viernes, 15 de octubre de 2010

AGORA. No es historia es espectáculo... es Amenábar

Infokrisis.- Así se destruyó la Biblioteca de Alejandría... y la desruyeron los cristianos. Así podría resumirse el  argumento de la ltima película de Amenábar. Pero... El mundo no "cambió para siempre" con el infame asesinato de Hipatia de Alejandría. Amenábar no encontró el vehículo adecuado para poder plasmar todos los contenidos ideológicos que aspiraba: un punto crucial en la historia de la humanidad. Llegado del cristianismo al agnosticismo y de ahí al ateísmo, Amenábar aspiraba a transmitir esta evolución. No es raro que muchas de ellas terminen aburriendo e interesando solamente al director y a sus amigos.

Amenábar, mucho más serio que Almodóvar, practica el mismo estilo: en Tesis su interés por las snuff-movie, en Los Otros el interés por lo que hay más all de la muerte, en Abre los ojos el problema de la pérdida de identidad y no saber quien se es, en Mar adentro el miedo a lo irreversible y la búsqueda de una salida mediante la eutanasia. Agora es, en definitiva, un opotunista ajuste de cuentas con el catolicismo... con más pretensiones que los que suele realizar Almodóvar, pero sin baso histórica.

El problema es que el caso de Hipatia no da para tanto, ni aun a fuerza de retorcerlo y convertirlo en el punto de inflexión de la historia. Si de eso se trataba, haba otros momentos cumbres: el camino de Damasco de San Pablo, por ejemplo; la "conversión de Constantino" o el asesinato de Juliano Emperador, llamado "el apóstata", quien con mucho más rigor pudo ser llamado "el último romano". Y si de lo que se trata es de denunciar la intolerancia y la utilización de la religión como vehculo del reduccionismo ideológico, sin duda, lo que se terciaba era sacar a colación el momento en que Mahoma empezaba a redactar el Corán o cuando sus herederos lo convirtieron en vehculo para su expansión. Esa intolerancia llegada del desierto está ahora entre nosotros.

Un mensaje erróneo y tópico

Hoy es casi un chiste presentar al cristianismo como "talibán", cuando el talibanismo aqueja solamente a una religin, a una sola, en todo el mundo: el Islam. No todas las religiones generan odio.

Ni siquiera todas han exigido matar en su nombre. Amenábar saca a colación el tema de la distancia entre ciencia y religión cuando en el mundo de la propia Hipatia de Alejandra, ciencia y religión eran una sola y misma cosa y el orden cósmico que estudiaba como astrónoma, era el reflejo de esa unidad. Sin olvidar, por supuesto, que las fugas más avanzadas de la física moderna, vuelven a enlazar con ideas que tiene mucho que ver con la mística y basta leer las obras de Fritjof Capra para advertirlo. ¿Fue el cristianismo culpable de la cada del Imperio Romano? No exactamente. Es más probable que el catolicismo no hubiera arraigado en la Roma patricia y heroica y sólo consiguiera impregnar a la sociedad romana cuando la decadencia ya estaba muy avanzada.

Hipatia interesa. Seguramente no por casualidad. En una cultura hecha espectculo, Hipatia se ha convertido en una forma fácil de denunciar al catolicismo, cuando, en realidad, la crítica sobre la intolerancia debería apuntar al islamismo. Pero, claro, publicar una ingenua caricatura sobre Mahoma, ocasiones una convulsión internacional, así que es más fácil eludir el choque directo con el Islam y cargar contra el cristianismo... aun a riesgo de que la película no logre entrar en el mercado norteamericano.

La figura de Hipatia interesa a Amenábar, pero de manera tosca y grotesca. No es una excepciòn. En los últimos tres meses se han improvisado cuatro biografas sobre Hipatia, una de ellas financiada por la Dirección General de Ciencia y Tecnología. Diez novelas a cual peor, escritas apresuradamente han tomado como eje a la astrónoma de Alejandría.  Todo este material, absolutamente todo, ha tenido el mismo mensaje: el catolicismo es intolerante... La cúspide de esta operación la ha constituido el estreno de Agora.

Esto es Hollywood: Agora

Cincuenta millones de euros, la hacen la película ms cara del cine español, pero no la mejor. Muchas obras de posguerra de Edgar Neville, sin ir más lejos con presupuestos mil veces inferiores, ofrecan más calidad y más rigor ideológico. Agora tiene lo que hoy se requiere de una pelcula: que sea espectculo y que no aburra. ¿Rigor histrico? similar al rigor que pudo tener El Código Da Vinci. Ni más ni menos.

Los hechos narrados en la película no tienen absolutamente nada que ver con la historia desde el principio hasta el fin. La corriente de pensamiento a la que se adscribía Hipatia era el neo-platonismo, una forma tardía de paganismo filosófico creada por Plotino. Si optó por la virginidad fue por controlar sus instintos y pasiones, no por ser "igual al hombre y ejercer su profesión con dedicación" como se ha dicho. Alguna feminista ha visto en Hipatia a la campeona del amor libre: casi una broma. Fue asesinada a los 61 años cuando su belleza ya había declinado y solamente quedaba su gran dignidad. Era astrónoma, astróloga sería más justo, pero no descubrió nada que no se supiera antes: que la tierra era redonda y que giraba en torno al sol ya era conocido en el mundo antiguo. Jamás, por otra parte, fue directora de la biblioteca, ni nada parecido.

