sábado, 16 de octubre de 2010

DOCUMENTOS ESTRATEGICOS 2009 - COMPENDIO

Infokrisis.- El que suscribe utiliza la "funesta manía de pensar" de tanto en tanto. Prefiere vivir, por supuesto, antes que pensar. De hecho, ahora que le hemos dedicado una veintena de post a la Catedral de Barcelona debemos de reconocer que la imagen más impactante de la fachada es, sin duda, la de aquel personaje erecto que mantiene su cabeza decapitada bajo el brazo, con una sonrisa de oreja a oreja. Es mucho más importante sentir que pensar. Pero dado que, de tanto en tanto, ejercemos esa "funesta manía", y entre el 7 y el 20 de junio elaboramos algunos documentos politicos, hemos decidido actualizarlos y unificarlos en un solo post para evitar que queden desperdigados.

Consideramos que estos cuatro documentos contribuyen a algunos replanteamientos necesario en el ambiente político del que procedemos y que es, casi por definición, indefinible. Para poder decir que "se hace política" no basta con presentarse a unas elecciones o con un mero ejercicio de voluntad: "se hace política" cuando se es capaz de definir objetivos y estrategias. De lo contrario, lo que uno hace es cualquier cosa, menos política. Hace testimonialismo, hace el trabajo de sísifo, hace proyecciones psicológicas de sus obsesiones profundas o hace simplemente el payaso.
Los cuatro documentos que se adjuntan están realizados apresuradamente pero, aún así, contribuyen a definir algunos problemas a los que está enfrentada nuestra área política. Los pongo a disposición de los que sean conscientes de que cuando se obtienen resultados electorales en todo el país de entre 3.500 y 19.000 votos, error técnico incluido, es que algo no funciona. Igual a alguien les sirve de algo.
Estas opiniones son producto de la reflexión de una persona que no está investida ni por un mandato mesiánico, ni tiene en sus proyectos personales la tarea de evangelización misionero respecto a la "buena nueva". Por no tener, ni siquiera tiene ambición ni interés por el mando (algo que ya ha ejercido y que cuya "erótica" no le ha reportado satisfacciones especiales). Digo esto por que el material que se adjunta puede ser aprovechado para que otros, más interesados que el que suscribe, acometan la tarea de transformación de este área de algo marginal -frecuentemente peripatético- en el movimiento político de masas que podría serlo en función de la super-depresión que tenemos encima. Es material puesto al alcance de todos para que cada cual reflexione según su leal saber y entender y según la calidad de sus meninges.


DOCUMENTO I

Un pequeño análisis de resultados y que nadie se lo tome a mal.
Se han confirmado, más o menos las previsiones.

I PARTE:
ANALISIS DE LOS RESULTADOS GENERALES

Valoración general
:

1.    La victoria del PP es palpable, pero no suficiente. Con 4.000.000 de parados y 55% de abstenciones  sacar únicamente 3,5 puntos al PSOE es casi ridículo.  Rajoy queda reforzado pero no excesivamente. Es evidente que con estos resultados no ganaría en unas  elecciones generales con 20 puntos más de participación. En Catalunya incluso han perdido votos 17.000 votos en relación a los resultados de las anteriores elecciones europeas, lo que no es excesivamente prometedor.

2.    Han aumentado los votos nulos (98.000) y en blanco (220.000) que hacen un total de 311.000 votos. Esto indica que un 2,7% del electorado ha protestado de manera muy visible: se molestan en ir a votar pero a ninguna opción, lo que indique que casi un 3% del electorado muestra una "abstención activa", esto es, una protesta.  En Catalunya se ha llegado a un 3'5% de voto nulo/blanco muy significativo y que va en la misma dirección que los votos obtenidos en las anteriores generales, indicando el grado de pudrimiento de la política catalana.

3.    Depende cómo vaya la tramitación parlamentaria de la ley de presupuestos generales del Estado, Zapatero estará obligado a convocar elecciones anticipadas a arriesgarse a no poder sacar ninguna ley hasta el final de la legislatura (y así es imposible mantenerse durante los 44 meses que faltan para las generales). El cálculo de ZP es: afrontar las elecciones de 2012 con posibilidades de que la crisis internacional remita y pueda ofrecer buenos resultados. Sus asesores opinan en este momento que convocar nuevas elecciones le daría una nueva victoria, pero que, a medida que pasen los meses y si se llega a los 5.000.000 de parados, no habrá forma de sacarlo del abismo. Por tanto, no se ha alejado el fantasma de las elecciones anticipadas:

-    Para ZP la cuestión es: convocar ahora nuevas elecciones y ganar de nuevo o

-    Cumplir los plazos electorales y arriesgarse a un descalabro en 2012 (a la vista de que ningún asesor económico serio le puede confirmar en que la crisis haya remitido por entonces).

4.    Los resultados han demostrado que el PSOE es un partido en declive y que sus "socios" corren el riesgo de verse arrastrados por él en su caída. Tanto ERC como IUA han perdido en torno a un 30% de los votos y el PSC catalán ha perdido 200.000 votos. Ese es el destino de los aliados de ZP: hundirse electoralmente.

5.    IU prosigue su pérdida de fuelle electoral y está a punto de ser superado por UPyD. Este partido sigue una curva ascendente a pesar de ser, en buena medida, virtual. Si hasta ahora daba la sensación de que robaba más votos al PP que al PSOE en estas elecciones la tendencia se ha invertido. De todas formas, en la actualidad, UPyD sigue siendo una fuerza muy débil y excepcionalmente ambigua en muchos temas y resulta pronto para decir hacia dónde se decantará en el futuro. Sus mejores resultados se han conseguido en Madrid en donde anteriores "votos locos" dieron la victoria a Ruiz Mateos o aportaron buena parte de los votos de HB en los primeros comicios europeos. Su crecimiento se confirmará en las elecciones municipales y se verá si son capaces de constituir listas atractivas en los municipios.

6.    Del resto de nuevas candidaturas no hay ninguna que merezca una mención especial: Libertas-Ciutadans ha obtenido resultados pobres, los ecologistas siguen varados y el resultado del PACMA no es más que otra forma de voto de protesta.

7.    Con estos resultados en la mano es lícito hablar de "giro limitado a la derecha" que ahonda un poco más la crisis del zapaterismo pero que no supone su apuntillamiento. Este, a la vista de la situación económico-social vendrá más por la acción de la propia crisis económica que por el PP.

8.    Este partido ha aumentado votos en sus feudos tradicionales (Madrid, Valencia, Murcia), ha experimentado cierto ascenso en Canarias, Castilla la Mancha, Ceuta, Melilla, Extremadura y Galicia, se ha recuperado de la sangría en Navarra sin grandes daños, ha pegado un tirón en Andalucía hasta pisar los talones al PSOE, pero ha bajado votos en Catalunya, Asturias, Cantabria, Castilla-León, Baleares, La Rioja y País Vasco. Así pues, éxito, pero limitado. Ha aumentado en sus principales feudos tradicionales.

9.    En cuanto al PSOE ha perdido votos en Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla-León, Castilla-La Mancha, Catalunya (200.000 votos menos), Ceuta, Valencia, Extremadura, Galicia (35.000 votos menos), Baleares, La Rioja (7.000 votos menos), Madrid (137.000 votos menos), Melilla, Navarra (7.000 votos menos) y Murcia (30.000 votos menos),  ha experimentado un ligero aumento en Canarias y País Vasco. Es decir, pierde en todos sus caladeros tradicionales, muestra inequívoca de su declive.

10.    En general no parece que la campaña Gürtel haya causado muchos destrozos al PP, especialmente a la vista de que donde más sube es en las comunidades "target" de dicha campaña (Madrid y Valencia). La campaña electoral alarmista identificando al PP con la extrema-derecha ha fracasado por completo. El enfoque socialista de la campaña ha sido nefasto para sus intereses y para colmo ha confirmado la estupidez de las ministras de cuota y la estulticia de la responsable de organización del partido.

Previsión para los próximos meses:

1.    Los meses de verano, en principio son de creación de empleo, si bien el efecto del Plan E ya se ha agotado prácticamente. Los meses tradicionalmente malos de paro se inician en septiembre y se prolongan hasta abril, entre ambos, es posible que superemos los 5.000.000 de parados y se alcance el límite del 60% de endeudamiento. Entonces la UE tendrá que tomar medidas: o insuflar fondos en la economía española, o devaluar el euro, o expulsar a España de la Zona Euro.

2.    Entre septiembre y abril se pondrá en claro el estallido de la "segunda gran burbuja": la turística, con el hundimiento del sector de hostelería que se sustituirá a la construcción como fábrica de parados. Ante la falta de reactivación del crédito y ante la falta de liquidez de las empresas, el consumo seguirá bajando y el sector industrial se irá apagando. Si el Estado quiere seguir colocando deuda pública deberá hacerla más atractiva, lo que implicará que cada vez mayor dinero se orientará en la compra de deuda pública y huirá de comprar acciones de empresas privadas en bolsa, confirmando la tendencia ya iniciada en 2008.

3.    El paro, alarmante entre los jóvenes (1 de cada 4 menores de 30 años están en paro) y en algunas zonas del país (en Andalucía el 30% está en paro y el 20% de la población laboral son funcionarios…), y entre los mayores de 45 años (20%) agotará aún más las arcas del Estado, lo que unido al descenso de al recaudación de IVA por caída del consumo, hará inevitable un aumento de los impuestos, especialmente a la clase media y a la pequeña y mediana empresa.

4.    La otra reforma inevitable (si no se atreve el PSOE ha hacerla en esta legislatura, la tendrá que hacer el PP en la siguiente), será la reforma del sistema de pensiones, verdadera patata caliente que llega en un momento en el que nos acercamos a la quiebra del Estado.

5.    Con 6.250.000 inmigrantes, si bien es cierto que se ha "relentizado" (no detenido) la llegada de inmigrantes, hay que recordar que: 1) el paro les afecta especialmente y hoy solamente 950.000 cotizan a la SS por las franjas salariales más bajas, 2) la inmigración es la primera bomba aspiradora de fondos públicos, 3) los dos sectores que más inmigración han contratado -hostelería y construcción- están en crisis irreversible y nunca jamás volverán a tener los niveles de negocio que han tenido hasta ahora, 4) la inmigración no retorna salvo en número mínimo, la mayoría prefieren quedarse en España hasta que les den la nacionalidad española, aunque tengan que vivir a costa del Estado, 5) la inmigración de Europa del Este va disminuyendo, la andina crece más lentamente, pero la magrebí aumenta en el mismo ritmo que lo ha hecho hasta ahora. En estas circunstancias parece imposible que el Estado pueda seguir afrontando por mucho tiempo todo este gasto directo (en prestaciones sociales y subsidios) e indirecto (en magistratura, policía, cárceles, inseguridad). La inmigración, tal como preveíamos, se ha convertido en la primera fuente de gastos del Estado.

6.    La situación económica internacional no mejorará a corto plazo salvo en la circunstancia de que estalle alguna guerra localizada que permite volver a mover los mecanismos de producción y consumo en EEUU y, de ahí, a toda la economía mundial. El petróleo cada día se agota un poco más y a pesar de sus oscilaciones, el precio va aumentando. Las fuentes de energía alternativas no son prometedoras. La globalización ha llegado a su tope máximo y solamente ha sido beneficiosa para los capitales, pero no para las personas, ni para la producción industrial en el "primer mundo".  A nivel sanitario cada vez los avisos son mayores de que una pandemia puede paralizar los intercambios comerciales mundiales justo en un momento en el que cada vez más, Europa importa alimentos del exterior.

7.    En estas circunstancias, lo que hasta ahora era "crisis económica", se está transformando en "depresión". Los rasgos de esta depresión son: 1) la financiarización de la economía, 2) la disminución de la economía productiva, 3) el corte de las líneas de crédito, 4) indicios de deflación, 5) contracción de los salarios, 6) caída en picado del consumo, 7) crisis energética irremediable, 8) aumento del paro a nivel mundial, 9) movimientos migratorios descontrolados en tanto que la crisis es, por primera vez en la historia de la humanidad, global.

8.    Por todo ello resulta una quimera pensar que en 2012 la "crisis" habrá remitido. En 2012 ya nadie dudará de que la "crisis" se ha transformado en "depresión". Y los ciclos de la depresión suelen ser de 10 a 12 años… siempre y cuando algún episodio inesperado -una guerra como en 1939-41- reactiven la producción industrial.

9.    En estas circunstancias hay que prever que 1) la crisis económica se transforme en depresión, 2) la depresión genere una crisis étnico-social (a causa de la inmigración de un lado y de la competencia desleal que la población inmigrante realiza con los trabajadores locales) en toda Europa Occidental, y 3) que esta crisis social desemboque en una crisis política generalizada.


II PARTE:
ANALISIS DE LOS RESULTADOS DEL "AMBIENTE"

Valoración general:

1.    Los resultados, tal como se adivinaban han sido pobres en su conjunto. El hecho de que globalmente se haya subido en votos no es significativo. La experiencia indica que en opciones minoritarias el "error técnico" puede ocupar entre el 20 y el 25% de los votos. Otra parte notable de los votos obtenidos por las distintas opciones se han cosechado por el desinterés en los comicios y la apatía de los electores que les ha dado exactamente igual a quien votar. Así pues, el peor de los autoengaños consistiría en pensar que "se ha mejorado".

2.    No se ha mejorado: está claro que necesariamente tenía que haber "más votos" por que hay más candidaturas, 7 en 2009 contra 4 en 2004. Está claro que cada candidatura arrastra sus votos… y los del "error técnico". Por lo tanto, los 75.000 votos de las siete candidaturas de 2009, menos los 25.000 votos obtenidos por las cuatro candidaturas en 2004, indican que el incremento solamente ha sido de 25.000 votos. Cuando se están manejando cifras tan pequeñas es normal que existen estos desfases tan mínimos sobre 17.000.000 de votantes efectivos.

3.    La comparación de votos entre al extrema-derecha solamente puede realizarse con la extrema-izquierda que también ha presentado un número similar de candidaturas superando los 200.000 votos y, en este sentido, globalmente podría decirse que la extrema-izquierda ha subido más que la extrema-derecha. En cualquier caso, la diferencia estriba en que a la izquierda los votos de II son significativos y a la derecha, los votos de las candidaturas de AES, la que ha obtenido mejores resultados, no lo son.

4.    Lo que indican a la extrema-derecha estos resultados es que contra más candidaturas presentan, el cómputo global de votos obtenidos es mayor, pero no indican en absoluto lo que ocurriría si se hubiera presentado una sola candidatura. Ningún analista electoral aceptaría que los votos obtenidos correspondieran necesariamente a la suma de los votos de cada una de las candidaturas.

5.    Ante resultados tan pequeños es absolutamente imposible realizar análisis electorales y ni siquiera pensar que esos son los votos que tiene en su "saco" cada formación política. Salvo los votos de sus militantes y afiliados directos, el resto de los votos obtenidos o son "error técnico", o votos intercambiables, o votos de desinterés, o votos de protesta de quien la fiesta electoral le trae al fresco y mete en el sobre la primera papeleta que cae en su mano.

6.    Por tanto, estos votos no son significativos de casi nada. Ahora bien, si puede realizarse algún tipo de análisis de resultados a efectos de lograr alguna conclusión positiva.

Intento de explicación de los resultados:

1.    El hecho de que AES haya obtenido casi 20.000 votos se explica simplemente porque ha realizado la mayor inversión del área en esta campaña. Ahora la cuestión para AES es: 1) saber si los resultados obtenidos se corresponden con la inversión realizada, 2) dado que la respuesta es negativa, la pregunta que se impone es ¿qué ha fallado?, y 3) considerar estos resultados como un indicativo de la situación.

2.    Lo que ha fallado en AES es simplemente, el "mensaje": han olvidado que ya en 1995 Blas Piñar y su Frente Nacional, fracasaron por que no había "un camino a la derecha". Luego el PADE, volvió a fracasar porque seguía sin haber un "camino a la derecha" y ahora, AES, con una campaña técnicamente impecable en Madrid, con una elaboración exquisita de las listas electorales, con publicidad en los grandes medios de comunicación, con una carta correcta firmada por intelectuales y científicos, ha cosechado algo menos que la candidatura ridícula "Por un mundo más justo" que ni siquiera ha hecho campaña real y que no tiene nada sólido detrás.

3.    El principal error de AES ha consistido en crear que el electorado del PP está descontento con la línea del PP. Cuando los descontentos son únicamente los que han sido estimulados desde fuera del PP (por COPE y El Mundo en su momento y hoy solamente por Losantos), pero dentro del PP siempre ha existido unanimidad. Esto ha supuesto tomar un "target" sociológico incorrecto: el elector medio del PP… poco dispuestos a votar a otra sigla y que, además, en las próximas elecciones generales se concentrará en el "voto útil" para lograr sentar a Rajoy en la Moncloa.

4.    El segundo error de AES ha consistido en pensar que el monotema del aborto les iba a reportar votos suficientes. Si esta vez no lo han conseguido (estando el tema del aborto y las estupideces de Bibiana Aído sobre los "seres humanos" y la "píldora del  día después" en el candelero) sería irresponsable intentarlo de nuevo. Por otra parte, la modesta candidatura de Familia y Vida sin campaña de ningún tipo ha obtenido la mitad de votos que AES con una inversión multimillonaria. Lo que traducido quiere decir que: en el tema del aborto el que marca el paso es el PP y que las ambigüedades del PP y la falta de combatividad (tanto en este como en otros muchos temas: el 11-M, la cuestión de las medidas concretas para la reforma del sistema de pensiones o de la reforma laboral, etc.) en este tema se explica porque NO ES PRIORITARIO PARA LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Y LA TRAMPA DE ZP ES PRECISAMENTE CONVERTIR TEMAS SEUNDARIOS (matrimonios gays, píldora del día después, violencia doméstica, ayuda al tercer mundo, ley de plazos del aborto, etc.) EN PROBLEMAS PRINCIPALES.

5.    AES ha sido víctima de esta trampa al haber sentido su sensibilidad católica herida por la cuestión del aborto. Pero ahora toca reconocer el hecho consumado del que ya advertimos a AES en muchas ocasiones: ni el "target" sociológico era el adecuado (el electorado del PP), ni el monotema del aborto iba a ir muy lejos. A partir de aquí a AES le toca reflexionar sobre si es o quiere ser un partido político o bien es una liga antiabortista como Familia y Vida o como las asociaciones de defensa de la vida que existen y actúan. Pero si AES quiere sobrevivir deberá corregir su orientación general.

6.    Del área falangista lo único que cabe decir es que ha obtenido resultados equiparables a los del área comunista. En efecto, el PCPE, comunismo ortodoxo de siempre, puro y duro, ha obtenido 15.000 fotos, las dos falanges (FA y FE-JONS)… otros 15.000 votos. Esta es la cuota que corresponde a la "memoria histórica": testimonialismo y residualismo, nada más y, lamentablemente, no puede apuntarse nada más. En las próximas elecciones de aquí a cinco años, la guadaña habrá segado a varios cientos de estos votos.

7.    En cuanto a la fórmula de FA, de un "humanismo universalista" con su "medio yugo y medias flechas", también queda agotado: si en 5 años no ha conseguido despegar, difícilmente lo hará. Ni siquiera ha logrado la hegemonía dentro del sector falangista.

8.    Todo induce a pensar que las recomposiciones posteriores al estallido de mediados de los años 90 se cerrará con un nuevo reflujo hacia las siglas históricas FE-JONS, quedando fuera solamente grupos marginales, en algún caso, indeseables.

