domingo, 17 de octubre de 2010

Coudenhove-Kalergi. ¿Ángel o Diablo? (II de VIII / Parte A). Paneuropa de 1922 a 1933

Infokrisis.- En esta segunda entrega vamos a dividir la historia del movimiento paneuropeo en dos partes. En la primera -que presentamos a continuación- asistiremos a sus comienzos hasta el ascenso de Hitler al poder. En la segunda nos centraremos en el período 1933-1962 en el que Coudenhove-Kalergi, finalmente, consigue hacer triunfar sus ideas y pasar a la historia como el impulsor de la idea europea.  


2. Breve Historia del Movimiento Europeo.
¿Conspiración o realismo?

¿Qué tenía en mente Coudenhove-Kalergi cuando lanzó la idead de Paneuropa en 1922? ¿Se trataba de una “conspiración”? ¿era sincero o más bien tenía planteada una operación personal de alta política? O ¿acaso no sería, como se ha dicho, un agente destinado a reforzar el control de la alta finanza sobre los pueblos libres? Se ha dicho incluso que el llamado “Plan Kalergi” era una conspiración contra Europa.
Para responder a estas cuestiones y a otras que irán saliendo a medida que vayamos avanzando en nuestro estudio, hará falta, en primer lugar, describir la obra a la que Coudenhove-Kalergi dedicó toda su vida: Paneuropa. En un segundo momento facilitaremos algunas pinceladas biográficas sobre el personaje y, a continuación, describiremos en líneas generales el contexto histórico y político en el que nace el llamado “Plan Kalergi”.
a. Españoles en el entorno de Coudenhove-Kalergi
En esta primera parte, el seguimiento lo haremos utilizando como documento el opúsculo L’Histoire du Mouvement Paneuropeen de 1922 à 1962[1] cuyo original dedicado de puño y letra al profesor Josep Trueta está fechada en Salzburg el 14 de marzo de 1964. El ejemplar está depositado en la Biblioteca de Catalunya con el número de Registro 534.029. Vale la pena decir algo de la personalidad de Trueta. Científico y médico catalán nacido en 1897, además de hombre polifacético, asumió un catalanismo moderado que hoy se tiende a llamar “nacionalismo” cuando, en realidad era una forma de regionalismo. A Trueta lo que más le interesó es la práctica de la medicina de guerra y el salvar vidas. Lo hizo, primero como médico en Barcelona durante la guerra civil y luego, exiliado en Londres durante la II Guerra Mundial. Como médico fue brillante y aplicó tratamientos novedosos en la curación de heridas de guerra.
Tras participar en los programas en lengua catalana y castellana que emitía desde Londres la BBC, en los que siempre aludió a temas de salud en tanto que científico y médico, participó del 7 al 10 de mayo de 1948 en el Congreso de Europa celebrado en La Haya y convocado por Coudenhove-Kalergi. Las ochocientas personalidades de diversas tendencias políticas (socialistas, liberales y demócratas cristianos), entre los que se encontraban Winston Churchill, Léon Blum, Paul-Henri Spaak, Alcide De Gasperi, Paul Van Zeeland, Henri Brugmans, Anthony Eden y otros políticos destacados de la época. Como veremos más adelante, de este encuentro surgió el Consejo de Europa (1949). Los españoles asistentes fueron sobre todo democristianos vascos del PNV (José Antonio Aguirre por el gobierno vasco, Francisco Javier Landáburu del PNV y Juan Carlos Basterra de ANV y Lezo de Urreztiera del jagi-jagi, disidentes del PNV) y republicanos moderados como Indalecio Prieto (entonces presidente del PSOE, que asistió como observador) y especialmente Salvador de Madariaga, uno de los convocantes del evento y el doctor Trueta, amigo personal de Coudenhove-Kalergi, quien había conocido en Londres[2].
La presencia de pleno derecho de Madariaga y Trueta es fundadmental para comprender el perfil político del entorno de Coudenhove-Kalergi en esa época: demócratas moderados, especialmente democristianos o socialdemócratas particularmente anticomunistas.
