miércoles, 31 de mayo de 2023

LA ESTRATEGIA DEL SALMÓN COMO FORMA DE AFRONTAR LA MODERNIDAD

La ictiología es aquella rama de la zoología que estudia los peces. Se puede aprender mucho de los peces. Nombres de raigambre ictiológica se utilizan para definir comportamientos humanos: el “tiburón”, por ejemplo, es el nombre que reciben los depredadores económicos, dícese del “merluzo” que es alguien “tonto y bobo” o el “besugo”, según el diccionario de la Real Academia es alguien “torpe y mendaz” y, por lo mismo, un “manta” (en alusión a la mantarraya que pasa horas muertas descansando en el lecho del mar) es, simplemente, un holgazán y perezoso. Así pues, la ictiología define comportamientos, actitudes y estrategias. Por algún motivo, la zoología es una fuente de inspiración, acaso por aquello que decía Nietzsche en su Zaratustra: “Hemos recorrido el camino entre el gusano y el hombre, pero queda en nosotros mucho de gusano”. Pero si existe un pez que, en sí mismo y en su comportamiento, nos muestre el estilo de vida y la estrategia en esta época, no lo dudéis, ese es el salmón.


UNAS NOTAS SOBRE EL SIMBOLISMO DEL PEZ Y DE LA PESCA

Algo debía tener el pez en aquellos primeros años de nuestra era cuando los cristianos lo utilizaban como símbolo de reconocimiento. Era el tiempo en el que los arúspices romanos observaban las evoluciones de los peces en las piscinas de sus quintas, para tratar de intuir los rasgos del “dios de la nueva era”. El propio Nerón, pagaba esas investigaciones y su propio nombre quería decir “agua limpia”. El dios del futuro, pensaban, debía de nacer en las aguas del mar.

En general, en las civilizaciones tradicionales -esto es, en aquellas que eran antípodas de la nuestra- el pez era el símbolo de la fertilidad y la abundancia. Al menos tal era su significado más pedestre y popular. Entre las cofradías de iniciados, en cambio, el pez estaba relacionado con la sabiduría. Los primeros cristianos, aprovechando que parte de los apóstoles eran pescadores, utilizó el símbolo abundantemente: “Yo os haré pescadores de hombres”, les dijo Cristo. Este fue uno de los motivos por los que el símbolo del pez fue adoptado por los primeros cristianos. En griego, por lo demás, las tres primeras letras de la palabra “ichtus” o “ichtys” (pez) eran las iniciales de “Jesús Ungido Dios”. Este simbolismo se relacionó también con la trinidad: tres peces entrelazados representaban al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Se dice que la mitra de los obispos se inspira precisamente en la cabeza del pez e, incluso, en el siglo XV circulaba en el Baltikum la leyenda de un pez por cuerpo humano que fue pescado en sus aguas y entregado al rey de Polonia. Éste, apiadado por sus súplicas, lo depositó de nuevo en el mar y el pez-humano, para demostrarle su agradecimiento, le hizo la señal de la cruz.

Los egipcios lo asociaban a la diosa Isis y los chinos veían en el pez un símbolo de riqueza. En la misma época, hacia el sur, en la península del Indostán, los Puranas relataban la historia de Vishnú, el dios mantenedor del orden cósmico, que se transforma en pez para salvar al mundo de un diluvio con todas las características de ser similar al que sorprendió a Noé en su arca.

Casi siempre, el pez era un buen augurio. Por sus escamas se le asociaba a la Luna y por su hábitat natural, a las aguas primordiales de las que había surgido el universo. En la iconografía griega, era frecuente que se representara a Ulises retornando a Ítaca, rodeado de peces (a la sazón, delfines). El caballito de mar era la montura de Poseidón y el pulpo -cefalópodo, pero compartiendo los mares con los peces- el símbolo de la volubilidad y la inconstancia.

En cada ámbito geográfico y antropológico, el pez característico de esa zona ha sido adoptado como símbolo por cada cultura: la carpa en China, símbolo de perseverancia, la anguila en Polinesia asociado al erotismo (por sus contorneos), el pez espada en Nueva Guinea y Japón, el tiburón en Polinesia, Hawái y las costas africanas, tenido como sagrado, y así sucesivamente.



EL SALMÓN DE LA SABIDURÍA

Dentro de las especies marinas, hay una, por encima de todas las demás, que aparece, especialmente en la tradición occidental y, más concretamente, en la tradición hermética alejandrina, como símbolo de la sabiduría: el salmón. Los motivos son fácilmente comprensibles, pero no tanto el exclusivismo del que gozó entre los celtas (aún circula por nuestras venas algo de sangre celta, vale la pena no olvidarlo) para los que era la única criatura marina que merecía un respeto. Para los celtas no había otro símbolo bajo las aguas más que el del salmón. Cuando en la literatura céltica se utiliza la palabra “pez” es, casi siempre, una alusión al salmón.

En los textos irlandeses se asociación el salmón con una fuente de sabiduría al pie de un avellano que da frutos escarlatas. Cuando las ramas del avellano dejan desprender sus frutos maduros sobre las aguas, los salmones se alimentan de ellos. Y dicen aquellas viejas leyendas que quien come estos salmones, se vuelve sabio, vidente y omnisciente. Una de estas leyendas, la de Find “el héroe”: alumno de un poeta en sus años de formación, se disponía a asar un salmón para su maestro. Al dar la vuelta en la parrilla se quemó e inmediatamente se llevó el dedo a la boca y así adquirió la sabiduría y el conocimiento universal. Cada vez que quería penetrar en algún misterio de la naturaleza le bastaba con tocarse la muela en la que había quedado depositada toda la sabiduría del cosmos, transmitida por el salmón, para profetizar y ver pasado, presente y futuro. Al ser evangelizada Irlanda, el personaje de Eithene, que encarnaba a la propia isla, hija del rey de los Fomores y madre de Lug, se alimenta sólo de salmón tras su conversión al cristianismo.

Los druidas lo ponían al mismo nivel que el jabalí y hacían de ambos símbolos de sabiduría y alimento espiritual. El salmón aparece, igualmente, en algunas aventuras del Grial. En uno de estos relatos, uno de los héroes, tras vivir cien años, adopta la forma de salmón. Sin saberlo, los pescadores de Irlanda se hacen con él y se lo regalan a la reina de Irlanda: ésta, al comerlo, queda en cinta.

Los griegos asociaban el salmón con la determinación de aquellos que son capaces de nadar contra la corriente y, por eso mismo, simbolizan determinación y coraje. Para ellos era el símbolo de muerte y renacimiento.

DE LA ALQUIMIA A LA ASTROLOGÍA, PASANDO POR EL ARTE

No resistimos realizar una última asociación: en tanto que símbolo de la sabiduría, el salmón estaba asociado a las operaciones alquímicas y al fin último de Ars Regia: la conquista de la sabiduría representada por este pez. De los antiguos tratados de alquimia, pasó a adornar las fuentes del mundo neoclásico (esas en que muestran, habitualmente, a dos salmones de piedra escupiendo agua por la boca). Fulcanelli, en su Misterio de las Catedrales y en Las moradas filosofales, recuerda al “pez misterioso por excelencia”, a veces el delfín, la trucha en ocasiones, el esturión a otras, pero casi siempre el salmón. Lo ve en la decoración de la mansión Lallemant y en los artesonados del castillo de Dampierre. Y recuerda, incluso, aquel grabado que nos muestra al Ichtus griego en las catacumbas romanas, nadando entre las aguas y portando en su lomo una cesta con los panes y una botella de vino: carne y sangre de la tierra. El jeroglífico ha quedado eternizado incluso hoy en nuestros pasteles de Reyes en cuyo interior el afortunado encuentra un pez.

Resulta inevitable pasar de la alquimia a la astrología o, para los racionalistas, a la astronomía. En el fondo, la constelación de Piscis está presente en una y otra rama de la ciencia tradicional y de la ciencia moderna. Es la doceava constelación del zodíaco, aquella constelación por la que empezó a salir el sol en el Equinoccio de Primavera en los primeros años de nuestra era. Este punto se va desplazando con el paso del tiempo, en lo que se llama “los grandes meses” que forman juntos el “año platónico”: 25.776 años. Así pues, el tránsito por Piscis dura la doceava parte, esto es 2.148. Dicen los “ciclólogos” que cada uno de estas eras, está marcada por los mitos incluidos en el zodíaco: viviríamos hoy la “era de Piscis”, marcada por este símbolo y por su opuesto, Virgo. Y algo de eso debe de haber si tenemos en cuenta que los peces figuraron entre los primeros símbolos de reconocimiento entre los cristianos y que la Virgen tiene un papel excepcionalmente importante en el catolicismo. Así mismo, nos cuentan que el sacrificio del cordero (Aries, representación del signo anterior a Piscis) simboliza el fin de la religión hegemónica en el período anterior y que la presencia del aguador (símbolo del signo posterior a Piscis, Acuario) anuncia la etapa precedente. Y también aquí, algo debe de haber cuando en los Evangelios se alude con frecuencia al “sacrifico del cordero” y, tras haber resucitado, en Marcos 14:12-31 aparece, sorpresivamente, la figura del “aguador”: “Y envió dos de sus discípulos y les dijo: ir a la ciudad, y os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle…”, relato que se repite en Lucas 22:10. Las exégesis sobre este fragmento son poco convincentes, a no ser que se tenga en cuenta que, tras Piscis sigue la era zodiacal de Acuario cuyo símbolo era y sigue siendo la figura del aguador.

Generalmente, se interpreta a este “aguador” como símbolo de la humanidad. Aluce de Ganímedes, el “copero de los dioses”. Pero vale la pena no olvidar que el contenido del movimiento religioso de una época está constituido también por el símbolo opuesto, en este caso, el opuesto a Acuario es Leo, la jerarquía, el imperio solar.


Salvador Dalí en su penúltimo período artístico, pintó uno de sus mejores y más trabajados cuadros, La pesca de los atunes. En él puede verse a dos jóvenes que matan a sendos atunes. El centro del cuadro es un filoso cuchillo y a la izquierda puede verse otro atún ensartado por una lanza. El cuadro data de 1966-67 y Dalí lo atribuyó, inicialmente al recuerdo de los relatos que le contaba su padre sobre la pesca en el Mediterráneo. Sin embargo, luego reconoció, si bien este relato constituía la inspiración estética del cuadro, su simbolismo remitía al final de la era de Piscis, representada por los dos atunes sacrificados, y el inicio de la era de Acuario (que entonces cantaban los hippys precisamente en una ópera rock con este nombre), la era de la juventud que está presente en el cuadro, asesinando a los peces.