9.    El error de FE-JONS no es de ahora sino de los años 50: no haber sabido coger el tren de la modernidad, no haber cambiado su discurso "sindicalista", no haber sabido superar su apego a la camisa azul, el yugo y las flechas, el cara al sol y los 27 puntos que, ahora, dramáticamente ya están completamente inadecuados para la situación política española e incapaces de arrastrar un voto llegado del exterior. El "sindicalismo" hoy no representa ningún reclamo para nadie a la vista del triste papel desempeñado por los sindicatos. Así mismo, por sus características y su apego al "modelo histórico", FE-JONS no puede penetrar en el mundo sindical con profundidad suficiente como para pesar mínimamente: esto les conduce a un callejón sin salida "ideológico-estratégico": son "sindicalistas" sin posibilidades de inserción en el mundo sindical.

10.    El hecho de que los falangistas de todas las tendencias terminen convergiendo en FE-JONS, no implica -tampoco aquí- que su "unidad" (que siempre será provisional y preludio de un nuevo estallido interior) lleve muy lejos: la inadecuación es tal que todo lo que no sea la transformación de FE-JONS en una "fundación para la preservación del pensamiento joseantoniano" es achicar agua del mar. A un partido con las características de FE-JONS no le queda más remedio que el testimonialismo: el PCPE en el otro lado del espejo es la muestra más palpable de dónde conduce la fidelidad al modelo histórico.

11.    Los resultados del MSR han sido buenos si tenemos en cuenta la inversión realizada y la modestia de la campaña. Con una inversión seguramente cien veces menos a la de AES, el MSR ha obtenido solamente la mitad de los resultados. El problema es que estos resultados significan poco (basta ver la oscilación de los resultados de una a otra elección en candidaturas con resultados inferiores a 100.000 votos para ver que no son "votos en propiedad", sino votos provisionales. Ahora bien, es evidente que, como ocurre con FrN o con DN, que han obtenido, poco más o menos, los mismos votos, no se puede ir muy lejos.

12.    Hay que añadir que en Lleida, donde se sumaban los votos del PxCatalunya, los votos del MSR han sido 96, lo que indica que se pueden obtener concejales en las elecciones municipales, pero las europeas son harina de otro costal.

13.    En cuanto al FrN su primera incursión electoral le ha reportado casi 10.000 votos, pero también aquí hace falta ser claros: no estamos muy seguros de que la inversión realizada haya tenido los resultados esperados. La campaña de FrN (según declaración propia con 200 paneles publicitarios) ha dado pocos votos y, también aquí, resulta evidente que con estos votos no se puede ir muy lejos.

14.    En cuanto a DN sigue atascada en la misma cifra de 10.000, son 4.000 más que hace cinco años, pero son 5.000 menos que en las generales de 2004. La inestabilidad en las estructuras de DN y su mala dirección los condenan eternamente a estos resultados y a crisis intestinas periódicas.

15.    Estas tres siglas, MSR, DN y FrN tienen características muy similares: hacen de la lucha contra la inmigración ilegal su caballo de batalla e incluso en su comportamiento electoral hay datos curiosos: en algunas provincias en las que esperaban obtener buenos resultados, no obtienen nada apreciable y, sin embargo, en otras, en las que no tienen militancia sus resultados son mejores, lo que confirma el hecho de que tales resultados son poco significativos.

16.    En general, este ambiente se reduce a tres opciones: la anti-inmigración (DN, FrN y MSR), la católica (AES y FyV) y la falangista (FE-JONS y FA). Los resultados globales han sido redondeando: 30.000 votos para los anti-inmigración, 30.000 votos para los católicos y 15.000 para los falangistas. Teniendo en cuenta que los católicos (especialmente AES) han invertido fondos en una proporción que podría estimarse en 10 a 1 de lo invertidos por los anti-inmigración, los comentarios sobran (sin olvidar, por supuesto, todo lo dicho al principio sobre el "error técnico" y el voto sin meditar).

Algunas conclusiones:

1.    Si la lógica fuera el motor de este sector político, lo normal sería que, a estas horas las direcciones de cada uno de estos sectores estuviera reunida extrayendo sus conclusiones. Esperamos poderlas leer en sus blogs, tal como hemos visto su publicidad y sus vídeos.

2.    Lo primero que subyace es que un sector capaz de presentar 7 candidaturas a unas elecciones es un sector descompuesto y que tiene pero político, ni posibilidades de tenerlo. Solamente hay espacio para 3 opciones: la católica, la anti-inmigración y la falangista. Y contra antes lo empiecen a reconocer los militantes y los dirigentes de estos grupos, antes se resolverá una situación que no lleva a ningún sitio.

3.    Lo "normal" sería que antes de finalizar el mes, las direcciones de MSR, FrN y E2000 (que previendo el desastre no quiso participar en una competición en la que la derrota estaba cantada) se reunieran para valorar la situación. Es evidente que la particular problemática interior de DN hace de este grupo algo "intratable" mientras persista la actual dirección. De todas formas, resulta evidente que DN tiene una línea similar, al menos en teoría y en los documentos que dieron vida al partido y que, de alguna manera debería estar presente.

4.    Lo que se tercia ante el caso de DN es que los ex militantes de DN, que en distintas hornadas colaboraron dentro del partido que, o se fueron, o fueron expulsados, asuman la tarea que les corresponde de recordar los principios fundacionales de DN e intenten reagrupar al máximo de militancia. O pedirle a su actual dirección, simplemente, que dimita ante la imposibilidad de sacar al partido adelante.

5.    Solamente la adopción de una postura unitaria entre las distintas siglas de este sector puede 1) dar una voz única al movimiento anti-inmigración, 2) reducir el número de siglas que se presenten a las elecciones en próximas convocatorias, 3) concentrar los medios disponibles y 4) evitar que el mismo programa (sin apenas matices) sea defendido por cuatro siglas distintas.

6.    En cuanto al sector católico tiene que meditar sobre esto: hoy, en Europa no hay partidos confesionales. Ni en Italia, ni en Francia, ni en Flandes, ni en Reino Unido, en ningún momento, ninguna opción simplemente antiabortista ha logrado un mínimo eco en el electorado. Aquí no será diferente. O se es un partido, o se es una ONG antiabortista. Es evidente que FyV está más cerca de esta segunda opción, AES se tendrá que definir.

7.    Los partidos alternativos que avanzan en Europa tienen todos una característica esencial: son antiabortistas… pero no colocan la cuestión del aborto en el centro de su programa, por una sencilla razón, el aborto, políticamente, no tiene fuerza suficiente como para desencadenar una alternativa en estos momentos de crisis económica que se transformará en social previo paso para convertirse en crisis política.

8.    Si bien es evidente que el movimiento anti-inmigración (MSR, E2000, FrN y DN) unido puede pesar en futuros comicios por sí mismo, es evidente que el modelo europeo de partido con distintas sensibilidades y tendencias sería el que habría que contemplar y, en este sentido, todos los partidos alternativos en Europa tienen un sector católico que está presente y que logra que incluir sus propuestas sobre el aborto en una programa más amplio orientado hacia un "target" electoral más prometedor: las clases populares, primeros damnificados de la crisis económica.

9.    Lanzo pues esta idea:

-    Ronda de conversaciones entre MSR, E2000, FrN y DN (o con los exDN del partido) para calibrar las posibilidades y condiciones de una opción electoral única ante la próxima ronda de comicios.

-    En una segunda fase extender estas conversaciones a los sectores católicos, cuando el movimiento anti-inmigración pueda hablar con una voz única.

-    Ronda de conversaciones a título de sondeos, sin apriorismo y exponiendo cada cual su análisis de la situación, que estrategia propone, que actitud adopta y qué condiciones pone.

-    Estas conversaciones dentro del movimiento anti-inmigración deberían tener como objetivo: elaborar un programa político único, elaborar una estrategia de cara a la próxima ronda electoral y elaborar todo lo relativo a imagen y actividades en los próximos dos años.

Recordatorio final:

Estamos viviendo unos momentos únicos en la historia de nuestras vidas: estamos asistiendo a la primera gran depresión desde 1929, la primera que es verdaderamente mundial. Esta depresión se va a convertir en una crisis social y política generalizada. Lo que no hagamos a la vuelta de cuatro años, no lo haremos nunca. Nunca como hasta ahora las condiciones objetivas para nuestro trabajo han sido tan espectacularmente favorables y nunca hemos tenido tanta necesidad como ahora de lanzar ideas sencillas y campañas unitarias masivas para movilizar a sectores de población cada vez más "quemados". Está claro que para ello todos vamos a tener que cambiar muchos chips y el primero de todo es el habituarnos a trabajar libres de lo que he llamado "el bosque de los pitufos".

Está claro que en estos próximos cuatro años van a nacer ideas y formaciones nuevas (ahí está UPyD para demostrarlo) y que cómo no tomemos la delantera, nuestra "tradición política" se va a extinguir en beneficio de una izquierda jacobina ambigua en muchos sentidos y que no va a ser -contrariamente a lo que opinan algunos camaradas- "nuestra opción", sino una de las que aparecerán como subproductos del desmoronamiento de la izquierda y de la socialdemocracia en toda Europa.

Los resultados electorales son lo que son: no hay más cera que la que arde, son, en general, pobres, pero bienvenidos sean si llevan a una reflexión y a actuar en consecuencia.

© Ernesto Milà, 8 de junio de 2009.

DOCUMENTO II
DEL "FRENTE POLÍTICO NACIONAL" AL "FRENTE POLÍTICO SOCIAL"
(I de III)


Infokrisis.- ¿Es el patriotismo una bandera de combate? Entre los supervivientes de la extrema-derecha, el patriotismo es la única referencia común a la docena y media de siglas y a los casi 200 blogs que encarnan estas ideas en plena modernidad. Cuando, hace una semana sacábamos a colación nuestra teoría de los “tres sectores” en los que está dividido el área ultra (la azul, la identitaria y la católica) se nos olvidó decir que el patriotismo era, al menos en principio, el denominador común. Ahora solamente queremos añadir algunas variaciones sobre este tema.

1. Un problema de definición


Es evidente que el problema de esta área política es su misma definición. De hecho, pocos se reconocen como “de extrema-derecha”, casi ninguno acepta que se le llame “ultra”. “Identitario” es una palabra que, en principio, debería extender a algo positivo el eje político fundamental de este otro sector, la lucha contra la inmigración masiva y la pérdida de identidad de los pueblos de Europa. Y en cuanto a los “católicos” es evidente que los partidarios de esta religión tienen comportamientos políticos muy distintos que varían desde la extrema-izquierda guerrillera hasta la ultra-derecha montaraz. Con los falangistas ocurre otro tanto, como máximo aludir a esta categoría, indicaría a los que hacen del pensamiento de José Antonio Primo, el eje de su ideología. Pero es evidente que términos como “ultras”, “extrema-derecha”, “azules”, “católicos”, “identitarios” no sirven para definir exactamente al “área” ni mucho menos para darle personalidad.

Así mismo, los neologismos nacidos en los últimos treinta años han contribuido a aumentar la confusión: “nacional-populares”, “social-patriotas”, “social-cristianos”, “nacional-revolucionarios”, son nombres que definen pocos contenidos exactos y que, como máximo, son convenciones adoptadas por los grupos concretos que los han asumido, para resumir su enfoque de los problemas, pero, a decir verdad, fuera de los altos muros de estos grupos, nadie es capaz de acotar exactamente en qué consiste tal o cual planteamiento ideológico. ¿Qué es un “nacional-revolucionario”? ¿Es lo mismo que la “izquierda nacional” o es una forma que tienen algunos nacional-socialistas de eludir esta catalogación y asumir otra menos comprometida? En cuanto a los “social-cristianos”, calificación que utiliza AES, haría falta conocer en qué consiste su “doctrina social” para establecer si le cuadra o no el nombre. En lo que se refiere a “nacional-populares” o “populistas” ocurre tres cuartos de lo mismo en un país en el que el calificativo de “popular” está íntimamente ligado al PP.

Debo reconocer que he tenido algunos experiencias casi traumáticas en esto de los nombre (aunque no estemos en las “Ultramemorias”, vale la pena sacarlo aquí a colación). No utilizo el nombre “nacional-populares” o “populistas” desde que oí a Martín Beaumont dar una conferencia en una universidad de verano de DN sobre este tema. Si era aquello –“dar la razón al pueblo”- yo, desde luego, estaba en otra onda. Lo mismo me ha pasado con el término “nacional-revolucionario” que desde hace más de 25 años no utilizo cuyos contenidos varían según el interlocutor. Lo mismo me ha ocurrido con términos como “izquierda nacional”: algunos consideran que han inventado la pólvora utilizándolo, cuando el FSR ya se definía así hace 45 años. No hay nada nuevo bajo el sol, claro, pero en esta área, el sol es turbio e ilumina poco.

Si queremos aludir al “área”, es inútil fijarnos en neologismos y palabras-paradigma. Llevan directamente a errores de percepción. Vale la pena fijarnos solamente en los contenidos para intentar establecer a qué tipología política, unánimemente aceptada por politólogos y analistas, pudiera corresponder. Y aquí aparece el gran problema.

2. El patriotismo como elemento de reconocimiento del "área"


Un análisis más o menos detallado de las principales componentes organizativas del “área” (excluidos, naturalmente, rarezas y exotismos unipersonales) indica que el “patriotismo” es el elemento último de reconocimiento y el verdadero polo de agregación de este sector político. El “área” sería aquel sector político que vive con singular intensidad el patriotismo y, a partir de ahí, de esa base común, le superponen una serie de elementos añadidos: el falangismo, el catolicismo o el elemento identitario.

Pero esto desplaza el problema a otros horizontes: hay distintos conceptos de patriotismo y distintas formas de entenderlo. En principio, se tiende a confundir “patria” con “nación”, conceptos que no solamente no son lo mismo, sino que, hasta cierto punto son contrarios. Lo que hoy es la “nación”, ayer era el “reino”, si éste estaba ligado a la hegemonía de la aristocracia, la nación está vinculado históricamente al ascenso de la burguesía. La “nación” es un hecho que históricamente se afirma con la revolución francesa y con la inmediatamente anterior emancipación de las colonias de Nueva Inglaterra que dará origen a los EEUU. La “nación” es, pues, algo relativamente reciente que pertenece al ciclo de la “historia moderna”. Si bien, el concepto de “nación” se utilizaba ya en período romano (derivado de “natio”, el lugar donde se nace), tenía también un contenido étnico (conocida es la famosa frase d Varrón: “Son muchas las naciones que habían los diversos lugares de Europa”, Europae loca multae incolunt nationes). También para los romanos, una cosa eran las “nationes” y otras la “civiltas” o ciudadanía romana. Hasta la revolución francesa el término “nación” se siguió empleando en una acepción étnica: naciones eran las partes de un Reino o de un Imperio. Todo esto tiene poco sentido hoy: a efectos políticos, en España, “nación” es lo que dice la constitución española de 1978 por la que nos regimos. En su Artículo 3 se responde al marco de aplicación: la “Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles”. Así pues, para los redactores de la constitución “nación” y “patria” es lo mismo. Más adelante, en cambio, se reconoce la diferencia entre nación, nacionalidades y regiones, cuando se dice que la constitución “reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. Pero la constitución es una norma para hacer posible la convivencia, lo que no implica necesariamente que sus contenidos sean “rigurosos”, sino sólo que son “oportunos” para alcanzar el fin propuesto.

La patria, sin embargo, es otra cosa. La “patria” es la “tierra de los padres”. En otros países europeos se utiliza el término “patria carnal” para designar el lugar donde se ha nacido, o, aunque no se haya nacido allí, el lugar donde uno se siente ligado por vínculos afectivos o culturales. Así como “nación” tenía, inicialmente, con Roma, un sentido exterior a la “Civilta romana”, el término patria estaba asumido sin reservas. De hecho, el concepto de “patria” nos ha sido legado por Roma y, por tanto, solamente está presente en el mundo derivado de la cultura-greco-latina. El concepto está ausente del mundo anglosajón que prefiere utilizar la idea de “country” que, equivaldría más a la de “país”.

Los tratadistas políticos han especulado en voluminosos trabajos sobre estos conceptos excitando al aburrimiento y manteniendo la confusión. Cada escuela tiene su forma de ver las cosas y, poco importa a nuestros efectos. La extrema-derecha, y es ahí a donde queremos llegar, no distingue exactamente entre “nación”, “nacionalidad”, “patria”, si bien considera al “país” como una calificación con poca vibración y mucho equívoco sostenida por la izquierda.

En tanto que “extrema-derecha”, este sector vive y afirma el patriotismo con singular intensidad, con la misma que es capaz de transformar el sentimiento de pertenencia a una nación en “nacionalismo”, esto es, afirmación intensa de los valores nacionales sean cuales sean.

Los problemas se multiplican porque:

1) Es preciso definir los contenidos del “nacionalismo”: ¿Cuál es el destino y la misión histórica de una nación? Es evidente que este concepto varía de un período de tiempo a otro: la misión de la España Imperial de 1492 al siglo XVIII es muy diferente al regeneracionismo que aparece en la crisis finisecular del XIX y, por supuesto, no puede ser el mismo que debería ser definido en la actualidad.

2) Establecer cómo conviven “nación” y “nacionalidades” (y en este sentido los partidos nacionalistas periféricos han actuado exactamente igual que la extrema-derecha confundiendo también, sólo que deliberadamente, “nación” y “nacionalidad” y haciendo extensiva  aquella a  unidades a las que sólo le correspondería ésta).

3) Para colmo, el proceso de Unidad Europea (que no es sino la reconstrucción del espacio originario ocupado por los pueblos indoeuropeos) crea otro estadio. Ya no existen solamente las naciones-Estado, ni solamente las nacionalidades-regiones, sino la Unión Europa. Existen tres niveles de definición de nuestro origen personal: somos “ciudadanos” españoles, somos europeos y hemos nacido en alguna nacionalidad o región del Estado Español.

Los contenidos del nacionalismo o del patriotismo español (vamos a aceptar que nacionalismo y patriotismo sean lo mismo –que no lo son- simplemente para no introducir más elementos que no harían sino complicar la exposición) están hoy mal definidos. Nadie se ha preocupado de poner al día los contenidos de ese nacionalismo. Desde el 98 la reflexión sobre la misión y el destino de España se ha detenido y no existen pensadores de altura, ni una sola escuela de pensamiento que haya estado en condiciones de definir estos dos puntos esenciales sobre los que se asienta la idea de “Nación”. Para los pensadores católicos, España y la nación española están íntimamente vinculados a la defensa de la catolicidad… pero lo que fue en un tiempo, ya no puede ser hoy por motivos todos de peso: el propio Vaticano no está para admitir estos planteamientos, la Iglesia ha perdido fuelle en los últimos siglos y el catolicismo español es, sin duda, hoy, uno de los más débiles de Europa.

En la extrema-derecha, atribuir a Catalunya, Euskalherria o Galiza, el título de “nacionalidad” es casi una herejía… por mucho que sea la constitución quien lo atribuye y que, al menos en este punto, no va del todo desencaminada. Al no ser capaces de distinguir las sutilezas semánticas y los contenidos distintos de “nación” y “nacionalidad”, la adhesión extrema a la primera desliza casi necesariamente a una rechazo, no menos extremo, a la segunda.

Finalmente, Europa sigue generando rechazo en parte de la extrema-derecha. En este terreno se confunde el rechazo a la burocracia de Bruselas, a la falta de proyecto para “hacer Europa”, con la necesidad de Europa que subyace desde el punto de vista geopolítico, económico, energético e histórico. Una cosa es “Europa” y otra muy distintas la “Unión Europea”.

