jueves, 10 de noviembre de 2022

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet - EL LEGADO DE WEISTHOR - [4 DE 4]

 

III

El Trabajo en las SS

No importa lo que digan sus aduladores, la acción de Karl María Wiligut en las SS fue extremadamente limitada y marginal. Además, se encuentra muy mal documentada y no puede excluirse que en el futuro sucesivos biógrafos verifiquen y amplíen esta información. Puede resumirse en tres puntos: una incontestable (la redacción de los textos teóricos destinados a Heinrich Himmler) y otros dos dudosos (la influencia en el papel desempeñado en lo relativo al castillo de Wewelsburg como Ordensburg y la concepción de las insignias y de los rituales de las SS).

La contribución teórica: una certidumbre

Las contribuciones teóricas que Wiligut trazó en el corpus doctrinal nacional-socialista, a través del Reichsführer-SS Heinrich Himmler corresponden a las cuatro orientaciones que estructuran su “visión del mundo”: esta se basa en los testimonios de la historia y no sobre abstracciones intelectuales; es progresista (43), estrictamente pan-germanista y anti-cristiano.

Como tal, durante su servicio en el gabinete privado del Reichführer-SS, el mago austríaco le hizo llegar notas de orientación y dossiers. Estas notas fueron conservadas en su totalidad y nos permiten tener una idea precisa de la influencia que Wiligut llegó a alcanzar.

En su mayoría, estos documentos tratan de la historia secreta de Alemania y en la concepción progresista que defiende este discípulo herético de la Blavatsky. Wiligut irá luego a presentar a Heinrich Himmer una serie de estudios sobre cosmología, épocas pre-históricas, etc. Defenderá también, ante el Reichführer-SS, la validez de los trabajos de Günther Kirchhoff, un historiador de tendencia “listiana” especializado en la pre-historia que estaba destinado a la Anhenerbe. En todos sus escritos, Wiligut realzaba el paganismo antiguo de los germanos y su superviviencia a través de los tiempos. Eso le debió sugerir la ejecución de una legislación anti-cristiana a fin de reducir a la nada la influencia de las Iglesias católica y protestante en Alemania. Entre los medios que Wiligut proponía utilizar, figuraba la confiscación de todos los bienes de las Iglesias establecidas y su distribución entre los movimientos religiosos neo-paganos.


A pesar de que Wiligut hubiera sido leído con atención por Heinrich Himmer (44), su influencia concreta fue nula o prácticamente nula. Sus trabajos fueron considerados con desprecio por la Anhenerbe, las excavaciones que esperaba ver realizadas  para certificar sus teorías nunca se iniciaron y, lo peor de todo, las SS persiguieron a los diversos grupos neo-paganos alemanes (45), a los cuales oponían los Deutsch-Christen que propugnaban una arianización del corpus doctrinal de las Iglesias cristianas (46).

El mito: Ordensburg y ritualismo

Si bien es incontestable que Karl María Wiligut intentó tener una influencia ideológica sobre las SS interviniendo directamente junto a su Reichführer, las otras actividades que se le atribuyen en el marco de la Orden Negra encierras las más serias dudas. Mucho parece deberse a la opción ideológica de Nicolas Goodrick-Clarche, conocido por ser un antifascista militante que manipula los hechos a fin de dar cuerpo a una de sus manías, a saber que el nazismo es “un nuevo movimiento religioso. Una fe con sus ídolos, sus rituales, sus profecías y una estructura sectaria internacional que puede, en circunstancias favorables, acceder al poder político y realizar asú sus peligrosos delirios religiosos milenaristas” (47).

