EL CORREDOR MEDITERRÁNEO O MADRID NO PAGA A TRAIDORES
Seamos claros: el corredor
mediterráneo es una necesidad. La existencia de una vía férrea que uniera
Algeciras con Barcelona pasando por los puertos de Barcelona, Tarragona y
Valencia y enlazara con la red francesa de ferrocarriles, parece una exigencia
económica, mucho más que política. Los empresarios de las comunidades
valenciana y catalana, especialmente, necesitan con urgencia este corredor para
abaratar el transporte de mercancías. Sin embargo, el PP nunca ha parecido muy
predispuesto a esta línea férrea. Ni, en realidad, tampoco el PSOE. Los dos
grandes partidos (y el PSOE el primero) cometieron la ligereza desde 1986 se
optar crear la más extensa red de trenes de alta velocidad de Europa en
detrimento de lo que parecía más lógico: reforzar el transporte de mercancías
por tren para descongestionar carreteras y descontaminar el medio ambiente.
¿Motivo? El tren de alta velocidad generaba muchas más comisiones a todos los
niveles. Y hoy nos encontramos con una red ferroviaria de transportes muy
deficiente y no solamente en el “corredor mediterráneo”. Ahora bien, ¿por qué
ni PP ni PSOE estaban muy interesados en estimular esta vía de comunicaciones?
Respuesta: porque, especialmente el PP, había apostado por otro eje de
comunicaciones (el Lisboa – Madrid – Valencia) en detrimento del citado “corredor
mediterráneo”. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que la deslealtad de las autoridades
de la Generalitat era palpable desde 1996 y no se trataba de generar una
infraestructura costosa que, además, situara al territorio catalán como
estratégico para los contactos entre España, el Magreb y Europa. ¿Qué alternativa
planteo el PP? El “corredor pirenaico” que, desde Valencia avanzaba apuntando
en dirección norte y atravesando por Pirineos por el centro: se llega a Europa…
pero sin pasar por Cataluña. Es decir, el papel estratégico de esta comunidad
descendía, mientras que el de Aragón y Valencia aumentaba. Este hecho demuestra
que el sistema autonómico ha alterado la creación de infraestructuras. Los
empresarios catalanes y valencianos tienen todo el derecho a quejarse… pero el retraso
en el “corredor mediterráneo” no ha sido más que la consecuencia de la política
e chantajes y deslealtades que ha utilizado la Generalitat desde los
inolvidables tiempos de Pujol hasta nuestros días. Cada uno tiene, en
definitiva, lo que se merece: el Estado una merma en infraestructuras, la
Generalidad el pago a sus deslealtades.
HUNGRÍA DISPUESTA A ACOGER A “VERDADEROS REFUGIADOS”
El The New Observer informa que
el primer ministro húngaro, Viktor Orban, uno de los ídolos de los
euroescépticos del continente, ha dirigido una alocución a la nación desde
Budapest en la que ha anunciado que su país estaba dispuesto a aceptar
refugiados alemanes, holandeses, franceses e italianos, así como a periodistas
y políticos perseguidos y marginados que podrán encontrar en Hungría a la “Europa
que han perdido en su país”. Así mismo, ha añadido que su país debía combatir,
si era necesario incluso con la armas a los “activistas profesionales” que trabajan
para organizaciones internacionales dese Hngría y cuya actividad no favorece a
los ciudadanos el país. Finalmente, Viktor Orban ha mencionado algunos
episodios que han ocurrido en la política internacional de los últimos meses y
que son síntomas de que las poblaciones están hartas de sus gobiernos y de la imposición
de ideas utópicas y excéntricas. Ha citado la victoria de Trump en EEUU, la
caída del gobierno italiano, el Brexit, y el propio referéndum que tuvo lugar en
Hungría sobre la cuota de refugiados a admitir…
¿POR QUÉ TRIUNFA LA “EXTREMA DERECHA” EN LAS REDES SOCIALES”
Tal es la pregunta que se formula
hoy La Vanguardia de Barcelona y a la que dedica un artículo poco convincente.