Ernest Hemingway en su mejor novela, El viejo y el mar, alude al pez que representa resistencia y perseverancia.

EL MARCO TEÓRICO Y LAS CONDICIONES IMPUESTAS POR EL “FIN DEL CICLO”

Todos estos elementos simbólicos que nos ha gustado agrupar y reproducir como muestras de la sabiduría tradicional, intuitiva, en contraposición a la ciencia moderna, racionalista y positiva, nos sirven para definir el marco teórico en el que insertamos lo que hemos dado en llamar “la estrategia del salmón”, en cierta forma completaría a otro simbolismo utilizado por Julius Evola en el título mismo de su obra Cabalgar el Tigre.

Este marco teórico es el del “pensamiento tradicional”: la concepción que hace de la historia un proceso de decadencia que termina fatalmente con el hundimiento de una civilización cuyos objetivos iniciales estaban volcados “hacia lo alto”, en el sentido de que todos sus elementos aspiraban a un desarrollo del espíritu humano y a una superación de la condición humana para alcanzar estados superiores del Ser, y que ha terminado justo en las antípodas, con un modelo de civilización en el que, tras cerrarse todas las vías de acceso a la trascendencia, solamente queda como objetivo humano el que ha sido definido por los transhumanistas como “superlongevidad, superbienestar y superinteligencia” que se conseguirá mediante procedimientos técnicos y con la imbricación de la técnica en el ser humano. El pensamiento tradicional, sitúa, pues, nuestro momento de civilización en una fase terminal del ciclo. Ese momento se ha vivido en anteriores civilizaciones: no es un fin, sino que supone un nuevo comienzo. Tras la noche oscura, el nuevo amanecer. No se trata, por tanto, de una doctrina pesimista, ni apocalíptica, porque, como en la Caja de Pandora, una vez liberados todos los horrores del universo, queda al final, la esperanza en el inicio de un nuevo ciclo.

Esto sitúa perfectamente nuestra época y explica todos y cada uno de sus rasgos decadentes, mejor que cualquier teoría sociológica o las interpretaciones postmodernas que han ido surgiendo y propagándose en las últimas décadas, algunas como justificación de los rasgos críticos (presentados como “progreso”) y otros interpretándolos como riesgos o desafíos. Sin embargo, lo que importa aquí es resaltar dos elementos:

- Vivimos en un período de transición entre la noche oscura y el nuevo amanecer. Aun teniendo esa certeza, parece claro que no podemos establecer cuándo terminará de morir el ciclo actual, ni cuáles serán los rasgos del tiempo nuevo, ni mucho menos cuando éstos empezarán a manifestarse. Por el momento, parece claro que las sombras impiden el brillo de cualquier luz y que, en la actualidad, no existe absolutamente ningún grupo social, ni ninguna estructura que goce de salud suficiente para guiar el tránsito entre el final y el nuevo comienzo.

- Aceptando lo anterior, deberemos aceptar necesariamente, que el problema de lo que Evola llamaba “hombres diferenciados” (esto es, aquellos que se niegan a aceptar, asumir e interiorizar en sí mismos, la decadencia de los tiempos en los que les ha tocado vivir) consiste en cómo actuar en estos momentos de crisis y cómo garantizar, como mínimo, un hilo conductor que una el pasado con el futuro. Porque, a fin de cuentas, el problema es cómo vivir en estos tiempos, cómo afrontarlos, cómo permanecer en pie y cómo educar a los propios hijos o a las generaciones futuras.

Cuando Evola escribió Los hombres y las ruinas (1953), ofreció su obra a todos los que se sentían predispuestos a seguir combatiendo en el terreno político por una “verdadera Derecha” (en alusión a la “Derecha tradicional”, en absoluto a lo que hoy se conoce como “derecha”, sinónimo de liberalismo burgués). Apenas nueve años después, publicó su Cabalgar el Tigre (1962) en el que se sintió obligado a describir otras vías adaptadas para aquellos que habían advertido la imposibilidad de que el terreno de la lucha política fuera el más adecuado para una obra de “reconstrucción tradicional”. Sus orientaciones, en este terreno, estaban impuestas por las “condiciones impuestas por el fin de ciclo”. Pero, desde entonces, han pasado más de sesenta años y tales “condiciones” han variado extraordinariamente. Ya hemos demostrado en otros escritos que, en 1962, se vivía el esplendor de la Segunda Revolución Industrial. Sin embargo, hoy, no encontramos en los primeros pasos de la Cuarta. Así pues, hace falta completar conceptos y sobre todo definir estrategias para este momento histórico en función de las nuevas circunstancias. Estas van variando progresivamente, pero solamente siguiéndolas, día a día, es posible describir orientaciones justas que supongan economías de esfuerzos, actos justos y meditados y, sobre todo, prioridades y actitudes personales.

LA ESTRATEGIA, EL CONCEPTO Y LOS PROBLEMAS QUE PLANTEA

Se entiende por “estrategia” el plan general de operaciones desarrollado para alcanzar un objetivo. En este caso, el objetivo es garantizar la supervivencia de valores e ideas de la Tradición (entendida en un sentido amplio, en función de los textos de Julius Evola y de René Guénon), mientras se prolongue la agonía del actual ciclo histórico, de tal forma que sea posible transmitirlo a quienes nazcan en el nuevo amanecer. Este es el concepto que no puede perderse de vista.

El primer problema que se plantea es: ¿Quién transmite esas ideas? A su vez, éste iría precedido por un enunciado de las ideas, valores y enseñanzas que constituyen el denominador común de las distintas formas tradicionales. E, igualmente, responder a estas cuestiones supondría la condición sine qua non para abordar la cuestión estratégica propiamente dicha. En el contexto de este estudio solamente podemos responder a la primera y a la última cuestión, esto es, al quién y al cómo se transmiten estas ideas. En cuanto a las ideas en sí mismas, remitimos, por supuesto a las obras de los autores mencionados y a otros que, de alguna manera, las han completado, analizado y definido, aun reconociendo la urgencia de realizar una síntesis en forma de manifiesto o, incluso, de “catecismo”.

El primer problema que se plantea es que, para ser efectiva, una transmisión de ideas (Tradición implica siempre “transmisión” y tal es su raíz etimológica) solamente puede ser realizada por una “élite”. Existen muchos tipos de “élites”, e incluso “anti-élites”. Este punto es capital: cuando aludimos a “élites tradicionales”, aludimos a élites en sentido espiritual. Es decir, a “los mejores”, no en el terreno de la erudición, ni del simple saber intelectual, sino a los que han logrado ascender algunos peldaños en el camino de la realización del espíritu. En una situación “normal” la pertenencia a una élite se medía por el “grado iniciático” que se ostentaba en el interior de una sociedad que impartía enseñanza y prácticas graduales para ascender de peldaño en peldaño hasta la realización del ser. Pero las “condiciones de fin de ciclo” hacen que estas sociedades hayan desaparecido y, por tanto, ya no sea posible identificar estas élites a través de sus grados.

El problema subsiste en la medida en que, a diferencia de una ideología o de una simple doctrina política, el “pensamiento tradicional” precisa de “hombres diferenciados” para poder transmitir el núcleo de su enseñanza. Y, hoy, habitualmente, lo que encontramos son hombres y mujeres que, más o menos, conocen la “doctrina tradicional”, pero de una manera puramente intelectual. Casi serían equivalentes a podcasts: capaces de transmitir unos sonidos justos que definen ideas justas, pero nada más. Alguien que transmita esas ideas, no necesariamente es un “hombre diferenciado”. Y lo que se requiere es una estatura espiritual próxima a la realización del ser, esto es, que conozca y haya penetrado en otros estados de conciencia y niveles de realización interior.

¿HA DICHO “ÉLITES”? ¿DÓNDE ENCONTRARLAS? ¿CÓMO FORMARLAS?

Otra de los puntos de partida a considerar es que, en toda época de crisis, todos los elementos constitutivos de esas sociedades, se encuentran también en crisis: por tanto, fiarse de escuelas filosóficas, de religiones oficiales, de corrientes místicas accesibles mediante publicidad, es, seguramente, la mejor forma de fracasar. No podemos ser completamente negativos en este terreno. Existen algunos factores con los que podemos jugar partiendo del principio de que las élites se forjan en la lucha y las élites espirituales recorriendo el camino. Así pues, es necesario algún tipo de práctica espiritual, repetida, intensa y diaria.

No puede descalificarse completamente al catolicismo. A pesar de que ha llegado la época anunciada en los Evangelios en los que será preciso encontrar “al aguador”, es decir, al anunciador del nuevo ciclo, es posible encontrar entre los representantes de la Iglesia algunas personalidades de envergadura que pueden ser llamados verdaderamente “maestros espirituales”. No abundan, desde luego, en la “iglesia oficial”, pero si están presentes en parroquias, órdenes religiosas tradicionales y círculos católicos, por mucho que el vértice de la Iglesia, haya entrado en un proceso de decadencia irreversible (es significativo a este respecto que la lista de papas enunciada en las profecías del seudo-Malaquías, haya terminado con Benedicto XVI, como si los que vinieran detrás, ejercieran como pontifex, pero fueran, más bien, “destructores de puentes”, entregados a la corrección política, al pensamiento único y a los “poderes del siglo”).

Pero hace falta aceptar también que las respuestas pueden encontrarse en otras prácticas tradicionales alejadas, en principio, del catolicismo. Si en las Iglesia católica, por ejemplo, existen rastros de prácticas abordadas por los místicos renanos o por la mística del Siglo de Oro español, o en los mismos Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola o en textos como La Imitación de Cristo, que todavía hoy pueden seguirse y aprovecharse, también en las Iglesias Ortodoxas existen prácticas como el hesicasmo (nombre derivado del término griego ἡσυχία que alude a "quietud, silencio, paz interior").

ALGUNAS ADVERTENCIAS SOBRE LA “VÍA ESPIRITUAL”

Hace falta desembarazarse algunas ideas y de caminos que desaconsejamos al existir brechas antropológicas y culturales o bien al haber llegado a Europa a través de representantes poco o nada cualificados y en formas completamente desfiguradas.

