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jueves, 10 de noviembre de 2022

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet - EL LEGADO DE WEISTHOR - [4 DE 4]

 

III

El Trabajo en las SS

No importa lo que digan sus aduladores, la acción de Karl María Wiligut en las SS fue extremadamente limitada y marginal. Además, se encuentra muy mal documentada y no puede excluirse que en el futuro sucesivos biógrafos verifiquen y amplíen esta información. Puede resumirse en tres puntos: una incontestable (la redacción de los textos teóricos destinados a Heinrich Himmler) y otros dos dudosos (la influencia en el papel desempeñado en lo relativo al castillo de Wewelsburg como Ordensburg y la concepción de las insignias y de los rituales de las SS).

La contribución teórica: una certidumbre

Las contribuciones teóricas que Wiligut trazó en el corpus doctrinal nacional-socialista, a través del Reichsführer-SS Heinrich Himmler corresponden a las cuatro orientaciones que estructuran su “visión del mundo”: esta se basa en los testimonios de la historia y no sobre abstracciones intelectuales; es progresista (43), estrictamente pan-germanista y anti-cristiano.

Como tal, durante su servicio en el gabinete privado del Reichführer-SS, el mago austríaco le hizo llegar notas de orientación y dossiers. Estas notas fueron conservadas en su totalidad y nos permiten tener una idea precisa de la influencia que Wiligut llegó a alcanzar.

En su mayoría, estos documentos tratan de la historia secreta de Alemania y en la concepción progresista que defiende este discípulo herético de la Blavatsky. Wiligut irá luego a presentar a Heinrich Himmer una serie de estudios sobre cosmología, épocas pre-históricas, etc. Defenderá también, ante el Reichführer-SS, la validez de los trabajos de Günther Kirchhoff, un historiador de tendencia “listiana” especializado en la pre-historia que estaba destinado a la Anhenerbe. En todos sus escritos, Wiligut realzaba el paganismo antiguo de los germanos y su superviviencia a través de los tiempos. Eso le debió sugerir la ejecución de una legislación anti-cristiana a fin de reducir a la nada la influencia de las Iglesias católica y protestante en Alemania. Entre los medios que Wiligut proponía utilizar, figuraba la confiscación de todos los bienes de las Iglesias establecidas y su distribución entre los movimientos religiosos neo-paganos.


A pesar de que Wiligut hubiera sido leído con atención por Heinrich Himmer (44), su influencia concreta fue nula o prácticamente nula. Sus trabajos fueron considerados con desprecio por la Anhenerbe, las excavaciones que esperaba ver realizadas  para certificar sus teorías nunca se iniciaron y, lo peor de todo, las SS persiguieron a los diversos grupos neo-paganos alemanes (45), a los cuales oponían los Deutsch-Christen que propugnaban una arianización del corpus doctrinal de las Iglesias cristianas (46).

El mito: Ordensburg y ritualismo

Si bien es incontestable que Karl María Wiligut intentó tener una influencia ideológica sobre las SS interviniendo directamente junto a su Reichführer, las otras actividades que se le atribuyen en el marco de la Orden Negra encierras las más serias dudas. Mucho parece deberse a la opción ideológica de Nicolas Goodrick-Clarche, conocido por ser un antifascista militante que manipula los hechos a fin de dar cuerpo a una de sus manías, a saber que el nazismo es “un nuevo movimiento religioso. Una fe con sus ídolos, sus rituales, sus profecías y una estructura sectaria internacional que puede, en circunstancias favorables, acceder al poder político y realizar asú sus peligrosos delirios religiosos milenaristas” (47).

Wewelsbug

En su Hitler y la Orden Negra (48), André Brissaud presentó una visión del acusado “romanticismo negro” sobre Wewelsburg:

“Himmer, en su visión medieval, reservaba un lugar elegido a la Orden de los Caballeros Teutónicos. Consideraba a las SS, su Orden Negra como la guardiana del Mito de la Sangre, como una especie de resurgimiento de la Orden medieval (…)”

Himmler tenía a su Orden Negra y quería su castillo de la Orden, simultáneamente sede central y al mismo tiempo monasterio. Descubrió un día, en un paisaje pintoresco de Alemania Occidental, cerca de Paderborn, en Westfalia, las ruinas de un castillo de la época de los Hunos, transformado en el siglo XVII, la fortaleza de Wewelsburg, bautizado con el nombre del caballero Wewel Büren. El recinto le fascinó. La espesura de los muros y la altura de la torre del homenaje consiguieron entusiasmarle. A partir de 1934, Himmler inició la reconstrucción del Burg para hacer de este el seminario espiritual de su Orden Negra. Se trató de una obra gigantesca. Dos mil prisioneros del campo de concentración de Sachsenhausen fueron destacados para los trabajos. Se acondicionó un campo de vigilancia en Niederhagen. El arquitecto Bartels dirigió los trabajos que costaron la vida a más de 4.000 prisioneros (49) y, al Tesoro once millones de Reichmarks.