Valga todo esto para decir que el “patriotismo” de la extrema-derecha es excepcionalmente complejo porque no está bien definido. Cabría decir que la extrema-derecha española no ha tenido el valor del pueblo alemán que entre las estrofas de su himno colocó el “Alemania sobre todos” como forma casi taquigráfica de definir su patriotismo. ¿Qué es pues el patriotismo para la extrema-derecha? Lo mismo que el nacionalismo. Y ¿qué es el nacionalismo para la extrema-derecha? El “España sobre todos”.

3. Los problemas del patriotismo español

La extrema derecha tiende a pensar que solamente en sus filas existen verdaderos patriotas. Si fuera así, y a la vista de las dimensiones de este sector político, habría que pensar que es de por sí milagrosa la existencia misma de España en la actualidad. Con los 75.000 votos que han conseguido las 7 formaciones de extrema-derecha, es evidente que no se sostiene una Nación. Así pues, deberá haber “patriotas” en otras partes del espectro político.

De hecho, la “nación” y la “patria” son temas que pueden utilizarse políticamente pero con ciertas limitaciones: son “cosa de todos”, por tanto, es peligroso utilizarlas como bandera de un sector político y, mucho más, si es hiperminoritario. A nadie se le escapa que decir que solamente hay patriotas en la extrema-derecha es una enormidad: los hay en el PP (que no ha dudado en salir con banderas españolas a las calles) y los hay en el PSOE (de hecho, el felipismo celebró en 1992 los mayores fastos de exaltación nacionalista con tres eventos: Expo-Sevilla, las Olimpiadas y el Centenario del Descubrimiento). Y es normal que así sea. A fin de cuentas la “nación” y la “patria”, como decía, son cosa de todos. Si se convierten en “bandera” de una parte, mal asunto. Y mucho peor, si esta parte es minoritaria.

Durante los primeros años de la transición, la Confederación de Combatientes, distinguía entre “temas políticos” y “temas patrióticos” y afirmaba que determinadas conmemoraciones debían realizarse con criterios no políticos. Así, por ejemplo, el 12 de Octubre sería un día “patriótico”, no político, en tanto que lo que se reivindica es la afirmación comunitaria de una nación. Diferente es que se proponga la adhesión al concepto que tal o cual fuerza política se hace de esa nación, con lo cual el concepto para a ser político y se configura como punto del programa de un partido.

Así pues, el problema de fondo deriva de que la extrema-derecha asume el patriotismo con singular intensidad, mientras que otras fuerzas políticas lo hacen de manera más tibia. Esto se complica todavía más dado el particular sistema político español que, hasta ahora, ha hecho que los gobiernos de centro-derecha y centro-izquierda que no disponían del apoyo de una mayoría absoluta, debieran contar con el voto de minorías parlamentarias. Hasta ahora, el PNV, ERC, CiU, etc, formaciones nacional-regionalistas han dado su apoyo a cambio de obtener prebendas para sus autonomías. Esto ha dado la sensación de que “España se rompía”. De hecho llevamos 30 años con el “España se rompe”, desgarrado por los tirones de los nacionalismos periféricos.

A esto se une, además, que estos partidos nacionalistas periféricos tienen, como formas de nacionalismo que son, contenidos emotivos y sentimentales, esto es irracionales, en las que lo visceral ocupa un factor importante y, en el caso del PNV, incluso lo tribal. La endeblez de ERC, por ejemplo, partido que nunca ha tenido fuerza social relevante en Catalunya en los últimos 30 años, pero que se ha visto favorecido unas veces y perjudicado otras, por las oscilaciones del electorado, dirigido por una clique de inmaduros, aventureros y, frecuentemente, de obtusos, ha multiplicado insultos y ofensas a la nación española. La tendencia de todo este nacionalismo es culpar a España de cualquier cosa e imponer una falsificación de la historia que es lacerante para el sentido común. Y todo esto apoyado por los presupuestos públicos de sus autonomías respectivas, pues, no en vano, los partidos nacionalistas lo que hacen desde el poder es nacionalismo.

Todos estos insultos a España y a los españoles, llegados de la miseria intelectual del nacionalismo, cuatro pitos en partidos de fútbol en donde lo importante es pitar a algo que se mueva, han sido tomados por la extrema-derecha española como ofensas y han responsabilizado de ellos a “catalanes” y “vascos”. El desenfoque es evidente. A partir de ese momento, quien no manifestaba idéntica beligerancia en defensa de España, era considerado, como “tibio”, “traidor” o simplemente “vendido”.

Del "frente político nacional" al "frente político social"
(II de III)

4. ¿Existe un riesgo de ruptura de España?

Vale la pena preguntarse si estas acusaciones pueden tener visos de verosimilitud. La pregunta a la que hay que contestar es ¿se rompe España? “Se rompe España” es la frase que se reprodujo con frecuencia obsesiva en El Alcázar y en Fuerza Nueva durante la transición. Bien, han pasado 30 años, España no parece haberse roto. Si esto es incuestionable, habrá que ver ahora si España puede romperse en los próximos años.

La respuesta es no. Esto debería de satisfacernos a todos, pero sin embargo, la extrema-derecha reacciona ante una afirmación así, acusando a quien lo hace de “tibieza”, sino de traición. El problema es que puede demostrarse que los hechos, no solamente van en contra del “España se rompe”, sino que la unidad nacional está garantizada por décadas. Vamos a intentar demostrarlo:

1)  El verdadero riesgo para la unidad de España fue el Zapatero de la primera legislatura: un imbécil que llegaba con ideas nuevas y que no tenía ni experiencia de gobierno, ni siquiera ideas claras. Sus criterios humanistas universalistas hacían que la idea de “nación” se la trajera al fresco. Y el pueblo español reaccionó: manifestaciones inmensas en Madrid con banderas nacionales, caída en picado de intención de votos durante la tramitación del Nou Estatut de Catalunya, hicieron que ZP repensara su alianza con ERC y los dejara literalmente en la estacada. No es que hoy ZP haya devenido un “patriota” (lo suyo no es incurable). Es que ha sido la intención de voto y los sondeos de opinión lo que ha evidenciado que la mayoría de este país no está para aventuras independentistas. Y ZP dio marcha atrás, no por convicción -de hecho detrás de su actitud no había convicción alguna en nada- sino por sentido de la supervivencia política..

2) En los últimos meses UPyD se ha afirmado como fuerza política presente en el Parlamento del Estado, en el Parlamento Europeo y en el Parlamento Vasco. Es una fuerza ascendente en torno a la cual se recompondrá buena parte del panorama político español. Sus perspectivas de crecimiento son buenas y de confirmarse su expansión en las próximas municipales, habrá que suponer que en 2012 o cuando se convoquen nuevas elecciones generales Rosa Díez logrará disponer de un grupo parlamentario propio. Si bien en las anteriores generales, los votos de UPyD parecían haber llegado sobre todo del PP, en las últimas europeas, especialmente en Madrid, no hay duda de que han recogido buena parte del voto de la decepción socialista. Esta tendencia, en nuestra opinión, irá aumentando en los próximos años, especialmente porque en 2012 los “decepcionados del socialismo” serán legión. Así pues, en el marco de un gobierno el PP o del PSOE “en minoría”, los apoyos parlamentarios ya no se obtendrían necesariamente de los partidos nacionalistas, sino especialmente de UPyD, lo que aleja a los nacionalistas periféricos de la situación envidiable de la que han disfrutado en los últimos 30 años.

3) La tendencia general de la opinión pública, indica que el nacionalismo periférico cada vez encuentra mayores resistencias: sin ánimo de ser exhaustivos recordamos, entre otras la victoria del PP en las elecciones gallegas desplazando a una coalición de socialistas y nacionalistas gallegos, con toda la marcha atrás que va a implicar en el tema de la “construcción nacional de Galiza”; la victoria del PSV en las elecciones vascas que, con el apoyo del PP, han sido capaces de desplazar al PNV, con la consiguiente desnacionalización de la sociedad vasca; la manifestación en Baleares contra la política lingüística del gobierno autonómico; la pérdida de vigor electoral, casi hasta el desplome, de las dos opciones nacionalistas-independentistas catalanas, ERC e ICV… todo esto indica una “línea de tendencia”: nosotros hemos afirmado desde hace años que los partidos nacionalistas se iban “ruralizando”, iban desapareciendo cada vez más de las grandes conurbaciones para mantenerse en sus feudos, en la “periferia de la periferia”; el caso, por ejemplo de Girona, es muy claro: allí ERC sigue teniendo cierta fuerza social, pero en Barcelona y su cinturón industrial es un cero a la izquierda.

4) La Unión Europea es una “unión de Estados Nacionales”, no una unión de regiones o de nacionalidades. Si ya la “Europa de los 27 Estados” es ingobernable, una “Europa de las 150 regiones” sería impensable. No es raro que en la UE no exista ni una sola componente favorable a la “regionalización” de Europa. Todo lo contrario: si Catalunya o Euskalherria se escindieran, la UE sería la primera interesada en asfixiar esta intentona, pues ningún país de la Unión está interesado en que existan precedentes que conseguirían desmembrar a todos los Estados de la Unión y, especialmente a las dos “locomotoras europeas”, Francia y Alemania. En este sentido la políza de garantía de la “unidad nacional” es, precisamente, y sin paliativos, la Unión Europea.

Todos estos elementos son indicativos de tres hechos:

- Si bien no puede hablarse de una eclosión del “nacionalismo español”, lo que sí resulta innegable es que, pasada la fiebre de la primera legislatura de ZP y su pasotismo ante el Nou Estatut, lo cierto es que la presión de la opinión pública ha obligado a ZP a rectificar y hoy no existe auge independentistas en ninguna autonomía del Estado.

- El papel político de los nacionalistas irá en disminución mientras el papel político de UPyD vaya en aumento: la “bisagra” ya no lo serán CiU, ni PNV. Y si no lo son, su papel político, incluso en sus autonomías, irá descendiendo poco a poco.

- La escena internacional en Europa es contraria a la aparición de aventuras secesionistas. Éstas no tendrían apoyos suficientes.

Con todo lo cual creemos haber demostrado suficientemente que la unidad del Estado dista mucho de estar en peligro. El “España se rompe”, sigue siendo un grito de alarma, pero no una amenaza real.

Frente a esto, los que sostienen todavía el “España se rompe” alegarán que las políticas educativas nacionalistas ya han hecho daño (a estos les decimo que son muy optimistas sobre la eficacia del sistema educativo: si no es capaz de enseñar matemáticas, tampoco es capaz de enseñar catalán, historia catalana, ni nacionalismo… el destrozo educativo hace que los contenidos nacionalistas insertados por PNV y CiU/ERC tengan efectos mínimos) pero estas políticas son reversibles; nos dirán que el himno nacional fue pitado en tal o cual partido de fútbol (y nosotros les diremos que los fenómenos de masas que implican como un estadio, contagio, son fáciles de controlar, pero no reflejan ni siquiera la opinión de los que silban, que frecuentemente ignoran por qué silban como no sea para llamar hijoputa al árbitro); nos dirán que el “nou estatut” tiene contenidos independentistas… (El Estatut, efectivamente, es un texto en buena medida insalvable que veremos cómo llega del Constitucional, pero, sea como fuere, su aplicación deriva de quien tenga las riendas en Catalunya: el problema no es de “contenidos” sino de “lealtades”. Hoy la clase política catalana no tiene más lealtad que el cultivo de su bolsillo y Epaña es todavía el mejor marco para sus negocios).

A esto añadiremos que la marcha de las grandes líneas culturales de la modernidad van en contra del nacionalismo regionalista: solamente sobrevivirán las “grandes culturas”, la inglesa, la hispana, la rusa, la china, la árabe… y al resto le quedarán algunos espacios de expresión, pero en escenarios culturales secundarios. La tendencia actual es a que el uso social del catalán está estabilizado, con cierta tendencia a la disminución, incluso en universidades. El gobierno de la Generalitat contesta con “órdenes”, “decretos” y normas de imposición lingüística, generando que los maestros de catalán, con su rigor y preciosismo, sean odiados por buena parte del alumnado. Nunca como hoy se ha hablado tanto castellano en el cinturón industrial de Barcelona, por mucho que la política lingüística de la Generalitat presione. Toda presión contra la tendencia de la sociedad tiene como contrapartida el “rechazo”. Por otra parte, los niños y jóvenes catalanes juegan con video-juegos, bajan música y películas de sistemas P2P casi unánimemente en lengua no-catalana. Los esfuerzos de la Generalitat en materia lingüística para imponer software en catalán se han coronado con los mayores fracasos a pesar de las subvenciones. Como ocurre con toda burocracia, los burócratas de la Generalitat creen que pueden reformar a la sociedad por la vía del decreto y la imposición. Pero, antes o después, aparece la evidencia de que la sociedad va a su ritmo.

En lo que a nosotros se refiere somos de los que opinamos que la “cultura catalana” está en reflujo y que una cultura que ha crecido a golpe de subvención puede desaparecer de un día para otro en cuando esos subsidios desaparezcan. Por otra parte, en Catalunya no existe problema lingüístico: el problema está en las instituciones catalanas gobernadas por nacionalistas y que creen que obtendrán más votos excitando el nacionalismo. Pero en Catalunya, a nivel de convivencia, el hecho lingüístico está completamente asumido por la sociedad: hay dos lenguas que se hablan indistintamente.

Definitivamente, no hay riesgo de ruptura del Estado. España, afortunadamente, no se rompe.

5. Y llegó la crisis económica. El “patriotismo” hoy


En junio de 2007 empieza el desplome del sistema financiero. Este desplome afecta a España a partir de septiembre de ese año, pero la existencia de esa crisis no se reconoce hasta abril de 2008. Desde entonces y, probablemente en los próximos 4-6 años, iremos hundiéndonos cada vez más en una crisis que es económica y que no tiene nada que ver con el problema de la vertebración del Estado. De hecho, el problema de los nacionalistas periféricos y el hecho por el que desde que se inició la crisis cada vez van perdiendo más influencia es porque la intensidad y profundidad creciente de la crisis económica, aleja a las masas de las reivindicaciones nacionalistas. El hecho de que nacionalistas catalanes y vascos siguieran como si nada, con sus imposiciones lingüísticas y las aperturas de “embajadas” en los lugares más absurdos (la última de la Generalitat se inauguró en México DF…), es la mejor propaganda para ahuyentar el voto de esas opciones en tiempos de crisis. El nacionalismo regionalista solamente puede prosperar en períodos de bonanza económica cuando gentes con el estómago lleno y tiempo para el ocio pueden dedicarse a “inventar naciones”, pero es abandonado por las masas en cuanto la crisis hace que los problemas regionales se trasplanten a conjuntos más amplios (el Estado, Europa).

Los nacionalistas periféricos no se caracterizan por tener técnicos y economistas, por la sencilla razón de que estos problemas jamás podrán ser resueltos en los marcos autonómicos, sino que precisan el concurso de unidades más amplias. Hoy, además de todo lo dicho anteriormente, sobre la falta de perspectivas de los nacionalismos regionales, se añade una crisis económica que siega la hierba bajo sus pies. Basados en el despilfarro y en las inversiones tendentes a reforzar “la construcción nacional de Catalunya” o de Euskalherria, en períodos de crisis, estas actividades –que los nacionalistas consideran irrenunciables en su programa- tienden a convertirse en despilfarros intolerables a ojos de la opinión pública. Esto no hace sino oscurecer las perspectivas de estos partidos en el momento actual e incluso nos atrevemos a pronosticar que el futuro de ERC es problemático en los próximos años.

Ahora bien, en la extrema-derecha las contradicciones no son menores. Habitualmente todos los partidos de extrema-derecha, con pocas variaciones, hace de la “unidad nacional” el eje de su actividad, hasta el punto de que ante cualquier intento de elaboración de un programa, el primer punto es “la defensa de la unidad nacional”… como si esta no estuviera suficientemente garantizada. La extrema-derecha no ha advertido todavía que la política es algo cambiante, fluido: el riesgo de ayer –el de desmembración nacional que existía en 2005-6 cuando el pobre imbécil de ZP multiplicaba sus declaraciones a favor del “nou estatut”- ya no existe hoy.

Y este es el problema, porque:

- hoy no existe riesgo de desmembración nacional (y creemos haberlo demostrado),

- hoy existen más patriotas, fuera de los grupos de extrema-derecha y la opinión pública lo percibe en partidos tan distintos como UPyD (socialistas jacobinos, único tema en el que reside su fuerza y que van a explotar electoralmente), por no hablar del PP dado a sacar a bandera nacional en determinadas coyunturas.

Por tanto las conclusiones a las que estamos llegando son DEMOLEDORAS:

- Un espacio político que centra buena parte de su actividad para responder ante una perspectiva que jamás se producirá (el “España se rompe”) muestra un nivel de desenfoque que es en donde reside su incapacidad para despegar electoralmente. El electorado se moviliza ante problemas reales, no ante problemas que no son contemplados como tales.

- La endeblez estructural de la extrema-derecha (multifraccionada en 12-14 siglas y tres familias) hace que su patriotismo sea poco creíble (si no es suficiente como para asegurar su unión estructural habrá que pensar que el “patriotismo” se sitúa muy por detrás de las ambiciones de camarilla y de grupo y está subordinado a ellas… lo que, otra parte, es rigurosamente cierto) y que puestos a defender un patriotismo eficiente y posibilista, el electorado medio prefiera votar al PP caracterizado por ser un “partido españolista” en Catalunya y Euskalherria y capaz de realizar movilizaciones masivas a favor de la unidad nacional en Madrid.

- Ante la actual situación de crisis económica, e incluso ante situaciones de supervivencia personal que aparecerán en los próximos meses, la sociedad no va a atender a propuestas de “unidad nacional” o de “patriotismo” porque el frente principal de crisis no es el “nacional”, sino el “económico-social”. ¿Qué se le va a recomendar al parado? ¿Qué se manifieste a favor de la “unidad nacional”? El desenfoque es evidente.

En  conclusión, mientras la extrema-derecha tenga como único elemento de referencia el nacionalismo o el patriotismo, se situará por decisión propia fuera del cauce esencial por el que HOY POR HOY  Y EN LOS PRÓXIMOS AÑOS va a discurrir todo el debate político. Y éste no va a discurrir por la vertiente NACIONAL, sino por la vertiente SOCIAL.

6. El “patriotismo social”

En los sectores más lúcidos de la extrema-derecha el proceso que hemos descrito unas líneas arriba (el que la crisis económica precipitara una crisis social) se intuía oscuramente desde hacía años. Entre 1999 y no hace mucho, algunos nos preguntábamos porqué la capacidad de penetración de la extrema-derecha española en el electorado era mínima, a diferencia de otros partidos europeos que han superado incluso el 30% de los sufragios. Nos dábamos distintas respuestas y la primera de todas era la vinculación con formas del pasado reciente que comprometían nuestra acción. De ahí emergió la doctrina de la “autonomía histórica” para resaltar el hecho de que una acción política en el presente no tenía necesariamente por qué tener como referencias a movimientos, ideas o planteamientos del pasado. Era, una especie de revuelta edípica en la que se creía que bastaba con “matar al padre”. En realidad, esa doctrina se aplicó solamente en la primera etapa de DN, desde su fundación hasta 2001, años en los que el partido tuvo una influencia limitada, pero, al menos, estuvo cohesionado interiormente e identificado con la doctrina sobre la que se justificaba su creación. En aquel momento, la militancia de DN, heredada en parte de JJEE, no estuvo en condiciones –en nuestra opinión- de traducir la doctrina de la “autonomía histórica” en una práctica política agresiva. Por otra parte, DN se funda justo cuando empieza el período de crecimiento económico (1996) y cuando llega la crisis (2007) ya ha sufrido crisis que dentro del partido solamente han dejado a uno de sus fundadores… el único que no compartía las tesis de “autonomía histórica”, por lo demás.

