domingo, 4 de octubre de 2015

Diario de la Desesperanza (XXV)


05|10|2015 - Querido Diario:

Lo peor de nuestro momento histórico no es que se haya perdido por completo la idea de “Orden”, sino que ni siquiera este concepto es comprensible para la mayor parte de la población. Nos hemos olvidado de lo que supone una situación de “normalidad”. Vivimos tiempos confusos y convulsos como nunca antes. Y sin embargo estaba estudiando los años del Estado Novo en Portugal (el salazarismo, el régimen autoritario de más larga duración) y ya entonces era evidente que fueron los “cambios” en la sociedad portuguesa de los años 50 y 60, los que se lo llevaron por delante. Recordé que sólo unos días antes había estudiado la aparición del pangermanismo en el siglo XIX… y todos los historiadores coinciden en que fue una reacción ante la situación de inseguridad de un tiempo plagado de cambios en la estructura social y económica de los países de lengua germánica. Sí, en todas las épocas han existido cambios que han alterado la vida de las sociedades; la diferencia es que ahora, tales cambios se parecen desde hace lustros al trazado de una curva asindótica: de esas que tienen un largo recorrido por el eje de abcisas con un lento ascenso en el eje de ordenadas… hasta que se produce un aumento brusco de la cota de este eje y la curva se dispara hacia el infinito, aproximándose más y más a él. Eso mismo está ocurriendo en nuestro momento de civilización: nos aproximamos, a velocidad siempre creciente, hacia estadios superiores de caos e inestabilidad. Como para preocuparse. Y a todo esto: ¿qué entendemos por Orden? Unos valores fijos en una sociedad que permiten tener un punto de referencia estable capaz de integrar y digerir cualquier cambio sin que aumenten los desequilibrios interiores de un sistema (e incluso de rechazar aquello cambios considerados como “negativos”). Al no existir hoy tal referencia, resulta imposible vivir cualquier otra situación que no sea la de inestabilidad en cualquier terreno que nos fijemos: economía, sociedad, gestión del gobierno, costumbres… No soplan buenos tiempos para la Tradición, esto es para lo estable transmitido de padres a hijos. Y, sin embargo, si hay futuro (si es que lo hay), éste no podrá ser más que una síntesis de tradición y revolución, es decir, la instauración de una nueva idea de Orden. Desconfiad de todo aquel que no os proponga un paradigma de Orden que traiga estabilidad a la sociedad. O es un progre, o simplemente no advierte la necesidad del Orden; es decir, o es un progre, o es un imbécil, o ambas cosas.


CURA GAY POLACO CON NOVIO SOBERANISTA, ÚLTIMO APOYO PARA ARTUR MAS. O EL FREAKYSMO INSTALADO EN JUNTS PEL SI.
Hay gente instalada en el absurdo y tan feliz por ello. El que haya un sacerdote gay, en sí mismo, es una contradicción. Es como si un ingeniero nuclear no supiera que una regla del juego de su oficio es saber que existe algo que se llama “radiación”. Un sacerdote gay con novio y todo, o no se ha enterado de que su oficio le exige castidad (de la que no está exento lo gay) o simplemente carece de la fe. Todo esto viene a propósito de un cura gay soberanista. Lo segundo gracioso es que la vida sexual de este pobre diablo se convirtió en algo del dominio público gracias a una entrevista concedida a CatalunyaRadio (portavoz oficial de la Generalitat). En su búsqueda de freakys que apoyaran el “proceso soberanista”, faltaba un sacerdote gay y con novio catalán. Podía convencer de las bondades del soberanismo a una franja del electorado… Y a Junts pel Sí le venía al pelo. Favorecía además el hecho de que fuera polaco. Y ahí lo tenemos hoy, expulsado de la profesión, sin haber conseguido ninguna conversión al soberanismo. Esto es lo que da de sí el soberanismo catalán: freakysmo de la peor especie.