Entre los primeros incluimos las prácticas musulmanas. Al margen de los niveles de realización interior que puedan adquirirse en táriqas sufíes o en escuelas de derviches turcos, es importante asumir que, no todo musulmán es un doctor en teología islámica, sino que lo más frecuente es encontrar entre las comunidades musulmanas a hombres justos que siguen los “cinco pilares del islam” y, si se trata de esto, resulta mucho más próximo a nuestras raíces el seguir la vía propuesta por el catolicismo en los diez mandamientos de Moisés, en el catecismo católico o en el Sermón de la Montaña.

Otro tanto puede decirse por las vías orientales que contienen implícitos dos riesgos: es cierto que el lamaísmo, el budismo tibetano, ha llegado a Europa a través de representantes cualificados, pertenecientes a órdenes lamaístas regulares. Pero no es menos cierto que sus enseñanzas esotéricas implican al mismo tiempo, la asunción de un exoterismo excepcionalmente alejado de nuestro ámbito cultural. Aquel que decide emprender ese camino -y hablamos con conocimiento de causa- debe realizar un esfuerzo suplementario por “situarse” dentro del contexto cultural en el que han nacido esas expresiones religiosas que, frecuentemente, bloquean y retardan sus esfuerzos.

Así mismo, es preciso advertir sobre otro riesgo: desconfiar de todos aquellos que entregan sus enseñanzas a cambio de exigencias económicas. Desde que los Beatles cayeron en los tentáculos de Marahishi en los años 60, los falsos gurús se han popularizado en Occidente. Cada uno de ellos ofrece una visión particular presentada de tal manera que pueda ser aceptada y difundida entre occidentales. De hecho, el fenómeno no es nuevo: desde el siglo XIX, primero a través de las fantasmagorías de autores ocultistas que desvirtuaron, deformaron e, incluso, convirtieron en caricaturas, las doctrinas orientales (nos referimos, en concreto al teosofismo, matriz de la mayor parte del ocultismo contemporáneo), luego a través de disidentes del hinduismo que carecían de audiencia en su país pero entendieron que su “tierra de promisión” serían los EEUU, han ido llegando y difundiéndose sectas y más sectas, gurús de medio pelo, capaces de reclutar a pobres crédulos. Es una opción a tener en cuenta si lo que se pretende es ver la cuenta corriente saqueada sin piedad, pero no, desde luego, si se pretende iniciar un camino espiritual.

Y, finalmente, vale la pena lanzar dos alertas: una de ellas sobre las posibilidades de “realización espiritual” presentes en las distintas obediencias masónicas. Quien haya conocido, de cerca o de lejos, una logia, sabe que, en el mejor de los casos, puede terminar dominando el simbolismo tradicional (algo que está al alcance de decenas de libros, manuales y páginas web), pero poco más. La iniciación masónica, incluso dando por sentado que la fundación de la Gran Logia de Londres fuera “regular”, ha sufrido desde entonces excesivas modificaciones, rupturas y degradaciones como aceptar que siga valiendo como “impulso” para alcanzar los más bajos niveles de realización del ser. La segunda advertencia tiene que ver con los grupos ocultistas: los nombres de Aleister Crowley, de Gurdjieff, de Steiner, de Papus, Kremmerz, etc, todos ellos son sistemas elaborados por personalidades, más o menos, excepcionales, ninguna de las cuales logró perpetuar su enseñanza. A su muerte, sus escuelas periclitaron, muestra de que ensayaron caminos que no consiguieron coronar ni para ellos ni para los miembros de sus círculos.

Si bien es cierto que en todos estos nombres y movimientos está presente un anhelo a la trascendencia -algo imprescindible para seguir una vía tradicional- puede afirmarse que estas escuelas, gurús, doctrinas ocultistas, obediencias masónicas, nuevas doctrinas religiosas, religiones de importación, corren el riesgo de descarrilar las experiencias espirituales de quienes las asumen. Vale la pena conocerlas, desde luego, como vale la pena conocer cualquier dato cultural en este terreno: pero hay que prevenirse de ellas y, sobre todo, asumir que una vía espiritual no se basa en una cuota mensual ni se resuelve con una ceremonia seudo-iniciática. Es algo que requiere esfuerzo, sacrificio, entrega, tiempo y constancia.

Pero, tras estas advertencias, es posible ofrecer algunos puntos de luz: el primero de todos es que existe literatura suficiente, fácilmente accesible a través de Internet, sobre prácticas tradicionales. Al margen de las prácticas a las que hemos aludido en los primeros párrafos y de las que siguen existiendo rastros en las prácticas católicas y ortodoxas, tenemos, igualmente, dos filosofías que no se limitan a reflexionar sobre la condición humana, la espiritualidad y el sentido de la vida, sino que se traducen en prácticas muy concretas. Son filosofías, recalcamos esto, no religiones. Pero hubo un tiempo en el que ambos conceptos caminaban juntos:

- El estoicismo es una de esas concepciones del mundo que, observándola, consigue desarrollar nuestra percepción espiritual y proporciona un método de meditación continua que permite recorrer peldaños en nuestra búsqueda interior. La otra es el Zen, derivado del budismo de los orígenes. 

- El Zen es, ante todo, práctica y tiene la ventaja de que la podemos adaptar a nuestra vida, sea cual sea la que hagamos. Existen escuelas de Zen, pero no nos sentiríamos muy predispuestos a recomendar ninguna: una de las condiciones impuestas por el fin del ciclo es que no puede asumirse nada presente en la modernidad sin algún tipo de reserva mental. Parece mucho más “seguro” recomendar lecturas de textos clásicos sobre budismo y zen y seguir algún método de meditación (en estos textos clásicos es fácil encontrarlos), cuanto más simple, mejor. La insistencia, la continuidad, el esfuerzo, tendrán sus efectos que el propio “buscador” irá percibiendo.

ASÍ PUES, ¿CUÁL ES LA ESTRATEGIA DEL SALMÓN?

Los ictiólogos, al describir la conducta del salmón, están describiendo, en realidad, lo que es el arte de vivir y la estrategia del “hombre diferenciado” en esta época de fin de ciclo. Los jóvenes salmones han nacido en las partes altas de los ríos. Allí donde el agua que fluye está más cerca de las altas montañas y las aguas son más frías. Una vez convertidos en alevines, su instinto los lleva corriente abajo y es así como llegan al océano cuando son todavía adolescentes. Por eso se dice que son “diádromonos”, esto es, que viven tanto en agua dulce como en agua salada: se adaptan a cualquier situación. Permanecerán en aguas frías y saladas fortaleciéndose, pero nunca -óigase bien- absolutamente nunca, perderán la conciencia de sus orígenes. Un instinto les indicará siempre dónde nacieran hasta el punto de que, cuando se sientan suficientemente fuertes, ya adultos, volverán a la desembocadura donde el agua salada se vuelve de nuevo dulce, remontarán el río y desovarán justo allí donde nacieron.

Ese tránsito ascendente se realizará en ocasiones en condiciones extremadamente penosas: no solamente en algunas zonas el agua fría de las montañas descenderá de manera salvaje y tumultuosa, sino que a lo largo de esa ruta encontrarán todo tipo de depredadores que tratan de alimentarse con ellos. Osos pardos y negros, nutrias, águilas calvas, están al acecho. Lo maravilloso es que los salmones los conocen por sus excrementos depositados en el lecho de los ríos, los huelen, los notan, los sienten y eso les ayuda a esquivarlos. Su otra técnica de defensa consiste en viajar en la noche. Pero lo más maravilloso de su comportamiento es el empeño y el esfuerzo que ponen en remontar los ríos. Llegan a remontar cascadas de hasta dos metros y medio de altura; lo hacen mediante saltos y cuando todo juega en su contra: la potencia de las aguas que descienden, la altura de las rocas, la amenaza de los depredadores. Y, a pesar de todo ello, hasta el 90% de los salmones depositan sus huevos en las zonas en las que han nacido. Para ello, algunas variedades ascienden hasta cotas de 2.100 metros de altura.

Es una especia antigua. Existen diversas variedades, pero no han evolucionado mucho. Las distintas variedades actualmente existentes tienen un ancestro común, el Pez Salmoninae, que dominaba los mares hace 40.000.000 de años, cuando todavía no había divergencias entre el salmón del Atlántico y el salmón del Pacífico. Éstas se produjeron en un período indeterminado hace entre 10 y 20 millones de años. Si tenemos en cuenta que los neandertales nacieron hace 300.000 años y se extinguieron hace 28.000, eso nos da un dato significativo sobre la antigüedad y la persistencia del salmón en su afán de vivir.

Salmón macho y salmón hembra tienen distintos roles. El macho vierte su semen en el río, fecundando a la hembra. Ésta prepara en el lecho del río la “cuna” para albergar los huevos, lo hará reuniendo piedrecillas y gravilla, mientras que el macho, aleja a otros machos que pueden disputarle a “su hembra”. Depositados los huevos -entre 500 y 1.000- los cubrirá con su cuerpo hasta morir. Hay algo heroico en las hembras de esta especie.

Si trasladamos estos comportamientos a la esfera de lo humano, podemos hablar en rigor de “la estrategia del salmón”: en efecto, nos marca un camino. Y esto por seis elementos:

1) Siempre mantiene la memoria de sus orígenes: nunca olvida el origen de su identidad. Siempre vuelve a sus orígenes. En este sentido es RE-VOLUCIONARIO, su vida es una completa "revolución" que termina allí donde ha nacido, completa un círculo completo que solamente los menos dotados no alcanzan a realizar: solamente un 10% parecen no reconocer su origen.

2) En su época de juventud se limita a seguir la corriente: son conscientes de que no tienen fuerza ni vigor suficiente, ni encontrarán alimento para fortalecerse y alcanzar la madurez, así que se dejan arrastrar. No ofrecen resistencia, simplemente, se deslizan por las aguas. Observan el entorno, aprenden, desde que son todavía jóvenes -y, por tanto, difíciles de capturar por los depredadores- a reconocer a sus enemigos.

3) En la grandeza del océano se fortalecen, adquieren músculo, crece la grasa que les protegerá de la frialdad de las aguas, es bajo las aguas turbulentas, oscuras y caóticas de los océanos en donde se hacen sabios, libres y fuertes.