Trueta debió esperar hasta los años 60 para regresar a España y obtener los reconocimientos oficiales a su meritoria labor científica y humanística. En 1940 había entrado a formar parte del llamado Consell Nacional de Catalunya, creada por el presidente después de la disolución del gobierno de la Generalitat de Catalunya. El CNC, inicialmente radicado en Francia, se estableció en 1940 en el Reino Unido teniendo como presidente a Carles Pi i Sunyer, como secretario a Josep María Batista i Roca y a tres vocales entre los que figuraba Trueta. En una declaración de 24 de agosto de 1944, el CNC propugnaba la “federación de los Països Catalans dentro de una Confederación Ibérica”. Tras la guerra mundial, Josep Irla intentó reorganizar el CNC con la oposición de ERC. Pi i Sunyer disolvió la institución a pesar de la protesta del doctor Trueta. Trueta no deseaba participar en actividades políticas y si, finalmente accedió a figurar en la dirección del Consell fue a petición de su amigo Pi i Sunyer. Tanto Trueta como Batista i Roca eran representantes del catalanismo de derechas (en el caso de Batista, incluso de extrema-derecha). Batista i Roca defendió siempre un catalanismo de tipo militarista que le llevó del escoultismo hasta la organización de distintos grupos “militares” (ORMICA, Organización Militar Catalana) y EPOCA (Exercit Popular de Catalunya), siendo paradójicamente miembro de distintos grupos pacifistas, PEN-Club, la Anglo Catalan-Society, amigo de Arnold Toynbee, etc.[3]. En cuanto a Trueta murió el 19 de enero 1977 recibiendo la Medalla de Oro de Sant Jordi y diversos reconocimientos nacionales e internacionales.
b. Diez años sembrando: 1922-1932
Al terminar la Primera Guerra Mundial, el Conde Coudenhove-Kalergi quedó horrorizado por las destrucciones de las que había sido testigo. Como muchos de su generación se juró a sí mismo que masacres como aquellas nunca volverían a repetirse. Escribe: “Muy joven entonces para contribuir al restablecimiento de la paz, sufrí y me prometí consagrarme a partir a ahora todas mis fuerzas al servicio de la paz, a fin de que semejante catástrofe no volviera a repetirse”[4].
Coudenhove era de los que pensaba que el Tratado de Versalles sería el anuncio de nuevos nubarrones, no solamente porque las condiciones impuestas a Alemania eran de tal dureza que garantizaban el revanchismo, sino porque las nuevas naciones centroeuropeas y balcánicas creadas con el fraccionamiento del Imperio Austro-Húngaro (del que Kalergi era, hasta ese momento, ciudadano), dieron lugar a fricciones nacionales[5].
Kalergi no apreciaba en absoluto la creación de la Sociedad de Naciones (SDN). Para él se trataba de una estructura excesivamente global que desconocía las homogeneidades continentales. Además, las dos potencias ascendentes de la primera postguerra (EEUU y la URSS) se habían situado al margen, por lo tanto “la Sociedad de Naciones había perdido el derecho de hablar en nombre de la humanidad”[6].
Cuando se firma la paz de Versalles y se constituye la SDN, Coudenhove-Kalergi pasa de ser coidadano del Imperio Austro-Húngaro a ser automáticamiente miembro de un estado nuevo: la República Checoslovaca. En ese período (entre 1919 y 1922), Coudenhove-Kalergi percibe que la SDN, prescindiendo de la participación de EEUU y la URSS no va a poder cumplir la misión para la que ha sido creada: salvaguardar la paz mundial. En esos años madura su plan: solamente una Federación Europea estará en condiciones de garantizar la estabilidad por muchas décadas. Pero no existe ningún impulso que tienda hacia ella, así pues decide hablar con Thomas G. Masaryk, presidente de Checoslovaquia, para exponerle su plan y pedirle que utilice su fama de estadista para asumirlo y ponerse al frente. Masaryk rechaza la oferta: se siente viejo. Toma otros contactos similares con personalidades europeas de alto rango, pero los vencedores están celebrando su victoria y los vencidos lamiendose las heridas. Entonces toma una resolución: “Visto que ningún gobierno, ni hombre de Estado, ni partido político asumían esta idea que difundía mediante la palabra y los escritos, decidí crear yo mismo el Movimiento Paneuropeo”[7]. Estamos en 1922.
Ese mismo año, Coudenhove-Kalergi publica en dos diarios de lengua germánica, el Neue Freie Presse de Viena y el Vossische Zeitung de Berlóin, un artículo en el que “explicaba mi programa y los motivos y fines del Movimieno Paneuropeo”[8]. Pocos días después, en los mismos periódicos publicó un llamamiento para la construcción de la Unión Paneuropea. Según su testimonio se adhierieron una cincuentena de personas “ninguna de la cuales estaba en condiciones de ayudarme en la edificación de la Unión Paneuropea”[9].
