EL PSOE RECUPERA LA DEA DE UNA BANCA PÚBLICA, TARDE Y MAL
Estos días, François Hollande ha hablado de la necesidad de
disolver el Partido Socialista francés y sustituirlo por un nuevo “partido
progresista”… tarde y mal, cuando el PS francés quedará nuevamente en ridículo.
Otro tanto le ocurre al PSOE cuya mejoría electoral en las últimas semanas,
sigue sin acercarle al PP, ni mucho menos a revalidar aquellos tiempos lejanos
de mayoría absoluta. Cuando la tuvo, el PSOE, entre otras lindezas, se preocupó
por LIQUIDAR A LA BANCA PÚBLICA. Lo hizo con saña, repartiendo los fragmentos
entre los nuevos amigos. Bancos creados al calor del franquismo como el Banco de
Crédito Local, el Banco Hipotecario, el Banco Agrícola, fueron fusionados en
Argentaria que terminaría en la férula del Banco de Bilbao – Vizcaya. Sin este
expolio previo de los bancos públicos no hubiera sido posible nunca realizar
aquello que Aznar hizo tanto y tan bien: generar la sensación de que nuestra
economía crecía imparablemente fomentando la construcción y abriendo el crédito
fácil. Las aguas de la disolución socialista, una vez más, trajeron los lodos
pepeteros. Aquello no funcionó. Se llegaron a intereses del 17% a principios de
los noventa y las posibilidades de desarrollo económico quedaron lastrados por
la rapacidad bancaria (que ya no tenía la competencia de una banca pública)
desde mediados de los 80. Hoy las puertas del crédito siguen cerradas, apenas
se han abierto desde la crisis económica que el PSOE ni entendió, ni supo
manejar. Pero este partido, como Don Tancredo hace como si no fuera responsable
de naa. Para el próximo congreso del PSOE, la ponencia preparada por la Gestora
descubre la pólvora, desanda lo andado y nos dice: “La banca pública es
necesaria” ¡A buenas horas mangas verdes! Es como si un buen día, PP y PSOE se
levantaran y dijeran: “Hay demasiada inmigración” o aquello otro de que “El
sistema autonómico mata al Estado” o, finalmente, “el régimen del 79, el
nuestro, es el régimen de la corrupción”… Por mucho que simulen, todas estas
lacras van con ellos, con las dos siglas malditas de la democracia española: PP
y PSOE. Claro está que los nuevos cantos de sirena del PSOE apenas le servirán
para recuperar clientela: el electorado está harto de los vaivenes de este
partido que siempre tuvo el corazón a la izquierda y la cartera a la derecha,
que siempre habló en nombre del pueblo y gobernó para banca, que habla del
“estado del bienestar” cuando fue él quien, desde las profundidades del
felipismo se lo fue cargando ladrillo a ladrillo. ¿Quién se hará con la
secretaría general del PSOE? Suponemos que Patxi López, ese ilustre mediocre
que llega tras “el enterrador”, Pedro Sánchez. Al bueno de “Patxi” le quedará
siempre el poder certificar la defunción del PSOE. Y si no, al tiempo.