4) Saben de donde son hijos, conocen su “identidad” y nunca la olvidan. Tanto es así que cuando su instinto les dicta el imperativo de supervivencia de la especie mediante la reproducción, no hay nada que pueda detenerles en ese retorno a los orígenes, a su tierra natal, a su patria originaria.

5) Y entonces, no les importa nadar contra la corriente. Remontan el camino que habían seguido cuando todavía eran débiles, pero ahora están acompañados de los conocimientos que han ido adquiriendo desde entonces. Reconocen los excrementos de sus enemigos, los eluden, realizan saltos prodigiosos y no les importa salir agotados de ese retorno a sus orígenes.

6) Finalmente, macho y hembra, dan nueva vida, quieren que exista una “transmisión generacional”: por eso vuelven a sus orígenes sabiendo que sus hijos harán otro tanto. Llevan haciendo eso mismo 40.000.000 de años…

DE LAS AGUAS A LA TIERRA FIRME. AL AQUÍ Y AL AHORA

Quizás ahora entendamos mejor por qué el salmón fue el “pez de la sabiduría” para los viejos alquimistas. Su comportamiento es una lección para los humanos y especialmente para nuestra desgraciada época y para todos los que nos hemos vistos arrojados a las aguas movedizas y oscuras de un mundo turbulento y caótico. Queremos volver a nuestros orígenes, aspiramos a la seguridad que nos da volver a nuestra tierra natal, a las tradiciones y a los hábitos que siempre ha adoptado el género humano: instinto territorial, instinto de reproducción, transmisión generacional mediante la institución de la familia con su división de funciones: “re-volvere”, revolución, implica “volver a los orígenes”. Pero, en tanto que humanos, aspiramos a algo más que cualquier otra especie animal: tenemos conciencia de nosotros mismos, tenemos en nosotros mismos una chispa de trascendencia y la capacidad de realizarla. Esa aspiración a la trascendencia es lo que nos distingue de cualquier otra especie: somos biología, pero también somos algo más que pura biología.

A partir de este planteamiento, el comportamiento etológico del salmón nos sugiere una estrategia para alcanzar ese “re-volvere” y las distintas fases de las que se compone. En una primera fase -en la que nos encontramos hoy los “hombres diferenciados”- parece evidente que carecemos de fuerza, preparación y capacidad suficiente para obtener resultados. Una actitud de oposición, en unos hábitats particularmente hostiles, como son los tiempos en los que hemos nacido, no ofrecen ninguna posibilidad de éxito. La debilidad de un movimiento de oposición total al sistema, implicaría que no soportaría los primeros choques. Sería fácil aplastarlo en el embrión e impedir que alcanzara la madurez. Por tanto, en esa primera fase, se trata de actuar como el salmón de río recién nacido: observar los excrementos de los depredadores que acechan en las riberas del río, aprender a conocerlos; lo que implica, en la práctica, identificar los adversarios y sus “excrementos ideológicos”: “wokismo”, “corrección política”, “doctrinas de género”, “pro-inmigracionismo”, que son, sin duda, los más pestilentes, pero también, no lo olvidemos, aquellos otros excrementos, nacidos desde la época de la Ilustración. Resultaría imposible afrontar todos estos adversarios: de ahí la necesidad de dejarse arrastrar por la corriente, no oponerse a ella, simplemente identificar a los actores y a los motores de la decadencia.

A lo largo del recorrido descendente, durante los años en los que los “hombres diferenciados” tratan de edificar una respuesta a la modernidad y volver a los orígenes, muchos de ellos, se quedarán en el camino: unos elegirán ingerir la “pastilla roja”, la que garantiza vivir en una mentira reconfortante, se convertirán en peces muertos que nadan a favor de la corriente rechazando la verdad incómoda que implica la “pastilla azul”. Otros, simplemente, se sentirán agotados, desfallecidos, entenderán que lo que se les pide es un esfuerzo superior al que están dispuestos a entregar o al que son capaces de abordar; estos se quedarán también en el camino. Y, finalmente, están los que morirán en el intento: su etapa de fortalecimiento en las aguas turbulentas y frías, terminará dramáticamente cuando algún depredador dé cuenta de ellos.

Si en la primera fase, la del descenso por las aguas dulces hasta el océano, el movimiento, simplemente, debe aprender, observar, recordar de dónde vienen, hasta el punto de que era fase puede compararse a una “defensiva estratégica”, en la segunda fase, no deben engañarse; aun habiéndose fortalecido, todavía están en situación de “inferioridad estratégica”: los peligros que deben afrontar son muchos y multiformes, todavía carecen de la fuerza suficiente para afrontar la batalla final. Pasará tiempo antes de que entren en la fase de “equilibrio de fuerzas”, cuando ya se sientan, como individuos lo suficientemente fuertes como para resistir el nadar contra la corriente y, como comunidad, lo suficientemente numerosas como para que las mermas que, inevitablemente, se producirán, no interrumpan el proceso revolucionario, el retorno a los orígenes.

La etapa de “ofensiva estratégica” se inicia desde el momento en que el movimiento y cada uno de sus miembros se siente lo suficientemente fuerte para iniciar el retorno a los orígenes, al punto de partida. Para esa fase hará falta disponer de condiciones excepcionales. Se producirá una selección natural. Sucumbirán, en primer lugar, aquellos que se hayan engañado a sí mismos, que no sean lo suficientemente fuertes, física, emocional y espiritualmente, para afrontar lo que implica nadar contra la corriente. La tendencia natural es a dejarse arrastrar por la corriente mayoritaria. De ahí que para abordar esa etapa se precisen “élites”: “los mejores”, o de lo contrario, se producirán abandonos, traiciones, desfallecimientos. El movimiento debe ser capaz de incorporar sólo a los más fuertes. La tarea sobrehumana de remontar una crisis de civilización como la que vivimos, solamente está al alcance de seres muy especiales, que, además de tener un convencimiento doctrinal de la necesidad de un retorno a la normalidad, hayan experimentado experiencias espirituales interiores que les den la seguridad y la certidumbre absoluta de que más allá de lo físico, existe otra realidad, a la que el curso de la civilización en los últimos siglos, ha hecho cada vez más difícil acceder.

Así pues, el “hombre diferenciado” debe demostrarlo en tres frentes:

- un conocimiento de los mecanismos de la “subversión moderna”, debe ser capaz de identificarlos, prevenirse de ellos, y aislarlos;

- debe, en segundo lugar, vivir los “valores tradicionales”, incorporarlos a su ser, capaz de explicarlos a otros y hacerlo de manera pura, encarnándolos, difundiendo la “idea” con su ejemplo;

- finalmente, deberá realizar algún tipo de práctica espiritual a través del cual pueda conocer la experiencia trascendente.

Si falla alguno de estos elementos, puede derrumbarse en el curso de su viaje hacia los orígenes:

- si le falla esa conciencia clara de lo que es la subversión moderna, correrá el riesgo de asumir algunos rasgos de esta, olvidando que el monstruo, como las estrellas de mar, se reconstruye en poco tiempo, por mucho que se hayan cercenado alguna de sus partes. De ahí la necesidad de fijar el “año cero” de la subversión moderna: ese momento es fácil de identificar, el Siglo de las Luces, el Iluminismo, la ideología de la Ilustración y, a partir de ahí, los cambios de ideas que han impuesto cada una de las cuatro revoluciones industriales: liberalismo, socialismo, libertarianismo, transhumanismo…

- si no tiene una clara preparación doctrinal y él mismo encarna los valores que dice defender, si para él, ser un “hombre diferenciado” es solamente un “look” o una pose a adoptar, será imposible transmitir la forma más simple, directa y gratuita de transmitir una doctrina de corazón a corazón: mediante el ejemplo. Lo que pide el tiempo futuro no son discursos ideológicos complicados, artificiosos o polémicos: lo que va a contar, lo que cuenta a la hora de afirmar un carácter y una voluntad diferente, es simplemente, el ejemplo.

- si no realiza ninguna práctica interior de introspección y búsqueda de la transcendencia, no dispondrá de esa fuerza sobrehumana que le permita, como el salmón de río, remontar una corriente, hasta el retorno a su “tierra natal”; porque solo con las fuerzas humanas resultaría imposible emprender un viaje de tal envergadura. Por otra parte, el planteamiento propio del “hombre diferenciado” es el reconocimiento de dos órdenes de realidad, la física y la metafísica: esto implica que buena parte de sus esfuerzos deben estar destinados a “tomar el cielo por asalto”, conocer la experiencia trascendente, adquirir de ella y en ella, la fuerza necesaria para superar todo lo que es “humano, nada más que humano” y combatir con la convicción suficiente de que, gane o pierda, lo importante es “vivir” como se piensa y “abrir las puertas de la trascendencia”.

El salmón ha pasado por todos estos estados: empieza a asumir sabiduría desde el momento mismo en el que empieza su descenso por el río. En cada momento es consciente de lo que puede y de lo que no puede hacer, no puede plantear batalla cuando es débil, debe fortalecerse en todo momento, debe tener conciencia clara de su objetivo final, no renunciar jamás a él. Ser consciente de que, los riesgos serán muchos y que la mayoría se perderán en el camino (de los 500 o 1.000 huevos que pone la hembra del salmón, solo llegarán al océano un 10% y de estos solamente un 1% conseguirá sobrevivir en el océano, remontar el río y alcanzar su objetivo de retornar a los orígenes. Pero serán, sin duda, los más fuertes, los mejores, la élite de su especie. Eso mismo y no otra cosa es lo que debe tratar de realizar el “hombre diferenciado”, el que se esfuerza en tocar con los dedos los caracteres reales de su tiempo y que no se deja impresionar por la envergadura del proceso de decadencia y del alejamiento de cualquier estándar de “normalidad” que estamos viviendo, el que no se engaña sobre la realidad de la crisis, ni sobre las posibilidades de enderezamiento y acepta que está implicado en una lucha a largo plazo, parte de la cual deberá pasarla fortaleciéndose cultural, humana y espiritualmente, sin llamar la atención, en las catacumbas, propagando su ejemplo. Hasta que juzgue se ha llegado el momento. Llegando a los orígenes, en ese preciso instante, será el momento de plantear la batalla final y ser implacable. Las heridas solo se cauterizan con fuego y a los virus patógenos solamente se les trata con anticuerpos que los liquiden uno a uno. Se engaña quien crear que una nueva sociedad, que una “re-volución”, que un retorno a los orígenes, puede realizarse sin dolores de parto.

