Querido Diario:
Se llamó “carrera de caracoles” hará unos 10 años, a la
que tenían entablada los distintos grupos políticos de pequeñas dimensiones para
ver quien ocupaba el espacio que en otras partes de Europa ocupaban partidos de
la talla de Front National. Aquello duró más de la cuenta. Y en eso estamos.
Más o menos está claro quién ha ganado la carrera de caracoles y quienes se han
quedado en la cuneta o se ha perdido en sus babas. Ahora lo que queda es
transformar la carrera de caracoles en una de salto de obstáculos.
Porque obstáculos los habrá, pero es preciso apostar por una buena salida, ser
consciente de que uno se la puede pagar con esta o con la valla que seguirá,
pero imprimir velocidad al despegue.
Uno –en la distancia, claro–, se
siente embarcado en la construcción de una “federación” que nace –está naciendo–
con la intención de ocupar un espacio vacío en la política española. Desde que
se conoció el resultado de las últimas elecciones municipales, la “unidad”
pasa, lo hemos dicho, por el eje E2000–PxC: ambos tienen programas bien
definidos, zonas en donde su influencia es notorio y cargos electos. La primera
colaboración entre estos grupos ha sido la creación de la asociación de
Concejales que agrupa a los elegidos por las listas de E2000, PxC y PxL y a los
que espero que en los próximos meses se unan otros muchos independientes y
concejales aislados. Esta asociación es el primer paso, al que seguirán otros.
Por lo que sé, la “federación” no se presentará a las próximas elecciones. Es
pronto y los mimbres todavía no son lo suficientemente fuertes como para que
los resultados acompañen. Es cuestión de quemar etapas y crear instrumentos de
trabajo. La asociación de concejales es uno, pero no será el único.
Cabe preguntarse si no acudir a la convocatoria electoral
puede ser considerado un “gesto antisistema”. No lo es: no es que la “federación”
se niegue a presentarse sistemáticamente a las elecciones, es que a estas,
precisamente, no se va a presentar. Y no porqué no esté en condiciones
de reunir los avales del 0’1 del electorado… sino porque todavía no ha dado
tiempo de preparar el programa común, la estrategia, ni acopiar medios
económicos suficientes para hacer una campaña en condiciones.
Creo que sería posible reunir los avales en Cataluña y la Comunidad
Valenciana, así como en una decena de provincia menores en las que apenas con
doscientas o cuatrocientas firmas ya es posible salvar la barrera del 0’1%. Son
las provincias en las que los distintos grupos de la “federación” tienen una
mínima base militante. Conste que me parece muy razonable el que en un
país como España en donde cualquiera puede presentar una lista (incluso repleta
de fraudes) era necesario
establecer un “corte” para evitar que el censo electoral estuviera al alcance
de cualquiera. Por otra parte, quien no es capaz de reunir el 0’1% de
avales en una provincia es que está llamado a perder. Así pues, no creo que sea
por esta barrera –saludable, en mi opinión– por lo que la “federación” estará
ausente el 20–D.
Vale la pena recordar también que
un partido político o una federación no tienen la obligación de practicar esa
especie de “fetichismo electoral” que parece aquejar a la clase política. Es preciso denunciar el falso
mito de que los problemas se resuelven en las elecciones: lo que se resuelve es
la composición del parlamento. Nada más. En España tenemos una larga
experiencia electoral en los últimos 40 años: hemos votado en elecciones locales, autonómicas,
generales y europeas… en ese tiempo, los problemas se han ido acrecentando
hasta el punto de que es razonable pensar que las elecciones renuevan a los
ocupantes de las poltronas pero en absoluto resuelven problemas. Es más, crean
otros nuevos.