En el primer período de DN se creía que la mejor definición de los contenidos era el “nacional-populismo”, sin embargo, como digo, la conferencia de Martín Beaumont en la Universidad de Verano de 2001 fue una verdadera vacuna para muchos. Luego, en un medio que no consigo definir con exactitud (y solicito ayuda a los que suelen tomar acta de estos episodios. Quizás debió ser en 1999 o 2001 cuando empezamos a oír hablar de “socialpatriotas” en algunos foros, p.e. Disidencias) apareció la idea del “patriotismo social” que, poco a poco se fue imponiendo y que nosotros mismos asumimos. Frente al patriotismo constitucional del PP, frente al patriotismo de fortuna del PSOE, nosotros levantábamos la bandera del “patriotismo social” que era una forma de formular la doctrina de la “preferencia nacional” y ligar el problema “patriótico” al tema de la lucha contra la inmigración masiva y la pérdida de identidad nacional.

Oscuramente, algunos presentían que se estaban desplazando los frentes: el patriotismo, por sí mismo, ya no era suficiente, ni bastaba como soporte de una lucha política. Además, los nuevos militantes que iban llegando tenían como característica común el pertenecer a grupos sociales de la pequeña y baja burguesía y de la clase media, muchos de ellos conocían el problema del paro, de los contratos en precario y dificultades económicas y los que eran estudiantes no tenían claro su futuro al acabar las carreras. Así pues, para ellos, el “patriotismo” a secas era poco. Había que añadirle la partícula “social”. Y eso fue lo que hicimos: intentar dar un nuevo basamento al “patriotismo” y a eso le llamamos “patriotismo social”.

Este “patriotismo social” consistía en afirmar que no existe patriotismo de tal nombre más que cuando todos los hijos de una nación han alcanzado un nivel económico social que les garantice dignidad. Cualquier otra forma de patriotismo era considerada como “tibia” e insuficiente. A partir de ese momento, una parte de la agitación y propaganda de estos grupos tuvo como eje el “patriotismo social” y, de hecho, al menos por lo que se refiere a España 2000, dio relativos buenos resultados.

El problema era que estas ideas de “síntesis” en España nunca han dado resultados definitivos: así, por ejemplo, el nacional-sindicalismo ha sido una síntesis inestable de “patriotismo” y “sindicalismo” que ha generado una “derecha falangista” que atribuía más importancia a “lo nacional” que a lo social y una “izquierda falangista” que hacía justamente lo contrario. En lo que se refiere al “patriotismo social”, frecuentemente reaparecía el “patriotismo” puro y simple y salvo grupos de militantes con cierta formación política, se tendía a confundir el “patriotismo social” con el “patriotismo” a secas y éste con un planteamiento muy similar al que podía defender el PP solo que algo más exaltado y radicalizado…

Esta “exaltación” era lo que hacía que la percepción que la sociedad seguía teniendo de estos grupos fuera la que correspondía a grupos de extrema-derecha clásicos, herencia terminal del franquismo. Y esto llevaba directamente a la marginalidad política más absoluta. Además, como para colmo, frecuentemente reaparecían en foros y en webs frecuentes referencias al pasado franquista, celebraciones del 1º de abril de 1929 y del 18 de julio de 1936, y como era imposible establecer una línea nítida de separación entre el “sector histórico” y el “sector de la autonomía histórica”, la credibilidad quedaba anulada por completo y el “patriotismo social”, en lugar de ser una práctica política de un sector que quería emerger porque tenía soluciones a problemas de hoy, pasaba a ser a los ojos de la opinión pública, un grupo de nostálgicos exaltados en los que políticamente no se podía confiar.

Una bandera nacional es patrimonio de todos los ciudadanos. Si hace de ella una bandera política, se corre el riesgo de hacer que el efecto generado sea contraproducente para la idea que se intenta defender. Si hoy algunos sectores del socialismo o del PP son “tibios” en cuestión patriótica es precisamente porque, por una pura política de marketing rechazan identificarse con los sectores patrióticos de extrema-derecha y tienen necesidad de atemperar sus posiciones. Sin olvidar que el franquismo generó una oposición democrática que, al rechazar al régimen de Franco y a sus contenidos, rechazaba también el nacionalismo del que hacía gala.

Sobre este terreno cabe decir que la política de Franco en materia regional fue inexistente. Todo consistió en confundir “regionalismo”, con “independentismo” hasta extremos que denotaban una forma obtusa de percibir la realidad. Lo que resulta más sorprendente todavía es que la concepción franquista del Estado fue ¡jacobina! Y que este jacobinismo ni siquiera tenía que ver con dos de las tres componentes del régimen: los partidos regionalistas integrados en la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) distaban de ser jacobinos, los carlistas, por su parte, no solo no eran jacobinos sino que se consideraban visceralmente antijacobinos, partidarios de la legislación foral, esto es de los fueros regionales. Solamente la Falange podía defender un nacionalismo exaltado… e incluso en algunos textos de José Antonio –su ensayo sobre “La Gaita y la Lira”- están alejados de ese espíritu.

La única explicación es la que hemos dado en otras ocasiones sobre el significado del franquismo en la historia de España: éste no fue sino un intento de recuperar el tiempo perdido en el siglo XIX y en el primer tercio del XX en materia económica y asumir la industrialización del país mediante un proceso de planificación centralizado que, por lo demás, tuvo éxito y sentó las bases del bienestar a partir de mediados de los años 60. En esa perspectiva, rehabilitar las “autonomías” o el “café para todos” hubiera supuesto una carga para el Estado, una dificultad para la planificación y una complicación innecesaria.

El problema es que el franquismo quedó identificado con el jacobinismo (la nivelación de las distintas comunidades regionales y nacionalidades que forman el Estado Español o en el Estado-Nación-Español), mientras que éste lo estaba con los ideales de la revolución francesa, siendo como era el franquismo y la revolución francesa conceptos incompatibles. Cuando se ocupa el poder y se gestiona, estas contradicciones son superadas sin dificultades… cuando murió Franco, todo esto saltó por los aires y se produjo la paradoja de que la oposición democrática (liberal, por tanto próxima al jacobinismo, como había estado históricamente el PSOE) adoptó, a partir de entonces unas posiciones antijacobinas; por su parte, las burguesías locales que hasta 1936 habían dado vida a “derechas autónomas” o a partir “regionalistas”, se enmascaró en nacionalismo reivindicativo (CiU). En cuanto a la extrema-derecha que, por definición debía ser antijacobina, mantuvo el jacobinismo heredado del franquismo, mientras que la derecha liberal lo compatibilizó en el marco constitucional.

A partir de entonces, cualquier tendencia a reivindicar el “patriotismo social” quedaba como patrimonio de grupos que no daban la sensación de tener las ideas suficientemente claras. De un lado, porque habían asumido la tradición jacobina franquista, de otro porque habían renunciado la tradición foralista mas adaptada a su crítica a las formas políticas liberales. Además, había otro fenómeno de consecuencias importantes. Así como antes de la guerra civil existía extrema-derecha en todo el Estado –había carlismo en Catalunya, Andalucía, zonas del Levante, Navarra y Euskalherria- y derechas regionalistas casi en todas las autonomías, al concluir la transición solamente quedaron núcleos importantes de la extrema-derecha en Madrid y existió un desequilibrio entre la mayor parte de direcciones de extrema-derecha, radicadas en Madrid, y la periferia.

José Cela decía que Madrid era una mezcla de Navalcarnero y Kansas City poblada por subsecretarios. La boutade se entiende más si tenemos en cuenta que el jacobinismo franquista hizo que el paso administrativo de Madrid en el Estado fuera absoluto. En Madrid cristalizó una burocracia que fue franquista (era quien los amamantaba) y que asumió esta tradición jacobina. Por lo demás, mientras que en la periferia, existen tradiciones locales, Madrid es una ciudad artificial, de fundación relativamente moderna, carente casi por completo de tradiciones locales. Cuando aparecen son decimonónicas y se afirman entonces, mientras que la periferia dispone de tradiciones seculares milenarias. Esto hace que, todo aquel fenómeno que nace en Madrid no tenga la perspectiva suficiente para entender la existencia de lenguas regionales, culturas regionales y tradiciones regionales. Madrid desconfía de cualquier otra bandera que no sea la de la propia autonomía y la española.

El peso de Madrid en la extrema derecha durante la transición (surgido en buena medida de funcionarios franquistas que recordaban los “buenos tiempos”) hizo que transmitiera esa incomprensión sobre los hechos regionales a sus “delegaciones locales”. Entonces ocurrieron fenómenos curioso: la extrema-derecha consiguió arraigar en Madrid (hasta que el final de la transición hizo que el franquismo sociológico sin excepciones se orientara a la derecha liberal) y en Valencia. ¿Por qué en Valencia? Simplemente porque el valencianismo estaba claro que tenía contenidos anticatalanistas que la hacían poco sospechosa. Otro tanto había ocurrido en Navarra. Pero en el resto del Estado, se albergó una desconfianza, casi patológica, hacia todo lo que fueran signos de identidad regional.

En estas circunstancias el “patriotismo social” proporcionó algunos réditos a determinadas formaciones de extrema-derecha que lo incorporaron (lo incorporaron pero no lo desarrollaron teóricamente), pero insuficientes para recuperar el tiempo perdido y los lastres heredados por los errores cometidos por las direcciones ultras durante la transición (especialmente por Fuerza Nueva que, no en vano, era hegemónica y mucho más porque Blas Pilar conocía el pensamiento tradicionalista español, esto es, antijacobino).

Del "frente político nacional" al "frente político social"
(III de III)
7. La perspectiva actual

Este breve repaso al estado de la cuestión no puede concluir sin una enumeración de las perspectivas que se abren hasta ahora. Tal es el sentido de los puntos que vamos a añadir como colofón. Se trata de ideas a desarrollar, metralla, munición ideológica para reflexiones comunes, en absoluto puntos programáticos. Tales son:

1) El “nacionalismo español” para ser eficaz y poder jugar algún papel, necesita ser redefinido. Lo hemos dicho en muchas ocasiones pero lo repetimos ahora: el nacionalismo es “misión” y “destino”. Hace falta definir pues cuál es la “misión y el destino” de España en el siglo XXI.

2) Sin esta tarea previa, el nacionalismo español, ni el patriotismo social, están en condiciones de jugar un papel político e ideológico en el futuro y cualquier intento de defenderlo en su estado actual, por cualquier fracción ultra, está condenada al fracaso.

3) Es una situación de crisis económica, es difícil, sino imposible, que una nueva teoría sobre la misión y el destino de España pueda ser estructurada. Hay otras prioridades. Lo que traducido implica que los grupos ultras van a seguir defendiendo una forma de patriotismo y de nacionalismo inadaptados para el momento actual.

4) La coletilla “patriotismo social”, siendo un avance es insuficiente (y la prueba es que los grupos que la han incorporado, crecen pero mínimamente). La síntesis de “patriotismo” y “políticas sociales” es inestable especialmente porque el primer término no está suficientemente definido.

5) El patriotismo, en sí mismo, no puede ser bandera de una fracción política. Hacerlo es contradictorio con el contenido “comunitario” que debería tener siempre. Por lo demás, la “sigla del patriotismo” es el PP (con razón o sin ella) y nadie está en condiciones de disputar al PP esa bandera. Lo comprobó Blas Piñar en 1975-1982: le aplaudían a él, pero votaban al PP, que tenía más posibilidades de aplicar una “línea política patriótica”. Esto no ha cambiado.

6) Lo que ha cambiado es que el PP abrió las puertas a la inmigración y esto supuso una debacle para las clases trabajadores: se introdujo el trabajo a precio de dumping laboral, se contrajeron los salarios, se crearon guetos en los que se practicó la “limpieza étnica” y la inmigración se convirtió en la bomba aspiradora de recursos sociales que estaban destinados a las capas trabajadoras autóctonas. Por tanto, la única manera de reivindicar el “patriotismo” era adaptarlo a esta situación: políticas sociales para los trabajadores españoles y preferencia nacional a la hora de optar a puestos de trabajo y recursos sociales.

7) Dado que no siempre el “patriotismo social” se expresó de esta manera, sino que frecuentemente se trató solamente de una práctica propia de tifosis de “España – España”, y muy frecuentemente con referencias al franquismo, la extrema-derecha –que necesariamente debía haber evolucionado como lo hizo toda la extrema derecha europea- siguió siendo la extrema-derecha con peor imagen y objetivos más limitados de toda Europa, cortada de su electorado natural (las clases trabajadores a las que en lugar de una “práctica social” (a definir) se le “obsequiaba” con más y más banderas españolas, declaraciones de patriotismo exaltado y poco más.

8) Con el paso del tiempo, la extrema-derecha ha ido desapareciendo en Madrid, subsumida en el magma del PP. Ya no existe un franquismo sociológico, sus restos están en el PP. Hoy, en Madrid existe una docena larga de grupos ultras de todo tipo que, en buena medida son simplemente direcciones y unos pocos militantes y menos simpatizantes aún… pero el hecho de que sean residentes en Madrid, les hace absolutamente refractarios a los “hechos regionales” y siguen viendo con desconfianza que aparezcan en los actos de estos grupos banderas regionales. Esto solamente se ha desdramatizado en Valencia y por la circunstancia que hemos dicho: “lo valenciano” se considera el mejor valladar contra “lo catalán”, dado que los “enemigos de mis enemigos son mis amigos”. Otro tanto ocurre en Navarra donde el regionalismo navarro es tenido como garantía contra el nacionalismo vasco. Fuera de esto: incomprensión y reticencias que hacen que la extrema-derecha siga siendo considerada solamente como una fuerza residual franquista y, por tanto, sometida a un cerco de marginación… aun cuando la mayor parte de la ultraderecha actual es a-franquista.

9) El hecho de que –como hemos demostrado hasta la saciedad- haya que excluir en el futuro procesos independentistas y que la “unidad nacional” esté garantizada, aleja completamente el “España se rompe”… y si no se rompe, no hay lugar para exaltaciones anti-independentistas, so pena de ser considerados como energúmenos que consideran a enemigos mortales a partidillos descerebrados que, como ERC, se encaminan hacia la marginalidad más absoluta (ver los últimos resultados electorales de ERC para comprobarlo). No es la extrema-derecha la que ha vencido al nacionalismo vasco, ni el PSV-PPV, no es la extrema-derecha la que ha derrotado al PSG-BNG, sino el PPG, no es la extrema-derecha la que hará innecesario el recurso a los nacionalistas como “bisagra”, sino UPyD, no es la extrema-derecha la que ha dado la batalla en Baleares al expansionismo catalán, sino grupos culturales políticamente moderados. Y si esto es así… y lo es para todo aquel que tenga ojos y vea, lea la prensa y entienda, entonces ¿qué se gana defendiendo un patriotismo exaltado y alertando contra unos riesgos que hoy por hoy no existen?

10) El patriotismo no puede ser bandera de parte (de hecho no lo es en la medida en que hay ““patriotas” y gente que se siente española en todos los partidos. Si el patriotismo fuera únicamente un elemento presente en los pocos votantes de extrema-derecha, la unidad del Estado haría años que habría saltado por los aires. El añadido de “patriotismo social” ha sido hasta ahora el único intento de dar un contenido social al patriotismo, pero no ha encontrado canales adecuados para traducirse en práctica política con suficiente impacto.

11) Ahora ha llegado la crisis: el pueblo español, incluido el catalán, el vasco y el gallego, no van a hablar de “nacionalismo” ni de nacionalidades y si sus clases políticas regionales se obstinan en hacerlo, van a ir perdiendo fuerza e influencia social. Si en esta época que se inauguró en septiembre de 2007 alguien no ha percibido que la “problemática social” va a desplazar completamente a la “cuestión nacional”, lo tiene claro. Los nacionalistas periféricos no van a poder realizar este desplazamiento porque en su alma no hay espacio para algo más que para la reivindicación nacional.

12) En un momento en el que la crisis económica se está transformando en crisis social, el único frente en el que puede realizarse tareas de agitación y propaganda con garantías de obtener rendimientos y teniendo en cuenta todo lo dicho hasta aquí, es en el “frente social”.  La izquierda ha desertado de ese frente. Lo ha hecho por distintos caminos: unos porque se han interesado más por los “movimientos de reivindicación sexual” (homosexuales, travestidos, feministas), otros han convertido reivindicaciones como el aborto y la píldora del día después, la violencia doméstica o el divorcio, en el eje de sus tarea reivindicativa. Otros lo han hecho en la ecología. Otros en la antiglobalización… defendiendo el “papeles para todos” primera consecuencia de la globalización que era como intentar apagar un fuego con petróleo.  Para colmo, la izquierda sindical se ha convertido en una burocracia amamantada por las ubres del poder, formada solamente por burócratas y por trabajadores de edades intermedias, con contratos fijos y ocupando puestos de capataces y mandos intermedios, que solo aspiran a las horas sindicales y a ser contratados como fijos por el sindicato. Ya no hay sindicalismo reivindicativo y el “sindicalismo de gestión” presentado como alternativa jamás ha existido. La realidad del sindicalismo actual es tan pobre que en las últimas elecciones UGT y CCOO llamaron a votar al “señor de los parados”, 4.250.000 carnés de paro le avalan. En cuanto al PP está completamente ausente de los movimientos sociales y sindicales y otro tanto les ocurre a los nacionalismos regionalistas presentes solo en redes culturales y poco más. En cuanto a la extrema-izquierda de otro tiempo, simplemente se ausentó sin dejar señas o se interesó por los movimientos sociales como paso previo a su desaparición del mundo político.

13) Este esquema sobre la correlación de fuerzas y la realidad, al menos de la militancia política de extrema-derecha con la que tengo relación, lleva directamente a la última conclusión: es preciso que este sector político intervenga en el mundo sindical y que los entre 1.500 y 2.000 militantes activos que debe tener en este momento, desembarquen en el mundo sindical. ¿Cómo? No, desde luego formando un sindicato nuevo, sino ingresando en sindicatos ya existentes (no faltan sindicatos independientes fuera de los subsidios y las traiciones a los trabajadores de las burocracias de UGT y CCOO). No disponemos de experiencia sindical suficiente como para fundar sindicatos propios, así que estamos obligados a adquirirla allí donde existe: en sindicatos independientes. Y contra antes, mejor.

14) En nuestra perspectiva es preciso no olvidar que:

- la crisis económica se transformará en crisis social entre septiembre 2009 y mayo 2010.

- cuando se produzca este proceso la única estructura que estará en condiciones de responder con movilizaciones y protestas será la sindical. Si no estamos presentes en el mundo sindical, no tendremos posibilidades de hacer oír nuestra voz. La pasividad de los sindicatos mayoritarios generará lo que ya se produjo con la huelga de los transportes en junio de 2008: que los sindicatos mayoritarios que rechazaban la huelga, fueron literalmente expulsados del mundo del transporte.

- dado que la crisis económica se está transformando en depresión y que una depresión es un proceso largo que se prolonga entre 6 y 12 años, hay que prever que la crisis social generada se transformará antes o después en crisis política. Ni PP ni PSOE podrán contener la fuga de votos que generará su paso por el poder sin haber resuelto la crisis económica.

- cuando aparezca la crisis política será el momento de extraer los beneficios del trabajo realizado en el mundo sindical, cristalizarlo en una potente organización política con un programa que contemple también una “perspectiva nacional” a contemplar con posterioridad a la superación de la crisis.

