Querido Diario:
Decía un conocido que el
romanticismo alemán sería incomprensible sin la cerveza. Tenía toda la razón
salvo por el hecho de que el romanticismo ya no existe y la cerveza se consume
como nunca. Otra cosa sorprendente de Alemania: en los años 20 y 30 los grandes
mítines se realizaban en cervecerías y mientras los oradores arengaban, el
público seguía bebiendo. Luego pasaba lo que pasaba. Inimaginable la escena con
la que se inició el pustch de Munich:
el público adormecido por el efecto combinado de las jarras de cerveza y del discurso
del líder del gobierno bávaro, von Kahr; Hitler en una esquina con su
impermeable amarillo y una jarra de cerveza en la mano (para contradecir a aquellos
que piensan que fue vegetariano toda su vida). En un momento dado, Hitler bebe
el último sorbo, arroja la jarra de un litro contra el suelo, el cristal
estalla, el público despierta por ese ruido y por el disparo que Hitler realiza
con su pistola; el pustch ha
comenzado. Las mismas cervecerías siguen estando en las mismas calles; pero sin
nadie que arroje jarras al suelo; los mismos misterios siguen planeando en las
calles sin que nadie ose plantearlos en voz alta (¿de qué diablos se harán las
salchichas?). Una visión de conjunto indica que sigue quedando identidad
alemana en medio de guetos turcos inintegrables. ¿Qué hará Europa con todas
estas bolsas de inmigración que, dentro de 50 años, se habrán multiplicado
mientras la población europea se contrae? A la vista de lo visto, me temo que
en apenas 50 años, las cervecerías alemanas serán como zonas francas, enclaves
identitarios para consumo turístico en las que se podrá seguir consumiendo
cerveza prohibida fuera de ellos. ¿O es que acaso creéis que cuando los islamistas
sean el 51% de la población europea todo va a seguir igual? Tic-tac, tic-tac,
cada vez va quedando menos tiempo. Tic-tac, tic-tac. Español: en este 12 de
octubre ve pensando que peligra tu jamón de Jabugo y tu morcón, tus morcillas, tus
pies de ministro y tu carn-d’olla, cachopos, la sangría, el cava y la sidra;
incluso algunos tratadistas islámicos consideran con desconfianza el marisco. Hacer
las maletas o luchar por mantener vuestra identidad. Cualquier otra actitud ya
no tiene sentido.
RENTA PER CAPITA ESTANCADA, NIVEL
DE EMPLEO COMO EN LOS PEORES MOMENTOS DE LA TRANSICIÓN, EL PAIS AL BORDE DE
OTRA RECESIÓN. ESPAÑA VA MAL
No es quizás la mejor noticia
para abrir los comentarios un 12 de octubre, pero es, al menos, la más
realista. La renta per cápita se obtiene dividiendo el PIB –movimiento económico
global– por el número de habitantes. El Banco de España nos dice que está en
los mismos niveles que en 2003. Sólo que, desde entonces, el país ha contabilizado
cinco millones más de habitantes (los inmigrantes que han llegado desde
entonces ). Esto ha hecho que esa mentira estadística que es la renta per
cápita haya bajado. Ahora bien, la renta per cápita es otra de esas cifras
ilusorias. Veamos: en ella se suman los salarios más altos, incluso los
desmesuradamente altos y se intenta establecer una media con los mínimos. De
ahí que sea una mentira estadística y aunque el PIB haya aumentado mucho, la
renta per cápita se mantenga a niveles de 2003 cuando debería ser muy inferior
si la calculamos sin las grandes fortunas. Por ello es imposible extraer
conclusiones “sociales” (aquellas que nos dirían si una sociedad en su conjunto
vive mejor o peor). Estas solamente pueden extraerse de las cifras del paro. Si
recurrimos a estas sabremos que desde 1975 el paro se ha situado entre el 7,9%
y el 26%. Raras veces ha sido inferior al 10%. Ese ha sido el gran logro de
este período histórico en el que España ha realizado el postdesarrollista “gran
salto adelante hacia Europa”. No es como para echar cohetes, al menos no es
para que la mayoría de la sociedad los eche. Sin olvidar la pérdida de poder
adquisitivo real de los salarios, el hecho de que aumentara la presión fiscal
sobre las rentas procedentes del trabajo y descendiera sobre el capital, etc,
etc. No “España no va bien” y hace ya demasiado tiempo que no funciona. Será
bueno que este 12 de octubre no lo olvidemos.
