miércoles, 24 de julio de 2024

CRÓNICAS DESDE MI RETRETE: ESTO (EL PEDROSANCHISMO) YA NO DE MÁS DE SÍ (3 de 3) - ALGUNA CONCLUSIÓN INEVITABLE


1. El tiempo del ZPedrosanchismo está concluyendo.

Las agonías socialistas suelen ser largas. Tanto el final del ciclo felipista, como del zapateriano, España vivió años (dos legislaturas en el primer caso) en el que un gobierno que ya no contaba ni con el favor popular, ni con la confianza de los inversores, acompañado de gestiones catastróficas, se resistía a abandonar el poder. Pero, tarde o temprano, la cuerda se rompe y un tropiezo electoral o presiones interiores o pérdidas insuperables de intención de voto, terminan imponiendo la realidad. En el caso del ZPedrosanchismo la agonía empezó el mismo día en el que se conoció el resultado de las anteriores elecciones, cuando en lugar de una “gran coalición” con el PP, Sánchez optó por aliarse con un Podemos. En su segunda legislatura, debió aliarse con el “sindicato de los fracasados”, nacionalistas, independentistas y extrema-izquierda, todos los cuales habían perdido votos. Pero ahora es evidente que el ciclo está concluyendo entre aromas a corrupción en la sede misma de la presidencia, intentos de enmascarar la realidad y concesiones ilimitadas a unos o a otros. Todo, incluida la amnistía a Puigdemont, para nada…

2. La agonía puede prolongarse, pero cada día que pasa el gobierno estará más débil

En la mente enferma de Sánchez -como antes en la de ZP- anidaba la idea de que la crisis pasará y que las cifras económicas mejorarán o los problemas se resolverán solos. Sánchez cree que, si ha logrado embaucar varias veces a media docena de pequeños partidos nacionalistas, independentistas y de extrema-izquierda, logrará seguir así durante mas tiempo, hasta que el PP se desmorone interiormente. Pero es muy difícil que eso ocurra. Sánchez ya no puede ceder mucho más a los nacionalistas y sus aliados, poco a poco, se están dando cuenta de que su compañía es difícilmente justificable para ellos. Cada día que pasa el gobierno se debilita, cada mena que llega, cada foto de pateras desembarcando, cada tirón, cada violación, cada anuncio de los costes de la inmigración, cada intento de enmascarar el deterioro del orden público y de la seguridad, se convierten en una pérdida de más y más votos que no puede compensar siquiera la facilidad para naturalizar inmigrantes, ni el cultivo de bolsas de votos clientelares. El fango judicial que el propio presidente ha generado, ha salpicado a su entorno, ahora le está salpicando a él y los indultos (como en el caso de los ERE de Andalucía) solamente redundan en una mayor impopularidad de la sigla “PSOE”.

3. Los problemas planteados, lejos de resolverse se acentuarán

Hace unos días eran solamente 400 los menas que había que distribuir en la península, luego resultaron ser 4.000 y ahora se habla de 10.000 antes de final de año. Y resolver la cuestión de los menas es tan simple como llamar a la puerta de la embajada de Marruecos y decir: “Este niño ha perdido a sus padres, les corresponde a ustedes buscarlo”. Y esto puede hacerse desde Canarias con la seguridad de que ningún padre marroquí pagará los 2.500 euros del billete en patera para que su hijo esté de vuelta con un tirón de orejas del embajador una semana después. Así se solucionan los problemas. O la okupación que puede ser resuelto con la figura de la “apropiación indebida” o bien, si tanta necesidad tiene el Estado de “viviendas sociales” y se ha visto incapaz de construirlas, comprando las viviendas ocupadas a precio de mercado y cobrando a los okupas, convertidos en inquilinos un alquiler justo… Nada de todo eso se va a hacer, por supuesto: Sánchez y su gobierno nunca reconocerán que se han equivocado en algo. Y, sin embargo, en siete años de gobierno, cuesta encontrar UNA SOLA decisión de Sánchez que pueda ser considerada acertada y positiva. Los problemas, cuando se eluden, cuando no se afrontan con valentía y de frente, se acumulan y aumentan en intensidad. El tiempo difícilmente soluciona los problemas de Estado. La misma idea de Estado implica “estabilidad” y en siete años, cada día más, España va camino de convertirse en un Estado frustrado a la cola en todo en Europa, salvo en corrupción e ineficacia en la tarea de gobierno.

4. Feijóo no está en condiciones de advertir, ni rectificar los errores del ZPedrosanchismo

Si llega Feijóo a La Moncloa, no será, desde luego, por su carisma, ni por sus propuestas, ni por su tarea como opositor, si no, simplemente, por el fracaso del ZPedrosanchismo. Feijóo promete ser un interregno de transición -si es que llega al poder- entre el ciclo actual y el que se seguirá y que, inevitablemente, registrará una polarización de las fuerzas políticas en España: veremos lo que queda de la sigla “PSOE” tras el ZPedrosanchismo y veremos cómo queda la sigla “PP” después de que un futuro gobierno de este partido se limite a políticas continuistas y a tratar de apretar el cinturón al gasto público, pero decepcionando a su electorado en todos los demás rubros. De hecho, si atendemos a la posición tomada por el PP en el Parlamento Europeo, casi puede decirse que esta sigla es la “marca blanca” del “PSOE” (y viceversa) y que el destino de ambos partidos va íntimamente unido. Por de pronto, es difícil que el PP en solitario tenga la mayoría absoluta y, una vez más, hay que recordar que la política de alianzas de Feijóo SIEMPRE se ha orientado hacia el “PSOE” y que esto no va a cambiar, porque es la política recomendada por el PPE y la única que la miopía política de Feijóo es capaz de concebir.

5. La esperanza de un “PSOE sin Sánchez” se llama Alberto Núñez Feijóo

La actual clase política dirigente del “PSOE” tiene su futuro vinculado al ZPedrosanchismo. Es decir: su recorrido es muy corto. Patxi López, el único de la “vieja guardia” que podría sustituirle, tiene un perfil político demasiado bajo como para ser respetado por los barones regionales y, por lo demás, está muy próximo al entorno ZPedrosanchista. No hay muchas más opciones. Después de llegar al liderazgo del PP, Feijóo manifestó que el PSOE era su principal opción de alianza; esta declaración generó malestar incluso en el electorado pepero, así que semanas después se vio obligado a matizar “un PSOE sin Pedro Sánchez”… Este planteamiento valía en 1996, porque el PSOE sin Felipe seguía teniendo un número no desdeñable de personalidades de prestigio, con peso político y profesional. Pero eso quebró durante el zapaterismo y fue, gracias a esa caída de “calidad política” que se produjo en el “PSOE” que un tipo como Sánchez y su entorno pudo llegar a dirigir el partido… Pero no parece que vaya a existir un “más allá” del ZPedrosanchismo. La sigla “PSOE”, sin duda, la más nefasta de la historia de España, puede estar dando sus últimas boqueadas: demasiada corrupción, demasiado intento de asumir una “vía venezolana”, demasiada frivolidad en el maneja del dinero público, demasiado inepto en puestos de responsabilidad. Sin poder, esto es, sin las llaves de la caja, la sigla “PSOE”, se secará. Por nuestra parte, opinamos que las distintas fórmulas de la izquierda -si es que aún les queda alguna neurona en funcionamiento- deberían tender a hacer tabla rasa, liquidar sus siglas presentes (“PSOE”, Sumar, Podemos, Equus, Izquierda Unida, Partido Comunista, y así hasta varios cientos de pequeñas siglas locales, grupúsculos, círculos y sectas) y formar un nuevo partido de izquierdas, a la italiana, que haga olvidar todo lo precedente.