La idea de que la muerte de Hipatia marca el fin del paganismo parte de Voltaire: desde la muerte de Hipatia hasta la Ilustración, Europa estuvo sumida en la oscuridad; la Ilustración, al rebelarse contra la autoridad de la Iglesia, la revelación y los dogmas, vuelve a abrir la iluminación de la razón... Desde ese momento, distintos autores, a menudo masónicos, han aludido a Hipatia como campeona de la "libertad de pensamiento" frente a la "intolerancia católica" y a la "misoginia cristiana". Hipatia fue romana y conservadora: defendía la forma de religiosidad romana y fue asesinada por ello.

Otro de la ceja al servicio de ZP

Financiada en un 85% por Tele 5, sin duda despertará más interés que Mar adentro, aunque no está claro, si obtendrá más premios. El cine espaol sigue, en general, mal. Agora no es Torrente, desde luego, ni Hipatia es una mujer almodovariana. Pero la pelcula de Amenábar está más próxima a El Código Da Vinci que a una rememoración histórica. La película es inseparable de la ofensiva anticristiana iniciada con Camino de los hermanos Fesser y, por supuesto, de la obsesiva poltica anticatólica de Zapatero. Llega en momentos del debate sobre la reforma de la ley del aborto, cuando la versión oficial es "los que se oponen a la reforma son intolerantes..." mensaje que transmite la pelcula: "todo cristiano es intolerante". El mensajes es oportunista, zapateriano -con "Z" de zafio- e intolerable

Sobre la viabilidad económica de la película, Amenábar hará bien en santiguarse... en efecto, el cierre del mercado americano hace prácticamente imposible el que pueda obtener beneficios. Queda por saber si la superproducción más cara del cine español será también la más ruinosa. Y si eso es así, no le quepa la menor duda, de que esta broma seudo-histórica sobre Hipatia de Alejandra la pagaremos usted y yo, vía fiscalidad abusiva.

Amenábar estuvo interno en los Escolapios de Getafe y posiblemente de ahí le venga su vena anticatólica. Pero en toda la producción de Amenábar hay algo problemático: su obsesión por la muerte y los asesinatos sería enfermiza sino fuera también porque da la sensación de que algunas películas del director sirven solo para avanzar las tesis del zapaterismo. Cuando el inefable Pepiño Blanco vio Mar adentro sólo se le ocurrió decir que "España ya estaba madura para la eutanasia"... La película llega sospechosamente en pleno debate sobre el aborto al que se opone la Iglesia. Quizás se ha sobrevalorado la obra de Amenbar y no deje de ser un director menor cuyas obras pierden actualidad apenas cinco años de haber sido estrenadas, ligadas a determinado período de gobierno y al servicio de sus necesidades.

Como decía un espectador tras finalizar la proyección: "Aquí lo que hay huevos es de hablar sobre la intolerancia islámica". Y, efectivamente, no los hay. Al menos Amenbar no los tiene. Demasiado fácil criticar a quien sabes que no devolver el golpe.
[recuadro fuera de texto]

Esta es Hipatia y no la de Amenbar...

Hipatia de Alejandra (355-416), filósofa neoplatnica, seguidora de Plotino, que destac en matemticas y astrónoma. Llevó, conforme a los principios de la escuela una vida austera y ascética. Su religión era el paganismo. Escribió sobre geometría, álgebra y astronomía. Se dedicó a la enseñanza de la filosofía (en su propio domicilio). Entre sus alumnos se contaban muchos aristócratas, tanto cristianos como paganos. Fue linchada a los 61 años por cristianos. Contrariamente a lo que pretende la película de Amenábar, no existe ningún dato que permita acusar al patriarca Cirilo de Alejandra del crimen. Con Hipatia no murió el neoplatonismo que se prolongó... hasta la invasión islámica.

Las medidas de Teodosio contra el paganismo en Alejandría hizo que Hipatia y su escuela se sintieran presionados. Siguió enseando su filosofía amparada en el apoyo de la élite cultural cristiana que compartía sus punto de vista. Tras su asesinato, varios autores cristianos loaron sus méritos y la reconocieron como maestra.

La muerte Hipatia hay que inscribirla dentro de la lucha de tendencias dentro del cristianismo y ocurrió tras disturbios provocados por los judíos de Alejandra contra los cristianos. La llegada de 500 monjes procedentes del desierto para proteger al patriarca Cirilo hizo que estallaran los disturbios. Los partidarios de este hicieron correr el rumor de que la causante del conflicto era Hipatia, que haba tenido como alumno al prefecto de Alejandra, Orestes. Un grupo de católicos, dirigidos por un tal Pedro, asaltaron su carruaje y la golpearon hasta llegar al centro de la ciudad donde la descurtizaron utilizando tejas. Sus restos fueron paseados por toda la ciudad y quemados despusé prácticamente como los primeros mercenarios americanos muertos en Faluya por la insurgencia iraqu.

El crimen de Hipatia fue muy criticado en los medios católicos y contribuyó a la caída de peso de la comunidad cristiana. La Academia de Alejandra siguió existiendo inspirada por los principios neoplatónicos hasta la invasión islámica.

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