OLIVER STONE: “LA HISTORIA DE LOS
EEUU ES UNA PELÍCULA DE TERROR” (INCLUSO MUY SUPERIOR A LO QUE TE IMAGINAN,
OLIVER…)
Lo ha dicho Oliver Stone en el
Festival de Sitges. Aquel festival, inicialmente, fue solamente de “cine de terror”,
la mala prensa de ese cine hizo que sus directivos cambiaran la orientación y
añadieran lo de “cine fantástico”. Nada mejor que un festival de terror para
presentar un libro sobre los EEUU. En esta edición, celebrada estos días ha
aparecido Oliver Stone presentando su libro La
historia silenciada de EEUU. Cuando después de los atentados del 11-S
escribimos La gran mentira ya incluimos un apresurado repaso por la historia
norteamericana: nos enteramos así de que el primer acto de la guerra de la
independencia de los EEUU fue el “motín del té de Bostón” y ya entonces los miembros
de la logia masónica local practicaron una operación “false flag” disfrazándose
de indios. Luego vino toda la mitología de El Alamo (con su película y el
remake de hace poco)… un fuerte colonial que podía no haber sido salvado de la
masacre, solamente con que el ejército norteamericano se moviera apenas 80 km:
pero se prefirió, como en Pearl Harbour, dejar caer una pieza para poder
intervenir a gran escala. Hoy sabemos que el torpedeo del Lusitania por un
submarino alemán fue legítimo porque transportaba armas para los ingleses y
estaba artillado, sin embargo, fue la excusa para que EEUU entrara en la
Primera Guerra Mundial. Del “incidente de Tonkin” no vale la pena hablar: no existió
nunca, pero fue el detonante para que EEUU se zambullera en la guerra del
Vietnam. ¿Y sobre el 11-S? Sobre el 11-S lo menos que puede decirse es que,
fuera lo que fuera lo que ocurrió allí, nunca jamás encaja con la “versión
oficial”. Pero, eso sí, sirvió para desencadenar la “estrategia del caos” en
Oriente Medio. Así pues, ¿qué nos vas a enseñar Oliver que no sepamos?
WILLY TOLEDO: LO PEOR NO ES QUE
SEA PROGRE, NI SIQUIERA ZAFIO, ES SIMPLEMENTE QUE ES UN POBRE FREAKY DE LA
POSTMODERNIDAD ESPAÑOLA
Rara es la semana que Willy
Toledo no aparece en algún medio con algún exabrupto o algún juicio
desenfocado, alguna estupidez de manual progre, un panfleto parlante
autosituado más allá de IU. La derecha tiene ese día un espantajo al que poner
verde y la izquierda afirmar aquello de “dice verdades como puños”. No, en
realidad, es un pobre actor, cuyas horas de gloria, si las tuvo, hace tiempo
que han pasado y que ha encontrado un hueco en el elenco nacional del
freakysmo, en sus primeras posiciones. Sobre lo que ha dicho sobre el 12 de
octubre, la monarquía y la Virgen del Pilar, no vale la pena ni mencionarlo. Pero
el payaso este da la excusa para poder decir algo: los actores, son sólo
actores, nada más que actores, como los futbolistas son tipos que van con pantaloncito
corto, de un sitio a otro detrás de un balón. ¿A alguien se le ocurriría a
Messi que hiciera otra cosa que dar patadas a un balón? Ni siquiera TV3 le ha pedido su opinión sobre el
soberanismo. La frase, zapatero a tus zapatos es aplicable aquí: un profesional
de alguna rama debe procurar centrarse en esa, ilustrar a los ciudadanos sobre
aquello que conoce. No creo que Toledo haya leído a Piscator o a Brecht, pero
es lo menos que podía hacer dado que son de su profesión y podría mejorar su
criterio sin abandonar esa progresía a la que se siente tan apegado. Es posible
incluso que así adquiriera la “conciencia social” de la que alardea, pero que
no es más que una pose tópicamente progre. El problema de estos progres de
ahora es que ni siquiera tienen la cultura de la que alardeaban los de antes,
es que son tontos de baba y se obstinan en demostrarlo cada día a todo un país
destrozado por los fracasos de las últimas seis reformas educativas.
¿A QUÉ SE HA REDUCIDO EL
PATRIOTISMO? LO MÁS PREOCUPANTE DEL 12-O ES QUE SE HA CONVERTIDO EN UNA JORNADA
DE MINORÍAS CON UN DESFILE MILITAR
El patriotismo es algo que siente
una minoría con excepcional intensidad y que les da fuerzas para construir una
patria o guiarla por la procelosa senda de la Historia… Nada parecido a lo que
existe hoy: de la “esfera patriótica”, sin duda, la parte más importante
corresponde al “patriotismo futbolero” que alcanza las más altas cumbres cuando
la selección española alcanza un título internacional. Ese patriotismo es, pura
y simplemente, un cero a la izquierda. Dura lo que dura ese título y lo que
tarda la selección en perder un partido. Por otra parte, no es creativo, es
simplemente recreativo. Luego está el patriota de bandera en ristre que se cree
que su concepción de la patria, ultramontana, de postguerra, es la única concebible.
Para él, todo lo demás es traición y anti-España. Convoca una manifestación en
Montjuich y le van 200 personas de toda España. Unas docenas de skins, algún
superviviente de Fuerza Nueva, poco más. Nada importante, nada significativo:
una posibilidad de que el organizador “sise” unos pocos miles de euros a los
generosos mecenas que pagan la broma, gracias a los cuales puede resistir el
resto del año. Miserias de la extrema-derecha. Irrelevante. Si esto es lo que
queda de patriotismo, apaga y vámonos; lo milagroso sería explicar como España
sigue existiendo. Lo hemos dicho en alguna ocasión: el patriotismo hoy necesita
ser creativo, dar soluciones nuevas a problemas de hoy, reformular algunas de
sus tesis enunciadas a finales del XIX y tratar de proyectarse sobre una
sociedad completamente diferente en estos comienzos del tercer milenio. Para
ello hacen falta esfuerzos intelectuales que vayan más allá de lo que llegó
Maeztu o Ledesma. La lectura del Ensayo
sobre el nacionalismo de José Antonio Primo de Rivera es un buen punto de
partida, pero en absoluto el punto de llegada. Y lo mismo cabe decir de
Discurso a las Juventudes de España: puntos de partida, no de llegada. Estamos
en el siglo XXI, el futuro tiene poco que ver con lo que conoció la generación
del 98 o los doctrinarios de los años 30.