sábado, 16 de octubre de 2010

Un estudio sobre la "cuestión judía" (IX de X). Stalinismo y judaismo

Stalin, tal como hemos  señalado anteriormente, ha había enfrentado al sionismo; su reorganización conservadora del Estado, su concepción nacionalista y autoritaria, su recuperación del gran pasado ruso no podían sino suscitar contra él la oposición de los judíos que habían marcado con su espíritu la revolución de 1917. El hecho notable es que Kamenev Apfelbaum y Zinoniev Radomlisky fueron fusilados en agosto de 1936, pocos meses antes de que fuera promulgada la nueva constitución (5 de diciembre de 1936), en la cual la "restauración" stalinista encontraba su expresión jurídica. 


En febrero de 1937 son fusilados Radek y Sokolnikov, en marzo de 1938 es organizado el proceso contra Bujarin, Rakovsky, Jagoda, Rikov y otros "opositores de izquierda", ligados al trotskysmo y a la plutocracia judía cosmopolita (103). Incontestablemente la alianza guerrera al lado de las democracias burgueses constituyó, justo despues de la guerra, un alto de la lucha de Stalin contra los sionistas de la URSS. Esta lucha se reactivo, sin embargo, en diciembre de 1948, con el arresto de "centenas o miles de intelectuales y artistas" (104) y continuó con campañas de prensa contra el internacionalismo en la cultura. Fuera de las fronteras de la URSS, los episodios más notables de la nueva batalla del stalinismo contra los sionistas fueron el arresto de los jefes sionistas de Checoslovaquia y Rumanía (1949) y el proceso Rajk en Hundría (1949). A estas medidas siguieron, en Checoslovaquia, la primera batida contra los partisaron de Slansky, de los que "la gran mayoría, por no decir la totalidad, eran judíos" (105).

La celebración del proceso Slansky (abierto el 20 de noviembre de 1952), la precedente destitución de Anna Rabinson Paulker de todos los cargos que había asumido en el partido y en el gobierno rumanos (julio de 1952) y el arresto de los médicos judíos del Kremlim (enero de 1953) fueron los primeros episodios de la batalla antisionista de Stalin. "La muerte del dictador  escribió el judío François Fejtö  fue pues providencial para los judíos soviéticos y para los de las democracias populares"  (106). Los sucesores de Stalin, de hecho, liberaron a miles de judíos internados y rehabilitaron a muchas "víctimas del terror neo zarista". De esta época hasta hoy [1977, fecha en que fue escrito este texto. NDT], la historia de Europa oriental es en gran parte una historia de las relaciones entre círculos sionistas y regímenes comunista: así  la revolución húngara de 1956 fue, bajo algunos aspectos, una insurrección judía contra el stalinismo (107) , la llamada "primavera de Praga" fue en realidad una primavera sionista, la caida de Gomulka fue debida en buena parte a estos mismos círculos sionistas que habían organizado las manifestaciones "estudiantiles" de marzo de 1968 , la "disidencia de los intelectuales soviéticos" de la que se habla en Occidente coincide más o menos, con la "disidencia judía".

notas fuera de texto:

(103) Sobre el proceso Rakovsky, ver el ya citado "quaderno del Veltro" titulado Stalin, Torckij y e l'alta finanza.

(104) L. POLIAKOV, Dell'antisionismo all'antisemitismo, Florencia, 1971, pág. 35. Cfr. también SCHWARZ, Les juifs en Union sovietique, New York, 1966, pág., 214.