El Reichführer-SS no ahorró gastos. Quería un castillo grandioso. Puestas y jacenas eran modeladas en granito levemente azulado. La gran escalinata estaba circundada por un pasamanos de hierro forjado con motivos rúnicos. Los muros estaban adornados con grandes patices. Los paneles y las estanterías de la biblioteca (que contó con doce mil volúmenes encuadernados) estaban construidas en madera maciza. Diversos artistas nazis ofrecieron a Himmler estatuas en mármol: Enrique I, Enrique el León, Albrecht o Urso, Federico Barbaroja, Federico II Hohenstaufen, etc, etc, y naturalmente, Adolf Hitler. Los aposentos estaban amueblados cada uno en un estilo propio y tenían el nombre de un personaje histórico célebre. El de Himmler había recibido el nombre de Heinrich I.

El castillo era administrado como un monasterio, tratándose de una orden jerárquica, concebida sobre el modelo de los jesuitas, impuso a los jefes de las SS que tuvieran el privilegio de pasar una temporada en ocasión de los retiros regulares organizados por Himmler. En el comedor de dimensiones imponentes, con techos abovedados, la mesa del Reichführer-SS tenía trece asientos. Himmler, imitando al rey Arturo, que no permitía sentarse sino en torno a los doce caballeros más valientes, apenas aceptaba en torno suyo a los doce Obergruppenführer a los que consideraba como más merecedores de confianza. Las reuniones eran realizadas en una sala de treinta y cinco metros de ancho por quince metros de largo. Los caballeros negros se sentaban con el Reichführer en grandes sillas de brazos con la espaldera alta, tapizados en cuero en torno a una pesada y maciza mesa de madera noble. Sobre esta, pequeñas bandejas de plata tenían grabado el nombre de cada miembro del capítulo. Todas las reuniones comenzaban con “ejercicios espirituales de meditación” equivalentes a la oración cristiana con ritos aparentemente preconizados por Gurdjieff. Bajo el salón, una gran sala abovedada con ojivas y muros con una espesura de dos metros se encontraba el Santos de los Santos de la Orden Negra, el lugar de culto de las SS: bajo el signo de la calavera, una tribuna de mármol negro incrustada con dos runas de mármol blanco. Solamente una abertura parecida a un pozo con dos escaleras de granito permitía el acceso. El fondo de esta cavidad, iluminado por artorchas de resina colocadas en pebeteros de hierro forjado tenía la forma de una concha de plata. Era allí donde debían ser incinerados los escudos de los caballeros de la Orden Negra fallecidos cuyos cuerpos, en principio, debían descansar bajo el coro de la capilla”.

Para Goodrick-Clarke, “la conversión de Wewelsburg en castilllo de la Orden y centro ceremonial de las SS representa la contribución más espectacular de Wiligut al III Reich”. Esta declaración entusiasta no es confirmada por los hechos. Sabemos, en efecto, que Himmler pensó en adquirir un castillo en esta región, nueve meses antes de que Wiligut se integrara en las SS, escogiendo Wewelsburg cuando el mago todavía no había obtenido un puesto en su gabinete privado. Goodrick-Clarke que consderva todavía un estilo de franqueza, precisa que “No se puede establecer con entera certeza que Wiligut haya tenido influencia en la elección de Wewelsburg”; a falta de tal certeza, supone que fue su influencia la que hizo pasar la gestión de la fortaleza de la Gesellschaft zur Fönderung und Plefge deutscher Kultusdenkmäler al Estado Mayor de Himmler. Wiligut habría conseguido esto afirmando a Heinrich Himmler que el castillo estaba destinado a convertirse en una “plaza fuerte mágica” para Alemania en un futuro conflicto entre Europa y Asia.

La tesis es escasamente defendible; infelizmente para Goodrick-Clarke se asienta solamente sobre unas pocas líneas de Der Rasputin Himmlers, die Wiligut Saga de Rudolf Mund. De ahí a concluir que la intervención de Karl María Wiligut, mínima en realidad, represente su “contribución más espectacular para el III Reich” parece como mínimo, exagerado y no podemos dejar de sorprendernos a ver que nuestro universitario inglés no dude en aceptarla sin pestañear. ¿Es necesario precisar que fue el primero en hacerlo, porque ni André Brissaud ni James Webb (50) relacionaron las obras de Wewelsburg con Wiligut?