La autora lo atribuye a los “mensajes cortos” o a sofisticadas razones como el “consumo
procrastinado de la comunicación” o videos que son “maquinarias perfectas para
ser virales”… Las interpretaciones son poco convincentes y se van por las
ramas. En realidad es todo mucho más fácil y el presidente húngaro Viktor Orban
lo acaba de decir (ver la noticia anterior): los pueblos, los electores, están
cada vez más hartos de las políticas al uso, de decisiones absurdas que
benefician a cualquiera menos al ciudadano de a pie y son, en definitiva,
símbolos de una revuelta electoral. Porque eso es lo que se está produciendo en
estos momentos (salvo en países de electorado apático, abúlico e indiferente como
España, por supuesto). En segundo lugar cabría decir que calificar a todo el
que vota contra “el sistema” como “de extrema-derecha” es, simplemente,
canallesco. Extremista es aquel que utiliza medios extremos para hacer valer
sus posiciones. No aquel que es capaz de razonar el porqué de las mismas. Este
es otro de los factores por los que la extrema-derecha avanza: en EEUU, se ha
producido un cambio radical de orientación y los cimientos y libertades de
aquel país no se han conmovido (se conmovieron solamente con Bush en 2001),
luego en Francia, el Front National es el primer partido, discriminado por un
sistema electoral injusto, y sus dirigentes ni sus afiliados han llamado a la
insurrección. El Brexit no trajo el caos. En realidad, en ningún país en donde
existe una fuerza euroescéptica y/o identitaria se han producido episodios para
tachar a estos grupos de “extremistas”… entonces ¿a qué seguir con esta
calificación discriminativa? A ver si el desfase entre la realidad y su
caracterización mediática es lo que impulsa al éxito de estos grupos en redes
sociales.
EL ETARRA QUE “DESCUBRIÓ A DIOS”
Un etarra arrepentido es como un
matarife que, por un motivo u otro, ha dejado el oficio (frecuentemente porque
la policía lo ha puesto a buen recaudo). Está claro que todo etarra ha sido un
matarife y que esa especie cada vez ha sido menos movida por ideales políticos.
ETA fue, mucho más que “un movimiento socialista de liberación nacional”, el
receptáculo de todos los psicópatas que había en el Pais Vasco. La naturaleza
de sus crímenes se cubrió solo superficialmente con una patina política, pero
quien rascaba un poco se daba cuenta de que el fenómeno ETA era la salida a la
superficie de una patología social que se dio en aquella zona. El fenómeno ETA
puede explicarse por causas culturales y antropológicas (la reacción del “hombre
vasco” que reclamaba protagonismo en una sociedad íntimamente telúrica y
ginecocrática). Dar un significado político a aquel despropósito criminal ha
sido la reivindicación “abertzale” y nacionalista, pero, de tanto en tanto
aparecen fenómenos que indican que aquellos matarifes siempre tuvieron alguna
neurona en el cerebro que no terminaba de funcionar bien. Hoy leemos el caso de
José Luis Álvarez Santacristina, aias “Txelis” que pasa por ser uno de los
arrepentidos más famosos. Resulta que en los 23 años que ha estado preso, entre
otras cosas, ha estudiado teología. Fue así como llegó a identificarse con las
teorías de Theilard de Chardin… Eso y a buscar el “perdón de Dios”, “dar un sí
definitivo a la fe de Jesús de Nazaret”. ¡A buenas horas mangas verdes! La
cárcel es, sin duda, el lugar en el que se producen más conversiones en no
importa qué dirección. La primera fila en las misas celebradas en las iglesias
de nuestras cárceles están repletas por los más asesinos de la prisión. Lo he
visto de cerca, así que sé de lo que hablo. Hoy se lee en las cárceles el Corán
con la misma fruición que hasta hace 30 años se leía la Biblia. Por lo demás,
las sectas protestantes y evangélicas tienen venas bases en el sistema
penitenciario español. Nosotros somos de los que pensamos que determinados
modelos criminales, una vez puestos a buen recaudo, caen en la experiencia
mística. De un extremo se van al otro. Hace falta ver lo que luego, una vez en
libertad, les dura la vena mística. El fanatismo religioso, por lo demás, es
otra patología social. Más vale no olvidarlo, para valorar estas conversiones
de etarras en su justa medida.