Infokrisis.- Dando vueltas a esta crisis financiera mundial, el dato quizás más difícilmente comprensible es aquel en el que los economistas y los analistas políticos hasta ahora no han reparado: ¿cómo es posible que una economía como la norteamericana que acumula el mayor déficit el mundo y cuya moneda circula en un volumen muy superior (las estimaciones oscilan entre 4 y 8) a su respaldo real, cómo es posible que una economía en esa situación no se haya hundido ya? Aquí reside la clave para comprender lo que está pasando y los nuevos lineamientos en política internacional que se avecinan.
Esta serie va a estar dividida en cuatro entregas:
1. La madre de todas las sorpresas: la Reserva Federal de los EEUU.
2. Los mecanismos para evitar el desplome del dólar.
3. China: el banquero de los EEUU
4. Hacia una nueva política mundial: el eje China-EEUU
Lamentablemente, la falta de tiempo no puede garantizar cuánto tiempo tardaremos en desarrollar estas ideas que, al menos, en la mente, tenemos suficientemente claras.
1. La madre de todas las sorpresas: la Reserva Federal
Recientemente, estaba escribiendo un artículo sobre el Amero (la moneda que debería ser común a los tres países de norteamérica) y, lógicamente, me ví obligado a consultar una amplia documentación sobre un tema que hasta hace poco me resultaba aburrido e incluso indigno (desde pequeño me he educado en que “los caballeros no hablan de dinero”…), la economía.
Cuando un lego penetra en el terreno económico no puede evitar llevarse una primera sorpresa. A pesar de que, aparentemente, el sistema liberal reposa sobre algo tan sensato como son las leyes de la oferta y la demanda, luego se ve, que ni los precios están regidos por estas leyes, y que, cuando se penetra en el terreno de la economía financiera, la ley que rige es la del absurdo.
Todo en economía financiera forma parte de un gigantesco y fenomenal absurdo, que casi podría ser considerada como una estafa más o menos piramidal, sino fuera por que la imagen que uno tiene del estafador es la del trilero, del nazareno o de la pareja del tocomocho. Los nacidos en los años 50 todavía recordamos estas viejas artes de la estafa que solamente engañaban a los que querían ser engañados. Todas ellas eran un producto del hambre, la imaginación y el aplomo. No es hambre exactamente lo que sufren los diseñadores y gestores del sistema financiero mundial. Tampoco es imaginación, porque actúan con los mismos “productos” que el estafador común (en toda estafa la técnica consiste en hacer creer a los “pringaos” –víctimas en el argot- que van a obtener un beneficio extremo con una inversión mínimo) ¿Qué son si no las edge founds y demás productos de nombre rimbombante tras el cuál no está claro lo que hay detrás?
¿Cuál es la madre de todas las sorpresas? Saber que la FED, la Reserva Federal, tenido habitualmente como “banco central” de los EEUU y, como en cualquier otro país, dependiente del Estado… en EEUU no es más que una institución privada. Semi-privada, dicen sus defensores, pues no en vano, cada tres meses debe rendir cuentas al Congreso de los EEUU. Sí, pero ese “rendimiento de cuentas” se reduce a un informe presentado por el Gobernador de la FED, que ni admite órdenes de la presidencia, ni tiene por qué admitirlas según el estatuto de la institución. La FED camina sola desde su creación en 1913 y establece la política monetaria en los EEUU.
¿Quién compone la FED? una Junta de Gobernadores, el Comité Federal de Mercado Abierto, doce Bancos de Reserva Federal regionales, y de bancos privados miembros. A nadie se le escapa el enorme riesgo de dejar la política monetaria en manos de particulares que, inevitablemente… operarán en beneficio de sus intereses y de los de las instituciones a los que representan, como, por ejemplo, los bancos privados. Claro, el lector puede pensar que esta es nuestra opinión y que, a fin de cuentas, ya hemos confesado que somos legos en economía (legos sí, ignaros no). Así que pondremos un ejemplo sobre esta cuestión.
