necesario, pero jamás abordado de manera conjunta, un debate que responda a estas cuestiones:
1) ¿Es posible fundir a los militantes y dirigentes más válidos del área identitaria y nacional-popular en una sola organización?
2) ¿Es posible que ésta organización sea capaz de aportar una mínima iniciativa estratégica y dotarse de un mínimo de medios necesarios para realizar una tarea política relevante?
3) ¿Cuáles deben ser las líneas sobre las que discurra esta organización entre el 2004 y el 2012?
4) ¿Es posible plantear todas estas cuestiones de manera independiente a las actividades de cada organización?
1.2. MAS ACÁ DE LA AUTONOMIA HISTORICA
Vale la pena recordar en qué situación aparece la doctrina de la autonomía histórica y la importancia que ha tenido para en la organización que la proclamó.
1.2.1. Los años 80 supusieron para los distintos grupos de las llamadas "fuerzas nacionales" un choque con la realidad. Este choque se produjo a partir de la pérdida de vitalidad de este sector tras el 23-F. Tuvo su primer hito con la autodisolución de Fuerza Nueva y su segundo momento dramático con las dificultades de parto de Juntas Españolas. Era evidente, a partir de entonces, que las actividades desarrolladas en el período 1977-1981 ya no podían repetirse.
1.2.2. La transición había terminado y las "fuerzas nacionales" que solamente avanzaban gracias a las dificultades de asentamiento del nuevo régimen, iban a desdibujarse progresivamente a medida que la democracia se asentaba.
1.2.3. Durante 1975-1981 la estrategia "golpista" había planeado sobre las "fuerzas nacionales" que confiaran en que "el ejército" la aplicara, desconociendo que una estrategia de este tipo es político-militar y debe ser impulsada por un movimiento político, no por un grupo de militares aislados de cualquier plataforma política. Cuando el 23-F eliminó la posibilidad golpista, todas las "fuerzas nacionales" se quedaron sin estrategia.
1.2.4. La estrategia de sustitución era, evidentemente, la transformación del magma que todavía quedaba a partir de 1982 en un "partido nacional" animado a ganar elecciones. Esto implicaba que debía de cambiarse toda la escala de valores, de objetivos y de dirigentes, que estaba al frente de esta organización. Al no hacerse, el área fue difuminándose progresivamente.
1.2.5. Cuando a finales de los años 80 y principios de los 90 se impuso la necesidad de "ganar elecciones" el problema era que no existían medios ni cuadros capaces de asumir esta tarea y dirigentes que desconocían como adoptar esa política. No se podían ganar las elecciones por que nadie era capaz de establecer "cómo" había que ganarlas. En toda el área no existía ni un solo técnico en marketing electoral.
1.2.6. En esa situación de crisis terminal se elaboró la doctrina de la autonomía histórica según la cual una nueva formación política de finales del siglo XX debía de asumir el hecho de que no existía precedente ni modelo para sus propuestas. Así se evitaba:
- ser confundido con modelos históricos precedentes y
- evitar las críticas que pudieran hacerse a esos modelos, críticas que tenían más que ver con la historia y el pasado que con la acción política en el presente.
1.2.7. Pero había otro elemento a tener en cuenta: la doctrina de la autonomía histórica tendía a crear una nueva área política, certificando el abandono de la que se había ocupado hasta ese momento. En efecto, el partido que la proclamó -DN- fue consecuente autoexcluyéndose de las "fuerzas nacionales". El ambiente que se respiraba era demasiado pesado, agitado y con demasiados lastres como para que de allí pudiera surgir una organización eficaz. Así pues se decidió abrir un área nueva: la "nacional-demócrata", "identitaria" o "nacional-popular".
1.2.8. Vale la pena preguntarse si la doctrina de la autonomía histórica ha supuesto un crecimiento orgánico o, por el contrario, no ha tenido repercusiones notables. DN, a partir de ese momento empezó a crecer con gentes que no procedían de las "fuerzas nacionales", evitó las discusiones clásicas sobre el franquismo, la guerra, el fascismo, etc. El crecimiento por goteo, especialmente a partir de mayo de 2003, ha sido muy superior al de cualquier otra organización en los últimos años. Se ha sido capaz de traducir la autonomía histórica en una línea política coherente que, si bien no ha obtenido éxitos espectaculares, si ha demostrado estabilidad y, sobre todo, posibilidades. Es decir, en su aplicación práctica, la doctrina de la autonomía histórica ha sido globalmente satisfactoria.
1.3. MAS ALLA DE LA AUTONOMIA HISTORICA
A partir del IV Congreso de DN ya era evidente que la doctrina de la autonomía histórica había sido incorporada, no solamente a la totalidad del partido, sino a la mentalidad de cada uno de sus afiliados. Estos, ya carecían de la noción de "fuerzas nacionales", eran conscientes de que pertenecían a otro sector y, aunque Internet aportó puentes de comunicación entre uno y otro sector, lo cierto es que, las evoluciones de ambas áreas fueron completamente diversas y, a tras las elecciones de 2000, sin conexiones de ningún tipo. De ahí que DN permaneciera siempre ajena a la iniciativa de Frente Español.