La fortuna nos ha permitido vivir en un tiempo en el que tenemos conciencia de que resulta imposible que nuestro modelo de civilización logre superar la crisis que ha implicado el alejamiento de los principios y valores que han hecho posible el desarrollo de la civilización. Es cierto que no sabemos todavía cuándo se producirá el desplome final: el viejo mundo se resiste a morir y sus espasmos de agonía resultan cada vez más grotescos, pero tampoco estamos en condiciones de intuir los rasgos del tiempo nuevo. Ninguno de ellos está presente en nuestra desgraciada época, salvo el modelo ideal de las sociedades tradicionales. Sabemos incluso que se tratará de una tarea “arqueofuturista”: combinar la técnica más avanzada con los valores más originarios.

Dadle al salmón una espada laser y un altar ante el que meditar y tendréis el modelo necesario.








 

lunes, 29 de mayo de 2023

EL “QUINQUENIO PROGRE” LIQUIDADO EN MENOS DE 12 HORAS

Doce horas después de conocerse los resultados electorales del 28 de noviembre, un cabizbajo Pedro Sánchez, desde al atrio de La Moncloa, anunciaba en apenas 3 minutos, la convocatoria de nuevas elecciones y la disolución de las cámaras. Algún día sabremos lo que ha ocurrido desde que se conoció el tsunami político que, fuera de cualquier duda, arrasó con las “realizaciones” del “quinquenio progresista” presidido por Sánchez.

LAS PRESIONES RECIBIDAS POR SÁNCHEZ DESDE AYER A LAS 23:00 A HOY A LAS 11:00

Tras quedar desmentido el sondeo del CIS que daba mayoría al PSOE, la dirección del PSOE entró en shock: había ocurrido lo que Sánchez y Tezanos les garantizaron que no ocurriría. Lo único claro que tenía la legión de alcaldes, presidentes autonómicos y concejalillos socialistas es que se habían quedado en paro. Pasada la media noche debieron aflorar en todos ellos sus recuerdos: “No podía ser de otra manera: demasiada prisa en las iniciativas de ingeniería social, demasiada laxitud en materia de ocupación, demasiado margen concedido a unos aliados tan incómodos como inútiles, demasiadas alianzas con la no-España, demasiada corrupción, demasiada compra de votos en contante y sonante o en promesas de subsidios, demasiado compromiso con la Agenda 2030, demasiada memoria histórica y demasiada coña trasladando cadáveres, liberando etarras, impasibles ante la delincuencia y callados ante la inmigración ilegal y masiva, demasiada presión fiscal y demasiado grupo subsidiado, demasiado protagonismo de Sánchez en la campaña electoral a pesar de su falta de credibilidad, demasiadas variaciones en política exterior, demasiada mano tendida a Marruecos y excesivo compromiso con la OTAN en la cuestión ucraniana…”. Cuando se encontraron solos debieron pensar que si había un culpable de que el PSOE hubiera sufrido un batacazo histórico, se debía a aquel que les había engañado con su triunfalismo y su negligencia a cambiar de alianzas

Alguien de la ejecutiva de su partido debió decirle, a primera hora de la mañana, que no le quedaban apoyos dentro de la dirección socialista. Y luego estaban los “influencers” más importantes: los tenedores de la deuda pública español. Estos últimos debieron comunicarle que estaban inquietos ante la posibilidad de que la situación económica se fuera deteriorando más y más en los meses que mediaban entre finales de mayo y finales de noviembre para cuando estaban convocadas las elecciones generales. Era necesario realizar un drástico cambio de rumbo: deshacerse de ese lastre inútil en que se había convertido Podemos, dar la espalda a los independentistas catalanes y a los pro-etarras vascos y, en una palabra, rectificar.

Es posible, incluso, que alguien influyente dentro de su partido le planteara la posibilidad de presentar otro candidato para el PSOE en noviembre.

RECTIFICAR, PALABRA CLAVE, Y RECUPERAR CREDIBILIDAD

Rectificar era la palabra clave: Pedro Sánchez tenía seis meses para hacerlo y salvar lo salvable. Pero para su ecuación mental, “rectificar” era algo que no entraba en sus planes. Equivalía a reconocer que se había equivocado en todo lo que había hecho -en todo, absolutamente en todo- desde que llegó al poder. Y Sánchez es alguien para el que quienes se equivocan son los otros. Nunca él.

Así que solamente le quedaba una opción: anticiparse a la oposición interior que indudablemente pediría su cabeza en el interior del partido, anticiparse a las ventajas que podía sacar el bloque de la derecha por su triunfo del 28-M y tratar de salvar los muebles, incluso con la pretensión de seguir en La Moncloa y seguir gobernando. Su baza es que el nombramiento como presidente rotativo de la UE será apenas veintitrés días a las elecciones y eso le garantizará fotos con los primeros mandatarios de la UE y publicidad gratuita. Difícilmente esas fotos le permitirán recuperar lo que ha constituido su principal hándicap: credibilidad. La credibilidad en política es como el virgo: cuando se rompe, ya no hay posibilidades de recuperar su integridad. Y Pedro Sánchez y sus aliados hace mucho tiempo que carecen de credibilidad:

- No la tienen entre los compradores de deuda pública que han alertado en repetidas ocasiones de que el gasto del Estado y la presión fiscal en España eran excesivos.

- No la tiene entre la patronal muy crítica con respecto a la utilización de los fondos anticrisis enviados por la UE, ni entre los pequeños y medianos empresarios asfixiados por impuestos y normativas cada vez más asfixiantes.

- No la tiene entre los habitantes de las grandes ciudades conscientes de que, contra lo que proclaman las estadísticas municipales, autonómicas y marlaskeñas, la delincuencia de todo tipo va ganando terreno y cada día la nómina del delito que abarca desde asesinatos hasta hurtos, va creciendo más y más y mucho más.

- No la tiene entre los electores y ahorradores que sufren la inflación subyacente (que, en algún momento se ha elevado a un 20-25%), los precios de la vivienda no dejan de subir y cualquier ley nueva se traduce en una batería de “efectos secundarios” demoledores.

- No la tiene entre las clases medias asfixiadas a impuestos y a las que, desde hace cinco años, no se ha hecho nada más que presionar más y más, sin conceder ni un solo tipo de beneficios

- No la tiene entre las cancillerías mundiales alarmadas por inexplicables cambios de rumbo de la política exterior española en la cuestión del Magreb y que generan dudas sobre la continuidad y la firmeza de cualquier pacto trenzado con España, país, hoy, “poco fiable”.

Y, claro está, no la tiene ni siquiera para sus propios militantes y aliados (Podemos, ERC, Sumar) buena parte de cuyos dirigentes figurarán en breve en las listas del paro.

EL PROBLEMA NO ES DE SÁNCHEZ, SINO DE UNA IZQUIERDA CADA VEZ MÁS PERDIDA

En estas condiciones no era posible continuar y Sánchez, resabiado por las espaldas que ha visto entre ayer a las 23:00 horas y hoy a las 11:00, la falta de apoyos y temiendo un proceso creciente de erosión, ha optado por jugar el todo por el todo y convocar elecciones. Las perderá, por mucho que Iván Redondo le haya asegurado que todavía puede recuperar los votos perdidos a costa de los que hasta ahora han sido sus aliados a la izquierda, con la excusa de que solamente votando PSOE ejercerán un “voto útil”.

Se equivoca, no es solamente la figura de Sánchez la que carece de credibilidad, son todas las opciones de esa izquierda atascada en el wokismo, las ideologías de género, la defensa ultrancista de cualquier minoría y de la inmigración masiva, con su libertarianismo, la insistencia hasta el aburrimiento en el tema de la memoria histórica, la compra al peso de grupos sociales mediante subsidios y subvenciones, esto es, lo que constituyen las últimas barricadas de una izquierda que ha optado desde la caída del marxismo en los años 80, por una fuga hacia adelante en posiciones cada vez más progres, lo que genera escepticismo primero, horror después y carcajada finalmente en la sociedad. No olvidemos que, con la que está cayendo, Ione Belarra anunció una partida de 1.650.000 euros para un programa de ayuda a los gatos callejeros… el día antes de la jornada de reflexión.

Esa izquierda es la de Syriza en Grecia, es la de Boric en Chile: la de Sánchez y sus socias, la que ha hecho de la Agenda 2030 un programa de gobierno, la que genera rechazo y la que ha entrado en crisis.

LA “POLÍTICA DE BLOQUES” Y LA IMPOSIBLE UNIDAD DE LA IZQUIERDA

Vamos hacia la política de bloques: si Sánchez quiere evitar el descalabro, deberá realizar propuestas audaces, casi temerarias. La única que le queda es realizar un llamamiento para la “unidad de la izquierda”, aparcar las siglas del fracaso (PSOE, Podemos, Sumar) y tratar de establecer un “cartel unitario”… aunque esto implicara que la derecha estaría obligada a hacer otro tanto.

La respuesta a la ingeniería social progre y a la prisa por imponer cambios bruscos e intemperantes a las sociedades, está generando en todo el mundo, un “frente del rechazo”. Brasil, EEUU, Francia, Italia, ya han entrado en esa etapa de “política de bloques”. O se está con los conservadores o se está con los ultraprogresistas.

Las siglas PSOE tienen casi 150 años. Va siendo horas de olvidarlas en el baúl de los recuerdos. ¿Se atreverá Sánchez a optar por un “cartel unitario de la izquierda”? Seguramente no. Y, aunque lo intentase, el problema que le acompañará hasta la tumba, es que desde ayer por la noche, nadie duda que es un político amortizado.