6. Ser realistas: ante nuevas elecciones catalanas,
programa común de la derecha nacional

En los próximos días se resolverá el “enigma catalán”: o bien gobernará el PSC con ERC con Illa como “honorable” (con lo cual, los puentes con Puigdemont se romperán y el ZPedrosanchismo perderá sus siete votos necesarios para mantener su mayoría parlamentaria) o bien las bases de ERC rechazarán el pacto (forzando a nuevas elecciones y prolongando unos meses más el apoyo de Junts al ZPedrosanchismo), o bien, Sánchez sacrificará a Illa -completamente sacrificable- aceptando el retorno de Puigdemont y apoyándole para que ocupe la presidencia de la gencat, desencadenando un terremoto político y judicial (dado que el delito de “alta traición” -por su intento de contactar con el gobierno ruso- no está previsto en la muy chapucera ley de amnistía). Incluso sería posible otro escenario en el que estando todo preparado para el pacto PSC-ERC, la llegada a España de Puigdemont radicalizara la situación y creara una situación excepcional que solo podría resolverse con la detención de éste y con la ruptura del apoyo de Junts al ZPedrosanchismo. En caso de que se volvieran a repetir las elecciones en Cataluña, haría falta decir bien alto que la situación en esa autonomía es diferente a la del resto del Estado: aquí haría falta una candidatura común de la derecha conservadora, nacional e identitaria, que sumara tanto a los restos de Ciudadanos, como a Voz, al PP, incluso a los incipientes grupos que apoyan a Se acabó la fiesta (Alvise Pérez) y a cualquier otra fuerza no nacionalista ni independentista.

7. Buena parte del problema depende de
solucionar la inmigración ilegal y masiva

El núcleo central del problema que está generando la pérdida de peso de los partidos “oficialistas” en beneficio de alternativas populistas en toda Europa, es la inmigración masiva. Y el problema irá creciendo. Por mucho que los medios -incluso la COPE y la TreceTV- lo oculten, lo cierto es que los núcleos de inmigración ya se sienten lo suficientemente fuertes en varios países de Europa Occidental y del Norte para imponer sus reglas del juego. Y estas son poco tranquilizadoras, especialmente por la presencia del islam y de su “sexto pilar”, la yihad. De hecho, los continuos enfrentamientos que se están produciendo en Europa, los barrios en los que los Estados occidentales han dejado de existir y que están controlados por mafias, los armamentos cada vez más sofisticados, los grupos de narcotraficantes, las bandas étnicas con sus violaciones, con sus robos continuos, con la degradación del orden público que los medios oficialistas intentan ocultar pero que cada vez es más profundo, no son más que los choques entre vanguardias de dos ejércitos que preceden a la batalla final. O se soluciona el problema de la inmigración ilegal y masiva procedente especialmente de países islámicos y africanos, o bien la guerra civil étnica, religiosa y social, está servida a corto plazo. “Resolver el problema de la inmigración” quiere decir expulsar del territorio nacional a todos aquellos inmigrantes que vivan de subsidios, que no tengan forma de acomodarse al mercado laboral, que hayan cometido algún delito o, simplemente, que lleguen ilegalmente. No hay otra solución: FRENTE A INMIGRACIÓN MASIVA, REMIGRACIÓN ACELERADA. Resolver el problema de la inmigración, liquidar los chiringuitos que se han generado en torno suyo, establecer “juicios rápidos” para delincuentes cogidos in fraganti o establecer el control de la marina en el Estrecho y del Ejército de Tierra en los aeropuertos, pedir las mismas exigencias que se pide a los viajeros españoles al entrar en Canadá, en Australia o en Nueva Zelanda (mostrar el billete de retorno, especificar dónde se va a residir, el motivo del viaje, el seguro médico privado, y la cantidad de dinero  de que se va a disponer durante la estancia) y la solicitud de refugio en el consulado español más próximo al lugar de residencia, son exigencias mínimas para ser admitido en el territorio nacional. Cualquier otra actitud es síntoma de debilidad y la debilidad de los gobiernos y de las sociedades de Europa Occidental constituyen el mayor “efecto llamada” para la llegada de más y más ilegales atraídos por la permisividad, las ayudas sociales y el descontrol que permiten a un inmigrante hacer cualquier cosa que en su país podría costarle la cárcel de por vida.

8. La necesidad de cambiar las reglas del juego.

Pero el final del ZPedrosanchismo es solamente una parte del problema. La triste realidad es que la constitución española de 1978 tiene suficientes agujeros negros como para haber permitido que un tipo como el actual presidente del gobierno, la retorciera en beneficio propio. El hecho de que el poder se lo repartan entre los partidos políticos -sean del signo que sean- ya es un mal síntoma porque solamente el 0’8% de los españoles están afiliados a alguna formación política (ver Vozpopuli) que corresponden, más o menos, al número de cargos públicos remuneradosSe milita en un partido, no por afinidad ideológica, sino con la esperanza de obtener un cargo. Esto sugiere un empobrecimiento de la democracia: porque este 0’8% ocupa el 100% del poder político. Haría falta que la sociedad civil se integrara en el parlamento y que estuvieran presentes -como en la antigua “democracia orgánica”- representantes de los distintos cuerpos sociales: de las universidades y de las fuerzas armadas, de los colegios profesionales, de los sindicatos y del asociacionismo cultural… Y, por supuesto, deberían establecerse condiciones para poder acceder a puestos de responsabilidad: años de experiencia, conocimiento de la materia, titulación, etc. Lo que resulta inadmisible es que gente sin preparación se ponga al frente de un ministerio, se rodee de “asesores” (en realidad, de amigos) y estos deban recurrir a especialistas para resolver los problemas. Hemos visto como verdaderos catetos han construido leyes que agravaban los problemas que debían resolver, como un gobierno elije ministros, no entre los más capaces, sino entre los más sumisos y obedientes. Sin olvidar que el “café para todos autonómico” ha llegado hasta aquí, pero ha constituido una losa para nuestro crecimiento económico y que ahora somos el país con más funcionarios (de carrera y contratados) de Europa. Solo en 2022 el número de funcionarios creció en 95.800 personas, un 7’12%, el crecimiento mayor en Europa, 5’3 veces mas que la creación de empleo privado. Hoy viven del Estado 3.530.000 empleados públicos, un 17’2% del empleo total (véase El Economista). Excesivo e insoportable. Por no hablar de la tan cacareada “división de poderes” que en España es una ficción creciente desde el inicio de la democracia (Alfonso Guerra hacia 1984 ya dijo aquello de que “Montesquieu está pasado de moda”) o un sistema judicial garantista paralizado y saturado desde hace años que para el robo de una colonia de 20 euros es capaz de abrir un procedimiento judicial que tarda años en sustanciarse… Esta constitución ya no sirve; sirvió solo para evitar mayores trastornos durante la transición, pero vale la pena reconocer los hechos: si ser “constitucionalista” es aceptar la constitución de 1978 tal como fue elaborada, vale la pena decir bien alto que las constituciones son lo que son, duran lo que duran y conviene revisarlas de tanto en tanto en función de su eficiencia demostrada. Ha sido la esclerosis constitucional lo que ha permitido al ZPedrosanchismo llegar hasta el punto en el que nos encontramos. Vale la pena no olvidarlo. 








