Infokrisis.- Grecia ha estallado. Dos meses de agitación social terminaron en una gigantesca manifestación sindical el pasado 5 de mayo que terminó en incidentes (incidentes, por lo demás, poco claros) con un balance de tres muertos. La izquierda –y más concretamente la extrema izquierda comunista- está liderando la agitación. El pasado 4 de marzo, la policía griega pasó por encima de Manolis Glezos, de 88 años, un antiguo resistente de izquierdas. La prensa progresista clamó contra lo que consideraba una agresión a los “símbolos de las democracia griega”. El día antes, Yorgos Papandreu (socialista) había anunciado un plan de austeridad extremadamente severo. La calle estalló en apenas 24 horas.
El “plan” griego para salir de la crisis
Es bueno recordar en qué consiste ese “plan” que ha puesto a Grecia en pleno estallido social porque es el que se va a intentar aplicar en España este verano: congelación salarial de los funcionarios y descenso del 10% en algunas categorías, subida general de impuestos, reducción de subsidios, flexibilización de la contratación, y eliminación de las pagas dobles.
Al igual que Zapatero en España, también Papandreu llegó al poder con una campaña plagada de mentiras: “¡Las arcas del Estado están llenas, miente quien diga lo contrario!” había repetido una y otra vez antes de demostrarse justamente lo que todos intuían: que las arcas del Estado no solamente estaban vacías sino mucho más vacías de lo que se imaginaba la opinión pública e incluso las instancias económicas internacionales. Goldman Sachs, en comandita con el gobierno griego, había enmascarado 40.000 millones de déficit.
Al día siguiente de la aplicación de estas medidas, una oleada de protesta cristalizó en la calle: “¡que paguen la crisis quienes la han creado, no los trabajadores!”. Lo mismo se podrá oír en España dentro de pocas semanas. Pero han ocurrido otras muchas cosas en el interior de la sociedad griega en los últimos meses: la criminalidad se ha disparado y no hay maquillador estadístico que haya logrado enmascarar la realidad; la inmigración, especialmente turca e islámica está en el candelero y la opinión pública le atribuye el repunte de la delincuencia. A cada manifestación sindical, sucede una oleada de violencia (en parte provocada por agitadores a sueldo de no sé sabe bien quien, posiblemente a cuenta del propio gobierno que aspira a desprestigiar a los sindicatos y a presentarlos ante la opinión pública como “estimuladores de la violencia extremista”).
¿Por qué se ha hundido Grecia?
Esta es la pregunta capital y aquí los paralelismos son sorprendentes entre nuestro país y Grecia. Sí, ¿por qué ha estallado Grecia? Por convergencia de distintos factores de crisis: crisis de la deuda soberana, fiscalidad absurda, sistema político bipartidista que apenas deja espacio para opiniones disidentes, endeudamiento de todos los estratos de la sociedad (familias, empresas, pymes, pequeño comercio) y de la administración (gobierno central y ayuntamientos).
El problema no es de ahora. Se arrastra desde los años 50 cuando el 80% de la recaudación impositiva del Estado procedía de impuestos indirectos (gasolina, alcohol, tabaco) y del impuesto sobre los salarios… ¿Os suena? Es como en España. ¿Cuál es la diferencia? Que Grecia tiene un sector nacionalizado más amplio que España. ¿En qué se parecen más ambos países? En que el gasto público ha ido subiendo progresivamente mucho más allá de lo que podía soportar la solvencia del país cuya economía se mantenía gracias… al turismo y al sector inmobiliario ¿A qué esto también suena? La izquierda solamente ganaba las elecciones cuando proponía ampliar coberturas sociales a costa de aumenta más y más el gasto público y sin mirar la situación real de la economía del país. Exactamente igual que ha ocurrido en la España de Zapatero.
