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miércoles, 14 de enero de 2015

La “manifestación bobo”, última trinchera del “viejo orden”


Info|krisis.El lunes 12 de enero nos hemos levantado con una sola noticia unánime en todos los medios de comunicación: la manifestación de París, presidida por una primera fila de jefes de gobierno entre los que figuraban varios criminales de guerra. No se ha tratado, en realidad, de una manifestación de protesta por los asesinatos islamistas en Francia, sino de una manifestación contra el Front National. Los convocantes (el pelotón de los jefes de gobierno) no han pretendido hacer una manifestación contra el islamismo sino contra el ascenso de Marine Le Pen. No una protesta contra el terrorismo islamista y contra quienes lo han hecho posible, sino de un apoyo a la casta política del “viejo orden” (miradlos, están todos en primera fila de la manifestación, aunque falte Barak Hussein, el más representativo de todos ellos) y un acto de afirmación contra todos aquellos que quieren una renovación política y social en Europa. No es raro que algunos la hayan llamado la “manifestation bobo”, la manifestación de los ilusos. Porque todo lo que iba detrás del primer pelotón de jefes de Estado y de gobierno, no eran más que buenas gentes salidas para apoyar a quienes han traído la inmigración islamista en Europa. Eran, en definitiva, los que ponen las víctimas en los actos de terrorismo. Los ilusos. Los que no se creen que el islamismo ha traído la guerra civil a Europa y piensan que quienes han tolerado y alentado esta llegada, ahora les salvarán de la sharia y de las cimitarras islamistas.

lunes, 12 de enero de 2015

A martillazos con la cuestión del islam, la inmigración y la casta del “viejo orden” en Europa


Info|Krisis.- Los acontecimientos que se han sucedido de manera trepidante en Francia del 7 al 10 de enero de 2015 nos confirman en la necesidad de clarificar urgentemente posiciones y aislar el origen de los problemas. En definitivo, es preciso, aquí y ahora, hacer todo lo contrario a lo que está haciendo la casta política del “viejo orden” en todo el continente: enmascarar los hechos y diluir sus propias responsabilidades. Quizás los siguientes “martillazos” puedan ser útiles para alguien.

1. ¿Inmigración? Sólo hay un motivo por el que hay inmigración masiva en Europa: la economía.

Abandonemos toda tesis conspiranoica y despreciemos las consideraciones dogmáticas de aquellos que piensan que las oleadas masivas de inmigración están generadas por “sionistas”, “iluminatis” o de aquellos otros convencidos de que palabras como “mestizaje”, “multiculturalidad”, “universalismo” tienen algún sentido. El único motivo por el que la Europa ha admitido inmigración sin límites y sin barreras, procedente de no importa dónde y a despecho de cuáles fueran sus orientaciones antropológicas, religiosas y culturales, el único, ha sido lograr competitividad en un mundo globalizado. Admitiendo inmigración se modificaba artificialmente el mercado laboral y se obligaba a bajar los salarios, abaratando el precio de los productos y alcanzando –al menos por unos años- “competitividad”. No existe ningún otro elemento, absolutamente ninguno, que esté en el origen de las oleadas sucesivas de inmigración masiva al Viejo Continente.

viernes, 9 de enero de 2015

No al islam en Europa


Info|krisis.- No hay que forjarse falsas esperanzas o refugiarse en mera palabrería: estamos asistiendo en Europa Occidental a los habituales choques entre vanguardias de dos ejercitos enemigos que se aproximan uno contra otro y que preceden a los enfrentamientos generalizados. A un lado las vanguardias islamistas; de otro, quienes perciben la realidad del problema, lo inaplazable del conflicto y están dispuestos a reaccionar. Estamos asistiendo al inicio de un conflicto que será una guerra civil y una lucha por la identidad. No se trata de que queramos o no combatir en tal conflicto: se trata de que los islamistas residentes en Europa nos lo han impuesto. Ahora nos toca reaccionar y dar una respuesta política acorde con el desafío. Otra cosa sería, simplemente, suicidarse.

I. El islam no es una religión como las demás.

Amparado en las leyes de libertad religiosa existentes en todos los países de Europa, el islam progresa a lo largo de todo el continente. Sus bases no están compuestas por europeos de origen sino por inmigrantes llegados de otros horizontes. Así, se da la paradoja de que una doctrina contraria al espíritu europeo, contrario a la legislación europea, contraria a los valores europeos, situada entre 400 y 800 años por detrás de la evolución del continente, puede extenderse, progresar y contar con todos los beneplácitos legales.