NOTA DEL TRADUCTOR
Wiligut es la figura más característica de lo que
se ha llamado “ocultismo nazi”. Estuvo durante unos meses en el entorno de
Heinrich Himmler y, en ese breve tiempo ejerció como consejero influyente. Fue
alejado cuando el general Karl Wolf investigó su pasado y aparecieron detalles
de desequilibrio mental. Pertenecía al entorno ariosófico. La ariosofía y sus
variantes no son más que la versión germana del teosofismo anglosajón, esto es,
la adaptación a otro marco geográfico germano de una secta ocultista. Contrariamente
a lo que ha escrito Miguel Serrano en sus trabajos, Hitler nunca mantuvo la más
mínima simpatía por este sector. Es más, cuando ingresó en el círculo del Partido
Obrero Alemán, su primer deseo era alejar esta formación política de la
influencia de la Sociedad Thule que la había fundado. Hitler quería una “política
de masas”, no ser el instrumento de un conventículo ocultista, algo que,
incluso, los historiadores más antinazis han debido reconocer.
El trabajo Karl María Wiligut, el Rasputín de
Himmler, escrito por Christian Bouchet, especialista en ocultismo del siglo
XX, incluye todos los aspectos de la vida del biografiado y sus relaciones con
el régimen nacional-socialista, e incluye algunos textos y poemas escritos por
él. Es un trabajo, realizado con rigor y objetividad, en el que se puede
confiar. No hay en él nada de imaginación, ni credulidad ingenua, ni
mixtificaciones fantasmagóricas. Tampoco hay hostilidad, animadversión o “corrección
política”. El personaje fue el que fue, aportó lo que aportó: ni más ni menos.
Dentro de la historia del nacional-socialismo fue una simple anécdota. En todos
los movimientos de masas, aparecen personajes excéntricos que logran escalar a
las proximidades del poder… para luego caer estrepitosamente. No fue el caso de
Wiligut, del que, un buen día, dejó de hablarse, fue jubilado y pocos volvieron
a saber de él.
Esta fue su vida y sus orientaciones
ideológico-ocultistas.
Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler
El hombre, la doctrina, la tarea en las SS, el legado
Christian Bouchet
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I
El Hombre
Militar apreciado, pero con una carrera mediocre, Karl Maria Wiligut fue,
una vez pasado a la reserva, un activista volkish
(1) de segunda fila. Sólo mucho más tarde, gracias a un encuentro casual
con Heinrich Himmler (2), cuando contaba 67 años, gozó de un corto período de
cinco años de relativa notoriedad, antes de caer en el olvido.
Los años oscuros (1866-1932)
La infancia, la adolescencia y el período de actividad profesional de Karl
Maria Wiligut son relativamente poco conocidos (3).
El oficial
Karl Wiligut María nació el 10 de diciembre 1866 en Viena, en el seno de una
familia de militares. Su abuelo fue oficial y su padre tenía una posición
importante en la casa militar del emperador de Austria. En su calidad de hijo
mayor siguió, sin vocación, esta tradición familiar. A la edad de catorce años,
ingresó en la Escuela de Cadetes en Viena. En 1884 fue nombrado aspirante al 99°
Regimiento de Infantería de Mostar.
Cuatro años más tarde, fue nombrado subteniente. Tuvo que esperar cuatro
años más para obtener su grado de teniente. En 1903, fue ascendido a capitán y
luego a comandante en 1913. Durante la Primera Guerra Mundial, Karl Maria Wiligut
sirvió en el frente ruso, donde se destacó por su sangre fría y por su valor
militar lo que le valió rápidamente ser ascendido a teniente coronel.
Transferido durante unos meses, a la retaguardia a fin de organizar las
reservas, a continuación, sirvió en el frente italiano desde junio 1915 a junio
1916. A partir de esta fecha, ocupó diversos cargos administrativos en Salzburgo
y Ucrania. Nombrado coronel en agosto de 1917, se jubiló el 1 de enero 1919 y
se retiró a Salzburgo.
El franc-masón
Al comienzo de su carrera militar, Wiligut fue invitado a unirse a la franc-masonería.
En 1889, cuando era teniente, fue iniciado como miembro de la logia Schlarraffia
adoptando el nombre iniciático de Lobesam. Dimitió veinte años más tarde, sin que
se conozcan las razones que le impulsaron a esa decisión, después de haber sido
miembro de la orden y de haber ocupado diversos cargos.