CRÓNICAS DESDE MI RETRETE: ESTO (EL PEDROSANCHISMO) YA NO DE MÁS DE SÍ (2 de 3) - LO QUE SÁNCHEZ TIENE A FAVOR

1. Una oposición pepera floja, desnortada y sin liderazgo

Nunca en España hubo una oposición tan ambigua, torpe, dubitativa y contemporizadora como la que ejerce Núñez Feijóo, en un momento en el que hace falta rotundidad, carácter, nitidez, establecer barreras y cortar puentes. Nunca hubo un líder de la oposición tan falto de carisma, tan gris, tan incapaz de entender lo que está cambiando en la política mundial y tan plano como Núñez Feijóo cuyo modelo se nutre de fantasías centristas y de pactos preferenciales con la sigla “PSOE” (que hace tiempo ha dejado de existir y que, en realidad, encubre al “ZPedrosanchismo”: una mezcla de buenismo de cara a la opinión pública y de psicopatía en el tratamiento general de los temas. Feijóo no ha entendido dos cosas:

- que, ante el ZPedrosanchismo ceder un poco es capitular mucho y

- que para batir al ZPedrosanchismo es preciso un “programa común de las derechas”: su enemigo no es Vox, su enemigo es el “PSOE”.

Mientras el PP no asuma estos dos elementos y siga alternando coqueteos con el “PSOE” enarbolando la “razón de Estado” (que para la otra parte está muy por detrás del interés propio) y buscando posicionamientos “centristas”, cualquier eventual victoria del PP lo será por desgaste de la otra parte, no por adhesión del país a sus posiciones. Y esto generará que, poco después, al repetirse las mismas políticas en los temas sensibles (inmigración masiva, menas, delincuencias, okupas, imposiciones a la agricultura europea por parte de la UE, idéntica política exterior en relación a la OTAN y a Ucrania), provoque pérdidas súbitas de apoyo a la sigla.

2. Las naturalizaciones de extranjeros

La sigla “PSOE” se mantiene electoralmente y no se desmorona, porque ha construido un electorado clientelar en base a las naturalizaciones fáciles de inmigrantes subsidiados. Por mucho que Tezanos se empeñe en ignorar este hecho, lo cierto es que, en las elecciones catalanas, las únicas cifras que explicaban los resultados era el apoyo de los “nuevos electorales” al PSC en detrimento de ERC especialmente. El ZPedrosanchismo ha entendido que la pérdida de sus “viejos electores” tradicionales (clase obrera, jubilados, votantes cerriles que van desapareciendo por la edad, jóvenes -¿existen todavía las Juventudes Socialistas?- socialdemócratas) solamente puede compensarse naturalizando lo más rápidamente a inmigrantes y ofreciéndoles regímenes de subsidios y subvenciones suculentos, haciendo la vista gorda ante los abusos de menas y okupas y facilitando las reagrupaciones familiares.

3. Tezanos y el CIS: creadores de “opinión”

La investigación abierta en el Sena sobre Tezanos y el CIS, por supuesto, no servirá para gran cosa. Pero lo cierto es que Tezanos ofrece siempre unas cifras de intención de voto que, en realidad, tienen como objetivo condicionar el voto y sugerirle quién va a ganar -siempre la sigla “PSOE”-. Tezanos demuestra ser un “científico social” manipulador, pero demuestra al mismo tiempo que las leyes de la psicología de masas enunciada hace más de 120 años por Gustav Le Bon siguen siendo válidas: masa llama a masa, una masa electoral amorfa apoya siempre a aquel que le presentan como vencedor con la misma facilidad e inexorabilidad con la que el toro va hacia la vaca. Obviamente, esto tiene un límite, especialmente porque a fuerza de repetir la misma estrategia, ésta termina por ser grotesca y demasiado evidente, pero sigue influenciando a un sector de la población, lo que, junto a otros elementos es lo que contribuye al mantenimiento en el candelero de la sigla “PSOE”.

4. El PSC como único apoyo político sólido

Por mucho que Sánchez lo quiera negar, el “PSOE” es hoy un cadáver. Partido hecho para gestionar el poder, seguirá existiendo mientras tenga espacios de poder, pero estos se van achicando: de momento, en la mayoría de comunidades autónomas gobierna el PP y, especialmente, en Andalucía, hasta no hace mucho coto privado de caza del “PSOE”. Perder el gobierno de comunidades autónomas supone perder recursos, perder puestos de trabajo y perder influencia. Solamente el PSC se mantiene en posiciones hegemónicas indiscutibles, a costa de haber sufrido mermas, duras críticas internas y adoptado políticas ambiguas y cuestionables. La pérdida de vigor del independentismo, su división, el hecho de que el PP estuviera ausente de la política catalana, prácticamente desde la primera legislatura de Aznar (en la que fue apoyado por CiU), ha hecho que, a pesar de que la política de Maragall fue el factor que revitalizó el independentismo catalán, el PSC parezca ser una “opción segura” antiindependentista o se presente como tal. A pesar de que el PSC puede entrar en pérdida en cualquier momento, hoy es la única fracción regional del “PSOE” que todavía conservar vigor e iniciativa en su ámbito de influencia. Y el PSC, al menos en este ciclo, está dominado por afectos al ZPedrosanchismo.

5. La España subsidiada

Suele creerse que la izquierda reparte subvenciones como forma de comprar votos, mientras que la derecha administra mejor el dinero público y eso le permite rebajar la presión fiscal y, por tanto, por ese medio, ganarse el favor de la parte del electorado harta de ser muñida por Hacienda. Esto es lo que hace que pensionistas que tienen la convicción de que con el ZPedrosanchismo van a ver aumentadas sus pensiones, o inmigrantes a los que se les permite recibir subsidios, mientras realizan trabajo negro, por no hablar de okupas conscientes de que, en el momento en el que caiga el ZPedrosanchismo se corre el riesgo de volver a una política racional en la materia, sigan votando a la sigla “PSOE” en cualquier elección. De hecho, el ZPedrosanchismo ha conseguido dividir a España en dos bloques: los que pagan impuestos y los que reciben subsidios y estos votan pertinaz, fanática y cerrilmente al PSOE

6. Una izquierda refugiada en la sigla “PSOE”

Ya no hay “una” izquierda, existen “las izquierdas” pero, todas ellas, sea la forma que sea, están registrando, por una parte, un repliegue hacia el PSOE y, por otra, una atomización creciente. El fracaso de Podemos, seguida por el descalabro de Sumar, verdadera flor de un día, hace que esta área política tienda a la irrelevancia política. Si la sigla “PSOE” es la que tiene las llaves de la caja, el electorado de izquierdas y los militantes de izquierdas que solamente buscan un lugar bajo el sol y construir “chiringuitos” en forma de ONGs que les permitan vivir cómodamente sin excesivos esfuerzos, solamente pueden concentrarse dentro de esa sigla y no en los pobres aprovechados de Podemos y Sumar. La desmovilización de la izquierda por una parte y el goteo de Sumar hacia el “PSOE” son significativos e imparables y constituyen otro caladero de votos para el ZPedrosanchismo. El problema que va a encontrar esta sigla es cuando quede desalojada del poder.