Wewelsbug

En su Hitler y la Orden Negra (48), André Brissaud presentó una visión del acusado “romanticismo negro” sobre Wewelsburg:

“Himmer, en su visión medieval, reservaba un lugar elegido a la Orden de los Caballeros Teutónicos. Consideraba a las SS, su Orden Negra como la guardiana del Mito de la Sangre, como una especie de resurgimiento de la Orden medieval (…)”

Himmler tenía a su Orden Negra y quería su castillo de la Orden, simultáneamente sede central y al mismo tiempo monasterio. Descubrió un día, en un paisaje pintoresco de Alemania Occidental, cerca de Paderborn, en Westfalia, las ruinas de un castillo de la época de los Hunos, transformado en el siglo XVII, la fortaleza de Wewelsburg, bautizado con el nombre del caballero Wewel Büren. El recinto le fascinó. La espesura de los muros y la altura de la torre del homenaje consiguieron entusiasmarle. A partir de 1934, Himmler inició la reconstrucción del Burg para hacer de este el seminario espiritual de su Orden Negra. Se trató de una obra gigantesca. Dos mil prisioneros del campo de concentración de Sachsenhausen fueron destacados para los trabajos. Se acondicionó un campo de vigilancia en Niederhagen. El arquitecto Bartels dirigió los trabajos que costaron la vida a más de 4.000 prisioneros (49) y, al Tesoro once millones de Reichmarks.

El Reichführer-SS no ahorró gastos. Quería un castillo grandioso. Puestas y jacenas eran modeladas en granito levemente azulado. La gran escalinata estaba circundada por un pasamanos de hierro forjado con motivos rúnicos. Los muros estaban adornados con grandes patices. Los paneles y las estanterías de la biblioteca (que contó con doce mil volúmenes encuadernados) estaban construidas en madera maciza. Diversos artistas nazis ofrecieron a Himmler estatuas en mármol: Enrique I, Enrique el León, Albrecht o Urso, Federico Barbaroja, Federico II Hohenstaufen, etc, etc, y naturalmente, Adolf Hitler. Los aposentos estaban amueblados cada uno en un estilo propio y tenían el nombre de un personaje histórico célebre. El de Himmler había recibido el nombre de Heinrich I.

El castillo era administrado como un monasterio, tratándose de una orden jerárquica, concebida sobre el modelo de los jesuitas, impuso a los jefes de las SS que tuvieran el privilegio de pasar una temporada en ocasión de los retiros regulares organizados por Himmler. En el comedor de dimensiones imponentes, con techos abovedados, la mesa del Reichführer-SS tenía trece asientos. Himmler, imitando al rey Arturo, que no permitía sentarse sino en torno a los doce caballeros más valientes, apenas aceptaba en torno suyo a los doce Obergruppenführer a los que consideraba como más merecedores de confianza. Las reuniones eran realizadas en una sala de treinta y cinco metros de ancho por quince metros de largo. Los caballeros negros se sentaban con el Reichführer en grandes sillas de brazos con la espaldera alta, tapizados en cuero en torno a una pesada y maciza mesa de madera noble. Sobre esta, pequeñas bandejas de plata tenían grabado el nombre de cada miembro del capítulo. Todas las reuniones comenzaban con “ejercicios espirituales de meditación” equivalentes a la oración cristiana con ritos aparentemente preconizados por Gurdjieff. Bajo el salón, una gran sala abovedada con ojivas y muros con una espesura de dos metros se encontraba el Santos de los Santos de la Orden Negra, el lugar de culto de las SS: bajo el signo de la calavera, una tribuna de mármol negro incrustada con dos runas de mármol blanco. Solamente una abertura parecida a un pozo con dos escaleras de granito permitía el acceso. El fondo de esta cavidad, iluminado por artorchas de resina colocadas en pebeteros de hierro forjado tenía la forma de una concha de plata. Era allí donde debían ser incinerados los escudos de los caballeros de la Orden Negra fallecidos cuyos cuerpos, en principio, debían descansar bajo el coro de la capilla”.

Para Goodrick-Clarke, “la conversión de Wewelsburg en castilllo de la Orden y centro ceremonial de las SS representa la contribución más espectacular de Wiligut al III Reich”. Esta declaración entusiasta no es confirmada por los hechos. Sabemos, en efecto, que Himmler pensó en adquirir un castillo en esta región, nueve meses antes de que Wiligut se integrara en las SS, escogiendo Wewelsburg cuando el mago todavía no había obtenido un puesto en su gabinete privado. Goodrick-Clarke que consderva todavía un estilo de franqueza, precisa que “No se puede establecer con entera certeza que Wiligut haya tenido influencia en la elección de Wewelsburg”; a falta de tal certeza, supone que fue su influencia la que hizo pasar la gestión de la fortaleza de la Gesellschaft zur Fönderung und Plefge deutscher Kultusdenkmäler al Estado Mayor de Himmler. Wiligut habría conseguido esto afirmando a Heinrich Himmler que el castillo estaba destinado a convertirse en una “plaza fuerte mágica” para Alemania en un futuro conflicto entre Europa y Asia.