Wewelsburg, en el corazón del mito

El actual castillo de Wewelsburg es una construcción de estilo renacentista de principios del siglo XVII. Fue construido de 1603 a 1609 por Wewel von Büren, príncipe de Paderborn, en el recinto de una fortaleza medieval sobre la que hay datos desde 1123. Está situado en las proximidades del lugar en el que se desarrolló la batalla de Teotoburgo (51).

En 1802, el castillo se convirtió en propiedad del Estado prusiano. Trece años más tarde fue devastado por un incendio. En 1925, fue trasformado en un hotel dotado de importantes salas de reunión y de un pequeño museo.

En 1934, tal vez a raíz de una sugestión de Karl María Wiligut, Heinrich Himmler firmó un contrato asegurando la utilización de las instalaciones por las SS durante un período de 100 años. Los edificios fueron entonces restaurados y amueblados a fin de convertirse en una “escuela de cuadros” gestionada por la Gesellschaft zur Förderung und Plefge deutscher Kulturdenkmäler (Sociedad para la Promoción y la Protección de los Monumentos Culturales Alemanes).

La concepción de las insignias y los rituales

Para Nicholas Goodrick-Clarke, Wiligut “tuvo una influencia importante en la elaboración del sirutal SS (…). Símbolos y rituales atestiguaron su contribución al ceremonial y a la seudoreligión de las SS” (52). Para apoyar sus afirmaciones, el escritor británico afirma que fue Karl Maria Wiligut quien diseñó el anillo con al calavera (Totenkopfring) utilizado por los miembros de la Orden Negra.

A pesar de que esta afirmación estaba ya contenida en la tesis de doctorado que este historiador defendió en Oxford, no es por eso menos dudosa y, singularmente, poco documentada. La única fuente sobre la que descansa es, en efecto, una suposición formulada por un estudiante alemán (53). Hasta ese momento, la concepción de este anillo era unánimemente atribuida al artista Hans Klöcker. Además es significativo que Gabriele Winckler-Dechende, quien, recordémoslo, fue la secretaria personal de Wiligut entre 1933 y 1936, trabajando luego en el gabinete de Heinrich Himmler hasta julio de 1937 y cuya madre estaba empleada en los servicios centrales de la Ahnenerbe, declaró en 1997: “solo es recientemente que he oído decir que fue Wiligut quien concibió el Totenkopfring”. Podemos estimar razonablemente que, por su posición y por sus lazos con el mago, ella debería haber tenido conocimiento de este hecho de haber sido real en los años 30.

Wiligut ¿concibió otras insignias? Ulrich Hunger, recuperado por Goodrick-Clarke, atribuye apenas un proyecto de cuenco de madera destinado a la ceremonia de partición del pan y de la sal que tenía lugar durante el casamiento de un miembro de las SS.

La participación del Ueskuinig en la simbología de las SS es desde luego mínima, sino nula, y estamos muy lejos de la afirmación temeraria lanzada por Goodrick-Clarcke. ¿Y en lo que se refiere a los rituales? Ahí también, estamos más ante fantasmas que ante realidades; solamente una fuente tardía y de dudosa imparcialidad (54), permite evocar que “la fe irminista” hubiera sido resucitada en las SS “a través de varios ritos llevados a cabo en el castillo de Wewelsburg. Entre estas se encontraban las ceremonias ceremonias paganas de matrimonio para los oficiales de las SS y para sus novias en el curso de las cuales Weisthor oficiaba con un bastón con el puño de marfil (55), adornado con un cinta azul y con las runas gravadas y, en cada Primavera, festividades de la cosecha y del solsticio para la guarnición SS y para los aldeano” (56). Curiosamente, ningún rastro de estos rituales figura en los archivos de las SS o de Heinrich Himmler. El único documento que se ha podido encontrar es un rito de atribución del nombre, anotado por el Reichführer-SS. Si Wiligut hubiera redactado otros ceremoniales político-religiosos, nada explicaría que ni uno solo de ellos hubiera sido conservado, cuando todos los demás escritos de Wiligut fueron cuidadosamente archivados.

Nos vemos forzados pues, a concluir que, al menos en este punto, existió una voluntad innegable de “embellecer” la historia y un deseo de dar cuerpo a la idea, en gran parte fantasmagórica, de una “seudo religión de las SS”.

 

IV

El Legado

Eran pocos los que, tras la Segunda Guerra Mundial hacían referencia a Willigut. Solamente dos de sus discípulos, Emil Rüdiger y Friedrich Telschr, continuaron su obra de manera muy discreta. Fue, finalmente, en 1982 que la personalidad y los escritos del maestro volvieron de nuevo a la actualidad cuando Rudolf Mund, un antiguo SS que había escrito también una biografía de Jörg Lanz von Liebenfels, publicó Der Rasputin Himmlers. Este libro tuvo como ventaja, además de trazar una retrospectiva de la vida de Karl Maria Wiligut, el reproducir gran número de sus textos, originariamente publicados en Hagal o en forma de hojas volantes.