CRÓNICAS DESDE MI RETRETE: ESTO (EL PEDROSANCHISMO) YA NO DE MÁS DE SÍ (1 de 3) - LO QUE SÁNCHEZ TIENE EN CONTRA

Para algunos comentaristas, han empezado a manifestarse los rasgos inequívocos de un “fin de ciclo”. El pedrosanchismo estaría en fase de agotamiento: sin salida. Luego vendría un período de hegemonía de la derecha pepera y luego, quién sabe qué. ¿Podemos dar por buena esta perspectiva? Todo lo que ha sucedido ayer en el parlamento confirma que el pedrosanchismo está en el límite. A lo largo del último año, Sánchez no ha sido dueño de su destino: su permanencia en el poder estaba hipotecada a varios pequeños grupos de perdedores; el mismo PSOE fue el perdedor de las anteriores elecciones generales. Su fantasía era compensar esa pérdida de popularidad con unos socios sometidos a mermas idénticas de todos y construir una mayoría frankenstiana que le permitiera permanecer en el gobierno por tiempo indefinido. Pero esta estrategia no puede prolongarse hasta el infinito. Vamos a ver los pros y los contras a los que se ve sometido el pedrosanchismo. Esto nos permitirá extraer una conclusión sobre el futuro

LO QUE SÁNCHEZ TIENE EN CONTRA

1. Corrupción y nepotismo imposibles de ocultar

Lo peor del “caso Begoño”, lo peor del “caso Hermanísimo”, no son los hechos en sí mismos (que demuestran el alto grado de corruptelas y nepotismo que anida en el propio edificio de la presidencia del gobierno), sino el hecho de que el gobierno en pleno y el “PSOE”, han salido en tromba a defender lo indefendible: la “inocencia” de dos personajillos irrelevantes, cuyas aventuras “profesionales” alocadas, propias de Rinconete y Cortadillo, hubieran sido imposibles de ser no esposa y hermano de quien son. A estos se une el caso Koldo-Avalos, la anulación de las sentencias por los ERE de Andalucía (todos socialistas… a fin de cuentas, en su propio partido, le han dicho a las claras a Sánchez que, si ha amnistiado a los independentistas catalanes, los de su propio equipo van antes y exigen un trato “igualitario”. Y así lo ha hecho), la ley de amnistía por los hechos ocurridos durante el “procés” con argumentos propios de escuela primaria, la elección de un fiscal general cuestionado por toda la cúpula judicial, no son “accidentes” en la democracia española, son, más bien, el “pan de cada día”, solo que durante el ZPedrosanchismo se han vuelto cotidianos y giran especialmente en torno al “núcleo duro” de la Moncloa. Es cierto que, para la prensa oficialista, todos estos casos son cosa de “tabloides ultras”, pero lo cierto es que, por primera vez, en todo el globo terráqueo, se han conocido las corruptelas del gobierno de Pedro Sánchez.  Las redes sociales han hecho el resto. Y esto no termina aquí: las sombras de corrupción perseguirán al “PSOE” y no solo al ZPedrosanchismo incluso años después de que haya abandonado la Moncloa. Algunos barones socialistas han aguantado hasta ahora, ante el miedo de que Sánchez se eternice en la presidencia, conocen su carácter vengativo y faccioso y saben que oponerse a él, supone quedar apeado del “PSOE”, pero en el momento en el que los hechos demuestran que su caída está próxima, ellos mismos lo venderán a los “tabloides ultras” para salvarse de la quema. Todos los casos de corrupción que han estallado amamantados por el ZPedrosanchismo van a ser de largo recorrido: pasarán años antes de que se sustancien en los tribunales y décadas antes de que se olviden.

2. Una dependencia absoluta de las minorías

Sánchez se ha enterado el martes 23 de julio de 2024 que ha entrado en la última parte de su ciclo de gobierno. Ni las concesiones a nacionalistas catalanes y vascos, ni la ley de amnistía, ni las condonaciones de deuda, ni el lograr pactos puntuales con Feijóo (en el reparto de menas, en la regularización de medio millón de ilegales, en los vocales del CGPJ) le ha salvado de perder cuatro votaciones seguidas en el parlamento: ni se reformará la ley de extranjería (torpedeada por el PP, pero también por Junts, y especialmente por Vox), ni el techo de gasto propuesto por la presidencia (lo que hace imposible aprobar una ley de presupuestos generales del Estado para el año que viene). Y son ¡32 las votaciones que ha perdido en el parlamento! Nunca ningún gobierno español había alcanzado estas cifras de fracasos parlamentarios. Esto llega después de que el gobierno haya sido tumbado en la ley del suelo y en la ley cosmética para prohibir la prostitución. Bastó que los cinco diputados de Podemos votaran en conta del subsidio de desempleo para bloquear también este proyecto. El refrán dice “a perro flaco todo son pulgas” dice el viejo refrán español: y el perro flaco es el ZPedrosanchismo. Cada minoría, consciente de que su voto es imprescindible para gobernar, aprieta lo más posible al ZPedrosanchismo. Y éste ya no puede dar más de sí. Él miedo que empieza a cundir entre las minorías es que el apoyo a un gobierno al que se le acumulan corruptelas, termine mermando a su propio electorado. Para un Puigdemont, incluso, ser el gobierno más corrupto e ineficiente de la democracia el que le ha concedido el indulto no es el mejor aval. El primer toque de atención lo planteó Aitor Esteban del PNV en su intervención parlamentaria sobre el “caso Begoño” durante la presentación del “Plan de Regeneración Democrática” del ZPedrosanchismo: aunque penalmente sea irrelevante, lo cierto es que “hay límites más allá de lo penal”. Dicho plan convenció aún menos a sus socios que temen que, en algún momento, pueda volverse contra ellos. Si las minorías más minoritarias, empiezan a ser crítica con la minoría ZPedrosanchista, es un signo elocuente de que el ciclo toca a su fin.