Quizás un socialista prestigioso -¿queda alguno?- podría encabezar un proyecto unitario de izquierdas, pero no desde luego Sánchez. Sin ese “frente de izquierdas”, los distintos partidos de esa área política están excesivamente atomizados interiormente, despistados políticamente, presos en sus delirios progresistas y extraordinariamente separados de la realidad como para poder afrontar el tsunami de la derecha que empezó ayer.






elecciones 2023: 30 MARTILLAZOS PARA ENTENDER LO QUE OCURRIÓ EL 28-M

Unas elecciones no se ganan en la cocina del CIS, se pierden día a día, incluso en esta democracia de muy mala calidad como es la española. Ayer se comprobó, una vez más, que en nuestro país no se vota “a favor” de un partido sino contra de otro. Y ayer se votó contra tres formaciones políticas: contra el PSOE y el pedrosanchismo, contra Podemos y contra Sumar. Esto es, contra “la izquierda”. La izquierda, no solamente ha perdido por su “fragmentación”, como han destacado los medios, sino por el ultraprogresismo que han adoptado desde el zapaterismo. Demasiada locura, demasiada legislación desquiciada, demasiados intentos de “ingeniería social” para un electorado que busca seguridades y referencias. El problema es -y lo vimos ayer en el balcón de calle Génova- que el PP, que gobernará en diciembre en España, carece de un proyecto político con claridad de energías para “regenerar” España. Tal es la interpretación de conjunto a la que nos ha llevado automáticamente 30 “martillazos”:

1. UNA DERROTA DE LA IZQUIERDA DE CARACTERES HISTÓRICOS

Los primeros comentarios de los “tertulianos” afines al PSOE era optimista en el momento de cerrarse las urnas. Solamente una hora después empezaban a hablar de “avances significativos del PP”, cuando ya todos veían que no se trataba de una victoria limitada, sino de un verdadero y auténtico tsunami, tanto en materia autonómica como municipal. Una vez más se ha repetido la historia: los ciclos de gobierno socialista terminan siempre en medio de un hundimiento de la sigla y hartazgo extremo por parte de los ciudadanos por la gestión de gobierno, que se manifiestan en las elecciones municipales previas a las generales.

2. EL PSICÓPATA AUSENTE (NO BUSQUÉIS HÉROES NI NADIE QUE DÉ LA CARA ENTRE PSICOS)

Pedro Sánchez estuvo presente en toda la campaña electoral. Los motores del “Falcon” se recalentaron a lo largo de los 12.000 km que le llevaron de un lugar a otro de la geografía: creyó que sus promesas incumplibles y las sonrisas que le dieron la victoria hace cuatro años, seguirían ejerciendo algún tipo de fascinación. En estos momentos, el psicópata de La Moncloa estará maldiciendo al pueblo español que no supo apreciar sus “cualidades”. Y, como buen psicópata, solamente da la cara ante las victorias: ayer estuvo desaparecido y, simplemente, dejó solos a sus compañeros de partido: las derrotas no van con él (es un rasgo de su dolencia).

3. LA IZQUIERDA FRAGMENTADA Y ENLOQUECIDA PAGA SUS LOCURAS

Esta no ha sido la derrota del PSOE: ha sido la derrota de toda la izquierda, de ese ambiente político fragmentado en docenas de pequeñas siglas, muchas de ellas locales, coexistiendo en la misma localidad, distintos “colectivos” centrados en alguna obsesión y débilmente coordinados ante unas elecciones e imposibles de coordinar a nivel nacional. Es el resultado del abandono de las posiciones propias de la “izquierda tradicional” y la inclusión en su programa de ideología LGTBIQ+, ultrafeminismo, pro-inmigracionismo, wokismo, corrección política y afanes de ingeniería social ¡ya! La sociedad española todavía no parece preparada para estas actitudes “tan avanzadas” que han cristalizado en una batería de leyes enloquecidas.

4. LA MUERTE DE CIUDADANOS CERTIFICA LA EXTINCIÓN DEL CENTRISMO

Ciudadanos nació en Cataluña como respuesta al independentismo, no como “centrismo”. En una segunda fase, La Caixa convenció a Albert Ribera que realizara el salto a la política nacional. Aquello amplió Ciudadanos en superficie, pero no en profundidad. Allí fueron a parar algunos centristas asustados por la deriva ultraprogre del PSOE y conservadores que reprochaban a Rajoy debilidad en la cuestión independentista. Y Cs creció pensando que había resucitado al “centrismo” que estuvo en la base de la “democracia española” con UCD. En realidad, las circunstancias eran muy diferentes y pronto se evidenció que la ambigüedad del centrismo era “cosa del ayer”, en un mundo cada vez más polarizado.

5. EL HUNDIMIENTO DEL LAZO AMARILLO Y EL ENTIERRO DE PUIGDEMONT

Puigdemont ha desaparecido de la escena. En realidad, todos, incluso en su propio partido, han hecho lo posible por olvidarlo. Trías en Barcelona, se ha presentado con su propio nombre electoral y otro tanto han hecho en toda Cataluña. La habilidad de Junts ha sido advertir que el “procés” es cosa del pasado y que, si querían conservar parcelas de poder, tenían que olvidarse de esa consigna y ni siquiera tratar de rescatarla. En Cataluña, lo que se está produciendo es un lento retorno a la normalidad: el cáncer indepe se está redimensionando a su tamaño “normal”, la derecha española se está recomponiendo visiblemente. El único resultado “anormal” en Cataluña, es el resultado del PSC que sigue teniendo una posición dominante como resultado de los años del “procés” y como beneficiario del rechazo ciudadano al independentismo.

6. LOS BARONES SOCIALISTAS HAN PERDIDO POR SU COBARDÍA ANTE EL PEDROSANCHISMO

Ninguno de los “barones socialistas” ha demostrado tener maneras de estadista ni de gran político: todos ellos han inclinado la cabeza ante Pedro Sánchez y ninguno de ellos se ha atrevido a oponerse claramente a su política de alianzas. Solamente Page mostró tímidas críticas a la dirección de su partido. En estas elecciones han pagado cara su cobardía y su sometimiento al psicópata de La Moncloa. El miedo a no aparecer en las listas electorales, el miedo a que sus kamaradas de partido les pudieran achacar “fraccionalismo” o ruptura de la unidad, les ha inducido a callar. Pero ahora, entre las elecciones municipales y las generales, estos seis meses van a ser cruciales: el PSOE necesita recomponerse y no está claro sobre qué bases van a hacerlo. De hecho, lo más prudente sería liquidar de una vez por todas esta sigla maldita y repensar una nueva formación libre de lastres históricos, en colaboración con otras formaciones de izquierdas.

7. LA VICTORIA DE FEIJÓO DISTA MUCHO DE SER TOTAL

Feijóo ha ganado, pero no como él quería: buscaba mayorías absolutas en todos los territorios en donde fuera la lista más votada. Solamente así podría prescindir del apoyo de Vox. Pero no ha sido así: deberá pactar y deberá dar acceso a consejeros de Vox en gobiernos regionales y en ayuntamientos. Su primera idea de contemplar como “socio preferencial” al PSOE ya está olvidada. Su segunda idea de pactar solamente con el PSOE antipedrosanchista, tampoco tiene hoy sentido, el PSOE está demasiado débil como para darle alas. La esperanza de Feijóo es alcanzar las elecciones generales de noviembre con el impulso de esta victoria en mayo. Pero, más le vale no olvidar que está no ha sido solamente una victoria del PP, ni siquiera del “centro-derecha”: ha sido una victoria de “la derecha”, Vox incluida.

8. VOX AMPLIA SU ELECTORADO Y GANA EN SUPERFICIE, AUNQUE NO EN PROFUNDIDAD

El riesgo de Vox en estas elecciones era que quedara completamente laminado por el tsunami pepero. No ha sido así: ha resistido el golpe e, incluso, ha crecido en muchas comunidades en las que el PP deberá contar con ellos para gobernar. Así pues, es innegable que Vox ha crecido “en superficie”, pero allí donde ya estaba implantando, o bien ha retrocedido o no ha crecido lo suficiente (no ha crecido, por tanto, en profundidad).

9. BUENA PARTE DEL CRECIMIENTO DE VOX HA SIDO GRACIAS A CIUDADANOS

Es significativo que buena parte del crecimiento de Vox se haya producido por llegada de una parte del voto de Ciudadanos (lo que sugiere que esta formación, fue, en su momento de gloria, un mero “frente del rechazo” mucho más que el renacimiento de un “nuevo centrismo” como quisieron presentar sus miembros. Para Vox, ahora, extinto ese caladero de votos, se trata de aprender de los partidos “populistas” y tratar de conquistar el voto de la “clase obrera blanca”, para ello deberá insistir más en la cuestión de la identidad, la inmigración, los derechos de los españoles, la inseguridad y la reforma de los acuerdos con la UE y la OTAN.

10. LA POLÍTICA DE ALIANZAS DE SANCHEZ, GRAN FACTOR DE SU HUNDIMIENTO

El “que te vote Txapote” ha sido uno de los factores de hundimiento del pedrosanchismo. Lo que ha fracasado es la estrategia de alianzas del PSOE. Es cierto que Sánchez puso en manos de Podemos ministerios de tercera fila, pero, desde ellos se han producido destrozos en cadena. El viernes antes de la “jornada de reflexión”, se supo que el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, dirigido por Ione Belarra, había destinado 1.950.000 euros en subvenciones para “mejorar e impulsar el control poblacional de las colonias felinas” (léase, de los gatos callejeros…). Locuras como esta -diarias en los ministerios en manos de Podemos- han contribuido a la erosión del pedrosanchismo. Si a esto unimos sus acuerdos con ERC y con Bildu, esto es, con la no-España, se entenderá perfectamente que aquella política errónea de alianzas haya traído estos lodos de fracaso.

11. YOLANDA DÍAZ NO PUEDE SUMAR

La gran esperanza del pedrosanchismo era que Yolanda Díaz, desde su puesto de vicepresidenta del gobierno y ministra de trabajo, consiguiera agrupar a las formaciones regionales de izquierdas en una sigla que absorbiera la pérdida de votos perdidos por el PSOE. También esta estrategia de promover una “izquierda a la izquierda controlada” fracasado: los tres puntales del proyecto Sumar, han restado: Colau ha retrocedido en Cataluña y no será alcaldesa, Compromís no estará presente en el gobierno valenciano y Más Madrid retrocede. Es, incluso, posible que la Díaz decida integrarse directamente en el PSOE con la excusa de “fortalecer a la izquierda ante el tsunami de la derecha”, antes que de seguir adelante con su proyecto.