A principios de los años 90, el compositor de “música industrial” Gerhard Petak, conocido también por el nombre de Kadmon, un apasionado de las tradiciones ocultas de Europa, consagró dos números de Aorta a la figura de Karl María Willigut, la revista bilingüe germano-inglesa que él mismo animaba. Uno de ellos estaba constituido por una corta biografía y el otro por la reedición de Gotos = Kalanda, una recopilación de doce poemas que Willigut había escrito en 1937 (59). En 1995, musicó el conjunto de estos trabajos y elaboró un cd. Fue así como la juventud europea apasionada por la contracultura descubriera al sabio de Arolsen.

En 2001, una nueva biografía de Wiligut, The Secret King, acompañada por algunos de sus textos y por otros consagrados al personaje, fue editada en los Estados Unidos. La personalidad de su autor, Stephen Flowers, es significativa. Este universitario brillante, cuya tesis Runas y Magia, fue publicada por el renombrado editor Peter Lang, es también uno de los dirigentes del Templo de Steh, un nuevo movimiento mágico que venera a Satanás (en la forma de Seth) bajo el seudónimo de Edred Thorsson, una personalidad muy en boga en el medio Odinista americano. Su interés por Wiligut es neutro solamente en apariencia. Relacionando estrechamente al viejo mago con el castillo de Wewelsburg, sitúa a Wiligut entre los inspiradores directos de su Orden sthiana para la que este castillo es uno de los lugares sagrados del planeta. Además, en la medida en que Flowers es el traductor de Guido von List a la lengua inglesa, es también uno de los principales animadores de Tyr, la única revista americana de calidad consagrada a las tradiciones del Norte, forjándose, en nuestra opinión, un objetivo secundario: contribuir a elevar el nivel del neo-paganismo nórdico en los Estados Unidos facilitándose las bases ideológica que sin duda le faltan todavía.

Cronología

1866 10 de diciembre, nacimiento de Karl María Wiligut en Viena en un familia de militares

1881 Entra en la Escuela de Cadetes

1884 Wiligut es nombrado aspirante en el 99º Regimiento de Infantería de Mostar.

1888 Promovido al grado de subteniente.

1889 Iniciado en la masonería.

1892 Obtiene una patente de teniente.

1903 Ascendido a capitán. Publica su primer libro: Seyfrieds Runen.

1907 Karl María Wiligut se casa con Malvina Leuts von Treuenringen. Nacimiento de su primera hija, Gertrud.

1908 Publica Los nueve mandamientos de Got y entra en contacto con la Orden del Nuevo Templo.

1909 Wiligut dimite de su logia masónica.

1913 Wiligut es nombrado comandante.

1914-16 Promovido a teniente-coronel, Karl María Wiligut sirve en los frentes ruso e italiano.

1917 Nombrado coronel.

1919 Wiligut hace valer su derecho a abandonar el ejército y se retira a Salzburgo.

1920 Revela a Theodor Czepl que es el “rey secreto de Alemania”. Al mismo tiempo se vuelve un activista pan-germanista y publica Der Eiserne Besen.

1924-27 Es internado en el asilo psiquiátrico de Salzburgo a petición de su familia.

1928 Wiligut redacta los Halgarita Sprüche.

1932 Karl Maria Wiligut se instala en los alrededores de Munich.

1933 Es presentado al Reichführer-SS Heinrich Himmler. En septiembre se integra en las SS. En noviembre es nombrado para dirigir el departamento de pre y proto-historia dependiente de la Rasse und Siedlungshauptampt.

1934 Promovido a coronel e inmediatamente a general de la Allgemeine SS.

1935 Desde Munich se traslada a Berlín donde es adscrito al gabinete personal de Himmler.

1938 Efectúa una evaluación crítica de las conferencias de Julius Evola. En noviembre, su pasado como alienado mental se hace público en los círculos dirigentes de las SS.

1939 En febrero su servicio es disuelto y dimite de las SS el 28 de agosto.

1939-43 Reside en Aufkirche y luego en Goslar.

1943 Wiligut se instala en una pensión familiar reservada a los SS jubilados a orillas del lago de Wärthersee (Austria).

1945 Es apresado por las tropas británicas. Tras ser liberado se dirige hacia Salzburgo y luego para Arolsen.

1946 El 3 de enero, fallece debido a una crisis cardíaca en Arolsen. Se encuentra enterrado en el cementerio municipal.

 

TEXTOS

Germania

Orgullosa patria alemana
Llegó el tiempo del hielo del Norte
Así la tierra joven del Sur se vuelva nuestra

Para honor y gloria de Gotos.

Transportamos más allá de los caminos del Norte

Por toda la Tierra
La voluntad de su naturaleza primordial
De acuerdo con su armonía fundadora.

