El propósito de estas líneas es comentar una obra que se sale de
lo normal por varios aspectos. Se trata del trabajo iniciado por José Catalán
Deus, titulada “Del
FRAP a Podemos – Crónica de medio siglo”. Llevo leído el 74% de la
primera serie, titulada: “La chispa y la pradera”. En total 3.520
páginas, a las que hay que sumar dos series posteriores (“Una transición de
nunca acabar” y “Tejer y destejer”, que aparecieron en 2019 y 2020
respectivamente). La obra está a disposición en formato convencional y en
e-book. Más o menos 11.000 páginas que responden al título; repito: “Del
FRAP a Podemos – Crónica de medio siglo”. Recomiendo su lectura; vale la
pena explicar los motivos.
La crónica se inicia en el primer tercio de los años 60 con la
fundación del Partido Comunista de España (marxista-leninista) y, formalmente,
es una historia crítica de esta formación, alternada con una crónica de la
España del tardofranquismo. Pero, además, es un testimonio sobre cómo eran los
hombres y las mujeres que estaban en el otro lado de la barricada: la
extrema-izquierda más radical, el ambiente más alejado de las posiciones en las
que algunos estábamos instalados en aquellos momentos. Al menos en apariencia
e, incluso, en sentimiento, pero no tanto como pudiera pensarse. De hecho, el
paso del tiempo, ha operado cambios de actitudes personales y,
consiguientemente, en las ubicaciones políticas de todos los que hoy tenemos de
70 años hacia arriba. Y no todos se han debido al oportunismo político o a la
casualidad, sino que, en gran medida han sido impulsados por razonamientos
lógicos, revisión de posiciones, incorporación de nuevas ideas y cambios en la
percepción de la realidad. Personalmente, me defino en el paradigma de este blog:
“APOLÍTICO (pero no indiferente, sino distanciado) - ANARCA (al margen del
pensamiento masificado) - CONSERVADOR (consciente de que ya no hay casi nada
que merezca del conservado) y REVOLUCIONARIO (por la revolución del Orden)”.
Me fascina la época en la que me ha tocado vivir: desde aquellos tiempos en los
que las calles de nuestras ciudades estaban recorridas por carros de riego
tirados por caballos sobre los adoquines, viajar en avión era algo glamuroso y
el mejor aparato de televisión era un mueble con una pantalla de apenas 35 cm,
hasta estos tiempos de Inteligencia Artificial, nanotecnologías, streamings,
ingeniería genético. Quiero entender el tiempo en que me ha tocado vivir. Y no
me importa revisar el pasado para comprender el presente. Es la única manera de
entender porqué soy como soy, a qué se debe que piense como pienso y porqué el
entorno que me rodea ha ido adquiriendo la fisonomía que tiene. Y en este
terreno, cualquier ayuda es buena, incluso la de aquellos que en otro tiempo
estábamos en lados diferentes de las barricadas y con los que era frecuente
entendernos a estacazos. Por eso hay que aceptar que 3.500 páginas son excesivas
si sólo buscamos “pasar el rato”, pero las mínimas necesarias, si queremos entender
lo que ha sido España entre principios de los años 60 y finales de 1975.
Reconozco que este libro me ha hecho reflexionar sobre algunos
temas a los que hacía tiempo no prestaba atención. Cronológicamente, he leído
esta obra después del volumen escrito por Eduard Márquez, 1969.
El proyecto de Márquez es, como mínimo tan ambicioso como el de Catalán Deus,
solo que, formalmente, son muy distintos: Márquez ha ido recopilando testimonios
personales y documentos de la Barcelona de aquel año. Su idea inicial era
revisar mediante este sistema de entrevistas personales y documentos de todo
tipo extraídos de archivos polvorientos, olvidados e, incluso que se daban por
destruidos, cómo era la Barcelona de aquellos años: entre el primer estado de
excepción (en febrero de 1969) y las elecciones catalanas que dieron el poder a
Jordi Pujol en 1980. Diez años. El efecto, entre el testimonio personal y el
documento oficial ha resultado, en cualquier caso, chocante, curioso y
significativo. Es la historia que habla por sí misma.