La tesis es escasamente defendible; infelizmente para Goodrick-Clarke se asienta solamente sobre unas pocas líneas de Der Rasputin Himmlers, die Wiligut Saga de Rudolf Mund. De ahí a concluir que la intervención de Karl María Wiligut, mínima en realidad, represente su “contribución más espectacular para el III Reich” parece como mínimo, exagerado y no podemos dejar de sorprendernos a ver que nuestro universitario inglés no dude en aceptarla sin pestañear. ¿Es necesario precisar que fue el primero en hacerlo, porque ni André Brissaud ni James Webb (50) relacionaron las obras de Wewelsburg con Wiligut?

Wewelsburg, en el corazón del mito

El actual castillo de Wewelsburg es una construcción de estilo renacentista de principios del siglo XVII. Fue construido de 1603 a 1609 por Wewel von Büren, príncipe de Paderborn, en el recinto de una fortaleza medieval sobre la que hay datos desde 1123. Está situado en las proximidades del lugar en el que se desarrolló la batalla de Teotoburgo (51).

En 1802, el castillo se convirtió en propiedad del Estado prusiano. Trece años más tarde fue devastado por un incendio. En 1925, fue trasformado en un hotel dotado de importantes salas de reunión y de un pequeño museo.

En 1934, tal vez a raíz de una sugestión de Karl María Wiligut, Heinrich Himmler firmó un contrato asegurando la utilización de las instalaciones por las SS durante un período de 100 años. Los edificios fueron entonces restaurados y amueblados a fin de convertirse en una “escuela de cuadros” gestionada por la Gesellschaft zur Förderung und Plefge deutscher Kulturdenkmäler (Sociedad para la Promoción y la Protección de los Monumentos Culturales Alemanes).

La concepción de las insignias y los rituales

Para Nicholas Goodrick-Clarke, Wiligut “tuvo una influencia importante en la elaboración del sirutal SS (…). Símbolos y rituales atestiguaron su contribución al ceremonial y a la seudoreligión de las SS” (52). Para apoyar sus afirmaciones, el escritor británico afirma que fue Karl Maria Wiligut quien diseñó el anillo con al calavera (Totenkopfring) utilizado por los miembros de la Orden Negra.

A pesar de que esta afirmación estaba ya contenida en la tesis de doctorado que este historiador defendió en Oxford, no es por eso menos dudosa y, singularmente, poco documentada. La única fuente sobre la que descansa es, en efecto, una suposición formulada por un estudiante alemán (53). Hasta ese momento, la concepción de este anillo era unánimemente atribuida al artista Hans Klöcker. Además es significativo que Gabriele Winckler-Dechende, quien, recordémoslo, fue la secretaria personal de Wiligut entre 1933 y 1936, trabajando luego en el gabinete de Heinrich Himmler hasta julio de 1937 y cuya madre estaba empleada en los servicios centrales de la Ahnenerbe, declaró en 1997: “solo es recientemente que he oído decir que fue Wiligut quien concibió el Totenkopfring”. Podemos estimar razonablemente que, por su posición y por sus lazos con el mago, ella debería haber tenido conocimiento de este hecho de haber sido real en los años 30.

Wiligut ¿concibió otras insignias? Ulrich Hunger, recuperado por Goodrick-Clarke, atribuye apenas un proyecto de cuenco de madera destinado a la ceremonia de partición del pan y de la sal que tenía lugar durante el casamiento de un miembro de las SS.