¿QUÉ CULPA TIENE EL TOMATE QUE ESTÁ TRANQUILO EN LA MATA… SIN SABOR NI RECUERDO DE LO QUE UN DÍA FUE?
El precio del tomate se cuadruplica del huerto a la mesa… Algo falla para que el que trabaja la tierra cobre menos que el resto de la cadena de distribución. Falla ahí en agricultura y en todos los terrenos (en el editorial, por ejemplo, el escritor es el que menos cobra: entre un 9 y un 12%. La librería se lleva un 30%, el distribuidor un 20%, la editorial, un 15%...), supongo que en todas partes cuecen habas. Pero hay algo todavía peor en esto de los tomates: apenas saben a tomates. Hace falta cultivar un tomate como siempre se ha hecho para conocer hoy el aroma y el sabor de un tomate. Lo que se llamamos “tomate” tiene forma de tomate, color como el mejor de los tomates… pero ahí empieza y termina la similitud (como lo que llamamos “fresa” tiene forma de fresa, recuerda a una fresa, pero no sabe a fresa). Como parece obvio, cuando en los abonos se colocan productos para que los frutos retengan líquidos, lo que se está consiguiendo es unidades de aspecto y colores maravillosos que saben… a agua. Mal asunto: lo que se compra en los circuitos comerciales es competitivo en precio, no en calidad. Ese es el verdadero problema. El segundo: que la mayoría de alimentos que se consumen en España no se producen en España, ni siquiera en la UE. Por lo tanto, no hay “trazabilidad” que valga. No hay relación entre cultivador y consumidor. ¿Remedio? Que un gobierno apoyara al sector agrícola español. ¿Cómo? Denunciando los acuerdos preferenciales con países del Magreb y postulando a España como granero de Europa. ¿Qué pueden hacer los agricultores? 1) Retorno a formas de cultivo más tradicionales y menos “químicas”. 2) Una nueva regulación de las cooperativas agrícolas. 3) Facilitar las ventas peer to peer: del agricultor al consumidor.

LAS DECLARACIONES DEL EX JEFE DEL CNI, O CÓMO CREAR ALGUNA DUDA MÁS SOBRE LO QUE OCURRIÓ EL 11-M…
Jorge Dezcallar ha publicado un libro… suponemos que no revelará nada esencial sobre el 11-M, es posible incluso que ni siquiera publique algo interesante –apenas algún que otro cotilleo- como suelen hacer todos los ex jefes de todos los servicio de inteligencia de todo el mundo. Pero, al menos, la excusa del libro de Dezcallar nos recuerda, en este país amnésico, que hace casi doce años en España murieron 292 personas y que todavía no se sabe fehacientemente nada sólido sobre aquel crimen salvo que participaron “de alguna manera”, media docena de moritos, todos ellos confidentes policiales y todos ellos, pequeños narcos, sin militancia fundamentalista de ningún tipo. Por ignorarse, se ignora quién ideó el atentado, quién lo facilitó, qué otros colaboradores necesarios tuvo, qué ocurrió en Laganés, por qué han habito testigos falsos recompensados, qué intención tenían los criminales que idearon el atentado, incluso qué otro explosivo fue utilizado… Y todo esto ocurrió en tiempos de Aznar. Compartimos la tesis de nuestro amigo Rafa Ripoll y recomendamos leer su libro sobre el asunto: obviamente se trató de un atentado de false flag que salió mal. Uno de tantos atentados que se cometieron en aquellos años y que fueron cargados en la espalda de “Al-Qaeda”… de la que no sabemos si sigue existiendo, si existió alguna vez e incluso de si algo de lo que nos han contado es cierto o simplemente fruto de la imaginación de agencias de inteligencia. Porque lo único que se sabe de Al-Qaeda (especialmente en España) son datos que proceden de agencias federales y departamentos del gobierno americano. Nada más. ¿Hay que creerlos? No, por supuesto. Y el CNI, desde Dezcallar, prefiere no investigar por sí mismo según qué temas. Éste de Al-Qaeda, por ejemplo. No esperéis que os lo reconozca explícitamente en sus memorias, pero algo se apunta en esta entrevista.

SIRIA: SE HA ACABADO LA BROMA: ¿BASTARÁ UNA SEMANA DE BOMBARDEOS SOBRE EL ESTADO ISLAMICO PARA ACABAR CON CUATRO AÑOS DE CONFLICTO?
Parece que sí: los partes de guerra de los medios de comunicación rusos son claros: el bunker subterráneo donde escondían las ratas que dirigían el EI pulverizado por una bomba de nuevo cuño; varias fábricas de bombas y de cinturones bombas, volados por los aires, las posiciones de vanguardia del EI convertidas en cenizas, miles de fundamentalistas a la desbandada en un sálvese quien pueda… Tal es el primer balance. Y todo parece que con una precisión absoluta, sin daños colaterales. Paralelamente, en Afganistán los americanos, el mismo día, a la misma hora, bombardeando una escuela. Rusia quiere acabar la guerra como suelen terminar de manera clásica: con la victoria de una de las partes. EEUU, por el contrario, pretende hacer lo que cualquier comerciante hace: procurar que el negocio dure lo más posible... Aquí reside la diferencia. No nos cabe la menor duda de que esta semana las oficinas de operaciones psicológicas de la OTAN se pondrán en marcha con retraso: aparecerán fotos de “dramáticos daños colaterales causados por los bombardeos indiscriminados rusos”, Hollande, Rajoy y Merkel insistirán en que se están bombardeando “posiciones de los insurgentes y facilitando el avance de las tropas de Al Asad”… ¡Faltaría más! Así que en una guerra hay que distinguir entre los muy malos y los malillos…