Hay que decir que Márquez no ha militado en ninguna opción, salvo
en la literatura. Por el contrario, Catalán Deus, no solo militó en el
PCE(m-l), sino que además fue “su hombre en Albania”. El partido lo envió a
Tirana entre 1973 y 1975; allí dio clases de literatura y agitó las ondas por
medio de las emisiones en castellano de Radio Tirana, puestas al servicio del
FRAP, mientras él y su compañera traducían al castellano las Obras Completas
de Enver Hoxha. En los primeros meses de 1975 volvió a España, recuperó luego su
independencia política, se dedicó al periodismo, en donde destacó en varias
publicaciones. Reconozco que sus artículos eran de lo mejorcito que se
publicaba en Más Allá, en un período en el que yo también
colaboraba con cierta asiduidad. Luego, en el mismo arranque de la “era
Internet”, recuerdo que creó Grround!, una de las primeras webs y cybertertulias
que hubo en lengua castellana, a la que siguieron otras iniciativas, ya siempre
en el mundo digital, consciente de que la era del papel empezaba a quedar
atrás. Si no recuerdo mal, el primer contacto directo que tuvimos fue a raíz
del suicidio de una secta de alucinados dirigidos por Marshall Applewhite en
1997 y, desde entonces, por un motivo u otro, hemos intercambiado correos.
En 2009 tuvo la feliz idea de revisar la vida de “Ricardo Acero”. “Ricardo
Acero” era el nombre de guerra del propio Catalán Deus dentro del FRAP. En Wikipedia
puede encontrarse un resumen biográfico lo suficientemente conciso como para
que podamos hacernos una idea del personaje. Y de ahí surgió “La chispa y la
pradera”, compuesta por once volúmenes que se prolongan desde 1960 a 1975,
esto es, desde la formación de los primeros núcleos maoístas en España y entre
el exilio republicano, hasta los fusilamientos de septiembre de 1975 y la
posterior muerte de Franco.
Que yo sepa, hasta ahora existía algún trabajo universitario y un par
de libros sobre la historia del FRAP. Dado que el PCE(m-l) sigue existiendo, en
su web pueden encontrarse algunos documentos de aquella primera época. Pero, no
nos engañemos: lo que procede de esa fuente es pura hagiografía, apta solo para
ingenuos o para hombres de fe. Que no es el caso. En cuanto a las tesis
universitarias están escritas casi siempre con distanciamiento, frialdad en
muchos casos, errores en otros, y agujeros negros. Sin embargo, la historia del
FRAP es hoy algo menos misteriosa de lo que era antes de la aparición de “La
chispa y la pradera” (por cierto, el título de un volumen de Mao-Tse-Tung:
“Una sola
chispa puede incendiar la pradera”), lo que ya de por sí es un mérito,
al que se une una implacable revisión de los últimos años del franquismo y de
la transición española.
Hoy parece estar de moda revisar la transición. Durante cuarenta
años (habrá que preguntarse porqué fatalidad cósmica, los ciclos políticos de
este país abarcan cuarenta años) se nos ha ido explicando que “el Rey y Suárez
pilotaron la transición” y que, aquel “proyecto pacífico unió a todos los
españoles de buena voluntad”. Hace unos años, comentando los hechos de la
transición con un veterano que había estado sirviendo en las fuerzas de
seguridad del Estado, le recordé que tanta “buena voluntad” había costado 200
muertos y que, en aquel momento, los medios de comunicación no solían aludir a
los datos macroeconómicos, pero los de la transición solamente son comparables
a los de las grandes crisis económicas, con inflaciones del 30% anual en
algunos casos. Y, además, se habían producido casos flagrantes de manipulación,
terrorismo inducido y desinformación; la respuesta fue: “Sí, pero es que, de
otra manera hubiéramos tenido otra guerra civil”. Y no era el caso. Pero la cuestión,
es que, desde hace unos años, viene cuestionándose la versión oficial de la
transición. En general, se tiende a embellecer el papel de la izquierda y a
envilecer las maniobras de la derecha (y del centro, que, en el fondo, era la
derecha sociológica). A veces, algunas “revisiones” resultan peores que las “versiones
oficiales”. Y en esto, aparece el trabajo de José Catalán que aporta otra
visión de la transición.
