Querido Diario:
Mi reino por una zarzaparrilla.
Hace como cincuenta años (quizás más) esta bebida hizo mutis en España. Creo
recordar que la última marca que se anunciaba en aquella entrañable radio
española de los años 50 era la Zarzaparrilla
1001. Luego llegaron las colas, más tarde las bebidas energéticas y la
honesta y vulgar zarzaparrilla, como antes había hecho el “agua de cebada”, emprendió
el camino del olvido: cenizas y oscuridad. Hoy he encontrado un par de marcas
de zarzaparrilla en un mini–super de delicatesen
aquí en San José. He podido recordar brevemente aquellos aromas de mi infancia
en una España que nada se parece a la actual. Era un tiempo en el que todo era
más fácil, más ingenuo, más simple. No es que añore ese tiempo (desde hace
mucho sé que el pasado, es
pasado y no vuelve; sé también que mirar atrás termina produciendo tortícolis),
es que estoy persuadido de que la mayor parte de hábitos de vida modernos son insanos;
no es que me guste más aquel tiempo gris de mi infancia, pero es que entonces
el pan sabía a pan, el tomate a tomate. Y abrir una botella de zarzaparrilla se
convertía en un pequeño/gran placer. Todo era más lineal. Más sencillo.
Seguramente, más auténtico. Hay algo en nuestro momento histórico que me parece
propio de una innoble representación teatral: nunca como hoy hemos tenido tan al alcance de la mano la
felicidad gracias a las nuevas tecnologías, pero nunca como hoy existe una
civilización tan neurótica y trastornada compuestas en su mayoría por
gentes que se derrumbarían si no pudieran guasear o tuitear histéricamente, la
pantalla de plasma no tuviera energía para conectarse o desapareciera el wi–fi, o si tuvieran que andar los 200
metros que separan la puerta del hogar de la panadería más próxima. Seguramente
la zarzaparrilla no tiene el aroma contundente de las colas que la sustituyeron,
pero en esa falta de sofisticación radicaba su simplicidad y su atractivo.
Mientras me la bebía he
recordado que solamente sobreviven las civilizaciones que insertan en su alma
el principio de la austeridad. Cuando a una civilización le alcanzan los
niveles de sofisticación, sus gentes se ablandan y terminan sucumbiendo. Y
nuestra civilización se recordará como aquella que prefirió elogiar la
blandenguería y el humanismo antes que exaltar la fuerza y lo comunitario…
por eso nuestra civilización ya ha llegado al límite y tiene más de medio
cuerpo fuera de la ventana. La caída es inevitable.
OBAMA AUTORIZA EL ENVÍO DE TROPAS A SIRIA. YA NO SE OCULTA QUE EEUU
ESTÁ DETRÁS DE LA GUERRA CIVIL SIRIA.
El “Kennedy mulato” hace lo mismo
que el “Kennedy irlandés”. Enviar “asesores”: éste a Vietnam y aquel a Siria. Se
sabe cómo acabo lo de Vietnam, aunque permanecen dudas sobre lo que puede
llegar a ocurrir en Siria. Obama
ha decidido que el gobierno de El Asad es el enemigo y lo ha decidido solo y
sin ayuda de nadie. Y es extraño porque es el gobierno legítimo de aquel país,
gobierno laico e integrador de las distintas minorías religiosas.
Después de cuatro años de formar militarmente cuadros mercenarios para luchar
contra el régimen baasista y de instigar la guerra civil en aquel país, tras los ataques de la aviación rusa
a las posiciones del Estado Islámico y de la insurgencia, Obama ya no oculta
que está detrás de la guerra civil siria.
Se trata de un número muy reducido de “asesores”, casi
simbólico, según dijo el portavoz de la Casa blanca, “forzado por la
intensificación de la actual campaña contra el EI”… tiene gracia el
planteamiento en un momento en el que el EI está a la desbandada a causa de la
precisión milimétrica de los ataques de la aviación rusa. Hubiera valido más
reconocer que se enviaba a 50 miembros de las Fuerzas de Operaciones Especiales
para que la guerra civil pudiera prolongarse lo máximo posible y la “estrategia
del caos” eternizarse en la zona.
Hasta ahora, Obama se había negado a enviar
fuerzas terrestres al conflicto, pero la intervención rusa ha cambiado
radicalmente la situación y EEUU corre el riesgo de que todo lo invertido en
pagar mercenarios, enviarles apoyo logístico y armamento, se pierda. El
portavoz ha indicado dónde se enviarán esos 50 asesores: a la zona kurda, evidenciando una vez más
que los kurdos son el comodín que una veces se tiene a mano para desestabilizar
a unos y otras veces se lanza contra otros. Para eso suelen servir las “naciones
sin Estado”.
Obama cree ahora que “no hay
solución militar”… ¡claro que la hay! Todo consiste en no creerse dios y dejar
de reclutar y financiar mercenarios. Si el gobierno norteamericano no se hubiera arrogado el derecho de
injerencia en un país soberano, ni siquiera habría guerra en Siria. Los
bombardeos rusos han hecho mucho daño al dispositivo norteamericano en la zona,
esa es la triste realidad. Ahora se trata de ver si la presencia de soldados
norteamericanos será suficiente como para detener los bombardeos rusos sobre
posiciones de la insurgencia.