15) Finalmente, no hay que olvidar que el Estado de las Autonomías ha fracasado en la medida en que el “café para todos” suarista y el papel “bisagra” de los nacionalismo periféricos, lo han convertido en económicamente inviable. Pero los hechos regionales existen y existen las lenguas y las culturas regionales: hay que habilitar una fórmula para que coexistan con la necesaria e irrenunciable existencia de España (que, no lo olvidemos debe definir “misión y destino”) y con la irrupción y la necesidad de una Europa desde Finisterre a Vladivostok (nuestro “espacio de economía integrada”).

16) Será la crisis social devenida finalmente en crisis política la que facilitará la reforma de la constitución. En este sentido parece necesario aportar una propuesta: la necesaria disminución en el número de autonomías. Un país de las dimensiones y los recursos de España no puede alimentar a castas funcionariales de escribas autonómicos. Las 17 autonomías se deben reducir a la mitad como mínimo.

17) Es preciso llevar la lucha en defensa de la “preferencia nacional”, del plano “patriótico” en donde está muy forzada, al plano “social” que es su lugar natural. Eso, o de lo contrario, todos los esfuerzos empleados en promocionar el “patriotismo” serán reciclados por el PP o bien chocarán con la incomprensión.

18) Si no somos capaces de concentrar esfuerzos en los próximos meses (no digo ya años), perderemos la ocasión de tener protagonismo en la crisis social que se avecina y que no tendrá precedentes. Y esa falta de penetración en los medios social, impedirá el que podamos desarrollar un papel cuando se produzca la crisis política (que irremediablemente se producirá a causa de la persistencia de la depresión).

19) Dicho de otra manera: “Ahora o nunca”. Y si es “ahora”, es la hora del desembarco en el “frente social”. Las experiencias realizadas en Valencia en este terreno han sido ampliamente prometedoras: las ocupaciones de sedes del INEM y las marchas cívicas dentro de la ciudad ante las sedes de los sindicatos han suscitado aplausos y adhesiones cuantificables. Las únicas protestas e insultos han partido de los búnkeres sindicales de UGT y CCOO, que han reaccionado mal a los que osaban denunciarlos ante los trabajadores. Estas experiencias, realizadas en un momento en el que se estaba produciendo una campaña electoral, merecen ser examinadas con detenimiento, interpretadas, afinadas y multiplicadas. La única forma de influir en el mundo social es estar presente ahí. Dada la debilidad estructural de nuestras organizaciones y dadas las prioridades (a causa de la inexistencia de riesgo de desintegración del Estado, especialmente) es preciso cambiar el trabajo del “frente político-nacional” al “frente político-social”.


DOCUMENTO III
Apuntes para una estrategia ante la superdepresión (I de III).
CUESTION DE OBJETIVOS Y ESLABONES DÉBILES

1. Objetivos

La estrategia es el plan general de trabajo para la conquista de los objetivos políticos. El objetivo es aquella meta que se marca un movimiento político en función de la cual se enuncia el plan estratégico. Hoy, en este momento, a la hora de elaborar un plan estratégico es preciso plantearse qué objetivo se persigue. Para enunciarlo deberemos tener en cuenta:

1) La inalterabilidad del panorama político español en los últimos treinta años (el país ha sido dirigido invariablemente por el centro-derecha y por el centro-izquierda, solos o con el concurso de los dos eventuales aliados nacionalistas, PNV y CiU) se ha debido a que durante la transición el sistema político fue concebido como sostenido sobre los grandes columnas: PP y PSOE.

2) A lo largo de estos últimos treinta años, ambas columnas se han erosionado y han perdido la imagen positiva que podían tener, sin embargo, no han aparecido fuerzas políticas con entidad suficiente como para disputarles espacio. Los casos de corrupción, los ataques recíprocos, la degradación del sistema representativo, la ineficacia en la gestión de las crisis y el triunfalismo en los momentos de auge –sin que sepan exactamente a qué se deben los primeros y por qué se producen los segundos- ha hecho que cada opción se imponga a la otra, no tanto por méritos propios, como por demérito del adversario.

3) Dados los vínculos de la partidocracia con los consorcios mediáticos y dada su subordinación a los centros de poder económicos (plutocracia), parece difícil poder desbordar a los partidos allí en donde son amos de la cancha de juego, controlan el marcador y a los árbitros y ellos mismos, a fin de cuentas, son los que en 1978 marcaron las reglas del juego. Es inútil pretender vencerlos en este terreno.

4) Para desbordarlos, la política no es el terreno más adecuado. Recordamos, el caso de Le Pen a mediados de los años 80, cuando logró una cómoda presencia parlamentaria en la Asamblea Nacional: bastó que los partidos mayoritarios se coaligaran para modificar las reglas del juego y hacer imposible la presencia de diputados del Front. En Italia se han producido casos similares en una y otra dirección. Quien controla el poder y está aliado con los medios controla las reglas del juego: prestigia y desprestigia a su antojo y abre y cierra puertas a voluntad. No es en el terreno de la política, pues, en donde encontraremos el eslabón más débil de la cadena protectora del statu quo surgido en 1978.

5) Consideramos que la Constitución y el Estado de las Autonomías están prematuramente avejentados: han muerto de partidocracia y plutocracia, se han visto aquejados por un déficit democrático que hace que, cada vez más, el parlamento elegido en las urnas tenga menos que ver con las necesidades de la sociedad y la marcha de la misma. Los niveles de abstención oscilan entre el 35 y el 55% del cuerpo electoral y la participación política es mínima. No existen nexos de unión entre el diputado elegido y sus electores. Ni entre el programa aplicado por el partido vencedor y sus promesas electorales. La ley d’Hont, las listas cerradas y bloqueadas, el acceso a los medios de comunicación, el que solamente se distribuyan fondos públicos para los partidos que han obtenido cargos electos, todo ello contribuye a perpetuar una clase política parasitaria, ante el desinterés creciente de la sociedad y su divorcio de las esferas representativas.

Así pues, el problema que se plantea es ¿cuál es el eslabón más débil para derribar todo este entretejido de intereses empresariales, políticos y mediáticos?  ¿Por dónde puede romperse el sistema político español con más facilidad? ¿En dónde los equilibrios son más inestables y esa inestabilidad puede transformarse en ariete para derribar a la “banda de los cuatro” (PSOE, PP, PNV, CiU)?

- El “eslabón más débil” hoy no es la partidocracia: goza de buena salud, el crecimiento de UPyD parece haber alterado ligeramente los equilibrios pero, de momento, resulta muy difícil saber hasta dónde querrá llegar Rosa Díez en su cuestionamiento de la partidocracia e incluso si rechazará las voces de sirenas que le inducirán sin duda a integrarse como un partido más. La experiencia de estos últimos 30 años demuestra que por intolerables que sean los niveles de corrupción, por altísimo que sea el absentismo de la población, por pronunciado que sea el divorcio entre la clase política y la población, mientras ésta controle los mecanismos de poder con el apoyo de los consorcios mediáticos y del poder económico, aquí no cambiará la correlación de fuerzas políticas que se vienen prolongando desde la transición.

- El “eslabón más débil” hoy no es el “capital”: mientras el poder político no sea más que una proyección del poder económico y mientras la clase política siga comiendo de la mano del capital, éste jamás será cuestionado. Utilizando las más variadas teorías económicas, siempre se defenderá la hipótesis de que cuando el capital está creciendo hay que dejarle crecer porque así nos beneficiamos todos, mientras que cuando el capital está en crisis, el dinero público debe de apoyarlo para evitar su hundimiento. Repetimos: no estamos en una democracia formal, sino en una plutocracia real y los meses de experiencia de esta crisis demuestran que tanto el PP como el PSOE han estado de acuerdo en apoyar a los sectores que, precisamente, han sido quienes la han precipitado: patronal de la construcción y banca, especialmente, pero también patronal de hostelería y del automóvil. Y mientras el sistema esté configurado como lo está hoy, el capital siempre condicionará a la clase política y le seguirá dando de comer.

- El “eslabón más débil” hoy no son los “movimientos sociales” como opina la izquierda radical que en su búsqueda de una “clase revolucionaria objetiva” la ha buscado entre las minorías sexuales, entre los defensores del aborto libre, del ecologismo político, entre divorciados y okupas, o incluso entre anti taurinos, entre “antifas”, entre movimientos anti-racistas… Los “movimientos sociales” son, por definición, minoritarios y especialmente centrados en una temática muy específica, más allá de la cual, carecen de visión de conjunto. Frecuentemente se trata de fenómenos marginales sin impacto directo en la sociedad. Por otra parte, el basamento teórico de todos estos movimientos es demasiado simple, casi primitivo, como para poder jugar un papel relevante. Muchos de ellos, por lo demás, lejos de ser muestras de la disidencia social, no son sino elementos reforzantes de la partidocracia, muchos están configurados como ONGs fuertemente subvencionados y que de no existir tales ayudas públicas haría años que habrían desaparecido.

- El “eslabón más débil” no es, contrariamente a lo que algunos optimistas tienen tendencia a pensar, Internet. Si bien es cierto que ahí la información circula libremente y que el peso de los grandes consorcios mediáticos es menor, existiendo por tanto, más posibilidades para acceder a una información libre, no es menos cierto que para una correcta utilización de Internet en ese sentido es preciso estar dotado de espíritu crítico y que los distintos programas educativos aprobados en los últimos 35 años desde la Ley General de Educación de Villar Palasí, hasta las incesantes y anuales reformas educativas actuales, el denominador común ha sido una creciente amputación de la capacidad crítica de los alumnos. Por otra parte, Internet, en su estadio actual de desarrollo, solamente puede ser considerado como un “medio auxiliar” para desencadenar un proceso desestabilizar del sistema político, no como el medio por excelencia.

- El “eslabón más débil” no son los medios de comunicación. La apelación a la “libertad de información” no es más que mera parafernalia para encubrir el hecho fatal de que los profesionales de la información se deben a sus empresas y estas a los capitales que las mantienen. Frecuentemente, algunos medios prefieren incluso no publicar noticias que harían aumentar el número de sus lectores, a cambio de publicidad institucional. El papel de la mayoría de medios de comunicación ante los 192 muertos del 11-M indica hasta qué punto se han alcanzado niveles desaprensivos y hasta qué punto se está dispuesto a ignorar que la mayor masacre de la historia de España no tiene paternidad reconocida. Los medios de comunicación no están interesados en promover campañas demoledoras contra ninguno de los grandes partidos, aunque en sus redacciones lleguen constantemente informaciones sobre corruptelas. Los periodistas están hoy maniatados por los intereses de sus empresas y éstas tienen solamente un objetivo: apuntalar el sistema partidocrático cuando éste lo requiera.

-El “eslabón más débil” no es la juventud: si a finales de los años 60 algunos pudieron llegar a creer que la juventud sustituiría al proletariado como clase objetivamente revolucionaria, ni entonces ni ahora tenían razón. La juventud no es un grupo social homogéneo. Sus intereses son múltiples y contrapuestos. En los últimos treinta años, los jóvenes se han despolitizado progresivamente y han realizado un repliegue hacia lo individual. Los bajos salarios, la precariedad laboral, el hecho de que ni siquiera un título universitario garantice trabajo ni dé acceso a  un nivel de vida digno, ha hecho que de los jóvenes, en general, uno de los sectores más pasivos de la sociedad. Realmente, ni siquiera es un nihilismo activo lo que muestra la juventud, sino simplemente una apatía y un desinterés incluso a la hora de encarar sus propios problemas… en este sentido cabe decir que los programas de estudio de los últimos 30 años han cumplido su objetivo: modelar a la juventud como grupo social fundamentalmente pasivo y ajeno a los problemas políticos y sociales de su tiempo.

- El “eslabón más débil” no son los “poderes fácticos” como lo fueron durante la transición. Magistratura, policía y fuerzas de orden público, fuerzas armadas, no tienen ya ninguna iniciativa en la sociedad, ni intención de influir como en otro tiempo. Simplemente se han reducido a ser clases funcionariales cuyo salario es pagado por el Estado al que le deben fidelidad gobierne quien gobierne. De hecho, la novedad es que los otrora “poderes fácticos” se han convertido en dóciles subordinados de la clase política: las fuerzas aéreas sirven para poco más que para custodiar el espacio aéreo lituano o para trasladar en la flota de Falcon 800 a los mandamases de turno como si de nuevos ricos se tratara; la marina no es más que un agrupación de barcos dirigidas hacia aquí y hacia allí según las conveniencias del gobierno que ni siquiera es capaz de asignarles misiones claras y otro tanto ocurre con nuestras fuerzas terrestres, presentes en todo el mundo…  habitualmente allí en donde los intereses de la defensa nacional no están en juego. En cuanto a la magistratura, los “jueces estrella” y su afán de protagonismo han sustituido a la percepción que se tuvo de ella como poder. Y en cuanto a las fuerzas de orden pública, su papel ni su opinión se tienen en cuenta a la hora de elaborar las líneas básicas de la seguridad ciudadana. Las clases funcionariales jamás son “eslabones débiles” sino, seguramente, constituyen los tramos más sólidos de la cadena.
Si todos estos sectores no son los “eslabones débiles” del sistema plutocrático ¿en dónde pueden radicar los puntos de fractura?: En las clases trabajadoras.

Será preciso redefinir lo que entendemos por “clases trabajadoras”, algo que tienen poco que ver con el concepto marxista (derivado del papel ocupado en el proceso de producción). En nuestra opinión este concepto engloba a dos sectores:

- la clase obrera tradicional compuesta por obreros manuales empleados en fábricas y

- las clases medias que ocupan desde puestos de mando intermedios, profesiones liberales, autónomos.

Y hay dos buenos motivos para considerarlos como “eslabón más débil”:

1) La clase obrera tradicional está hoy más que nunca amenazada por tres fenómenos implacables:

- el paro (la solución más fácil ante la crisis de las empresas es reducir personal, luego, estimular el paro)

- la competencia desleal de la inmigración que acepta trabajar al precio de dumping laboral: puestos a contratar, un patrono prefiere sobre todo contratar a trabajadores que están dispuestos a rendir el doble por la mitad del salario: los inmigrantes.

- la deslocalización empresarial que reduce globalmente la demanda de mano de obra transfiriendo hacia el “tercer mundo” la contratación de la fuerza de trabajo.
Mientras persistan las actuales circunstancias económicas (depresión – globalización) estos tres factores jugarán fatalmente contra la clase obrera tradicional

2) Las clases medias, a pesar de su heterogeneidad (valdría la pena aquí releer a Max Weber y a su teoría de los diferentes “status” de este grupo social (status político, status económico y prestigio social) se ven amenazadas actualmente por cuatro fenómenos implacables e inseparables de la actual fase de la depresión:

- descenso de sus ingresos globales al ralentizarse la actividad económica, este descenso llega incluso a situarlas ante el fantasma del paro y, especialmente, de la “proletarización”.

- aumento de la presión fiscal directa e indirecta en la medida en que aumenta el endeudamiento a causa del gasto público. La opinión de los economistas “liberales” consiste en afirmar que si se aumenta la presión fiscal sobre las clases favorecidas se produce un retraimiento de la inversión (por tanto más paro), mientras que si se aumentan los impuestos al consumo, el Estado aumenta ingresos y la presión pasa más desapercibida… especialmente porque se aplica sobre las clases medias.

- sensación de que su preparación y capacidades no se corresponde con sus niveles de renta procedentes del trabajo y que otros sectores sociales mucho menos preparados tienen acceso con más facilidad a los grandes mercados de consumo. A partir de esta constatación se genera en las clases medias un resentimiento creciente ante la estabilidad defendida por el sistema político-económico.

- cambio en su percepción ante el futuro, introduciendo en sus vidas el factor inseguridad en unas capas sociales que, por definición, buscan garantías y seguridades ante el futuro. Este elemento introduce en las clases medias un factor de incertidumbre que se resuelve, frecuentemente con actitudes de desconfianza que puede llegar hasta el rechazo visceral ante su situación.

Así pues, en nuestra opinión:

Los eslabones más débiles del actual sistema socio-económico son las clases medias y la clase obrera. En situaciones de auge económico, el espejismo del consumo y del crédito les hubiera seguido engañando sobre sus posibilidades de futuro, pero en una situación de quiebra del sistema surgido de Bretton Woods, y, especialmente, ante la perspectiva de una larga y dura depresión, estas clases seguirán siendo, mientras dure la depresión, los eslabones más débiles y esto implica que puede ser ganadas para una tarea de desestabilización del sistema político surgido en 1978 y ya hoy completamente agotado.

El grupo social “target” es precisamente éste: clases medias y clase obreras, lo que hemos definido como “clases trabajadoras”. Por primera vez en la historia sus intereses son coincidentes y las amenazas que deben afrontar son exactamente iguales.

El objetivo es: lograr que el desgaste de la partidocracia y de sus mecanismos de poder sea tal a lo largo de toda la fase de “crisis social” (que, véase el anterior documento sobre el “frente político social”) que cuando, la prolongación de la depresión, precipite la “crisis política”, el potencial de frustración y la necesidad de cambio de las clases trabajadoras (clase media más clase obrera) sea el ariete con las dos columnas sobre las que se sostiene el actual sistema político español.


Apuntes para una estrategia ante la superdepresión (II de III)
ASPECTOS ESTRATEGICOS

A partir de este objetivo ya es posible definir un esbozo de estrategia. Esa estrategia se basa en dos elementos: Irrumpir en el “frente social” y Trabajar “en red”. Veamos lo que significa cada uno de estos conceptos.

1) Irrumpir en el “frente social”: implica hacerlo a través de los sindicatos. Habrá que definir el por qué realizamos esta afirmación y por qué creemos que es el único frente que, en el momento actual, puede aportar rendimientos. El “frente sindical” es particularmente vulnerable a causa de motivos acumulados en los últimos veinte años:

- La estabilidad del “frente social” se concreta por la falta de combatividad de unos sindicatos cuyas burocracias dirigentes, más que castradas, han sido compradas al peso. A esas burocracias es a lo que, a partir de ahora, llamaremos “mafia sindical”.

- Actualmente, los “sindicatos de clase” no tienen nada que ver con los que existieron en el pasado: no están formados por “obreros”, sino especialmente por mandos intermedios que disponen de contratos de trabajo fijos y apenas buscan nada más que horas sindicales y abandonar los tajos por puestos en la burocracia sindical. La baja afiliación sindical y el hecho de que nadie en las fábricas y tajos ignore que la mayoría de cargos sindicales tienen objetivos personales que no tienen nada que ver con las reivindicaciones obreras. En cuanto a los ingresos, ya no proceden de cuotas, sino de subsidios, cursos de capacitación laboral y subsidios de los distintos niveles de la administración y solamente en última instancia y casi a título anecdótico de cuotas de afiliados. Así funcionan las “mafias sindicales”.

- Desbordar y romper las mafias sindicales solamente puede hacerse desde el mundo sindical, no desde el mundo político, ni mucho menos desde la denuncia. Por otra parte, lo que a nosotros nos puede interesar no es tanto denunciar a la “mafia sindical” en sí mismo, como transformar esa denuncia en fuerza de agitación contra el sistema político-económico.

- ¿Es posible romper el poder de la “mafia sindical”? Sí, sin duda: la posición de CCOO y de UGT se va a hacer progresivamente insoportable, especialmente a partir del último trimestre de 2009 y primero de 2010. La posición de unos sindicatos que “recomiendan” el voto para quien les paga, el PSOE, ¡con 4.000.000 de parados generados por ese mismo PSOE! es algo completamente insostenible a corto plazo. De ahí que cualquier ofensiva contra los sindicatos mayoritarios desde dentro del mundo sindical tenga a su favor la difícil posición de las burocracias sindicales.