Donde Grecia se equivocaba: la UE apoya a quien no genera problemas
A cada “plan de estabilización” ordenado por la UE, la economía griega respondía con más evasión fiscal, más especulación, más economía financiera y más beneficios bancarios y bursátiles. El gobierno lo intentaba solucionar todo… subiendo el IVA. Hubo crecimiento económico y… el gasto público se redobló más y más sin que se reformara la fiscalidad.
Tanto la derecha como la izquierda griega estaban persuadidas de que en caso de que las cosas fueran a peor, la Unión Europea ayudaría a Atenas a salir del problema. Pero olvidaban que todos los gobiernos de la UE, a fin de cuentas, se deben al humor de sus electores y que ninguno iba a poner en la balanza cientos de millones de euros para ayudar a un país que se había dormido a la hora de practicar reformas necesarias en su estructura económica y en sistema fiscal. Atenas, en los últimos años, llegó a comprar cantidades innecesarias de armamento francés y alemán (ocho fragatas) para congraciarse con ambos gobiernos en caso de crisis. El resultado ha sido inesperado: ambos motores de la UE han pedido ha Grecia que pusiera en marcha un plan de austeridad… salvo en materia armamentista.
Grecia y España se parecen incluso en que tienen un adversario islámico. Lo que Marruecos es para España, para Grecia es Turquía, el vecino molesto, intratable, intervencionista y quisquilloso. Lo que España tiene pendiente con Marruecos en Ceuta, Melilla, las islas adyacentes e incluso Canarias, Grecia lo tiene con Turquía en Chipre y en islas del Egeo que reivindica el país islámico. Sin embargo los griegos, más belicosos que nuestro país, gastan un 4’3% de su presupuesto en defensa, casi el doble que España.
Recientemente se ha dicho que una tuberculosis en Grecia tiene el mismo impacto en la UE que un resfriado en España… Cierto, pero hay que pensar lo que ocurriría en la UE si el enfermo tuberculoso tuviera las dimensiones de España. España no es Grecia, pero se le parece mucho y valdrá la pena que veamos los sucesos que están ocurriendo en Grecia en estos momentos como el espejo de lo que va a ocurrir en España en el próximo verano y otoño. El estallido social griego precede al que se producirá en España inevitablemente cuando el gobierno –el que sea- se vea obligado a aplicar medidas de un impacto y de una brutalidad desconocida hasta ahora, especialmente sobre las clases más modestas.
El “plan” griego para salir de la crisis
Es bueno recordar en qué consiste ese “plan” que ha puesto a Grecia en pleno estallido social porque es el que se va a intentar aplicar en España este verano: congelación salarial de los funcionarios y descenso del 10% en algunas categorías, subida general de impuestos, reducción de subsidios, flexibilización de la contratación, y eliminación de las pagas dobles.
Al igual que Zapatero en España, también Papandreu llegó al poder con una campaña plagada de mentiras: “¡Las arcas del Estado están llenas, miente quien diga lo contrario!” había repetido una y otra vez antes de demostrarse justamente lo que todos intuían: que las arcas del Estado no solamente estaban vacías sino mucho más vacías de lo que se imaginaba la opinión pública e incluso las instancias económicas internacionales. Goldman Sachs, en comandita con el gobierno griego, había enmascarado 40.000 millones de déficit.
Al día siguiente de la aplicación de estas medidas, una oleada de protesta cristalizó en la calle: “¡que paguen la crisis quienes la han creado, no los trabajadores!”. Lo mismo se podrá oír en España dentro de pocas semanas. Pero han ocurrido otras muchas cosas en el interior de la sociedad griega en los últimos meses: la criminalidad se ha disparado y no hay maquillador estadístico que haya logrado enmascarar la realidad; la inmigración, especialmente turca e islámica está en el candelero y la opinión pública le atribuye el repunte de la delincuencia. A cada manifestación sindical, sucede una oleada de violencia (en parte provocada por agitadores a sueldo de no sé sabe bien quien, posiblemente a cuenta del propio gobierno que aspira a desprestigiar a los sindicatos y a presentarlos ante la opinión pública como “estimuladores de la violencia extremista”).