1.3.1. Pero, la doctrina de la autonomía histórica tenía solamente importancia en el momento de la ruptura del área nacional-demócrata con el área de las "fuerzas nacionales" en la que visiblemente resultaba imposible realizar un trabajo político. En cuanto esta ruptura se consumó de manera irreversible, era evidente que la doctrina que hasta ese momento era importante para alumbrar un determinado período, pasaba a un lugar secundario. El hecho de que el III y el IV Congresos de DN se dedicaran a renovar la dirección del partido, más que a elaborar las bases estratégicas de desarrollo de la organización, hizo que no se estuviera en condiciones de abordar un nuevo planteamiento.
1.3.2. Hoy, en noviembre de 2004, la necesidad de ese planteamiento sigue siendo una necesidad, pero la cuestión es si esa teorización la debe realizar en solitario DN o si, por el contrario, puede aprovecharse para realizarla en común con otras fuerzas políticas decididos a fundirse en una sola organización, bajo una sola sigla.
1.3.3. Es evidente que se da por supuesto que la participación en un debate sobre "lo que hay después de la autonomía histórica" implica aceptar este hecho: que en el siglo XXI no hay modelos políticos que puedan inspirar nuestra actividad, que ninguna experiencia política anterior puede ser tomada como modelo en la actualidad con todo lo que ello implica. Si es posible tomar elementos aislados, inspiraciones concretas de tal o cual momento histórico, pero nunca reclamarse "totalmente" de una u otra etiqueta política del pasado. Esta cuestión, además de tener implicaciones programáticas, ideológicas y políticas, tiene que ver también con cuestiones de imagen. Y es preciso tener este punto muy claro desde el principio.
1.3.4. Este escrito va dirigido a cuatro sectores: al conjunto de la militancia y dirección de DN y MSR, a la dirección de Alternativa Nacional y a determinados militantes y cuadros falangistas conscientes del callejón sin salida en el que se encuentran sus organizaciones, así como a militantes independientes no organizados. Es evidente que existen otros grupos pero, o bien carecen de entidad suficiente como para ser tomados en consideración (FE-LaF), o se encuentran demasiado alejados del punto de partida (FEA), o bien tienen una problemática interna excesiva que desaconseja cualquier contacto con ellos (España2000).
1.3.5. Las condiciones previas para entrar en el debate son:
- Manifestar la voluntad de participar en el debate sin apriorismos, ni limitaciones, con extrema sinceridad.
- Manifestar la voluntad de, una vez apurado el debate, actuar en consecuencia y trasladar las conclusiones a la organización de origen.
- La conclusión del debate y el objetivo del presente documento consisten en fusionar las distintas organizaciones en una nueva estructura unitaria con vocación de éxito.
(c) Ernesto Milá infokrisis - infokrisis@yahoo.es - http://infokrisis.blogia.com - Prohibida la reproduccion de este texto sin indicar origen
1.2.1. Los años 80 supusieron para los distintos grupos de las llamadas "fuerzas nacionales" un choque con la realidad. Este choque se produjo a partir de la pérdida de vitalidad de este sector tras el 23-F. Tuvo su primer hito con la autodisolución de Fuerza Nueva y su segundo momento dramático con las dificultades de parto de Juntas Españolas. Era evidente, a partir de entonces, que las actividades desarrolladas en el período 1977-1981 ya no podían repetirse.
1.2.2. La transición había terminado y las "fuerzas nacionales" que solamente avanzaban gracias a las dificultades de asentamiento del nuevo régimen, iban a desdibujarse progresivamente a medida que la democracia se asentaba.
1.2.3. Durante 1975-1981 la estrategia "golpista" había planeado sobre las "fuerzas nacionales" que confiaran en que "el ejército" la aplicara, desconociendo que una estrategia de este tipo es político-militar y debe ser impulsada por un movimiento político, no por un grupo de militares aislados de cualquier plataforma política. Cuando el 23-F eliminó la posibilidad golpista, todas las "fuerzas nacionales" se quedaron sin estrategia.
1.2.4. La estrategia de sustitución era, evidentemente, la transformación del magma que todavía quedaba a partir de 1982 en un "partido nacional" animado a ganar elecciones. Esto implicaba que debía de cambiarse toda la escala de valores, de objetivos y de dirigentes, que estaba al frente de esta organización. Al no hacerse, el área fue difuminándose progresivamente.
1.2.5. Cuando a finales de los años 80 y principios de los 90 se impuso la necesidad de "ganar elecciones" el problema era que no existían medios ni cuadros capaces de asumir esta tarea y dirigentes que desconocían como adoptar esa política. No se podían ganar las elecciones por que nadie era capaz de establecer "cómo" había que ganarlas. En toda el área no existía ni un solo técnico en marketing electoral.