Pero el 4 de junio de 1963 el Decreto Nº11.110[1] firmado por el Presidente de los EEUU, Jhon F. Kennedy, despojaba en la práctica a la Reserva Federal de su poder para prestar dinero con intereses al gobierno federal de los Estados Unidos. La orden sigue en vigor… pero nadie se acuerda de ella. Con esa orden, Kennedy lo que estaba haciendo era devolver al gobierno federal a través del Departamento de Tesoro, el poder Constitucional para crear y emitir dólares sin pasar por la FED, dando autoridad –como puede leerse en texto del decreto- al Departamento de Tesoro "para emitir certificados de plata contra cualquier lingote de plata, o dólares en metal tanto de oro como de plata existentes en la Tesorería". Con Kennedy, a partir de ese momento, por cada lingote de oro almacenado en Fort Knox, debería respaldar al dólar. No parece absurdo: hasta entonces así funcionaba la economía. Sólo que la FED estaba introduciendo en el mercado más dólares de los que las reservas en metales preciosos depositadas en Fort Knox podían respaldar. Se trataba de un verdadero proceso inflacionario: el valor del papel moneda queda depreciado al no contar con el respaldo suficiente para que el nominal del billete corresponda a algo tangible…
Quien cuenta esta historia (Anthony Wayne, en Lawgiver.org) añade que como resultado, entraron en circulación más de 4 mil millones de dólares en billetes de Estados Unidos con un nominal de 2 y 5 dólares, pero nunca llegaron a circular los billetes de EEUU de 10 y 20 dólares impresos por el Departamento del Tesoro que debían sustituir progresivamente a los emitidos por la FED. Sí por que el dólar norteamericano es emitido por una banca privada, mientras que lo que Kennedy puso en circulación era el “dólar de EEUU”. Los dólares en circulación en su anverso muestran una gran banda en la parte superior que lo dice claramente: “Federal Reserve Note”. En ese mismo lugar, los dólares de Kennedy decían “Estados Unidos Note”. Los numismáticos reconocen otras diferencias: el billete de la Reserva Federal tiene sello y el número de serie color verde mientras que el billete de Estados Unidos tiene un sello y el número de serie en rojo.
¿Por qué no llegaron a circular los billetes de 10 y 20 dólares? Es simple: Kennedy fue asesinado. El sucesor de Kennedy retiró estos billetes de la circulación, pero aun quedan varios millones en la calle, en cajas fuertes o debajo del colchón. En 1999, el Servicio Secreto de los EEUU emitió un informe según el cual el 99% de los billetes que circulan en EEUU han sido emitidos por la FED. El 1% restante engloba a otras monedas empleadas en transacciones particulares y… algunos cientos de miles de dólares de a 2 y a 5, emitidos en el período Kennedy.
¿Qué había pretendido Kennedy con esta maniobra? Algo muy simple: hacer del gobierno de los EEUU el dueño de la economía americana. ¿Por qué? Por que eso le permitiría realizar una política más independiente en relación a los poderes fácticos. Buenas o malas –no estoy muy seguro- Kennedy tenía ideas propias en muchos terrenos. Sobre la naturaleza de esas ideas se ha discutido mucho, y no tengo muy claro que fueran las “mejores”, pero sí eran diferentes a las sostenidas por el stablishment norteamericano y las dinastías capitalistas… a las que el propio Kennedy pertenecía. Los renegados siempre son mal vistos en el campo que han abandonado. Y Kennedy debió estar muy mal visto cuando todavía hoy se discute qué sectores estaban interesados en su muerte.
Los billetes de Kennedy estaban avalados por plata. Los de la Reserva Federal por nada tangible. Era evidente que, de prolongarse la situación, la calle y los operadores financieros, preferirían los billetes con la leyenda USN a los de la FRN. En realidad, los dólares USN eran un verdadero “certificado” de la plata que se pagaría al portador, mientras que los de la FED no dejaban de ser un papel.
¿Por qué Kennedy adoptó esa política? El presiden asesinado creyó percibir que la deuda de los EEUU podía aumentar y se trataba de evitar que el Estado pidiera préstamos a la FED, esto es, a los bancos privados que la componen, y fuera dueño de su propio destino económico. Muerto Kennedy, la deuda de los EEUU empezó a crecer cada vez más vertiginosamente siendo en la actualidad estimada en ¡nueve trillones de dólares!
Uno no puede evitar pensar que si existió un móvil para organizar una conspiración en torno a la muerte de Kennedy, éste fue, desde luego, el móvil de mayor peso.