Decidió sintetizar sus puntos de vista sobre Europa en una obra que, traducida a todos los idiomas del continente, haría reflexionar a la clase política. Esa obra, comenzada en enero de 1923 se llamó Paneuropa y fue publicada en octubre del mismo año. El propio autor reconoce que no llamó excesivamente la atención: “La idea parenuropea fue entonces considerada como una utopía, incluso como una utopía razonable y generosa. Ni siquiera fue combatida pues sus adversarios no se la tomaban en serio” y añade: “Sin embargo se creó una base de discusión interesante”[10]. Coudenhove-Kalergi había incluido en cada ejemplar una hoja de suscripción a la Unión Paneuropea[11]. En torno a un millar de personas decidieron adherirse al proyecto. Uno de ello, el banquero Max Warburg[12], adelantó 60.000 marcos-oro[13].
Con ese dinero, Coudenhove-Kalergi inició la publicación de la revista mensual Paneuropa y establecio en el Palacio Imperial de Viena un Secretariado permanente. A partir de mediados de 1924 empezó a constituir comités nacionales de su movimiento, “situados por encima de los partidos”, como indica. Para él, pues, lo importante era la nacionalidad, más que la orientación política. De todas formas, su mensaje fue recogido especialmente por formaciones moderadas especialment conservadores y socialdemócratas[14]. Era justamente lo que buscaba Coudenhove-Kalergi: lanzar la idea de panerota por encima de los carteles políticos. Escribe a este respecto: “El hecho de que representantes tan eminentes del catolicismo y del socialismo europeo hubieran tomado, en Alemania tanto como en Austria, posición de la idea paneuropea le restó su carácter utópico”[15].
Pero Kalergi encontro un primer problema: si bien el núcleo inicial de su movimiento había nacido en Alemania, no podía hacer abstracción del odio que los Imperios Centrales suscitaban en el resto de Europa, por tanto, explica: “Mi nacionalidad checoslovaca vino en mi ayuda”[16]. En efecto, Masaryk convenció a su ministro de asuntos exteriores, el Dr. Benes para que se incorporara al Movimiento Paneuropeo. El propio Benes le facilitó un pasaporte diplomático con lo que califica de “cartas calurosas de introducción para hombres de Estado francés”[17]. En 1925 fue recibido por Edourd Herriot, presidente del consejo de ministros, cuyo jefe de gabinete, R.R. Lambert, había leído su libro[18]. Herriot sería el primer gran estadista europeo en asumir la idea paneuropea de Kalergi.
Este primer triunfo de Kalergi se vio ensombrecido por la consolidación del fascismo italiano que, desde el principio se había declarado contrario a su plan[19]. Sin embargo, había sombras todavía mayores. Coudenhove-Kalergi consideraba que los destinatarios de su plan eran las naciones de la Europa continental y, con una alta dosis de realismo, había excluido a Inglaterra que consideraba como una potencia extraeuropea[20]. Consideraba que era imposible y contradictorio ser al mismo tiempo miembro de una Commonwealth intercontinental y de la federación europea. Reconocía que Inglaterra no estaría en ningún caso dispuesta a abandonar la idea de dirigir un imperio mundial (que en ese momento abarcaba a 1/5 parte de los territorios conocidos) para ser miembro de una federación estrictamente europea. En lugar de una integración inglesa proponía una “asociación estrecha” entre Paneuropa y la Commonwealth en el marco de la SDN[21].
Así mismo, el moviminto prospero también fuera de Europa en los EEUU en donde fue invitado por el Foreign Policy Association, uno de los primeros thinks-tanks conservadores estimulado por el periodista Paul Kellogg que habia sido contrario a la entrada de los EEUU en la primera guerra mundial y colaboró con Henry Ford en la convocatoria de la conferencia de paz de Estocolmo en 1916[22]. En 1925, Coudenhove viajó a los EEUU e inició un ciclo de conferencias promovido por Kellogg. Aquel era el momento más duro de las relaciones entre el presidente Wilson y sus oponentes contrarios a la SDN. Coudenhove, en cambio, fue apoyado por ambos bandos. Los aislacionistas, enemigos de Wilson, consideraban que el proyecto de Paneuropa no obstaculizaba la aplicación de la Doctrina Monroe sobre el control que los EEUU ejercían en el continente americano, así mismo, los partidarios de Wilson y el propio presidente veían bien que el proyecto Kalergi tuviera en cuenta la SDN como un foro en el que los continentes estaban llamados a colaborar. Los había incluso que creían que el proyecto era la única solución para que los europeos solucionaran definitivamente sus disputas sin mezclar a los EEUU. Al término de su viaje, Coudenhove-Kalergi estructuró un comité americano de cooperación con Paneuropa en Nueva York[23].