- El PSOE quiere tranquilidad en el frente sindical para poder aplicar lo que entiende por “reformas”: reforma del mercado laboral y reforma del sistema de pensiones. El PP haría exactamente lo mismo. Si hasta ahora no han operado estas reformas, no se ha debido a la oposición de los sindicatos, sino al hecho de electoralmente tendría un coste para ellos insoportable. Las aplicarán justo después del próximo proceso electoral. ZP (y el PP) utilizan a las “mafias sindicales” en su calidad de “agentes sociales” para cubrir el hecho incontrovertible de que las reformas a las que aspiran apuntan contra las clases medias y la clase obrera. En realidad hay que defender la idea de que las ”mafias sindicales” no son “agentes” de nada, se representan a sí mismas y no pueden seguir hablando en nombre de los trabajadores solamente porque el poder que los subsidia ha decidido que así debe ser.

Así pues, todo esto implica que existe la posibilidad de intervenir en el mundo sindical reforzando a los sindicatos independientes a través de los cuales se puede:

1) Denunciar el origen de la crisis económica y el hecho de que el gobierno apoya a los responsables de la crisis y acalla a los trabajadores comprando al peso a las “mafias sindicales”.

2) Denuncia de la falta de ideas y de alternativas para salir de la crisis. Ni el PP es un “proyecto alternativo” al del PSOE, ni viceversa. Ambos partidos están a favor de la “reforma del mercado laboral” y de la “reforma del sistema de pensiones”.

3) Denuncia de la política suicida iniciada por el PP y amplificada por el PSOE en materia de inmigración y defensa de la “preferencia nacional”, esto es, del derecho a los trabajadores españoles a tener la prioridad en el acceso a subsidios y puestos de trabajo.

4) Denuncia de la práctica del “pan para hoy hambre para mañana” iniciada por el gobierno mediante el aumento del gasto público.

Si esta denuncia se realiza a través de partidos políticos formales, jamás llegará a los trabajadores: estamos ante una sociedad despolitizada, que ha vuelto la espalda no solamente a los partidos políticos que gobiernan, sino a la política en general. Por tanto, un mínimo criterio de proximidad y economía de medios induce casi automáticamente a:

- actuar en el mundo sindical siguiendo la ley básica del método de masas: llevar lo particular a lo global, llevar la denuncia de la crisis económica y de la situación precaria de las clases trabajadoras a la crisis global del sistema (primero crisis económica, luego depresión, más tarde crisis social y, finalmente, crisis política). Dicho con otras palabras: denuncio las precarización de las condiciones laborales para demostrar que mientras persista la partidocracia, las “mafias sindicales” y la plutocracia, la situación no tendrá remedio. Luego para cambiar las condiciones de precariedad laboral será preciso cambiar las reglas de juego político.

- aprovechar la estructura de los sindicatos independientes como arietes contra el “sindicalismo oficial” y, por tanto, para romper el eslabón más débil del sistema político-social español. Nosotros no disponemos de fuerza suficiente para crear sindicatos propios, pero sí estamos en condiciones de injertar a unos cuantos cientos de trabajadores en los sindicatos independientes y realizar la denuncia de las “mafias sindicales” a partir de esas tribunas, sin el riesgo que supone el que esas mafias se atrincheren en los eslóganes fáciles que hemos oído y que engloban las calificaciones de “xenófobos, racistas, ultras, etc.”. Quienes denuncian a las “mafias sindicales” son otros sindicatos conocidos y con tradición propia, por tanto inatacables.

- si lo que se pretende es realizar una denuncia y romper la hegemonía de los sindicatos en el medio social, habrá necesariamente que trabajar en el medio social a través de otros sindicatos que puedan jugar el papel de alternativa y a los que podemos aportar una perspectiva más amplia más que el simple “sindicalismo” reivindicativo o de gestión. Lo que proponemos no es llevar una pancarta el 1º de mayo, sino el realizar una denuncia de las mafias sindicales allí en donde esa denuncia puede ser más eficaz, y hacerlo desde una estructura irreprochable: otros sindicatos. Una denuncia a la mafia sindical a partir de partidos de extrema-derecha no tendría capacidad de penetración: esos mismos argumentos incorporados al arsenal de los sindicatos independientes puede hacer saltar por los aires el eslabón más débil del sistema político-social español.

2) Actuar “en red”: entendemos por “actuar en red” cuando lo hacemos a través de distintas mallas de relaciones interconectadas unas con otras, dotadas de un mismo plan estratégico pero disponiendo de autonomía táctica.

Ejemplo de actuación “en red”: distintos camaradas trabajando en el interior del Club de la Harley, o de las Hermandades de la Legión, o de Hermandades Católicas, de los sindicatos independientes, o de círculos culturales, etc, etc, son, en sí mismas, redes de afinidad creadas en función de afinidades, actividades o proyectos. A través de estas redes pueden vehiculizarse y popularizarse “temas” y, al mismo tiempo, articularse respuestas a los problemas de hoy.

Hasta ahora, el error de la extrema-derecha ha consistido en concentrar esfuerzos en el mantenimiento de aparatos políticos propios de influencia muy limitada, olvidando que sus militantes, en tanto que personas, pertenecen a distintas “redes”: los clientes del bar que se frecuenta, el equipo de fútbol que se apoya, el club social al que se pertenece, la APA de la que se es miembro, el sindicato que se apoya, la propia familia, el propio vecindario, etc. Con solamente un millar de militantes es posible extender el campo de aplicación a varios miles de simpatizantes sobre los que se puede operar difundiendo ideas. Y esto es eficaz, siempre y cuando se den dos circunstancias:

- cuando exista un nexo central en toda la actividad de las distintas redes que remita a los mismos puntos: pérdida de identidad nacional, impacto negativo de la inmigración, lucha contra la globalización, etc. Este “nexo central” es el constituido por las formaciones políticas patrióticas actualmente existentes y que necesariamente deben converger en un máximo de tres siglas.

- cuando el aparato central del partido político esté en condiciones de realizar un nivel de actividades y de difusión de documentos y planteamientos que cada elemento situado en cualquier red social ser capaz de adaptarlos a las necesidades, la lógica y los planteamientos de su red.

Es en este terreno en el que, al menos en la fase en la que la depresión desencadena la crisis social, puede refugiarse la “actividad patriótica”. Sostenemos que en esta fase: la acción social debe constituir el “vector principal” de actividad y este vector debe desarrollarse, fundamentalmente en el mundo de los trabajadores, pero existen, así mismo, “vectores secundarios”.

El “vector patriótico” es, desde luego, uno de ellos. Secundario, pero reconducible a partir del principio de “preferencia nacional” y a la idea de “patriotismo social”. Solo así, la acción patriótica puede insertarse –en esta fase- en un contexto mayor y más eficaz.

Si circunscribimos la “acción patriótica” a problemas inexistentes o que nadie percibe como tales (la “unidad nacional” que muy pocos cuestionan y que no tiene posibilidades de romperse por los motivos que ya hemos expuesto) será completamente estéril, pero si en esta fase de la depresión insistimos, a través de fundaciones, partidos, anillos de internet, revistas, etc, en la “preferencia nacional para los trabajadores españoles” y en la defensa de la industria española frente a la deslocalización querida y traída por la globalización, estamos realizando una alta tarea patriótica… en el medio económico-social, el más permeable hoy por hoy. En cambio si nos concentramos en la defensa de la unidad nacional en el plano político nos enfrentamos al vacío más absoluto en tanto la inmensa mayoría de la población ni contempla esta posibilidad, ni la tiene como el centro de sus intereses.

El trabajo en red, tiene además otras contrapartidas ventajosas:

- Permite que los pequeños partidos actuales sigan existiendo.

- De un lado sus militantes tenderán a colaborar en el interior de redes comunes, habituándose a una sinergia que vaya más allá de los altos muros de su propia sigla.

- De otro se insertará en la política real que nunca se realiza en el interior del local del propio partido, sino en medios sociales muy diversos en los que se pretende ganar peso.

- Finalmente, este estilo de trabajo permite que militantes y direcciones de distintos grupos impulsen fundaciones y ONGs comunes en torno a temas en los que el fraccionamiento solamente entraña debilidad y dispersión de fuerzas.

Por ejemplo: una fundación patriótica impulsada en común puede desarrollar campañas unitarias a favor de la españolidad de Canarias, Ceuta o Melilla. No son, desde luego, “vectores principales” del trabajo, pero sí puede servir para movilizar simpatías de sectores sociales que experimentan estos problemas con singular intensidad.

Otro tanto cabe decir de los problemas del aborto, o de la solidaridad con pueblos oprimidos o con la acción de círculos culturales, etc. Son formas “redes” que pueden habituar a trabajar juntos a militantes de distintas organizaciones a la vista de que las posiciones a adoptar ante esos temas serán –seguramente en la mayoría de los casos- idénticas.

Resumen:

Es lo que llamamos: la estrategia de los dos vectores apuntando contra las dos columnas del sistema basada en:

- Vector principal: trabajo en el medio sindical denunciando a las “mafias sindicales” y movilizando a los trabajadores contra las políticas económico-sociales del PP y del PSOE.

- Vector segundario: trabajo en red en otros sectores, facilitando la penetración en los ambientes sociales más diversos y la colaboración entre militantes de distintas fuerzas.
Apuntes para una estrategia ante la superdepresión (III de III)
ALGUNOS ASPECTOS TÁCTICOS Y ANEXOS

Las tácticas son las distintas formas de aplicación del plan estratégico. Aquí no estamos en condiciones de apurar todos los aspectos tácticas de la cuestión pero sí de apuntar unos pocos. Las tácticas concretas que se sugieren son tres: 1) Desembarco en sindicatos independientes. 2) Empleo de temas de agit-prop de carácter social y 3) Sinergia entre acción política y acción sindical. Podemos desarrollarlos brevemente:

1) Desembarco en sindicatos independientes

Esto implica:

- Desviar a unos cuantos cientos de militantes políticos hacia los sindicatos independientes.

- Aumentar el nivel de agitación y combatividad de estos sindicatos.

- Insistir particularmente en la movilización y en la protesta de los parados ante las oficinas del INEM y ante las sedes de los sindicatos domesticados.

- Hacer un eje central de la denuncia a los sindicatos domesticados y a la “mafia sindical”.

- Superar el concepto de “sindicatos reivindicativos” y de “sindicatos de gestión” por el de “sindicatos de autodefensa” que actúan en cuatro dirección: contra las mafias sindicales, contra los intentos del PP y de PSOE de imponer “reforma de las pensiones” y “reforma del mercado laboral”, contra los problemas generados por la globalización (inmigración – deslocalización) y contra los problemas concretos de cada sector laboral.

2) Ejes de agitación y propaganda sobre temática social:


- Preferencia nacional.

- Repatriación de los inmigrantes  en paro.

- Medidas de proteccionismo económico y reindustrialización del país.

- Necesidad de una planificación económica a nivel europeo.

- Defensa de las clases medias y de los trabajadores.

- Urgencia por establecer un nuevo orden económico internacional en el espacio euro-ruso basado en la emancipación absoluta del mundo financiero anglo-sajón origen de todas las crisis.

3) Sinergia entre acción política y acción entre los trabajadores:

- Patriotismo social como única forma de concebir el patriotismo ante la depresión.

- Redes propias en medios sindicales.

- Lucha contra la corrupción y su matriz, la partidocracia

- Lucha contra las carencias democráticas impuestas por la plutocracia

- Lucha contra las mafias sindicales y denuncia de su acción deletérea contra los trabajadores

- La defensa de las clases medias y los trabajadores precisa de nuevos instrumentos políticos y de un nuevo marco democrático ausente de la constitución de 1978.

- No se propone un “partido de clase”, sino un partido de las gentes honestas, de los que no han generado la crisis, pero sobre cuyas espaldas el Estado carga el peso de la crisis

Resumen: ¿De qué se trata, en definitiva?

a) De despertar a las clases medias y a los trabajadores, conseguir que perciban la naturaleza y el alcance de sus enemigos naturales: la globalización, el capital financiero, las mafias sindicales, la partidocracia y la plutocracia.

b) Renovar estructuras sindicales creadas en el siglo XIX para combatir hoy las consecuencias extremas del liberalismo económico.

c) Completar la actividad hoy limitada de los sindicatos independientes induciendo mayores dosis de militantismo y exteriorizando más su actividad.

d) Desgastar a la partidocracia demostrando como actúa en el mundo sindical, impulsando y subsidiando mafias.

e) Mientras dure la crisis social y la depresión, trabajar en el medio sindical, para estar en condiciones de dar la batalla en el plano político cuando la crisis social se transforme por efecto de la depresión, en crisis política. Esto hoy no puede hacerse dada la debilidad de nuestros aparatos políticos.

Errores posibles:


1) Creer que se va a hacer “sindicalismo”: nuestros militantes van a denunciar sobre todo el papel de las burocracias y de las mafias sindicales. Se va a protestar contra el gobierno y se va a intentar movilizar al mayor número de gente, pero no pueden agotarse la actividad en meras reivindicaciones laborales.

2) Creer que con sindicatos propios se lograría algo parecido: crear estructuras sindicales es costoso y precisa experiencia sindical acumulada que hoy no existe. Es mucho más simple aprovechar estructuras sindicales ya existentes y con tradición propia intentando reavivarlas.

3) Olvidar que el fin de la actividad en el medio sindical, no debe agotarse en ese medio sino que es preciso conducirla hacia el político. Y eso pasa a través de acciones constantes de protesta contra las políticas gubernamentales y sus voceros en el medio obrero.

4) Intentar convertir a los sindicatos en partidos patrióticos: los sindicatos son asociaciones obreras que jamás podrán ir mucho más allá de las protestas sociales. Una cosa es el “partido patriótico” y otra muy distinta el militante de estos partidos que realiza un trabajo en el “vector social”.

5) Olvidar trabajar en “vectores secundarios”, fiándolo todo en exclusiva a la acción en el medio sindica, cuando es preciso estar presente mediante la “actuación en red” en otros frentes secundarios, pero en los que nuestra presencia puede ser real y efectiva.

Algunas ideas-fuerza a utilizar:

a) “El Estado tiene dinero, pero lo administra mal. Hay que forzar al Estado a que invierta en políticas sociales y menos en gastos suntuarios y despilfarro”.

b) “Es posible bajar impuestos y aumentar las coberturas sociales para españoles: repatriando inmigrantes en paro”.

c) “Ni un solo euro para quienes han generado la crisis: banca, patronal de hostelería, cajas de ahorro, patronal de la construcción…”

d) “Que paguen los que crean la crisis: impuesto sobre la contratación de inmigrantes e impuesto sobre la deslocalización empresarial”.

e) “UGT y COOO = mafias sindicales amamantadas desde el poder, se representan a sí mismos, no son mis “agentes sociales””.

f) “Preferencia nacional para coberturas, ayudas y puestos de trabajo”

g) “Aligeramiento del gasto público: menos funcionarios, menos autonomías, menos Estado”

h) “No hay más patriotismo que el social, todo lo demás es el último refugio de los bandidos”

i) “La corrupción es a la partidocracia, lo que la Luna a la Tierra: viajan juntas”.

j) “Defensa de la familia y de la maternidad, ayudas sociales para las parejas jóvenes, reducciones fiscales, facilidad para viviendas dignas: todo lo que niega ZP”

k) “Hoy, asumir la autodefensa de la sociedad: mañana exigir responsabilidades por la imprevisión ante la crisis”

Apuntes sobre la cuestión geográfica:

Existen algunas zonas de “interés preferencial” para operar:

a) Zonas en las que la inmigración está por encima del 5%. Salvo algunas zonas de Galiza y de la Meseta Castellana y algunas zonas de Aragón, prácticamente en todo el Estado la inmigración está hoy por encima del 7%. Donde no hay apenas inmigración nuestro margen de maniobra se reduce notoriamente.

b) Las zonas de inmigración no son homogéneas: existe una fuerte concentración en la zona mediterránea, especialmente en Catalunya, en Andalucía y en Madrid y su cinturón industrial.

c) Dos ejes en los que se organizan estas zonas: el eje principal es el eje Extremadura-Valencia, el eje secundario es Cantabria-Sevilla. Madrid queda en el Centro. Los cuadrantes del Este peninsular registran más concentración de inmigrantes y los síntomas de crisis son más graves.

d) Catalunya tiene una situación particular: la parte positiva es que allí existe una fuerza hegemónica en el movimiento anti-inmigración, la parte negativa que en Catalunya existe el mayor número de inmigrantes, con la mayor concentración de inmigrantes en paro y con el mayor número de inmigrantes islámicos. Por todo ello, lo dicho aquí merecería ser abordado de otra manera en Catalunya.

e) Se trata de concentrar esfuerzos en función de la ecuación: posibilidad de trabajo = paro x inmigración + nº de militantes que debería dar un resultado superior a “350” para considerar que existen buenas condiciones para realizar trabajo político como el aquí expuesto. P.ej.: una localidad con 20% de paro, 15% de inmigración, 60 militantes movilizables, da 20x15=300 + 60 = 360, luego será una zona favorable para el trabajo político de nuestra área. En las zonas donde se den estas cifras habrá que concentrar esfuerzos.

f) “Zonas de Combate”: Ceuta, Melilla y Canarias, reivindicadas por Mohamed VI y sometidas a una penetración demográfica constante por parte de ciudadanos marroquíes. Estas zonas se convertirán en verdaderos hervideros en los próximos años y especialmente cuando Mohamed VI aumente la presión reivindicativa.

Necesidades subjetivas:

1) Simplificar el discurso político, evitar hacer de él un discurso para “iniciados” repleto de una jerga indescifrable para quien no pertenece a nuestro ambiente ni a nuestra tradición política.

2) Elaborar un discurso político eminentemente agitativo y desterrando todo aquello que no tenga capacidad de transformarse en elemento de agitación. Desterrar por completo las sofisticaciones ideológicas e insistir en las claves político-sociales.

3) Que el discurso elaborado corresponda a problemas reales experimentados por determinados grupos sociales, esto facilitará su capacidad de penetración en esos medios.

4) Que exista un “frente interior” tranquilo: es decir, que cesen los zarpazos, aguijonazos, malentendidos y macutazos que han ido desgarrando al “área” y sumiéndolo en una permanente pelea interior a navajazos. En este sentido es preciso elaborar una lista negra de chalados, indeseables, resentidos e intoxicadores obsesivos (o de los que comparten todos esos rasgos que los hay).

5) Que se disponga de medios económicos suficientes como para abordar tanto el “vector principal” como los “vectores secundarios” y sea posible mantener unos niveles de agitación y propaganda adecuados.

6) Que se disponga de documentos de trabajo, circulares internas, monografías, revistas, portal propio en Internet, editoriales y revistas propias.

7) Que el “área” pase de ser un magma en el que bullen docena y media de siglas divididas en tres áreas, a tener una voz y una entidad única que inevitablemente tendrá que ser un partido con tendencias o con “distintas sensibilidades”, pero dotado de un proyecto único.

8) El eje de este partido no puede ser otro más que las fuerzas anti-inmigración, las cuales registran distintos niveles de dinamismo, pero unos planteamientos muy similares en todas. La coordinación entre este sector es esencial para cualquier otra operación posterior.

9) A la vista de la creciente reducción del ambiente falangista a una dimensión esquelética y a la vista de su visible inadecuación formal para una lucha política en el siglo XXI, creemos que sería cuestión nuevamente de que los falangistas se replantearan su transformación en una Fundación para la Preservación del Pensamiento Joseantoniana y, a partir de ahí, inhibidos de las necesidades de la lucha política, se estructuraran como una “red” que trabajara coordinadamente con otros sectores del “área”.