El 10 de junio de 1932, Louis T. McFadden, presidente del Comité Bancario de la Cámara en los años treinta, describió los manejos de la FED: “Tenemos en este país una de las instituciones más corruptas que el mundo ha conocido alguna vez. Me refiero a la Junta de la Reserva Federal y a los Bancos de la Reserva Federales. La Junta de la Reserva Federal, una Junta Gubernamental, ha estafado al Gobierno de los Estados Unidos y a los ciudadanos de los Estados Unidos con el dinero suficiente para pagar la deuda nacional. Las depredaciones y las iniquidades de la Junta de la Reserva Federal y los Bancos de la Reserva Federales que actúan juntos, han costado a este país bastante dinero como para pagar varias veces la la totalidad de la deuda nacional. Esta perversa institución ha empobrecido y arruinado al pueblo de los Estados Unidos; se ha arruinado a si mismo y ha prácticamente arruinado a nuestro Gobierno. Ha hecho esto a través de la administración deshonesta de esa ley por la que la Junta de la Reserva Federal fue creada y a través de las prácticas corruptas de los buitres adinerados que la controlan"[2].
No vale la pena seguir: si alguien duda de que la FED sea una institución privada, en Internet encontrará todos los datos suficientes que se lo confirmarán, entre ellos la propia referencia a los EEUU y a la propia FED en Wikypedia, que no siendo las fuentes más solventes, son, eso sí, las más consultadas. Lo que vale la pena preguntarse a partir de ahora es lo que implica que la política monetaria de un país esté en manos privadas. ¿Os imagináis en España que el Banco Central dependiera de los 7 mayores banqueros del país? Pues eso exactamente es lo que ocurre en EEUU. ¿Y para dónde “barren” estos banqueros? Evidentemente para su propio negocio y para los consorcios a los que están representando.
Resulta casi increíble saber que las actas de las deliberaciones de la FED permanecen en secreto durante cinco años, ignoradas incluso por el gobierno de los EEUU. Todo en la FED es secretismo… algo mucho más grave en su caso, cuando los inversores deben “intuir” lo que está en la mente de su junta. Un leve comentario ayer de Greenspan y hoy de Bernanke, aun a riesgo de ser interpretado mal, puede hacer que las bolsas se muevan sobre una hipótesis alcista o bajista. Lo cual redunda aun más en la volatilidad de los mercados.
La FED crea el dinero (lo imprime), luego lo presta al gobierno cargando intereses y éste aumenta la presión fiscal sobre el ciudadano para pagarlos. En un comentario hecho a un grupo de estudiantes en la Universidad de Columbia el 12 de Noviembre de 1963 Kennedy utilizó unas veladas palabras en las que aludió a un “complot contra el pueblo americano”, “para destruir su libertad”[3]. Desde entonces se han establecido muchas teorías sobre a quién se refería exactamente. Y tiene importancia porque diez días después de estas palabras –como si existiera una relación causa-efecto- Kennedy era tiroteado y muerto.
Conocidos economistas han criticado desde muchos puntos de vista a la FED. Milton Friedman era partidario de su disolución. Acusaba a la FED de haber tenido implicación en la crisis del 29: "aunque el FED no provocó la crisis de 1929, sí la empeoró al reducir la oferta monetaria en un tiempo en el cual se necesitaba más liquidez". ¿Por qué haría algo parecido la FED? No desde luego por interés del pueblo americano, sino porque un escenario de contracción del crédito favorece el que solamente sobrevivan los consorcios y las bancas que han previsto la situación y se lancen a comprar activos a precio de saldo. A fin de cuentas, una crisis es el mejor método para concentrar capital.
Los defensores de la FED argumentan que es bueno que una institución que regula la política monetarista se mantenga fuera de la influencia de los organismos de control político de un país. En la práctica lo que ocurre es justamente lo contrario: es la FED la que elabora la política económica que, inevitablemente, condiciona la línea política adoptada por el país. Y, por supuesto, esa línea política está al margen de los mecanismos de control democráticos del país, lo que quiere decir, a fin de cuentas, que su política monetarista será la adecuada para la buena marcha de los negocios de quienes componen la FED que no son más que los representantes de los bancos privados y las instituciones financieras más potentes del país.