Además, a pesar de sus obligaciones militares, Wiligut mantuvo una intensa
actividad intelectual a lo largo de todo el período en el que permaneció en el
servicio, escribiendo varios libros de connotación ocultista y pagana. En 1903
publicó un poema épico, Seyfrieds Runen,
glosando la leyenda del príncipe von Seyfried Rabenstein que había reinado en
un territorio situado en las inmediaciones del río Taja (4). En el prólogo daba
su propia interpretación del mito. Dado que se trata de una obra claramente
marcada por la influencia de las teorías de Guido von List, y que había elegido
como editor a Friedrich Shalik, que anteriormente había publicado numerosas
obras ariosofistas, podemos concluir que el entonces capitán estaba ya
relacionado en los medios ocultistas y neo-paganos vieneses. En 1908 escribió Los Nueve Mandamientos de Got por primera vez desde que los autos de fe de
los libros de Luis el Piadoso (5).
Poco después de la redacción del texto, el futuro mago se puso en contacto
con la rama vienesa de la Orden del Nuevo Templo de Jörg Lanz von Liebenfels (6),
a través de su primo Willy Thaler.
Sus obligaciones militares, la investigación y las tareas de escritura no
le impidieron, sin embargo, llevar una vida perfectamente normal. Karl Maria
Wiligut se casó en 1907 con Malvina von Leuts Treuenringen con quien tuvo dos
hijas: Gertrudis y Lotte en el mismo año en 1910 y un hijo nacido muerto.
La Sociedad List
A partir de 1903, vemos la influencia de las ideas de Guido von List en el
pensamiento de Karl Maria Wiligut. Por lo tanto, antes de seguir adelante, es
conveniente que nos detengamos un momento en este hombre y en sus partidarios.
Nacido en Viena en 1848 en una familia de la burguesía comercial (7) Guido von
List, fue en primer lugar periodista y escritor pan-germanista. En 1902, comenzó
a interesarse por el ocultismo y a amalgamas consideraciones esotéricas en sus
escritos políticos. Escribió posteriormente una serie de obras sobre las
relaciones entre las runas y la Cábala, sobre el paganismo wotánista, el
sentido oculto de la heráldica, la interpretación ocultista del folklore y de
la toponimia, etc. Según Nicholas Goodrick-Clarcke: “En sus conferencias y libros, List invitó a los verdaderos alemanes a
conservar los restos del maravilloso Estado teocrático de sus antepasados
ario-germánicos, gobernado sabiamente por sacerdotes-reyes y por iniciados
gnósticos, cuyas huellas eran claramente discernibles en el folklore, en el
paisaje y en los yacimientos arqueológicos de su país. Entregado al estudio de
la cábala y de la astrología afirmó ser el último de los magos armanistas que
en otro tiempo habían dominado todo el mundo ario (...) Se convirtió, incluso
en vida, en una figura legendaria en la franja oriental del mundo germánico.
Fue considerado por sus lectores y partidarios como un viejo patriarca barbudo
cuyos clarividentes ojos habían expuesto a la luz el pasado glorioso ario y
germánico de Austria desembarazándolo de las escorias depositadas por las
influencias extranjeras y por la civilización cristiana” (8).
En 1908, algunos de sus más cercanos colaboradores fundaron la Sociedad
Guido von List para reunir a sus partidarios y financiar la publicación de su
obra. Esta sociedad reunió a la extraña comunidad de los discípulos del mago
neo-pagano: una mezcla de pan-germanistas y de teósofos donde se encontraban, uno
junto al otro, el alcalde antisemita de Viena, Karl Luger, el teósofo y neo-templario
Franz Hartmann, el diputado nacionalista Beranek y el novelista y ocultista Karl
Hilm, el conjunto de la Sociedad Teosófica vienesa, el biógrafo nacionalista de
Wagner, Karl Glasenapp, etc. Dentro de esta asociación se erigió un círculo
interior apodado Orden Superior de los Armanos cuya estructura iniciática dividida
en diez grados se creó sobre el árbol cabalístico de la vida. List fue su gran
maestre hasta su muerte en 1919. De acuerdo con la idea central de la orden, ésta
proseguía la tradición de los Armanen, sacerdotes de Wotan, la elite de los iniciados
que habrían detentado el poder político en los tiempos prehistóricos y, una vez
eliminados por el cristianismo, habían transmitido su ciencia por medio de los
“armanos secretos”, las órdenes de caballería, como los templarios y la
sociedades secretas como los rosacruces o de la masonería.