AYUNTAMIENTO DE ROSAS: O CÓMO CONSUMIR ALCOHOL Y DROGAS
Andamos por Carnaval. Tiempo de desmadres y excesos. O de
“disbauxa” como se dice en catalán. La población de Rosas tendrá ahora unos
20.000 habitantes y un gobierno convergente. Fue una de las primeras
poblaciones catalanas en experimentar problemas con una inmigración que hasta
1996 se contentaba con aprovechar su situación próxima a la frontera para pasar
a Francia. La mayoría de inmigrantes de la época eran argelinos y su destino
final era Francia. Cuando la policía iba a detener a alguno, solían ir con el
arma artillada. Los delincuentes argelinos tiraban con frecuencia de estilete y
habían dado más de un disgusto. Con el paso del tiempo, las condiciones de vida
en Rosas han ido empeorando. Y Carnaval se ha convertido en un momento de
máxima tensión. Como si no hubiera autoridad y la gente creyera que en fiestas
todo está permitido, en los últimos años, las fiestas de localidad han rebasado
incluso el límite de tolerancia de aquel ayuntamiento gobernado por
conservadores nacionalistas que van de progres por la vida. Y fruto de la
contradicción entre la “permisividad” que creen que es lo que más les va a
beneficiar electoralmente y el conservadurismo social propio de exCiU, el
ayuntamiento ha publicado un “manual de buenas prácticas para las fiestas de
carnaval: o como drogarse y emborrachare sin generar alarma social. El
documento, es todo un compendio de estupideces propias este tipo de gente. No
se alerta sobre riesgos –lo que podría parecer “facha”, sino que, simplemente,
se dan “buenos consejos” para poderse emborrachar previniendo el coma etílico y
drogarse sin caer en la “psicosis cannábica”. Consejo: “consume en compañía por
lo que pueda pasar”… o esta otra que tampoco tiene desperdició: “Pide ayuda
cuando lo necesites (a la gente que va de coca le cuesta mucho pedirla)”, y
¿qué decir de este “buen consejo”?: “respeta a quien no se la quiera meter”.
Todo esto está en la web oficial del ayuntamiento. No se alerta de los riesgos
sino que simplemente se minimizan. Cualquiera sabe que alguien “colocado”
atiende a pocas razones. Mejor dicho, a ninguna. Pero el ayuntamiento se
justifica: “el ayuntamiento se ha limitado a copiar lo que ya está publicado en
la web de la Generalitat”. Sí, porque el problema de la falta de autoridad moral para sugerir lo que “está
bien” o “está mal” no es de un ayuntamiento que ni siquiera se atreve a
reconocer que en la localidad existe un problema de drogas, alcohol e incluso
agresiones sexuales”. Sí está Cataluña. Irreconocible, en crisis y cayendo a
tumba abierta.
¿HAY QUE MIRAR A FRANCIA PARA SABER LA VERDAD DEL 11-M?
El director de Público, Ignacio Escolar, censuró una
entrevista con Cyrille Martin, director de cine francés, alegando que defendía
lo políticamente incorrecto, a saber, que el 11-M fue producto de una
conspiración. La entrevista estaba realizada por un miembro de Izquierda Unida
en Francia, Gonzalo Gómez. Era lo más inaceptable: porque para la “izquierda”,
el atentado que catapultó a ZP al poder, inaugurando uno de los ciclos más
desastrosos de la democracia, solamente pudo ser una respuesta a las tomas de
posición de Aznar a favor de la administración Bush. Salirse de ese diseño era
caer en la “conspiranoia” y el “fascismo”. El cineasta francés retornaba a los
ya conocidos lugares común de todos los que nos negamos a aceptar la “versión
oficial” sobre el 11-M. Lo más sorprenden no es que el zapaterismo hiciera todo
lo posible por resolver la investigación sobre el asesinato de 192 personas
cargándola en la cuenta de media docena de moros desharrapados incapaces de
hacer otra cosa que traficar con unos pocos gramos de hachís, vender teléfonos
clonados y poco más. Lo más sorprendente es que Mariano Rajoy, cuyo ascenso al
poder se demoró siete años, no ha sido capaz de reabrir la investigación, ni
siquiera un estudio sobre las responsabilidades de los que investigaron el
episodio, crearon pruebas falsas, mintieron o, simplemente, destruyeron pruebas.
Seguramente, Rajoy ha callado por miedo a lo que una investigación rigurosa iba
a descubrir: carretadas de mentiras, estratos de falsedades sobre falsedades y,
lo peor de todo, generar desconfianza en las instituciones y en su capacidad
para combatir al terrorismo: por eso Rajoy ha dejado impunes los asesinatos de
192 inocentes. Por eso la izquierda y la derecha se han coaligado –Escolar lo
certifica con su comportamiento censor- para impedir que la verdad aflorase. Y
ahora, deshonra de deshonras, tiene que venir un documentalista francés
desconocido para recordarnos lo que casi todos nosotros sabíamos y nuestras autoridades
se negaban a reconocer: que hubo conspiración. Ahí está el vídeo de Cyrill
Martin para demostrarlo…