sábado, 16 de octubre de 2010

Ultramemorias (VIII de X) Visicitudes políticas en la transición (2ª parte)

Tras la muerte de Franco, el grupo informal de camaradas que estábamos en situación de “disponibles forzosos”, éramos bastante críticos con Blas Piñar. Nosotros habíamos conocido los últimos años del régimen franquista y, ciertamente, no era como para echar cohetes. El régimen, por lo demás, había tenido distintas etapas de evolución (el falangismo imperial de los primeros momentos, el nacional-catolicismo a partir de Stalingrado cuando se ve que el Eje va a perder la guerra y Franco evita identificarse con los que intuye futuros perdedores, luego el período desarrollista a partir del abrazo efusivo con Eisenhower, etc.), el “franquismo” era un perpetuo adaptacionismo político. Nosotros pensábamos en aquella época que no había habido “franquismo” sino “los franquismos”. El error de Blas había consistido en identificarse con una etapa histórica del régimen y con un aspecto del mismo (el que abarcó desde 1943 hasta 1956 (de la eyección de Serrano Suñer a la firma de los acuerdos con los EEUU) y extrapolar ese período a la totalidad del franquismo en una generalización abusiva.



La continuación de éste texto se encuentra en el libro de Ultramemorias