3. Los “tabloides digitales” tienen más audiencias
que los “medios oficialistas”

La prensa impresa casi ha desaparecido. En Barcelona cuesta encontrar un kiosco en el que se vendan diarios. Los medios convencionales, han debido abrir webs a precios de remate para compensar su indigencia absoluta en ventas. Son medios caros, conformistas respecto al poder (El País en relación al ZPedrosanchismo y La Vanguardia en relación al nacionalismo catalán), planos y sectarios en sus análisis y perdiendo credibilidad y colaboradores continuamente. Eso mismo ocurre con las televisiones generalistas y oficialistas: excesivamente caras para el contribuyente, con una calidad cada vez más deficiente, abandonadas por espectadores y por publicidad, languidecen con presupuestos cada año más abultados. Frente a estos dinosaurios de la información han aparecido youtubers, periódicos digitales y redes sociales (especialmente Twiter/X) que no cargan al contribuyente con subvenciones y que permiten, además, a los youtubers ingresos adicionales que justifiquen su actividad. Y entre estos nuevos comunicadores y el ZPedrosanchismo no hay apenas contacto: se entiende el porqué el ZPedrosanchismo intenta controlar esos medios, obstaculizar su trabajo al máximo y presionar a sus anunciantes. Pero, aquí si que no pueden ponerse puertas al campo: la difusión de los medios convencionales seguirá bajando, su campo de influencia empequeñeciéndose y sus necesidades económicas aumentando. Es la crónica de una muerte anunciada que, en definitiva, será el funeral de medios oportunistas-oficialistas que han ejercido durante años como verdadero “ministerio de la verdad” orwelliano.

4. El imposible tablero catalán

Poner de acuerdo a las tres fuerzas políticas mayoritarias en el parlamento catalán es una tarea titánica a imposible, especialmente porque en Cataluña no hay, desde el “procés” una clase política de reemplazo. Si la clase política pujolista fracasó y murió por sobredosis de corruptelas, la clase siguiente, la que protagonizó el “procés”, a pesar de su fracaso, a pesar del descenso de votos independentistas, a pesar de sus fracasos electorales, no se resigna a pasar el testigo a otra generación (acaso porque, para el nacionalismo no existe puede existir otro proyecto más allá de la independencia) y los Junqueras y los Puigdemont quieren seguir estando presentes en la política catalana. Y ambos se odian recíprocamente y hacen imposible cualquier acercamiento mutuo al PSC. Ambos son, en efecto, excluyentes. A lo que se une la presión ejercida por centros de poder que en otro tiempo fueron algo y hoy son residuos del “procés” (la Asociación de Municipios por la Independencia, la Asamblea Nacional de Cataluña, el Consejo por la República Catalana) y hoy son un instrumento más de dispersión y juego personal de personajillos nacionalistas. De hecho, Cataluña lleva desde las elecciones del mes de mayo con un gobierno “en funciones” y el plazo se agota: o el PSC pacta con ERC, con lo que pierde los votos de Junts, o bien pacta con Junts para lo que, antes, debería resolver la enésima imputación de Puigdemont que se perfila en el horizonte (por “alta traición”) y que no está acogida a la amnistía ZPedrosanchismo. El gobierno del Estado puede caer según quién gobierne en Cataluña. Lo más natural sería que se convocaran nuevas elecciones (en las que ERC se mantendrá a la baja, Junt bajaría algo, se dispararía el apoyo a la candidatura antiinmigracionista de la alcaldesa de Ripoll y PP y Vox pueden mantener sus posiciones con tendencia al alza). Un escenario que, lejos de resolver el problema lo acentuaría.

5. Las ratas que abandonan el barco

Cuando se avecinan cambiar de ciclo, las reacciones de las élites suelen responder a tres actitudes: los “numantinos” que se saben imposibles de ser reciclados en el nuevo ciclo y tienden a hacerse olvidar aumentando alocadamente sus corruptelas; las “ratas” que se han beneficiado del ciclo pero huelen su final y dejan de apoyar a aquellos de los que han vivido durante años; y finalmente los “opositores” que se satisfacen con ser el reemplazo que se avecina. El ZPedrosanchismo se mantiene actualmente gracias al grupo de “las ratas”: nacionalistas e independentistas catalanes y vascos, izquierdas radicales en descomposición. El apoyo de todos estos grupos se basa en el hecho de que consideran que, para ellos, un gobierno débil del “PSOE”, será infinitamente más beneficioso que un gobierno de la derecha. El problema es que ese apoyo, en un momento en el que la erosión del ZPedrosanchismo es evidente e irreversible, puede redundar electoralmente en contra de las fuerzas que le apoyan y, por tanto, esos apoyos tienden a ser cada vez más condicionales. Incluso entre los altos cargos de los organismos judiciales, los vocales que, hasta ahora, han contemporizado, más o menos, con los introducidos por el ZPedrosanchismo, van a tender a retraerse ante el nuevo ciclo político que se anuncia. En otras palabras: a partir de ahora, las fuerzas políticas, incluso los tibios, que mantenían al ZPedrosanchismo en el poder, van a tender a abandonarlo progresivamente. Esta tendencia no es solamente visible en el parlamento, sino incluso en los medios de comunicación favorables hasta ahora al gobierno y en el que los tertulianos “de sobre” cada vez encuentran más dificultades para defender las posiciones del ZPedrosanchismo y se muestran más tibios: saben que, si se comprometen demasiado con una causa perdida, corren el riesgo de perderlo todo (subvenciones y sobres) en el siguiente ciclo.

6. La UE ya no es lo que era

Von der Leyen -una amiga del ZPedrosanchismo- se mantiene a la cabeza de la UE, pero algunas cosas han cambiado. El Partido Popular Europeo volvió a ser el mas importante, pero con 34 escaños menos, el Grupo Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, le siguió… pero con una pérdida de 33 escaños y el Grupo de Izquierda Unitaria y Verde perdió 11Patriotas vinculado al Ressemblament National obtuvo 84 diputados y el Grupo de Conservadores y Reformistas, 77 escaños, sin olvidar una treintena más de escaños de la misma tendencia antiinmigracionista y antiglobalizadora que se encuentran en el grupo mixto. En otras palabras: Von der Leyen sigue siendo presidenta, pero cada vez tiene las manos más atadas y el “cordón sanitario” lanzado en torno a la “extrema-derecha” no le va a bastar para aislarla. Es más, la existencia de dos grupos parlamentarios de “extrema-derecha” y de “derecha nacional”, se debe únicamente a la guerra de Ucrania: en cuanto termine, lo más probable es que tiendan a la unificación. Estos dos grupos, por el momento, tienen hoy capacidad suficiente para aumentar los controles sobre el dinero de la UE y evitar “fugas” en dirección a las redes de corrupción, amiguismo y nepotismo que han caracterizado al ZPedrosanchismo.