No presentarse a unas elecciones
no implica que se acabe el mundo. El simpatizante y el afiliado tiene distintas posibilidades: votar
nulo, votar en blando o abstenerse. Y animar a otros a que hagan otro tanto
a la vista del percal que cortan las opciones que se van a presentar: tanto los
ya vistas, como las nuevas (si el otro día Iglesias proponía 17 referendos de
autodeterminación para las 17 comunidades autónomas, ahora Rivera propone votar
por una lado a siglas de partido y por otro a personas, demostrando que el “antes
muerto que sencillo” es una constante entre la clase política española que, al
parecer, no ha oído hablar de la “navaja de Ockham” (la solución más simple es
la verdadera)
Así pues, la “federación” tiene
por delante un horizonte mucho más amplio y un afán de estar presentes de
manera determinante en ulteriores contiendas electorales. El asunto no resuelto en la
política española es dónde está una formación equivalente a las que están
presentes en toda Europa, de carácter euroescéptico, identitario, social–patriota
y anti–inmigración. Porque ese es el hueco que ni van a ocuparlo Vox (el problema de Vox no es el 20–D, sino lo que quedará de él el día después y quién
se queda las facturas a pagar), ni los grupúsculos nostálgicos más o menos
bienintencionados, ni, por supuesto, los desaprensivos políticos que siempre
han circulado a la derecha del PP.
Repito que, a mi modo de ver, los
rasgos en los que se concretara una alternativa a la “vieja banda de los cuatro”
(PP+PSOE+CiU+PNV) y a la “nueva banda de los cuatro” (Podemos+Cs+ERC+Bildu) y
que definirían un nuevo espacio político deberían ser:
- – euroescéptico porque las crisis económica iniciada en 2007 y nunca concluida, si demuestra algo es la necesidad de revisar las estructuras de la UE y, por supuesto, las cláusulas del Tratado de Adhesión de España y conjurar sus efectos más deletéreos (arrojarnos a la periferia de Europa, imposibilidad de realizar una política monetaria propia, exigencia de destrucción de sectores estratégicos, perjuicios ocasionados a nuestra agricultura por “acuerdos preferenciales” de la UE con países no europeos, indefinición de la UE en temas importantes como la política exterior, la defensa, y estancamiento en la construcción europea). La UE así constituida no puede alcanzar sus fines y la presencia de España en una estructura de este tipo anula los efectos benéficos que en principio pudo tener
- – identitario porque el gran adversario de las libertades y del bienestar es precisamente la globalización que, para imponerse, precisa abolir los signos distintivos y la personalidad de los pueblos. Quien ignora sus raíces y su personalidad, es presa fácil para el “nuevo orden mundial” y queda obligado aceptar la “corrección política” y el “pensamiento único”. Quien dice “identidad” dice orígenes pero dice también “autenticidad” y rasgos que se trata de mantener en tanto que son el producto de la psicología colectiva y de la historia de un pueblo.
- – social–patriota porque las naciones y los Estados son, hoy por hoy, junto con la identidad, una de las pocas defensas ante la globalización. Pero no hay patriotismo digno de tal nombre cuando la sociedad que vive sobre esa tierra está abandonada a su suerte y a las oscilaciones de los mercados y de los señores del dinero. El patriotismo o tiene una desembocadura social, o no es nada.
- – anti–inmigración en la medida que uno de los instrumentos de la globalización son los movimientos migratorios a causa de los cuales, tanto los países emisores de inmigración como los receptores pierden identidad. Es preciso denunciar hasta la saciedad que la inmigración masiva, al aumentar el número de trabajadores en un país, es un mecanismo regulador de los salarios (a más inmigración, salarios más bajos) y un instrumento para “ganar competitividad”.
Estos cuatro factores –euroescepticismo,
el patriotismo social, lo identitario y la lucha contra la inmigración masiva–
son respuestas coherentes y perfectamente concatenadas a la globalización, a la
degeneración del régimen político español y a el progresivo desmantelamiento
del Estado del Bienestar. Cualquier otro elemento de programa tiene relación
directa con alguno de estos puntos. Y cada uno de estos conceptos es importante
porque de ellos va a depender la “imagen” del movimiento que resulte.
Si tal movimiento quiere hacerse
un hueco en la política española deberá llamar la atención y hacerlo
difundiendo ideas. Como el
alquimista medieval, el éxito en política consiste simplemente en destilar una
y otra vez las mismas ideas, difundirlas con la constancia y la paciencia de un
ejército laborioso, repetirlas una y mil veces con un lenguaje comprensible
para el electorado y a través de cuadros cualificados. Era imposible
disponer de todo esto el 20–D.
Así pues ya sabemos lo que hacer
el próximo 20–D: VOTO EN BLANCO, VOTO NULO O ABSTENCIÓN. Sabemos también que es
preciso aunar esfuerzos y sumarse al polo que empieza estos días a andar. Porque ya va siendo hora de
arrancar y que de la “carrera de caracoles” se pase al “salto de obstáculos”.