Ella es la causa, es el espíritu
Movido por su energía
Glorificando un movimiento creativo y eterno

Contenida en Gotos.

La voluntad del deseo de creación
está en el sol brillante.

Somos Germania! Lleno de energía

Consciente de voluntad
Él es el que crea nuestra esencia

Al igual que Got, en nuestros pechos.


Karl Wiligut María (Hagal 11-1934, N º 7, p. 1)

 

Los Nueve Mandamientos de Got

1. Got es unidad.

2.   Got es espíritu y materia, díada. Trae consigo la dualidad, y sin embargo es la unidad y la pureza.

3.   Got es una tríada: cuerpo, energía y materia. Dios - Espíritu, Dios - la fuente, Dios - manifiesto al sol - luz y avivador, la díada.

4.   Got es eterno. En tanto que tiempo, espacio, energía y la materia, es una corriente que no tiene fin.

5.       Got es causa y efecto. En Got se originan el derecho, el poder, el deber y la alegría.

6.       Got es eternamente creador. LA materia, la energía y la lu de Got son la causa de la creación

7.       Got -más allá del bien y el mal- es el que guía de las siete epopeyas de la historia humana.

8.       La dirección de sí mismo, en dirección de la voluntad de Dios, permite el acceso a lo más alta: el tribunal secreta.

9.       Got principio sin fin. Él es la realización en la nada y sin embargo está en la realización de todos las cosas. Cierra el ciclo de Navidad en la nada, y hace hace despertar al inconsciente.

Serie completa. Links

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [1 DE 4] – El hombre y su carrera

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [2 DE 4] – Ascenso y caída

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [3 DE 4] – La doctrina secreta

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [4 DE 4] – El trabajo en las SS y el legado









miércoles, 9 de noviembre de 2022

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet - LA DOCTRINA SECRETA [3 DE 4]

 

La Doctrina


Habiendo escrito relativamente poco, la doctrina de Karl Maria Wiligut continúa siendo conocida de modo muy imperfecto. Stephen Flowers y Nicholas Goodrick-Clarcke mostraron como giraba en torno a tres ejes: una teología secreta, una historia mítica y una runología mística.



La teología secreta


Para Wiligut la religión original de los germanos no era el wotanismo. En esto seguía las ideas de List quien había explicado en sus escritos que el armanismo había precedido al wotanismo. Pero, mientras List veía en el armanismo y en el wotanismo dos aspectos esotérico y exotérico, Wiligut por su parte oponía el wotanismo al irminismo-kristianismo reescribiendo la historia de los pueblos del Norte como una larga lucha etnre irministas y wotanistas (17). Hacía de la Biblia un texto primordialmente germano y clasificaba como perteneciente al wotanismo a todo aquello que le desagradaba en el Edda y en otros textos mitológicos del Norte.

En sí mismas estas ideas no eran tan originales como podían parecer, simnos anteriormente que eran defendías por Lanz von Liedenfels. El joven Richard Wagner había asimilado, a partir de 1850, el Cristo a Wotan (18), mientras que Howard Stewart Chamberlain, en so bra Fundamentos del siglo XIX, había explicado que Cristo era un ario y como relató John Yeowell en Odinismo y Cristianismo en el III Reich (19): “Toda una masa de literatura promovía en la época teorías muy extrañas. En una largo introducción a su Germanenbibet, publicada en 1904, Ernst Eberhardt exigía que los elementos del cristianismo que fueran ajenos al espíritu alemán fueran renegados y que solamente los elementos compatibles con la naturaleza germánica o aria fueran conservados (…). Se efectuaron esfuerzos encaminados a incorporar el cristianismo a la vida y a las enseñanzas de Cristo en una mitología germánica reconstruida, proceso que asumió en ocasiones formas muy extrañas. En su libro Der Deutsche Christus, publicado en 1907, Max Bewer, procuró demostrar que el propio Cristo era alemán. Según Bewer, los antepasados de Cristo eran oriundos de la región de Westfalia. Se admite por todos que Cristoa había nacido en Galilea, pero la Galilea de esa época, explicaba, no tenía una población judaica o semina, sino que había sido colonizada por inmigrantes de ojos azules 1.500 años antes del nacimiento de Cristo”. Por su parte Francis Bertin revela que: “al contrario de List que pretendía ser exclusivamente fiel a la mitología germánica, otros autores, fueran teólogos, lingüistas o etnólogos,. Trabajaban para privar al cristianismo de su base veterotestamentaria en beneficio de un cristianismo ario. Es así que Ernst von Bunsen (1817-1893) hacía una lectura tal de la Biblia y en general del Génesis en particular, que la Revelación bíblica, sin ser expresamente negada, se volvía una especie de religión aria y solar funcionando según un sistema dualista en el cual Adán era el primer ario y la serpiente del jardín del Edén el primero semita (…). Algunos autores de la época Guillermina fueron aún más lejos desvelando en los orígenes del cristianismo una precedencia aria, eliminando toda la huella del Antiguo Testamento juzgado como incompatible con el espíritu germánico. En el límite de este tema se situó el teólogo Friedrich Döllinger que intentó demostrar la arianidad de Cristo en su libro Baldur und Bibel fabricando completamente una carta apócrifa del procurador de Judea, Publius Lentulius dirigida al emperador Tiberio, en la que describía a Cristo bajo la forma de un dios hermano de los dioses germánicos y crucificado por semitas refractarios a la Revelación solar” (20).

