jueves, 14 de octubre de 2010

El "clan de los rebotados" (o los enemigos de la PxC (I de II)

Infokrisis.- Hace unas semanas llegué a tener el buzón saturado de emails cuya característica común era destilar un odio visceral contra la Plataforma per Catalunya. No tengo una relación particular con la PxC como partido, aunque sí desde hace años he tenido buenas migas con algunos de sus miembros. Así que si empleo 45 minutejos en escribir estas líneas no es para asegurar algún voto más a la plataforma (ni siquiera vivo en Catalunya así que difícilmente podría votarla), sino por defender lo que sabemos que es cierto.

Sería lícito realizar una crítica política a la PxC basada en dudas sobre su estrategia, sus temas de agitación o sus objetivos, y sobre todo esto no sería sino la PxC a quien le correspondiera las respuestas y a nosotros no nos competería salir en su defensa. Es de pésimo gusto el que un partido pequeño –la PxC es un partido pequeño y no es una formación que goce de las mieles del poder- sea atacado de manera innoble en plena pre-campaña electoral. En estos momentos la PxC está comprometida en una lucha decisiva en la que el pueblo catalán se está jugando que en la próxima legislatura haya o no sentados en los bancos del parlamento diputados que recuerden que Catalunya afronta varios riesgos y lo diga sin tapujos, sin tacticismos, sin medias verdades y sin sometimientos a lo políticamente correcto. Y la inmigración masiva es uno de esos riesgos.

El clan de los rebotados

Hay cierto numero de rebotados que han ido quedando en  la cuneta en el camino andado  por la PxC. Hace unos años, por ejemplo, uno de estos tipos se adhirió a una formación a la que quería arrastrar a presentar una candidatura contra Anglada en el ayuntamiento de Vic. Este individuo, entre otras lindezas es el autor de mi perfil en Wikipedia (os animo a ir a verlo y a comprobar si puede existir por la calle un tipo tan impresentable como me pinta, la suerte es que en la exageración reside la falta de credibilidad de esa página), necesitaría un método para ganar amigos y, acaso unos tranquilizantes. Este tipo no dudó en llamar a la puerta de una publicación como El Triangle para arrojar un poco de babilla resentida sobre la PxC.

Rebotados, lo que se dice rebotados, la PxC ha generado algunos en los últimos años. No tengo ni la más remota idea porque tres concejales de Lérida abandonaron la Plataforma poco después de las elecciones municipales anteriores, pero me da la sensación de que entraron en la situación de “rebotados”, no por una profunda polémica ideológica, ni por un matiz en cuestiones estratégico-políticas, sino por un desencuentro personal: hay gente que ha hecho una parte del recorrido juntos y luego se separan, pero no hay necesariamente que tirarse los trastos a la cabeza y llegar al insulto, la falsificación y la mendacidad a la que ha llegado alguno de esos concejales de Cervere.

La PxC ha seguido adelante y ha hecho bien en no preocuparse de los que iban quedando en la cuneta. La única posibilidad de estos de aparecer en medios digitales y que se hablara algo de ellos era muy sencillo: difamando a Anglada o a la PxC y a ello se han dedicado.

Hemos visto casos absolutamente grotescos, como el de aquel diario digital de corta y pega que hasta el día anterior era tribuna privilegiada de Anglada para al día siguiente, creo que por un simple equívoco, un olvido en enviar una convocatoria o algún problema menor, transformarse en furibundo detractor del “angladismo” pasando a acoger en sus pobres columnas a todo aquel que se ciscara en la PxC.

Luego hubo otro que le dio por formar la Plataforma de no sé qué pueblo castellonense asaeteando a la dirección de la PxC con todo tipo de exigencias y demandas de medios para implantar la organización en ese pueblo, ignorando que lo que cualquier partido exige a sus afiliados es que “espabilen”, que se muevan por sí mismos, que capten recursos en su zona, que crezcan que se multipliquen y desarrollen sin que la central tenga que invertir fondos de dudosa utilidad en quien todavía no ha demostrado su valor. Por otra parte, tampoco hay que olvidar que la Plataforma per Catalunya, mira por dónde, tiene su teatro de operaciones… en Catalunya, no en Castellón.

Pero estos matices no fueron óbice para que la criatura se viera herida en su ego y, después de un triste tránsito transido de trisonomia, tras pasar por el CDS un período casi tan breve como su estancia por la PxC, decidió arremeter contra uno y contra otra con una constancia y una argumentación intrascendente pero obsesiva.

También los ha habido listillos y con un pie (o quizás los dos) en la estafa utilizando el nombre de PxC. Devenidos comentaristas sin talento de diarios digitales huérfanos de artículos han visto como sus bytes eran reproducidos, aunque no leídos. Alguno ha intentado hacer de la PxC su caballo de batalla en un intento desesperado de ganar protagonismo y recibir bendición mediática como “enemigo oficial” de la PxC. Sin resultados hasta ahora.

Tal es el esquema, yo casi diría, lamentable de lo que podríamos llamar la “oposición cojonera” a la PxC, que tiene muy poco que ver con la oposición que los grandes partidos realizan. Para estos, para la “banda de los cuatro” (PP-PSOE+PNV+CiU), Anglada es un verdadero problema porque supone una fuerza nueva (y lo digo sin segundas…) en el panorama político catalán, alguien que les está disputando puestos en el parlament como antes se lo había disputado en los ayuntamientos… y con perspectivas de éxito. Es normal que estos partidos, desde el PP y sus medios (Interecomía jugando a la duplicidad pero constituyendo el ala de extrema-derecha del PP gracias a los capitales de la extrema-derecha neoconservadora americana, hasta los medios prensa más sofisticados de la derecha liberal) hasta el PSOE (que le va a tocar ceder parte de sus votos a la PxC, por cierto), pasando por CiU (que considera una afrenta que en “su” jardín aparezca alguien que conteste su hegemonía y siga siendo considerado como “un dels nostres”, es decir un catalán de “soca y arrels”) ataquen a la PxC, lo que no es tan normal es la obsesión de todos estos rebotados.

Por eso insistimos en que el esquema freudiano se adapta perfectamente a muchos de ellos y necesitarían mucho más a un buen psiquiatra que a unos bytes en donde simplemente confirman los resentimientos que les reconcomen por dentro.

© Ernesto Milà – infokrisis – infokrisis@yahoo.eshttp://infokrisis.blogia.com – Prohibida la reproducción de este texto sin indicar origen.