ARTUR MÁS NO SE RESIGNA A SALIR DEL PALAU DE LA GENERALITAT NI POR LA
PUERTA DE ATRÁS, NI POR LAS CLOACAS…
La carrera política de Artur Mas
es propia de un hombre mediocre. En 2003 y 2006, ya salió derrotado del debate
de investidura y tuvo que aguantar siete años de oposición. Finalmente, en 2010
consiguió su meta y se ha sentado durante casi cuatro años en el Palau de la
Generalitat. Ahora vuelve
a estar en la cuerda floja y, a medida que pasan las horas hasta llegar al
debate de investidura, sus posibilidades de lograr un acuerdo con la CUP para
ser votado como presidente, se van agotando progresivamente.
Para el electorado de la CUP, Artur Mas y lo que
representa CDC son una aberración del nacionalismo catalán, una sífilis que
contamina con su prurito de corrupción todo lo que toca, una abominación
que ha hecho más daño a Cataluña que cualquier centralismo madrileño… Votar por Mas implicaría la
volatilización de parte de los votos de la CUP… justo en puertas de las
elecciones generales del 20–D. Algo inaceptable para los borrokos catalanes.
Entonces ¿qué? Lo normal sería
que Junts pel Sí y la CUP pactaran un
candidato de consenso. Pero ¿qué ocurriría en ese caso con Artur Mas? Debería de optar entre salir del
Palau de la Generalitat por la puerta trasera y esperar tranquilamente en su
casa de calle Balmes, cerca de la Travesera de Gracia, el desmoronamiento final
de CDC, la oleada de procesos por corrupción que se vienen encima, no sólo al
clan mafioso de los Pujol sino a todos los equipos dirigentes del partido…
entre los que se encuentra él mismo. Ciertamente, Artur Mas no huirá por las
alcantarillas como hizo su ilustre predecesor Josep Dencàs, conseller de
interior cuando se produjo la proclamación del “Estat Catalá” en octubre de
1934, pero pasará muy cerca de ellas como la semana que viene la Virgen de Montserrat
no le haga un milagro.
No es el ego de Mas (que también), sino la sensación de
que si no es presidente de la Generalitat carecerá de argumentos para negociar
sobre una posible imputación a él o a gente de su entorno, y quedará expuesto a
suplicatorios llegados de la Audiencia Nacional. Artur Mas, simplemente tiene
miedo. Así que tratará por todos los medios de seguir siendo presidente
y, en estos momentos, sus validos están tratando de “comprar” a buen precio a
algunos diputados más de Catalunya sí
podem (Podemos+ICV) que de CUP. El recuerdo de algo parecido al “tamayazo”
planea sobre Barcelona.
Y si no, ¿qué…? Sencillo: elecciones autonómicas en
marzo. Una vez más la disyuntiva es o Guatemala o Guatapeor. Lo que
ocurre es que en esas nuevas elecciones, Mas tendría todavía cuatro meses para
utilizar todos los recursos al alcance de su mano (entre ellos, la
victimización, a través de los medios de comunicación de la Generalitat, de los
cabezas de turco del proceso de “desobediencia y desconexión” que se abrirá la
semana que viene) para asegurarse un mejor resultado. O al menos esta es la
posibilidad a la que se refugia.
Pienso que Mas ha optado por el
seudo–tamayazo y que las nuevas elecciones son la última de sus opciones, pero,
como hoy decía La Vanguardia: “esta
posibilidad cada vez ocupa más espacio en su mesa de trabajo”…
“¡SI SE PUEDE! ¡SI SE PUEDE!” ¿QUÉ ES LO QUE SE PUEDE? CREAR UN
FRANKENSTEIN, POR SUPUESTO. PODEMOS ESTARÁ ROTO EN VARIOS GRUPOS EN EL CONGRESO
Podemos nació para renovar la política española. Pero eso era hace
año y medio. Ahora, Podemos es un partido
más cuyo rasgo más característico es aumentar, por si no hubiera suficiente, la
dosis diaria de caos de este país. La elaboración de listas electorales y de coaliciones regionales está
resultando mucho más difícil de lo que Pablo Iglesias pensaba hace un año. En
cada autonomía, los “círculos” de Podemos reaccionan de una manera diferente, y
todos se muestran celosos de su independencia. No es que la izquierda está
fracturada, es que el mismo entorno de Podemos
está atomizado.
