viernes, 15 de octubre de 2010

Metralla para una reflexión global (II de VII). La "cuestión de la vertebración del Estado"

Entonces tú excluyes problemas separatistas…

Seguirá el eterno raca-raca nacionalista, cada vez más silenciado por el ruido de la crisis económico-social. Para colmo, hay otro hecho capital: la Unión Europea es una "unión de Estados Nacionales". Paradójicamente, nuestra póliza de seguro como "nación" es precisamente nuestra adscripción a la Unión Europea. ¿Le interesa a algún país de la Unión permitir el que en algún lugar de la misma se abra un proceso independentista que inmediatamente se contagiaría a todos los países de la UE? Es evidente que no. ¿Entonces a qué esa preocupación por un problema que cada vez es menor?

Sin embargo, el terrorismo separatista…


En la comunidad vasca solamente existe un terrorismo residual, en Catalunya hace casi 20 años se extinguió el ridículo terrorismo independentista… ¿en dónde más? Además, toda la sociedad española está de acuerdo en el "leña al mono" terrorista. Solamente un deficiente mental como ZP pudo pensar en un "proceso de paz" cuando ETA estaba contra las cuerdas. Nadie en la sociedad española discute que la vía policial puede hoy resolver el problema con facilidad. Hace unos años, algunos discutían sobre la cadena perpetua. Hoy, lo odioso de cada atentado ha conseguido que la sociedad española casi unánimemente la admita como castigo para delitos de terrorismo.

Así pues, para ti, el eje de una acción política alternativa para los próximos años no será la "defensa de la unidad nacional"…


Si la unidad del Estado no está en riesgo, si la derecha manifiesta siempre y en todo momento su voluntad de no cuestionar la unidad del Estado, si, para colmo la UE garantiza esa unidad, si el terrorismo separatista está machacado, si UPyD va a restar protagonismo a los nacionalistas a la hora de componer mayorías, si el nacionalismo ya ha entrado en reflujo en Galizia, Catalunya y País Vasco… entonces ¿me quieres decir donde está el riesgo para la unidad nacional? ¿dónde se cuantifican esos riesgos, dónde se ubican?

¿Pero en Catalunya todavía puede haber sobresaltos?

El único fleco que queda pendiente es la resolución del Tribunal Constitucional sobre el Nou Estatut. Sea cual sea, con la que está cayendo a nivel económico, a Catalunya solamente le falta una aventurilla independentista para desintegrarse ella misma y sin ayuda de nadie. En Catalunya hay la mayor tasa de desempleo de todo el Estado, el proceso más acelerado de destrucción de empleo, el menor crecimiento demográfico de la población autóctona, una ausencia total de planes de reindustrialización y de cualquier medida de gobierno que no vaya a favor de la "construcción nacional de Catalunya", la mayor tasa de inmigración que, para colmo, es mayoritariamente islámica… La mayor parte de las ventas de las pocas manufacturas catalanas se venden en España o en Francia. Una Catalunya separada es una Catalunya inviable que, a la hora de la verdad, nadie apoyaría. En tiempo de crisis nadie está para reivindicaciones "nacionales", sino preocupados por la comida y el mañana.

O sea, que como tema de agitación no sirve…

La "patria", el "patriotismo" es patrimonio de una comunidad nacional, no de una sigla política. Si España se convierte en sinónimo de bandería, España ha dejado de existir. Es cierto que algunos la viven con singular intensidad y que no es lo mismo ver el problema "español" desde el centro que desde la periferia. Pero, francamente, con un PP nacionalista, con un PSV encabezando un gobierno anti-PNV, con una Rosa Díez hurtando al nacionalismo su papel de bisagra, con protestas en Baleares, con marcha atrás en Galiza, con ETA en las últimas y con HB ausente… unido a la crisis económica, hay que redimensionar la importancia del tema "nacional". Yo creo que hoy sería más cuestión de defender el patriotismo a través de fundaciones y grupos de presión, por encima de los partidos, que hacer de ello una cuestión de partido. El patriotismo es cosa de todos, lo contrario del "partido" que indica fracción. La expresión "partidos patrióticos", por tanto, es contradictoria y hoy no es señal suficiente de referencia, ni, por supuesto, con "punch" electoral.

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