La Orden del Nuevo Templo
Si Karl Maria Wiligut parece haber sido solamente un lector de Guido von
List, tuvo, sin ser miembro, relaciones mucho más estrechas con la Orden del
Nuevo Templo que entonces dirigía Jorg Lanz von Liebenfels. ¿Que sabemos acerca
de éste y de su orden de caballería?
Nacido en 1872, Jörg Lanz von Liebenfels, entró como novicio en el Císter
en 1893. Adquirió un alto nivel en teología, heresiología y lenguas orientales.
Después de haber roto con su monasterio seis años más tarde, empezó a colaborar
con la prensa nacionalista volkïsh,
defendió su tesis doctoral y colaboró con muchos teólogos en la Monumenta Judaica, una enciclopedia de
textos judíos antiguos. Al mismo tiempo, elaboró la obra Theo-Zoología, o los monos de Sodoma y el Electrón de los dioses,
una extraña gnosis racista que puede resumirse así: la raza aria encarna el
principio del bien, mientras las razas “sombrías”, que no son para él sino
semi-humanas, se encarna el principio del mal; la "caída" es el resultado
de la fusión de los arios con otras especies animales, por lo que en realidad,
Lanz propone necesariamente una estricta política eugenésica para devolver la
pureza racial a los arios. A fin de dar a conocer sus tesis, Jorg Lanz von
Liebenfels creó la revista Ostara, en
la que a menudo se recurre a las enseñanzas teosóficas y que obtuvo un gran
éxito en su época.
En 1929, Liebenfels publicó La
historia de Ariosofia que resumía su
punto de vista sobre la historia de humanidad. Según él, los proto-arios, los
Atlantes, habrían vivido en una isla en el Atlántico Norte de la que solamente
fueron expulsados por una inundación que tuvo lugar cerca de 8.000 años antes
de nuestra era, separándolos en dos grupos, instalándose uno en el Norte de
Europa y otro en el Próximo Oriente. A ellos iría dirigido el Antiguo Testamento, habiendo sido Cristo
uno de ellos, tal como proponían los adeptos a la herejía arriana. El
cristianismo había ido escapando poco a poco a los Arios para caer en manos de
las razas "sombrías".
Lanz dijo, por otra parte, que el Grial era el símbolo de los poderes de la
raza aria pura y la búsqueda del Grial por los Caballeros del Templo era una
metáfora que aludía a estrictas prácticas eugenésicas de los caballeros templarios
destinadas a engendrar hombres-dioses. En 1907, para emular a los templarios, decidió
crear la Ordo Novi Templi (Orden de.
Nuevo Templo), que consiguió extenderse a Suiza, Alemania, Austria, Hungría e
Irán y tuvo un éxito suficiente para adquirir muchos castillos feudales que
transformó en Ordensburg. Sobrevivió
a la Segunda Guerra Mundial y aún estaba activa a principio de los años 50, período
durante la cual mantuvo relaciones con otros grupos neo-templarios.
Por otra parte, es importante subrayar que Lanz consideraba que su
corriente pertenecía a las tradiciones ocultistas internacionales de su época, tal
como lo demuestra su Historia de la Ariosofia,
que incluye entre sus predecesores directos a Eliphas Levi, Josephin Péladan,
Papus Helena Petrovna Blavatsky, Franz Hartmann, Annie Besant y Charles Webster
Leadbeater (9).
El esoterista völkish
En los años posteriores a su abandono del ejército, Karl Maria Wiligut
dedicó todo su tiempo libre a estudiar a fondo de las teorías ocultistas de
Jörg Lanz von Liebenfels, cuyo potencial había advertido. Encargó a Theodor Czepl,
uno de sus seguidores al que había conocido antes de la guerra, reanudar los
lazos con él. Por lo tanto Czepl, fue a Salzburgo en tres ocasiones a lo largo
de 1920, pasando siete semanas completas en el hogar de Wiligut durante el
invierno de 1920-1921.
En el informe que escribió Lanz, señala que Czepl constataba que Wiligut se
consideraba como “rey secreto de Alemania”, un Ueiskuinig, un “rey mago” heredero del “clan sagrado”. Además,
Wiligut le dijo que la Biblia era un texto escrito originalmente en alemán
antiguo relatando hechos que se habían desarrollado en Alemania, debiendo su
forma actual a errores de traducción, o bien a interpretaciones deliberadamente
erróneas. En su tercer encuentro, Wiligut presentó a Czepl un poema que había
escrito especialmente para él. Se titulaba Gottesglaube
Deutsch, y contenía “toda la esencia del cristianismo irminista y su
doctrina”.