Y no hay nada que hacer: cada organización regional es un
mundo aparte y cada una tiene ideas propias, diferentes, por supuesto, al de la
dirección de la organización que, por lo demás, se ha fracturado en trozos para
satisfacer las exigencias de los aliados. Los catalanes (que incluyen a Barcelona En Comú de la Colau), el
valenciano (en el que Podemos va con Compromís), los gallegos (en donde
funcionan con exIU y con gente de las
Mareas), quieren tener voz propia en el Congreso. Así pues, el grupo de Podemos, propiamente dicho, quedará muy debilitado en el próximo
parlamento.
Pablo Iglesias no ha creado un partido político: ha
creado un Frankenstein electoral en el que es imposible imponer un criterio
único. Sin olvidar que todas estas coaliciones regionales están (o estarán)
prendidas por alfileres y pueden deshacerse en cualquier momento por un quítame
allá esas pajas. Entre lo mediocre de la gestión de sus concejales y alcaldes
elegidos en las últimas elecciones municipales, la falta de noticias sobre la
actividad de los diputados de Podemos en el Parlamento Europeo (se sabe que
Iglesias es uno de los que han estado más ausentes en esta institución), las
incorporaciones problemáticas, dimisiones de algún cargo regional cada semana,
noticias sobre dirigentes pederastas, y el binomio Kichi–Gordillo en Andalucía
convenciendo al electorado de toda España de que en Podemos hay mucho de anécdota con olor a marihuana, no es raro que esta
formación sufra el síndrome del partido menguante.
ESPAÑA CADA VEZ RÍE MENOS Y LO POCO QUE RÍE NO ES PRECISAMENTE GRACIAS
AL HUMOR GRÁFICO… QUE ESTÁ EN CRISIS TERMINAL
Ando preparando un estudio sobre La Codorniz y he podido advertir una cosa: aquel tipo de humor era infinitamente
más brillante, ingenioso, bien realizado y con más pretensiones que cualquiera
de los productos que le siguieron. Parece como si la existencia de la censura
excitase la imaginación y hubiera obligado a los caricaturistas a trabajar más
los temas y huir de lo obvio y lo facilón. Cada vez reímos menos y cada vez menos,
nuestras sonrisas deben menos a las caricaturas y al humor gráfico.
Si alguien tiene a bien repasar los números de La Codorniz (el único semanario español
de humor durante el franquismo) advertirá que hacía gala de su subtítulo: “La
revista más audaz para el lector más inteligente”. Luego vino la
transición y el humor gráfico cambio. Ganaron peso los caricaturistas de los
diarios (Máximo, Forges, Ops, etc.) y aparecieron varias revistas de una
calidad muy inferior a La Codorniz,
que basaban sus ventas y sonrisas en lo cutre, lo zafio, el porno y poco más.
Ayudaron, eso sí, a que muchos sonrieran ante el trance de la transición. De la
generación de La Codorniz ya no queda
nadie.
Los dibujantes históricos que
quedan en El Jueves, tienen menos
gracia que una imitación de Chiquito de la Calzada por parte de Montoro. Forges
es un arcaísmo al borde de la jubilación. Las viñetas de los diarios hace lustros que han dejado de
suscitar alguna sonrisa. Además, la crisis del papel ha eliminado está
sección de la mayoría de diarios y las pocas que se publican o están hechas por
becarios o se pagan muy mal. Los dibujantes se han visto afectados por las
bajadas de ventas y por la crisis del papel impreso. En cuanto a los digitales,
eluden por completo tener caricaturitas y dibujantes en plantilla. Las revistas
de cómics históricas (El Víbora, Totem,
Cairo, 1984, etc), todas cayeron una tras otras en la última década del
siglo XX. Y eso que España era y es puntera en la industria del cómic. De las
de humor sobrevive malviviendo El Jueves
a costa de reducir páginas, formato y calidad. Veremos lo que dura. Ops se reinventó en El Roto y sigue
colocando su viñeta en El País, viñeta que probablemente sea una de las principales
causas de la alta tasa de suicidios y depresiones en este país.