La participación del Ueskuinig en la simbología de las SS es desde luego mínima, sino nula, y estamos muy lejos de la afirmación temeraria lanzada por Goodrick-Clarcke. ¿Y en lo que se refiere a los rituales? Ahí también, estamos más ante fantasmas que ante realidades; solamente una fuente tardía y de dudosa imparcialidad (54), permite evocar que “la fe irminista” hubiera sido resucitada en las SS “a través de varios ritos llevados a cabo en el castillo de Wewelsburg. Entre estas se encontraban las ceremonias ceremonias paganas de matrimonio para los oficiales de las SS y para sus novias en el curso de las cuales Weisthor oficiaba con un bastón con el puño de marfil (55), adornado con un cinta azul y con las runas gravadas y, en cada Primavera, festividades de la cosecha y del solsticio para la guarnición SS y para los aldeano” (56). Curiosamente, ningún rastro de estos rituales figura en los archivos de las SS o de Heinrich Himmler. El único documento que se ha podido encontrar es un rito de atribución del nombre, anotado por el Reichführer-SS. Si Wiligut hubiera redactado otros ceremoniales político-religiosos, nada explicaría que ni uno solo de ellos hubiera sido conservado, cuando todos los demás escritos de Wiligut fueron cuidadosamente archivados.

Nos vemos forzados pues, a concluir que, al menos en este punto, existió una voluntad innegable de “embellecer” la historia y un deseo de dar cuerpo a la idea, en gran parte fantasmagórica, de una “seudo religión de las SS”.

 

IV

El Legado

Eran pocos los que, tras la Segunda Guerra Mundial hacían referencia a Willigut. Solamente dos de sus discípulos, Emil Rüdiger y Friedrich Telschr, continuaron su obra de manera muy discreta. Fue, finalmente, en 1982 que la personalidad y los escritos del maestro volvieron de nuevo a la actualidad cuando Rudolf Mund, un antiguo SS que había escrito también una biografía de Jörg Lanz von Liebenfels, publicó Der Rasputin Himmlers. Este libro tuvo como ventaja, además de trazar una retrospectiva de la vida de Karl Maria Wiligut, el reproducir gran número de sus textos, originariamente publicados en Hagal o en forma de hojas volantes.

A principios de los años 90, el compositor de “música industrial” Gerhard Petak, conocido también por el nombre de Kadmon, un apasionado de las tradiciones ocultas de Europa, consagró dos números de Aorta a la figura de Karl María Willigut, la revista bilingüe germano-inglesa que él mismo animaba. Uno de ellos estaba constituido por una corta biografía y el otro por la reedición de Gotos = Kalanda, una recopilación de doce poemas que Willigut había escrito en 1937 (59). En 1995, musicó el conjunto de estos trabajos y elaboró un cd. Fue así como la juventud europea apasionada por la contracultura descubriera al sabio de Arolsen.

En 2001, una nueva biografía de Wiligut, The Secret King, acompañada por algunos de sus textos y por otros consagrados al personaje, fue editada en los Estados Unidos. La personalidad de su autor, Stephen Flowers, es significativa. Este universitario brillante, cuya tesis Runas y Magia, fue publicada por el renombrado editor Peter Lang, es también uno de los dirigentes del Templo de Steh, un nuevo movimiento mágico que venera a Satanás (en la forma de Seth) bajo el seudónimo de Edred Thorsson, una personalidad muy en boga en el medio Odinista americano. Su interés por Wiligut es neutro solamente en apariencia. Relacionando estrechamente al viejo mago con el castillo de Wewelsburg, sitúa a Wiligut entre los inspiradores directos de su Orden sthiana para la que este castillo es uno de los lugares sagrados del planeta. Además, en la medida en que Flowers es el traductor de Guido von List a la lengua inglesa, es también uno de los principales animadores de Tyr, la única revista americana de calidad consagrada a las tradiciones del Norte, forjándose, en nuestra opinión, un objetivo secundario: contribuir a elevar el nivel del neo-paganismo nórdico en los Estados Unidos facilitándose las bases ideológica que sin duda le faltan todavía.