12. LOS “NUEVOS ELECTORES” DEL PEDROSANCHISMO NO LE VOTAN

Otra de las esperanzas del pedrosanchismo consistió en comprar la intención de voto: lo hizo a través de la concesión masiva de nacionalidades española a inmigrantes (muchos de los cuales ni siquiera son capaces de hablar un castellano inteligible), dar nacionalidad a los descendientes de los sefarditas que lo soliciten (expulsados de España hace 500 años…) y dar pasaporte español a los nietos de los exiliados republicanos… Todo esto se ha demostrado un fiasco: en toda Europa el inmigrante (y el inmigrante recién naturalizado) se desentiende de la política. No votan ni a la derecha, ni a la izquierda: la política del país en el que viven y del que viven, no va con ellos. Y no digamos tataranietos de sefarditas o de republicanos que ni siquiera tenían conciencia de sus “raíces”.

13. EL ESCÁNDALO DE MELILLA-MOJACAR Y LA COMPRA DE VOTOS DEL PEDROSANCHISMO

El mazazo de la compra de 10.000 votos en Melilla fue solamente la primera parte del drama que ha vivido el PSOE en los últimos días de la campaña: Mojácar fue la tumba de Pedro Sánchez “el honesto”. Si bien la compra de votos melillense está íntimamente vinculada a Marruecos y a su peón en aquella ciudad, Mustafá Aberchán, en Mojácar estaba directamente vinculada a Bolaños y a la sigla PSOE. La compra de votos ha sido para el PSOE lo que el 11-M fue para el PP en 2004: una brecha definitiva en su línea de flotación. Los “tertulianos” se preocuparon por afirmar que se trataba de un “caso puntual” y que “nuestra democracia tiene una buena salud envidiable”. Era lo mismo que decían en los años 80 sobre la corrupción política: que solamente era cuestión de unas pocas “ovejas negras”. Hoy sabemos que era un cáncer que alcanzaba y alcanza hasta la médula del sistema político.

14. SE AVECINA UNA GUERRA CIVIL DENTRO DEL PSOE DE AQUÍ A NOVIEMBRE

Los resultados de ayer van a abrir, inevitablemente, la caja de los truenos dentro del PSOE. Sánchez, con estos resultados en la mano, no puede hacer frente a las objeciones que encontrará en el interior de la dirección socialista: el resultado es el producto de su política de alianzas, algo que Lambán y Page le habían recordado, pero la falta de datos objetivos que certificaran el error -las encuestas del CIS siempre le daban como favorito…- limitaba el alcance de estas críticas. A partir de los resultados de ayer, los opositores a Sánchez dentro de su partido dispondrán de razones más que suficientes para imponer, en los seis meses que les quedan en el gobierno de la nación, cambios drásticos. El problema para el PSOE es que Sánchez no es un político “normal”: es un psicópata de manual. Y, como tal, es el hombre que nunca se equivoca y que, aún equivocándose, odia a muerte a quien se lo recuerda. Lo que se avecina en el interior del PSOE es una guerra civil en un momento en donde no existe ningún líder socialista con talla suficiente para destacar y disputar la secretaría general.

15. SERÍA HORA DE IR ROMPIENDO LA COALICIÓN DE GOBIERNO

Probablemente, la única posibilidad que tiene Sánchez de recuperación sea rompiendo con Unidas Podemos y distanciándose de los que hasta ahora han sido sus socios (Bildu y ERC). Pero esto implicaría, gobernar en minoría, reconocer un error (al tiempo que supondría el certificado de defunción definitivo de Podemos) y la duda estriba en lo dice la ciencia médica: ¿Cuál es la prioridad para un psicópata? ¿reconocer que se ha equivocado? ¿o destruir a los que se le oponen? Cualquier becario en un consultorio psiquiátrico indicaría que lo segundo. Lo que haga Sánchez dependerá de su grado de psicopatía: si todavía le queda un poco de lucidez, debería expulsar simplemente del gobierno a los ministros de Podemos. Nunca como ahora, una decisión de gobierno ha equivalido a un test sobre el estado de salud mental de su presidente.

16. TEZANOS: CUANDO LAS ELECCIONES NO SE GANAN EN LA COCINA DEL CIS

El CIS se ha convertido en una dolorosa irrisión. Era el único instituto de sondeos que daba como vencedor al PSOE. Éxito llama a éxito. Otra muestra de la mala calidad de la democracia española: proclamando las victorias del partido que todas las demás encuestas dan por derrotado, se consigue que arrastre votos -todos aspiran a votar al vencedor, nunca al perdedor- y esto funciona a condición de que una opción política y un instituto demoscópico no estén tan absolutamente desprestigiados que sus “sondeos” sean tomados a broma. Las elecciones de ayer han servido para recordar aquello en lo que se ha convertido el CIS y aquello que es Tezanos (el “Arguiñano de los sondeos”, el “gran cocinero”).

17. ALTOS NIVELES DE ABSTENCIÓN

Con una participación del 54,48% y una abstención del 45,51%, (frente a una abstención del 33,77% en 2019) puede decirse que en estas elecciones se ha alcanzado un récord histórico de abstenciones nunca conocido desde 1977. Si en 2019 tres de cada diez personas llamadas a votar se abstuvieron, en las elecciones de ayer el porcentaje subió a casi cinco de cada diez. Si a esto sumamos votos nulos y votos en blanco, puede decirse que la mitad del electorado no se siente “motivado” a votar a ninguna sigla. Esto implica que la “desafección” hacia el sistema político se va ampliando. Y confirma lo ya dicho sobre el desinterés absoluto de los inmigrantes naturalizados por todo lo que pase en España. Muestra, finalmente, que las bases sociales sobre las que se pueden apoyar los gobiernos, son cada vez más débiles. No les importa excesivamente, porque lo que cuenta para ellos, es alcanzar la mayoría de los votos. Pero les obliga a subsidiar grupos cada vez más amplios para garantizar la paz étnica y social.

18. EL PP EN VÍAS DE RECUPERACIÓN EN CATALUÑA

En Badalona el PP ha obtenido una de las mayorías absolutas más amplias de España. Era normal: en 2019, el PP ya había sido el partido más votado, pero no obtuvo la mayoría absoluta. El resto de partidos se aliaron contra el PP de García Albiol que pasó a la oposición… A la vista de cómo se ha desarrollado la vida en Badalona en los últimos cuatro años, el elector ha comprendido que, o bien daban la mayoría absoluta a García Albiol, o bien la ciudad se convertiría todavía más en un foco de delincuencia, en el escenario de las ideas más delirante del ultraprogresismo y en un lugar alternativo a la ciudad de Barcelona para okupas llegados de todo el mundo. Los resultados de Badalona y el aumento del voto en buena parte de los municipios catalanes en donde se presentaba el PP, permiten pensar en una recuperación de esta sigla que ha estado prácticamente desaparecida de la política catalana desde principios del milenio.

19. LA PRESIDENCIA EUROPEA DE SÁNCHEZ, O LA ESPERANZA MÁS VANA

Sánchez tratará de agarrarse a la única carta que le queda: los meses de presidencia europea que tiene por delante. En primer lugar, el nivel de desprestigio de la UE es tal que no está claro si su presidencia al frente de la entidad seudofederal le supondrá una posibilidad de recuperación electoral, o lo hundirá aún más. Como máximo, Sánchez podrá detener alguna investigación de la UE sobre el destino de los fondos entregador a España, pero le va tocar bregar con cuestiones insuperables: la reforma en la política agrícola de la UE, la cuestión de las sanciones a Rusia, los casos de corrupción en el seno del parlamento europeo, los acuerdos con países no europeos, la cuestión de la inmigración masiva, etc, etc. Todo induce a pensar que la derrota de ayer, lo deja en una posición muy insegura al frente de la UE y que cualquier cosa que haga o deje de hacer será cargado en su pasivo.

20. MADRID, COMUNIDAD Y AYUNTAMIENTO: LA MONCLOA, FORT APACHE SITIADO

Tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento de Madrid, el dominio del PP es holgado. En la provincia de Madrid solamente hay dos municipios que tendrán un ayuntamiento de izquierdas (Fuentidueña del Tajo y El Atazar), minúsculos. A nadie se le escapa que Madrid es importante: es la capital de España y allí está la sede del gobierno. Es fácil pensar que el “síndrome de la Moncloa” del que se habla desde los tiempos de Felipe González (aislamiento de la opinión pública, rodearse de “yes man” -gente que siempre da la razón al presidente-, no salir a la calle por miedo a los abucheos, refugiarse en la “política internacional”) cuando el PSOE todavía tenía una notoria influencia en Madrid, está viéndose sustituido por el “síndrome del Fort Apache”, un búnker hostilizado por tribus de todo tipo que generan una sensación de aislamiento absoluto, desconfianza, rencor y frustración que, en una mente normal ya pesan como una losa, pero que una cerebro enfermo puede generar un aumento de su alienación.

21. VUELVE EL BIPARTIDISMO, SALVO EN LAS ZONAS DE NACIONALISMO REGIONAL

Salvo en las zonas donde existe nacionalismo y separatismo, sin duda las que tienen una fragmentación política más extrema, en el resto de España, existe una tendencia renovada hacia el bipartidismo. Desaparecen las opciones que nacieron con la crisis de 2008 (Cs y Podemos) y la política se convierte en, cada vez más, una política de “bloques”: bloque conservador frente a bloque ultraprogresista, tal como ha ocurrido en Brasil, Francia, Italia o EEUU. Lo inactual del nacionalismo regionalista y del independentismo es lo que hace que sus siglas sean las que generan más fragmentación (divididas en Cataluña hasta lo indecible). Así mismo, la aparición de pequeños grupos localistas, no supone la ruptura de este bipartidismo, sino que es una muestra de la “desafección” ante las dos grandes opciones. Tales opciones, suelen nacer y desaparecer con facilidad: o se “venden” a unos o a otros. Las nacidas en estas elecciones no irán excesivamente lejos.