Durante el mismo período Karl Maria Wiligut se integró en los medios
nacionalistas pan-germanistas de Austria. No contento con ser simplemente un
miembro, publicó un periódico, Der
Eiserne Besen (La escoba de acero) en la que denunciaba, número tras
número, la aspiración de los judíos, los masones y los católicos.
Todas estas actividades, y especialmente las que tuvieron como resultado la
falta de interés de Wiligut por la gestión del patrimonio familiar, no gustaron
a su esposa. Ayudada por su familia hizo declarar como alienado al coronel
jubilado. En octubre de 1924, Wiligut fue detenido en la calle por un equipo de
enfermeros psiquiátricos que le colocaron una camisa de fuerza y lo condujeron
al asilo psiquiátrico de Salzburgo en donde fue inmediatamente internado por un
período de dos años y medio.
Durante su hospitalización Wiligut permaneció en contacto con numerosos
miembros de la Orden del Nuevo Templo y de los círculos nacionalistas. Estos intervinieron
a favor de su liberación que tuvo lugar a principios de 1927tras una evaluación
psiquiátrica que concluyó sin apreciar rastros de peligrosidad en nuestro
hombre, al cual los médicos no tuvieron nada que censurar sino la creencia en
una cosmología poco común y por el hecho de afirmar que “su árbol genealógico
se remontaba hasta Wotan” (10).
Puesto en libertad, Wiligut se afincó en Salzburgo donde recibió la visita
de numerosos admiradores alemanes un cierto número de los cuales acababa de
constituir la Sociedad del Edda. Los impresionó fuertemente con sus mantras
alemanes, los Halgarita Sprüche (o los Dichos de Halgarita), que su discípulo
Emil Rüdiger reunió bajo la forma de un manuscrito dactilografiado durante el
invierno de 1928-1929.
La Sociedad Edda
Algunos discípulos alemanes de Karl Maria Wiligut, como hemos visto,
pertenecían a la sociedad del Edda. Antes de seguir adelante valdrá la pena
detenernos un momento en la historia y la doctrina de este grupo ocultista y völkisch.
La Sociedad Edda fue fundada por Rudolf Gorslegen (1883-1930), nacido en
Alsacia-Lorena, que eligió vivir en Alemania tras el armisticio de 1918.
Activista völkisch, militó en el seno
de la Sociedad de Thule y en diversos grupúsculos. A partir de 1920 publicó el semanario
nacionalista Freiheit Deutsch (Alemania
Libre), primero de una forma muy convencional y, a continuación, a partir de
1927, con opiniones cada vez más próximas al ocultismo ario y a la teosofía.
Para evidenciar esta evolución, alteró el título de la revista por Arische Freiheit (Libertad Aria). El 29
de noviembre de 1925, Gorsleben creó paralelamente, la Sociedad del Edda que
dirigió hasta su muerte. Su discípulo Werner von Bülow, que le sucedió al
frente de ambas iniciativas, dotó al movimiento de una revista llamada Hag All All Hag, posteriormente Hagal adhiriéndose en cuerpo y alma al
Nacional Socialismo en 1937 (11). La revista salió hasta 1939 y publicó
numerosos textos de Karl María Wiligut y de su amigo Günter Kirchhoff (12).
La característica ideológica de la sociedad Edda residía en enfatizar el
aspecto esotérico de las runas. Gorsleben tenía un concepto mágico de los
signos rúnicos y las consideraba como conductoras de una energía sutil que animaba
a todo el universo, y como medios que podrían utilizarse para influir en el
mundo material y el curso de los acontecimientos.
Además, Rudolf John Gorsleben defendía como Jörg Lanz von Liebenfels, Karl
Maria Wiligut y muchos otros, la existencia de una antigua religión de origen
ario-atlante, propagada por Krist, que habría sido ulteriormente expurgada
hasta convertirse en el cristianismo.
links serie completa:
Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [1 DE 4] – El hombre y su carrera
Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [2 DE 4] – Ascenso y caída
Karl Maria Wiligut, el Rasputín de Himmler - Christian Bouchet [3 DE 4] – La doctrina secreta