La visión que nos presenta este autor tiene una ventaja: el autor
introduce rectificaciones en la “historia oficial”, pero también tiene el
valor, la honestidad y la decencia de reconocer que en tal o cual episodio hay
dudas y misterios aún no resueltos. Es, sin duda, por esto que esta obra merece
ser leída.
Sin duda, la historia del PCE(m-l) y del FRAP, su prolongación,
así como las vicisitudes de sus militantes, tienen interés especialmente para
aquellos que militaron en sus filas, mientras que para los que nos situábamos,
no solamente fuera, sino en el otro lado, puede parecer que tenga un interés
menor. Lo que me ha resultado más sorprendente es que algunas reflexiones,
algunas situaciones, algunos elementos que describe el autor en su historia del
FRAP me recordaban episodios muy parecidos por los que muchos de nosotros habíamos
pasado, hasta el punto de que cortando y pegando las referencias al
PCE(m-l)-FRAP y sustituyéndolas por fragmentos de la historia de la
extrema-derecha activista, se obtendría un resultado -salvando las distancias-
bastante similar. Y esto me recordó un trabajo que había hecho en 1973 sobre
las similitudes entre extrema-izquierda y extrema-derecha, influido por la
lectura de un libro que tuvo cierta difusión en la época, El
universo contestatario, escrito por un grupo de psiquiatras y
firmado con el alias de “André Stephan” (Editorial Picazo, Barcelona, 1972) que
recuperaré en posteriores entregas.
Hacia 2004, escribí unas “ultramemorias”, inicialmente en el blog
info-krisis, para responder a algunas exposiciones sobre las vicisitudes de
grupos de extrema-derecha en las que había militado y con las que no estaba de
acuerdo; luego, diez años después, con pocos retoques, publiqué esas notas en
formato convencional (hoy está a disposición en Amazon).
En esta obra, lamentablemente, no insistí lo suficiente en un análisis de la
transición española e, incluso, reconozco que había algunos datos y elementos
que había olvidado o que, simplemente, quienes participamos en determinados
episodios, hicimos voto de silencio. Más tarde buscamos documentación de la
época, informes desclasificados procedentes de archivos oficiales, muchos de
los protagonistas de algunos episodios han muerto en los últimos años y algunos
datos han quedado “liberados” de compromisos. Habrá, pues, que añadir algo más
a lo escrito en 2004.
La serie de posts que inicio con estas líneas, pueden
considerarse, por una parte, un comentario sobre la primera serie “Del
FRAP a Podemos – Crónica de medio siglo”, que seguiremos
especialmente en lo relativo a los acontecimientos políticos que ocurrieron en
España en el tardofranquismo y en la transición y que merecen ser comentados
detenidamente; por otra parte, trazaremos un paralelismo entre situaciones que
se vivieron a ambos lados del arco político, en sus límites extremos, tratando
de extraer los rasgos de un “tipo humano diferenciado” común a ambos ambientes
políticos y, finalmente, aludiremos a la tendencia presente en el neofascismo a
imitar comportamientos comunes en la extrema-izquierda, tendencia especialmente
presente en movimientos “nacional-revolucionarios” de carácter europeísta (en
concreto, La Nation Européenne de Jean Thiriart). De la misma forma que Catalán
Deus insiste particularmente en el momento clave en la historia del PCE(m-l)-FRAP
(desde el 1º de mayo de 1973 hasta los fusilamientos del 27 de septiembre de
1975), nosotros trataremos de centrarnos en lo vivido desde las elecciones de
junio de 1977 hasta 1983, esto es, los años de gobierno de UCD y los primeros
meses del gobierno socialista.
Así pues, los posts contenidos en esta rúbrica pueden
considerarse, además de un comentario sobre la obra de Catalán Deus, una excusa
para repasar y completar algunos de los aspectos sobre los que no tuvimos
ocasión de extendernos en las Ultramemorias.
E. Milá (Sant Pol de Mar, 28 de marzo de 2023)