¿Por qué se ha hundido Grecia?
Esta es la pregunta capital y aquí los paralelismos son sorprendentes entre nuestro país y Grecia. Sí, ¿por qué ha estallado Grecia? Por convergencia de distintos factores de crisis: crisis de la deuda soberana, fiscalidad absurda, sistema político bipartidista que apenas deja espacio para opiniones disidentes, endeudamiento de todos los estratos de la sociedad (familias, empresas, pymes, pequeño comercio) y de la administración (gobierno central y ayuntamientos).
El problema no es de ahora. Se arrastra desde los años 50 cuando el 80% de la recaudación impositiva del Estado procedía de impuestos indirectos (gasolina, alcohol, tabaco) y del impuesto sobre los salarios… ¿Os suena? Es como en España. ¿Cuál es la diferencia? Que Grecia tiene un sector nacionalizado más amplio que España. ¿En qué se parecen más ambos países? En que el gasto público ha ido subiendo progresivamente mucho más allá de lo que podía soportar la solvencia del país cuya economía se mantenía gracias… al turismo y al sector inmobiliario ¿A qué esto también suena? La izquierda solamente ganaba las elecciones cuando proponía ampliar coberturas sociales a costa de aumenta más y más el gasto público y sin mirar la situación real de la economía del país. Exactamente igual que ha ocurrido en la España de Zapatero.
Donde Grecia se equivocaba: la UE apoya a quien no genera problemas
A cada “plan de estabilización” ordenado por la UE, la economía griega respondía con más evasión fiscal, más especulación, más economía financiera y más beneficios bancarios y bursátiles. El gobierno lo intentaba solucionar todo… subiendo el IVA. Hubo crecimiento económico y… el gasto público se redobló más y más sin que se reformara la fiscalidad.
Tanto la derecha como la izquierda griega estaban persuadidas de que en caso de que las cosas fueran a peor, la Unión Europea ayudaría a Atenas a salir del problema. Pero olvidaban que todos los gobiernos de la UE, a fin de cuentas, se deben al humor de sus electores y que ninguno iba a poner en la balanza cientos de millones de euros para ayudar a un país que se había dormido a la hora de practicar reformas necesarias en su estructura económica y en sistema fiscal. Atenas, en los últimos años, llegó a comprar cantidades innecesarias de armamento francés y alemán (ocho fragatas) para congraciarse con ambos gobiernos en caso de crisis. El resultado ha sido inesperado: ambos motores de la UE han pedido ha Grecia que pusiera en marcha un plan de austeridad… salvo en materia armamentista.
Grecia y España se parecen incluso en que tienen un adversario islámico. Lo que Marruecos es para España, para Grecia es Turquía, el vecino molesto, intratable, intervencionista y quisquilloso. Lo que España tiene pendiente con Marruecos en Ceuta, Melilla, las islas adyacentes e incluso Canarias, Grecia lo tiene con Turquía en Chipre y en islas del Egeo que reivindica el país islámico. Sin embargo los griegos, más belicosos que nuestro país, gastan un 4’3% de su presupuesto en defensa, casi el doble que España.
Recientemente se ha dicho que una tuberculosis en Grecia tiene el mismo impacto en la UE que un resfriado en España… Cierto, pero hay que pensar lo que ocurriría en la UE si el enfermo tuberculoso tuviera las dimensiones de España. España no es Grecia, pero se le parece mucho y valdrá la pena que veamos los sucesos que están ocurriendo en Grecia en estos momentos como el espejo de lo que va a ocurrir en España en el próximo verano y otoño. El estallido social griego precede al que se producirá en España inevitablemente cuando el gobierno –el que sea- se vea obligado a aplicar medidas de un impacto y de una brutalidad desconocida hasta ahora, especialmente sobre las clases más modestas.
© Ernest Milà – infoKrisis – infoKrisis@yahoo.es – http://infokrisis.blogia.com – Prohibida la reproducción de este texto sin indicar origen