10) En lo que se refiere al sector católico, estas últimas elecciones le habrán demostrado el techo de los planteamientos exclusivamente basados en temas como el aborto y de los temas específicamente católicos. Tales temas, sin embargo, son susceptibles de estar representados en el programa de un frente más amplio (reconocimiento a la tradición católica presente en la historia de España, oposición al aborto, defensa de la familia, necesidad de una ética y una moral etc.) a condición de reconocer la necesidad de una repatriación de los inmigrantes en paro, la necesidad de políticas que protejan la identidad europea y la necesidad de políticas sociales y económicas anti-liberales.

11) Sea cual fuere la forma organizativa de un partido que represente a los esencial del área en el futuro, éste deberá tener dos características:
- ser un partido con tendencias y
- construirse por fases, gradualmente.


DOCUMENTO IV
RESUMEN APRESURADO

Infokrisis.- En los últimos 10 días hemos publicado tres documentos para la reflexión que han sido leídos cada uno de ellos por casi 2.000 personas en apenas unos días, suscitando más comentarios de los que nos imaginábamos. El primer documento titulado Un pequeño análisis de los resultados electorales y algunas propuestas, fue seguido, casi de manera natural por otras dos series tituladas: Del Frente Político Nacional al Frente Político Social y por Apuntes para una estrategia ante la super-depresión. Hemos considerado necesario realizar un resumen en forma de preguntas y respuestas, más simples y accesibles.

1. La esencia de la coyuntura

¿Cómo resumes la situación del momento?


Es simple: la crisis económica se está transformando en depresión. Las depresiones tienen un ciclo de entre 8 y 12 años. De ahí que es previsible que entre el último trimestre del año y el primero de 2010, la crisis económica precipite una crisis social. Pero una crisis social no puede prolongarse durante toda una depresión. De ahí que, antes o después, la crisis social se transformará inevitablemente en crisis política. Y este razonamiento es el primero que no hay que perder de vista.

¿Qué caracteriza a una crisis social?


En primer lugar, el empobrecimiento de las clases medias y trabajadoras el paro generalizado. España puede aguantar hasta 5.000.000 de parados, más no. Y se superarán ampliamente en 2010. El gasto público aumentará extraordinariamente, para mantenerlo el Estado deberá emitir más deuda y, además, hacerla atractiva: esto será aún más contraproducente, el capital inversor, en lugar de orientarse hacia la inversión en la empresa privada, se orientará hacia el Estado (mucho más seguro como inversión que la empresa privada). El paro, por tanto, seguirá subiendo y el mecanismo no arrancará.

¿Y esto qué consecuencias directas tendrá?

La primera de todas, es que la crisis social desplazará a cualquier otra del panorama. Durante todo el tiempo en que se prolongue lo único que va a interesar a capas cada vez más amplias de la sociedad, es cómo sobrevivir, de qué comer cada día, cómo salir adelante. Cualquier otra consideración pasará a segundo plano y no logrará movilizar ni resortes, ni energías. Antes o después, alguien señalará a los responsables: PP y PSOE. La crisis social se habrá transformado en política.

¿Tú crees que la crisis social desplazará de la escena a la crisis del Estado y al problema autonómico?

De hecho, ya lo ha desplazado: Victoria del PP en las elecciones gallegas y marcha atrás en la política lingüística en esa autonomía. Victoria del PSV y formación del primer gobierno estatalista en la autonomía vasca, apoyado por el PP. Manifestación contra la política lingüística en Baleares. Deterioro de la estabilidad electoral de los dos socios del PSC (ERC e ICV). Y como colofón, sensación de afianzamiento de UPyD que permite pensar que en unas próximas elecciones, tendrá grupo parlamentario… desplazando a PNV y CiU de su papel de bisagra. Si a esto añadimos que el jacobinismo está presente todavía en amplios sectores del PSOE y que el PP siempre se ha manifestado a favor de la "unidad del Estado"… ¿dónde está el riesgo desintegrador de España? ¿en cuatro gilipollas pitando en un partido de fútbol? No hay que confundir un problema de orden público con un problema político.

2. La "cuestión de la vertebración del Estado"

Entonces tú excluyes problemas separatistas…


Seguirá el eterno raca-raca nacionalista, cada vez más silenciado por el ruido de la crisis económico-social. Para colmo, hay otro hecho capital: la Unión Europea es una "unión de Estados Nacionales". Paradójicamente, nuestra póliza de seguro como "nación" es precisamente nuestra adscripción a la Unión Europea. ¿Le interesa a algún país de la Unión permitir el que en algún lugar de la misma se abra un proceso independentista que inmediatamente se contagiaría a todos los países de la UE? Es evidente que no. ¿Entonces a qué esa preocupación por un problema que cada vez es menor?

Sin embargo, el terrorismo separatista…

En la comunidad vasca solamente existe un terrorismo residual, en Catalunya hace casi 20 años se extinguió el ridículo terrorismo independentista… ¿en dónde más? Además, toda la sociedad española está de acuerdo en el "leña al mono" terrorista. Solamente un deficiente mental como ZP pudo pensar en un "proceso de paz" cuando ETA estaba contra las cuerdas. Nadie en la sociedad española discute que la vía policial puede hoy resolver el problema con facilidad. Hace unos años, algunos discutían sobre la cadena perpetua. Hoy, lo odioso de cada atentado ha conseguido que la sociedad española casi unánimemente la admita como castigo para delitos de terrorismo.

Así pues, para ti, el eje de una acción política alternativa para los próximos años no será la "defensa de la unidad nacional"…

Si la unidad del Estado no está en riesgo, si la derecha manifiesta siempre y en todo momento su voluntad de no cuestionar la unidad del Estado, si, para colmo la UE garantiza esa unidad, si el terrorismo separatista está machacado, si UPyD va a restar protagonismo a los nacionalistas a la hora de componer mayorías, si el nacionalismo ya ha entrado en reflujo en Galizia, Catalunya y País Vasco… entonces ¿me quieres decir donde está el riesgo para la unidad nacional? ¿dónde se cuantifican esos riesgos, dónde se ubican?

¿Pero en Catalunya todavía puede haber sobresaltos?

El único fleco que queda pendiente es la resolución del Tribunal Constitucional sobre el Nou Estatut. Sea cual sea, con la que está cayendo a nivel económico, a Catalunya solamente le falta una aventurilla independentista para desintegrarse ella misma y sin ayuda de nadie. En Catalunya hay la mayor tasa de desempleo de todo el Estado, el proceso más acelerado de destrucción de empleo, el menor crecimiento demográfico de la población autóctona, una ausencia total de planes de reindustrialización y de cualquier medida de gobierno que no vaya a favor de la "construcción nacional de Catalunya", la mayor tasa de inmigración que, para colmo, es mayoritariamente islámica… La mayor parte de las ventas de las pocas manufacturas catalanas se venden en España o en Francia. Una Catalunya separada es una Catalunya inviable que, a la hora de la verdad, nadie apoyaría. En tiempo de crisis nadie está para reivindicaciones "nacionales", sino preocupados por la comida y el mañana.

O sea, que como tema de agitación no sirve…

La "patria", el "patriotismo" es patrimonio de una comunidad nacional, no de una sigla política. Si España se convierte en sinónimo de bandería, España ha dejado de existir. Es cierto que algunos la viven con singular intensidad y que no es lo mismo ver el problema "español" desde el centro que desde la periferia. Pero, francamente, con un PP nacionalista, con un PSV encabezando un gobierno anti-PNV, con una Rosa Díez hurtando al nacionalismo su papel de bisagra, con protestas en Baleares, con marcha atrás en Galiza, con ETA en las últimas y con HB ausente… unido a la crisis económica, hay que redimensionar la importancia del tema "nacional". Yo creo que hoy sería más cuestión de defender el patriotismo a través de fundaciones y grupos de presión, por encima de los partidos, que hacer de ello una cuestión de partido. El patriotismo es cosa de todos, lo contrario del "partido" que indica fracción. La expresión "partidos patrióticos", por tanto, es contradictoria y hoy no es señal suficiente de referencia, ni, por supuesto, con "punch" electoral.

3. El problema autonómico

Sin embargo, existe un problema autonómico


Sin duda. Y ahí si que tenemos algo que decir. El Estado de las Autonomías es inviable. El Café para todos de Suárez y la transformación de España en un mosaico de 17 taifas, ha terminado siendo una carga insoportable para el erario público. Es evidente que  esto no puede seguir así. Los problemas son cuatro:

1) Despilfarro económico, sueños faraónicos de proyección internacional especialmente en autonomías gobernadas por nacionalistas, intento de asimilación a un Estado independiente aprovechando vacíos legislativos.

2) Inflación burocrática: millones de funcionarios autonómicos que se superponen a otros millones de funcionarios municipales y a más todavía de funcionarios estatales. Las autonomías no han simplificado la administración, la han complicado.

3) Aparición de desigualdades de unas autonomías a otras: en materia de coberturas sociales, en materia sanitaria, en materia educativa, en materia de gestión medioambiental, en materia energética, en materia de infraestructuras, en materia lingüística, en materia administrativa.

4) Aumento de una clase política parasitaria autonómica: que aumenta todavía más el problema de corrupción. Cada autonomía es una taífa que da empleo a segundones del partido y contribuye a aumentar el gasto público.


Todo esto es inadmisible. En períodos de crecimiento económico, hay dinero para despilfarrar y nadie se preocupa de la irracionalidad autonómica. Ahora es diferente: el Estado de las Autonomías es cuestionable.

¿Cuál es tu balance del Estado de las Autonomías?

Una mierda seca bien aplanada bajo cuya costra reseca se ha producido una proliferación vermicular de gusanos corruptos. Nada más. La irracionalidad al poder.

¿Y la solución?

Sólo hay tres y cada una es excluyente con las demás:

- O se abole toda la legislación autonómica, lo que parece excesivo y, en cualquier caso un retorno a una situación anterior que no era de recibo: todo se resolvía en Madrid. La complejidad del Estado moderno es tal que los centros de decisión deben ser ágiles y próximos a los ciudadanos.

- O se "profundiza en el Estado de las autonomías" multiplicando las taras inherentes a él: burocracia, despilfarro, faraonismo, taífas, corruptelas, etc.

- O se reduce el número de autonomías. Existen autonomías uniprovinciales incomprensibles. Existen conjuntos históricos, culturales y antropológicos fraccionados en cuatro o cinco autonomías (Castilla, por ejemplo). De 17 autonomías habría que reducirlas a la mitad imponiendo límites drásticos a la deuda pública autonómica (igual que a la estatal y a la municipal), refundir instituciones (¿Qué se hace con las diputaciones públicas?) y, sobre todo, el Estado tiene que recuperar las competencias en materia educativa, sanitaria y social.

4. El "caballo de batalla"

¿Cuál es en tu opinión el caballo de batalla sobre el que se puede construir una alternativa?


Si estamos ante una crisis social de dimensiones incalculables, el frente de acción prioritario es justo ese: el social. Todos los demás pasan a segundo plano. La actividad en el "frente social" está favorecía por un hecho sin precedentes: la traición de los sindicatos que, en el momento más duro de la crisis, llaman a votar al gobierno que ha hecho posibles 4.250.000 parados.

¿Por qué han actuado así?


Por que han dejado en la cuneta su tradición reivindicativa y su defensa de los trabajadores. Hoy los sindicatos son estructuras burocráticas que agrupan sobre todo a trabajadores de edades intermedias con contratos fijos y que ocupan cargos intermedios en las empresas en las que trabajan y que, sobre todo, contemplan la posibilidad de alejarse de los tajos con la excusa de las "horas sindicales" y la perspectiva de ser "liberados" por el aparato sindical. Si a esto unes que sus burocracias están compradas al peso, que su afiliación es mínima, y sus cotizantes menos aún, entenderás porque el Cándido, el osito de peluche de UGT y el Toxo mudo de CCOO que sustituyó a Fidalgo (el último líder sindical con visión económica suficiente), se esfuerzan solamente por arrancar cuatro subvenciones directas, cursos de formación y demás canonjías ofrecidas por el zapaterismo para tener tranquilo al frente sindical.

Así pues ¿cómo habría que actuar?

Nuestra militancia tiene una composición mayoritariamente trabajadora… "parajódicamente" estamos completamente ausentes del mundo sindical. Bastaría desembarcar a 400-600 afiliados en sindicatos independientes para abrir un frente sin grandes inversiones logísticas, ni estrategias complicadas. Ni CCO, ni UGT podrán mantener durante mucho tiempo la cómplice pasividad con el inútil ZP que ni se enteró por qué crecíamos, ni cae en la cuenta de por qué decrecemos ahora. Es cuestión de tiempo que la crisis social reabra el frente sindical: si CCOO y UGT anteponen sus prebendas a los intereses de los trabajadores, con más de 5.000.000 de parados, las burocracias sindicales serán superadas, desbordadas y arrasadas por las bases, aumentará el sindicalismo independiente… ¡que debe convertirse en nuestro frente prioritario de actuación!

¿Y por qué no fundar sindicatos propios?


Por que no tenemos capacidad, no tenemos experiencia sindical, no tenemos fuerza social suficiente para hacerlo, ni siquiera existe espacio sindical. Además, por otra parte, ¿por qué deberíamos hacerlo si ya existen sindicatos independientes con fuerza, solera y decisión suficientes? Se trata, simplemente, de curtir a nuestros militantes en la acción sindical.

Pero ¿por qué exactamente desplazar fuerzas al mundo sindical y retirarlas de la actividad política?


Pues es muy simple: por que el "frente social" va a ser a partir del último trimestre del año el de más actividad y tensión: la crisis económica se habrá transformado en crisis social. El paso siguiente (que inevitablemente se producirá cuando la depresión se prolongue) será la crisis política. Ese será el momento de unir "frente social" y "frente político" con garantías de ganar una parte importante de la población española para la tarea de regeneración del Estado, de la Nación, de la Economía y de la Sociedad española.

¿E2000 ha realizado intentos en esa dirección?

Sí y esos intentos han sido muy interesantes: ocupaciones de oficinas del INEM, marchas de protesta en Valencia en las mañanas, ante las sedes de CCOO y UGT al grito de "sindicatos traidores"… creo que tenemos una experiencia en este terreno que queremos transmitir, dejando aparte que siempre hemos recomendado a nuestra afiliación que participara en la actividad de los sindicatos independientes.

¿Cuál ha sido el resultado?


Aplausos de los presentes, ira exteriorizada en el interior de los bunkers sindicales, muestras de solidaridad por parte de los parados y de la población y ni un solo incidente. Incluso CCOO publicó un llamamiento para "acabar con las provocaciones fascistas", respuesta a nuestro llamamiento para "acabar con los mamoncillos sindicales al servicio de ZP".

¿Y la conclusión?

Que hay que profundizar en esa dirección, porque es el eslabón más débil por donde se puede desplomar el statu quo construido por el PP y el PSOE. Los sindicatos mayoritarios ya solamente representan a burocracias amamantadas por el gobierno de turno. A nadie más. Llamarles "interlocutores sociales" o "agentes sociales" es abusivo para todos los trabajadores. Son cúpulas que se representan a sí mismas, a nadie más… Y esto en un momento de paro y privaciones para jóvenes, para mayores de 45 años, para parados, CCOO y UGT son un verdadero insulto para los trabajadores, bandas de pobres aprovechados que comen de la mano del gobierno de turno, con los cojones empotrados en su propio culo.

5. Hacia la reconstrucción de una estrategia global

Hay un problema de fondo en todo esto: la cuestión estratégica. Desde 1981 la derecha radical carece de estrategia. ¿Crees que es posible reconstruirla en este momento?


Sí, pero vale la pena recordar que es estrategia: el plan general de operaciones para la conquista del objetivo político prefijado. Así pues, para hablar de estrategia hará falta aludir antes al problema de los objetivos políticos.

¿Cuál en tu opinión el objetivo político principal en este momento?

Zapatero se mantiene en el poder (y con él la ideología humanista-universalista que le anima y, con él, el proyecto globalizador que tiene detrás) gracias a la "paz social" comprada a los sindicatos. Es precisamente por el silencio de los sindicatos por lo que está tranquilo. El mundo sindical es inaccesible para el PP, por tanto, mientras esté callado, ZP conservará lo esencial de su base electoral. De ahí que la desestabilización del mundo sindical sea la condición previa para la caída de ZP y el inicio de la caída de las fichas del dómino en cadena. El problema actual es que ni centro-derecha, ni centro-izquierda tienen alternativas ante la crisis, y no la tienen porque su postura a favor de la globalización hace imposible construir alternativas sólidas a la crisis. De ahí la necesidad de encontrar el "eslabón más débil" en la cadena de apoyos de Zapatero. Si el objetivo es la desestabilización de la caída de Zapatero, habrá que buscar el eslabón más débil de su cadena de apoyos. Por otra parte, la caída de Zapatero entrará la subida al poder del PP… que actuaría exactamente como actúa hoy ZP. La caída de Zapatero es, pues, la condición previa y sine qua non para desencadenar la crisis del sistema político español y la construcción de un sistema con más altas cotas representativas y más solidez y racionalidad.

A partir de este objetivo ¿es posible definir la estrategia?

Con facilidad. El eslabón más débil del sistema político español es el mundo sindical. La crisis devenida en depresión, se carta a espaldas de las clases medias y de los trabajadores. Las primeras no están organizadas, pero en las segundas todavía existen los instrumentos sindicales. El gobierno de ZP (y ayer el de Aznar) lo ha entendido bien y por eso ha comprado al peso a las cúpulas sindicales. Pero esa adquisición no ha evitado que la crisis se cargue en buena medida a espaldas de los trabajadores. Resulta sorprendente que UGT y CCOO hayan llamado solidariamente a votar al PSOE en las anteriores elecciones europeas: esto es, al gobierno de los cinco millones de parados. Del compra de los sindicatos por parte de ZP no se benefician los afiliados, ni mucho menos el mundo laboral. Esto indica cuál es el eslabón más débil: el mundo sindical. Por tanto, cualquier estrategia de desestabilización del gobierno ZP pasa necesariamente por la actuación en el mundo sindical. Y eso es posible a través de los sindicatos independientes. Estos sindicatos están configurados hoy como "tercera fuerza" en el terreno obrero, con cotas que oscilan entre el 3 y el 10% de delegados, según las ramas y las regiones. Suficiente para, en un momento de crisis, y de traición de UGT y CCOO, sea posible desbordar a las cúpulas sindicales mafiosas y señalar al gobierno ZP como el principal enemigo de los trabajadores y de las clases medias. Es lo que llamamos la "estrategia de desbordamiento sindical": actuar desde dentro del mundo sindical para desbordar a las cúpulas sindicales mafiosas, desestabilizando la base social del gobierno ZP.

¿Y en cuanto a las tácticas?

Es evidente que hará falta desembarcar a la militancia a disposición en los sindicatos independientes y, a partir de ahí, iniciar el trabajo de denuncia y las movilizaciones. Vamos a trabajar sobre un terreno abonado por la crisis y para ello hemos acumulado algunas experiencias en los últimos meses. En Valencia hemos percibido que en las oficinas del INEM la gente es extremadamente sensible a nuestros argumentos. Es significativo que las únicas reacciones hostiles que se han producido en el curso de las marchas y ocupaciones que hemos realizado, ha sido por parte de los funcionarios de CCOO y de UGT atrincherados dentro de sus bunkers sindicales. Ambos sindicatos, incluso, han llegado a emitir un comunicado conjunto de denuncia de estas movilizaciones… Señal de que les ha dolido y de que son perfectamente conscientes de que a partir de ahora les va a ser difícil mantener la impunidad.