Los numerosos libros publicados por los adeptos de estas tesis eran complementados por una prensa periódica que defendía ideas similares. Así, un redactor de Der Hammer, una revista mensual fundada en 1902, explicaba, en 1912, que los macabeos de la Biblia no podrían haber sido judíos a causa de sus proezas militares: estaba convencido de que estos debían ser los descendientes de los conquistadores indo-germánicos.



La historia secreta


Esta meta histórica deriva directamente de las tesis de Helena Petrovna Blavatsky (21). Karl María Wiligut vincula su doctrina a lo que la fundadora de la Sociedad Teosófica escribió en La Doctrina Secreta sobre las “razas matrices”, adaptándola. En la pluma de Wiligut, en diversos textos entre los cuales figura Descripción de la Evolución de la Humanidad, alude a esta doctrina explicando como la humanidad evolucionó de manera binaria como un conflicto continuo entre los “hijos de las estrellas” y los “hijos de la Tierra”. Es notable que encontremos ideas similares, en la misma época, en Rudolf Steiner (22). Influencia éste también por la teosofía, opone a través de la historia los luciferinos a los arimanistas. Es más que probable que sus libros, entonces muy difundidos en Alemania, hubieran llegado hasta Wiligut y lo hayan influenciado.

La oposición irminista-kristiana y wotanista entra en este cuadro más general y da a dos Wiligotis (23) un papel clave en la historia humana como participante activo en esta y como guardian de su memoria a través de su “tradición secreta”, o Irminsaga, pretendidamente conservada en siete tablillas de madera con runas grabadas.

En Las raíces ocultistas del nazismo (24), Nicholas Goodrick-Clarcke, sintetiza así en las páginas 153 a 175 del Der Raputin Himmlers de Rudolf Mund donde se expone la cronología de Wiligut.

“Esta iniciativa aparece hace 228.000 años antes de nuestra era, cuando había tres soles en el cielo y la tierra era poblada por gigantes, enanos y otros seres míticos. La historia propiamente dicha empezaba para Wiligut cuando sus ancestros, los Adlet-Wiligoten, darán su contribución para restaurar la paz después de un largo período de luchas, inaugurando así la “segunda cultura de Boso”, que atestiguó la fundación de la ciudad de Arual-Jöruvallas (Goslar) en el 78.000 antes de nuestra era. Los milenios siguientes estuvieron marcados por conflictos tribales y por migraciones en masa para los fabulosos continentes de la tradición teosófica. Cerca de 12.500 antes antes de nuestra era, fue proclamada la religión irminista de Krist, convirtiéndose en fe universal de los germanos antes de ser contestada por los wotanistas cismáticos. En el 9.600 antes de nuestra era , apareció un factor de la más alta importancia en las guerras continuas entre las dos religiones. Baldur-Chrestos, un santo profeta del irminismo, fue crucificado por los wotanistas en Goslar. Con todo, el profeta  consiguió huir hacia Asia y la guerra religiosa persistió en el curso de los años siguientes. Los wotnistas finamente consiguieron destruir en centro sagrado irminista de Goslar en el 1.200 antes de nuestra era y los irministas fundaron un nuevo templo o dar Exsternsteine, cercade Detmold. Pero este fue también tomado por los wotanistas en el 460, antes de ser finalmente saqueado, ya en su forma corrupta, por Carlomagno en el curso de su campaña contra los sajones paganos en el siglo IX.



Wiligut atribuía un papel continuo e importante a sus ancestros en esta crónica del pasado. Los wiligotis habrían sido Ueoiskuinigs (reyes sabios) remontando su origen a la unión de los Ases (dioses del aire) y de los Wanes (dioses del agua), en cuanto la Tierra aún era poblada por seres míticos. Más tarde, la tribu gobernó un reino en Burgerland (…) En la época de la brutal persecución de los paganos de Alemania del Norte por Carlomagno, los Wiliguts de esta región lograron escapar al cautiverio franco retirándose a las islas Feroe, y de ahí a Rusia central. Los Wiliguts fundaron ahí la ciudada de Vilna, como capital de un extenso imperio gótico que, más tarde, desapareció a causa de las hostilidades de los rusos y de los cristianos. Finalmente la familia emigró a Hungría en 1242”.