http://ultimahora.es/noticias/internacional/2015/10/30/165656/obama–autoriza–envio–tropas–siria.html
EL DERECHO A VOTO DEL EMIGRANTE ESPAÑOL EN EL EXTRANJERO BOYCOTEADO POR
TRABAS BUROCRÁTICAS
Vaya por delante que considero el
voto como un acto irrelevante, siempre inútil, en el que tu voto de persona
honesta se equipara al de un asesino en serie. Louis Ferdinand Céline que jamás
votó explicó porque no se acercaba a las urnas: “Sé que la mayoría
está compuesta por perfectos imbéciles así que no tengo dudas de quién va a
ganar”. El 20–D estaré en el extranjero así que me será imposible
votar. No es que esto suponga un trauma para mí, pero si me parece una muestra
más del absurdo cotidiano por el que está atravesando España, el que por todos
los medios se facilite el voto a los inmigrantes que residen en territorio
español, se les invite a votar en procesos electorales españoles (Artur Mas
cuando el referéndum del 27–S concedió el derecho al voto a los inmigrantes que
apenas residían durante un año en España y que lo ignoraban todo del tema
soberanista…). A un
extranjero residente en España le es muy fácil votar no solamente en los
procesos electorales de su país, sino en las elecciones locales en España. Pero
no ocurre a la inversa.
No es que me interese mucho votar,
pero en esta ocasión –y para variar– me apetecía votar el blanco. No podré
hacerlo. Demasiadas complicaciones y demasiadas pérdidas de tiempo, total para
colocar un papel en blanco en una urna. Votar es un esfuerzo tan irrelevante
que habría que exigir que te llevaran la urna a casa y cerraran el sobre con la
papeleta con las babas del presidente de la mesa o de los interventores de los
partidos; votar es de esos gestos de la vida en donde no vale la pena ni quemar
una caloría: llevamos
votando unas cuantas décadas como para ser perfectamente conscientes de que
nada bueno ha salido nunca de las urnas y que, elección tras elección, se han
ido acumulando problemas y creándose otros generados por los propios candidatos
elegidos.
EL AYUNTAMIENTO DE MADRID MULTIPLICA POR 20 LA AYUDA A LA COOPERACION
Me pregunto por qué ayuntamientos
provistos de un déficit espectacular en sus cuentas, deciden que están
obligados a realizar un gasto en “cooperación internacional”. En 2015, Ana Botella, alcaldesa
de Madrid destinó 500.000 euros a esta partida que experimentará un ascenso
espectacular en el primer ejercicio de Manuela Carmena: ¡doce millones de
euros! A nadie se le escapa lo espectacular de esta cifra y lo
injustificado de la misma. Quedaría explicar el por qué de tal aumento.
Habitualmente, esos dineros se destinan a
proyectos difícilmente controlables. Una vez aprobadas las entregas de fondos
no hay absolutamente ninguna manera de saber si se han empleado correctamente.
Pero –y esta es la cuestión– devengan comisiones tanto en la parte receptora
(el dinero va a parar a una ONG pero el gobierno del país en el que actúa exige
una comisión, otra parte, por supuesto va a parar a los gestores de esa “organización
sin ánimo de lucro” y otra se queda a repartir entre los que han participado, a
este lado de la frontera, en la concesión de la subvención. Milagro si queda algo que se
consagre a la actividad para la que inicialmente había sido presupuestado.
Puede ser incluso bueno que existan “ayudas a la
cooperación”, pero deberían ser canalizadas a través de una entidad estatal única
y la percepción de este tipo de ayudas debería tener como contrapartida la
seguridad absoluta de que el 100% del dinero entregado se destina para realizar
la tarea que justifica la donación. En España, incluso poblaciones de
10.000 habitantes envían dinero a los más absurdos proyectos y asociaciones…
solamente para que una parte sustancial de ese dinero revierta en forma de
comisiones. Es lo que se llama desde hace tiempo la “estafa humanitaria”: “dime lo solidario que eres y te
diré lo estafador que puedes llegar a ser”
NO NOS HEMOS DADO CUENTA, PERO ESTA SEMANA HA SIDO HISTÓRICA EN ESPAÑA…
GRACIAS AL SOBERANISMO CATALÁN
El soberanismo finaliza la semana mucho más débil de lo
que la inició con la rutilante declaración de desconexión entre Cataluña y
España propuesto por la nueva presidente del Parlament. La declaración
de independencia –forzada por la CUP– era tan absolutamente panfletaria, radical y propia de
perroflautas, que la imagen de la propia Carme Forcadell leyéndola parecía un
arcaísmo. Bruscamente, Artur Mas ha comprobado que ni siquiera tiene la
unanimidad dentro de su gabinete. Pero está entre la espada y la pared: o logra
los votos de la CUP para obtener la investidura y repetir como “molt onorable”
o bien le tocará ceder el puesto a otro y dar su carrera política por
finalizada a la espera de los juicios que seguirán. Eso, o convocar elecciones anticipadas.
Rajoy, cuyos genes gallegos, le
sumieron en la más absoluta apatía ante el desarrollo del proceso soberanista,
finalmente se decidió a marcar unos cuantos números. Claro está que la reunión
de líderes conservadores europeos en Madrid, todos ellos contrarios al
soberanismo, le impulsaron a tomar la iniciativa. No se trata de que el contagio soberanista pueda
extenderse a otros países europeos, así que ya tocaba cercenarlo. A Rajoy le ha
bastado con consensuar con socialistas y Ciudadanos
un “frente del rechazo” al soberanismo. Con eso, salga lo que salga, en las
elecciones del 20–D, el soberanismo queda aislado. Ahí acaba el “procés”.
El consenso entre estas fuerzas
políticas tiene una novedad en relación al que se produjo en 1978 durante los
debates de la ponencia constitucional: los partidos que lo suscriben tienen como denominador común
–con algún matiz, claro– el antisoberanismo. No es mucho, pero es algo.
En la lápida que se colocará, sugiero la frase: “Aquí yace el “prucés”. Ríe caminante, nunca una idea que no podía
terminar bien, tardó tanto en periclitar”. Cansados estamos de la obsesión
soberanista.