Infokrisis.- Presentamos diez puntos sobre la agricultura y su marcha que hemos introducido previamente en un foro de Internet. Se trata de 10 puntos que son fáciles de demostrar y, la mayoría suficientemente conocidos. Sólo que valía la pena agruparlos. Básicamente se puede resumir así: la política agrícola es la que hay que abordar más seriamente porque de ella va a derivar una necesidad básica para la supervivencia: la alimentación. A partir de ahí, es evidente que existe un nexo entre agricultura - alimentación - energía. Todos estos temas quedan tratados en la obra de Alain de Benoist que hemos traducido y que en breve será publicada por Ediciones IdentidaD: Mañana el decrecimiento.
1) El tejido agrícola español se está perdiendo aceleradamente. Hay provincias enteras en donde trabajar el campo ha dejado de ser rentable desde hace mucho tiempo y los hijos de los agricultores prefieren estudiar en las ciudades a seguir haciéndose cargo de un negocio no rentable.
2) La crisis económica, transformada hoy en depresión y mañana en super-depresión, ha generado un fenómeno curioso: se ha hundido la construcción (a la que se había ido a trabajr mucha mano de obra agrícola), se está hundiendo la industria y el turismo ya tiene muy acelerada su caída: el único sector económico que está aguantando la crisis es la agricultura. No se han perdido puestos de trabajo en agricultura... sólo que ésta ha sido menos rentable.
3) La globalización y la eliminación de aranceles han puesto en peligro nuestra agricultura: vienen kiwis de Nueva Zelanda, naranjas de Israel, tomates de Marruecos, pollos de Vietnam, mosto de Argentina y vinos de Chile... que hasta ahora han resultado más barato importar que criar en España.
4) Pero este sistema, que ha destrozado nuestra agricultura y ganadería, no es viable a medio plazo y es muy peligroso: una epidemia en extremo oriente puede hacer que se detengan bruscamente los flujos de mercancías a Europa y que en pocas semanas los mercados estén desabastecidos y aparezca el hambre.
5) La gasolina se va agotando poco a poco (la naturaleza tarda millones de años en generar un litro de gasolina que un vehículo consume en menos de una hora). El agotamiento del petróleo hace que la globalización sea una ficción imposible de sostener durante mucho tiempo. Sin gasolina no hay transporte de personas ni de mercancías.
6) Los biocarburantes son un mito y están en el origen de la actual crisis económico-alimentaria: cuando en 2005 se produjo el boom de los biocarburantes, buena parte de los agricultores mexicanos y argentinos desviaron su producción de los circuitos alimentarios a los del biocarburante (vendidos a un precio algo mayor). El resultado inmediato fue la subida brutal de los alimentos que se produjo entre 2006 y 2007 con el resultado de hambre, revueltas populares y tensiones sociales en Iberoamérica y Asia.
7) Los biocarburantes no son la solución a la crisis energética. No hay biomasa suficiente en todo el planeta para cubrar todas las necesidades hoy cubiertas por el petróleo y sus derivados. Es más, los biocarburantes hacen que aumente la fragilidad del sistema energético mundial.
8) El papel de la Unión Europea en tema agrícola ha sido nefasto: su estructura burocrática ha hecho que se adopten decisiones con siete y hasta diez años de retraso: un técnico constata que cultivar viña sería un buen asunto, hace un informe, llega a la UE, se estudia, se resuelte subvencionar la plantación de viña, se aprueba la partida presupuestaria, se envía a los gobiernos, estos la anuncian, empieza la plantación de viña masiva (al estar subvencionada), tarda tres años en dar la primera cosecha; cuando eso ha ocurrido, cultivar viña ya no es rentable, el precio de la viña ha caído a la décima parte de su precio siete años antes. Campesinos arruinados que hasta ahora vendían sus parcelas para construir chalets. A partir de ese momento, un técnico envía un informe a la UE diciendo que habría que subvencionar el arranque de cepas... cuando llega el dinero para arrancar cepas han pasado otros siete años. En ese tiempo, otro técnico ya ha enviado un informe diciendo que sería bueno subvencionar el cultivo de soja, girasol o palma... Conclusión: la burocracia de Bruselas ha hundido a la agricultura europea.
9) Las necesidades alimentarias de un país deben resolverse en el marco de ese mismo país. Los alimentos deben ser cuestión de proximidad, no de precio. La globalización alimentaria constituye el suicidio alimentario del planeta. Es absurdo que en España se pueda producir leche suficiente para alimentar a toda la población y se importe, en cambio leche francesa. Es absurdo que se importen masivamente productos hortofrutícolas marroquíes (de calidad infame que solamente saben a agua, sean sandías, tomates, cebollas o nabos) cuando los campos en España se están convirtiendo en eriales. "¿Qué comes? Como lo que se cultiva en mi comarca, no lo que se trae del quinto coño, porque hoy se puede traer pero mañana seguramente no llegará aquí a causa de la crisis energética y de la inestabilidad de los países productores". Esa debería ser la norma.
10) La agricultura en los últimos 15 años ha ido absorbiendo mano de otra inmigrante. Pero hoy, cuando la construcción se ha hundido, miles de españoles que hasta anteayer habían trabajo en la construcción vuelven a las tareas agrícolas. Esto hace que en la agricultura sea necesario realizar un reajuste y dar prioridad a los trabajadores españoles a la hora de encontrar empleo en el campo. ¿Y eso que implica? Eso implica la necesidad de desmantelar el PER andaluz y las demás formas de clientelismo y ofrecer la posibilidad de trabajar en el campo. Pero, para eso, es preciso reajustar el secto agrícola y adoptar una política coherente de inmigración: "NI UN SOLO INMIGRANTE SI HAY UN ESPAÑOL QUE PUEDE OCUPAR UN PUESTO DE TRABAJO".
Ah, y por cierto, el gran problema es: el destino de la agricultura y de la producción de alimentos y la sustitución del petróleo que se acaba por otras energías alternativas. Y sobre esto: ni energía eólica, ni solar, ni marina, ni fluvial, tienen niveles de producción suficientes para compensar el agotamiento del petróleo y para sustituirlo. Sirven, sí, pero para el pequeño consumo, no para alimentar los circuitos de energía de la industria. Esto hace casi inevitable que sea preciso recurrir a la energía nuclear. Guste o no guste. La energía de fusión tardará todavía entre 30 y 40 años en poderse poner en marcha (si es que se logra).
Hay una palabra con la que vamos a tener que familiarizaros en breve, nos guste o no: DECRECIMIENTO. El decrecimiento es nuestro destino. En las próximas semanas estará a disposición del público español la obra de Alain de Benoist MAÑANA EL DECRECINIENTO, con una introducción especial sobre la crisis económica, escrito especialmente para la Edición Española, publicada por Ediciones IdentidaD. La idea central del decrecimiento es que no puede proponerse un desarrollo ilimitado para un planeta de posibilidades limitadas.
(reserva y pedidos: Infokrisis@yahoo.es, 20 euros. Estará disponible a finales de julio)
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