Cuando regresó a Europa las cosas habían cambiado a su favor. Los Pactos de Locarno se habían firmado en Octubre de 1926 mejorando las relaciones entre Francia y Alemania, alejando momentáneamente el riesgo de nuevo conflicto[24]. Con ocasión de la firma de estos pactos, tanto el canciller Stresemann como el jefe de gobierno francés Aristide Briand se pronunciaron a favor de la amistad franco-alemana dentro de un marco de cooperación europea. A su regreso a Europa, Coudenhove-Kalergi estaba eufórico: veía a paneuropa al alcance de la mano. Creía que el núcleo de problema no eran tanto las rivalidades nacionales como el hecho de que las dos potencias continentales –Francia y Alemania- aparcaran sus diferencias y estimularan el proyecto. Y ahora, dos de sus amigos, Briand y Stresemann estaban al frente de sus respectivas naciones. Así pues, era cuestión de tiempo que el Plan Kalergi se consolidara.
Con esta actitud y optimismo, Kalergi convocó el Primer Congreso Paneuropeo en Viena del 3 al 6 de octubre de 1926. Tras él los nombres de miguel de Unamuno, Salvador de Madariaga o José Ortega y Gasset, por lo que a España se refiere, se integran en el proyecto. Más de 2000 europeistas miembros de 24 naciones participaron. Fue significativa la prsencia del antiguo presidente del consejo de ministros ruso, Kerensky. A partir de ese momento se puso en marcha la Organización Internacional de la Unión Paneuropea compuesta por un Consejo Central formado por los prosidentes de todos los Comités Internacionales y un presidente internacional. Coudenhove añade con un no disimulado orgullo: “Fui nombrado presidente por aclamación”. A partir de entonces, el proyecto se fue haciendo habitual en la prensa y los escepticismos y dudas que hasta entonces había ido suscitando se disiparon[25].
Las relaciones con Briand se volvieron particularmente estrechas. Éste, tras haber leído el libro de Kalergi se sintió ganado por la idea Paneuropea. Dice Coudenhove: “Para él [Briand] ya no se trataba de si era preciso o no unificar Europa, sino cómo hacerlo”[26]. A partir de ese momento Briand se constituye como el motor político del proyecto. Su famoso memorando presentado en septiembre de 1929 habló por primera vez de “organizar Europa en una asociación de Estados libres en el marco de la Sociedad de Naciones”. Aparecieron reservas, pero todos los países dieron un visto bueno inicial y pidieron a Briand que redactara un programa concreto por escrito. Éste fue presentado en la reunión de ministros de exteriores europeos que tuvo lugar en Ginebra en 1930. Pero, entre tanto, algo había cambiado.
En 1929 las bolsas mundiales se habían desplomado y una recesión brutal y sin precedentes terminó descomponiendo la economía mundial. La Europa convulsionada por el resfriado de Wall Street no estuvo dispuesta a acoger el memorando Briand de manera positiva. Los ingleses aceptaron muy mal su exclusión, para colmo, cuando se celebraba la asamblea de la SDN en septiembre d 1930 llegó la noticia de la fulgurante victoria del NSDAP en las elecciones alemanas. A ningún político con experiencia se le escapaba que en el futuro el partido de Hitler estaba llamado a desempeñar un papel axial en la política alemana del decenio que comenzada. Y esa política era fundamentalmente nacionalista y hacía del ajuste de cuentas con la humillación de Versalles un tema capital. En apenas unos meses, Coudenhove-Kalergi que había tocado con las yemas de los dedos a Paneuropa, vió como su proyecto se deshacía en la nada. A partir de ese momento, inicia su personal cruzada contra Hitler.

(c) Ernesto Milà - infokrisis - infokrisis@yahoo.es - http://infokrisis.blogia.com



[1] L’Histoire du Mouvement Paneuropeen de 1922 à 1962. Richard de Coudenhove-Kalergi, Union Paneuropéenne – Bâle et Viennet 1962.
[2] Existe una referencia accesible desde Internet sobre este congreso en http://www.eurobask.org/argitalpena/50urte.pdf, de donde hemos tomado los datos.