Sin embargo, en esto las pretensiones de Karl María Wiligut, formuladas por primera vez durante el invierno de 1920-21, nada tenían de muy original y no hacían sino recuperar, modificándolas, las alegaciones hechas diez años antes por un tal Ernst Lauterer. Fue, en efecto, hacia 1911, cuando este último pretendía ser Tarnhari, el “señor oculto” y la reencarnación de uno de los principales sacerdotes-reyes de Germania. Lauterer contactó con Guido von List para contarle su historia: era un descendiente de la antigua tribu de los Wölsung que había sobrevivido a través de la familia aristocrática de los Lauterer von Döfering de la que procedía. Según Lauterer, el clan familiar había mantenido secretamente el culto de Wotan y desarrolló una “memoria genética” que le permitía hacer revelaciones a cerca de la historia antigua de los alemanes. Ernst Lauterer publicó, durante la Primer Guerra Mundial, dos obras en las cuales desarrolló sus tesis, estando activo, tras la derrota de Alemania, en el medio völkisch de Munich, en el cual algunos periódicos difundieron su historia. Es, por tanto, evidente que fue leído y plagiado por Wiligut en la concepción de su Irminsaga.


La runología mística


Wiligut explicó en su “runología mística” en El murmullo de Gotos. El conocimiento de las Runas (25). Esta fe desarrollada por su discípula Gabriele Dechend tanto en Hagal (26) como en varios números de la revista Nordland (27).Leyendo estos textos, aprendemos que Wiligut no ve ninguna utilidad en los conocimientos universitarios y lingüísticos sobre las runas. Lo que parece ser, a sus ojos, el elemento central es que el mundo e animado por una circulación cósmica de espíritu, de energía y de materia en la cual las runas participan.

Según Flowers: “Wiligut veía el cosmos como inmutable, pero en movimiento, siguiendo eternamente a las mismas leyes. No siendo el cambio a sus ojos sino la apariencia del mundo a los ojos de los humanos llegados a estados diferentes de desarrollo y que, por ese hecho, ve el mundo como un flujo constante. Para Wiligut, la runología no era sino el estudio de un sistema esotérico, descrito por las runas, concerniente a la circulación cósmica”.

 En cuanto a Mund, en su Der Raputin Himmlers, Die Wiligut Saga, cita la opinión de Frau Shefer-Gerdan, una discípula del mago: “Gracias a las obras del doctor Teltscher, del coronel Wiligut y de Emile Rüdiger, no consideramos las runas como simples letras, como una especie de alfabeto primordial, sino que comprendemos que son una “tercera” llave, después de los números y del sonido y que son signos de energía”.



Esta cita tiene un mérito: nos muestra en qué subcultura sus discípulos integraron la runología de Wiligut, no en los cultos paganos del Norte, tampoco en el ocultismo occidental del siglo XIX como en las tres grandes influencias que entonces lo marcan: la cábala judía (“el número”), los mantras hinduistas (“el sonido”) y el “fluido” de los mesmeristas (“la energía”). De hecho, podemos escribir sin riesgo de equivocarnos que la “runología mística” de Wiligut no es sino una cábala bastardizada envuelta en runas…

Nos faltan, infelizmente, las fuentes para identificar cuales podrían ser las influencias que Wiligut recibió en este terreno. Pero en el medio cúltico del ocultismo alemán de finales del siglo XIX y del primer cuarto del siglo XX, es cierto que estuvo en contacto, directamente o por medio de vulgarizadores, no solamente con la teosofía ortodoxa y heterodoxa, sino también con los escritos de Eliphas Levi (28) y de individuos como Franz Hartman (29) o Theodor Reuss (30), ambos relacionados con la Orden del Templo de Oriente (31), a la Aurora Dorada (32) y al ocultista Aleister Crowley (33). A propósito, salta a la vista que la “clave rúnica” de Wiligut, un cuadro que enuncia las equivalencias entre las runas, los números, los signos del zodíaco y las letras de los alfabetos hebraico, griego y latino se parece, hasta el punto de confundirnos, con el Liber 777 (34) del mago británico y como sus concepciones sobre la circulación de la energía desarrolladas en Espiral Creadora del Huevo Primordial (35) se integran en las creencias comunes en la época de los cenálucos ocultistas por lo menos desde Franz Anton Mesmer (36). Además los poemas Lenzing y Ernting de la obra Gotos = Kalanda (37), Wiligut hace una referencia a los aethyrs. Priueba de que conocía la magia enoquiana (38).  Que había sido redescubierta a final del siglo XIX por la Orden Hermética de la Aurora Dorada, habiendo sido vulgarizada su práctica por Aleister Crowley en el texto La Visión y la Voz (39) donde relataba, en 1911, su exploración de los treinta aethyrs, es decir, las subdivisiones del mundo físico e invisible, según esta magia.