(105) F. FETJO, Gli Ebrei e l'antisemitismo nei paesi comunisti, Milán 1962. Pág. 68. De los catorce acusados, todos reconocidos culpables de alta traición y de otros crímenes, tres solamente no eran judíos: Frank, Clementis y Svab. En el Acta del proceso contra los dirigentes del centro de conspiración contra el Estado llevado por Rudolf Slansky, publicado en los primeros días de enero de 1953 por el ministerio de justicia, la actividad sionista del grupo Slansky estaba muy bien documentada. En la página 326, por ejemplo, Eugen Löbl declara: "Durante las negociaciones comerciales con los países capitalistas, he concluido acuerdos favorables a los capitalistas y a los comerciantes judíos en particular, en detrimento de la República Checoslovaca". Y más adelante: "Con el fin de reforzar el imperialismo americano en el Estado de Israel, he buscado sostener el plan Uererall (el embajador israelita en Praga, NdT) y obtener con la ayuda de las organizaciones sionistas internacionales un préstamo en dólares para los judíos americanos. Quería destinar el préstamo al aumento de la producción de artículos de la industria ligera y exportarlos a Occidente, de forma que los frutos del trabajo de la industria checoslovaca pasaran a los capitalistas israelitas". Por su parte, Slansky confiera: "Para desarrollar mi actividad al servicio del enemigo junto con los otros del centro de conspiración contra el Estado, me he servido del apoyo de diferentes grupos y organizaciones enemigas: trotskystas, sionistas, nacionalistas burgueses, francmasones, seudo partisanos y demás" (E. LOBL, Testimonanza sul processo Slansky, Florencia 1969). Y Geminder: "Las organizaciones sionistas formaban la base avanzada del imperialismo americano en su lucha contra los países de democracia popular y la URSS" (op. cit., pág. 161).
Fue, por lo demás en Praga, centro oculto del sionismo internacional, desde el principio del siglo, que fue organizada una ayuda militar masiva y determinante a Israel durante el conflicto de 1948 49: "¿Se sabe qué la capital de la organización terrorista sionista Haganah fue y sigue siendo Praga? ¿qué fue con armas checoslovacas, es decir, comunistas, como los palestinos no comunistas fueron masacrados en 1948?" (P. ROSSI, Les Clefs de la guerre, Ed. Jerome Martineau, París, 1970, pág., 112). Pocos saben que la famosa metralleta israelita UZI no es otra cosa que la metralleta checoslovaca M 23 25, ligeramente modificada.
Durante el mes de diciembre de 1976, diecisiete millones de telespectadores franceses pudieron asistir, en el marco de la emisión "Les dossiers de l'ecran", a la proyección del film "La confesión" de Costa Gravas, según el libro de Arthur _London, antiguo vice ministro de asuntos exteriores en la época de Slansky. En buena lógica, los papeles de Arthur London y de su mujer Lisa estaban interpretados por Yves montand (nacido Ivo Levi) y por Simone Signoret, igualmente de origen judío. En cuando al debate que siguió, su "objetividad de sentido único" estaba garantizada por anticipado, ya que todos los participantes a excepción del "animador", que estaba allí como el goi de servicio, eran judíos: Arthur y Lisa London, Jiri Pelikan, antiguo director de la radio checoslovaca durante la "primavera sionista de Praga", Jean Kanapoa, miembro del Buró Político del PC, ayer stalinista puro y duro, "eurocomunista" hoy, lacayo servil de los mandarines de cada momento, y el matemático Laurent Schwartz, troskysta de siempre. No se le ocurrió a ninguno de los participantes interrogarse sobre el porcentaje de judíos entre los inculpados del proceso Slansky, y mucho menos sospechar que pudiera tratarse de una conspiración... (NdT).
    
(106) F. FETJO, op. cit., pág. 36.
(107) "No es por casualidad si esta revuelta fue organizada por los servicios secretos americanos, no es una casualidad si las componentes nacionales y populares fueron neutralidas, no es un azar si la dirección de la revuelta permaneció entre las manos del grupo reformista y liberal de Imre Nagy. Y no es una casualidad tampoco, si entre los principales animadores de la revuelta del 56, encontramos judíos como Tibor Dery, Gyula Hay, Tibor Tardos, György Lukacs, Zoltan Zelk, Joszef Gali, Miklos Gimes y muchos otros" (Kitartás, op. cit., pág. 72) (NdA).Se puede por lo demás pensar que en Hungría los círculos sionistas son todavía poderosos, ya que Arpad Pullai, que ocupaba el puesto muy importante de secretario de la organización y de la política de cuatros, ha sido variado al ministerio de transportes y correos porque "en algunas ocasiones  nos dice discretamente Le Monde del 30 de octubre de 1976  no habíadudado en hacerse portavoz de los sentimientos hostiles a la fuerte presencia de judíos en los aparatos del partido" (NdT).

(c) Por el texto: el autor [desconocido. Se agradecerán datos]
(c) Por la traducción: Ernesto Milà