7. Una economía sin salida

Sánchez es el primero en saber -es economista y algún día debió asistir a clase- que la economía española no puede mantenerse en las actuales circunstancias: con déficits históricos acumulados y en crecimiento, con una economía basada única y exclusivamente en el turismo (que cada vez suscita más oposición social), con una situación económica inestable que inhibe las inversiones, con una fiscalidad desmedida y con un intervencionismo estatal creciente, no en beneficio de la comunidad, sino en beneficio de los gestores de poder. Basar el “éxito económico de España” en el PIB es puro sinsentido: el PIB solamente mide el movimiento económico y cuando una población como la española crece en 600.000 personas al año gracias a la inmigración, está claro que SIEMPRE el PIB tenderá a subir. Pero lo que cuenta, en términos de economía real y de salud pública no es el PIB, ni la renta per cápita (el dinero total que se mueve dividido por el número de habitantes), sino la renta por grupos sociales. En la “sociedad del bienestar” un 10% de la población paga impuestos para mantener a un 60% que los recibe (mientras un 30% se queda más o menos igual). Y lo que está creciendo en España es ese 60% (a causa de la inmigración y del empobrecimiento de las clases medias), mientras que el 30% se va achicando y se ve cada vez más presionado fiscalmente. Pero esto proceso infernal tiene un límite: el gasto del Estado es, hoy, excesivo (especialmente en comunidades autónomas, aparato del Estado, subsidios y pago de intereses de la deuda) y ya soportamos la mayor presión fiscal de Europa (ver TeleMadrid)

8. La sensación de inseguridad creciente y delincuencia impune

Delincuentes detenidos por la mañana in fraganti, pueden merendar en sus casas okupadas y su único problema vital es si realizar un nuevo robo o acudir al cajero automático a retirar la cuantía de los subsidios que reciben. Cada vez con mayor frecuencia estamos asistiendo a estallidos de cólera de los vecinos (que han intentado en varias ocasiones linchar a los agresores). Vale la pena recordar que desde los “incidentes de El Ejido” en el año 2000, a causa de tres asesinatos cometidos por inmigrantes en esa localidad, problemas de este tipo vienen sucediéndose por mucho que no se indique la nacionalidad de los delincuentes (hoy, la opinión pública ya intuye que cuando no se indica el medio de prensa se está refiriendo a un inmigrante, incluso cuando se indica que “es español”, subsisten las dudas sobre si se trata de un “nuevo español” o de un autóctono en sentido estricto). Lo cierto es que llegan en aluvión individuos sobre los que no se sabe nada, ni de sus intenciones, ni de su estado de salud, ni de su pasado. Sin olvidar que la mayoría de delincuentes marroquíes puestos en libertad por indultos reales, nada más salir, vienen a España, país mucho más “amable”, para proseguir sus exacciones sin apenas riesgos, e incluso, con casa (okupada), comida (entregada por el Estado) y dinero (mediante subsidios).

9. La inmigración masiva

El 62% de la población cree que “ha llegado demasiada inmigración” (ver El País). Sabemos por qué ha llegado: para el ZPedrosanchismo se trata de realizar un “gran reemplazo” de electores y cubrir sus bajas entre la clase obrera, los intelectuales, las clases medias y la juventud. Además, es una exigencia de la izquierda europea, mientras que la derecha cree verdaderamente que se está acogiendo a “refugiados” por “causas humanitarias” y solamente pide que se establezcan cupos y se cierren un poco las puertas. Hoy, las experiencias realizadas en Europa indican que estamos ante una integración imposible (que ha fracasado en todos los países sin excepción) que genera muchos más problemas de los que resuelve (empezando por el coste de mantenimiento de la paz étnico-social a fuerza de subsidios y de permisividad ante la delincuencia y los okupas). Cada día que pasa, franjas más amplias de ciudadanos pasan a engrosar las filas contrarias a la inmigración masiva y la hostilidad hacia quienes la permiten. Y esto no va a descender por muchas campañas de promoción y apoyo. La propia inmigración cada día se encarga de aumentar esta hostilidad de los autóctonos. La peor política es negarse a ver que nos encaminamos hacia el conflicto étnico-social y religioso (en lo que se refiere al islam).








jueves, 18 de julio de 2024

ANÁLISIS: LA TEORÍA DEL “GRAN REEMPLAZO” ÉTNICO (IV). EL “GRAN REEMPLAZO”… ELECTORAL

EL PUNTO DÉBIL DE LA TEORÍA DEL “GRAN REEMPLAZO”

Ahora bien, ¿podemos afirmar que la teoría del “gran reemplazo” es correcta? ¿Cuál es su punto débil? Es aquí en donde reside la auténtica polémica: no en el hecho incontrovertible de que Europa se ha convertido en un caos multicultural al que las proyecciones demográficas ofrecen un futuro “africanizado” e “islamizado”, sobre el que podrá discutirse la velocidad mayor o menor del proceso, pero no sobre el hecho en sí de que el resultado de las políticas migratorias de los últimos 30-50 años va a generar, está generando, un vuelco étnico, religioso y cultural en Europa Occidental.

El hecho de que se mencione de George Soros en el centro de la “conspiración” y como su factótum no es asumible. Es cierto que Soros juega a favor de mantener u aumentar los flujos masivos, es cierto que tiene peso económico y que, por tanto, tiene influencia política y mediática. Pero Soros no es hijo de una dinastía económica (a diferencia de los Rothschild, los Rockefeller o los Vanderbilt). Su padre era un discreto abogado y su madre tenía un pequeño comercio de ropa. No estamos hablando, por tanto, de generaciones y generaciones de tiburones de las finanzas, sino de un “self made man”. En la lista de “hombres más ricos del mundo” no aparece entre los 10 primeros (la mayoría de los cuales proceden del sector de nuevas tecnologías). No hay, por tanto, que mitificar a George Soros y a su papel en la escena mundial. Es cierto que su papel ha sido influyente en la pequeña República de Georgia y en el desarrollo de los conflictos balcánicos en los años 80 y 90. También es cierto que sus “fundaciones” han recibido entre 30 y 35.000 millones de dólares para sus tareas “humanitarias” y que buena parte de este dinero se ha invertido en la integración del pueblo gitano en Europa, en soporte a ONGs de carácter pro-inmigracionista. Pero el fenómeno es mucha mayor que la figura de George Soros.

Por otra parte, Soros es un “negociante”, el típico especulador financiero. ¿Qué beneficios podría extraer George Soros de impulsar un “gran reemplazo”? Los hechos demuestran que cuanta más inmigración llega a Europa Occidental, los estados afectados se debilitan más y más, crecen los problemas, aumenta la inestabilidad, disminuye la seguridad… se crea el marco más inadecuado para los negocios. ¿Qué inversor podría estar interesado en alcanzar una situación en la que Europa Occidental fuera perdiendo más y valor económico? Por otra parte, a pesar de que se han ofrecido a los inmigrantes en todos los países de Europa Occidental, medidas de discriminación positiva, que les favorecían en el acceso a estudios superiores, lo cierto es que los resultados han sido muy discretos. La educación ofrecida a jóvenes y adolescentes procedentes del mundo islámico y del África subsahariana no se ha traducido en una elevación del nivel de vida de sus comunidades que siguen guetizadas, sin mostrar interés por la integración, ni mucho menos por la asimilación. A esto se une el hecho de que la inseguridad y la inestabilidad creciente de muchos países, especialmente España, induce a “jóvenes suficientemente preparados”, recién licenciados de carreras universitarias, a desplazarse a otros países en busca de mejores ofertas económicas, más estabilidad socio-política y menores cargas fiscales.