Sí pues, la consigna es priorizar el trabajo dentro de los sindicatos independientes…

No se trata de abandonar el "frente político", sino de crear las condiciones necesarias para que éste frente tenga la masa crítica suficiente como para que sea posible un salto de cualidad. Hasta ahora esto no ha sido posible por muchos motivos, pero ahora es posible resolver algunos problemas que han limitado nuestra actividad: la multiplicidad de siglas con orientaciones muy parecidas, por ejemplo. Es lo que he llamado "el bosque de los pitufos". Hay que encontrar de alguna manera la fórmula para simplificar este panorama y reducirlo a una o dos siglas, como máximo. Y mientras dura este proceso de simplificación, insistir en el trabajo en el "frente social".


5. El problema de la inmigración

¿Es decir, que la inmigración no es el gran problema del país?


No me entiendas mal: sigue siéndolo. ¡Y de qué manera! La inmigración fue traída por las patronales de hostelería, servicios y construcción para rebajar el precio de la mano de obra. Su mera presencia (una media de 600.000 inmigrantes adultos llegados desde 1996 a 2007) ya garantizaba que el medidor del consumo, el PIB, iría creciendo. No hacía falta nada más que inyectar inmigrantes para alardear de "triunfos económicos". Se nos dijo que venían para "pagar las pensiones de los abuelos". Era falso: cotizaban por las franjas salariales más bajas y, para colmo, nunca han cotizado más de 1.150.000 inmigrantes en la SS ¡sobre un total de 6.250.000 inmigrantes! Desde el principio, han absorbido más recursos públicos de los que han aportado. No solamente no pagarán las pensiones a los abuelos, sino que la quiebra del sistema de pensiones deberá mucho a su presencia.

¿Pero no se están yendo a causa de la crisis?

No, esa es la gran mentira de nuestro tiempo. Están ralentizando su llegada, que es muy diferente… están retornando a sus países de origen los rumanos, polacos y búlgaros -salvo los gitanos romanís- pero siguen llegando magrebíes y andinos, y no ilegalmente, sino por "reagrupación familiar" y por "arraigo". Se van pocos o muy pocos. El año pasado, menos de 2.000. Este año no superarán los 6.000 retornos voluntarios… ¡compensados por los que entran en una sola semana!

¿Y la solución?

Nadie les llamó… y vinieron. Impusieron su presencia vulnerando la legislación española, por la fuerza del hecho consumado. Exigieron la legalización. Los gobiernos del PP y del PSOE les legalizaron. Bajó el precio de la mano de obra, absorbieron servicios sociales, becas de alimentación en los colegios, aumentaron las población penitencia, los accidentes tráfico y los accidentes laborales, aumentaron las bolsas de trabajo negro y compitieron deslealmente con los trabajadores españoles, aceptando trabajar más por menos salario. Bien, ahora el problema es otro. Llegaron y se les recibió bien. Ahora no hay trabajo y se tienen que ir. La consigna del momento debe ser: "menos gasto público y más coberturas sociales para todos los españoles. Basta con repatriar 4.500.000 de inmigrantes". No hay trabajo para ellos. La preferencia nacional debe ser restituida como norma para la contratación. Cuando haya pleno empleo entre españoles, que vengan los necesarios de fuera, no antes: hoy se tienen que ir.

¿La izquierda lanzará la acusación de xenofobia y racismo?

Los intereses de los trabajadores inmigrantes y de los trabajadores españoles son diferentes y excluyentes. La izquierda predica que "el capital" baja los salarios… pero prefiere ignorar por qué puede hacerlo: si es capaz de disminuir salarios es porque ha aumentado el volumen de la masa laboral. No es cierto el piadoso razonamiento de la izquierda sobre que no existen contradicciones entre intereses de los trabajadores inmigrantes y de los autóctonos. Claro que hay contradicciones. Si no disminuye el número de trabajadores en España mediante la repatriación de inmigrantes y si no disminuye el número de inmigrantes que aspiran recursos públicos en forma de subsidios, subvenciones, beneficios sociales, etc, el Estado quebrara. Por eso decimos: "Menos gasto público, más coberturas sociales para españoles: repatriación inmediata de 4.500.000  de inmigrantes". El que no perciba la justeza y exactitud matemática de este razonamiento o es ciego o es idiota, cualidades que, inevitablemente, acompañan al "progre" de izquierdas: los salarios no subirán mientras haya un exceso de fuerza de trabajo; el Estado no aguantará la carta de 950.000 inmigrantes que cotizan por las franjas salariales más bajas y a una masa inerte de 5.000.000 de inmigrantes que viven del trabajo negro y los subsidios. La izquierda humanista y progre es cómplice del capital más depredador: ambos quienes que España sea tierra de inmigración aunque por razones diversas. Unos para hacer gala de mestizaje y multiculturalismo. Los otros para rebajar salarios. Si la izquierda defendiera los derechos de los trabajadores autóctonos, en lugar de monsergas universalistas y humanistas, sería la primera en liderar la necesaria repatriación de los inmigrantes. Pero la izquierda es ciega, sorda, muda y, la española, por lo demás, la más cerril y estúpida de Europa Occidental. Tiene el corazón escindido entre el humanismo universalista que le induce a solidarizarse con toda la inmigración por el simple hecho de existir, a pesar de ser uno de los factores en los que se apoya la globalización (siendo el otro la deslocalización empresarial), y de otro lado su lucha anticapitalista que debería tender a bloquear los mecanismos del capitalismo: el fomento de la inmigración el primero de todos. La izquierda está presa de la contradicción insuperable y está más perdida que la virginidad de una prostituta cincuentona.

6. Otros elementos

El tema social desemboca fatalmente en la lucha contra la inmigración masiva y en la contradicción entre los derechos de los trabajadores autóctonos y los inmigrantes, ¿hay algún otro caballo de batalla?
Sí, muchos. Para que un eje de propaganda sea eficaz debe cumplir una serie de condiciones:

1) Ser un tema en exclusiva o, al menos, poderlo desarrollar de manera original.

2) No ser reconducible por los partidos mayoritarios.

3) Estar explotado inteligentemente.

4) Tener interés real entre la población: estar en el debate sobre la actualidad.

5) Tener un enunciado claro.

6) Enlazar con el discurso central.

En este sentido, hay como mínimo una decena de temas de agitación: la corrupción (PP y PSOE están implicados en casos de corrupción que afectan a sus cúpulas), degeneración del sistema democrático español en partitocracia (poder omnívoro de los partidos) y plutocracia (poder del dinero) que llevan a un déficit representativo, reforma del Estado de las Autonomía (con simplificación del mapa autonómico), reforma de todo el sistema educativo (de la preescolar a la enseñanza universitaria), ruptura con la globalización en beneficios de lo que Guillaume Faye llama "grandes espacios de economía integrada", autonomía alimentaria y decrecimiento en materia ecológica, necesidad de una ética y de una moral en la gestión de la cosa pública, profunda reforma constitucional, políticas de natalidad y de defensa de la familia, disminución progresiva de las diferencias de poder adquisitivo y distribución de la riqueza; en economía, reconocer que hay que recuperar el tiempo perdido y revertir el fenómeno de la deslocalización mediante la introducción de niveles de planificación y proteccionismo… temas no faltan.

Es decir, que hay elementos suficientes para redactar un programa original…

Sobran. El problema es que no todos tienen la misma importancia y el mismo tirón. Se trata solamente de asumir en cada momento aquellos que sean más rentables políticamente. El problema real es no confundir los deseos con realidades. Habrás observado que en toda esta lista no aparece el tema de la "unidad nacional" como caballo de batalla. Esto por una sola razón: hoy, ninguna fuerza política apreciable cuestiona esta unidad, entonces ¿para qué colocar en el eje central de la agitación algo que no existe como problema? Hasta ahora todos los programas de los partidos de extrema-derecha empezaban así: "Reconocemos la inquebrantable unidad de España…", dando por supuesto que el país estaba al borde de la quiebra. Esa quiebra no se ha producido y hoy España está más segura que nunca en los últimos 30 años de que no habrá movimientos secesionistas, entonces ¿para qué insistir en un tema que está resuelto justo en el momento en que hay como mínimo otros diez temas de mucha más actualidad? Durante estos últimos 30 años, a fuerza de alertar sobre el riesgo inminente de centrifugación nacional, la ultraderecha lo que ha conseguido es llevar votos al PP: si el riesgo existía, lo más adecuado era apoyar al partido que en la prensa aparecía como garante de la unidad nacional, antes, por supuesto, que a los pequeños grupos ultras. Cuando en 2006, medio millón de personas contestaron en Madrid con banderas españolas la política nefasta de ZP en la cuestión del diálogo con ETA, del Nou Estatut, éste partido encarnó el nacionalismo español configurándose como el mejor garante de la unidad del Estado… entonces ¿para que apoyar a grupos residuales? Tal fue la contestación de Mayor Oreja a César Vidal, cuando éste le preguntó por qué votar al PP y no a AES…

II PARTE
El balance electoral


Los resultados de las elecciones europeas han sido muy comentados, a partir de ahí has formulado la teoría de los "tres bloques", ¿por qué ahora?


A veces hay que fracasar para comprobar que lo que se hace no resuelve los problemas y para tener una buena dosis de realismo. En cada elección que pasa, el rasgo distintivo de la ultraderecha es alcanzar niveles cada vez mayores de fragmentación: en estas elecciones se ha alcanzado el máximo: 7 candidaturas presentados y otras tanto que renunciaron a hacerlo. En tales condiciones, es evidente que nadie se toma en serio a un sector con tal grado de fragmentación… Dicho de otra manera: sobran siglas. Este es el primer problema. En casi todos los países europeos existe uno o dos partidos que representan las ideas que en España defienden 10 ó 12 siglas. Esto no es admisible. La teoría de los "tres bloques" es un intento de simplificar y racionalizar una disminución de siglas.

Entonces ¿cuál es tu balance de las elecciones?

Hay un elemento que indica que han ido peor que mal, a pesar de las apariencias. Desde hacía años, los grupos ultras sacaban 30-40.000 votos en conjunto, ahora han sacado 75.000. ¿Un avance? En absoluto: ha habido más votos porque ha habido más candidaturas y, por tanto, ha habido mayor "error técnico". Si se presenta una sola candidatura solamente existe una posibilidad de alguien se equivoque de papeleta, o vote por azar a cualquiera, pero si hay siete, esta posibilidad se multiplica por siete. Además hay otro fenómeno todavía más preocupante sobre el que hay que reflexionar.

¿A qué te refieres?

Hay que reconocer la verdad. En ocasiones esa verdad sirve para denunciar la naturaleza mentirosa, fullera, tramposa y degenerada de la democracia española: a poco que se examinan los resultados electorales ciudad por ciudad y pueblo por pueblo, se percibe sin dificultad que hay resultados incoherentes. En pueblos del País Vasco en donde ninguno de estos grupos ha hecho campaña, aparece un número extremadamente crecido de votos. Esto había pasado en alguna ocasión en anteriores elecciones: de repente en el pueblo X, la candidatura Y, obtenía 260 votos sobre 2.000 electores, sin que se hubiera hecho campaña. Sin embargo, algún partido con presencia en el ayuntamiento incluso… tenía cero votos. Era evidente que había un "error técnico": al escribir los votos de este partido, alguien se había equivocado y los había adjudicado a otro. En estas elecciones, ha habido entre 25.000 y 30.000 de difícil explicación. Pero si se analizan los resultados con más detenimiento todo induce a pensar que "alguien" ha trasvasado votos de Iniciativa Internacionalista a diversos grupos minoritarios. Es más: lo ha hecho sistemáticamente.

¿Y eso que implica? ¿por qué?


Cuando un fenómeno de estos pasa tres o cuatro veces sobre 5.000 mesas electorales, es posible que se trate de un error involuntario. Pero cuando pasa en demasiadas ocasiones, no es error: es conspiración. No es aventurado pensar que interventores del PP y del PSOE se han puesto de acuerdo, allí donde han podido -donde no estaban presentes los de otros partidos- para desviar votos de II a otras candidaturas minoritarias y sin posibilidades. Los que recibían los votos jamás protestarían… En otras palabras: no solamente somos despreciables desde el punto de vista electoral, sino que "el sistema" lo reconoce implícitamente hurtando votos a una candidatura (por odiosa que sea) y endosándolos de tapadillo al bosque de siglas ultras. La inmoralidad de esta práctica reside en que, a fin de cuentas, la candidatura de II había sido aceptada por el Supremo… De haber salido Alfonso Sastre como diputado, PP y PSOE lo hubieran considerado una afrenta: si se presentaba era para perder por vía del fraude si era necesario. Esta práctica ha alcanzado en estas elecciones cotas que, en mi opinión alcanzan a un 20% de la media obtenido por estos grupos: es decir, un error técnico maximizado.

¿Y según tú habría que reconocerlo públicamente?


Sí. Creo que, a la vista de los resultados, es más importante reconocer que alardear de unos votos obtenidos en lugares donde no ha hecho campaña. Antes he dicho que una de las líneas de trabajo es demostrar que el sistema es tramposo y traiciona continuamente sus propios principios e instituciones. Es posible que algunos votos de II hayan ido a parar a candidaturas como el POSI, el PACMA o Por un mundo más justo. A mí no me importa que Sastre ladre en el Parlamento Europeo, bastante he tenido con sus obras de teatro plastas y con demagogia de baratillo propia del progre alucinado que es. A mí lo que me importa es que "el sistema" juegue con mi ambiente político, lo hinche artificialmente… lo que equivale a demostrar su irremediable marginalidad. Si no quieren a Sastre en el Parlamento Europeo que se mojen ellos y su puta madre, pero que no nos mezclen a otros. Reconocerlo públicamente sería poner el letrero de ALT! a las mentiras del sistema y una forma de decir a la extrema-izquierda: "El enemigo, gilipollas, el enemigo no somos nosotros, sino esos bastardos de los partidos mayoritarios que juegan con vosotros y con nosotros, así que en lugar de enviar a descerebrados a hacer "antifascismo", mirad al PP y al PSOE que, no son en absoluto fascistas, pero que son los verdaderos culpables de la mala calidad del sistema democrático español". De hecho, yo animaría a los que han detectado errores obvios en sus resultados que se adelantaran y presentaran una denuncia a la Junta Electoral Central.

¿Alguna otra consideración sobre los resultados del "ambiente"?


Cuando se obtienen resultados por debajo del 1% y estos están repartidos en siete candidaturas cualquier análisis sociológico y cualquier extrapolación es completamente imposible. Hay que reconocer, no solamente que se ha obtenido menos de un 1% (muchísimos menos), sino que con siete candidaturas pisándose unas a otras la manguera, es imposible obtener mejores resultados.

En consecuencia…

En consecuencia hay que podar lo que he dado en llamar, tristemente, "el bosque de los pitufos" por donde circulan caracoles a velocidades de glaciar alpino. Cada grupo está convencido de que él va a obtener los mejores resultados y que éstos van a indicar una tendencia al crecimiento sobre los otros. Pero no hay nada que hacer, desde hace 20 años ninguno de estos grupos logra destacar y cada vez es peor, incluso, porque cada vez hay más candidaturas. La militancia -estimada en algo así como uno 1.500 activistas- está dispersa, carece de masa crítica suficiente para poder realizar campañas de propaganda en condiciones, rentabilizar las inversiones o aprovechar su nivel de desarrollo. Era necesario experimentar otra vez el fracaso sin paliativos para plantear la necesidad de cambiar el chip. Tal es el mensaje de esta campaña. Por otra parte, "ahora o nunca".

¿"Ahora o nunca"?

Se cumplen dos años del inicio de la crisis de la subprime. Uno desde que el gobierno español se enteró de que algo no funcionaba. La precipitación de una crisis social para después del verano y lo que cada vez se adivina como una prolongada depresión, va a hacer que entre en los próximos seis años (como mínimo) se esté en condiciones de ganar fuerza social, a condición de simplificar el mensaje, atinarlo y adaptarlo a las necesidades del pueblo español, de tal manera que cuando la crisis social se precipite en crisis política (ningún partido mayoritario aguantará dos elecciones con de 5 a 7.000.000 de parados) podamos jugar en condiciones de obtener resultados políticos apreciables. Jugar para perder eternamente, se ha convertido en un hábito ya incorporado a nuestra tradición política. Esta situación no se va a volver a producir en nuestras vidas. Nosotros tenemos algunas soluciones… pero, sin "masa crítica" militante, con dispersión de medios, sin unos niveles mínimos de coordinación y con 12 siglas pisándose la manguera, es imposible despegar. Hace falta reimplantar el sentido común en la práctica política.

Y entonces planteas la teoría de los "tres bloques"…
… Católicos, falangistas e identitarios (o anti-inmigracionistas). Si en lugar de docena o docena y medio de siglas, existieran tres, o al menos se coordinaran tres bloques, se habría avanzado bastante y si existieran solo dos, mejor aún. Dos se entienden mejor que catorce…

Hay camaradas que dicen que hay más sectores…

El problema es que a fuerza de hacer matizaciones y especificaciones lo que se consigue es pasar de nuevo a las 14 siglas como representantes de su sector en propiedad. Hay un sector que pone la moral católica por encima de todo, otro ve en la inmigración masiva un peligro y el tercero es el "sector azul". ¿Para qué complicarnos más? También existe el sector cocaínico, el sector mangantón, el sector zumbado perdido, el sector maracas-de-Machín, el sector Amadineya-Gran-Timonel y el sector masturbador mental… ¿y…?  Seamos serios por una vez y busquemos ser diferentes a todos los demás ("nosotros solos contra el universo") por que en tanta matización radica el estado actual de debilidad del "área".

¿Cómo plantear unas conversaciones intergrupales?

Convocándolas. ¿Quién lo puede hacer? Los blogs "unitarios" que para eso están y que deben dar un salta de cualidad: de publicitar acríticamente las actividades de todos los grupos, a asumir la coordinación de unas conversaciones. Al menos dentro del sector anti-inmigración, ello es posible. Paradójicamente, la ventaja son los años de incomunicación y fricciones: no han servido para nada, han debilitado, ningún grupo ha destacado sobre los demás y la mayoría de los dirigentes (salvo alguno que precisa camisa de fuerza) están de vuelta de ardores de otros tiempos.

Conversaciones ¿sobre qué?


Primero, toma de contacto. Segundo, afirmación de buenas intenciones. Tercero, deshacer equívocos. Hasta aquí sería la fase previa. En segundo lugar: informar de actitudes e intenciones. En tercer lugar: ir escalando desde niveles mínimos de coordinación hasta niveles máximos. Creo que se pueden definir cuatro niveles: el más básico es la coordinación a mínimos, pacto de no agresión; luego seguirían colaboraciones puntuales; por encima, colaboraciones tácticas y finalmente coordinación estratégica.

¿Y con los católicos?


Primero hace falta ver si siguen y cómo siguen. Alguna conclusión habrán extraído de los resultados. Es otro sector, así que a ellos solos les compete la reflexión. En mi opinión, si existiera una voz única dentro del sector identitario, valdría la pena intercambiar puntos de vista con ellos. Mientras esta voz única no exista, no lo veo posible. Además, claro está, hace falta ver a través de sus declaraciones si algo ha cambiado en ellos o siguen en las mismas posiciones que les llevaron a los resultados del 7-M. Lo importante es no forzar situaciones, mejor homogeneidad antes que variedad excesiva. Por lo demás, insisto, todos esperamos un balance que permita percibir el grado de satisfacción o insatisfacción con el trabajo realizado.

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