22. LOS “BARONES SOCIALISTAS”, DISIDENTES O NO, SE HUNDEN CON LA SIGLA PSOE

García Page, por los pelos, ha sobrevivido a la hecatombe socialista. Es significativo que, a pesar de sus dudas, de sus vacilaciones, al menos a nivel mediático, ha sido presentado como el único que criticó la política de alianzas de Sánchez que ha conducido al hundimiento de la sigla socialista. En realidad, no tiene muchos más méritos y no puede esperarse que, a partir suyo, se inicie una recuperación socialista. Page quiere seguir siendo el “barón” de Castilla-La Mancha, pretender ir más lejos podría ser peligroso para él. Los otros dos seudo-disidentes socialistas, Javier Lambán y Fernández Vara, en Aragón y Extremadura, han perdido sus feudos y Page lo ha conservado por apenas unos cientos de votos. Esto indica que ya no es la actitud hacia el pedrosanchismo, sino la permanencia bajo las siglas PSOE, lo que compromete su futuro. Ninguno de estos barones, por lo demás, tiene talla suficiente para asumir la secretaría general del partido y veremos si tienen valor para enfrentarse a Sánchez en la ejecutiva del PSOE

23. LA “SOBREEXPOSICION” DE SANCHEZ EN LA CAMPAÑA HA REMATADO A SU SIGLA

Sánchez ha estado presente en toda la campaña electoral. Creía que su imagen sería lo que garantizaría la victoria socialista. Este protagonismo tiene su contrapartida en su desaparición en la noche electoral. No solamente no estuvo presente para dar la cara, sino que intentará -como buen psicópata- que el fracaso recayera en sus subordinados. De haber mantenido sus posiciones, hubiera estado en la tribuna de Ferraz mostrando su mejor sonrisa. La gran contradicción que se abre hoy para el PSOE es que Sánchez es el gran hacedor del fracaso socialista, pero sin Sánchez el PSOE de hoy ya no tiene posibilidades de presentar a ningún líder con gancho suficiente para realizar un papel “digno” en los próximos meses.

24. LA PEOR CAMPAÑA SOCIALISTA

El resultado de esta sobreexposición de Sánchez ha sido la que podemos calificar como peor campaña realizada por un partido socialista en todos los tiempos. Los electores se quedaron atónitos cuando en cada mitin Sánchez realizaba promesas y más promesas que arrancaban aplausos forzados de escuálidas audiencias. La cuestión de la vivienda, con el estallido de los problemas de la ocupación en Barcelona, el baile de promesas de viviendas sociales (40.000, 20.000, 50.000 según el mitin), la nueva ley de la vivienda y sus primeros resultados (retracción del parque de viviendas en alquiler y subida de los precios del alquiler) y las acusaciones sobre la honestidad del PP, en un momento en el que los problemas de sentencias en firme se acumulan entre los socialistas, todo esto quedó rematado por la proximidad de Bolaños a la compra de votos en Mojácar. A una campaña nefasta han seguido los resultados correspondientes.

25. HOY POR HOY, EL PP ES UN PARTIDO UNIDO EN LA VICTORIA

Frente a la problemática situación que se abre en el interior del PSOE y que, hoy por hoy, nadie es capaz de prever, pero que podría, incluso, llegar a la desaparición de la sigla (como en Italia) o a su encogimiento extremo (como en Francia, donde apenas supera el 1%), el PP se muestra unido en la victoria. Y, repetimos, “unido en la victoria”. De no haberse producido el tsunami innegable, de haber obtenido unos resultados modestos, la época Feijóo hubiera terminado como terminó la época Casado o, antes la época Hernández Mancha: sin pena ni gloria, y con fuertes discrepancias interiores. A pesar del escaso carisma que adorna a Feijóo y de sus limitadas condiciones como líder (ayer en el balcón de Génova, lo que vimos fue a tres líderes, Feijóo, Almeida y Ayuso, con discursos simplones, alegres por la victoria, pero sin mensajes de fondo, ni grandes proyectos más allá de llegar al poder en noviembre), el líder del PP parece bien situado para llegar sin excesivas dificultades al poder en noviembre.

26. LOS DIRIGENTES DEL PSOE SE CREYERON SUS PROPIAS MENTIRAS

El problema de la clase política española, tanto de derechas como de izquierdas, es que ni siquiera entiende de política. Se fían de lo que dice el secretario general, de lo que leen en sus propias webs, sus circulares internas y las resoluciones de sus ejecutivas. Saben que “el que se mueve no sale en la foto” y el resultado es que, cuando la dirección se equivoca en sus valoraciones, la derrota les coge por sorpresa. Es lo que ha pasado en el PSOE: sus miembros, viendo los informativos de la Sexta y de RTVE, creyendo las encuestas del CIS, oyendo las declaraciones de su líder, creían, como máximo que iban a tener una “dulce derrota”. Fueron ellos los primeros en calificar, ayer, el resultado como “tsunami de la derecha”. Incluso los tertulianos favorables al PSOE no daban crédito del alcance de la derrota, ni eran capaces de interpretar los motivos de la misma. Es el problema que aparece cuando alguien cree las propias mentiras difundidas por los suyos.

27. ¿QUIÉN DIABLOS SIGUE VOTANDO AL PSOE?

De hecho, a la vista de la gestión realizada por el gobierno de coalición en los últimos cuatro años, cabe preguntarse cómo hay gente que sigue votando al PSOE y cómo es que todavía no ha caído en la misma situación que sus partidos hermanos que ya hemos mencionado de Francia o de Italia. Hoy, el PSOE sigue recibiendo un “voto cerril” (gente que siempre ha votado a la sigla socialista y que sigue considerando que debe “votar útil” a la mejor opción contra la derecha), es también un  producto de la falta de alternativas políticas nuevas (como, por ejemplo en Cataluña en donde el PSC tuvo la habilidad de presentarse como equidistante entre el independentismo y la derecha españolista), el voto de la amplia franja de funcionarios públicos que ha ido creando en cada período de gobierno, el voto del feminismo radical y de funcionarios de los cientos de ONGs ultrasubvencionadas y algunos votos de “nuevos españoles”. Eso es todo. Siempre hemos dicho que las “ideologización” de la enseñanza era inútil y de ahí que las locuras que incluyen los programas de enseñanza socialistas, choquen con el hecho de que la escuela española ya no es capaz de servir para algo más que para almacenar a alumnos en las horas en las que sus padres trabajan, pero ha perdido su capacidad para transferir cualquier tipo de conocimientos e ideologías.

28. TIC-TAC, LA CUENTA ATRÁS PARA EL RELEVO EN LA MONCLOA

Los socialistas no deben engañarse: su ciclo político ha terminado. El país ha girado muy visiblemente a la derecha. La no-España también ha menguado. No existe ninguna garantía de que el futuro gobierno Feijóo logrará enderezar la situación del país (entre otras cosas porque ni PP ni PSOE marcan las reglas del juego político: las reglas las marcan, aquí y ahora, los tenedores de la deuda pública española y el gobierno de turno hará lo que ellos quieran). Lo que está claro es que se inicia una grave crisis para el PSOE que no será sino la exteriorización de la crisis que se inició con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero y sus ideas excéntricas en todos los terrenos. Cuando antes vayan entendiendo que el “ultraprogresismo” no va al paso con la realidad social española y renuncien a sus proyectos de “ingeniería social”, antes de saldrán de la crisis.

29. ESPAÑA CASI COMO GRECIA

Hace unos años el fenómeno político griego era Syriza. Su líder, Alexis Tsipras, fue durante unos meses la “gran esperanza” de la izquierda ultraprogresista europea. Como lo ha sido Gabriel Boric fugazmente en Chile. Las elecciones griegas del 21 de mayo han supuesto el derrumbe del ultraprogresismo de Syriza, el triunfo de Nueva Democracia -el centro derecha-, cierta recuperación del Pasok y de los comunistas y la nueva irrupción de un partido de extrema-derecha, Solución Griega, euroescéptico y populista, que entra por primera vez en el parlamento. En otras palabras: Grecia ha rechazado el ultraprogresismo. El gobierno de Syriza era el más parecido a la coalición de gobierno en España. Su fracaso, certifica el retroceso de la izquierda ultraprogresista y de sus valores LGTBIQ+, inmigracionistas, wokistas y de sus proyectos de ingeniería social.

30. QUE LA VAYA BIEN AL PP, NO QUIERE DECIR QUE NOS VAYA BIEN A USTED Y A MI…

¿Deberíamos congratularnos por la victoria de la derecha en España el día de ayer? Solamente en una medida: en que confirma que el pedrosanchismo ha entrado en el basurero de la historia. El peor gobierno de la democracia, con su arsenal legislativo más enloquecido, con una presencia catastrófica de Podemos, puede darse por amortizado. Ahora bien, la huella dejada por el pedrosanchismo tardaremos décadas en pagarla: y, no solamente porque la deuda pública se haya disparado hasta hacerla imparable, no solo porque va a costar años desmontar el arsenal legislativo diseñado para crear una “nueva sociedad”, sino porque el gobierno que herede el poder en noviembre va a estar atado de pies y manos. El gran riesgo es que trate únicamente de solventar la papeleta económica (que es lo que le van a exigir los tenedores de la deuda pública), pasando en segundo plano las reformas necesarias y urgentes en educación, seguridad, inmigración, etc. Estamos viviendo una situación parecida a la que vivió España cuando se produjo la sustitución de ZP por Rajoy: éste concentró todas sus reformas en salir de la crisis económica, desatendiendo cualquier otro frente (en especial el independentismo catalán, pero también reformas urgentes en los servicios públicos). Ahora la situación vuelve a presentarse en los mismos términos, pero mucho más agravada: la deuda pública española es hoy casi el triple que cuando Rajoy se hizo cargo del gobierno. Al PP le irá bien en los próximos años, sí, pero eso no implica que, ni a usted ni a mí, a la “España real” le vaya a ir bien. El pozo es demasiado profundo como para poder salir indemnes.

CONCLUSIÓN: LA SITUACIÓN EXIGE REFORMAS ESTRUCTURALES PROFUNDAS Y NADIE ESTÁ EN CONDICIONES DE ABORDARLAS

La situación española exige reformas estructurales profundas y lo que el PP nos ofrece como alternativa son medidas coyunturales en materia económica. Así pues, es fácil prever lo que va a ocurrir en los próximos años. Todo seguirá, más o menos, como hasta ahora. Apretarse el cinturón en materia de gasto público, tratar de esperar a que bajen los tipos de interés y disminuya la presión de la deuda, rezar para que la Segunda Guerra Fría no se convierta en caliente por presión de los EEUU, esperar a ver con qué sustituye la ONU su Agenda 2030 (uno de los elementos esenciales que explican la parálisis europea; ya nadie, ni socialistas, ni populares, tenían el valor de mostrar el pin de la iniciativa multicolor, en la pasada campaña electoral), y cumplir fiel, puntual y diligentemente, lo que se dicte desde el Pentágono o desde Bruselas… A estas alturas ¿esperabais otra cosa? La victoria de ayer de la derecha es poco o nada comparado con lo que este país precisa urgentemente.