Cronología

1866 10 de diciembre, nacimiento de Karl María Wiligut en Viena en un familia de militares

1881 Entra en la Escuela de Cadetes

1884 Wiligut es nombrado aspirante en el 99º Regimiento de Infantería de Mostar.

1888 Promovido al grado de subteniente.

1889 Iniciado en la masonería.

1892 Obtiene una patente de teniente.

1903 Ascendido a capitán. Publica su primer libro: Seyfrieds Runen.

1907 Karl María Wiligut se casa con Malvina Leuts von Treuenringen. Nacimiento de su primera hija, Gertrud.

1908 Publica Los nueve mandamientos de Got y entra en contacto con la Orden del Nuevo Templo.

1909 Wiligut dimite de su logia masónica.

1913 Wiligut es nombrado comandante.

1914-16 Promovido a teniente-coronel, Karl María Wiligut sirve en los frentes ruso e italiano.

1917 Nombrado coronel.

1919 Wiligut hace valer su derecho a abandonar el ejército y se retira a Salzburgo.

1920 Revela a Theodor Czepl que es el “rey secreto de Alemania”. Al mismo tiempo se vuelve un activista pan-germanista y publica Der Eiserne Besen.

1924-27 Es internado en el asilo psiquiátrico de Salzburgo a petición de su familia.

1928 Wiligut redacta los Halgarita Sprüche.

1932 Karl Maria Wiligut se instala en los alrededores de Munich.

1933 Es presentado al Reichführer-SS Heinrich Himmler. En septiembre se integra en las SS. En noviembre es nombrado para dirigir el departamento de pre y proto-historia dependiente de la Rasse und Siedlungshauptampt.

1934 Promovido a coronel e inmediatamente a general de la Allgemeine SS.

1935 Desde Munich se traslada a Berlín donde es adscrito al gabinete personal de Himmler.

1938 Efectúa una evaluación crítica de las conferencias de Julius Evola. En noviembre, su pasado como alienado mental se hace público en los círculos dirigentes de las SS.

1939 En febrero su servicio es disuelto y dimite de las SS el 28 de agosto.

1939-43 Reside en Aufkirche y luego en Goslar.

1943 Wiligut se instala en una pensión familiar reservada a los SS jubilados a orillas del lago de Wärthersee (Austria).

1945 Es apresado por las tropas británicas. Tras ser liberado se dirige hacia Salzburgo y luego para Arolsen.

1946 El 3 de enero, fallece debido a una crisis cardíaca en Arolsen. Se encuentra enterrado en el cementerio municipal.

 

TEXTOS

Germania

Orgullosa patria alemana
Llegó el tiempo del hielo del Norte
Así la tierra joven del Sur se vuelva nuestra

Para honor y gloria de Gotos.

Transportamos más allá de los caminos del Norte

Por toda la Tierra
La voluntad de su naturaleza primordial
De acuerdo con su armonía fundadora.

Ella es la causa, es el espíritu
Movido por su energía
Glorificando un movimiento creativo y eterno

Contenida en Gotos.

La voluntad del deseo de creación
está en el sol brillante.

Somos Germania! Lleno de energía

Consciente de voluntad
Él es el que crea nuestra esencia

Al igual que Got, en nuestros pechos.


Karl Wiligut María (Hagal 11-1934, N º 7, p. 1)

 

Los Nueve Mandamientos de Got

1. Got es unidad.

2.   Got es espíritu y materia, díada. Trae consigo la dualidad, y sin embargo es la unidad y la pureza.

3.   Got es una tríada: cuerpo, energía y materia. Dios - Espíritu, Dios - la fuente, Dios - manifiesto al sol - luz y avivador, la díada.

4.   Got es eterno. En tanto que tiempo, espacio, energía y la materia, es una corriente que no tiene fin.

5.       Got es causa y efecto. En Got se originan el derecho, el poder, el deber y la alegría.

6.       Got es eternamente creador. LA materia, la energía y la lu de Got son la causa de la creación

7.       Got -más allá del bien y el mal- es el que guía de las siete epopeyas de la historia humana.

8.       La dirección de sí mismo, en dirección de la voluntad de Dios, permite el acceso a lo más alta: el tribunal secreta.

9.       Got principio sin fin. Él es la realización en la nada y sin embargo está en la realización de todos las cosas. Cierra el ciclo de Navidad en la nada, y hace hace despertar al inconsciente.

Serie completa. Links

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [1 DE 4] – El hombre y su carrera

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [2 DE 4] – Ascenso y caída

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [3 DE 4] – La doctrina secreta

Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [4 DE 4] – El trabajo en las SS y el legado