lunes, 21 de octubre de 2019

Crónicas desde mi retrete (36) PUIGDEMONT: ¿TU ABOGADO TAMBIÉN? ¡GUARDIOLA PRESIDENTE! O EL ABURRIMIENTO COTIDIANO


Los promotores del “procés”, entre otras cosas, no han advertido que generan desde hace una década una sensación de aburrimiento cotidiano y narcosis del que solamente se libran aquellos que se interesan de manera freaky por la independencia de Cataluña. Tras la semana de los incendios llega la semana del aburrimiento que se inicia con una serie de noticias de “realismo fantástico”, absurdas, tontorronas

Nos noticias dominan la actualidad catalana de hoy. Y las dos son de dolor. La primera: que Artur Mas ha sondeado a Pep Guardiola para presidir la candidatura del PDCat en las próximas elecciones generales. La segunda, que la Audiencia Nacional ha registrado el domicilio de Gonzalo Boye para desmontar la red de blanqueo de capitales diririgida por Sito Miñanco, siempre al servicio del narcotráfico. ¿Qué tiene que ver esto con Cataluña? Muy sencillo: Boye es el abogado de Carles Puigdemont. Dos guindas más en la endiablada situación que el nacionalismo indepe ha colocado a Cataluña. Podría añadirse una tercera noticia: Kim-Il-Torra ha reiterado su disposición a la negociación así que ha enviado un fax al presidente de gobierno para que vaya ahora mismo a Barcelona a hablar con él Gran Mandarín...

Mientras el resto de España sigue asustada por las escenas de violencia de la semana pasada, Torra ni siquiera se ha tomado la molestia de condenarlas, ni de visitar en los hospitales a los Mossos d’Esquadra heridos por los manifestantes. Porque hoy lunes, Sánchez viaja a Barcelona, para visitar a los agentes heridos y Torre le sugiere que aproveche para negociar para “evitar la discordia civil”... esa que él mismo ha atizado con ganas. En fin, la noticia no merece comentarios porque indica el nivel de desenfoque extraterrestre que está sentado en la presidencia de la gencat.

Más interés -e incluso más comicidad aún- cabe al interpretar la noticia de que Artur Mas -cadáver político inhabilitado para ejercer cargos públicos por sentencia- ha sondeado a Pep Guariola para presidir la candidatura del PDCat en las elecciones autonómicas que se vienen encima. Recordemos quién es Guardiola: un tipo sin la más mínima preparación política que se ha limitado a poner rostro y voz al “tsunami democràtic”.

¿Qué pinta Guardiola en todo esto? En realidad, no pinta nada. De hecho, nunca ha pintado nada más allá de entrenar a once tipos con pantaloncito corto que corren detrás de un balón. Pero esto es Cataluña y, ya se sabe, aquí el “Barça es algo más que un club”. De hecho, es una de las instituciones del entramado de la burguesía catalana, como el Palau de la Música y como media docena de asociaciones, dirigidas por los hijos, nietos y bisnietos de las 200 familias que han gobernado la región en los últimos 200 años y que no están dispuestas a ceder su poder económico-social, hoy en buena medida simbólico.


Y esto es lo que tiene más gracia: que con un “nacionalismo moderado” en fase de implosión, el Barça es lo único que queda de él es ese “entramado civil” formado en torno a la burguesía catalana desde principios del siglo XX. Parece evidente que el Palau de la Música ya no va a pintar nada y que el escándalo de corrupción monumental protagonizado por su titular, ha arrastrado a la institución por el fango más pringoso y repugnante. Pero siempre quedará el Barça que, desde el principio de su historia ha sido refugio sentimental de la Cataluña regionalista primero, nacionalista después y de esa Cataluña sin “procés” y sin nadie en el timón de hoy. El Barça es la única institución “respetable” que le queda al nacionalismo moderado. Artur Mas quiere enmascarar la quiebra del nacionalismo moderado proponiendo que el Barça, de ser más que un club dirija simbólicamente a Cataluña por medio del entrenador Guardiola.

Lo de Puigdemont es mala suerte. Obviamente nadie cree que el chalado de Waterloo tenga nada que ver con las actividades de su abogado al servicio del narcotráfico. Pero, claro, el problema es de imagen: después de ser visitado por etarras, por exterroristas fracasados de Terra Lliure, lo único que le faltaba eran las fotos y las instancias a su nombre firmadas por un sospechoso de narcotráfico y blanqueo de capitales. ¿Para cuándo una cena con alguna red de pedófilos? Hay que recordar, además, que el abogado Boye ya fue condenado a 14 años de cárcel por colaborar con ETA en el secuestro de Emilio Revilla y que empezó a moverse en la Audiencia Nacional como “defensor de víctimas de los atentados del 11-M” (los atentados más sospechosos que han ocurrido en España). También ha sido el defensor de Valtonyc, aquel rapero tontorrón que desafina coplas mal hilvanadas y peor rimadas desde Bélgica. Una joya de abogado que, defiende al narco Miñanco de la ofensiva de la Audiencia Nacional contra su “trama financiera”. En este país garantista cuando se registra el domicilio particular de un abogado defensor es que las pruebas contra él son contundentes y el fulano, chileno por lo demás, una joyita.

Todo esto es demasiado intrascendente como para que merezca más que el titular de un día sin muchas noticias. Y esto es lo peor: que nuestro país está viviendo momentos absoluta incertidumbre y los medios dedicados a difundir noticias frívolas. No sabemos lo que ocurrirá el año que viene, a nadie (salvo a los candidatos de los partidos, esto es, a casi nadie) le interesan las elecciones que van a tener lugar dentro de veinte días, nadie dice nada de la incertidumbre económica, nadie en Europa reacciona ante la guerra comercial internacional, nadie se atreve a hablar de los problemas acumulados en nuestra área geográfica ni de las mutaciones que van a tener lugar en los próximos años generadas por las nuevas tecnologías combinadas de la robótica y la inteligencia artificial, nadie del chorro de inmigración inútil y verdadero peso muerto que está llegando de nuevo a Europa, ni de las amenazas de Erdogan de abrir otra vez la espita y permitir el paso de 6.000.000 de “refugiados”.

Aquí en España, lo que ocupa hoy la actualidad es un entrenador políticamente indocumentado al que el capitán araña de turno quiere embarcar, un independentismo perdido que se niega a reconocer la imposibilidad de su proyecto y pierde el tiempo contando asistentes a sus movilizaciones, y Puigdemont “Pies Veloces” que se equivoca en cada movimiento, incluso en algo tan simple como elegir abogado.

A veces creo que la sociedad catalana no es que esconda la cabeza como el avestruz ante el peligro, es que está lobotomizada y ya ni siquiera es capaz de distinguir entre las realidades y los proyectos fantasiosos, entre lo que va a tener importancia en los próximos años y aquello de lo que nadie se acordará en el futuro más que como anécdota.