 

 


Notas:

 

1.  Esta oposición irminista/wotanista fue aceptada con la mayor seriedad por sus contemporáneos acusando estos a Wiligut, por este hecho, de manera fundada o infundadamente, de haber hecho todo lo posible para que enviaran a Ernst Lauterer (a) “Tarnhari, a un campo de concentración. Éste, seguidor de von List, alegaba ser descendiente de un clan oculto de wotanistas… (ver infra).

2.    “El dios supremo de los alemanes, Wotan, no tiene necesariamente que ceder su lugar al Dios de los cristianos, a pesar de que lograra incluso ser plenamente identificado con él”, Richard Wagner, Le Nibelungen, en Oeuvres, París, sd, t. II, pág. 90.

3.       John Yeowll, Odinisme et Christianisme sous le III Reich, Avatar, París 2006.

4.       Francis Bertin, op. cit., pág. 85.

5.       Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891), originaria de una familia de la nobleza rusa, huyó de su casa con diecisiete años, poco tiempo después de su matrimonio, para llevar una vida aventurera en Europa, en Próximo Oriente y en los Estados Unidos. Tras haber sido espiritista, fundó el 13 de septiembre de 1875 la Sociedad Teosófica, movimiento iniciático que tuvo mucho éxito. Helena Petrovna Blavatsky desempeñó un papel fundamental desplazando el centro de gravedad de las referencias geográficas ocultistas de Egipto a la India. Supo también vulgarizar las nociones presentes en sus predecesores (especialmente en Eliphas Levi, del cual conoció a varios discípulos) convirtiéndolos en lugares comunes del ocultismo para el gran público. En su primer libro, Isis Desvelada, desarrolló un sistema completo de evolución de las razas. En lo que concierne a la redacción de su segunda obra, La Doctrina Secreta, afirmó apoyarse en su elaboración en un misterioso manuscrito, El Libro de Dzyan, que habría consultado “astralmente” en los “Archivos Akhásicos”. Desarrolló ahí sus consideraciones raciales basadas en la sucesino sobre la Tierra de siete razas matrices y de siete subrazas. Por otro lado, H.P.B. popularizó ampliamente –en especial a través de sus cartas y conferencias- una idea que ya era habitual en los medios ocultistas, la de los “maestros secretos” agrupados en una Gran Fraternidad Blanca. En Die Gestichchte der Ariosophie, Jörg Lanz Liebenfels la cita como uno de sus precursores directos.

6.      Rudolf Steiner (1861-1925). Originario de una familia de pequeños funcionarios, cursó estudios que culminó brillantemente doctorándose en filosofía. Próximos a los primeros marxistas berlineses, dirigió una revista literaria y colaboró en la edición de las obras completas de Goethe. Descubrió la obra de la Blavatsky en los años 1880, y se volvió progresivamente miembro importante de la rama germánica de la Sociedad Teosófica siendo finalmente nombrado en 1902 jefe de la entidad para Alemania, Suiza y el Imperio Austro-Húngaro. Se escindió en 1913, creando la Sociedad Antroposófica que se instaló en Suiza, en Dornach, en un edificio construido según los planos de Steiner: el Goetheanum (que sucumbió a un incendio en 1923, siendo reconstruido y prosiguiendo hasta hoy como sede de la organización). Perteneció también a otras estructuras ocultistas: la Orden del Templo de Oriente –de Theodor Reuss y Aleister Crowley- y la obediencia masónica marginal llamada de Memphis-Misraïm.

         7.       Clan mítico al cual Wiligut alegaba pertenecer.

8.       Nocholas Goodrick-Clarcke, op. cit.

9.       Hagal nº 11/7, 1934.

10.   Hagal nº 12/4, 1935.

11.   Testimonio de Gabriele Winckler-Dechende (op. cit.)

12.   Eliphas Levi, es el personaje más relevante del ocultismo del siglo XIX, de verdadero nombre, Alphonse-Louis Constant, nacido en París en una familia de artesanos en 1819, fue seminarista en San Nicolás de Chardonet, en Issy y en Saint Sulpice, pero no fue ordenado sacerdote. Frecuentó la extrema-izquierda de la época y al estallar la Revolución de 1848, fundó Le Tribun du Peuple. 


Serie completa. Links

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [1 DE 4] – El hombre y su carrera

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [2 DE 4] – Ascenso y caída

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [3 DE 4] – La doctrina secreta

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [4 DE 4] – El trabajo en las SS y el legado









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