La pregunta que subyace ahora es: ¿qué tiene que ver la Reserva Federal con la crisis financiera de los EEUU? Tiene que ver y mucho: de un lado durante décadas, existen más dólares americanos en circulación que los que puede avalar algún bien tangible. Es decir, que en 2005 se estimaba que existían entre 4 y 8 veces más dólares en circulación de los que corresponderían a una economía como la estadounidense[4]. Un año antes, en 2004, el Déficit Fiscal estadounidense fue de más de 450.000.000.000 dólares, mientras que el Déficit en Cuenta Corriente era del orden de los 617.700.000.000 de dólares, con un crecimiento de 24,5% sobre el año anterior). En los años siguientes este déficit ha ido aumentando.
En nuestra búsqueda de información para el citado artículo en la revista Identidad nos encontramos con algunos datos espeluznantes sobre la realidad de la economía norteamericana. En noviembre de 2004, por ejemplo, Bush autorizó el incremento del límite de Deuda Pública a casi 8.200.000.000.000, a través de la emisión de Bonos del Tesoro contra los cuales la Reserva Federal, emitió billetes… sin ningún respaldo sólido. Las guerras de Iraq y Afganistán obligaron a esta medida, pero el propio Greenspan, gobernador de la Reserva Federal, advirtió que el aumento del déficit “va por un camino insostenible”, advirtiendo que se “podría generar una economía estancada o algo peor”.
Ocho años después de la muerte de Kennedy, el que fuera su rival, Richard Nixon, llegado a la presidencia, había retirado la posibilidad legal de convertir el dólar de papel en su equivalente en oro o en plata. Era 1971: de alguna forma había que pagar la guerra de Vietnam y especialmente las gigantescas inyecciones económicas que recibieron entonces las empresas vinculadas al “complejo militar-industrial” que ya había alarmado al presidente que antecedió a Kennedy, Eisenhower, el cual lo citó como riesgo en su discurso de despedida de la presidencia.
© Ernesto Milà – infokrisis – infokrisis@yahoo.es – http://infokrisis.blogia.com
[1] Hemos encontrado una mala traducción al castellano de este decreto que, aun a pesar de sus deficientes, es suficientemente elocuente:
Decreto del Ejecutivo 11110
ENMIENDA DEL DECRETO DEL EJECUTIVO NO. 10289 COMO ENMENDADO, RELACIONADO A CIERTAS FUNCIONES QUE AFECTAN EL DEPARTAMENTO DEL TESORO. En virtud de la autoridad investida en mí por la sección 301, título 3 del Código Estados Unidos, se ordena como sigue:
SECCIÓN 1. Decreto del ejecutivo No. 10289 del 19 de septiembre de 1951, como enmendado, se enmienda por la presente más allá - (a) agregando al final de párrafo 1 el sub-inciso siguiente (j): "(j) La autoridad investida en el Presidente por el párrafo (b) de la Sección 43 del Acta del 12 de mayo de 1933, como enmendado (31 U.S.C. 821 (b)), para emitir certificados de plata contra lingotes de plata, metal plata, o los dólares estándar de plata existentes en la Tesorería no retenidos para el rescate de cualquier certificado de plata excepcional, para prescribir denominaciones de tales certificados de plata y acuñar dólares normales de plata dinero de plata subsidiario para su rescate, y (b) revocando los sub incisos (b) y (c) del párrafo 2 del mismo.
SECCIÓN 2. La enmendadura hecha por este Decreto, no afectará cualquier acta hecho o cualquier derecho que aumenta o aumentó o cualquier pleito o procedimiento que tenían o comenzaron en cualquier causa civil o criminal anterior a la fecha de este Decreto pero tales obligaciones todas, continuarán y pueden aplicarse como si las enmiendas no hubieses sido realizadas.
JOHN F. KENNEDY
THE WHITE HOUSE,
El 4 de junio de 1963
[2] Citado en varias webs, todas ellas declarando que su procedencia es el Registro Del congreso, páginas de la Cámara 1295 y 1296 el 10 de junio de 1932
[3] Textualmente, las palabras que se suelen citar son: "La oficina del Presidente ha sido usada para fomentar un complot para destruir la libertad americana y antes de que yo deje esa oficina, debo informar al pueblo de esta situación."
[4] Dato recogido en Adrián Salbuchi, http://www.asalbuchi.com.ar/?cat=1