[3] En la Gran Enciclopedia Catalana existe una referencia amplia a Batista i Roca de la que se ha extraído lo esencial que incluye su notación correspondiente en Viquipedia-Cat: http://ca.wikipedia.org/wiki/Josep_Maria_Batista_i_Roca
[4] Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 5
[5] “Un caos de nuevos Estados nacionalistas se había formado en Europa central y oriental. Hostiles entre ellas, buscaban resolver sus insolubles problemas económicos y de minorías mediante un nacionalismo fanático y exacerbado”. Op. cit., pág. 5
[6] Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 5
[7] Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 6
[8] Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 6
[9] Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 7
[10] Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 7
[11] Tenemos en nuestro poder una copia de la que apareció en la edición española, sin fecha de edición, impreso en Madrid y con la signatura A34 8ª-432, R. 191698 de la Biblioteca de Catalunya.
[12] Max Warburg, banquero judío-americano, nacido en Alemania. Fue consejero del Kaiser Guillermo II antes de la Primer Guerra Mundial. Durante el conflicto fue jefe de los servicios secretos alemanes… mientras su hermano Paul Warburg era Presidente de la Junta de la Reserva Federal de EEUU. Formaba parte de la representación alemana durante la Conferencia de Versalles. En 1933, una vez nombrado Hitler Canciller del Reich, Max Warburg fue nombrado miembro del Consejo de Administración del Reichbank gobernado por Hjalmar Schacht. Dada su condición de judío abandonó Alemania en 1939 con todo su patrimonio intacto (Datos extraídos de http://en.wikipedia.org/wiki/Max_Warburg).
[13] “Un banquero y filántropo de Hamburgo, Max Warburg, al que mi libro habia convencido, puso a disposición del Movimiento Paneuropeo sus primeros 60.000 marcos”. Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 7.
[14] “El presidente de la Unión Paneuropea alemana fue Paul Loebe, socialdemócrata y presidente del Reichstag; en Austria, fue el antiguo canciller Monseñor Ignaz Seipel. Junto a él, el Dr. Karl Renner que sería tras la Segunda Guerra Mundial presidente de la República austríaca y que aceptó la vicepresidencia del comité”. (Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 7). Añadamos que Renner era miembro del partido socialdemócrata.
[15] Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 7.
[16] Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 7.
[17] Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 8.
[18] Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 8.
[19] Añade: “El fascismo no permitió siquiera la traducción de mi libro al italiano” (Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 8)
[20] “La principal dificultad para Paneuropa no se encontraba sin embargo en Italia sino en Inglaterra. El programa de Paneuropa era constantemente atacado por los amigos de Inglaterra en el Continente porque se limitada al continente y excluía a Inglaterra. Numerosos franceses, en particular, insistían en la inclusión d Inglaterra, por temor a la hegemonía alemana, como muchos alemanes hacían otro tanto por temor a la hegemonía francesa” (Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 7).
[21] Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 8. En este terreno el axioma de Kalergi era: “Tanto como sea posible, con Inglaterra; si es necesario, sin Inglaterra; nunca contra Inglaterra”. Añade: “Semejante fórmula fue mejor comprendida en Inglaterra que en el continente”. Poco después se fundó el Comité Británico de la Unión Paneuropea que incluía nombres como Noël Baker, premio nóbel de la paz, Percy Moltano, dirigente del partido liberal y Leo Amery que introduciría en el grupo a su amigo Winston Churchill.
[22] Existe una aceptable biografía de Paul Kellog en la edición de Wikipedia en lengua inglesa (http://en.wikipedia.org/wiki/Paul_Kellogg) y del Foreing Policy Association (http://en.wikipedia.org/wiki/Foreign_Policy_Association).
[23] Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 9.
[24] Los Tratados de Locarno, fueron siete pactos destinados a reforzar la paz en Europa firmados por Bélgica, Checoslovaquia, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia y Polonia. Algunos de los firmantes de estos pactos (Aristide Briand por Francia y Gustav Stresemann por Alemania)  tendrían un peso decisivo en el Movimiento Paneuropeo. Al mismo tiempo estos pactos supusieron un espaldarazo internacional para el régimen de Mussolini. Se estableció Renania como zona desmilitarizada cuya garantía sería velada por Gran Bretaña e Italia. Se establecieron igualmente formas de arbitraje en caso de coflicto. Los tratados se inscribían dentro del marco de la SDN en la que Alemania fue admitida en 1926. La subida de Hitler al poder y la remilitarización de Renania supusieron el funeral para estos acuerdos. En la web http://wwi.lib.byu.edu/index.php/Post_-_1918_Documents puede encontrarse el texto completo de dichos pactos.
[25] Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 10.
[26] Coudenhove-Kalergi, op.cit., pág. 10.