Es cierto que se están produciendo cambios de migraciones: se van jóvenes autóctonos preparados, pero llegan jóvenes sin interés por esa misma preparación y atraído por el “efecto llamada” de los subsidios desde el minuto uno de su desembarco de la patera y, en el peor de los casos, por la permisividad de las autoridades ante la delincuencia organizada. En este terreno el panorama es muy desolador y nadie medianamente inteligente y con una mínima capacidad crítica puede llamarse a engaño: estamos asistiendo a un empobrecimiento cultural, económico y social en Europa Occidental (y en la Europa Nórdica) del que todas las partes implicadas -incluidas las finanzas- terminarán lamentando (un régimen de subsidios es viable solamente mientras existe un volumen de población a la que Hacienda puede “muñir” literalmente. Pero esto también tiene un límite, más allá del cual, resulta inviable. Interrumpir bruscamente el flujo de subsidios a la inmigración supondría un estallido étnico y social inmediato.


Si el futuro de Europa Occidental se tambalea a causa de la llegada masiva de inmigrantes y del vuelco demográfico que esto supone, habría que valorar ¿a quién beneficia el hundimiento de Europa Occidental?

- ¿A Rusia? Rusia es consciente de la debilidad de Europa y que las propias políticas de los últimos gobiernos de la UE conducen directamente a una inestabilidad creciente de los distintos países que la componen. Por lo demás, no ha existido ninguna prueba de responsabilidad rusa en las riadas de inmigración. Washington y el Pentágono tampoco son sospechosos de animar tales oleadas migratorias: todo lo contrario, en un momento en el que, a través e Donald Trump resucita la idea del “decoupling” (desvinculación de los EEUU de la defensa de Europa), la instigación norteamericana es todavía más increíble.

- ¿Marruecos? Efectivamente está interesada en deshacerse del lastre que supone su crecimiento demográfico y aliviar la presión que generan los desplazamientos de miles de a subsaharianos a Europa a través de su territorio. No hay que olvidar tampoco, que Marruecos lleva a cabo una guerra de “baja cota” contra España y reivindica parte de nuestro territorio nacional (Ceuta, Melilla, las Islas Adyacentes y Canarias) para realizar un proyecto geopolítico del Gran Marruecos. Además, este país juega sus cartas como históricamente ha hecho: chantajeando constantemente a la UE y a España u obteniendo jugosos beneficios por ello[1]. Pero Marruecos no es la única plataforma utilizada para llegar a Europa: Argelia, Libia, Turquía, son “corredores” habituales de la inmigración en dirección a Europa y, por tanto, el papel de Rabat es menor al que se suele creer en España. No hay que olvidar, además, que hay oleadas masivas de inmigración ilegal a Europa porque la propia UE lo tolera. Y, sin embargo, no hay problema más fácil de resolver que el de la inmigración: basta desincentivarla mediante repatriaciones masivas o bien, situando a la Armada de los países mediterráneos (especialmente de España, Francia, Italia, Malta, Chipre y Grecia) interceptando pateras y remitiéndolas al puerto más próximo según la ley del mar (esto es, al puerto del que han salido). En apenas un mes de esta práctica, el flujo se cortaría en saco. La no admisión de “refugiados” sin documentación y las repatriaciones de ilegales que han llegado, harían el resto.

Esta es la cuestión: no hay que buscar intervenciones externas, ni siquiera conspiraciones para establecer porqué se produce un flujo masivo de inmigración con el riesgo de generar un “gran reemplazo”. Porque si la conclusión del “gran reemplazo” es inapelable, lo que no lo es tanto es la explicación. Hay inmigración, porque los gobiernos europeos de centro-izquierda y de izquierdas, fundamentalmente, lo han permitido por unos motivos y gobiernos de centro-derecha por otros, relativamente diferentes. No hay que buscar “fuera” la causa del problema, sino “dentro”. Sobre todo, teniendo en cuenta que la UE ha estado gobernada por coaliciones de centro y centro-izquierda. Este es el principal elemento a tener en cuenta.

Nadie ha obligado a los gobiernos de la UE a suscribir la Agenda 2030 (como hizo Rajoy en 2015, sin haber leído bien sus cláusulas y lo que implicaban, entre otras medidas, aceptación de los flujos migratorios que quisieran asentarse en España). Nadie obligó a José Luis Rodríguez Zapatero a suscribir en 2008 el Pacto Europeo sobre Migración y Asilo, otro de los documentos en los que se asientan las oleadas migratorias. Nadie obligó a Pedro Sánchez firmar el Pacto de Marrakech en 2018 que impone a los Estados de la UE “cuotas de inmigrantes”,

En España podemos establecer que el inicio de la inmigración masiva se produjo a partir de 1996 cuando José María Aznar (centro-derecha) estableció su modelo económico basado en salarios bajos, acceso fácil al crédito, la construcción como motor económico e inmigración para abaratar la mano de obra. Durante su gobierno entraron en España entre 2.500.000 y 3.000.000 de inmigrantes, que luego, durante el zapaterismo se duplicaron. Pero, hay que recordar que los motivos por los que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero realizó una “regularización masiva” fueron simplemente engañosos: se dijo que era para regularizar a 400.000 en situación de ilegalidad, pero, en realidad, se aprobaron 600.000 regularización (buena parte de las cuales avaladas por documentación más que dudosa), generándose un efecto llamada inmediato de entre 500.000 y 600.000 inmigrantes más desde que se anunció la regularización hasta que concluyó. Se prometieron medidas para impedir que se repitieran acumulaciones de ilegales de este tipo y sanciones para las empresas que los contratasen. En realidad, no se hizo nada más que abrir las puertas de par en par. Cuando se cumplían diez años desde el inicio de la inmigración masiva (de 1996 a 2006) ya se habían instalado en España en torno a 6.000.000 de inmigrantes. A partir de aquí, empezaron las “naturalizaciones” y, aunque hoy el número de inmigrantes residentes en España, se estima entre 7.500.000 y 8.000.000 la cifra es engañosa, porque hay que sumar los “naturalizados” y los hijos de todos estos contingentes, nacidos en España y, por tanto, considerados legalmente como españoles[2]. El resultado final es que, hoy, entre en 22 y el 25% de la población residente en España, o bien es inmigrante, legal o ilegal, hijo de inmigrantes o bien antiguos inmigrantes “naturalizados”.