1.2.6. En esa situación de crisis terminal se elaboró la doctrina de la autonomía histórica según la cual una nueva formación política de finales del siglo XX debía de asumir el hecho de que no existía precedente ni modelo para sus propuestas. Así se evitaba:
- ser confundido con modelos históricos precedentes y
- evitar las críticas que pudieran hacerse a esos modelos, críticas que tenían más que ver con la historia y el pasado que con la acción política en el presente.
1.2.7. Pero había otro elemento a tener en cuenta: la doctrina de la autonomía histórica tendía a crear una nueva área política, certificando el abandono de la que se había ocupado hasta ese momento. En efecto, el partido que la proclamó -DN- fue consecuente autoexcluyéndose de las "fuerzas nacionales". El ambiente que se respiraba era demasiado pesado, agitado y con demasiados lastres como para que de allí pudiera surgir una organización eficaz. Así pues se decidió abrir un área nueva: la "nacional-demócrata", "identitaria" o "nacional-popular".
1.2.8. Vale la pena preguntarse si la doctrina de la autonomía histórica ha supuesto un crecimiento orgánico o, por el contrario, no ha tenido repercusiones notables. DN, a partir de ese momento empezó a crecer con gentes que no procedían de las "fuerzas nacionales", evitó las discusiones clásicas sobre el franquismo, la guerra, el fascismo, etc. El crecimiento por goteo, especialmente a partir de mayo de 2003, ha sido muy superior al de cualquier otra organización en los últimos años. Se ha sido capaz de traducir la autonomía histórica en una línea política coherente que, si bien no ha obtenido éxitos espectaculares, si ha demostrado estabilidad y, sobre todo, posibilidades. Es decir, en su aplicación práctica, la doctrina de la autonomía histórica ha sido globalmente satisfactoria.
1.3. MAS ALLA DE LA AUTONOMIA HISTORICA
A partir del IV Congreso de DN ya era evidente que la doctrina de la autonomía histórica había sido incorporada, no solamente a la totalidad del partido, sino a la mentalidad de cada uno de sus afiliados. Estos, ya carecían de la noción de "fuerzas nacionales", eran conscientes de que pertenecían a otro sector y, aunque Internet aportó puentes de comunicación entre uno y otro sector, lo cierto es que, las evoluciones de ambas áreas fueron completamente diversas y, a tras las elecciones de 2000, sin conexiones de ningún tipo. De ahí que DN permaneciera siempre ajena a la iniciativa de Frente Español.
1.3.1. Pero, la doctrina de la autonomía histórica tenía solamente importancia en el momento de la ruptura del área nacional-demócrata con el área de las "fuerzas nacionales" en la que visiblemente resultaba imposible realizar un trabajo político. En cuanto esta ruptura se consumó de manera irreversible, era evidente que la doctrina que hasta ese momento era importante para alumbrar un determinado período, pasaba a un lugar secundario. El hecho de que el III y el IV Congresos de DN se dedicaran a renovar la dirección del partido, más que a elaborar las bases estratégicas de desarrollo de la organización, hizo que no se estuviera en condiciones de abordar un nuevo planteamiento.
1.3.2. Hoy, en noviembre de 2004, la necesidad de ese planteamiento sigue siendo una necesidad, pero la cuestión es si esa teorización la debe realizar en solitario DN o si, por el contrario, puede aprovecharse para realizarla en común con otras fuerzas políticas decididos a fundirse en una sola organización, bajo una sola sigla.
1.3.3. Es evidente que se da por supuesto que la participación en un debate sobre "lo que hay después de la autonomía histórica" implica aceptar este hecho: que en el siglo XXI no hay modelos políticos que puedan inspirar nuestra actividad, que ninguna experiencia política anterior puede ser tomada como modelo en la actualidad con todo lo que ello implica. Si es posible tomar elementos aislados, inspiraciones concretas de tal o cual momento histórico, pero nunca reclamarse "totalmente" de una u otra etiqueta política del pasado. Esta cuestión, además de tener implicaciones programáticas, ideológicas y políticas, tiene que ver también con cuestiones de imagen. Y es preciso tener este punto muy claro desde el principio.
1.3.4. Este escrito va dirigido a cuatro sectores: al conjunto de la militancia y dirección de DN y MSR, a la dirección de Alternativa Nacional y a determinados militantes y cuadros falangistas conscientes del callejón sin salida en el que se encuentran sus organizaciones, así como a militantes independientes no organizados. Es evidente que existen otros grupos pero, o bien carecen de entidad suficiente como para ser tomados en consideración (FE-LaF), o se encuentran demasiado alejados del punto de partida (FEA), o bien tienen una problemática interna excesiva que desaconseja cualquier contacto con ellos (España2000).
1.3.5. Las condiciones previas para entrar en el debate son:
- Manifestar la voluntad de participar en el debate sin apriorismos, ni limitaciones, con extrema sinceridad.
- Manifestar la voluntad de, una vez apurado el debate, actuar en consecuencia y trasladar las conclusiones a la organización de origen.
- La conclusión del debate y el objetivo del presente documento consisten en fusionar las distintas organizaciones en una nueva estructura unitaria con vocación de éxito.