Las “regularizaciones masivas” empezaron, incluso, antes de la llegada de Aznar. En 1986, Felipe González realizó una primera regularización para inmigrantes sin permiso de trabajo que pudieran acreditar su presencia en España antes del 24 de julio de 1985. Una segunda regularización se realizó en 1991 para aquellos que pudieran demostrar “oferta regular y estable de empleo” o “un proyecto permanente y viable de actividad por cuenta propia”. En 1992, el mismo Felipe González “abrió la mano” para admitir a los familiares de los ya regularizados”. Por entonces ya se habían regularizado oficialmente 114.423, mientras la izquierda (y el propio PSOE) pedían el “papeles para todos”. Aznar regularizó en varias oleadas en torno a medio millón de inmigrantes irregulares entre 1996 y en 2001. En el momento de escribir estas líneas, PP y PSOE han aprobado en el parlamento la vía abierta para regularizar a otros 500.000 irregulares… Pero los motivos, también ahora, son distintos. Para el PP es una cuestión “de humanidad” y “de economía”. La derecha liberal española considera que mantener la llegada de inmigración es “bueno para la economía”: y, en efecto, tiende a subir el PIB nacional (cuanta más población, más movimiento económico), pero con la contrapartida de que esta cifra “macroeconómica” es engañosa.  Inmigrantes que llegan sin capacitación profesional, ni especialidades, solamente pueden colocarse en los niveles salariales más bajos o entre los grupos subsidiados: tal como explicó el profesor Jesús Fernández-Villaverde, catedrático en Economía de la Universidad de Pennsylvania, en su estudio La riqueza de las naciones trabajadoras:

“Vivimos en un estado del bienestar. Los estados del bienestar se basan en que el 10% de la población de más renta transfiere renta al 60% de menor (los que están entre el 61% y el 90% se quedan más o menos igual), bien directamente con transferencias o indirectamente con servicios públicosCada inmigrante que llega a una economía avanzada y se coloca en el 60% de menor renta (es decir, casi todos excepto los de muy alto nivel de capital humano) tiene un valor añadido negativo para el estado del bienestar. Sí, los inmigrantes te generan flujo de caja positivo hoy para la seguridad social (pagan cotizaciones), pero en el futuro hay que pagarles una pensión y una sanidad pública. En Dinamarca lo han contabilizado con detalle y, efectivamente, traer inmigrantes les sale a perder (…) La inmigración no parece ser la solución de casi nada; países como Canadá o España, que han traído muchos inmigrantes desde 1990, han crecido menos que Japón en términos de PIB por adulto en edad de trabajar. Simplemente, hay más trabajadores en Canadá y España, con lo cual el PIB total crece más, pero el PIB por adulto en edad de trabajar no crece más (…) Los japoneses, a pesar de los millones de artículos en la prensa occidental criticándoles por no permitir inmigrantes, lo han entendido mucho mejor que nosotros”[3].

España y Canadá, han alardeado de aumentos en el PIB, gracias a haber admitido millones de inmigrantes, sin embargo, no se ha traducido en generación de riqueza, ni en mejora del estado del bienestar. ¿Cómo podría ser de otra forma si de los 8.000.000 de inmigrantes que viven en España, solamente trabajan y cotizan a la seguridad social, casi siempre por las franjas salariales más bajas, apenas una 2.500.000? Lo peor -y lo que demuestra que en España, el gobierno todavía actúa con frivolidad en materia de inmigración masiva- es que la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, fue la que ofreció estas cifras, reconociendo luego que ¡ignora a qué se dedican los 5.500.000 que están en España pero que no trabajan… Así se entiende perfectamente porque el resto, o bien está obligado a vivir de subvenciones y subsidios, o bien se vincula a medios de vida ilegales, o bien además de subsidios genera trabajo negro y así se explica problemas tan diversos como la subida del precio de los alquileres en el mejor de los casos y la oleada de “okupaciones”, sin precedentes en la historia mundial o la oleada de violencia contra la mujer. Como para que luego el ministro José Luis Escrivá afirme con una seriedad pasmosa que todavía España “necesita entre ocho y nueve millones de inmigrantes hasta el 2050” (¡!)[4].

SI, ESTAMOS ANTE UN “GRAN REEMPLAZO”… ELECTORAL

Así pues, la pregunta sigue en pie: ¿por qué inmigración? La respuesta es mucho más sencilla de lo que imaginaba Camus y los teóricos de la teoría del Gran Reemplazo. Si nos fijamos en el caso español (que no reproduce sino tardíamente lo que otros países de Europa Occidental ya había realizado con veinte años de anticipación), lo habitual es que la izquierda admita inmigración, cuanta más mejor, y que la derecha, por lo general, tienda a controlarla algo más. Esto da la respuesta al problema: desde los años 80, la clase obrera europea -que aportaba el grueso del voto de izquierdas- o bien ha ido desapareciendo barrida por la globalización y las deslocalizaciones, o bien ha ido adoptando valores propios de la derecha, no solo porque su proceso de aburguesamiento y mejora en sus condiciones de vida era evidente, sino también porque, poco a poco, las propuestas de la izquierda en materia de “ingeniería social”, especialmente a partir del inicio del milenio, han ido chirriando cada vez más en sus oídos. Esto ha generado un retroceso electoral de las izquierdas y un cambio en su electorado: hoy, la clase obrera apenas vota a opciones de izquierdas; los huecos que ha dejado se han visto sustituidos por funcionarios de ONGs subsidiadas, por profesionales de orientación “progresista” y, especialmente, por “nuevos europeos”, esto es por inmigrantes naturalizados. En otras palabras: cuantos más inmigrantes lleguen a Europa, más posibilidades tiene la izquierda de sobrevivir a corto y medio plazo.

Por eso las izquierdas, mirando a su propio futuro electoral, han intentado encontrar un “nicho de sustitución” y lo han encontrado en las masas procedentes de África y del mundo islámico. Así pues, podemos hablar con más propiedad de un “gran reemplazo de electorado” que de un “gran reemplazo de población”: si este último es la consecuencia, la búsqueda de un electorado de sustitución ha sido el elemento justificativo y el desencadenante real. Algo que es fácil de demostrar sin entrar en teorías conspirativas.

Hemos dicho que la izquierda ha encontrado una solución para sus carencias electorales a corto y medio plazo. A largo plazo, cuando, a partir del 2050, los grupos halógenos sean mayoría en muchos países, el problema no será ese: sino que ya habrán organizado partidos propios, ya dispondrán de un programa propio y ya estarán en condiciones de obtener la mayoría e introducir reformas constitucionales (en el mejor de los casos) o imponer sus programas mediante la yihad. A los dirigentes de la izquierda europea les quedará el dudoso orgullo de haberles abierto ese camino. Algo por lo que nadie les recompensará.



[1] Cf. León Klein (seudónimo de Ernesto Milá), Marruecos, el enemigo del Sur (Editorial PYRE, Barcelona, 2003) y León Klein, Marruecos, la amenaza (Editorial PYRE, Barcelona, 2004), en donde puede encontrarse suficiente información sobre la “guerra de baja cota” contra España.

[2] Datos extraídos de diversas fuentes, entre ellas: León Klein, El libro negro de la inmigración en España, PYRE, Barcelona, 2003, diversos artículos publicados en el blog info-krisis (http://info-krisis. Blogspot.com) y https://gaceta.es/espana/regularizacion-de-inmigrantes-una-vieja-costumbre-del-psoe-y-del-pp-que-hoy-es-patrocinada-por-la-agenda-2030-20240415-0600/

[3] Idem.

[4] https://www.elmundo.es/economia/macroeconomia/2018/10/04/5bb5f351e2704e030b8b45f1.html


ANÁLISIS. EL GRAN REEMPLAZO (I)

ANÁLISIS. EL GRAN REEMPLAZO (II)

ANÁLISIS. EL GRAN REEMPLAZO (III)

ANÁLISIS. EL GRAN REEMPLAZO (IV)